—Entonces ¿Quién lee?— dijo Apolo
—Yo— dijo Rachel
—De acuerdo, recuerden que el que se duerma primero va a tener que pagar 10 dracmas— señaló Connor
—Eso no era parte del trato— murmuró Zoé —no tengo 10 dracmas, no tengo ni uno
—Nosotros tampoco— señaló Katie
—Parte del trato— repitió Connor
—De acuerdo, como yo voy a leer, no cuento en ese trato— dijo Rachel sonriendo —capítulo 51, Piper
—¡Jason!
Piper no paraba de gritar su nombre mientras lo abrazaba, pero prácticamente había perdido la esperanza. Él llevaba dos minutos inconsciente.
—Ya no más golpes— se quejó Jason
—Todavía faltan unos cuantos— dijo Leo
—Por esos horribles minutos— asintió Thalia
Su cuerpo humeaba, y tenía los ojos en blanco. Ella ni siquiera sabía si todavía respiraba.
—Y es por eso que si alguien les dice "cierren los ojos", ustedes los cierra y ya— comentó Leo
Will le dio una mirada de "te lo dije" a Nico
—Bueno, hay muchas cosas que podrían salir mal en esa afirmación— señaló Apolo —solo haganlo cuando un dios va a revelar su forma real
Ahora Nico le dio a Will una mirada de suficiencia
—Papá— se quejó Will
—Es inútil, niña.
Hera se alzaba por encima de ellos con su sencilla túnica negra y su chal.
Piper no había visto a la diosa explotar como una bomba nuclear.
—Porque sí sabes seguir indicaciones— dijo Leo
—Siempre hay que aprender a seguir indicaciones— asintió Piper
—Pipes— masculló Jason
—Lo siento chispitas, es que aún no puedo creer que lo hicieras, mejor dicho que no lo hicieras— comentó Piper
—Es un poco difícil aceptarlo— dijo Thalia
Afortunadamente, había cerrado los ojos, pero podía ver los efectos secundarios. Todo vestigio del invierno había desaparecido del valle. Tampoco quedaban señales de la batalla. Los monstruos se habían volatilizado.
—Así que pueden imaginar cómo fue esa bomba nuclear— dijo Piper
—Bastante mala— dijo Percy
—Definitivamente— asintió Leo
Las ruinas habían vuelto a su estado anterior: seguían siendo ruinas, pero sin señales de haber sido invadidas por una horda de lobos, espíritus de la tormenta y ogros de seis brazos.
—Ruinas, pero sin monstruos— dijo Miranda —es lo importante
—Claro que sí, siempre hay que ver el punto bueno de esto— asintió Leo
—Por supuesto— dijo Jason
Hasta las cazadoras se habían reanimado. La mayoría de ellas esperaban a una distancia respetuosa en el prado, pero Thalia se hallaba arrodillada junto a Piper, con la mano posada en la frente de Jason.
Thalia resopló
—¿Quieres que Piper lo vuelva a golpear?— preguntó Leo
—Sí— dijo Thalia
—Quedamos que ya no— dijo Jason
—En realidad, ninguno de nosotros dijo que ya no— señaló Thalia
Thalia fulminó con la mirada a la diosa. —Es culpa vuestra. ¡Haced algo!
—No te dirijas a mí de esa forma, muchacha. Soy la reina…
—¡Ocupaos de él!
Hera le dio una mirada envenenada. Thalia resopló
En los ojos de Hera parpadeaba una gran fuerza.
—Yo le advertí. Nunca habría hecho daño a propósito a este muchacho. Iba a ser mi campeón. Os dije que cerrarais los ojos antes de que revelara mi verdadera forma.
—Eso es cierto— asintió Hermes
—Fueron unos pequeños errores de cálculo por parte de Jason— comentó Apolo
—Pequeñísimos errores— dijo Leo
—A cualquiera le podría pasar— se defendió Jason
—Pero te pasó a ti— argumentó Leo
—No hay ni cómo argumentar contra eso— señaló Travis
—Ejem… —Leo frunció el entrecejo—. Vuestra verdadera forma es peligrosa, ¿verdad? Entonces, ¿por qué lo habéis hecho?
—Era una pregunta que se tenía que hacer en ese momento— dijo Leo encogiéndose de hombros
—Digamos que era un poco justa la pregunta— señaló Apolo
—Claro que lo iban a preguntar— asintió Poseidón
—Era bastante lógico— coincidió Hermes
—¡Desaté mi poder para ayudaros, tonto! —chilló Hera—. Me convertí en energía pura para poder desintegrar a los monstruos, restaurar este sitio y salvar a esas desgraciadas cazadoras del hielo.
Thalia bufó
—De no haberlo hecho los monstruos los hubieran superado demasiado pronto— resopló Hera
—Eso también es cierto— dijo Artemisa
Thalia hizo una mueca
—¡Pero los mortales no pueden miraros con esa forma! —gritó Thalia—. ¡Lo habéis matado!
—Pero ella nos advirtió, Thalia— señaló Jason
—¿Ves? Y luego no quieres que digamos que aprendes por las malas— comentó Leo
—Es bastante lógico que así aprende— dijo Apolo
—Muchas gracias— murmuró Jason
—Y dado que fuentes cercanas nos han dicho que Helena se cayó del tercer piso, podemos afirmar que eso viene de familia— bromeó Travis
—De la parte romana, obviamente— dijo Thalia riendo
Jason le dio una mirada ofendida
—Podemos afirmar que también aprende por las malas— dijo Esperanza
—Eso no es cierto— dijo Helena somnolienta
Leo movió la cabeza, consternado.
—Eso es lo que significaba nuestra profecía. « Y la muerte se desatará con la ira de Hera» . Venga, señora. Sois una diosa. ¡Hacedle vudú! Resucitadlo.
—Nosotros no hacemos vudú— dijo Apolo
—Bueno pues sonaba como a buena idea que lo hicieran— comentó Leo
—Probablemente no tanto— señaló Hermes
Piper estaba oyendo a medias la conversación, ya que estaba más centrada en la cara de Jason.
—¡Respira! —anunció.
—Eso no puede ser— dijo Atenea
—Pero está aquí, así que sí puede— señaló Afrodita
—Eso fue por las Puertas de la Muerte— dijo Atenea
—Pero está aquí— repitió Afrodita
—Imposible —dijo Hera—. Ojalá fuera verdad, niña, pero ningún mortal ha…
—Jason —dijo Piper, infundiendo al nombre toda su fuerza de voluntad. No podía perderlo—. Escúchame. Puedes conseguirlo. Vuelve. Vas a estar bien.
Jason le sonrió —La fuerza de voluntad ayudó
—Gracias a los dioses— dijo Piper
No pasó nada. ¿Se había imaginado que respiraba?
—La curación no es un poder de Afrodita —dijo Hera con pesar—. Ni siquiera yo puedo solucionarlo, muchacha. Su espíritu mortal…
—Es que nunca había pasado algo así— dijo Artemisa
—Estos niños siempre rompen las reglas, creo que ya deberíamos estar acostumbrados— dijo Hermes
—Es verdad— suspiró Poseidón
—Jason —repitió Piper, y se imaginó que su voz resonaba a través de la tierra hasta el inframundo—. Despierta.
Él dejó escapar un grito ahogado, y sus ojos se abrieron de repente.
—Bueno, eso es nuevo, aún así no lo intenten en casa— dijo Apolo impresionado
—Ni en ningún lado si es posible— dijo Piper
—En ningún lado me parece bien— comentó Jason
—Aprendimos la lección, muchas gracias por ello— dijo Travis
—De nada— dijo Jason
Por un instante, se vieron inundados de luz: reluciente oro puro. Luego la luz desapareció súbitamente, y sus ojos volvieron a su estado normal.
—Fue un poco terrorífico— dijo Leo
—Bastante terrorífico realmente— asintió Piper
—Pero al menos está vivo— dijo Artemisa
—Lo cual es una buena noticia— dijo Thalia
—¿Qué… qué ha pasado?
—¡Imposible! —exclamó Hera.
—Creo que con ellos nada es imposible, al parecer— comentó Perséfone
—Al parecer— asintió Apolo
Zeus también se veía impresionado
Piper lo rodeó con los brazos hasta que él se quejó.
—Me estás aplastando.
—Estás viendo que acaba de regresar y todavía lo aplastas— dijo Leo negando con la cabeza
—Lo siento— dijo Piper —no fue mi intención
—No pasa nada— dijo Jason
—Lo siento —dijo ella, tan aliviada que se echó a reír mientras se enjugaba una lágrima del ojo.
—No vuelvas a hacer eso— chilló Piper
—Ya aprendí la lección— comentó Jason
—Eso bueno— asintió Percy
Thalia tomó la mano de su hermano.
—¿Cómo te encuentras?
—Tengo calor —murmuró él—. Y la boca seca.
—Bastante lógico eso— dijo Hermes
—¿Quién diría que ver a una diosa "explotar" te iba a dar calor?— preguntó Leo
—Todos los días aprendemos algo nuevo— dijo Percy
—Y todo gracias a Jason— dijo Leo
He visto algo… terrible.
—Era Hera —gruñó Thalia—. Su Majestad, la Bomba de Relojería.
—Eres una irreverente— masculló Hera
—Gracias— respondió Thalia ganándose una mirada envenenada de la diosa
—Se acabó, Thalia Grace —dijo la diosa—. Te voy a convertir en un cerdo, así que…
—Basta ya —espetó Piper.
Sorprendentemente, las dos se callaron.
—Vaya, eso también es nuevo— dijo Apolo
—Para mí también fue bastante nuevo— asintió Piper
Afrodita miró a su hija con una sonrisa
Piper ayudó a Jason a levantarse y le dio el néctar que les quedaba de las provisiones.
—Gracias— dijo Jason
—De nada— dijo Piper
—Lo necesitabas— asintió Leo
—Y vaya que sí— dijo Thalia
—A ver… —Piper se volvió hacia Thalia y Hera—. Hera, Su Majestad, no podríamos haberos rescatado sin las cazadoras. Y, Thalia, no habrías vuelto a ver a Jason, ni yo lo habría conocido, de no haber sido por Hera.
Las mencionadas resoplaron, lo que fue un poco gracioso para algunas al ver las expresiones parecidas, pero controlaron perfectamente su cara de poker
Así que dejad de lado las diferencias porque ahora mismo tenemos problemas más importantes.
Afrodita miró a su hija con orgullo —Así es como se hace cariño
—Gracias— dijo Piper levemente sonrojada
Las dos le lanzaron una mirada fulminante y, durante tres segundos, Piper no supo cuál de las dos iba a matarla primero.
—Ya encontramos a la más suicida de todos— bromeó Percy
—Ciero, mira que enfrentarte a las dos juntas— señaló Apolo
Hera bufó
—Me alegra que hayas sobrevivido— dijo Leo
Sin embargo, al final Thalia gruñó:
—Tienes brío, Piper.
—Gracias— dijo Piper
—Qué te ganaste a la hermana— dijo Miranda
—Y también gané algo más— dijo Piper riendo
Sacó una tarjeta plateada de su anorak y la metió en el bolsillo del forro polar de Piper.
—Si alguna vez quieres ser cazadora, llámame. Nos vendrías bien.
Jason miró a su hermana con el ceño fruncido
—Ya entendí que nos dijo que no— comentó Thalia riendo
—Bastante obvio, realmente— dijo Miranda —casi ni nos damos cuenta que te dijo que no
—Muchas gracias— dijo Piper sonrojada
Helena y Thom se miraron con el ceño fruncido
Hera se cruzó de brazos.
—Por suerte para esta cazadora, tienes razón, hija de Afrodita —evaluó a Piper como si la estuviera viendo claramente por primera vez—.
—Cosa que probablemente estaba haciendo— comentó Afrodita
Hera hizo un gesto para quitarle importancia
¿Alguna vez te has preguntado por qué te elegí para esta misión, por qué no te revelé tu secreto al principio, incluso sabiendo que Encélado te estaba utilizando? Debo reconocer que hasta este momento no estaba segura.
—Muchas gracias— murmuró Piper
Algo me decía que serías vital para la misión. Ahora veo que tenía razón. Eres todavía más fuerte de lo que yo creía. Y estás en lo cierto con respecto a los peligros que se avecinan. Debemos trabajar juntos.
—Es lo más cercano a un cumplido que ha dicho en mucho tiempo— comentó Poseidón
Hera le dio una mirada asesina —Y siguen con sus tonterías— resopló la diosa
—Solo estaba remarcando un hecho— dijo Poseidón
Piper notó que se le encendía la cara. No sabía cómo responder al cumplido de Hera, pero Leo intervino.
—De nada, reina de belleza— dijo Leo
Piper le sonrió
—Sí —dijo—. No creo que Porfirio se haya derretido y se haya muerto sin más, ¿verdad?
—No —convino Hera—.
—Era demasiado bueno para que pasara— comentó Leo
—Definitivamente— asintió Piper
—No podía ser así de fácil— comentó Jason
—Aunque habría estado bien que lo fuera— dijo Leo
—Y que lo digas— murmuró Piper
Salvándonos a mí y este sitio, habéis impedido que Gaia se despierte. Nos habéis hecho ganar tiempo. Pero Porfirio se ha alzado. Simplemente sabía que no le convenía quedarse aquí, sobre todo porque todavía no ha recuperado todo su poder.
—Por supuesto que no le convenía— masculló Leo
—No es tan idiota— señaló Atenea
—Ojalá sí hubiera sido idiota— dijo Hermes
Los gigantes solo pueden morir a manos de una combinación de dios y semidiós trabajando conjuntamente. Cuando me liberasteis…
—Escapó —dijo Jason—. Pero ¿adónde?
—La pregunta del millón— dijo Apolo
—No es la pregunta del millón porque ya todos nos imaginábamos a donde— señaló Artemisa
—Que negativa estás hoy— masculló Apolo
Hera no contestó, pero a Piper la invadió una sensación de temor. Se acordó de que Porfirio había dicho que iban a matar a los dioses del Olimpo arrancándoles las raíces. Grecia. Miró la expresión seria de Thalia y se imaginó que la cazadora había llegado a la misma conclusión.
—De hecho— asintió Thalia —y no me gustó para nada la conclusión
—A mí tampoco— dijo Piper con una mueca
—A nadie— dijo Frank
—No te duermas— susurró Zoé a Helena
—¿Por qué?— se quejó Helena
—Porque si lo haces te quedarás tu sola aquí, hasta la mañana— susurró Bianca
—Bianca— se quejó Zoé
—Tengo que encontrar a Annabeth —dijo Thalia—. Tiene que saber lo que ha pasado aquí.
—Gracias— dijo Annabeth
Thalia le sonrió
—Thalia… —Jason le cogió la mano—. No hemos tenido ocasión de hablar de este sitio ni…
—Lo sé —la expresión de ella se suavizó—.
—Lo que sólo logra su hermano— señaló Percy
—Bueno, Piper logró que no la matara— comentó Leo
—Es un avance— asintió Piper
Thalia rodó los ojos
Te perdí aquí una vez. No quiero volver a dejarte. Pero dentro de poco nos reuniremos. Me encontraré con vosotros en el Campamento Mestizo
—Era necesario que nos separaramos— dijo Thalia
—Lo sé— suspiró Jason
—lanzó una mirada a Hera—. ¿Os aseguraréis de que llegan allí sin ningún percance? Es lo mínimo que podéis hacer.
—No te corresponde a ti decirme…
—Thalia es peor que yo— señaló Percy
—En realidad están bastante empatados— dijo Rachel
—No, Percy es peor— dijo Thalia
—Son iguales— dijo Annabeth
—¡No!— se quejaron Thalia y Percy
—Reina Hera —intercedió Piper.
La diosa suspiró.
—Está bien. Sí. ¡Y tú, lárgate, cazadora!
—Agradezcamos que Piper no terminó fulminada— dijo Leo
—Estoy agradecida por ello— dijo Piper
Thalia dio un abrazo a Jason y se despidió. Una vez que las cazadoras se hubieron marchado, el patio se quedó extrañamente silencioso.
—Lo que después de todo lo que había pasado fue muy raro— dijo Leo
—Y vaya que sí, nunca dirías que estar en silencio es extraño— dijo Piper
—Y vaya que lo es— murmuraron algunos de los chicos que estuvieron en la batalla de Manhattan
El estanque seco no mostraba ningún rastro de los zarcillos de tierra que habían traído de vuelta al rey de los gigantes y que habían encarcelado a Hera. El cielo nocturno estaba despejado y lleno de estrellas.
—Lo que era un poco irónico dado todo lo que ahí había pasado— dijo Piper
—También es cierto— asintió Leo
—Es la calma después de la tormenta— señaló Apolo
—Y sigo diciendo que así no es— dijo Artemisa —es la calma antes de la tormenta
El viento susurraba entre las secuoyas. Piper se acordó de la noche que ella y su padre habían dormido en el jardín de la casa del abuelo Tom en Oklahoma.
—Ese fue un buen recuerdo— dijo Miranda
—Realmente lo fue— dijo Piper con una sonrisa
Se acordó de la noche en el tejado de la residencia de la Escuela del Monte, cuando Jason la había besado… al menos en sus recuerdos alterados por la Niebla.
—Y ese fue un recuerdo mucho mejor— dijo Katie riendo
—Un no recuerdo mejor— dijo Piper encogiéndose de hombros
Jason se sonrojó
—Jason, ¿qué te pasó aquí? —preguntó—. O sea…, sé que tu madre te abandonó aquí, pero dijiste que era un lugar sagrado para los semidioses. ¿Por qué? ¿Qué pasó después de que te quedaras solo?
—La otra pregunta del millón— dijo Travis
—Esa sí es una pregunta del millón— señaló Hermes a Apolo
—Esa tampoco puede ser— dijo Apolo —ya sabemos lo que pasa ahí
—Pero ellos no —dijo Hermes
Jason movió la cabeza inquieto.
—Todavía no lo tengo claro. Los lobos…
—Se te concedió un destino —dijo Hera—. Entraste a mi servicio.
—Sí, eso explica todo— murmuró Thalia
Jason frunció los labios antes de decir:
—Porque obligasteis a mi madre a hacerlo. No podíais soportar saber que Zeus había tenido dos hijos con mi madre. Saber que se había enamorado de ella dos veces.
Thalia y Jason intercambiaron una mirada un poco incómoda. Mientras Hera le lanzaba a su marido una mirada de reproche y él fingía estar muy atento a la lectura
Fue el precio que exigisteis por dejar en paz al resto de mi familia.
—También esa fue la decisión correcta para ti, Jason —insistió Hera—.
—Sí claro— masculló Thalia
—Fue una buena decisión aunque no lo puedas ver— gruñó Hera
—Él merecía estar conmigo— bufó Thalia
La segunda vez que tu madre consiguió embaucar a Zeus para que le diera su amor fue porque se lo imaginó con otro aspecto: el aspecto de Júpiter. Eso nunca había pasado antes: dos hijos, uno griego y otro romano, nacidos en la misma familia.
—Y eso es peligroso— coincidió Zeus ganándose más miradas irritadas de su esposa
Tenías que estar separado de Thalia. Aquí es donde todos los semidioses de tu clase emprenden su viaje.
—¿De su clase? —preguntó Piper.
—Qué mal sonó eso— comentó Connor
—Realmente sí sonó mal, podría haber dicho algo como "de su linaje"— señaló Hermes
—Es perfectamente entendible el punto— bufó Hera
—Se refiere a los semidioses romanos —explicó Jason—. Se deja aquí a los semidioses. Y conocemos a la diosa loba Lupa, la misma loba inmortal que crió a Rómulo y Remo.
—Ah— murmuró Miranda
—Sí, tiene perfecto sentido para nosotros— dijo Katie
—En realidad no— murmuró Connor
Hera asintió.
—Y si sois lo bastante fuertes, sobrevivís.
Los romanos se veían orgullosos de sí mismos, lo que no era para menos
—Pero… —Leo parecía desconcertado— ¿qué pasó después? Jason no llegó al campamento.
—Al Campamento Mestizo, no —convino Hera.
—Nuestro secreto mejor guardado— dijo Apolo
—Cállate Apolo— masculló Hera
—Sí era el mejor guardado, incluso Apolo lo guardó— asintió Hermes
—Yo siempre guardo los secretos— masculló Apolo
—Esa afirmación es algo relativa— comentó Artemisa
Piper se sentía como si el cielo estuviera dando vueltas encima de ella, mareándola.
—Fuiste a otro sitio. Allí es donde has estado todos estos años. Otro sitio para los semidioses… pero ¿dónde?
—Muchas preguntas y pocas respuestas— dijo Leo
—Como siempre— dijo Percy
Los semidioses hicieron una mueca
Jason se volvió hacia la diosa. —Los recuerdos están volviendo a mí, pero no la ubicación. No me la vais a decir, ¿verdad?
—No —respondió Hera—.
Annabeth resopló, Percy le sonrió
Forma parte de tu destino, Jason. Debes encontrar el camino de vuelta. Pero cuando lo hagas… unirás dos grandes poderes. Nos darás esperanza contra los gigantes y, lo que es más importante… contra la mismísima Gaia.
—A ver si así ya entiende que eso es por el bien de todos nosotros— masculló Hera
—Tus métodos no fueron los mejores, pero tienes razón— dijo Afrodita
Los demás dioses aunque a regañadientes, aceptaron
—Queréis que os ayudemos —dijo Jason—, pero os calláis información.
—Darte respuestas invalidaría esas mismas respuestas —declaró Hera—. Es la costumbre de las Moiras.
—Eso es cierto— coincidió Apolo
—Así es esto— dijo Rachel
—Ya lo notamos— murmuró Leo
Debes forjarte tu propio camino para que signifique algo. De momento, los tres me habéis sorprendido. No habría creído posible…
—¿Qué nos unieramos?— preguntó Piper
—Yo creo que sí, dado que eran de ambos linajes— dijo Artemisa
—Tuvimos nuestros altibajos, pero terminamos siendo geniales— dijo Leo
—Por supuesto— dijo Piper
—Claro que sí— asintió Jason
La diosa negó con la cabeza.
—Basta con decir que lo habéis hecho bien, semidioses. Pero esto es solo el principio.
—Genial— murmuró Leo —me encanta ser el principio
—A todos nos encanta— asintió Piper
—Claro que sí, es lo mejor del mundo— dijo Jason
Ahora debéis regresar al Campamento Mestizo, donde empezaréis a planificar la siguiente fase.
—De la que tampoco nos vais a hablar —gruñó Jason—.
—No— dijo Leo
—Nada más era para confirmarlo— asintió Jason
Y me imagino que habéis destruido a mi caballo, así que tendremos que volver andando a casa.
—O podrían robar otro helicóptero— señaló Connor
—Lo tomamos prestado— dijo Leo
—Claro, así es como se le llama ahora— asintió Connor
—Por supuesto— dijo Leo
Hera rechazó la pregunta con un gesto de la mano.
—Los espíritus de la tormenta son criaturas del caos. No lo destruí, pero no tengo ni idea de adónde ha ido ni de si volverás a verlo.
—Dado lo que dijo Percy, creo que sí lo va a volver a ver— comentó Apolo
—Y vaya que lo volvió a ver— dijo Piper
—Qué gran caballo— dijo Katie
Pero hay una forma más fácil de que volváis a casa. Como me habéis hecho un gran favor, os ayudaré… al menos, esta vez. Adiós por el momento, semidioses.
El mundo se puso patas arriba, y Piper estuvo a punto de perder el conocimiento.
—Fue horrible— dijo Piper
—Bastante malo— coincidió Leo
—Y que lo digan— murmuró Jason con una mueca
Cuando volvió a ver bien estaba de nuevo en el campamento, en el pabellón del comedor, en plena cena.
—Interrumpieron la cena— bromeó Travis
—En realidad, animaron la cena— dijo Connor
—Nos encanta animar cenas— dijo Leo
—Es lo que mejor se nos da— asintió Piper
Se hallaban de pie sobre la mesa de la cabaña de Afrodita, y ella tenía un pie en la pizza de Drew. Sesenta campistas se levantaron al unísono, mirándolos boquiabiertos de asombro.
—Pues sí, fue todo un espectáculo— dijo Miranda
—Hace mucho que no teníamos ese tipo de programación en la cena— dijo Travis
—Nos encanta que les haya gustado— comentó Leo —estén preparados para la próxima
—No, no quiero una próxima— dijo Piper con una mueca
—No sería bueno— murmuró Jason
Fuera lo que fuese lo que Hera había hecho para lanzarlos a través del país, no era bueno para el estómago de Piper. Apenas podía controlar las náuseas. Leo no tuvo tanta suerte.
—Nos dimos cuenta— dijo Connor
—También era parte del espectáculo— comentó Leo sonrojado
—Te quedó excelente— dijo Connor
—Muchas gracias— dio Leo
Saltó de la mesa, echó a correr hacia el brasero de bronce que tenía más a mano y vomitó en él, lo que probablemente no fue un gran holocausto para los dioses.
—Muchas gracias por eso— masculló Apolo
—Lo siento— dijo Leo —nada me había preparado para eso
—Lo notamos— asintió Apolo
—¿Jason?
Quirón avanzó trotando. Seguro que el viejo centauro había visto miles de cosas raras, pero hasta él estaba totalmente atónito.
—Nos llevamos el premio— dijo Piper
—Somos increíbles— dijo Leo
—¿Qué…? ¿Cómo…?
Los campistas de Afrodita se quedaron mirando a Piper con la boca abierta.
Piper se imaginó que debía de estar espantosa.
—Fue sobretodo la impresión— dijo Miranda
—Y el hecho de que tenías tu pie en la pizza de Drew— dijo Connor
—Ese es un hecho que a pocos les pasa desapercibido— bromeó Travis
—Ahora tienen sentido las miradas— dijo Piper riendo
—Hola —dijo, lo más despreocupadamente posible—. Hemos vuelto.
—Para enfatizar la llegada— dijo Piper
—Te quedó perfecto— dijo Miranda
—Gracias— dijo Piper
Helena realmente estaba intentando no dormirse hasta acabar el capítulo, también movía a su hermano de vez en cuando para que tampoco lo hiciera, no quería quedarse sola en la Sala y además tampoco tenía 10 dracmas, pero aunque en días anteriores había dormido poco por el constante acecho de los monstruos, esta vez estaba segura y calientita y no podía hacer mucho sobre eso.
LIIPiper
Piper no recordaba gran cosa sobre el resto de la noche. Les contaron su historia y respondieron a un millón de preguntas de los otros campistas, pero al final Quirón vio lo cansados que estaban y les mandó que se acostaran.
—Lo que más me gustó de eso— dijo Leo
—A mí también— coincidió Piper
—fue de lo mejor— comentó Jason
Era tan agradable dormir en un colchón de verdad y estaba tan agotada, que se durmió enseguida, lo que le evitó cualquier preocupación sobre su regreso a la cabaña de Afrodita.
—Lo importante era dormir— asintió Rachel
—Y en un buen colchón— dijo Piper
—Esas prioridades sí están ordenadas— dijo Katie
—Voy aprendiendo a ordenarlas— comentó Piper con una sonrisa
A la mañana siguiente se despertó en su litera, sintiéndose con nuevas fuerzas. El sol entraba por las ventanas acompañado de una agradable brisa. Podría haber sido primavera en lugar de invierno. Los pájaros cantaban.
—Calmate Blanca Nieves— dijo Leo riendo
—Oye, casi me sentía como ella— bromeó Piper
—Lo que provoca dormir en un buen colchón— dijo Rachel
Los monstruos aullaban en el bosque. Del pabellón comedor venían aromas del desayuno: beicon, tortitas y toda clase de alimentos deliciosos.
—Lo que más nos gusta— asintió Connor
—Excelente servicio de comida— dijo Travis
—10/10— asintió Percy
Drew y su grupo estaban observándola con mirada ceñuda, cruzados de brazos.
—Buenos días —Piper se incorporó y sonrió—. Hace un día precioso.
—Alguien amaneció optimista— dijo Thalia
—Como dijo Rachel, es lo que provoca dormir en un buen colchón— comentó Piper
—Es la mejor medicina— asintió Leo
—Vamos a llegar tarde al desayuno por tu culpa —dijo Drew—, lo que significa que limpiarás la cabaña para la inspección.
Una semana antes, Piper le habría dado a Drew un puñetazo en la cara o se hubiera vuelto a esconder debajo de las mantas.
—Probablemente más la segunda opción— murmuró Piper
—Y ahora queremos saber entonces que harás— dijo Travis
—Tal vez si dejaras a Rachel seguir leyendo...— mencionó Katie
Sin embargo, en ese momento pensó en los cíclopes de Detroit, en Medea en Chicago y en Midas convirtiéndola en oro en Omaha. Miró a Drew, que antes tanto la fastidiaba, y se echó a reír.
—Después de la hechicera nada puede ser peor— dijo Rachel
—No, en ese momento no— dijo Piper encogiéndose de hombros
La expresión de suficiencia de Drew se descompuso. Retrocedió y acto seguido se acordó de que se suponía que estaba enfadada.
—Supongo que esa no era la reacción que esperaba— dijo Reyna
—Yo creo— dijo Piper —se le cayó un poco esa fachada de mala
—¿Qué estás…?
—Retándote —dijo Piper—. ¿Qué tal al mediodía en la palestra? Puedes elegir las armas.
—¿Por qué no vimos ese combate?— preguntó Travis
—Porque no hubo tal— respondió Piper
—Habría sido increíble que hubiera— dijo Leo
—Tal vez— murmuró Piper
Salió de la cama, se estiró sin prisa y sonrió a sus compañeros de cabaña. Vio a Mitchell y a Lacy, que la habían ayudado a hacer el equipaje para la misión.
—Ellos sí supieron preparar una buena mochila de viaje— dijo Piper riendo
—Y además no creían que fueras tan inepta— dijo Leo
—Eso también es importante— asintió Piper
Los dos sonreían tímidamente, desplazando la vista rápidamente de Piper a Drew como si fuera un partido de tenis muy interesante.
—Vemos que está siendo bastante interesante— dijo Thalia
—Y eso que a penas era el principio— murmuró Piper
—Entonces esto se va a poner mejor— dijo Thalia
—¡Os he echado de menos, chicos! —anunció Piper—. Nos lo vamos a pasar en grande cuando yo sea la líder.
—Sí nos la pasamos bien— dijo Piper
Drew se puso como un tomate. Incluso sus lugartenientes más cercanos parecían estar un poco nerviosos. Aquello no figuraba en el guión.
—¡Producción, producción!— gritó Leo
—Hay un problema con este guín, cambialo— dijo Percy siguiéndole el juego
—En ese momento es cuando suena la música dramática y hacemos un acercamiento a su cara— dijo Leo
—Y tal vez un cambio de vestuario para Piper que sigue en pijama— dijo Percy
—¡Acción!— gritó Leo
—Tú… —farfulló Drew—. ¡Bruja fea! Yo soy la que lleva aquí más tiempo. No puedes…
—Sus insultos de niña de primaria— resopló Clarisse
—¿Retarte? —dijo Piper—. Claro que puedo. Según las normas del campamento, Afrodita me ha reconocido. He completado una misión, que es más de lo que tú puedes decir.
—No se metan con Piper— dijo Travis
—Piper va con todo— dijo Rachel
Piper sonrió
Si considero que puedo trabajar mejor, puedo desafiarte. A menos que quieras dimitir. ¿Lo he entendido bien, Mitchell?
—Perfectamente, Piper.
—Así es cómo uno entiende las reglas— dijo Miranda —hasta que las aplicas
—A veces, porque hay veces que no se entienden del todo— comentó Connor
Quirón lo miró con una ceja alzada y el chico le sonrió de manera inocente
Mitchell estaba sonriendo. Lacy daba saltos como si estuviera intentando despegar.
Unos cuantos chicos más empezaron a sonreír, como si estuvieran disfrutando viendo los distintos colores que estaba adquiriendo la cara de Drew.
—Lo estaban disfrutando— dijo Piper
—Nosotros también lo estamos disfrutando— comentó Miranda
—Y no te arrepientes de demostrarlo— dijo Katie
—No ¿Después de como nos ha tratado?— dijo Miranda
—Es verdad— asintió Travis
—¿Dimitir? —chilló Drew—. ¡Estás loca!
Piper se encogió de hombros. Entonces, con la velocidad de una víbora, sacó a Katoptris de debajo de la almohada, desenvainó la daga y le colocó a Drew la punta debajo de la barbilla.
—Vaya, eso no lo esperaba— dijo Katie
—Ella tampoco— comentó Piper
—Por eso Piper es una chica peligrosa— dijo Leo
—Ya lo notamos— asintió Thalia con una sonrisa
El resto de los presentes retrocedieron rápidamente. Un chico se chocó contra un tocador y lanzó una nube de polvo rosa.
—Para darle más ambiente— dijo Leo
—Le hacía falta— dijo Piper
—Así es como se hace una buena escena— dijo Apolo
—Se escucha bastante interesante— comentó Leo
—Un duelo, pues —dijo Piper alegremente—. Si no quieres esperar hasta el mediodía, ahora es un buen momento. Has convertido esta cabaña en una dictadura, Drew. Silena Beauregard sabía lo que no había que hacer.
Clarisse hizo una mueca, y el nombre también provocó una mueca en Sammy
Afrodita es amor y belleza. Ser cariñoso. Propagar la belleza. Buenos amigos. Buenos momentos. Buenos actos. No solo buena apariencia. Silena cometió errores, pero al final apoyó a sus amigos. Por eso era una heroína.
—Lo has entendido perfectamente cariño— dijo Afrodita orgullosa —y Silena también lo entendió
Los chicos que conocieron a Silena sonrieron tristemente, Chris y Clarisse se juntaron más.
Voy a arreglar las cosas, y tengo la sensación de que mamá estará de mi parte. ¿Quieres averiguarlo?
Afrodita sonrió
—Por la expresión de Afrodita, creo que sí estaría de tu parte— señaló Apolo
Piper también sonrió
Drew bizqueó recorriendo la hoja de la daga de Piper.
Pasó un segundo. Dos. A Piper le daba igual. Estaba pletórica de felicidad y confianza. Debía de notarse en su sonrisa.
—Y ahí se dio cuenta que no debía meterse contigo— dijo Katie
—No podía permitir que la cabaña siguiera siendo una dictadura— comentó Piper
—Yo… dimito —gruñó Drew—. Pero si crees que voy a olvidarme de esto, McLean…
—Espero que no lo olvides —dijo Piper—.
—De acuerdo, eso fue genial— dijo Miranda
—Gracias— dijo Piper
—Espero que Drew haya aprendido la lección de no subestimar a nadie— comentó Bianca
—Creo que no del todo— dijo Piper
Y ahora vete al comedor y explícale a Quirón por qué llegamos tarde. Ha habido un cambio de liderazgo.
—Esa es una perfecta justificación para llegar tarde— dijo Katie
—La mejor justificación del mundo— asintió Connor
Drew retrocedió hacia la puerta. Ni siquiera sus lugartenientes más cercanos la siguieron. Se disponía a marcharse cuando Piper dijo:
—Ah, una cosa más, Drew, cielo.
—Ay no— murmuró Piper sonrojada
—Esa expresión me dice que lo que sigue será genial— dijo Thalia riendo
—Es bastante… Interesante— dijo Rachel cuando sus ojos recorrieron el libro
La ex líder miró atrás de mala gana.
—Por si acaso crees que no soy una auténtica hija de Afrodita —dijo Piper —, ni se te ocurra mirar a Jason Grace. Puede que él todavía no lo sepa, pero es mío.
—Pipes— murmuró Jason sonrojado
—Bastante interesante a mi parecer— dijo Thalia riendo
—Dioses— murmuró Piper sonrojada
—Quedó perfectamente claro tu punto— dijo Annabeth
—Así es como se aclaran las cosas— asintió Leo con una carcajada
—La clave para esto es la sutileza— dijo Katie riendo
—Muy bien cariño, así se hace— dijo Afrodita
—Sacó la sutileza de Afrodita, no cabe duda— comentó Apolo
—Ustedes que se querían ir a dormir cuando esto está tan interesante— señaló Connor
—¿Puedes seguir leyendo? Por favor— pidió Piper avergonzada
—No, espera— dijo Connor —hablando de dormir, ya vimos quienes nos deben los 10 dracmas
La verdad es que no fue una gran sorpresa cuando todos voltearon a ver a los mellizos, uno recargado en el otro dormidos
—Intentamos que no se durmieran— dijo Zoé bostezando
—Qué lindura— chilló Afrodita
—No me digas que les vas a cobrar 10 dracmas a dos niños pequeños— dijo Miranda
—Por supuesto que no ¿Quién haría eso?— preguntó Connor
—Es bueno sab…
—Se las voy a cobrar a Jason y Piper— continuó Connor
—Tengo como dos dracmas y ni siquiera sé cómo las conseguí— murmuró Piper
—Tengo 1 dracma y un caramelo de menta— dijo Jason
—Acepto el caramelo— dijo Connor
—De acuerdo— dijo Jason dándole el caramelo
Si alguna vez intentas dar un paso, te pondré en una catapulta y te dispararé a través del estrecho de Long Island.
—Bastante gráfico— dijo Thalia
—Quedó bastante claro lo de Jason— asintió Rachel sonriendo —creo que no se le olvidará
Piper y Jason se sonrojaron
Drew se dio la vuelta tan rápido que se chocó contra el marco de la puerta.
—Ni siquiera salió con la dignidad intacta— comentó Katie
—Estúpido marco de la puerta que se atraviesa— dijo Travis negando con la cabeza
—Yo odiaría al marco de la puerta si no me deja hacer mi salida triunfal— señaló Leo
—Creo que ella también lo odió— dijo Piper tratando de no reírse
Acto seguido se marchó.
La cabaña se quedó en silencio. Los otros campistas miraban fijamente a Piper. Esa era la parte de la que no estaba segura. No quería mandar inspirando miedo.
—A nadie le gustaría seguir estando en una tiranía— señaló Zoë
—Por lo menos Michel y Lacy te apoyan— dijo Leo
—Pero ahora sabemos que sí la apoyaron— comentó Katie
—Gracias a los dioses— suspiró Piper
Ella no era como Drew, pero no sabía si la aceptarían. Entonces, espontáneamente, los campistas de Afrodita prorrumpieron en vítores tan alto que debieron de oírles por todo el campamento.
—De hecho sí los escuchamos todos— asintió Travis —y cuando escuchamos la noticia supusimos que estaban de fiesta
—Casi estábamos de fiesta— dijo Piper
—Nos hubieran avisado tenemos las cosas más sofisticadas para una verdadera celebración— dijo Connor
Quirón lo miró con una ceja enarcada
—Una celebración obviamente muy tranquila— dijo Connor de manera solemne
—Obviamente— dijo Hermes
Sacaron a Piper de la cabaña, la auparon sobre sus hombros y la llevaron hasta el pabellón del comedor, todavía en pijama y con el pelo hecho un desastre, pero le daba igual. En su vida se había sentido mejor.
—Fue genial— dijo Piper
—Era la pijama de gala— dijo Rachel
—Por supuesto, se tenía que ver genial— asintió Piper
Afrodita sonrió
Por la tarde, Piper ya se había puesto la cómoda ropa del campamento y había dirigido a los miembros de la cabaña de Afrodita a lo largo de sus actividades matutinas. Estaba lista para disfrutar del tiempo libre.
—Ya era necesario— asintió Leo
—Y vaya que sí— dijo Piper
Se le había pasado parte del entusiasmo de la victoria porque tenía una cita en la Casa Grande. Quirón se reunió con ella en el porche en forma humana, apretujado en su silla de ruedas.
—Entra, querida. La videoconferencia está lista.
Piper suspiró
—Tu padre— supuso Afrodita
—Sí, necesitaba saber cómo estaba— dijo Afrodita
—Por supuesto que lo necesitabas, querida— asintió Afrodita
—Hubiera sido raro que no lo necesitaras— señaló Apolo
—Es cierto— suspiró Piper
El único ordenador del campamento estaba en el despacho de Quirón, y toda la habitación estaba protegida con placas de bronce.
—Los semidioses y la tecnología no se mezclan —explicó Quirón—.
—Pequeño detalle por ser semidiós— dijo Connor
—Lo de todos los días— dijo Leo
—Viene junto con los otros detalles como los monstruos— señaló Percy
—Es el paquete completo— asintió Piper
—El paquete VIP— dijo Leo —pídalo ahora y no se arrepentirá
—No, probablemente si se arrepienta— dijo Percy
Llamar por telefóno, enviar mensajes de texto, incluso curiosear en internet… todas esas cosas pueden atraer a los monstruos. Este mismo otoño, en un colegio de Cincinnati, tuvimos que rescatar a un joven héroe que buscó información de las gorgonas en Google y acabó recibiendo más de lo que esperaba,
—Pobre de él— dijo Travis negando con la cabeza
—Recibió la información de primera mano— dijo Leo
—Que horrible forma de recibir información— comentó Percy
—Es por eso que no debe hacerlo— señaló Quirón
—-No sotros no lo hacemos— dijo Travis seriamente
—Todos vemos que tienes los dedos cruzados— dijo Chris
—Y eso que eres mi hermano— murmuró Travis
pero olvídate de eso. Aquí, en el campamento, estás protegida. Aun así, intentamos tener cuidado. Solo podrás hablar unos minutos.
—Entendido —dijo Piper—. Gracias, Quirón.
—Unos minutos era mejor que nada— suspiró Piper —que en realidad no fue mucho
—Pero seguía siendo mejor que nada— dijo Rachel
—Tanto que se quejaban por irse a dormir y no paran de interrumpir— masculló Dionisio
Él sonrió y salió rodando del cuarto. Piper vaciló antes de apretar el botón de llamada. El despacho de Quirón tenía un ambiente desordenado y acogedor.
Quirón sonrió
Una de las paredes estaba cubierta de camisetas de distintas convenciones: PONIS JUERGUISTAS '09 LAS VEGAS, PONIS JUERGUISTAS '10 HONOLULU, etcétera. Piper no sabía lo que eran los « ponis juerguistas»,
—Y probablemente sea mejor así— dijo Quirón
—Con lo que hemos escuchado creo que es suficiente— dijo Leo
—No sé, a mí me parecieron geniales— dijo Travis
—Por supuesto que sí— bufó Deméter
pero a juzgar por las manchas, las quemaduras y los agujeros de pistola de las camisetas, debían de celebrar unas reuniones bastante salvajes.
—Son increíbles esas reuniones— suspiró Dionisio
—Debo admitir que esas reuniones son inolvidables— dijo Apolo
—Nos podemos imaginar, pero por favor no nos cuentes detalles— murmuró Will
—Me ofendes William— dijo Apolo
En el estante situado encima de la mesa de Quirón había un anticuado radiocasete con cintas en las que ponía « Dean Martin» , « Frank Sinatra» y « Grandes éxitos de los cuarenta».
—¿Los que utilizaron para espantar a los pájaros de Estínfalo?— preguntó Leo
—Una completa falta de respeto— suspiró Quirón
—Gracias por recordarlo— masculló Annabeth
—Lo sentimos— dijo Percy —pero funcionó— añadió con una sonrisa
Quirón era tan viejo que Piper se preguntó si se referiría a los años cuarenta del siglo XX, del XIX o tal vez a los años cuarenta antes de Cristo.
—Lo siento— murmuró Piper ante la mirada de Quirón
—Pero podría ser ¿No?— susurró Travis a Katie
—Suena probable— susurró Katie de vuelta —pero yo no quiero que me de esa mirada
—Tampoco yo— dijo Travis
Sin embargo, la mayor parte de las paredes estaban llenas de fotos de semidioses, como un salón de la fama. En una de las imágenes más recientes aparecía un adolescente con el pelo moreno y los ojos verdes. Como estaba cogido del brazo de Annabeth, Piper supuso que debía de ser Percy Jackson.
—Probablemente— asintió Percy
—¿Quién más iba a ser?— preguntó Annabeth rodando los ojos
—Un clon malvado —señaló Percy
—Tiene un punto perfectamente razonable— dijo Leo
—Pero seguiría siendo Percy— señaló Annabeth
—Pero puede que no— dijo Percy
Annabeth rodó los ojos
En otras fotos más antiguas, reconoció a personas famosas: hombres de negocios, atletas, incluso algunos actores que su padre conocía.
—Genial— dijo Katie —así que… De esos autógrafos que habíamos dicho...
—Lo intentaré— prometió Piper
—Gracias —dijo Katie
—Increíble —murmuró.
Piper se preguntó si algún día habría una foto suya en esa pared.
—Por supuesto que sí— asintió Quirón
Piper se sonrojó, Afrodita sonrió
Por primera vez, sentía que formaba parte de algo más grande que ella misma. Los semidioses existían desde hacía siglos. Hiciera lo que hiciese, lo hacía por todos ellos.
—Awwwww ¿Qué clase de sacrificio quieres?— preguntó Travis
—Cualquier cosa vegetariana— señaló Grover
—Te ganaste un caramelo— dijo Leo, sacando otro caramelo de su cinturón
—Muchas gracias— dijo Piper riendo
Respiró hondo y marcó. La pantalla de vídeo apareció de repente.
Gleeson Hedge le sonrió desde el despacho de su padre.
—¿Has visto las noticias?
—Esa es la mejor manera de iniciar una videollamada— asintió Leo
—El entrenador sí sabe cómo iniciar una llamada— dijo Piper
—Por supuesto que lo sabe y lo hace genial— dijo Leo
—Y vaya que sí— dijo Piper
—Es un poco difícil no enterarse —dijo Piper—. Espero que sepa lo que hace.
Quirón le había enseñado un periódico en la comida. El regreso inesperado de su padre de la nada había aparecido en primera plana.
—Fue una noticia muy sonada— asintió Rachel
—Nosotros también nos enteramos— admitió Katie
—Y no porque seamos parte de su club de fans ni nada por el estilo— dijo Miranda
—Por supuesto que no— dijo Katie
—Saben que eso es muy raro ¿No?— preguntó Piper
—Sí, pero ¿Has visto las películas de tu papá?— bromeó Miranda
—Por eso digo que hagamos una pijamada con las películas del papá de Piper— señaló Leo
—Por supuesto que no— dijo Piper
Su ayudante personal, Jane, había sido despedida por ocultar su desaparición y no avisar a la policía. El « entrenador vital» de Tristan McLean, Gleeson Hedge, había contratado e investigado al nuevo personal.
—El entrenador si sabe hacer las cosas— dijo Leo
—No que Jane— bufó Piper
Según el diario, el señor McLean afirmaba no recordar nada de la semana anterior, y los medios de comunicación estaban entusiasmados con la noticia.
—Por supuesto que sí— dijo Apolo
—A veces parece que no tuvieran vida personal— murmuró Piper
—Debemos admitir que cualquiera estaría deseoso de saber qué fue lo que pasó— señaló Apolo —aunque tal vez no lo que pasó en realidad
Algunos creían que era una ingeniosa estratagema de marketing de una película: ¿tal vez McLean iba a interpretar a un amnésico?
—Eso sería muy buena publicidad— señaló Hermes
—Sería una increíble estrategia— asintió Afrodita
—Ojalá lo fuera— dijo Piper
Otros creían que había sido secuestrado por terroristas, o admiradores fanáticos, o que había escapado heroicamente de unos buscadores de rescates utilizando las increíbles dotes de lucha del Rey de Esparta.
—Los admiradores fanáticos son horribles— dijo Apolo
—No suena muy bien eso de tener admiradores fanáticos— dijo Bianca
—No cuando te quieren secuestras— dijo Apolo
Fuera cual fuese la verdad, Tristan McLean era más famoso que nunca.
—Todo va estupendamente —prometió Hedge—. Pero no te preocupes. Vamos a mantenerlo alejado de la atención pública durante el siguiente mes más o menos,
—Fue genial que él lo cuidará— dijo Piper
—Sí, así nadie se quisiera meter con él— comentó Leo —y también fue genial que lo cuidara a pesar de que dijiste que se había desmayado en la lucha
—Sí— murmuró Piper sonrojada —sigo sintiendo eso, pero solo se me ocurrió
hasta que la situación se calme. Tu padre tiene cosas más importantes que hacer, como descansar y hablar con su hija.
Piper sonrió
—Eso es mucho más importante —asintió Hestia con una sonrisa
—Por supuesto que lo es— dijo Afrodita
—No se acomode demasiado en Hollywood, Gleeson —dijo Piper.
Hedge resopló.
—¿Bromeas? Esta gente hace que Eolo parezca cuerdo.
—Eso es cierto— asintió Piper
—Jamás lo había visto de esa manera— dijo Miranda
—Qué buena comparación— dijo Apolo
—Entonces mejor que no se acomode en Hollywood— dijo Leo
—Mucho mejor— dijo Piper
Volveré lo antes posible, pero tu padre tiene que recuperarse antes. Es un buen tipo. Ah, por cierto, me he ocupado de otro asuntillo. El Servicio de Parques del Área de la Bahía acaba de recibir una donación anónima de un nuevo helicóptero.
—Genial, ya no debemos un helicóptero— dijo Leo
—Oh sí, olvidé mencionar esa parte de la conversación— dijo Piper
—Ya nos dimos cuenta, reina de belleza— dijo Leo —pero al menos no me siento mal por robar un helicóptero
—Lo tomamos prestado— señaló Piper
Y la piloto que nos ayudó ha recibido una oferta muy lucrativa para trabajar de piloto del señor McLean.
—Que genial, porque también creo que la pusimos haber metido en problemas— murmuró Leo
—Pero al menos ahora tiene una mejor oferta— comentó Jason
—Ya no somos tan terribles personas— dijo Piper riendo
—Perfecto, a ver ahora que tomamos prestado— bromeó Leo
—Gracias, Gleeson —dijo Piper—. Por todo.
—Sí, bueno. No tengo que esforzarme para ser maravilloso. Me sale de forma natural.
—Claro que sí— asintió Percy
—Se nota a millas que lo es— dijo Piper
Y hablando del territorio de Eolo, te presento a la nueva ayudante de tu padre.
Alguien apartó a Hedge de un codazo, y una joven guapa sonrió a la cámara. —¿Mellie? —Piper la miró fijamente,
—Por eso es que el otro trabajo no era para ella— señaló Leo
—Eso ahora tiene mucho sentido— dijo Rachel
—Por supuesto que no era para ella— dijo Piper
pero sin duda era ella: el aura que les había ayudado a escapar de la fortaleza de Eolo—. ¿Ahora trabajas para mi padre?
—¿A que es estupendo?
—Sí— asintió Piper
—Y el entrenador súper sacrificado que la tiene trabajando ahí— bromeó Leo —no le digan que lo dije
—Será nuestro secreto— dijo Piper riendo
—¿Sabe que eres un…, ya sabes…, un espíritu del viento?
—Oh, no. Pero me encanta este trabajo. Es… un soplo de aire fresco.
—Una increíble metáfora viniendo de ella— comentó Apolo
—Le quedó increíble— dijo Piper
Piper no pudo evitar reírse.
—Me alegro. Es fabuloso. Pero ¿dónde…?
—Un momento —Mellie besó a Gleeson en la mejilla—. Venga, cabra vieja. Deja de acaparar la cámara.
—Es que la cámara lo ama— dijo Leo
—Y vaya que sí— asintió Piper
—Bien podría protagonizar una de esas películas donde todo el tiempo hacen artes marciales— señaló Percy
—Como Mulán— dijo Leo
—No lo sé, tal vez podría serlo— dijo Percy riendo
—¿Qué? —preguntó Hedge, pero Mellie lo apartó y gritó—: ¿Señor McLean?
¡Su hija está al aparato!
Un segundo más tarde, apareció el padre de Piper.
Piper sonrió
Tristan McLean sonrió abiertamente.
—¡Pipes!
Estaba estupendo: había vuelto a la normalidad,
—Tengo que admitir que fue mejor darle la poción— murmuró Piper
—Claro que lo fue cariño— dijo Afrodita
Piper suspiró
con sus relucientes ojos marrones, su barba de medio día, su sonrisa llena de seguridad y su pelo recién cortado como si estuviera listo para rodar una escena. Piper se sintió aliviada, pero también un poco triste.
—Después de todo lo que habías pasado es muy lógico— comentó Perséfone —sobretodo porque no había secretos con tu padre
—Sobretodo por ello— suspiró Piper
Que su padre volviera a la normalidad no era necesariamente lo que ella había deseado.
—O sea sí, pero no— murmuró Piper
—Claro querida, pero lo hice por él, por su bien— comentó Afrodita —tu padre no podía seguir con esos recuerdos, habrían quebrado su vida y al final sería peor para los dos
En su mente se puso en marcha un reloj. En una llamada normal como esa, hecha en un día laboral, apenas captaba la atención de su padre más de treinta segundos.
Piper hizo una mueca
—30 segundos tampoco es tan malo— dijo Leo
—No, ahora supongo que no— dijo Piper con un suspiro
—Hola —dijo débilmente—. ¿Te encuentras bien?
—Cariño, siento haberte preocupado con mi desaparición. No sé… —Su sonrisa vaciló, y Piper notó que estaba intentando hacer memoria, aferrarse a un recuerdo que debería haber estado allí, pero no estaba—.
—Comprendo ese sentimiento— murmuró Jason
Percy asintió de acuerdo, pues a pesar de todo ese sentimiento de aferrarse a un recuerdo todavía lo perseguía algunas veces
Sinceramente, no estoy seguro de lo que pasó, pero estoy bien. El entrenador Hedge ha sido un regalo de los dioses.
—Un regalo de los dioses —repitió ella.
Curiosa elección de palabras.
—Bastante curiosa— asintió Afrodita
—Tal vez sea su subconsciente— comentó Apolo
—O que empiece poco a poco a entender las historias de su linaje— señaló Artemisa
—Me ha hablado de tu nueva escuela —dijo su padre—. Siento que las cosas no salieran bien en la Escuela del Monte, pero tenías razón. Jane estaba equivocada. Fui tonto haciéndole caso.
—Jane no era la mejor para dar consejos— dijo Piper
—Podemos entender por qué te caía tan mal— dijo Leo
—Por qué pediste que se cayera y se golpeara en la cabeza— señaló Connor
—Y eso que aún no sabía que nos estaba traicionando— añadió Piper
Quedaban diez segundos, tal vez. Pero por lo menos su padre parecía sincero, como si de verdad estuviera arrepentido.
—Probablemente— dijo Apolo
—Él no quería que te fuera tan mal en la escuela— dijo Sally
—Pero te necesitaba ir mal para conocer a tus fabulosos amigos— señaló Leo
—¿No te acuerdas de nada? —dijo ella, un poco triste.
—Claro que sí —contestó él.
Piper sonrió
Un escalofrío recorrió el cuello de Piper.
—Ah, ¿sí?
—Me acuerdo de que te quiero —dijo él—. Y de que estoy orgulloso de ti. ¿Eres feliz en tu nuevo colegio?
—Ese es un buen recuerdo— sonrió Hestia
—El mejor recuerdo— asintió Piper con una sonrisa
—En su nueva escuela ya destronó a la chica popular de su salón— comentó Leo
—Qué buena manera de decirlo —dijo Piper
Piper parpadeó. No iba a llorar ahora. Después de todo lo que había pasado, sería ridículo.
—No tiene nada de ridículo, querida— señaló Afrodita
—Incluso ahora que ya estás a salvo es lógico que lo hagas— comentó Deméter
—Sí, papá. Es más un campamento que un colegio, pero… Sí, creo que voy a ser feliz aquí.
—Llámame tanto como te sea posible —dijo él—.
—Lo malo es que no creo que acepte mensajes Iris— murmuró Piper
—No, yo supondría que no— dijo Leo
—Pero lo malo es que no podemos utilizar los celulares— dijo Piper con una mueca
Ven a casa por Navidad. Y, Pipes…
—¿Sí?
Su padre tocó la pantalla como si estuviera intentando llegar hasta su hija a través de la superficie.
Piper suspiró
—Eres una jovencita maravillosa. No te lo digo muy a menudo. Me recuerdas mucho a tu madre. Ella estaría orgullosa de ti.
—Claro que lo estoy— dijo Afrodita
Piper se sonrojó
Y algunos dioses miraron con asombro a la diosa
Y el abuelo Tom —se rió entre dientes— siempre dijo que tenías la voz más potente de la familia. Algún día me eclipsarás, ¿sabes? Me recordarán como el padre de Piper McLean, y ese es el mejor legado que me puedo imaginar.
Piper sonrió
—Vaya que tienes la voz más potente— comentó Leo
—Y entendemos que no nos debemos meter contigo— dijo Connor
—No creo que lo hayas entendido mucho— dijo Katie
—Claro que lo entendí— dijo Connor
Piper intentó contestar, pero tenía miedo de venirse abajo. Se limitó a tocar los dedos de él en la pantalla y asintió. Mellie dijo algo al fondo, y su padre suspiró.
—Una llamada del estudio. Lo siento, cariño.
—No era raro— dijo Piper
—Pero bueno, así poco a poco regresa a su vida normal— señaló Apolo
—Es verdad y mi papá necesitaba retomar esa vida— dijo Piper
Parecía sinceramente molesto por tener que colgar.
—No pasa nada, papá —logró decir ella—. Te quiero.
Afrodita le sonrió a su hija
Él guiñó el ojo. A continuación, la pantalla de vídeo se apagó.
¿Cuarenta y cinco segundos? ¿Tal vez un minuto entero?
Piper sonrió. Solo era una pequeña mejora, pero suponía un progreso.
—Fue mejor que nada— asintió Apolo
—Sí, valió la pena ese minuto— dijo Piper con una sonrisa
—Es bueno saberlo, querida— dijo Afrodita
En el área comunitaria encontró a Jason descansando en un banco con un balón de baloncesto entre los pies. Estaba sudoroso de hacer ejercicio, pero tenía un aspecto estupendo con su camiseta de tirantes naranja y sus pantalones cortos.
—Ahí vamos de nuevo— dijo Thalia
—Era obvio, ya había pasado mucho tiempo sin pensar en él— bromeó Katie
—No me imagino que sería de nosotros si sí te hubiéramos molestado también— masculló Piper
—Travis es una mala influencia— señaló Miranda riendo
—¿Crees que yo podría influenciarla?— preguntó Travis —me das demasiado crédito
Las distintas cicatrices y cardenales de la misión se estaban curando, gracias a la atención médica de la cabaña de Apolo.
—Gracias— dijo Jason
—De nada, siempre que quieras— dijo Will
—Espero que no sea tan seguido— comentó Jason
Tenía los brazos y las piernas musculosos y bronceados, lo que distraía la atención de Piper como siempre.
—Nos hemos dado cuenta— dijo Katie riendo
—No necesitabas aclararlo para nosotros— dijo Thalia
—Pues por si se les había olvidado— señaló Piper levemente sonrojada
—No creo que se nos pueda olvidar— dijo Thalia con una ceja enarcada
Su cabello rubio rapado reflejaba la luz de la tarde de tal forma que parecía que se estuviera convirtiendo en oro, al estilo de Midas.
—Gracias— murmuró Jason
—Hola —dijo—. ¿Qué tal ha ido?
Ella tardó un segundo en centrarse en la pregunta.
—Hummm… Ah, sí. Bien.
—Estaba un poco distraída —murmuró Piper
—Un poco nada más— dijo Rachel
—Lo usual— asintió Piper
—Obviamente, sobretodo si estás mirando al chico que te gusta— señaló Miranda
—Obviamente— dijo Katie con burla
Se sentó junto a él y observaron el ir y venir de los campistas. Un par de chicas de la cabaña de Deméter estaban gastando bromas a dos chicos de la cabaña de Apolo haciéndoles crecer hierba alrededor de los tobillos mientras lanzaban a canasta.
—Fue muy divertido— dijo Miranda —además ellos empezaron
—No habían empezado nada— dijo Will
—Sí, lo hicieron— asintió Miranda de manera seria
En la tienda del campamento, los hijos de Hermes estaban colocando un letrero que rezaba: ZAPATOS VOLADORES POCO USADOS, ¡DESCUENTO DEL 50% SOLO HOY!
—Era una increíble oferta— dijo Connor
—No me agradan los zapatos voladores— dijo Grover con una mueca
—A mí tampoco— murmuró Percy
Luke se sonrojó
—Pero seguía siendo una increíble oferta— señaló Connor
Los hijos de Ares estaban bordeando su cabaña con alambre de espino nuevo.
Clarisse asintió satisfecha
Los miembros de la cabaña de Hipnos estaban roncando. Un día normal en el campamento.
—Super normal— dijo Percy
—Al menos ahora no hubo sangre ni golpes— señaló Chris
—Todavía—añadió Leo
Mientras tanto, los hijos de Afrodita estaban observando a Piper y a Jason, fingiendo que no miraban. Piper estaba convencida de que vio dinero cambiando de manos, como si estuvieran apostando a ver si se besaban.
—Lo estaban haciendo— asintió Piper
—Cualquiera lo haría, es la mejor forma de ganar dinero— asintió Connor
—La verdad es que no estaban siendo muy discretos— dijo Piper
—Pero casi nunca lo son— dijo Katie
—Eso también es cierto— dijo Piper
—¿Has dormido? —preguntó Piper.
Él la miró como si le hubiera leído el pensamiento.
—Algo así— murmuró Jason
Piper le sonrió
—No mucho. He tenido sueños.
—¿Sobre tu pasado?
Él asintió.
Jason hizo una mueca
—Esto se va a poner interesante— dijo Leo
—No, no lo hará— murmuró Jason sonrojado
—Yo creo que sí, chispitas— dijo Leo
Ella no le presionó. Si quería hablar, perfecto, pero sabía que no debía insistir en el tema. Ni siquiera le preocupaba que su conocimiento de él estuviera basado en tres meses de falsos recuerdos.
—Ay Piper, siempre tan discreta— bromeó Rachel
—Y se quejaba de sus hermanos— señaló Thalia
—Pero podía ser todo lo indiscreta que quisiera porque se suponía que los pensamientos era privados— se quejó Piper
—"Eran"— dijo Thalia riendo
—No te preocupes, ya casi acaba el capítulo— dijo Rachel
—Gracias a los dioses— murmuró Piper
« Tú puedes ver las posibilidades» , le había dicho su madre. Y Piper estaba decidida a hacer realidad esas posibilidades.
—Ya no digas nada Thalia— murmuró Piper sonrojada
—Solo iba a decir que las posibilidades están dormidas— dijo Thalia riendo
—¡Thalia!— chilló Jason sonrojado
—Por los dioses, Thalia— masculló Piper
Afrodita soltó una risita
—¿Puedes seguir leyendo, Rachel?— preguntó Piper
—¿Estás segura?— dijo Rachel riendo —tus pensamientos no te van a ayudar demasiado
Jason hizo girar el balón de baloncesto.
—No son buenas noticias —advirtió—. Mis recuerdos no son buenos para… para ninguno de nosotros.
Piper estaba segura de que había estado a punto de decir « para nosotros»,
Sus amigos empezaron a hacer soniditos de burla
—¿Se pueden callar? Van a despertar a las posibilidades— señaló Connor
Los chicos empezaron a reírse más fuerte, por las expresiones de Piper y Jason
—Son unas horribles personas— masculló Piper
—Dioses— murmuró Zoé un poco incómoda
refiriéndose a ellos dos, y se preguntaba si se habría acordado de una chica de su pasado. Pero no dejó que eso le molestara. No iba a permitirlo en un día de invierno soleado como aquel, con Jason a su lado.
—Esto es taan interesante— dijo Afrodita con una sonrisa
—No me está pareciendo tan interesante— murmuró Piper sonrojada —ya quiero que acabe
Jason la miró igual de mortificado que ella
—Ya lo resolveremos —le aseguró.
Jason la miró con aire vacilante, como si tuviera muchas ganas de creerla.
—Annabeth y Rachel van a venir a la reunión de esta noche. Debería esperar hasta entonces para…
—Darte las increíbles noticias— masculló Annabeth
—Sí, básicamente eso— dijo Piper
—¿Cómo olvidarnos de esa noticias?— preguntó Travis
—De ninguna manera se puede— dijo Piper
—Está bien.
Piper arrancó una brizna de hierba situada a sus pies. Sabía que a los dos les aguardaban peligros.
—Unos cuantos nada más— mencionó Leo
—Lo de todos los días— asintió Percy
—Siempre pasa— dijo Thalia
Ella tendría que competir con el pasado de Jason, y puede que no sobrevivieran a la guerra contra los gigantes. Pero en ese preciso instante los dos estaban vivos, y ella estaba decidida a disfrutar del momento.
—Siempre hay que ser positiva— bromeó Piper
—Has sido la menos positiva— señaló Thalia
—Pero después de una noche de buen sueño te vuelves positiva— dijo Piper
—Espero que tengas un buen sueño pronto, Thalia— dijo Percy riendo
—Miren quién lo dice— bufó Thalia
Jason la observó con recelo. El tatuaje de su antebrazo se veía de color azul claro a la luz del sol.
—Un tatuaje que cambia a la luz del sol, que excelente— dijo Leo
—Estás de buen humor. ¿Cómo puedes estar tan segura de que las cosas se solucionarán?
—Porque tú vas a ser nuestro líder —dijo ella simplemente—.
Piper y Annabeth intercambiaron una mirada, obviamente recordando el pequeño incidente de la mesa. Jason y Percy se sonrojaron
Te seguiría a cualquier parte.
Jason parpadeó. Acto seguido, sonrió.
—Es un comentario peligroso.
—Soy una chica peligrosa.
—Dioses, que bueno que ya están dormidos— comentó Leo riendo
—¿Tú también?— masculló Piper
—Oye, no podía dejar pasar la oportunidad— dijo Leo encogiéndose de hombros
—Sí, podías hacerlo— murmuró Piper
—Te creo.
Él se levantó y se limpió el pantalón corto. Le ofreció la mano.
—Leo dice que tiene algo que enseñarnos en el bosque. ¿Vienes?
—Algo muy importante— asintió Leo
—Claro que lo fue— dijo Piper
—No me lo perdería por nada del mundo.
Le cogió la mano y se levantó.
Por un insante, se quedaron con las manos cogidas.
—Uhhhhh— gritaron los Stoll
—Necesito que acabe esto— dijo Piper
—Ya casi, son los últimos párrafos— dijo Rachel
Jason ladeó la cabeza.
—Deberíamos ponernos en marcha.
—Sí —dijo ella—. Un momento.
—Ponerse en marcha suena como una idea fabulosa— asintió Leo
—Lo sé, pero tenía que hacer algo antes— dijo Piper
—Sí bueno, no es sorpresa para nadie— dijo Rachel
Piper le soltó la mano y sacó una tarjeta del bolsillo: la tarjeta plateada que le había dado Thalia para que se uniera a las Cazadoras de Artemisa. La dejó caer en un fuego eterno que ardía cerca de ellos y la observó quemarse.
—Está bien, te perdono— bromeó Thalia
—Muchas gracias, eres muy amable— dijo Piper
—Me parece perfecto lo que hiciste, querida— dijo Afrodita con una sonrisa
Artemisa rodó los ojos
A partir de entonces, no habría corazones rotos en la cabaña de Afrodita. Era un rito de paso que no necesitaban. Al otro lado del prado, sus compañeros de cabaña se quedaron decepcionados al no presenciar ningún beso.
—Qué pésimo servicio— dijo Katie riendo
—Les haces perder dinero, Piper— dijo Miranda negando con la cabeza
—Lo siento, intentaré que para la próxima no pierdan— dijo Piper con una sonrisa
Empezaron a cobrar sus apuestas.
Pero no pasaba nada. Piper era paciente y veía montones de buenas posibilidades.
—Vamos —le dijo a Jason—. Tenemos aventuras que planear.
—Se acabó el capítulo— anunció Rachel
—¡Gracias a los dioses!— exclamó Piper
—Me parece que valió la pena no dormir temprano— dijo Miranda riendo
—Estuvo bastante genial la sutileza de Piper— dijo Thalia
—Gracias— murmuró Piper
—Bueno, pues ya se pueden ir a dormir— comentó Apolo —mañana terminamos
—¿Y qué vamos a hacer con ellos?— preguntó Bianca señalando a los niños
—Los podemos mandar a los palacios— dijo Apolo
—¿Así como nos mandaron a nosotros al campamento?— preguntó Leo —porque eso fue horrible
—Yo puedo llevar a Thom al palacio— se ofreció Will —vamos para allá y es mejor que ser teletransportando— murmuró en voz más baja
Jason se armó de valor —Yo puedo llevar a Helena
Ambos chicos tomaron a los niños en brazos
—¡Qué sexys!— suspiró Afrodita
Pronto todos estaban saliendo de la Sala de Trono dirigiéndose a los respectivos palacios, porque a pesar de las bromas y burlas, todos estaban lo bastante cansados para dormir rápido.
Jason llevó a Helena y la dejó acostada en su cama, luego simplemente no supo cómo despedirse de Piper así que hubo un momento incómodo y regresó al palacio, donde Apolo y Will seguían levantados
—¿Así que valió la pena pagar ese caramelo de menta?— preguntó Apolo con una sonrisita
—Eso creo— susurró Jason
Pronto todas las luces de todos los palacios estuvieron apagadas
Esperanza se estaba muriendo de sueño cuando llegó a su cama en el Templo de Hera, al menos no le había tocado pagar a ella los 10 dracmas, se alegraba de tener primos más pequeños que no aguantaran tanto tiempo estar despiertos, como sea, en cuanto llegó a su cama se quedó completamente dormida y soñó con su última fiesta de cumpleaños, bueno, realmente no había sido una fiesta, pero había sido el mejor regalo que pudo obtener en ese momento
Su cumpleaños había sido tres meses antes del día 0, su padre había preparado él mismo un pastel helado porque a ella le encantaba, su comida favorita y algunas decoraciones de dragones (a ella le gustaban mucho los dragones), de hecho ella tenía un dragón en miniatura de acuerdo, no era su dragón, era el dragón de su padre, Festus, pero ella lo quería como si fuera suyo. Era miniatura porque hace mucho tiempo Leo se dio cuenta que no podía meter a Festus en todos los lugares, sobretodo no cuando decidió ir a Nueva Roma y para Término esa era una ofensa bastante grande, pero tampoco podía dejar a Festus en el bunker 9 o en el Campamento Mestizo para variar, así que después de muchos planos, modificaciones y charlas con Festus pudo incorporar un botón que lo reducía bastante de tamaño (casi como el tamaño de la palma de su mano) lo que al dragón y a Leo les encantó.pues así podrían ir a cualquier lado, había veces en que recuperaba su tamaño normal, por ejemplo cuando Leo tenía que cumplir alguna misión para los dioses o necesitaba salir por cualquier otra razón, la mayoría del tiempo se quedaba con su tamaño pequeño, pero con su misma personalidad de dragón.
Cuando llegó Esperanza el dragón parecía bastante satisfecho y ambos se volvieron amigos, el día de su cumpleaños Festus prendía las velas del pastel con sus pequeñas llamaradas aunque esa última vez fue la excepción, pues el dragón no aparecía por ningún lado, ella obviamente preguntó a sus padres, pero ellos solo le sonreían. En la tarde después de partir el pastel y de que sus amigos se hubieran ido, su padre le dijo que le tenía una sorpresa, se pusiera un abrigo y se preparara. Caminaron hacía la frontera del Campamento y después de realizar los "trámites" correspondientes con Término salieron del Campamento y a unos metros estaba Festus de tamaño real.
Ella corrió hacia él y el dragón a modo de saludo lanzó una llamarada al cielo
—¡Oh por los dioses! ¿Nos vamos a subir en él?— preguntó Esperanza entusiasmada, ella había querido volar en él desde que tenía memoria
—Sí, he ajustado todos los parámetros para que no haya ningún contratiempo— dijo Leo sonriendo —no podíamos dejar pasar otro cumpleaños sin que volaras con él
—Genial, ya me quiero subir— dijo Esperanza dando saltitos
Su padre la ayudó a subir, luego subió su mamá y atrás Leo
—Espero que estén listas, allá vamos— dijo Leo
Antes de despegar, Festus hizo otro espectáculo de lucimiento lanzando más llamaradas al cielo
Y la sensación de volar en el dragón fue increíble, sentir el viento en la cara, ver las luces de la ciudad a lo lejos, el sol que ya se escondía y las demás estrellas que tomaban su lugar, Esperanza soltaba grititos de alegría de vez en cuando
—Se parece a la película del mundo mortal que me enseñó Zoé— dijo entusiasmada sobre el viento —donde vuelan con una alfombra y cantan
—Me gusta más Frozen, pero te lo paso por esta vez— gritó Leo
No estaba segura de cuánto duró el viaje, pero sin duda jamás lo olvidaría.
Por una vez en mucho tiempo, los sueños de Esperanza fueron buenos.
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