JASON VII, VIII
Cosas y eventos sin muchos detalles que solo servían para que Percy se hiciera una muy leve idea de su vida, pero servían para conocer un poco a la chica, se quedaron ahí hasta que se hizo demasiado tarde para continuar, Percy se fue al palacio de Poseidón y Zoé, por segunda noche consecutiva a la sala de Trono con sus amigos que la estaban esperando.
Zoé entró a la sala de Trono donde su hermano y sus amigos se le quedaron viendo, pero sin hacer ninguna pregunta, ella tampoco hablo se sentía satisfecha con ella misma, al menos había dado el primer paso y eso era mejor que nada. Por eso motivo no entendía cómo su hermano y sus casi primos podían ser tan lentos, estaban aquí, estaban a salvo por primera vez en ¿Días? ¿Meses? Había perdido la cuenta y ellos actuaban como tontos (bueno, tal vez debería excluir a los mellizos de esa idea, ellos eran pequeños) aunque Helena también había puesto de su parte y se veía feliz, jugueteando con su cabello que ahora tenía una pluma que obviamente había obtenido de Piper. Se acostó en la cama provisional que habían puesto los dioses y pronto se quedó dormida.
A la mañana siguiente, todos se sentaron en el comedor para poder disfrutar del desayuno, había menos ajetreo que de costumbre, pero aún así se sentía la energía nerviosa. Hades y Perséfone habían regresado durante la madrugada, aunque realmente ninguno se veía muy feliz con el otro.
Hestia apareció el banquete para que todos los semidioses pudieran disfrutar
-Zoé- dijo Percy y le dio la mitad de sus galletas y su batido azul -teníamos un trato
-Gracias- dijo Zoé con una sonrisa
Todos miraron la escena con incredulidad
-¡La vez pasada intenté agarrar tus galletas y me golpeaste!- se quejó Leo
-Todos lo vimos, también vimos que ibas a llorar- dijo Nico
-Sombritas…- murmuró Will
-Teníamos un trato- volvió a decir Percy riendo
-Tenemos un trato- asintió Zoé -y eso no te incluye, así que ni se te ocurra meter tus manos en mis galletas- dijo la chica mirando a su hermano, Charles la miró con incredulidad
-Antes de que alguien pueda salir lastimado, tomen su desayuno- dijo Apolo
Los chicos empezaron a comer, Leo se seguía quejando de Percy. Percy le contaba a Annabeth lo que había platicado con Zoé. Zoé evitaba que su hermano pudiera agarrar su comida. Jason y Piper charlaban en voz baja, mirando de vez en cuando a los mellizos. Hazel platicaba con Bianca, Reyna con Rachel. Lo demás eran pláticas difusas, los dioses peleaban unos con otros.
Cuando todo acabó fue hora de regresar a la sala de Trono y continuar la lectura.
-Yo voy a leer- dijo Connor -este capítulo es sobre Jason
En cuanto Jason vio la casa supo que era hombre muerto.
-Así se empieza un buen capítulo- dijo Piper
-En cuanto Jason supo que sí venían más capítulos de su punto de vista supo que era hombre muerto- murmuró Jason
-Esperamos que no hayas pensado muchas cosas malas- bromeó Leo
Jason hizo una mueca
—¡Ya hemos llegado! —dijo Drew alegremente—. La Casa Grande, el cuartel general del campamento.
No parecía amenazadora, tan solo una mansión con cuatro pisos pintada de azul claro con adornos blancos.
-Sí, una mansión con cuatro pisos no es para nada amenazadora- dijo Leo
-Por supuesto que no- dijo Connor -se ve todos los días
-Bueno, sí la vemos todos los días- señaló Miranda
-Obviamente Connor, quién sabe por qué tú no la verás diario- dijo Chris con una sonrisa
Connor les hizo una mueca
El porche tenía tumbonas, una mesa para jugar a las cartas y una silla de ruedas vacía. Los móviles de campanillas con forma de ninfas se convertían en árboles al dar vueltas.
-Y son increíbles- dijo Miranda
-Son de lo mejor- asintió Katie
-Le da un aspecto fabuloso- dijo Rachel
-Excelente servicio- bromeó Leo
A Jason no le costaba imaginar que allí iban personas mayores a pasar las vacaciones de verano, se sentaban en el porche y bebían zumo de ciruela mientras veían la puesta de sol.
-Una excelente mansión en realidad- dijo Katie
-Mientras te recuestas y te pones unos lentes de sol- dijo Travis
-Oh sí, es lo que todos quisiéramos hacer- asintió Connor
Aun así, las ventanas parecían mirarlo colericamente, como ojos furiosos. La puerta abierta de par en par parecía a punto de engullirlo.
-Como esa película donde la casa está embrujada- señaló Connor
-Y sacaba a la alfombra como si fuera su lengua- asintió Travis -era muy buena, aunque luego te asustó
Connor lo miró con indignación -Eso no tenías por qué decirlo, además acabaste peor que yo
-¿Es en serio?- preguntó Rachel -esa es una película para niños
-Que no te sorprenda- dijo Chris
Katie miró a su novio con una sonrisa burlona
En el aguilón superior, una veleta de bronce con forma de águila giraba con el viento y señalaba exactamente en dirección a él, como si le estuviera advirtiendo que se diera la vuelta.
-Qué tétrico- dijo Leo
-Fue tétrico- asintió Jason con una mueca
Cada molécula del cuerpo de Jason le decía que estaba en terreno enemigo.
—No debería estar aquí —dijo.
Drew entrelazó su brazo con el de él.
Piper bufó
-Lo bueno es que la reina de belleza tampoco es celosa- bromeó Leo
-Para nada- dijo Annabeth
-¿Celosa Piper?- preguntó Thalia -por supuesto que no
-¿Me conocen algo o solo me lo dicen al azar?- dijo Piper riendo
-Al azar- contestaron Annabeth y Thalia al unísono
—Oh, no. Aquí estás perfectamente, cielo. Créeme, he visto a muchos héroes.
Drew olía a Navidad: una extraña combinación de pino y nuez moscada.
-¿Adivinen quien va a estar en problemas?- preguntó Leo
-¡Jason!- gritaron Percy y los Stoll
-Gracias, son unos increíbles amigos- murmuró Jason
-A tus órdenes, Superman- dijo Leo
Jason se preguntaba si siempre olía así, o si era un perfume especial para las vacaciones. Su delineador de ojos rosa distraía mucho la atención.
-Pues sí, es rosa- dijo Travis
-Eso tiene mucho sentido- murmuró Jason
-Y tiene más colores- comentó Piper con una mueca
-Un color para cada ocasión- comentó Afrodita -eso está muy bien
Cada vez que parpadeaba, Jason se veía obligado a mirarla. Tal vez ese era el propósito, lucir sus cálidos ojos marrones. Era guapa, no había duda,
-Puedes golpearlo, Piper- dijo Connor
-Estoy casi seguro que esa frase no está completa- señaló Jason sonrojado
Piper lo miró con una ceja alzada
pero hacía sentir incómodo a Jason.
Apartó el brazo lo más delicadamente posible.
-Te dije que no estaba completo- dijo Jason
-Bien jugado Superman, muy bien jugado- dijo Leo aplaudiendo
Jason se sonrojó
—Oye, te agradezco…
—¿Es esa chica? —dijo Drew con gesto mohíno—. Por favor, dime que no estás saliendo con la Reina del Vertedero.
—¿Te refieres a Piper?
-Oye, ¿Por qué si te dice eso, de inmediato piensas en Piper?- preguntó Leo negando con la cabeza
Afrodita miró a Jason con una ceja enarcada
-¡Leo!- chilló Piper
-¿Por qué te gusta sacar de contexto todo?- preguntó Jason sonrojado
Leo se encogió de hombros
Esto…
Jason no sabía qué responder. No creía haber visto a Piper antes de ese mismo día, pero se sentía extrañamente culpable por ello.
-Aunque no es tu culpa- señaló Piper
-De lo único que debes sentirte culpable es de que digan "reina del vertedero" y pienses en Piper- señaló Leo
-Leo, golpeate con la palma cinco veces en la frente- dijo Piper con embrujahabla
Leo se golpeó
Sabía que no debería estar en ese sitio. No debería entablar amistad con esas personas, y desde luego no debería salir con una de ellas.
-Amor prohibido murmuran por las calles- cantó Leo
-¿De dónde sacas tantas cosas?- preguntó Hazel
-Es mi don, pequeña Hazel- dijo Leo
-Te quieres volver a golpear ¿Verdad?- masculló Piper
-Yo creo que debemos cambiar el "distintas sociedades" por "distintos campamentos"- señaló Percy
-Sí sí, me parece muy bien Aquaman- dijo Leo
Jason y Piper les dieron una mirada indignada, mientras sus amigos y otros pocos se reían
Sin embargo… Piper lo tenía cogido de la mano cuando se despertó en el autobús. Estaba convencida de que era su novia. Se había mostrado valiente en la plataforma, luchando contra los venti,
-Gracias- murmuró Piper
-La pequeña línea entre valiente y suicida- señaló Percy
-Aquaman, todos admiramos la ironía en eso- dijo Leo
-Y vaya que sí- dijo Piper
y cuando Jason la había cogido en el aire y se habían abrazado frente a frente, no podía fingir que no había sentido la ligera tentación de besarla.
Los chicos hicieron soniditos molestos
-La hubieras besado, querido- suspiró Afrodita
Jason se sonrojó, Piper le dio una sonrisa
Pero eso no estaba bien. Ni siquiera conocía su propia historia. No podía jugar con los sentimientos de ella de esa forma.
-Awwwww- chilló Leo
-Qué bonito- dijo Percy
-Son adorables- dijo Thalia
-Chicos…- masculló Jason
Drew puso los ojos en blanco.
—Déjame ayudarte a decidirte, cielo. Puedes aspirar a más. ¿Un chico con tu atractivo y tu evidente talento?
-No puedo negar eso, pero ¿En serio?- masculló Piper
-Pipes- dijo Jason sonrojado
-Es la verdad- dijo Piper encogiéndose de hombros
Pero no lo estaba mirando. Estaba mirando fijamente un punto situado encima de la cabeza de Jason.
—Estás esperando una señal —aventuró él—. Como la que apareció encima de la cabeza de Leo.
-¿Un marsupial en llamas?- preguntó Percy
-Y vamos de nuevo con lo de los marsupiales- masculló Apolo
-En algún momento podría pasar- asintió Piper
-Y sería algo divertido, aunque también un poco terrorífico- comentó Percy
—¿Qué? ¡No! Bueno… sí. O sea, por lo que he oído, eres muy poderoso, ¿no? Vas a ser importante en el campamento, así que me imagino que tu padre te reconocerá enseguida.
-¿Cómo se lo decimos?- preguntó Leo negando con la cabeza
-Podríamos poner una gran lona- comentó Piper
-Yo puedo dibujarla- dijo Rachel alzando la mano
-¿Lo ven chicos? Esa es la actitud- asintió Leo
-¿Puede ser azul?- preguntó Percy
-Nop, es la lona de chispitas- dijo Leo
-En serio, ustedes están muy locos- comentó Apolo
Y me encantaría verlo. ¡Quiero estar contigo en cada paso del camino! Entonces, ¿el dios es tu padre o tu madre? Dime que no es tu madre, por favor. No soportaría que fueras hijo de Afrodita.
-En eso estoy de acuerdo- asintió Piper
-Aunque al final de cuentas todos estamos emparentados de una u otra manera- bromeó Connor
Algunos chicos le aventaron cojines
-Los dioses no tienen ADN- señaló Annabeth
—¿Por qué?
—Porque entonces serías mi hermano, tonto. No puedes salir con alguien de tu misma cabaña. ¡Puaj!
-Tampoco era como que Jason le estuviera diciendo que sí iba a salir con ella- señaló Travis
-Pero ella estaba segura de que iba a decir que sí- comentó Perséfone
—Pero ¿no están relacionados todos los dioses? —preguntó Jason—. ¿No sois todos primos o algo así?
-¡Que horror!- gritaron los chicos, también le aventaron cojines
-Otro con lo mismo- dijo Apolo
-Lo siento- dijo Jason levantando las manos -¿Desde cuándo usamos los cojines como armas?
-Desde que descubrimos su increíble funcionamiento como armas- dijo Leo
—¡Pero mira que eres mono! Cariño, la parte divina de tu familia no cuenta, salvo tu padre. Así que es justo salir con alguien de otra cabaña.
-Así está mejor- asintió Katie
-Definitivamente- dijo Travis
-También me gusta más así- dijo Percy
Entonces, ¿quién es el dios: tu padre o tu madre?
Como siempre, Jason no tenía respuesta. Alzó la vista, pero no apareció ninguna señal brillante sobre su cabeza.
Zeus hizo una mueca casi imperceptible
-Sin marsupiales en llamas- dijo Jason encogiéndose de hombros
En lo alto de la Casa Grande, la veleta seguía apuntando en dirección a él, con aquella águila que miraba furiosamente como diciendo: « Date la vuelta mientras puedas, chico» .
-O el águila era una especie de señal- dijo Percy
-Eso también podría ser- asintió Jason
-A veces tengo mis momentos- dijo Percy con una sonrisa
-Increíbles momentos, bro- dijo Jason
-Gracias, bro- murmuró Percy
Entonces oyó pisadas en el porche. No…, no eran pisadas, eran… cascos.
—¡Quirón! —gritó Drew—. Este es Jason. ¡Es alucinante!
Jason retrocedió tan deprisa que estuvo a punto de tropezar.
-Yo también me tropiezo cuando me presentan a las personas- dijo Percy riendo
-Como olvidarlo- dijo Connor -te tropezaste enfrente de toda nuestra cabaña
-Lo que es peor, te tropezaste enfrente de Annabeth- dijo Travis
-Te saqué de la cabaña antes de que te pudieras tropezar por segunda vez- comentó Annabeth
-Muchas gracias, listilla- dijo Percy
Por la esquina del porche apareció un hombre a caballo. Solo que no iba montado a caballo, ¡era parte del caballo!
-Wow, que súper descubrimiento- gritó Travis
-Sí era un súper descubrimiento- murmuró Jason
-¿Por qué tus hijos son así?- preguntó Apolo
Hermes se encogió de hombros
De cintura para arriba era humano, con el pelo castaño rizado y una barba bien recortada. Llevaba una camiseta de manga corta que ponía « Mejor centauro del mundo»,
-Es una camiseta muy acorde- dijo Thalia con una sonrisa
-Estoy de acuerdo- dijo Annabeth
-Yo también lo estoy- asintió Percy
-Gracias chicos- dijo Quirón con una sonrisa
y tenía un carcaj y un arco sujetos a la espalda. Su cabeza estaba tan alta que tuvo que agacharse para esquivar las luces del porche, pues de cintura para abajo era un caballo blanco.
-¿Por que las luces del porche están tan bajas?- preguntó Connor
-Porque el arquitecto no pudo diseñar las luces más altas- señaló Travis
-Por suerte tenemos a la mejor arquitecta- dijo Percy mirando a Annabeth -para que no haya problemas con las luces
Annabeth sonrió
Quirón empezó a sonreír a Jason. Entonces se quedó lívido.
—Tú… —Los ojos del centauro brillaban como los de un animal acorralado —. Tú deberías estar muerto.
-Era la bienvenida que necesitaba- murmuró Jason
Thalia apretó los puños
-De acuerdo, eso no era lo que yo esperaba que dijera- comentó Apolo
-Ni yo- admitió Hermes
-Era un asunto un poco complicado- dijo el centauro con incomodidad
-Y vaya que sí- dijo Jason
Zeus miró a su hijo con curiosidad
Quirón ordenó a Jason —bueno, lo invitó, pero sonó como una orden— que entrara en la casa. Le dijo a Drew que volviera a su cabaña, cosa que no hizo mucha gracia a la chica.
-Bueno, se tiene que solucionar un problema a la vez- dijo Rachel
-Aunque realmente eso de un problema a la vez casi no pasa- comentó Reyna
-Tienes un punto en eso, señorita pretora- asintió Rachel
El centauro se acercó trotando a la silla de ruedas vacía que había en el porche. Se quitó el carcaj y el arco y retrocedió de espaldas hasta la silla, que se abrió como la caja de un mago.
-Sip, esa analogía es muy buena- dijo Percy
-Gracias- dijo Jason
-Esa analogía me encanta- asintió Leo
-Servicio 10/10- dijo Percy
Quirón se colocó cuidadosamente en ella con las patas traseras y empezó a apretujarse en un espacio que debería de haberle resultado demasiado pequeño. Jason se imaginó los sonidos de un camión al dar marcha atrás —« pi, pi, pi» —
Los chicos soltaron una carcajada
-Viene, viene, viene- dijo Leo moviendo la mano
Quirón se sonrojó un poco
mientras la mitad inferior del centauro desaparecía y la silla se plegaba, antes de que asomaran unas piernas humanas falsas tapadas con una manta,
-La manta no puede faltar- dijo Miranda
-Obviamente, eso le da una apariencia más real- dijo Katie
-Estoy totalmente de acuerdo- asintió Percy
de tal forma que Quirón parecía un mortal normal y corriente en una silla de ruedas.
—Sígueme —ordenó—. Tenemos limonada.
-Nada mejor que recibir las noticias con un vaso de limonada- asintió Percy
-Obviamente- dijo Jason
-Es mejor recibir noticias con un buen vino- señaló Dionisio suspirando
-Así cuando las recibas la noticias puedes soltar la copa haciendo una revelación dramática- dijo Apolo
La sala de estar parecía haber sido engullida por una selva forestal. Había vides que subían torciéndose por la paredes y el techo, cosa que Jason encontró un poco rara.
-Increíble decoración- dijo Dionisio
-La verdad es que se veía muy genial- dijo Miranda
Algunos de los chicos asintieron
No pensaba que las plantas crecieran de esa forma en el interior, sobre todo en invierno, pero aquellas eran verdes y frondosas, y rebosaban racimos de uvas rojas.
-Por supuesto que sí- dijo Dionisio -como debe de ser
Había unos sofás de cuero frente a una chimenea de piedra con una lumbre crepitante. Encajada en una esquina, una antigua máquina recreativa de comecocos pitaba y parpadeaba.
-Una increíble máquina realmente- dijo Leo
—Las máquinas comecocos siempre han sido excelentes- dijo Dionisio —aunque a veces los mortales no se den cuenta de ello
—Lo bueno es que somos mortales que sí se dan cuenta- dijo Leo
Fijada a las paredes había una colección de máscaras: modelos sonrientes y ceñudos del teatro griego, máscaras de carnaval con plumas, máscaras de carnaval venecianas con grandes narices con forma de picos y máscaras africanas de madera.
-Es para nuestra próxima fiesta temática- dijo Percy
—Me encantan las fiestas temáticas— dijo Apolo
—Me encantan las fiestas temáticas que se descontrola- suspiró Dionisio
-—¿Vamos a tener una fiesta temática y no lo sabíamos?— preguntaron los Stoll
—En cuanto tengamos el permiso les avisaremos para que vayan a escoger sus máscaras— bromeó Leo
Las vides salían de sus bocas de manera que parecía que tuvieran lenguas llenas de hojas. Algunas uvas rojas asomaban por los agujeros de los ojos.
-Para que no se les ocurra ir por la noche- bromeó Miranda
—Tenemos suficiente con las arpías, gracias- comentó Percy
—Nunca está de más- señaló Chris
Pero lo más raro de todo era la cabeza de leopardo disecada que había encima de la chimenea. Parecía tan real que daba la impresión de que sus ojos fueran siguiendo a Jason.
-Pues… Sí es real- dijo Percy
—Sí, bueno no pensé que lo fuera, era una cabeza— dijo Jason
—Pero es amigable— señaló Percy
Y cuando de repente gruñó, Jason se llevó un susto tremendo.
—Vamos, Seymour —lo reprendió Quirón—. Jason es un amigo. Pórtate bien.
—¡Esa cosa está viva! —dijo Jason.
-Ese es el descubrimiento del siglo- bromeó Leo
—Gracias— dijo Jason
—A veces mi bro también hace buenos descubrimientos- dijo Percy
Jason asintió
Quirón se puso a hurgar en el bolsillo lateral de la silla de ruedas y sacó un paquete de galletas para perros. Lanzó una al leopardo, que la atrapó y se lamió la boca.
-Y a veces no solo come galletas- murmuró Connor
—Le gustan los nachos— asintió Travis
Quirón suspiró
—Disculpa la decoración —dijo Quirón—. Todo esto fue un regalo de despedida de nuestro antiguo director antes de que lo reclamaran en el monte Olimpo.
-Un excelente director- señaló Dionisio
—Claaaro- dijo Apolo —con todo lo que hemos leído de eso no cabe duda
—Por supuesto que no— masculló Dionisio
Pensó que nos ayudaría a acordarnos de él. El señor D tiene un extraño sentido del humor.
—El señor D —repitió Jason—. ¿Dioniso?
-Un aplauso- dijo Percy
Leo aplaudió
—En serio bro, yo no te molesté tanto- dijo Jason
-Tanto- señalaron los Stoll
—Ajá —Quirón sirvió limonada, pero le temblaban las manos un poco—. En cuanto a Seymour, el señor D lo liberó de un mercadillo de objetos usados de Long Island. El leopardo es el animal sagrado del señor D, ¿sabes?,
-Los leopardos son verdaderamente fabulosos- suspiró Dionisio
—No puedo negar eso, los leopardos son increíbles- dijo Rachel
—Esta mocosa sí sabe de lo que habla- comentó Dionisio
y le horrorizó que alguien hubiera disecado a una criatura tan noble. Decidió darle vida, suponiendo que la vida de una cabeza disecada sea preferible a la falta de vida. Debo decir que es un destino mejor que el del anterior dueño de Seymour.
-Un mortal de lo peor- bufó Dionisio
—No es que nos sorprenda del todo, los mortales suelen hacer ese tipo de cosas muy seguido— dijo Apolo
-Y vaya que sí- masculló Dionisio
Seymour enseñó los colmillos y husmeó el aire, como si estuviera buscando más galletas.
—Si solo es una cabeza —dijo Jason—, ¿adónde va a parar la comida cuando come?
-Siempre me lo he preguntado- asintió Percy
-Pero hay cosas que es mejor no saber- señaló Leo
-Estoy totalmente de acuerdo en no saberlo- dijo Katie
—Mejor no preguntes —dijo Quirón—. Por favor, siéntate.
Jason bebió un poco de limonada, pero tenía el estómago revuelto.
-La limonada puede relajarte- dijo Rachel
-La limonada es increíble en cualquier momento- dijo Travis
-Sí podría ayudarte- asintió Frank
Quirón se recostó en su silla de ruedas e intentó sonreír, pero Jason notó que su sonrisa era forzada. Los ojos del anciano eran oscuros y profundos como pozos.
Quirón se removió incómodo
—Bueno, Jason —dijo—, ¿te importaría decirme…, ejem…, de dónde vienes?
—Ojalá lo supiera.
Jason le contó toda la historia, desde que se había despertado en el autobús hasta el aterrizaje forzoso en el Campamento Mestizo.
Jason hizo una mueca -Bastante forzoso en mi opinión
-Y que lo digas- murmuró Percy
Annabeth y Piper hicieron muecas
No le veía sentido a ocultar detalles, y Quirón sabía escuchar. No reaccionaba a la historia, aparte de asentir con la cabeza de forma alentadora para que continuara.
-Esa es una buena forma de contar una historia- comentó Rachel
-Aunque la historia no tenga ni un poco de sentido- comentó Jason
-Esas son las mejores historias- dijo Apolo
Muchos de los presentes lo miraron con incredulidad
Cuando Jason hubo acabado, el anciano bebió un sorbo de limonada.
—Entiendo —dijo Quirón—. Y debes de tener preguntas para mí.
-Pues unas diez mil, pero me importaba más una en particular- murmuró Jason
—Solo una —reconoció Jason—: ¿a qué se refería cuando dijo que debería estar muerto?
-Es lo que todos queremos saber- dijo Apolo
Thalia miró con expresión indignada de Zeus a Hera y visceversa, los dioses o no se dieron cuenta de su mirada o no les importó en lo absoluto
Quirón lo observó con preocupación, como si esperara que Jason estallara en llamas.
—Muchacho, ¿sabes lo que significan las marcas de tu brazo? ¿Y el color de tu camisa? ¿Te acuerdas de algo?
-Ni de mi apellido- murmuró Jason
Jason se miró el tatuaje del antebrazo: SPQR, el águila, doce líneas rectas.
—No —contestó—. Nada.
—¿Sabes dónde estás? —preguntó Quirón—. ¿Entiendes lo que es este palacio y quién soy yo?
-Eso al menos era algo que podía contestar- dijo Jason -bueno, más o menos
-Eso de "más o menos" es como la esencia de toda la historia- comentó Percy
-Y que lo digas, nos dejamos llevar por eso- dijo Jason
-Es mejor que nada- murmuró Percy
—Usted es Quirón el centauro —dijo Jason—. Me imagino que es el mismo de los mitos antiguos, el que educó a héroes griegos como Heracles. Este es un campamento para hijos de los dioses del Olimpo.
-Excelentemente bien contestado- gritaron los Stoll -te ganas una estrellita
-¿Y dónde está mi estrellita?- preguntó Jason
-La tiene Will en la enfermería- dijo Connor encogiéndose de hombros
Will se puso una mano en la frente -No puedo creer que también se roben eso, esas pegatinas son para los enfermos, para darles ánimos…
-Creí que habían dicho que no se metían a la enfermería- dijo Miranda
-En realidad, dijeron que casi no se metían- señaló Chris
-Yo una vez me gané una estrellita- dijo Thom
-¿Otro tercer piso?- preguntó Piper
-Creí que habían dicho que lo del tercer piso había sido una broma- señaló Thalia
-Zoé confirmó que no- dijo Piper
Los amigos de Zoé se le quedaron viendo con incredulidad
Zoé hizo un gesto con la mano -Se ganó la estrellita cuando se engrapó el dedo
-Las engrapadoras son las peores armas del mundo- dijo Thalia
—Entonces, ¿crees que esos dioses todavía existen?
—Sí —respondió Jason inmediatamente—. O sea, no creo que debamos adorarlos ni sacrificar gallinas en su honor ni nada por el estilo,
-¿Por qué no? Las gallinas eran muy buenas- dijo Apolo
-Porque costaría trabajo atraparlas- señaló Esperanza
-Eso es cierto- asintió Leo con una pequeña sonrisa -nunca intenten hacerlo
-Yo por eso arrojo mis m&m's al fuego, es mucho más fácil- dijo Connor -además creo que te gustan- dijo mirando a su padre, Hermes asintió
Percy y Annabeth se miraron, no es como que aquel lugar les trajera buenos recuerdos, pero ver a Connor tan confiado sobre los dulces que arrojaba a su padre, era un poco gracioso.
-No se lo diremos- susurró Annabeth a Percy
-Será nuestro secreto- susurró Percy de vuelta
pero siguen aquí porque forman parte importante de la civilización. Se trasladan de un país a otro cuando el centro de poder cambia, como se trasladaron de la Antigua Grecia a Roma.
-Gracias profesor Jason- dijo Leo
-De nada, cuando quieras- murmuró Jason
—Yo no lo habría dicho mejor. —Algo había cambiado en la voz de Quirón—.
-¿Qué ha cambiado?- preguntó Travis de forma dramática
-No lo sé, hermano- dijo Connor de la misma manera
-Connor, tú estás leyendo- señaló Miranda
Así que ya sabes que los dioses son reales. Todavía no te han reconocido, ¿verdad?
—Tal vez —respondió Jason—. La verdad es que no estoy seguro.
-Es comprensible- dijo Percy
-Gracias bro, tú sí me entiendes- dijo Jason
Percy sonrió
Seymour el leopardo gruñó.
Quirón aguardó, y Jason se dio cuenta de lo que acababa de pasar. El centauro había cambiado de idioma, y Jason lo había entendido y había contestado automáticamente en la misma lengua.
-¿Así o más humillados?- bromeó Connor
-Creo que con eso fue suficiente- comentó Chris
Jason se sonrojó
—Quis erat…? —Jason vaciló, y acto seguido hizo un esfuerzo consciente por hablar en su idioma—. ¿Qué ha pasado?
-Lo acabas de decir, Superman- señaló Leo
-Tienes que poner más atención en lo que dices, hermanito- dijo Thalia
—Sabes latín —comentó Quirón—. Por supuesto, la mayoría de semidioses reconocen unas cuantas frases. Lo llevan en la sangre, pero no tanto como el griego antiguo. Ninguno puede hablar latín con soltura sin práctica.
-Nosotrus no somus muy buenus in latinus- dijo Leo
-Eso ni siquiera es latín- señaló Jason
-Eso ni siquiera es un idioma- dijo Annabeth
-Pero no puedes negar que se escucha muy sofisticado, listilla- comentó Percy
Leo y Percy chocaron los cinco
Jason intentó entender lo que eso significaba, pero le faltaban demasiadas piezas en la memoria. Todavía tenía la sensación de que no debería estar allí. Aquello no estaba bien… y era peligroso.
-Un poquito nada más- murmuró Connor
Pero, por lo menos, Quirón no era amenazante. De hecho, el centauro parecía preocupado por él, como si temiera por su seguridad.
-Así es, muchacho- asintió Quirón
-Eso me ofende, no íbamos a hacerle nada- dijo Travis
-Aparte de robar sus cosas- señaló Chris
-No tenía nada que me pudieran robar- dijo Jason
-No solo lo decía por ustedes, muchachos- dijo Quirón
El fuego se reflejaba en los ojos de Quirón y los hacía danzar inquietantemente.
—Yo enseñé a tu tocayo, ya sabes, el Jasón original. Tuvo una vida dura. He visto ir y venir a muchos héroes. De vez en cuando, tienen finales felices. La mayoría, no.
-Gracias- murmuraron los chicos
Algunos de los dioses se removieron con incomodidad
Cada vez que uno de mis discípulos muere se me parte el corazón, como si perdiera a un hijo. Pero tú… tú no eres como ninguno de los discípulos a los que he enseñado. Tu presencia aquí podría ser desastrosa.
-Awwww que bonito- dijo Percy -ni a mí me habían dicho que era un desastre
-Me siento conmovido- dijo Jason con sarcasmo
—Gracias —dijo Jason—. Debe de ser usted un profesor que inspira mucho a sus discípulos.
—Lo siento, muchacho, pero es verdad. Esperaba que después del éxito de
Percy…
-Sí, yo también- murmuró Percy
-Y que lo digas- masculló Annabeth
-Todo el campamento lo esperaba- dijo Miranda
Los griegos asintieron
—¿Se refiere a Percy Jackson? ¿El novio de Annabeth, el que ha desaparecido?
Quirón asintió.
-No hay otro Percy Jackson, bro- señaló Percy
-Gracias a los dioses- bromeó Leo
-Oye, no seas grosero- dijo Percy cruzado de brazos
—Yo esperaba que después del éxito que tuvo en la guerra de los titanes y de salvar el monte Olimpo, tendríamos algo de paz.
-Igual yo- masculló Annabeth
-La paz nunca fue una opción- dijo Percy
-Perfecto- murmuró Nico
Que podría disfrutar de un último triunfo, un final feliz, y luego retirarme discretamente.
Todos voltearon a ver a Quirón con incredulidad
-¿Nos quieres explicar?- preguntó Thalia
-No, ¿Por que harías algo así?- dijo Annabeth -eres el mejor maestro
Y de repente la sala se llenó de las preguntas al mismo tiempo de los chicos
-Chicos…- habló Quirón
Las preguntas no cesaban
-Chicos- dijo un poco más fuerte -este no es el momento para hablar de ello, cuando ese momento llegue, lo haremos
Los chicos no se quedaron muy felices con eso, pero se callaron
Debería habérmelo imaginado. Se avecina el último capítulo, como ya pasó antes. Lo peor todavía está por venir.
En el rincón, la máquina recreativa emitió un triste « piu, piu, piu» , como si un comecocos acabara de morir.
-Pobre comecocos- dijo Leo con tristeza
—Vale —dijo Jason—. El último capítulo, ya pasó antes, lo peor todavía está por venir… Suena divertido, pero ¿podemos volver a lo de que ya debería estar muerto? No me gusta esa parte.
-Sí sí, todo suena muy inspirador, pero necesito saber eso- dijo Travis intentando imitar a Jason
-Por favor- murmuró Jason
—Me temo que no te lo puedo explicar, muchacho. Juré por la laguna Estigia y por todas las cosas sagradas que nunca… —Quirón frunció el entrecejo—. Pero estás aquí, incumpliendo el mismo juramento.
-¡Sorpresa!- gritó Percy
-Jason siendo el amo del desorden- dijo Leo negando con la cabeza
-Sí claro, miren quién habla- señaló Jason
Leo le dio una sonrisa brillante
Eso tampoco debería ser posible. No lo entiendo. ¿Quién haría algo así? ¿Quién…?
-Sí- masculló Zeus -yo también quisiera saberlo
Seymour el leopardo soltó un aullido. Se le paralizó la boca, medio abierta. La máquina recreativa dejó de pitar.
-¿Ahora qué hiciste?- preguntó Leo
-¿Por que todo lo tengo que hacer yo?- dijo Jason con incredulidad
-Porque eres el amo del desorden- dijo Percy
Jason resopló
El fuego dejó de crepitar, y sus llamas se endurecieron como cristal rojo. Las máscaras miraban en silencio a Jason con sus grotescos ojos de uvas y sus lenguas llenas de hojas.
-Bueno, habría sido peor que te hubieran hablado- señaló Miranda
-Sí, definitivamente eso habría estado aún más loco- dijo Piper
-No estoy tan seguro- dijo Jason
—¿Quirón? —preguntó Jason—. ¿Qué pa…?
El viejo centauro también se había quedado paralizado.
Quirón suspiró
Jason saltó del sofá, pero Quirón seguía mirando al mismo punto, con la boca abierta en mitad de una frase. Sus ojos no parpadeaban. Su pecho no se movía.
Los griegos miraron a Quirón casi como si esperaran verlo inmóvil
-La verdad eso suena bastante terrorífico para mí- dijo Travis
-Ya lo sabemos, te asustas con las películas de niños- dijo Chris
Travis le dio una mirada indignada
« Jason» , dijo una voz.
Por un instante terrible, pensó que el leopardo había hablado.
-Sí, eso habría sido tal vez un poco peor- comentó Leo
-¿Lo habría sido?- preguntó Piper con una ceja alzada
-Creo que tienes razón, reina de belleza- dijo Leo
-No se metan en problemas- señaló Jason
Leo y Piper sonrieron con inocencia
Entonces una niebla oscura salió de la boca de Seymour, y a Jason se le ocurrió una idea todavía peor: los espíritus de la tormenta.
-Hola dioses…- murmuró Connor
-Este es Jason de nuevo- completó Travis
Cogió la moneda de oro de su bolsillo. Lanzándola al aire rápidamente, se convirtió en una espada.
La niebla adoptó la forma de una mujer con una túnica oscura.
-¿Ves? Mejor que te hubiera hablado la cabeza del jaguar- susurró Piper
-Tal vez tengas razón, pero no quiero que te convierta en un pavo real como a Will- susurró Jason de vuelta
Piper se encogió de hombros
Tenía la cara cubierta por una capucha, pero sus ojos brillaban en la oscuridad. Sobre los hombros llevaba un manto de piel de cabra.
Las miradas de los dioses se posaron en Hera
Jason no estaba seguro de cómo sabía que era piel de cabra, pero la reconoció y supo que era un detalle importante.
« ¿Serías capaz de atacar a tu patrona? —lo reprendió la mujer.
Jason suspiró
-Esto se está poniendo interesante- dijo Perséfone
-Y vaya que sí- murmuró Jason
Su voz resonaba en la cabeza de Jason—. Baja la espada» .
—¿Quién es usted? —preguntó él—. ¿Cómo ha…?
« Nuestro tiempo es limitado, Jason.
-Se acaba el tiempo, Jason- canturreó Leo
-Siempre se tiene que acabar el tiempo- se quejó Percy
-Si no ¿Dónde quedaría la diversión?- dijo Leo con sarcasmo
Mi cárcel se vuelve más recia cada hora que pasa. He tardado un mes entero en reunir la energía suficiente para librarme de sus cadenas con una pizca de magia.
-Perfecto- masculló Hera
Los dioses miraron a Hera, obviamente cada uno pensando en lo que eso podría significar para el Olimpo
He conseguido traerte aquí, pero me queda poco tiempo, y aún menos poder. Es posible que esta sea la última vez que te vea».
Thalia rodó los ojos
—¿Está en la cárcel? —Jason decidió que tal vez era buena idea no bajar la espada—.
-Excelente decisión- murmuró Apolo
-No vayas a empezar con eso- masculló Hera -
Oiga, no la conozco, y usted no es mi patrona.
« Me conoces —insistió ella—. Yo te conozco desde que naciste» .
—No me acuerdo. No me acuerdo de nada.
« No, tienes razón —convino ella—. Eso también fue necesario.
Después de eso no fue difícil adivinar por que no tenía sus recuerdos, ya que estaba en el campamento griego, incluso el más despistado podía deducirlo, por supuesto aún faltaban muchas cosas que atar
-¡¿Cómo se te pudo ocurrir algo así?!- gritó Zeus -¿Te das cuenta de lo que has hecho?
-Querido, has escuchado lo que estos libros han dicho, la tierra misma está despertando- dijo Hera
-¿Esa te parece razón suficiente?- gruñó Zeus -sabes demasiado bien por que tenemos los campamentos separados- Zeus estaba empezando a lanzar chispas
-Pero debido a que todos están reunidos aquí sin intentar matarse, es obvio que dio resultado- dijo Hera
-¿Te das cuenta en el peligro que los has puesto?- gruñó Poseidón
-Tu mocoso está aquí- dijo Hera de manera despectiva
-¡¿Que demonios sucede contigo?!- gritó Zeus -¿Te das cuenta de la posición en la que nos has puesto?
-En la posición que puso a los semidioses- señaló Artemisa
-Querido- dijo Hera ignorando a Artemisa -debemos saber más de lo que pasó, no puedes culparme de un gran desastre si aún no entendemos del todo
-Hera tiene razón- suspiró Hestia -primero necesitamos saber toda la historia, así que es mejor que todos se calmen
Hace mucho tiempo tu padre me entregó tu vida como regalo para aplacar mi ira. Te puso el nombre de mi mortal favorito. Me perteneces» .
Algunos de los dioses miraron con incredulidad a Hera y Zeus. Y también con todo eso los dioses respondieron las preguntas de Apolo, los hermanos ni siquiera se veían.
-Utilizaron a mi hermano como si fuera una moneda de cambio- gruñó Thalia
-Thalia...- dijo Jason
-¡No!- gritó Thalia furiosa -¿Quieren saberlo? Perfecto ¡Tenía dos años cuando se lo llevaron! Utilizaste a un niño de dos años para calmar la furia de tu esposa, por algo que tú habías hecho pagó él
-Thalia…- gritó Jason
-Thalia- dijeron Annabeth y Percy con tono de advertencia
Zeus miraba a su hija con incredulidad, aunque no estaba claro si por lo que estaba diciendo o porque se atreviera a hablarle de esa forma.
Thalia había empezado a lanzar chispas… Literalmente. -Me hicieron creer que estaba muerto y resulta que solo fue entregado como si fuera una maldita mercancía para que pudiera satisfacer los caprichos de una diosa, y lo pero, que lo hayas aceptado para cubrir tus culpas…
-Thalia basta- dijo Artemisa
-¡¿Cómo se te ocurre a ti una simple mortal hablarle de esa forma a los reyes de los dioses?!- gruñó Hera levantándose de su trono
Al ver esto, Percy se puso a un lado de su prima, al igual que Annabeth, Jason, Piper, Luke y para sorpresa de todos también se puso a su lado Charles
La escena parecía estar en cámara lenta, la sala entera parecía contener el aliento, aunque de hecho si Hera hiciera algo no creían que lo pudieran detener, pero antes de que esto se probara Zeus habló
-¡Hera regresa a tu trono, ahora!- dijo para sorpresa de prácticamente todos los presentes
-¿Vas a permitir que se nos hable de semejante manera?- preguntó Hera
-No- dijo Zeus -pero no les vas a hacer nada, recuerda lo que han dicho Las Moiras. Además en este momento no estás en posición de nada
Hera miró a su esposo con enojo
-Y tu niña- dijo Zeus mirando a Thalia -ten más cuidado con tu palabras cuando te dirijas a mí, o no seré clemente la próxima vez. Ahora todos regresen a sus lugares.
Los chicos se veían inquietos, Sally miró a su hijo con preocupación
-Regresen a sus lugares- dijo Hestia con una cálida sonrisa.
Los chicos hicieron caso, tomó varios minutos que la lectura pudiera proseguir.
—Alto —dijo Jason—. Yo no le pertenezco a nadie.
« Ahora es el momento de que saldes tu deuda —dijo ella—. Busca mi cárcel. Libérame o su rey se alzará de la tierra y seré destruida. Nunca recuperarás tu memoria» .
-Pues así por las buenas…- murmuró Leo
Hera le dio una mirada asesina
—¿Es una amenaza? ¿Me ha robado los recuerdos?
« Tienes hasta la puesta de sol del solsticio, Jason. Cuatro días breves. No me falles»
-¿Algo más?- masculló Poseidón dándole una mala mirada a la diosa
Y no era el único, la mayoría de los dioses se veían indignados ante la diosa del matrimonio.
La mujer oscura se desvaneció, y la niebla se introdujo en la boca del leopardo girando en espiral.
El tiempo avanzó de nuevo. El aullido de Seymour se convirtió en tos, como si se hubiera tragado una bola de pelo.
-Probablemente- dijo Percy
-Imagina que te regresen tan de repente a la normalidad- dijo Travis -cualquiera se ahogaría
-Pobre Seymour- suspiró Jason
El fuego cobró vida crepitando, la máquina recreativa pitó, y Quirón dijo:
—¿Se atrevería a traerte aquí?
—Probablemente la mujer de la niebla —propuso Jason.
-Sí, esa es una buena teoría- asintió Leo
-Sí, yo también creo que podría ser eso- comentó Percy
Quirón alzó la vista sorprendido.
—¿No estabas sentado…? ¿Por qué has desenvainado la espada?
—Lamento decir esto —dijo Jason—, pero creo que su leopardo se acaba de comer a una diosa.
-Hay que darle las gracias al leopardo- murmuró Annabeth para sí misma
-No vaya a causarle algún daño al leopardo- masculló Hefesto
-Todos ustedes se están comportando como si también fueran unos estúpidos críos- masculló Hera mirando a los dioses
Le habló a Quirón de la visita congelada en el tiempo y de la figura brumosa que había desaparecido en la boca de Seymour.
—Vaya —murmuró Quirón—. Eso explica muchas cosas.
-Pues no, porque yo seguía sin entender- murmuró Jason
—Entonces, ¿por qué no me explica usted todas esas cosas? —pidió Jason—. Por favor.
Antes de que Quirón pudiera decir algo, resonaron unas pisadas en el porche.
-Salvado por las pisadas- dijeron los Stoll
-Esas pisadas llegando en el momento adecuado- dijo Bianca
La puerta principal se abrió de golpe, y Annabeth y otra chica, una pelirroja, irrumpieron en la casa arrastrando entre las dos a Piper. A esta le colgaba la cabeza como si estuviera inconsciente.
-A lo mejor porque estaba inconsciente- dijo Rachel con una pequeña sonrisa
Piper se sonrojó -Sí, creo que probablemente fuera por eso
-También lo creo- murmuró Annabeth
—¿Qué ha ocurrido? —Jason se acercó a toda prisa—. ¿Qué le pasa?
—La cabaña de Hera —dijo Annabeth con voz entrecortada, como si hubieran ido allí corriendo—. Una visión. Mala.
-Obvio, eso lo explica- asintió Piper
-Claro que lo explica- dijo Annabeth
La chica pelirroja alzó la vista, y Jason vio que había estado llorando.
—Creo… —La pelirroja tragó saliva— creo que puedo haberla matado.
-Ay reina de belleza, hiciste llorar a Rachel- dijo Leo negando con la cabeza
Rachel se sonrojó
VIII
Jason
Jason y la pelirroja, que se había presentado como Rachel, colocaron a Piper en el sofá mientras Annabeth corría por el pasillo a por un botiquín. Piper todavía respiraba, pero no se despertaba. Parecía estar en una especie de coma.
-Que bonita forma de hacer amigos- señaló Miranda
-Piper es la reina de hacer amigos- dijo Leo
-Lo sé- asintió Piper
—Tenemos que curarla —insistió Jason—. Hay una forma, ¿verdad?
Al verla tan pálida, respirando a duras penas, a Jason le invadió una oleada de sentimiento protector.
-¡Qué mono!- chilló Afrodita
Jason y Piper se sonrojaron. Reyna hizo una especie de mueca que solo fue vista por Rachel quién miró a la pretora con una ceja alzada haciendo que esta se sonrojara.
Tal vez no la conociera realmente. Tal vez ella no fuera su novia. Pero habían sobrevivido juntos al Gran Cañón. Habían llegado hasta allí. Él la había dejado un rato, y había pasado eso.
-¿Ves, reina de belleza? No te podemos dejar sola ni un segundo- masculló Leo
-Unos minutos a solas y ya te metes en problemas- bromeó Travis
-No estaba sola- señaló Piper
-Entonces es culpa de Rachel- dijo Leo -diría que de Annabeth, pero ella me da miedo
-Oye- se quejó Rachel
Quirón colocó la mano en la frente de la chica y seguidamente hizo una mueca.
—Su mente se encuentra en un estado muy frágil. ¿Qué ha pasado, Rachel?
—Ojalá lo supiera —dijo ella—.
-Lo siento- murmuró Rachel apenada
-No fue tu culpa- dijo Piper -así que no hay problema
Rachel sonrió
En cuanto llegué al campamento, tuve una premonición sobre la cabaña de Hera. Entré, y Annabeth y Piper llegaron mientras estaba allí. Hablamos y entonces… me quedé con la mente en blanco.
-Entonces, técnicamente no fuiste tú la que dejó inconsciente a Piper- señaló Apolo
-Sí, pero no- dijo Leo
-Eso lo deja muy claro- asintió Rachel
-Lo sé- murmuró Leo
Annabeth dijo que hablé con otra voz.
—¿Una profecía? —preguntó Quirón.
—No. El espíritu de Delfos viene de dentro. Sé lo que se siente. Aquello era como una conexión a larga distancia, una fuerza que intentaba hablar a través de mí.
-Aquello era con invasión a la privacidad- murmuró Rachel
Annabeth entró corriendo con una bolsa de piel. Se arrodilló junto a Piper.
—¿Qué pasó allí? No había visto nada parecido.
-Fue bastante horrible- dijo Piper
-Aunque fuiste tú la que quiso ir al palacio- señaló Annabeth
-Gracias por recordármelo- dijo Piper
He oído la voz de las profecías de Rachel, pero aquella era distinta. Sonaba como una mujer mayor.
-Creo que sí les debo dar mis condolencias- dijo Apolo
Hera lo miró furiosa
Agarró a Piper por los hombros y le dijo…
—¿Que la liberara de una cárcel? —aventuró Jason.
-¡Adivino!- gritó Leo
-Sigue por ese camino y me vas a quitar el puesto- bromeó Rachel
-Oh no, quiero dejar tu puesto en paz- dijo Jason riendo -no te preocupes no más predicciones
Annabeth se lo quedó mirando.
—¿Cómo lo sabes?
Quirón hizo un gesto con tres dedos sobre su corazón, como una protección contra el diablo.
-No lo puedo culpar- murmuró Apolo
-Apolo- dijo Artemisa en tono de advertencia
-Creo que ninguno podría culparlo- masculló Hefesto
—Díselo, Jason. Annabeth, la bolsa de las medicinas, por favor.
Quirón dejó caer unas gotas de un frasco de medicina en la boca de Piper,
-Excelentes medicinas- asintió Piper
-Excelente servicio- dijo Leo
-Estoy agradecida- comentó Piper
-¿Cuál gracias? Son 500 dracmas- dijo Connor
-Por eso tampoco lo dejamos estar en la enfermería- señaló Will
mientras Jason explicaba lo que había ocurrido con la mujer oscura y brumosa que había afirmado ser la patrona de Jason.
Cuando hubo acabado, nadie dijo nada, lo que lo puso más nervioso.
-Sí, no es bueno cuando eso pasa- dijo Jason
-Solo esperas que digan algo, cualquier cosa es mejor que el silencio- dijo Percy
-Definitivamente, bro- asintió Jason
—¿Pasa esto a menudo? —preguntó—. ¿Las llamadas telefónicas sobrenaturales de reclusos que te piden que los saques de la cárcel?
-Es una de nuestras mejores atracciones- bromeó Percy
-Me lo hubieran dicho antes- comentó Leo -eso no venía en el folleto
-Ni en la visita guiada- dijo Piper
-Es que es sorpresa- mencionó Percy
—Tu patrona —dijo Annabeth—. ¿No tu madre divina?
—No, dijo patrona. También dijo que mi padre le había entregado mi vida.
Thalia maldijo de nuevo, todavía se veía como si quisiera golpeara alguien y ese alguien fuera Hera
Annabeth enarcó las cejas.
—Nunca había oído algo así. Dijiste que el espíritu de la tormenta que apareció en la plataforma dijo que trabajaba para una señora que le daba órdenes, ¿verdad? ¿Podría ser la mujer que viste, jugando con tu mente?
-Pero así no necesitaría su ayuda- señaló Perséfone
-Podría ser que quisiera desvía la atención- comentó Artemisa -pero dado que ya sabemos quién es eso no tendría ningún sentido
—No creo —contestó Jason—. Si fuera mi enemiga, ¿por qué iba a pedirme ayuda? Está encarcelada.
-¿Por qué quiere salir?- preguntó Percy
-Esa podría ser una opción- dijo Leo
-Tienes tus momentos, Percy- dijo Piper
-Muchas gracias- murmuró Percy
Le preocupa que un enemigo suyo se haga más poderoso. Algo sobre un rey que se alzará de la tierra en el solsticio…
Annabeth se volvió hacia Quirón.
—Por favor, dime que no es Cronos.
-Casi habría preferido que lo fuera- murmuró Percy -bueno no
-No, pero sí- dijo Leo -es la mejor respuesta para todo
Percy asintió
El centauro tenía una expresión abatida. Sujetaba la muñeca de Piper mientras le tomaba el pulso.
Finalmente dijo:
—No es Cronos. Esa amenaza se acabó. Pero…
-Hay miles de millones más- completó Leo la frase
-Genial- dijo Percy
-Nada mejor para subir el ánimo que eso- dijo Piper
—Pero ¿qué? —preguntó Annabeth.
Quirón cerró la bolsa de las medicinas.
—Piper necesita reposo.
-Sí, ya que casi la matan- dijo Bianca
-La intención no era matarla- murmuró Rachel sonrojada
-Me alegra que esa no fuera la intención- dijo Piper con una sonrisa
Hablaremos de esto más tarde.
—O ahora —dijo Jason—.
-Me gusta eso de ahora- dijo Travis
-El rebelde- bromeó Leo
Señor Quirón, usted me dijo que se avecinaba la amenaza más grande. El último capítulo. No puede ser algo peor que un ejército de titanes, ¿verdad?
-Pues sí se puede- dijo Percy
-Siempre puede ser algo peor- masculló Annabeth
—Oh —exclamó Rachel con una vocecilla—. La mujer era Hera.
-Sí RED, ya lo habíamos descubierto- bromeó Percy
-En ese momento no- se defendió Rachel
Claro. La cabaña, la voz… Se le apareció a Jason al mismo tiempo.
—¿Hera? —El gruñido de Annabeth sonó todavía más feroz que el de Seymour—.
-Y sigo diciendo que por eso no me meto con ella- dijo Piper con una sonrisa
-Sí claro- bufó Annabeth
Piper le sonrió a su amiga
¿Se apoderó de ti? ¿Le hizo esto a Piper?
—Creo que Rachel tiene razón —dijo Jason—. La mujer parecía una diosa.
Y llevaba un… manto de piel de cabra. Es un símbolo de Juno, ¿no?
-Si como Hera causa problemas…- masculló Poseidón
-Todos ustedes son insufribles- bufó Hera
—Ah, ¿sí? —Annabeth puso cara de sorpresa—. Es la primera vez que lo oigo.
-Ese duelo de geniecillos lo ganó Jason- gritó Leo con voz de presentador
Annabeth hizo una mueca, Jason se sonrojó.
Quirón asintió a regañadientes.
—De Juno, la versión romana de Hera, en su estado más belicoso.
-¿Más?- preguntó Hades
-Sabes que sí- bufó Poseidón -mucho más
El manto de piel de cabra era un símbolo de los soldados romanos.
—Entonces, ¿está Hera encarcelada? —preguntó Rachel—. ¿Quién podría haber hecho eso a la reina de los dioses?
-Alguien a quien no me habría gustado conocer- dijo Piper
-A mí tampoco- dijo Leo
-A ninguno- murmuró Frank
Annabeth se cruzó de brazos.
—Bueno, sea quien sea, tal vez debamos darle las gracias. Si puede hacer callar a Hera…
-Esta niña me encanta- dijo Apolo
-Annabeth- dijo Atenea en tono de advertencia -debes tener cuidado con tus palabras
—Annabeth —le advirtió Quirón—, todavía es uno de los olímpicos. Ella es en muchos aspectos el pegamento que mantiene unida a la familia de los dioses.
-Tiene un punto- señaló Deméter
-Aunque no los veo muy unidos en estos momentos- susurró Travis a su hermano
-Y que lo digas- susurró Connor de vuelta
Si de verdad ha sido encarcelada y corre peligro de muerte, esto podría sacudir los cimientos del mundo. Podría acabar con la estabilidad del Olimpo,
-Y mira que muy estable tampoco somos- comentó Hermes
-Sí, pero no nos exhibas de esa manera- dijo Apolo
-Creo que no necesitan que se los digamos, ya lo han visto- señaló Artemisa
que nunca es excesiva, ni siquiera en las mejores circunstancias. Y si Hera ha pedido ayuda a Jason…
-Pues tiene que hacerlo- comentó Bianca
-Sí- suspiró Jason
—Está bien —gruñó Annabeth—. Bueno, sabemos que los titanes pueden atrapar a un dios, ¿verdad? Atlas capturó a Artemisa hace unos años.
-Ni me lo recuerdes- masculló Artemisa
Zoë hizo una mueca
Y en los mitos antiguos, los dioses se capturaban continuamente los unos a los otros con trampas. Pero ¿algo peor que un titán…?
Jason miró la cabeza de leopardo.
-Esperaba que él tuviera respuestas- dijo Jason
-No creo que eso pudiera pasar, pero buen intento, bro- dijo Percy
-Gracias bro, eres muy amable- suspiró Jason
Seymour estaba relamiéndose, como si la diosa le hubiera sabido mucho mejor que una galleta.
—Hera dijo que ha estado intentando romper las cadenas de su prisión durante un mes.
Hera bufó -Y ustedes peleando conmigo por tonterías
-No son tonterías- masculló Afrodita
Hera rodó los ojos
—Que es el tiempo que ha estado cerrado el Olimpo —dijo Annabeth—. Así que los dioses deben de saber que está pasando algo malo.
—Pero ¿por qué usó su energía para mandarme aquí?
-Cómo si al parecer no tuviéramos suficientes problemas- masculló Zeus -tenías que crear más
-Estoy segura de que resolví más problemas de los que pude haber creado- dijo Hera -querido
Los chicos se miraron
—preguntó Jason—. Me borró la memoria, me dejó en la excursión de la Escuela del Monte y te mandó una visión para que vinieras a recogerme.
-Como si a Annabeth le hubiera agradado eso- comentó Piper
-¿De nuevo?- masculló Annabeth -y hace unos momentos decías que no te metías conmigo
Piper se encogió de hombros
¿Por qué soy tan importante? ¿Por qué no mandó un mensaje de emergencia a los otros dioses y les avisó de dónde estaba para que la liberaran?
-Porque eso no funciona así- señaló Dionisio -parece que no les he enseñado nada, estos mocosos- dijo rodando los ojos
Los chicos del campamento griego lo miraron con incredulidad
—Los dioses necesitan héroes para que hagan su voluntad en la Tierra — explicó Rachel—. Es así, ¿verdad? Sus destinos siempre están ligados a los semidioses.
-Como nos podemos dar cuenta- señaló Afrodita mirando a todos los semidioses que había en la sala
Zeus se removió incómodo recordando las palabras de Las Moiras " si no lo haces por ellos, hazlo por tu preciado trono"
—Es cierto —respondió Annabeth—, pero Jason tiene razón. ¿Por qué él? ¿Por qué robarle la memoria?
—Piper está involucrada de alguna forma —dijo Rachel—.
-Gracias- murmuró Piper
-De nada- dijo Rachel -siempre que quieras
Hera le mandó el mismo mensaje: « Libérame» . Y esto tiene algo que ver con la desaparición de Percy, Annabeth.
Annabeth masculló algo que no se pudo entender, pero que tampoco sonaba muy gentil para la reina de los dioses. Sally miró a su hijo con preocupación.
La cara del anciano centauro parecía haber envejecido años en cuestión de minutos. Las arrugas de sus ojos estaban profundamente marcadas.
—Queridos, no puedo ayudaros en esto. Lo siento mucho.
-Al menos alguien que cumple lo que promete- bufó Zeus mirando mal a su esposa
-Esa es la frase más irónica que he escuchado- resopló Hades
Annabeth parpadeó.
—Tú nunca… nunca me has ocultado información. Incluso la última gran profecía…
-Uhhh- corearon los Stoll
Annabeth rodó los ojos
—Estaré en mi despacho —el centauro tenía un tono de voz serio—. Necesito tiempo para pensar antes de la cena. Rachel, ¿puedes vigilar a la chica?
-Ya que tú intentaste matarla, tú la vigilas- dijo Leo
-Acepto esa misión- dijo Rachel de manera solemne
-Una gran misión, porque la dejas sola un minuto y se mete en problemas- señaló Leo
-Cállate Leo- murmuró Piper
Llama a Argus para que la lleve a la enfermería si lo prefieres. Y, Annabeth, deberías hablar con Jason. Háblale de… de los dioses griegos y romanos.
—Pero…
-Que vas a tener que soportar su furia, hermanito- dijo Thalia
-¡Thalia!- chilló Annabeth
-No me fue tan mal como esperaba- dijo Jason
El centauro hizo girar su silla de ruedas y se fue por el pasillo. Los ojos de Annabeth adoptaron una mirada tormentosa. Murmuró algo en griego, y a Jason le dio la impresión de que no era un cumplido a los centauros.
Annabeth se sonrojó un poco
—Lo siento —dijo Jason—. Creo que mi presencia aquí… No sé. La he pifiado viniendo.
-Pues un poquito- bromeó Travis
-Gracias, que amable- dijo Jason
-Tú lo dijiste primero- señaló Travis
-Por supuesto, y necesitaba la confirmación- asintió Jason
Quirón ha dicho que hizo un juramento y que no puede hablar del asunto.
—¿Qué juramento? —preguntó Annabeth—. Nunca lo he visto comportarse así. ¿Y por qué me ha pedido que te hable de los dioses…?
-Porque eras la mejor para explicar eso- señaló Rachel
-Y para que no hicieras más preguntas- dijo Thalia
-Para ver si podías enlazar las cosas- argumentó Piper
Su voz se fue apagando. Por lo visto, acababa de ver la espada de Jason sobre la mesita del café. Tocó la hoja con cuidado, como si pudiera estar caliente.
—¿Es de oro? —dijo—. ¿Te acuerdas de dónde la conseguiste?
-Es al amigo amnésico, por supuesto que no se acuerda- señaló Leo
-No soy el amigo amnésico- resopló Jason
-Sí lo eres- dijo Leo
—No —respondió Jason—. Ya he dicho que no recuerdo nada.
Annabeth asintió, como si se le acabara de ocurrir un plan desesperado.
-Algo así- murmuró Annabeth
-Esos son los mejores- dijo Percy
-No era un plan tan desesperado- dijo Annabeth
—Si Quirón no va a ayudarnos, tendremos que resolver esto nosotros, lo que significa… la cabaña quince. ¿Puedes vigilar a Piper, Rachel?
—Claro —aseguró Rachel—. Que tengáis suerte.
-No la tuvimos- murmuró Jason
-Gracias por el spoiler- se quejaron Leo, los Stoll y Percy
-Eso no se hace, bro- dijo Percy negando con la cabeza
—Espera —dijo Jason—. ¿Qué hay en la cabaña quince?
Annabeth se levantó.
—Tal vez una forma de que recuperes la memoria.
-Claro, la cabaña quince- asintió Percy
-Era lo mejor que se me ocurrió- dijo Annabeth
-Era un buen plan- dijo Percy
Se dirigieron a un ala de cabañas más nueva situada en el sudoeste del prado. Algunas eran elegantes, con muros relucientes o antorchas encendidas, pero la cabaña quince no era tan espectacular.
-No, pero es peligrosa- dijo Katie
-Bastante peligrosa- asintió Chris
Parecía una anticuada casa de pradera con tapias y tejado de juncos. En la puerta colgaba una corona de flores carmesí:
amapolas, pensó Jason, aunque no estaba seguro de cómo lo sabía.
-Bueno, de no recuperar la memoria te podríamos poner como identificador de plantas- bromeó Connor
-La cabaña de Deméter te aceptaría gustosa- asintió Miranda
-Gracias- murmuró Jason
—¿Crees que es la cabaña de mi padre? —preguntó.
-Definitivamente no- dijo Apolo
—No —respondió Annabeth—. Es la cabaña de Hipnos, el dios del sueño.
—Entonces ¿por qué…?
—Te has olvidado de todo —dijo ella—. Si hay un dios que puede ayudarnos a resolver la pérdida de memoria es Hipnos.
-Eso es cierto- dijo Miranda
-Pero si Hera fue la que te quitó tus recuerdos ningún otro dios va a ser capaz de ayudarte- señaló Apolo
Jason hizo una mueca
Aunque era casi la hora de cenar, dentro había tres chicos profundamente dormidos tapados con montones de mantas. En el hogar crepitaba una cálida lumbre.
-Sí, pero no te recomiendo dormir ahí- señaló Chris
-A menos que no quieras irte nunca jamás- dijo Katie
-Me gusta dormir, pero no tanto- dijo Jason
Percy resopló
Sobre la repisa de la chimenea colgaba la rama de un árbol, de cuyas ramitas goteaba un líquido blanco en una serie de cuencos de hojalata. Jason sintió la tentación de coger una gota con el dedo para ver lo que era, pero se contuvo.
-Excelente decisión bro- dijo Percy
-Gracias, a veces tomo buenas desiciones- dijo Jason
Percy y Jason chocaron los cinco
Sonaba una suave música de violín en alguna parte. El aire olía a lavanda fresca. La cabaña era tan acogedora y tranquila que Jason empezó a notar que le pesaban los párpados. Le apetecía echar una siesta.
-Y ahí sí no entramos- dijo Travis
-O sea sí somos un poquito imprudentes, pero no tanto- murmuró Connor
-Jamás pensé que fueran a decir eso- dijo Chris
-A veces damos sorpresas- dijeron los Stoll al unísono
Estaba agotado. Había muchas camas vacías, todas con almohadas de plumas, sábanas nuevas, colchas mullidas y… Annabeth le dio un codazo.
—Espabílate.
-Gracias- murmuró Jason
Annabeth asintió
Jason parpadeó. Se dio cuenta de que se le habían empezado a doblar las rodillas.
—La cabaña quince produce ese efecto en todo el mundo —le advirtió Annabeth—. Para mí, este sitio es todavía más peligroso que la cabaña de Ares.
-Todos estamos de acuerdo- dijo Katie
Clarisse resopló
Por lo menos con Ares puedes descubrir dónde están las minas terrestres.
—¿Minas terrestres?
-Lástima que lo descubren- masculló Clarisse
-¿Es una broma?- preguntó Frank con incredulidad
-No- dijo Clarisse -la mayoría de las veces impide la visita de personas no deseadas
Ella se acercó al chico que roncaba más cerca y le sacudió el hombro.
—¡Clovis! ¡Despierta!
El chico parecía un ternero.
-Nunca lo había visto así- dijo Leo
Jason sonrió -Es la verdad
Tenía un mechón de pelo rubio en una cabeza en forma de cuña, facciones marcadas y un cuello grueso. Su cuerpo era rechoncho, pero tenía unos bracitos largos y finos como si el mayor peso que hubiera levantado en la vida hubiera sido una almohada.
-Creo que podría ser probable- dijo Connor
-Hay almohadas que son pesadas- bromeó Travis
-Depende del material de la almohada- asintió Apolo con seriedad
—¡Clovis!
Annabeth lo sacudió más fuerte, y al final le pegó en la frente unas seis veces.
-Más de lo que lo hace conmigo- dijo Percy con una sonrisa
—¿Qu… qu… qué? —protestó Clovis mientras se incorporaba y entornaba los ojos.
Se le escapó un gran bostezo, y Annabeth y Jason hicieron otro tanto.
-Nunca es fácil estar en esa cabaña- dijo Percy
-Para nada-dijo Annabeth
-Pero me encanta lo acogedora que es- dijo Percy
—¡Para! —dijo Annabeth—. Necesitamos tu ayuda.
—Estaba durmiendo.
—Siempre estás durmiendo.
—Buenas noches.
-Me despiertan cuando sea de día- bromeó Connor
-Que falta de respeto llegar a molestar a las personas en la madrugada- dijo Leo
Antes de que conciliara el sueño, Annabeth le quitó la almohada.
—No es justo —se quejó Clovis dócilmente—. Devuélvemela.
—Primero ayúdanos —dijo Annabeth—. Ya dormirás luego.
-Así es como uno consigue la ayuda- asintió Piper
Annabeth se sonrojó un poco -Era la única manera, si no se habría seguido durmiendo sin darnos respuestas
-Aunque sí se estaba durmiendo- señaló Jason
Clovis suspiró. Le olía el aliento a leche caliente.
—Vale. ¿Qué pasa?
Annabeth le explicó el problema de Jason. Cada poco tiempo, pellizcaba al muchacho por debajo de la nariz para mantenerlo despierto.
Annabeth resopló
-Para que quieres alarmas si alguien puede pellizcarte la nariz- comentó Leo
Clovis debía de estar muy nervioso, porque, cuando Annabeth hubo acabado, no se durmió. De hecho, se levantó y se estiró, y a continuación miró a Jason parpadeando.
-Que buena forma de hacer que no durmiera- señaló Piper
-Nada mejor que eso- murmuró Jason
—Así que no te acuerdas de nada, ¿eh?
—Solamente de impresiones —contestó Jason—. Sensaciones, como…
—¿Sí? —dijo Clovis.
—Como la idea de que no debería estar aquí. En este campamento. Estoy en peligro.
-No tanto, somos muy increíbles- dijo Travis
-Ese "tanto" no ayuda mucho- señaló Katie
-Pero está bien- argumentó Travis
-Solo obtuvo un mínimo de robos- asintió Connor
-Muchas gracias- dijo Jason
—Hummm. Cierra los ojos.
Jason lanzó una mirada a Annabeth, pero ella asintió de forma tranquilizadora.
-Que no era muy tranquilizadora, pero bueno…- dijo Leo tratando de imitar a Jason
Jason se sonrojó
-Esa expresión definitivamente quiere decir que no era muy tranquilizadora- dijo Thalia
Annabeth rodó los ojos
Jason tenía miedo de acabar roncando eternamente en una de las literas, pero cerró los ojos. Sus pensamientos se enturbiaron, como si se estuviera ahogando en un lago oscuro.
-Y miren, no me gustan mucho los lagos oscuros- murmuró Jason
-Ni eso de ahogarse- dijo Piper
Lo siguiente de lo que fue consciente es de que sus ojos se abrieron. Estaba sentado en un sillón junto al fuego. Clovis y Annabeth se hallaban arrodillados junto a él.
—… muy grave —estaba diciendo Clovis.
-Que buena manera de despertar- dijo Frank
-Excelente manera- dijo Jason con sarcasmo
—¿Qué ha pasado? —preguntó Jason—. ¿Cuánto tiempo…?
—Solo unos minutos —dijo Annabeth—. Pero ha sido tenso. Casi te deshaces.
Jason esperaba que no lo dijera en sentido literal,
-Más o menos- murmuró Annabeth
-Mejor no quiero saberlo- dijo Jason
-Esa es otra buena decisión- comentó Percy
pero la chica tenía una expresión seria.
—Normalmente los recuerdos se pierden por un buen motivo —dijo Clovis—. Se hunden bajo la superficie como los sueños, y si se duerme bien, puedo recuperarlos.
-Ojalá hubiera sido tan fácil como dormir- dijo Jason
-Bro, no- murmuró Percy
-Lo siento, bro- dijo Jason
Poseidón miró a su hijo con preocupación
Pero este…
—¿Lete? —preguntó Annabeth.
—No —respondió Clovis—. Ni siquiera Lete.
—¿Lete? —inquirió Jason.
-Lete, lugar donde no se debe ir nunca jamás- dijo Percy
-Queda anotado- dijo Leo
-Me parece perfecto- asintió Percy
Clovis señaló la rama del árbol del que caían gotas lechosas encima de la repisa de la chimenea.
—El río Lete, en el inframundo. Disuelve los recuerdos y limpia la mente para siempre. Esa es la rama de un chopo del inframundo sumergida en el río Lete.
-Que bueno que no la tocaste- dijo Rachel
-Un aplauso para Jason y sus increíbles decisiones- gritó Leo
Leo y Percy aplaudieron
Es el símbolo de mi padre, Hipnos. El Lete no es un sitio al que te convenga ir a nadar.
Annabeth asintió con la cabeza.
—Percy fue una vez.
-Percy siempre- bromeó Connor
-Percy siempre- suspiró Percy
-Y que lo digas- masculló Annabeth
Sally suspiró
Me dijo que era lo bastante poderoso para borrar la mente a un titán.
De repente Jason se alegró de no haber tocado la rama.
—Pero… ¿no es ese mi problema?
-Nop- dijo Percy
-Genial- bufó Jason
—No —dijo Clovis—. A ti no te han borrado la mente ni te han enterrado los recuerdos. Te los han robado.
-Nada peor que un ladrón de recuerdos- dijo Hermes
-Claro que sí, un ladrón de ganado- masculló Apolo
-¿Es en serio?- preguntó Hermes
-Por supuesto que sí- dijo Apolo
La lumbre crepitaba. Gotas de agua del Lete tintineaban en las tazas de hojalata sobre la repisa de la chimenea. Otro de los hijos de Hipnos murmuró en sueños algo relacionado con un pato.
-Espero que haya sido un buen sueño y no una pesadilla- señaló Leo
-Una vez soñé que un pato me perseguía un pato- dijo Connor
-Un pato con un cuchillo- añadió Travis
Connor asintió -Pueden ser muy malignos
-Una vez me mordió uno- comentó Zoé -afirmo que pueden ser peligrosos
-Mejor no soñar con patos- asintió Percy
—¿Robado? —preguntó Jason—. ¿Cómo?
—Un dios —contestó Clovis—. Solo un dios tendría esa clase de poder.
—Ya lo sabemos —dijo Jason—. Fue Juno. Pero ¿cómo lo hizo y por qué?
Zeus le dio una mirada asesina a su esposa, Hera se hizo la desentendida
Clovis se rascó el cuello.
—¿Juno?
—Se refiere a Hera —explicó Annabeth—. Por algún motivo, a Jason le gustan los nombres romanos.
-Les digo que Jason impone el desorden- dijo Travis
-Ay Jason- dijo Leo negando con la cabeza
-No lo hago- dijo Jason
—Hummm —musitó Clovis.
—¿Qué? —preguntó Jason—. ¿Significa algo?
—Hummm —repitió Clovis, y esta vez Jason se dio cuenta de que estaba roncando.
-Sí claro, con razón esa respuesta- dijo Piper
-Sí, ahora sí tenía mucho sentido su respuesta- dijo Jason
—¡Clovis! —gritó.
—¿Qué? ¿Qué? —Clovis abrió los ojos parpadeando—. Estábamos hablando de almohadas, ¿verdad?
-Sí, de cuál es la mejor para el descanso- dijo Percy
-La de plumas de pegaso, obviamente- dijo Leo
-Estoy totalmente de acuerdo- asintió Apolo
No, de dioses. Me acuerdo. Griegos y romanos. Claro, podría ser importante.
—Pero son los mismos dioses —dijo Annabeth—. Solo que con nombres distintos.
-Pues lamento decirte que no- dijo Hermes
Atenea resopló
—No exactamente —la corrigió Clovis.
Jason se inclinó hacia delante, completamente despierto.
—¿Cómo que no exactamente?
-Bueno, lo más despierto que se puede estar en la cabaña quince- dijo Jason
-Gracias por esa aclaración- dijo Percy
—Bueno… —Clovis bostezó—. Algunos dioses solo son romanos, como Jano o Pomona. Pero hasta los dioses griegos importantes…
-Somos los mejores- dijo Apolo
-Tengo que estar de acuerdo en eso- dijo Hermes
-También yo-asintió Afrodita
no solo cambiaron de nombre cuando pasaron a Roma. Su aspecto también cambió. Sus atributos cambiaron. Incluso tenían personalidades ligeramente distintas.
Atenea suspiró con irritación
—Pero… —Annabeth vaciló—. De acuerdo, la gente tal vez los vio de forma distinta a lo largo de los siglos, pero eso no cambia quiénes son.
—Claro que sí
-Pues sí, querida- dijo Afrodita
-Ahora hay que aprenderse los nombres griegos y romanos- murmuró Percy
-Por eso nada mejor que la experiencia- señaló Leo
Clovis empezó a quedarse dormido, y Jason chasqueó los dedos debajo de su nariz.
—¡Ya voy, madre! —gritó—.
-Habría estado mal si me reía ahí- dijo Jason riendo
Annabeth también rió
Digo… Sí, estoy despierto. Esto…, las personalidades. Los dioses cambian para reflejar las culturas que los acogen. Ya lo sabes, Annabeth.
-Sí, pero no todo- masculló Annabeth
-Sí, así me siento yo a veces- dijo Percy dándole una mirada divertida a su novia
Annabeth resopló
Hoy día, a Zeus le gustan los trajes hechos a medida, los reality shows y ese restaurante chino de la calle Veintiocho Este, ¿verdad?
-Ese restaurante chino debe ser muy bueno- comentó Apolo
-No mejor que mis tacos- dijo Leo
-Sus tacos son muy buenos- dijo Piper
-Así que espero que en tu estancia aquí algún día nos cocines- dijo Apolo
-Por supuesto, sólo si no me fulminan- dijo Leo con una sonrisa brillante
Lo mismo pasó en la época romana, y los dioses fueron romanos casi tanto tiempo como griegos. Fue un gran imperio que duró siglos.
Los romanos se veían satisfechos
Así que, naturalmente, sus características romanas siguen siendo una parte muy importante de su carácter.
—Es lógico —dijo Jason.
-Sí claro- dijo Piper
-Super claro- asintió Percy
Annabeth sacudió la cabeza, desconcertada.
—Pero ¿cómo sabes todo eso, Clovis?
—Oh, paso mucho tiempo soñando.
-Clovis es una buena fuente de información- dijo Nico
-Y vaya que sí- dijo Annabeth -por supuesto tiene sentido con todo lo que sueña
Nico asintió
Veo a los dioses continuamente, siempre cambiando de forma. Los sueños son fluidos, ya sabes. Puedes estar en distintos sitios al mismo tiempo, siempre cambiando de identidad.
-Yo no he podido cambiar de identidad- dijo Percy cruzado de brazos
En realidad, se parece mucho a ser un dios. Hace poco soñé que estaba viendo un concierto de Michael Jackson,
Travis asintió -Yo una vez soñé que estaba en un programa de esos de policías y ladrones y por supuesto nunca me atrapaban porque soy increíble
-Yo una vez soñé que me casaba con uno de esos chicos lindo de los libros- suspiró Katie
-¡Oye!- se quejó Travis
Katie rió ante la expresión de su novio y luego lo besó
y de repente estaba en el escenario con él, cantando un dueto, y no me acordaba de la letra de « The Girl Is Mine» . Qué vergüenza, colega…
-Sí, qué horror- dijo Will -es muy malo que se te olvide la canción
-A Bianca una vezse le olvidó lo que iba a decir en la celebración de la escuela y dijo pura tontería- comentó Zoé
-Gracias- masculló Bianca
-Es terrible que pase eso- dijo Will -sobretodo cuando hay público
-Y cuando no te dejan olvidarlo- bufó Biaca
—Clovis —lo interrumpió de pronto Annabeth—, ¿puedes volver a Roma?
—Claro, Roma —dijo Clovis—. Llamamos a los dioses por sus nombres griegos porque es su forma original.
-100% original- dijo Apolo
-Del país de origen- asintió Hermes
Pero decir que sus características romanas son exactamente iguales no es verdad. En Roma se volvieron más belicosos.
-Y vaya que sí- murmuró Percy
Los romanos sonrieron un poco
No se mezclaban tanto con los mortales. Eran más duros, más poderosos: los dioses de un imperio.
—¿Como el lado oscuro de los dioses? —preguntó Annabeth.
-Digamos que para algunos- murmuró Apolo viendo de reojo a Atenea
Atenea le dio una mirada indignada
—No exactamente —respondió Clovis—. Representaban la disciplina, el honor, la fuerza…
—Cosas buenas, entonces —dijo Jason. Por alguna razón, sentía la necesidad de defender a los dioses romanos,
-Oye, tu tranqui- bromeó Leo
-Jason a punto de pelear- dijo Percy
-No iba a ponerme a pelear- dijo Jason
-No iba a ponerse a pelear porque tampoco quería meterse con Annabeth- señaló Miranda
-Es probable- murmuró Jason
pero no estaba seguro de por qué le importaban—. O sea, la disciplina es importante, ¿no? Es lo que hizo que el Imperio romano durara tanto.
-Por supuesto- dijo Reyna
Clovis le lanzó una mirada de curiosidad.
—Es cierto. Pero los dioses romanos no eran precisamente muy amistosos.
-Eso también es cierto- señaló Hermes
-Aunque seguimos siendo increíbles- dijo Apolo
-Somos fabulosos- asintió Afrodita
Por ejemplo, mi padre, Hipnos…, no hacía gran cosa salvo dormir en la época griega. En la época romana, lo llamaron Somnus.
-Dio algunos problemas- dijo Apolo -¿Pero quién no?
-Eso me hace sentir muchísimo mejor- murmuró Jason
Le gustaba matar a la gente que no estaba despierta en el trabajo. Si se quedaban dormidos en el momento inoportuno, zas: ya no se despertaban.
-Sí, recuerdenme eso cuando quiera dormir en un trabajo- murmuró Percy
-Qué horror- dijo Hazel
-Y que lo digas- comentó Rachel
Mató al timonel de Eneas cuando venían de Troya.
—Qué tío más majo —comentó Annabeth—. Pero sigo sin entender qué tiene que ver eso con Jason.
-Bueno, al no tener toda la información es lógico que estén tan confundidos- dijo Artemisa
Los chicos hicieron muecas
—Yo tampoco lo entiendo —dijo Clovis—. Pero si Hera te ha robado la memoria, solo ella te la puede devolver.
-Genial- dijo Jason
-Un gran servicio- dijo Percy
-Paquete todo incluido- comentó Leo
-No, no incluye la memoria- señaló Connor
Y si yo tuviera que ver a la reina de los dioses, confiaría en que estuviera más del humor de Hera que del humor de Juno.
-Definitivamente- dijo Apolo
-Tampoco es que sea mejor- bufó Hefesto
-Basta de eso- gruñó Hera
¿Puedo volver a dormir ya?
Annabeth se quedó mirando la rama que había encima de la lumbre goteando agua del Lete en las tazas.
Annabeth suspiró
Parecía tan preocupada que Jason se preguntó si estaría planteándose beber para olvidar sus problemas.
-No- dijo Percy -no se te vaya a ocurrir
-No lo iba a hacer- dijo Annabeth
-Gracias a los dioses- suspiró Percy
Entonces se levantó y lanzó a Clovis su almohada.
—Gracias, Clovis. Nos vemos en la cena.
—¿Puedo llamar al servicio de habitaciones?
-Sí, si tan solo tuviéramos servicio de habitaciones- dijo Connor
-Podríamos implementar que la cabaña con la calificación más baja sea la que nos dé el servicio de habitaciones- dijo Miranda
-Mejor no, gracias- murmuró Connor
—Clovis bostezó y se dirigió a su litera dando traspiés—. Me apetece… zzz…
Cayó con el trasero en alto y la cara hundida en la almohada.
-Una posición muy cómoda para dormir- asintió Leo
-Oye, a él le puede parecer una buena posición- dijo Percy -las personas son raras
—¿No se ahogará? —preguntó Jason.
—A él no le pasará nada —dijo Annabeth—. Pero estoy empezando a pensar que tú estás en un buen lío.
-Y tenías toda la razón- dijo Jason
Annabeth suspiró
-Bueno, el capítulo acabó ¿A quién le paso el libro?- preguntó Connor
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