En el templo de Afrodita:

-¿Cómo lo supiste?- preguntó Piper a su madre

-Querida, son la diosa del amor, puedo ver las posibilidades muchísimo mejor que cualquier otro, no fue difícil deducirlo- contestó la diosa

-No sé cómo sentirme con eso- admitió Piper

-Cariño, ninguno lo sabe- dijo la diosa -dejen que las cosas se den por sí solas, no vale la pena forzar nada

Conversaciones similares se escuchaban en el Palacio de Poseidón entre Sally y su hijo, ella se quedó en el palacio del dios del mar (a pesar del ofrecimiento de Artemisa) para estar más cerca de su hijo, en el palacio de Apolo era lo mismo, en el de Hades entre Hazel y Nico…

Los otros muchachos se habían quedado a dormir en la sala de Trono, casi cada dios ofreció su palacio, pero lo rechazaron, ellos tampoco parecían saber que hacer, Hestia les ofreció comida y nueva ropa, si no hubieran estado tan cansados probablemente hubieran estado despiertos toda la noche.

Al día siguiente d de las últimas noticias y la gran incomodidad que se vivía por parte de todos los integrantes que había en el Olimpo se decidió que tenían que empezar con el nuevo libro, no es que las cosas estuvieran precisamente bien, de hecho parecían muy malas.

Por supuesto los dioses volvieron a ofrecer asilo a los nuevos integrantes, pero ninguno de ellos aceptó, decidieron quedarse (por ahora) en la sala de trono.

Los semidioses que han estado desde el principio también lucían un poco (mucho) desorientados, sin saber exactamente cómo comportarse con los nuevos, lo cual era lógico, pero al menos tratarían de ser sus amigos o algo así, estos nuevos chicos eran demasiado… ¿Tímidos? ¿Misteriosos? ¿Resentidos? ¿Dolidos? En fin había muchos adjetivos para describirlos

Ahora, en la sala de trono, parecía haber dos bandos, pero realmente a los dioses no era que les sorprendiera.

Aún así ese día, después del desayuno decidieron leer.

-Bueno- dijo Apolo llamando la atención de ambos grupos -en hora de seguir con la lectura, a pesar de todo lo que ha pasado debemos continuar, el libro se llama El héroe perdido

-¿Desde que punto de vista está?- preguntó Percy con una mueca

Apolo sonrió -Oh mira que sorpresa el primer capítulo dice Per…

Percy se tensó

-Jason- dijo Apolo -el primer capítulo se llama Jason

Jason casi se cae de su asiento

-¡Gracias a los dioses!- dijo Percy alzando los brazos

-Percy, creí que ya habíamos hablado sobre eso de alzar los brazos- dijo Apolo

-Es una broma ¿Verdad?- preguntó Jason

-Querido, ¿Algo de lo que está pasando aquí te parece una broma?- dijo Afrodita con una sonrisita mirando hacía Thom y Helena

-No- murmuró Jason sonrojado

-Por fin voy a saber lo que pensabas de mí- dijo Leo

-También yo- dijo Piper

-Hola dioses, este es Jason de nuevo- bromeó Leo

-Cállate Leo- masculló Jason

-Los dioses no pueden atender su llamada en este momento, puede dejar su mensaje- dijo Connor

-Niños, niños- dijo Travis negando con la cabeza -vean nada más que imagen dan- dijo mirando a los chicos nuevos

-No es que me sorprenda realmente- murmuró Zoé

-Vaya- dijo Connor

-Se están desviando del tema- masculló Artemisa -¿Quién va a leer?

-Yo- dijeron Percy y Leo al mismo tiempo

-Ahora resulta que hasta los dos quieren leer- bufó Jason

-Annabeth, ahora no voy a tener con quien molestar a Piper ¿Te unes?- preguntó Thalia

-¡Thalia!- chilló Piper

Zoé y Bianca intercambiaron miradas un tanto extrañadas

-Yo quiero leer- dijo Percy

-Por supuesto que no Ariel- dijo Leo -tú dijiste que jamás ibas a volver a leer en toda tu vida

-No, yo dije que no iba a leer si esos también vienen desde mi punto de vista- se defendió Percy -y esos no vienen desde mi punto de vista

Jason suspiró -¿Es en serio?

-Estos mocosos- masculló Dionisio con irritación -y ahora tenemos más

-Quién lo atrape primero, lee- dijo Apolo aventado el libro

-¡Apolo!- chilló Atenea -¿Cómo se te ocurre hacer algo así?

Un poco de trampas después, Leo alzó el libro triunfante

-Jason I- leyó Leo -antes de comenzar ¿Hay algo que quieras decir?- dijo mirando a Jason

-¿Que eso fue hace mucho tiempo?- murmuró Jason

Percy asintió -Esa es mi frase, pero te la presto bro

Antes de electrocutarse, Jason ya estaba teniendo un día horrible.

-Jason estaba teniendo un día demasiado raro incluso antes de que leyeran sus pensamientos- dijo Jason

Percy le dio una mirada divertida -Jason ahora entenderá lo que Percy sintió en los cinco libro anteriores

Se despertó en los asientos traseros del autobús escolar sin saber dónde estaba, y cogido de la mano de una chica a la que no conocía. Esa no era necesariamente la parte horrible.

-Bueno, empezamos con todo- dijo Travis

-¿Quién podrá ser esa chica?- preguntó Connor

-Un completo misterio- dijo Leo

La chica era mona, pero no sabía quién era ni lo que estaba haciendo él allí.

-Eso no suena muy bien- dijo Apolo

-De hecho era bastante malo- dijo Jason

Zeus frunció el ceño -¿Por qué no sabrías quién eres?

-Esto también es cero spoilers- recordó Apolo

-Creo que ningún spoiler sería más grande que lo que tenemos enfrente- señaló Hermes

Todos se sonrojaron

-Ese no es el punto- masculló Zeus

Se incorporó y se frotó los ojos, tratando de pensar con claridad.

En los asientos situados delante de él había varias docenas de chicos repantigados, escuchando sus iPod, hablando o durmiendo.

-Sí bueno, no fue muy divertido- dijo Jason

-Lo fue un poco- dijo Leo -de hecho estaba siendo un paseo bastante divertido

-Era bastante pasable- dijo Piper

Todos parecían más o menos de su edad… ¿Quince? ¿Dieciséis? Vale, eso sí que daba miedo. No sabía cuántos años tenía.

-Eso es de familia- bromeó Thalia aunque se veía un poco preocupada

-Me encanta no saber cuántos años tenía- dijo Jason

-al menos recordabas tu nombre- dijo Apolo

El autobús avanzaba con estruendo por una carretera llena de baches. Por las ventanillas pasaba el desierto bajo un radiante cielo azul. Jason estaba seguro de que no vivía en el desierto. Intentó hacer memoria… Lo último que recordaba… La chica le apretó la mano.

¿Estás bien, Jason?

-No- se quejó Jason

-Y se va a poner peor- dijo Percy -este es solo el comienzo

-Percy- dijo Sally

-Tengo que decirle la verdad a mi bro- dijo Percy con una sonrisa inocente

Llevaba unos vaqueros desteñidos, unas botas de montaña y un forro polar. Tenía el cabello color chocolate cortado de forma desigual, con finos mechones trenzados a los lados. No llevaba maquillaje, como si no quisiera llamar la atención, pero no le daba resultado. Era muy guapa.

-Al menos era guapa, podría no haberlo sido- dijo Zoé

Ella no se veía muy comoda hablando, pero también parecía que en cuanto lo hiciera tal vez no la pararían, para ser mortal tenía una energía bastante nerviosa, sus amigos se veían menos deseosos de empezar a hablar.

-Ella tiene ordenadas sus prioridades- dijo Connor

-Bastante ordenadas- asintió Katie

Sus ojos parecían cambiar de color como un caleidoscopio: marrones, azules y verdes.

Jason le soltó la mano.

-Uhhhh, ya empezamos mal- dijo Travis negando con la cabeza

-Hasta yo sé que eso no se hace- dijo Percy

-Y mira que te lo dice el rey del tira y afloja en las relaciones- señaló Apolo

-¿Gracias?- murmuró Percy y le dio una mirada a Annabeth

Algunos les dieron miradas divertidas, incluida a Sally

Esto…, yo no…

En la parte de delante del autobús, un profesor gritó:

¡Está bien, yogurines, escuchad!

Era evidente que era un entrenador. Llevaba una gorra muy calada en la cabeza, de forma que solo se veían sus ojos pequeños y brillantes. Tenía una perilla fina y cara avinagrada, como si hubiera comido algo podrido.

-Eso suena como el entrenador Hedge- dijo tímidamente Sammy

-Es el entrenador Hedge- asintió Leo

-Gracias por el spoiler- le dijeron Percy y los Stoll

Sus musculosos brazos y su pecho abultaban bajo un polo de vivo color naranja. Su pantalón de chándal y sus zapatillas Nike eran de un blanco inmaculado. Del cuello le colgaba un silbato, y llevaba un megáfono sujeto al cinturón.

-Oh, ese megáfono- dijo Leo

-Ese megáfono- asintió Piper

Si no hubiera medido un metro y medio, habría dado mucho miedo. Cuando se puso de pie en el pasillo, uno de los alumnos gritó:

¡Levántese, entrenador Hedge!

-Antes de que digan algo, yo no fui él que gritó eso- dijo Leo

-No fue él- confirmó Piper

-Gracias por la información, pero ni siquiera nos habíamos dado cuenta que estabas ahí- bromeó Percy

-Yo sí lo hubiera hecho- dijo Connor

-Lo sabemos- asintió Miranda

¡Lo he oído!

El entrenador escudriñó el autobús en busca del ofensor. Entonces sus ojos se fijaron en Jason y su entrecejo se frunció aún más.

Jason se sobresaltó. Estaba seguro de que el entrenador sabía que aquel no era su sitio.

-Sigo sin saber que pasa contigo- dijo Apolo -si según tú ese no es tu lugar

-Yo me sentía de la misma manera- dijo Jason

-Podría simplemente ser un truco de la Niebla- señaló Artemisa

-No exactamente- murmuró Jason

Iba a llamar a Jason y a preguntarle qué estaba haciendo en el autobús… y Jason no tenía ni idea de lo que iba a decir.

Sin embargo, el entrenador Hedge apartó la vista y carraspeó.

¡Llegaremos dentro de cinco minutos! Quedaos con vuestro compañero.

-Te tocó el compañero más genial de todos- dijo Leo

-Y también el más raro- dijo Piper

-A tus ordenes, reina de belleza- dijo Leo

No perdáis las hojas de ejercicios. Y si alguno de vosotros causa problemas en esta excursión, mis preciosos yogurines, os mandaré personalmente de vuelta al campus a la fuerza.

Cogió un bate de béisbol e hizo como si estuviera golpeando una pelota.

-Que quede claro el punto- dijo Apolo

-Quedó muy claro- dijo Jason

-La verdad no fue taaan claro el punto- dijo Leo

Jason miró a la chica que tenía al lado.

¿Puede hablarnos así?

Ella se encogió de hombros.

Siempre lo hace. Estamos en la Escuela del Monte. « Donde los alumnos son los animales» .

-Un increíble escuela al parecer- dijo Apolo

-La mejor de todas- asintió Leo

Lo dijo como si fuera un chiste que se hubieran contado antes.

Ha habido un error —dijo Jason—. Yo no debería estar aquí.

El chico de delante se volvió y se echó a reír.

Sí, claro, Jason. ¡A todos nos han engañado! Yo no me escapé seis veces, y Piper no robó un BMW.

-Oh- dijo Connor -así que tú eras la chica misteriosa

-Hermano- dijo Travis -eso hasta Percy lo descubrió

-¡Oye!- se quejó Percy

-Eso no es lo importante- dijo Apolo -¿Robaste un BMW? Creí que eras hija de Afrodita

-¿Robaste un BMW?- preguntó Zoé incrédula -¿Cómo es que no sabía ese detalle de la historia?

-Creo que descubriremos que no sabíamos muchos detalles- señaló Bianca

-Me parece bastante lógico que no lo supieran- dijo Thalia

-¡No lo robé!- dijo Piper ruborizada

-No lo robó- dijo Afrodita, no eran muchos sus hijos que tenían encanto, sin embargo a cada uno de ellos en algún momento también se les había imputado algún robo

La chica se ruborizó.

¡Yo no robé ese coche, Leo!

Ah, me olvidaba, Piper. ¿Cuál era tu versión? ¿Que convenciste al dueño para que te lo prestara? —Miró a Jason con una expresión que parecía decir: « ¿Puedes creerla?» .

-Oh, el encanto- dijo Apolo

-Eso es tan genial- dijeron los Stoll al unísono

-Bueno, no lo es cuando te atrapan- dijo Piper

-Nosotros podríamos enseñarte a que no te atrapen- dijo Connor

-Podría ser el robo perfecto- asintió Travis

-Travis- masculló Katie

-Es cierto, Kat- dijo Travis

Leo parecía un elfo de Santa Claus en versión latina, con el pelo moreno rizado, las orejas puntiagudas, una cara alegre e infantil, y una sonrisa pícara que te avisaba en el acto de que no debías dejar cerillas ni objetos afilados cerca de él.

-Ni mesas- dijo Calipso con una sonrisa

-Oye nena, eso no fue mi culpa- dijo Leo -tu mesa se atravesó

Sus dedos largos y diestros no paraban de moverse: tamborileando en el asiento, recogiéndose el pelo detrás de las orejas, toqueteando los botones de su chaqueta de camuflaje. O el chico era hiperactivo por naturaleza o iba colocado con tanto azúcar y cafeína como para provocar un infarto a un búfalo.

-Lo primero, porque Piper no me dejó comer dulces antes de salir- dijo Leo

-¡Gracias a los dioses que no lo hizo!- bromeó Jason

En fin —dijo Leo—, espero que tengas la hoja de ejercicios, porque yo utilicé la mía para disparar bolitas hace días.

-Me lo esperaba- admitió Calipso

-Nena, esas hojas eran muy aburridas- dijo Leo

-Era el ejercicio que teníamos que entregar- señaló Piper

-Pero no lo tuvimos que entregar- dijo Leo encogiéndose de hombros

-Una vez hiciste lo mismo con mi tarea- murmuró Sammy

-Ya te dije que no sabía que era tu tarea- dijo Esperanza

¿Por qué me miras así? ¿Me han vuelto a dibujar en la cara?

No te conozco —contestó Jason.

-Así se inicia una buena amistad- dijo Leo

-Altamente recomendado por si no sabes hacer amigos- bromeó Travis

-Es muy recomendado- dijo Jason riendo

Leo le dedicó una sonrisa de cocodrilo.

Claro. No soy tu mejor amigo. Soy su clon malvado.

¡Leo Valdez! —gritó el entrenador Hedge desde la otra punta—. ¿Algún problema ahí detrás?

Leo guiñó el ojo a Jason.

-Y ahí Jason le suplicó a los dioses por su integridad- dijo Percy

-Sería sabio hacerlo- dijo Leo -pero no hice nada malo, además no le podía suplicar a los dioses porque ni quiera sabía quién era

-Vaya gracias- murmuró Jason

Atiende —se volvió hacia delante—. ¡Lo siento, entrenador! No le oigo bien. ¿Puede utilizar el megáfono, por favor?

El entrenador Hedge gruñó como si se alegrara de tener una excusa.

-Se alegraba de tener una excusa- señaló Piper

-Todos nos dimos cuenta de que lo hacía- asintió Leo -pero no contaba con mi genialidad

-Ninguno de nosotros de hecho- dijo Piper

Se desenganchó el megáfono del cinturón y siguió dando instrucciones, pero su voz sonaba como la de Darth Vader. Los chicos se troncharon de risa. El entrenador volvió a intentarlo, pero esa vez el megáfono rugió:

¡La vaca hace mu!

Y Leo trató de imitar el diálogo, haciendo que más de uno se riera

-Oh por los dioses, ya entiendo de dónde sacó la idea- dijo Zoé mirando de Bianca Esperanza, Bianca asintió a regañadientes

-Siempre siendo una increíble influencia al parecer- bromeó Travis mirando a Leo

-A sus órdenes- dijo Leo

Los chicos estallaron en carcajadas, y el entrenador dejó de golpe el megáfono.

¡Valdez!

Piper contuvo la risa.

Madre mía, Leo. ¿Cómo lo has hecho?

Leo se sacó un pequeño destornillador Phillips de la manga.

Soy un chico especial.

Hablo en serio, chicos —rogó Jason—. ¿Qué hago aquí? ¿Adónde vamos?

-Muy divertido y todo, pero sigo sin saber que hago aquí- dijo Leo haciendo una imitación (muy mala) de Jason

-Yo no hablo así- murmuró Jason

-Casi lo hacías, Piper dirá que no, pero sí lo hacías- dijo Leo

Piper se sonrojó

Piper frunció el ceño.

¿Estás de guasa, Jason?

¡No! No tengo ni idea…

Bah, está de guasa —dijo Leo—. Está intentando vengarse de mí porque le eché espuma de afeitar en la gelatina, ¿verdad?

Todas las miradas fueron a Leo

-En mi defensa ¿Para que demonios dejan en un lugar tan común la espuma de afeitar?- señaló Leo

-Fue lo mismo que nosotros dijimos cuando hicimos esa broma- asintieron los Stoll

-No estaba en un lugar común, Leo- dijo Piper -forzaste la cerradura

-Bueno ¿Entonces para que no hacen las cerraduras más seguras?- dijo Leo

-En eso estoy de acuerdo- asintió Hefesto

Jason se lo quedó mirando sin comprender.

No, creo que habla en serio.

Piper intentó cogerle de nuevo la mano, pero él la apartó.

-Uhhhh- corearon los Stoll

Piper y Jason se sonrojaron

-Puedes golpearlo si quieres- bromeó Thalia

-Gracias, hermana- masculló Jason

-La verdad yo no sé si Jason va a estar en problemas con Piper o con la mamá de Piper- dijo Leo

Afrodita miraba a Jason con una ceja enarcada, Jason se removió incómodo

Lo siento —dijo—. No… no puedo…

¡Se acabó! —gritó el entrenador Hedge desde la parte de delante—. ¡La fila de atrás acaba de ofrecerse para limpiar después de comer!

-No es que no, nos hubiera pasado antes- dijo Piper

-Como la ves que no nos dejaron entregar los ejercicios por estar jugando- asintió Leo

-Tú estabas jugando- señaló Piper -¡Además yo te pasé los ejercicios!

El resto de los chicos se pusieron a dar vítores.

Genial —murmuró Leo.

Pero Piper no apartó la vista de Jason, como si no supiera si él estaba herido o preocupado.

-Nos acababa de decir que no se acordaba de nada- dijo Piper

-Yo creí que era una broma, no es que de hecho hubiéramos tenido algo más que creer- masculló Leo

-Y que lo digas- dijo Piper

-No estoy entendiendo- dijo Apolo

-Ninguno de nosotros, de hecho- comentó Perséfone

-Dejen que sigan leyendo- masculló Atenea -están hablando demasiado

¿Te has golpeado la cabeza o algo por el estilo? ¿De verdad no sabes quiénes somos?

Jason se encogió de hombros en un gesto de impotencia. —Peor aún. No sé quién soy.

-Eso sonó muy dramático y me encantó- dijo Apolo

-¿Qué podíamos esperar? Si el mocoso es hijo del rey del drama- señaló Hades -y como Júpiter es aún peor

Zeus bufó -Miren quien lo dice

El autobús los dejó delante de un gran complejo de estuco rojo que parecía un museo situado en mitad de la nada. Tal vez eso es lo que era: el Museo Nacional de la Nada, pensó Jason.

-Jason, eso ni siquiera existe- dijo Leo

-En realidad- dijo Annabeth -hay un museo que se llama "el Museo de la Nada"

-¿Es en serio?- preguntó Miranda

-Sí- dijo Annabeth -todo está pintado de blanco y no hay, bueno… Nada

-Por supuesto que existe- masculló Apolo -y se me ocurrió a mí primero la idea

-Y no está bromeando- dijo Hermes

Un viento frío soplaba en el desierto. Jason no se había fijado en lo que llevaba puesto, pero no le abrigaba lo suficiente: unos vaqueros y unas zapatillas de deporte, una camiseta de manga corta morada y un fino impermeable negro.

-Seguías llevando la camiseta del campamento- dijo Reyna

-Sí- dijo Jason -pero no tenía ninguna señal del campamento

Zeus gruñó -Esto es es obra de alguno de ustedes- dijo mirando a cada uno de los dioses

Los dioses se removieron incómodos, pero ninguno podía dar respuesta alguno

Curso acelerado para el amnésico —dijo Leo con un tono servicial que hizo pensar a Jason que el comentario no le iba a ayudar en nada—. Vamos a la « Escuela del Monte» —dibujó unas comillas invisibles con los dedos—. Lo que significa que somos « chicos malos».

-Soy todo un chico malo- dijo Leo

-El más malo de todos- dijo Calipso riendo

-Team Leo por siempre, nena- dijo Leo guiñándole un ojo

Hazel le dedicó una sonrisa

Tu familia, o el tribunal, o quien fuera decidió que eras demasiado conflictivo, así que te mandaron a esta bonita cárcel (perdón, « internado» )

-¿Estuviste ahí solo por usar el encanto para que te dieran el BMW?- preguntó Afrodita con una mueca

-Bueno Afrodita, no es como que le hubieran dado una caja de chocolates- señaló Hermes

Piper asintió con una mueca

en Armpit, Nevada, donde se aprenden valiosas técnicas en plena naturaleza, como correr treinta kilómetros al día entre cactus y tejer margaritas en gorros.

-Sí, bueno suena como el ejercicio que todos quisiéramos hacer- bromeó Percy -nada mejor que correr entre cactus

-Obviamente- dijo Leo -lo disfruté muchísimo

Y como actividad especial, vamos de excursión con el entrenador Hedge, que mantiene el orden con un bate de béisbol. ¿Te acuerdas ya?

No.

-Que lastima- dijo Connor

-Bueno, eso no cambia mucho- dijo Zoé

-Genial, así que seguirá manteniendo el orden de esa forma- murmuró Frank

-No puedo decir que no le dé resultados- señaló Nico

Jason echó un vistazo a los otros chicos con aprehensión: unos veinte muchachos; la mitad, chicas. Ninguno parecía un criminal reincidente, pero se preguntaba qué habían hecho para que los condenaran a una escuela para delincuentes y por qué estaba él con ellos.

-Es lo que todos queremos saber- comentó Artemisa -eso es raro

-Por favor- dijo Perséfone -desde los últimos días lo raro ha estado bastante involucrado en nuestras vidas

-¿Es mi imaginación o nos dijo raros?- murmuró Leo

-Creo que nos dijo raros- asintió Rachel

Leo puso los ojos en blanco.

Vas a seguir en este plan, ¿verdad? Muy bien, los tres empezamos juntos este semestre. Formamos una piña. Tú haces todo lo que te digo, me das tu postre y me haces los deberes…

-¿Sabes, Leo? Eso jamás me lo hubiera creído- dijo Jason

-Sobretodo la parte en la que te da su postre- bromeó Thalia

-¡Exacto!- dijo Jason

¡Leo! —soltó Piper.

Vale, no hagas caso de la última parte, pero somos amigos. Bueno, Piper es algo más que tu amiga desde hace unas semanas…

Sus amigos empezaron a hacer soniditos molestos

-¡Vivan los novios!- gritó Percy

-¡Percy!- chillaron Piper y Jason

-Qué bonita pareja- dijo Annabeth

-¿Es en serio, Annabeth?- preguntó Piper incrédula

-Eso, listilla- dijo Percy

Annabeth se encogió de hombros -Después de cinco libros, es agradable no ser el objeto de burlas y atención

Percy y Annabeth chocaron los cinco

El nuevo grupo los veía como si todos de repente hubieran enloquecido

¡Para, Leo!

Piper se puso colorada. Jason también notó que se le encendía la cara. Si hubiera estado saliendo con una chica llamada Piper, se acordaría.

Piper hizo una mueca

-Pero ellos creen que sí- dijo Perséfone con una mueca

-O Jason se golpeó muy fuerte la cabeza, o alguien les está haciendo un truco- dijo Apolo

-Suficiente con eso de los golpes de cabeza- murmuró Jason

Afrodita miraba a su hija como si estuviera analizando qué era lo que había pasado

Sufre amnesia o algo parecido —dijo Piper—. Tenemos que decírselo a alguien.

Leo se lo tomó a risa.

¿A quién, al entrenador Hedge? Intentaría ayudar a Jason a guantazos.

-Es cierto- dijeron los chicos del Argo II

-No puedes decir que no funcione- masculló Clarisse -es muy bueno para eso

-Gracias chicos por no decirle al entrenador- dijo Jason

-De nada, eres nuestro amigo el amnésico- dijo Leo riendo

El entrenador estaba en la parte delantera del grupo, gritando órdenes y tocando el silbato para mantener a los chicos en fila, pero de vez en cuando miraba hacia atrás, a Jason, y fruncía el entrecejo.

-Si el chico en realidad debiera estar ahí, el entrenador no lo estaría vigilando- señaló Atenea

-Entonces podemos decir que Jason no se golpeó la cabeza- asintió Apolo

-Tal vez sí, pero no en ese momento- bromeó Percy

-Gracias, bro- masculló Jason

-De nada, bro- dijo Percy divertido

Jason necesita ayuda, Leo —insistió Piper—. Tiene una conmoción cerebral o…

Eh, Piper.

-No puede ser- dijo Piper rodando los ojos

-Nuestro increíble amigo- dijo Leo con sarcasmo

-Y que lo digas- masculló Jason

Uno de los otros chicos se quedó atrás para unirse a ellos mientras el grupo se dirigía al museo. El nuevo se metió entre Jason y Piper y tiró al suelo a Leo.

-Estúpido- dijo Piper

-¿Cómo se le ocurre tirarme a mí, el más genial de los geniales?- bufó Leo

-Bueno, desde que lo conocimos fue un cretino- dijo Piper

-Esos abundan- masculló Thalia

No hables con estos pringados. Eres mi compañera, ¿lo recuerdas?

El nuevo llevaba el pelo moreno cortado al estilo de Superman,

-Jason, tú solito te ofendes al compararlo con Superman- señaló Leo -estos niños

-Leo, se supone que estás leyendo y tú solo te interrumpes- dijo Hazel

-Pequeña Hazel, es más divertido si hago las pausas adecuadas- dijo Leo solemnemente

-Por eso les dije que yo tenía que leer- dijo Percy con un puchero

-Harías lo mismo, cariño- dijo Sally riendo

Leo se encogió de hombros -Ni que decirte, Aquaman, te gané

estaba muy bronceado y tenía los dientes tan blancos que debería haber llevado un letrero en el que pusiera: PROHIBIDO MIRAR LOS DIENTES DIRECTAMENTE.

PUEDE PROVOCAR CEGUERA IRREVERSIBLE.

-No será uno de los tuyos- dijo Hera con un tono ligeramente burlón hacia Afrodita

Afrodita le dio una mala mirada

-No lo era- masculló Piper

Vestía una camiseta de los Dallas Cowboys, vaqueros y botas, y sonreía como si se considerase un regalo de Dios para las delincuentes juveniles. A Jason le cayó gordo nada más verlo.

-Hay personas que provocan ese efecto- asintió Rachel

-Cómo Apolo, por ejemplo- dijo Hermes

-Completamente de acuerdo- dijo Artemisa

-En serio, ustedes dos son odiosos- dijo Apolo dándoles una mirada asesina

Lárgate, Dylan —gruñó Piper—. Yo no pedí trabajar contigo.

Oh, eso no son formas. ¡Hoy es tu día de suerte!

-Pues sí, fue mi día de suerte… De mala suerte- bufó Piper

-También siempre pasa que te toca trabajar con el que menos quieres- asintió Percy

-Ni lo digas- masculló Reyna

-Imaginen que yo los tengo que soportar a todos ustedes- bufó Dionisio

Dylan entrelazó el brazo con el de ella y la metió a rastras por la entrada del museo. Piper lanzó una última mirada por encima del hombro como si estuviera pidiendo socorro.

-Siempre recordaremos tu sacrificio- bromeó Connor

-Además dijiste que no querías que te ayudara- dijo Leo encogiéndose de hombros

-Lo sé- dijo Piper -aún así fue horrible

Leo se levantó y se limpió.

Odio a ese tío —ofreció a Jason el brazo, como si fueran a entrar juntos dando brincos—. Soy Dylan. ¡Soy superguay, quiero salir conmigo mismo, pero no sé cómo!

-Bueno chicos, todos deberían salir consigo mismos alguna vez- dijo Apolo -es realmente genial

-Es muy relajante- asintió Afrodita

-Puedes ver que te agrada o que no te agrada de ti mismo- dijo Apolo

-Spoiler- dijo Hermes -al final de la cita consigo mismos se terminaron odiando

Los dioses le dieron una mirada indignada

¿Quieres salir tú conmigo? ¡Tienes mucha suerte!

Leo —dijo Jason—, eres muy raro.

-Gracias- dijo Leo haciendo una especie de reverencia

-Lo normal es aburrido- bromeó Percy

-Eso es cierto- dijo Connor

-Así no te vas a aburrir- señaló Rachel

-Ya saben, el sexy e increíblemente genial Leo Valdez está siempre a sus órdenes- dijo Leo

Sí, me lo dices mucho —Leo sonrió—. Pero como no te acuerdas de mí, puedo volver a contarte mis viejos chistes. ¡Vamos!

-No puede ser, sus chistes eran muy malos- dijo Piper

-Disculpa reina de belleza, mis chistes son los mejores- dijo Leo

-Puedes tener chistes muy malos- murmuró Zoé

Leo les dio una mirada indignada -¿Pueden creerlo?- dijo negando con la cabeza

Jason pensó que, si aquel era su mejor amigo, su vida debía de ser un desastre, pero entró en el museo detrás de Leo.

-No estoy seguro de si debería ofenderme por eso- dijo Leo

-Yo creo que sí te deberías ofender- dijo Percy "seriamente"

-Bro, yo no te molesté tanto- se quejó Jason -además es solamente el inicio

Percy rió -Imagina que ahora esos cinco vinieran de tu punto de vista, eso me pasó a mí

-Ojala que no- dijo Jason con una mueca

Recorrieron el edificio deteniéndose aquí y allá para que el entrenador Hedge los sermoneara con su megáfono, que unas veces le hacía sonar como un Lord Sith y otras vociferaba comentarios al azar como « El cerdo hace oinc» .

-Y el pollito pio- dijo Travis

-No me dio tiempo para ponerlo- dijo Leo negando con la cabeza -creeme que lo hubiera hecho

-Todos en esta sale te creemos que lo hubieras hecho- dijo Miranda

Leo no paraba de sacar tuercas, tornillos y alambres de los bolsillos de su chaqueta militar, como si tuviera que tener las manos ocupadas a todas horas.

-Y eso te hace recordar que Leo es hijo de Hefesto- dijo Apolo

-Difícil de creer, realmente… A veces siento que parece más hijo mío- dijo Hermes

-Qué bueno que no lo es- dijo Chris -sin ofender Leo, pero ¿Se imaginan a estos tres en una misma cabaña?- dijo mirando a Leo y los Stoll

-Haríamos un grupo fabuloso- señaló Connor

Los otros dos chicos asintieron "seriamente"

Jason estaba demasiado distraído para fijarse en los objetos expuestos relacionados con el Gran Cañón y la tribu hualapai, a la que pertenecía el museo.

Algunas chicas no paraban de mirar a Piper y Dylan y de reírse tontamente.

Piper bufó -Como si no hubiera sido suficientemente malo tener que ser la compañera de Dylan

-Siempre fueron horribles- dijo Leo

Jason se imaginó que eran la camarilla de chicas populares del colegio. Llevaban vaqueros y tops rosa a juego, y lucían suficiente maquillaje para ir a una fiesta de Halloween.

Jason se sonrojó -Sí, llevaban mucho maquillaje

-Querido, pero si sabes usar el maquillaje puedes verte increíble- dijo Afrodita

-Creo que ellas no sabían usarlo- murmuró Jason

Una de ellas dijo:

Eh, Piper, ¿este museo es de tu tribu? ¿Te dejan entrar gratis si haces la danza de la lluvia?

-Alto- dijo Apolo -¿Perteneces a una tribu?

-Mi padre es cherokee- dijo Piper un tanto a la defensiva

-Eso es increíble- dijo Apolo -no sé por qué esas chicas se quejan de la danza de la lluvia, muchos mortales la han hecho, por supuesto a quién ellos pensaran que los escuchaba

-Los mortales son raros- señaló Hermes

-Gracias- dijeron los mortales en la sala

-Gracias por la mitad que nos toca- comentaron algunos semidioses

Las otras chicas se echaron a reír. Incluso el supuesto compañero de Piper contuvo una sonrisa. El forro polar de Piper le tapaba las manos, pero Jason tenía la sensación de que estaba apretando los puños.

-Es lo que estaba haciendo- masculló Piper

-No sé qué ganan haciendo eso en realidad- dijo Rachel

Mi padre es cherokee —dijo—. No hualapai. Claro que a ti te hacen falta unas cuantas neuronas para distinguirlos, Isabel.

-Muchas neuronas, diría yo- dijo Katie

Piper bufó

Isabel abrió mucho los ojos fingiendo sorpresa, lo que le hizo parecer un búho

con maquillaje añadido.

¡Oh, perdona! ¿Era tu madre de la tribu? Ah, eso es. No conociste a tu madre.

Afrodita bufó -¿Y creen que solo por eso van a ser mejores que mi hija? Por favor- Afrodita rodó los ojos -solo lo dicen porque estaban celosas de ella, porque ni con una bendición mía podrían ser la mitad de fabulosas que es mi hija

-No puede ser, ahora que este libro es de su mocosa, la vamos a tener aún más insoportable- bufó Hera

Piper arremetió contra ella, pero, antes de que empezaran a pelearse, el entrenador Hedge escupió:

¡Ya está bien ahí atrás! ¡Dad buen ejemplo o sacaré el bate!

-La verdad, estuvo increíble ver a Piper lista para pelear a puño limpio- dijo Leo

-Me has visto pelear muchas veces- dijo Piper

-Sí, pero antes no dabas tanto miedo y lo hacía una pelea casi normal- dijo Leo

-Yo no doy miedo- murmuró Piper

-Eres intimidante- asintió Frank

-Lo eres- confirmó Jason

El grupo se dirigió arrastrando los pies al siguiente objeto expuesto, pero las chicas siguieron haciendo comentarios a Piper.

Oye, ¿te alegras de volver a la reserva? —preguntó una con voz dulce.

-A lo mejor si les hubieras dicho que se arrodillaran ante ti…- señaló Thalia

-Podría haber dado resultado- dijo Annabeth -gracias a los del BMW sabemos que tu encanto funcionaba

-Es posible- asintió Piper

Seguramente su padre está demasiado borracho para trabajar —dijo otra con falsa compasión—. Por eso ella se hizo cleptómana.

Piper no les hizo caso, pero Jason estaba dispuesto a darles un puñetazo personalmente.

-Pero son mortales- bufó Thalia -no tendrían nada más que hacer

Leo asintió -Creeme también tenía ganas de hacerlo, pero Piper dejó en claro que no lo apreciaría

Piper sonrió

No se acordaba de Piper, ni de quién era él, pero sabía que odiaba a los chicos crueles.

Leo lo agarró del brazo.

Tranqui. A Piper no le gusta que nos peleemos por ella. Además, si esas chicas se enteraran de quién es su padre, todas se inclinarían ante ella gritando:

« ¡No somos dignas!» .

-Oye, esa también es mi frase- bromeó Percy

-No- dijo Leo -tú dijiste ¡No somos dignos!, una letra hace toda la diferencia

-Y yo sigo pensando que ese es un increíble saludo para cuando se presenten ante un dios- dijo Apolo

¿Por qué? ¿Qué pasa con su padre?

Leo se rió con incredulidad.

¿No bromeas? ¿De verdad no te acuerdas de que el padre de tu novia…?

-¡Que no!- dijo Jason

-Creí que estabas bromeando- dijo Leo

-Habría sido genial que estuviera bromeando- murmuró Jason -pero era verdad

Oye, ojalá me acordara, pero ni siquiera me acuerdo de ella…, menos aún de su padre.

-Todos queremos saber quién es su padre- dijo Apolo

-Supongo que es un muy buen hombre- dijo Afrodita suspirando

Ares bufó

-Lo es- asintió Piper

Leo soltó un silbido.

En fin. Ya hablaremos cuando volvamos a la residencia.

Llegaron al otro extremo de la sala de exposiciones, donde había unas grandes puertas de cristal que daban a una terraza.

-No podemos negar que era hermosa- dijo Piper

-Estaba increíble- dijo Leo

-A pesar del problema de memoria no puedo negar que fue fabuloso- dijo Jason

Está bien, yogurines —anunció el entrenador Hedge—. Vais a ver el Gran Cañón. Procurad no romperlo.

-¿Eso resultó?- preguntó Hermes

-Nop- dijeron Piper, Leo y Jason al mismo tiempo

-Esperaba que dijeran eso- murmuró Perséfone

-Y menos si tres mocosos semidioses están ahí- dijo Dionisio

La plataforma puede soportar el peso de setenta aviones, así que unos pesos pluma como vosotros no deberíais correr ningún peligro.

-Creo que debió agregar el "en condiciones normales"- dijo Jason

-Lo dijo hasta que ya no fueron condiciones normales- murmuró Piper

-Me encanta cuando ya no tenemos condiciones normales- dijo Percy

-Es lo mejor del mundo- asintió Leo

Si es posible, procurad no empujaros por encima del borde, porque eso me acarrearía papeleo extra.

-Obviamente, hay que tener prioridades- dijo Travis

-Todos tenemos prioridades- dijo Katie riendo

-Imaginen todo el papeleo extra- dijo Miranda

-Es demasiado- dijo Connor -mejor no mueran

El entrenador abrió las puertas y todos salieron. El Gran Cañón se extendía ante ellos, vivo y en persona.

-El gran cañón no es una persona- masculló Atenea

-Y si fuera una persona, sería muy bella- dijo Perséfone

-No tanto como yo- dijo Apolo

-Ni como yo- dijo Afrodita

Atenea rodó los ojos

Por encima del borde se alargaba una plataforma con forma de herradura hecha de cristal, de manera que se podía ver a través de ella.

Tío —dijo Leo—. Cómo mola.

-Fue muy increíble- dijo Piper -al menos había empezado muy increíble

-Pues para Jason no había empezado muy bien, ya que no tenía memoria- señaló Hermes

-Empezó muy bien porque estaba tomado de la mano de Piper, aunque no lo conociera- dijo Perséfone con una sonrisita

-Me encanta- dijo Afrodita

-Creo que en este libro vamos a perder a Afrodita- dijo Apolo

-¿Puede ser pero que en los cinco libros pasados?- preguntó Hermes

-Lo averiguaremos- dijo Apolo

Afrodita les dio una mala mirada

Jason no podía por menos que estar de acuerdo. A pesar de la amnesia y de la sensación de que aquel no era su sitio, no pudo evitar quedar impresionado.

-Sí bueno, no podía hacer nada contra la amnesia, tenía que distraerme en algo más- dijo Jason

-Eso es cierto- dijo Percy -mientras más distracción, mejor

-Claro que sí, bro- dijo Jason suspirando

El cañón era más grande y más ancho de lo que se apreciaba en una fotografía. Estaban a tanta altura que los pájaros daban vueltas por debajo de sus pies. Un kilómetro y medio más abajo, un río serpenteaba por el suelo del cañón.

-Suena maravilloso- dijo Katie

-Es maravilloso, a menos que le tengas miedo a las alturas- bromeó Piper

-A Thalia le gustaría ver el Gran Cañón, pero desde abajo- dijo Percy riendo

-Es más seguro- admitió Thalia

-Vamos a tener que trabajar más en tu fobia- dijo Jason con una sonrisa

-Ya no- dijo Thalia

Mientras habían estado dentro, unos grupos de nubarrones se habían movido en lo alto, proyectando sombras como caras furiosas sobre los riscos.

-Y espero que eso solo sea tu imaginación, bro- dijo Percy

-No era mi imaginación, bro- dijo Jason suspirando

-Jason, estás haciendo spoilers- dijo Leo negando con la cabeza -esto es cero spoilers

-Ese niño me agrada- dijo Apolo mirando a Leo

En cualquier dirección hasta donde a Jason le alcanzaba la vista, el desierto se hallaba atravesado por barrancos rojos y grises, como si un dios loco lo hubiera cortado con un cuchillo.

-Fue Hefesto- dijo Apolo

-No te preguntaron quién fue- masculló Hefesto

-Pero es para que no se queden con la duda- se defendió Apolo

Hefesto rodó los ojos

Jason notó un dolor punzante detrás de los ojos. Dioses locos… ¿De dónde había sacado esa idea? Se sentía como si se hubiera acercado a algo importante: algo que debería saber. También tenía la inconfundible sensación de que estaba en peligro.

-Entonces estás en peligro- asintió Thalia

-La optimista- dijo Percy

-Cállate, sesos de alga- murmuró Thalia

¿Estás bien? —preguntó Leo—. No irás a vomitar por el borde, ¿verdad?

Porque no he traído la cámara.

-Habría sido un buen espectáculo- dijo Leo ante las miradas

-Por supuesto que no lo sería- masculló Jason -además la cámara solo nos habría acarreado más problemas

-Necesitamos una cámara para semidioses para inmortalizar los buenos momentos- dijo Leo pensativo

-Claro, estaría genial tomarte una foto antes de entrar a batalla- dijo Percy con sarcasmo

-Por supuesto que lo sería- dijo Leo -aquí con los espíritus de las rocas

-Debo admitir que ese niño tiene visión- dijo Hermes

Jason se agarró a la barandilla. Estaba temblando y sudoroso, pero no tenía nada que ver con las alturas.

-Si Thalia estuviera ahí, si tendría que ver con las alturas- dijo Percy

-Thalia ni siquiera se hubiera acercado- dijo Nico

Thalia bufó

Parpadeó y el dolor disminuyó.

Estoy bien —logró decir—. Solo me duele la cabeza.

Un trueno retumbó en lo alto. Y una corriente fría estuvo a punto de arrojarlo de lado.

-Perfecto, hasta que va a empezar la diversión- dijo Ares -esto ya me estaba aburriendo

-A mí me parece que esto ha estado muy bien- dijo Afrodita con un suspiro

-A mí no me parece que esto esté bien- se quejó Jason

Percy le dio una mirada divertida

Esto no puede ser seguro —Leo miró las nubes entornando los ojos—. Tenemos la tormenta justo encima, pero a los lados está despejado. Qué raro, ¿verdad?

Jason alzó la vista y comprobó que Leo tenía razón.

-Super raro- dijo Connor con sarcasmo

-Lo más raro que he visto en mi vida- coincidió Leo

-Quien sabe como pudo pasar- dijo Percy

-Es un completo misterio- asintió Leo -pero ¿Qué le vamos a hacer?

Un oscuro círculo de nubes se había colocado encima de la plataforma, pero el resto del cielo estaba completamente despejado en todas direcciones. Jason tenía un mal presentimiento.

-Un terrible presentimiento, a decir verdad- dijo Jason

-Empezando por el hecho de que ni quiera sabes quien eres- dijo Perséfone

Jason asintió

¡Está bien, yogurines! —gritó el entrenador Hedge. Miró la tormenta con los ojos entrecerrados, como si a él también le preocupara—. ¡Puede que tengamos que interrumpir la visita, así que poneos a trabajar! ¡Recordad, frases enteras!

-¿Es en serio?- masculló Atenea

-Hay alumnos que no saben que poner en sus ensayos o en sus preguntas- asintió Leo "seriamente"

-Si los dioses a veces no saben ni que decir, ni una palabra pueden emitir- dijo Apolo negando con la cabeza -¿Verdad, marisco?

Poseidón le dio una mirada asesina

-¿Marisco?- preguntó Sally a Percy

-No te conté esa parte de la historia- murmuró Percy y le empezó a explicar en voz baja

La tormenta retumbó, y a Jason empezó a dolerle otra vez la cabeza. Sin saber por qué, se metió la mano en el bolsillo de los vaqueros y sacó una moneda: un círculo de oro del tamaño de una moneda de medio dólar, pero más grueso y desigual.

-En realidad esto ya está demasiado raro como para decir que eso me sorprende- dijo Apolo

-Es cierto- dijo Artemisa

-Ves como sí podemos estar de acuerdo, hermanita- dijo Apolo con una sonrisa deslumbrante

En un lado tenía estampada la imagen de un hacha de guerra. En el otro aparecía la cara de un hombre adornada con laurel. En la inscripción ponía algo así como IVLIVS.

Caramba, ¿es de oro? —preguntó Leo—. ¡Me lo has estado escondiendo!

-Es entendible- murmuró Frank

-Oye, no seas grosero- dijo Leo

Jason guardó la moneda preguntándose cómo había llegado a tenerla y por qué tenía la sensación de que iba a necesitarla al cabo de poco.

No es nada —dijo—. Solo una moneda.

-Todos entendemos que no solo es una moneda- dijo Thalia

-Pero no podía dejarla al alcance de Leo- bromeó Piper

-Me ofendes, reina de belleza- dijo Leo llevando una mano a su corazón -pero tal vez tengas razón y te perdono

Leo se encogió de hombros. Tal vez su mente tenía que estar continuamente activa como sus manos.

Venga —dijo—. A que no te atreves a escupir por el borde.

-Eso es asqueroso- chilló Afrodita

-Demasiado asqueroso- dijo Perséfone con una mueca

-Pero divertido- murmuró Leo

No se esforzaron mucho con la hoja de ejercicios.

-Eso no se hace- dijo Percy negando con la cabeza -hay que hacer todos los ejercicios

-Lo dice el chico que se salió de su exámen de inglés porque no había leído nada- dijo Leo riendo

-No lo escuches, mamá- dijo Percy -ya lo había terminado cuando me salí y no fue mi culpa salirme, la señorita O'Leary fue por mí

Sally le dio una mirada a su hijo como de "ya estoy acostumbrada"

En primer lugar, Jason estaba demasiado distraído con la tormenta y sus confusas emociones. Por otra parte, no sabía nombrar « tres estratos sedimentarios que observes» ni describir « dos ejemplos de erosión» .

-Estando en el gran cañón eso no era difícil de contestar- bufó Atenea

-Jason no podía contestar ni la pregunta de quién era- señaló Perséfone

-Gracias- murmuró Jason

Leo no era de ayuda. Estaba demasiado ocupado construyendo un helicóptero con unos alambres forrados.

Mira.

Lanzó el helicóptero. Jason se imaginó que caería en picado, pero las aspas de alambre giraban de verdad.

Hefesto lo miró -No me sorprende que lo logres teniendo en cuenta los pequeños aparatos que has creado en mí Palacio

-Algunos son muy divertidos- dijeron los Stoll con una sonrisa

-Al menos no has quemado nada- dijo Calipso

-Me ha costado trabajo no quemar nada- admitió Leo

El pequeño helicóptero llegó hasta la mitad del cañón antes de perder impulso y caer al vacío trazando una espiral.

¿Cómo lo has hecho? —preguntó Jason.

Leo se encogió de hombros.

-Con mi increíble genialidad- dijo Leo moviendo las cejas

-Sí fue increíble- dijo Jason

-El chico fuego hace buenas cosas- dijo Tyson entusiasmado

Leo sonrío

Habría molado más si hubiera tenido gomas.

¿De verdad somos amigos? —preguntó Jason.

La última vez que lo comprobé, sí.

-Bueno, la comprobación mostró un fallo- masculló Leo

-Error 1234- dijo Percy -llame a su técnico más cercano

-Leo era el técnico- bromeó Piper

-Tuvimos problemas de producción- dijo Leo encogiéndose de hombros

¿Estás seguro? ¿Qué día nos conocimos? ¿De qué hablamos?

Fue… —Leo frunció el entrecejo—. No me acuerdo exactamente. Tengo déficit de atención. No esperarás que me acuerde de los detalles.

-Muchas amistades no recuerdan que día se conocieron o de qué hablaron- señaló Perséfone

-Yo sí recuerdo el día que conocí a Hermes- dijo Apolo -porque me robó mi ganado

Hermes rodó los ojos

-Era más fácil preguntarle cuál es su apellido- señaló Atenea -sí en realidad se conocen y son amigos lo deben saber

Annabeth y Piper intercambiaron una mirada

Pero yo no te recuerdo en absoluto. No me acuerdo de nadie de los que están aquí. ¿Y si…?

¿Tú tienes razón y el resto estamos equivocados? —preguntó Leo—. ¿Crees que has aparecido esta misma mañana y que todos tenemos recuerdos falsos de ti?

-Porque tienes toda la razón- masculló Leo -nada más era para comprobar

-Bueno, gracias- dijo Jason

« Eso es exactamente lo que pienso» , dijo una vocecilla en la cabeza de Jason.

Pero parecía absurdo. Allí todo el mundo daba su presencia por sentado. Todo el mundo actuaba como si formara parte de la clase… menos el entrenador Hedge.

-Bien pensado- dijo Reyna

-O te responde o te golpea con el bate- dijo Clarisse como si estuviera esperando que el entrenador golpeara a Jason

-No creo que sirva de mucho si lo golpea- murmuró Rachel

Coge la hoja de ejercicios —Jason le dio a Leo el papel—. Ahora vuelvo.

Antes de que Leo pudiera protestar, Jason atravesó la plataforma.

El grupo de su colegio tenía la instalación para ellos solos. Tal vez era demasiado temprano para los turistas, o tal vez el extraño tiempo los había ahuyentado.

-O tal vez supieran que éramos los chicos de la Escuela del Monte- señaló Leo

-Eso tendría sentido para mí- dijo Piper -no es que tuviéramos la mejor reputación

-Sí, no entiendo porque todos huían cuando se mencionaba nuestra escuela- dijo Leo con sarcasmo

-Eso podría ser- asintió Connor -es como cuando nosotros decimos que somos de la cabaña de Hermes

-Él tiene un punto- dijo Chris

Los chicos de la Escuela del Monte se habían dispersado en parejas por la plataforma. La mayoría se divertía o hablaba. Algunos lanzaban peniques por encima del borde.

-Típicos chicos- dijo Zoë

-Y hablamos de una escuela para "chicos malos"- señaló Thalia

A un metro y medio, Piper trataba de rellenar su hoja de ejercicios, pero Dylan, su estúpido compañero, estaba intentando ligar con ella, colocándole la mano en el hombro y dedicándole su cegadora sonrisa blanca.

-Era un completo imbécil- dijo Piper

-Eso es quedarse corto, reina de belleza- dijo Leo -nada más de conocerlo me cayó mal

-A mí igual- asintió Jason -lo cual pensándolo ahora, creo que tiene lógica

Los tres chicos asintieron

Ella no paraba de apartarlo, y cuando vio a Jason le lanzó una mirada en plan « Estrangula a este tío por mí» .

Jason le indicó con un gesto que aguantara.

-Solo un poco- dijo Jason con una sonrisa

-Un poco- murmuró Piper -que casi fue eterno

Rachel asintió -Con personas así es lógico que pase eso

-Pero al menos no estás en peligro inmediato ¿O sí?- preguntó Miranda

-Pues…- murmuró Piper

Se acercó al entrenador Hedge,

que estaba apoyado en su bate de béisbol estudiando los nubarrones.

¿Has hecho tú esto? —le preguntó el entrenador.

-Ese es exactamente el recibimiento que necesitabas- asintió Percy

-Sí- dijo Jason -nada mejor a que te culpen por algo que no hiciste

-Uy sí, me encanta cuando pasa eso- dijo Percy

-Y más si te persigue la policía- murmuró Sally

Percy le dio una sonrisa inocente

Jason dio un paso atrás.

¿Hacer qué?

Parecía como si el entrenador le hubiera preguntado si había provocado la tormenta.

-Creo que de hecho eso te preguntó- dijo Annabeth

-Sí, ahora creo que sí fue eso- dijo Jason -pero yo no lo habría podido hacer

Algunos le dieron miradas incrédulas

El entrenador Hedge lo fulminó con la mirada; sus ojos pequeños y brillantes centelleaban bajo la visera de la gorra.

No juegues conmigo, chico. ¿Qué haces aquí y por qué me estás fastidiando el trabajo?

-Técnicamente no fue mi culpa- dijo Jason

-No, no lo fue- masculló Annabeth

-Pero yo sí quiero saber de quién fue la culpa- dijo Apolo

-Todos queremos saberlo- asintió Afrodita

-Estoy segura que eso también va a venir- dijo Annabeth con los dientes apretados

-Es un poco complicado- dijo Jason -pero creo que se va a explicar mejor en la lectura

¿Quiere decir… que no me conoce? —dijo Jason—. ¿Que no soy uno de sus alumnos?

Hedge resopló.

Hoy es la primera vez que te veo.

-Y ahí Jason se dio cuenta de que no estaba loco- dijo Percy

-Y Jason casi se arrodilla para dar gracias- bromeó Leo

-Ya casi se veía con una camisa de fuerza- señaló Connor

Jason asintió

Jason se sintió tan aliviado que casi le entraron ganas de llorar.

-Te comprendo- dijo Percy

Jason y Percy chocaron los cinco

Por lo menos no se estaba volviendo loco. Estaba en el lugar equivocado.

Oiga, señor, no sé cómo he llegado aquí. Simplemente me he despertado en el autobús escolar. Lo único que sé es que no tendría que estar aquí.

En eso tienes razón

-Pero aún así estás ahí por una razón- dijo Apolo

-A menos de que sea una especie de broma cósmica o algo así- señaló Hermes

-Pero aún así habría un motivo- dijo Apolo

-Pues sí había un motivo- masculló Jason

la voz ronca de Hedge bajó hasta convertirse en un murmullo, como si estuviera contando un secreto—. Debes de tener mucho poder con la Niebla para conseguir que todos estos chicos crean que te conocen, muchacho,

-Confirmado que él no pudo hacer eso- dijo Hermes

-Gracias- murmuró Jason

Hermes le sonrió -El manejo de la Niebla es muy difícil y más para mantenerla activa con tantas personas

-Y dos de ellos son semidioses- señaló Apolo

-Es complicado- asintió Hazel

pero a mí no me engañas. Hace días que noto el olor a monstruo. Sabía que teníamos un infiltrado, pero tú no hueles a monstruo. Hueles a mestizo. Así que… ¿quién eres y de dónde vienes?

-¿Por que me seguían preguntando eso?- murmuró Jason

-Porque era lo lógico que te preguntaran, bro- dijo Percy

-Ese día me hicieron esa pregunta más veces de la que me la han hecho toda mi vida- dijo Jason

La mayor parte de lo que el entrenador dijo no tenía sentido, pero Jason decidió contestar honestamente.

No sé quién soy. No tengo recuerdos. Tiene que ayudarme.

El entrenador Hedge examinó el rostro de Jason como si intentara leerle el pensamiento.

Estupendo —murmuró Hedge—. Estás siendo sincero.

-Sí- dijo Jason

-Aunque suena como si de hecho eso fuera malo- señaló Hazel

-Tal vez fuera malo- asintió Grover

-Papeleo extra- asintió Connor

-Como das trabajo, Jason- bromeó Travis

Jaso sonrojó

¡Pues claro! ¿Qué era eso de los monstruos y los mestizos? ¿Son palabras en clave o algo parecido?

Hedge entornó los ojos. Una parte de Jason se preguntaba si aquel tipo estaba chalado, pero otra parte sabía que no.

-Y ganó la parte que no- asintió Jason

-Suele ser la parte más racional- comentó Percy

-Cierto- dijo Jason -a pesar de lo raro que pueda sonar eso

-Ya estamos acostumbrados a la rareza- dijo Leo

Mira, chico —dijo Hedge—. No sé quién eres. Solo sé lo que eres, y significa problemas. Ahora tengo que proteger a tres de los vuestros en lugar de a dos. ¿Eres el paquete especial? ¿Es eso?

-Pues para Annabeth no fue tan especial- dijo Piper -aún recuerdo su cara

Annabeth se sonrojó

-No me sentí especial- murmuró Jason

-Yo lo único que sentí fue que Annabeth nos quería matar cuando nos vio- dijo Leo

-Yo sentí lo mismo- asintió Piper

-Annabeth estaba como "¿En donde los puedo regresar?"- bromeó Leo

-Lastima que ya no tenía la garantía para regresarnos- dijo Piper riendo

-No es cierto, no estaba así- murmuró Annabeth sonrojada

-Alto, alto- dijo Apolo -entiendo que griegos y romanos no se estén matando por primera vez en siglos, lo que obviamente también quiero saber, pero si Annabeth los va a ir a recoger tú te irás al lado romano…

-Por lo que tiene sentido que no recuerde nada- señaló Artemisa

-Entonces sí fue obra de uno de nosotros- comentó Atenea

Los dioses se miraron entre sí

¿De qué está hablando?

Hedge contempló la tormenta. Las nubes estaban volviéndose más densas y más oscuras, cerniéndose sobre la plataforma.

-Bueno, eso tampoco es normal- dijo Reyna

Esta mañana recibí un mensaje del campamento —dijo Hedge—. Me dijeron que un equipo de extracción está en camino. Vienen a recoger un paquete especial, pero no me dieron más detalles.

-No había muchos detalles que dar- dijo Quirón

-Y que lo digas- masculló Annabeth

-Fue el equipo de extracción más amable que he tenido- dijo Piper

-¡Piper!- chilló Annabeth

Vale, pensé. Los dos a los que estoy vigilando son muy poderosos y más mayores que la mayoría. Sé que los están acechando. Puedo oler a un monstruo en el grupo. Me imagino que por eso a los del campamento les han entrado las prisas por recogerlos.

-Sí… No creo que le preocuparamos mucho-bromeó Piper

-¿Es en serio?- masculló Annabeth

-Lo siento- dijo Piper -es que estos libros me están poniendo nerviosa

Percy asintió -Y eso que apenas es el principio

-No me lo recuerdes- dijo Jason

Pero entonces apareces tú de la nada. ¿Eres tú el paquete especial?

El dolor de cabeza de Jason se volvió más intenso que nunca. Mestizos. Campamento. Monstruos.

-Las palabras que cambian tu vida- dijo Percy

-Claro, como olvidarlas- dijo Connor

-Jamás se olvida- bromeó Percy

Todavía no sabía de qué estaba hablando Hedge, pero sus palabras le provocaban unas tremendas punzadas en el cerebro, como si su mente intentara acceder a una información que debería estar allí, pero que no estaba.

-Era un poco frustrante- dijo Jason

-Y que lo digas- comentó Percy -también era un error de producción

-Me encantan esos errores- dijo Jason

-Son los mejores- asintió Percy

Se tropezó, y el entrenador Hedge lo cogió. Para ser tan bajo, tenía unas manos de acero.

Quieto, yogurín. Dices que no tienes recuerdos, ¿eh? Está bien. Tendré que vigilarte a ti también hasta que llegue el equipo. Dejaremos que el director aclare las cosas.

-No estuvo muy claro- murmuró Jason

-Lo siento, muchacho- dijo Quirón -pero no podía decirte nada más en ese momento

-Ahora lo sé- dijo Jason

¿Qué director? —preguntó Jason—. ¿Qué campamento?

No te muevas. No tardarán en llegar los refuerzos. Con suerte, no pasará nada antes…

-Suerte de semidiós- dijo Will

-Era demasiado pedir que no pasara nada- suspiró Thalia

-Eso siempre sucede- dijo Percy

-Si las cosas se pueden poner mal, se van a poner sumamente mal- dijo Piper

En el cielo restalló un relámpago. Se levantó un fuerte viento. Las hojas de ejercicios se fueron volando al Gran Cañón, y el puente entero tembló. Los chicos gritaban, daban traspiés y se agarraban a las barandillas.

-Y aquí es cuando todo se fue a la borda- dijo Jason

-Definitivamente- asintió Piper -y fue de alguna manera, literal

-Y que lo digas- masculló Jason

Tengo que decir algo —gruñó Hedge. Y rugió por el megáfono—: ¡Todo el mundo adentro! ¡La vaca dice mu! ¡Fuera de la plataforma!

-Fue un mensaje un poco raro- dijo Leo

-Le quitó seriedad al asunto- señaló Rachel

-Era para que no corriera el pánico- dijo Leo "seriamente"

-Claro, eso es de mucha ayuda- asintió Rachel

¡Creía que había dicho que esto era estable! —gritó Jason por encima del viento.

En circunstancias normales —respondió Hedge—, pero no es el caso. ¡Vamos!

-Lo descubrimos- dijo Piper -un poco tarde, pero lo descubrimos

-Más vale tarde que nunca, reina de belleza- dijo Leo

-Eso es cierto- asintió Jason

II

Jason

La tormenta arreció hasta convertirse en un huracán en miniatura. Las nubes con forma de embudo serpenteaban en dirección a la plataforma como los tentáculos de una medusa monstruosa.

-Y no me refería a la de los mitos- dijo Jason

-Que bueno que no lo hacías- dijo Percy -la de los mitos es horrible

-Se parecía más a algunas que vimos cuando el señor Poseidón nos llevó al mar- dijo Jason

-¿Cuando no querías saltar?- preguntó Thalia

-Eso no era lo relevante- murmuró Jason

Hubo unas cuantas risitas

-Me parece muy grosero que lo recuerden si yo no estuve ahí- dijo Leo de brazos cruzados

-Varios de nosotros no estuvimos- señaló Chris

-Es que era solo gente VIP- dijo Percy riendo

Algunos le aventaron cojines

Los chicos empezaron a gritar y echaron a correr hacia el edificio. El viento les arrebataba las libretas, las chaquetas, los gorros y las mochilas. Jason se deslizó a través del suelo resbaladizo.

-Tiempo encantador si me lo preguntan- dijo Leo con sarcasmo

-Como para un picnic- asintió Piper

-Sip, definitivamente encantador- dijo Leo

Leo perdió el equilibrio y estuvo a punto de caerse por encima de la barandilla, pero Jason lo agarró por la chaqueta y tiró de él.

¡Gracias, tío! —gritó Leo

Leo alzó los pulgares hacia Jason

-No hay de qué- dijo Jason

¡Vamos, vamos, vamos! —dijo el entrenador Hedge.

Piper y Dylan mantenían las puertas abiertas, reuniendo a los otros chicos en el interior. El forro polar de Piper se agitaba violentamente, y tenía todo el pelo revuelto en la cara.

-Sí, a veces puede ser un problema- dijo Piper

-Todo fue por el clima encantador- dijo Miranda

Jason pensó que debía de estar helándose, pero parecía tranquila y segura, diciéndoles a los demás que todo iba a ir bien, y animándolos a que no se pararan.

-¿Estabas utilizando encanto?- preguntó Thalia

-No lo sé- murmuró Piper -pero creo que sí

-Yo creo que sí- dijo Leo -o más de uno se habría quedado a mirar el espectáculo, ya sabes

-Eso es cierto- dijo Piper

Jason, Leo y el entrenador Hedge corrían hacia ellos, pero era como correr entre arenas movedizas. Parecía que el viento luchara contra ellos, haciéndoles retroceder.

-Lección de hoy, el viento sí puede luchar contra ustedes- dijo Leo

-¿También vamos a tener que tomar notas?- preguntó Percy

-Por supuesto- dijo Leo

Dylan y Piper metieron a otro chico, pero se les escaparon las puertas, que se cerraron de golpe y dejaron aislada la plataforma.

-No puede ser- masculló Afrodita

-Bienvenida, espero que tu hija no haga tantas locuras- dijo Poseidón

-Yo no hago tantas locuras- dijo Percy

-Cariño…- comenzó Sally

-Percy, ya leímos los libros- señaló Apolo

Piper se puso a tirar de los pomos. En el interior, los chicos aporreaban el cristal, pero parecía que las puertas estaban bloqueadas.

¡Ayúdame, Dylan! —gritó Piper.

-Creo que ya descubrimos al monstruo- dijo Hermes

-¡Sorpresa!- dijo Travis

-Sí me sorprendió- dijo Leo

-A todos- asintió Piper

Dylan permaneció inmóvil con una sonrisa estúpida en la cara y su camiseta de los Cowboys ondeando al viento, como si de repente estuviera disfrutando de la tormenta.

-Perfecto- dijo Reyna -un ventus

-Sí- dijo Jason

-Esos espíritus siempre haciendo de las suyas- masculló Zeus

-No puede ser- murmuró Hera para sí misma al ver que su marido empezaba a tomar una nueva actitud

Lo siento, Piper —dijo—. Ya he terminado de ayudar.

Movió rápidamente la muñeca, y Piper salió volando hacia atrás, se estampó contra las puertas y se deslizó hacia la plataforma.

Afrodita la miró con una mueca algo preocupada, lo que fue un poco raro para los dioses, ya que ella no solía preocuparse más que… bueno, por ella misma.

¡Piper!

Jason intentó avanzar, pero el viento le soplaba en contra, y el entrenador Hedge lo empujó hacia atrás.

¡Suélteme, entrenador! —dijo Jason.

-Jason estaba como "sueltenme que lo mato"- bromeó Leo para aligerar el ambiente

Jason se sonrojó

-Gracias, chispitas- dijo Piper con una sonrisa

Jason, Leo, quedaos detrás de mí —ordenó el entrenador—. Esta pelea es mía. Debería haberme imaginado que él era el monstruo.

-A veces los cretinos son más que eso- dijo Piper

-Y te das cuenta demasiado tarde- asintió Thalia

¿Qué? —preguntó Leo. Una hoja de ejercicios extraviada le dio en la cara, pero la apartó de un manotazo—. ¿Qué monstruo?

-Estúpida hoja- murmuró Leo

-Arruinó tu estilo- dijo Connor

-Lo hizo- masculló Leo -estábamos en algo importante

La gorra del entrenador salió volando, y del pelo rizado le asomaron dos bultos, como los chichones que le salen en la cabeza a los personajes de los dibujos animados cuando les pegan en la cabeza.

-Bueno, al menos dejó sus pantalones puestos- dijo Percy riendo

Grover se sonrojó -Eso pasó porque me dejaste plantado

-Exactamente Percy, lo dejaste plantado- comentó Sally

-Lo lamento- murmuró Percy

El entrenador Hedge levantó el bate de béisbol, pero ya no era un bate normal. Se había convertido en una porra tallada toscamente a partir de la rama de un árbol, con ramitas y hojas todavía pegadas.

-Las porras son geniales- gritó Tyson

-Sí fue muy genial- dijo Jason

-Vivan las porras- dijo Tyson

Dylan le dedicó su sonrisa alegre de psicópata.

Venga ya, entrenador. ¡Deje que el chico me ataque! Después de todo, usted se está haciendo demasiado viejo para esto.

-No debió haber dicho eso- dijo Grover

-Por supuesto que no- masculló Clarisse

¿No se retiró por eso a este estúpido colegio? He estado en su equipo toda la temporada, y ni siquiera se había enterado. Está perdiendo el olfato, abuelo.

-No es tan fácil- señaló Grover

-No todos huelen tanto a monstruo- asintió Tyson

-Y además había dos mestizos, su olor es más fuerte- señaló Grover

El entrenador emitió un sonido de enfado como el balido de un animal.

Se acabó, yogurín. Ha llegado tu hora.

¿Cree que puede proteger a tres mestizos al mismo tiempo, viejo?

-Parece que no lo conoce- bufó Clarisse

-Bueno, técnicamente no lo conocía- señaló Connor

-Pero sí lo hacía- dijo Chris -estuvo en la escuela con ellos

-Sí, pero como entrenador, no como sátiro- comentó Mirando

-Exacto- dijo Connor

Dylan se echó a reír—. Buena suerte.

Señaló a Leo, y alrededor de él apareció una nube con forma de embudo. El chico salió volando de la plataforma como si lo hubieran aspirado.

-Y obviamente el aire es peligroso- dijo Leo

-¿Quién lo hubiera dicho?- preguntó Percy

-No podrías haberlo imaginado- dijo Leo

-Por supuesto que no- murmuró Piper

De alguna forma consiguió girarse en el aire y chocó de lado contra la pared del cañón. Se iba deslizando, arañando furiosamente en busca de un asidero.

-Creo que necesitamos clases para escalar como cabra montesa o algo así- dijo Leo

-Creo que sí serían de ayuda- asintió Percy

-No gracias- dijo Thalia -el muro de lava es suficiente

-Ni siquiera te subías al muro de lava- señaló Percy

-Por eso es suficiente, sesso de alga- bufó Thalia

Finalmente, agarró un fino saliente situado un metro y medio por debajo de la plataforma y se quedó colgado con las puntas de los dedos.

¡Socorro! —gritó—. Una cuerda, por favor. Una correa. Algo.

Leo se imitó a sí mismo, lo que provocó varias risas

-Al menos mantiene el sentido del humor- dijo Hermes

Hefesto miraba a su hijo con una mueca

El entrenador Hedge lanzó un juramento y arrojó la porra a Jason.

No sé quién eres, muchacho, pero espero que seas bueno.

-Es muy bueno- dijo Percy

-Gracias bro, pero tú eres mejor- dijo Jason

-No, no, tú eres mejor- comentó Percy

-Claro, los dos son muy geniales- dijo Piper rodando los ojos

-Bienvenida Sally- dijo Annabeth

Ambos chicos se sonrojaron

Mantén a esa cosa ocupada —señaló con el pulgar a Dylan— mientras yo voy a buscar a Leo.

¿Cómo va a ir a buscarlo? —preguntó Jason—. ¿Volando?

Volando, no. Trepando.

-Y ahí, Jason se dio cuenta de que tal vez sí estaba loco- bromeó Connor

-En ese momento Jason sintió el terror- dijo Travis

Hedge se quitó las zapatillas, y a Jason por poco le dio un infarto. El entrenador no tenía pies. Tenía pezuñas: pezuñas de cabra. Eso significaba que las cosas de su cabeza no eran bultos. Eran cuernos.

-¡Eureka!- gritaron los Stoll

-Perfectamente bien descubierto- dijo Percy

-Bro, yo no te molesté tanto- dijo Jason

-Lo siento- se disculpó Percy -es que sí es un poco divertido

JAson bufó

Es usted un fauno —dijo Jason.

¡Un sátiro! —le espetó Hedge—. Los faunos son romanos. Pero ya hablaremos de eso más tarde.

Atenea rodó los ojos

Hedge saltó por encima de la barandilla. Surcó el aire en dirección a la pared del cañón y dio primero con las pezuñas.

Descendió por el precipicio dando brincos con una agilidad increíble,

-¿Ven que sí necesitamos ese tipo de clases?- preguntó Leo

-Todos estamos de acuerdo, menos Thalia- dijo Percy

Thalia rodó los ojos

encontrando puntos de apoyo del tamaño de sellos de correos y esquivando torbellinos que intentaban atacarlo mientras avanzaba con cuidado hacia Leo.

-Por favor, vayan a recascatar a Leo, es muy sexy para morir- dijo Leo

-No puede ser- murmuró Hazel

¿No te parece bonito? —Dylan se volvió hacia Jason—. Ahora te toca a ti, chico.

Jason arrojó la porra.

-Jason va con todo- dijo Connor

-¡Así se hace Jason!- dijo Travis

-Gracias- murmuró Jason

Parecía inútil con un viento tan fuerte, pero la porra fue volando directa hacia Dylan, trazó una curva cuando él intentó esquivarla y le golpeó tan fuerte en la cabeza que se cayó de rodillas.

-Les dije que la porra fue genial- dijo Jason

-Suena bastante genial- asintió Rachel

Piper no estaba tan aturdida como parecía. Sus dedos se cerraron en torno a la porra cuando pasó rodando junto a ella, pero, antes de que pudiera usarla, Dylan se levantó.

-Al menos tiene algo para defenderse- señaló Chris

-Eso es algo- comentó Perséfone

-Aunque no sirvió de mucho realmente- comentó Piper

-Perfecto- masculló Afrodita

Sangre —sangre dorada— le goteaba de la frente.

Buen intento, chico —lanzó una mirada asesina a Jason—. Pero tendrás que hacerlo mejor.

Jason bufó

La plataforma tembló. En el cristal aparecieron finísimas grietas. Dentro del museo, los chicos dejaron de aporrear las puertas. Retrocedieron mientras observaban aterrados.

-No es tan seguro como parece- dijo Piper

-¿Cómo calificaría su visita?- preguntó Connor

-Pésima- dijo Piper -bueno, al principio no tanto

-Lastima que no se mantuvo como al principio- dijo Leo

El cuerpo de Dylan se hizo humo, como si sus moléculas se estuvieran despegando. Tenía la misma cara, la misma radiante sonrisa blanca, pero de repente su figura entera pasó a estar compuesta de un vapor negro que se arremolinaba, y sus ojos parecían chispas eléctricas en un nubarrón vivo.

Zeus soltó una maldición en griego

Le brotaron unas alas de humo negras y se elevó por encima de la plataforma. Si los ángeles pudieran ser malos, concluyó Jason, serían exactamente así.

-Técnicamente sí puede haber ángeles malos- dijo Bianca

-Creo que tienes razón- asintió Rachel

Eres un ventus —dijo Jason, pero no tenía ni idea de cómo conocía la palabra—. Un espíritu de la tormenta.

-Aunque no todos son tan terribles- dijo Jason

-No, no lo son- dijo Piper

La risa de Dylan sonaba como un tornado arrancando un tejado.

Me alegro de haber esperado, semidiós. Sé lo de Leo y Piper desde hace semanas. Podría haberlos matado en cualquier momento, pero mi señora dijo que venía un tercero: uno especial.

-Me alegra que haya esperado para matarnos- asintió Leo

-A mí también- dijo Piper -fue tan amable

-Sip, se veía toda su amabilidad- dijo Leo -que buen sujeto

-Deberíamos darle un obsequio- dijo Piper con sarcasmo

-Esa es una increíble idea, reina de belleza- dijo Leo

¡Ella me recompensará generosamente por tu muerte!

Dos nubes más con forma de embudo se posaron a cada lado de Dylan y se convirtieron en venti: jóvenes fantasmales con alas de humo y ojos que relampagueaban.

-Unas hermosuras- dijo Piper con sarcasmo

-También deberían tener su página en el libro los monstruos más hermosos del mundo- dijo Percy

-Eso definitivamente ayudaría- asintió Leo

Piper permaneció tumbada, fingiendo que estaba aturdida, sin soltar la porra. Tenía la cara pálida, pero lanzó una mirada llena de determinación a Jason

-Awwwww que lindos- molestó Thalia

-No puede ser- masculló Piper

, y él captó el mensaje: « Llámales la atención. Yo les romperé la crisma por detrás» .

Guapa, lista y violenta. Jason deseó acordarse de cómo era tenerla por novia.

-Sobre todo por lo de violenta- dijo Leo riendo

-Sobretodo lo de violenta- asintió Jason

-¡Jason!- chilló Piper

-¡Que adorables!- dijo Afrodita

Apretó los puños y se preparó para atacar, pero no tuvo ocasión.

Dylan levantó la mano, mientras unos arcos eléctricos se deslizaban entre sus dedos, y disparó a Jason en el pecho.

-Estúpidos arcos eléctricos- masculló Jason

-También te comprendo- dijo Percy mirando a Thalia

-Ni siquiera fue tanta electricidad- masculló Thalia

Percy le dio una mirada indignada

¡Bang! Jason se vio tumbado boca arriba. La boca le sabía a papel de aluminio quemado. Levantó la cabeza y vio que le salía humo de la ropa. El relámpago le había recorrido el cuerpo y había salido por su pie izquierdo. Tenía los dedos del pie negros de hollín.

-Y ese es el por qué de que nos llegara un semidiós sin un zapato- dijo Connor

-Eso tiene más sentido para mí- dijo Travis -ya que nadie nos decía nada

-Nadie sabía nada, en realidad- señaló Rachel -todo era muy confuso

Los espíritus de la tormenta se estaban riendo. El viento bramaba. Piper estaba gritando en actitud desafiante, pero su voz sonaba débil y lejana.

-El grito de guerra tampoco fue lo mejor- dijo Piper sonrojada

-Fue muy bueno- dijo Jason

-Claro que dirías eso- dijo Rachel riendo

Jason vio con el rabillo del ojo al entrenador Hedge, que trepaba por el precipicio con Leo a la espalda. Piper estaba ya de pie, blandiendo la porra desesperadamente para repeler a los dos nuevos espíritus de la tormenta, pero ellos solo estaban jugando con ella.

-Sí, eso suelen hacer ellos- comentó Apolo

-Son muy desconsiderados- masculló Piper

-Uno no puede pelear así- estuvo de acuerdo Percy

-Por supuesto que no- dijo Piper

La porra atravesaba sus cuerpos como si no estuvieran allí. Y Dylan, un oscuro y alado tornado con ojos, se cernió sobre Jason.

Basta —dijo Jason con voz ronca.

Se levantó con pie vacilante y no supo quién se sorprendió más, si él o los espíritus de la tormenta.

-Yo me sorprendí más- dijo Jason

-Lo bueno es que los rayos no te afectan tanto- comentó Apolo

Jason asintió

¿Cómo es posible que estés vivo? —La figura de Dylan parpadeó—. ¡El relámpago tenía suficiente potencia para fulminar a veinte hombres!

Me toca —dijo Jason.

-Aquí viene su movimiento suicida- bromeó Percy

-No, todavía no- dijo Jason -un poco más delante

-Gracias por la información- dijo Thalia

Jason sonrió

Se metió la mano en el bolsillo y sacó la moneda de oro. Dejó que su instinto tomara el mando y la lanzó al aire como había hecho miles de veces. Atrapó la moneda con la palma de la mano y de repente se vio sujetando una espada:

Varios lo miraron impresionados

un arma de doble filo terriblemente afilada. Sus dedos se ajustaban a la perfección a la empuñadura estriada, que era toda de oro: puño, mango y hoja.

Dylan lanzó un gruñido y retrocedió. Miró a sus dos compañeros y gritó:

¿A qué esperáis? ¡Matadlo!

-¿Y por que no mejor lo hace él?- bromeó Travis

-Porque tampoco es tan idiota- dijo Connor

-Pongan atención en ese "tan"- dijo Leo

-Quería que los otros tuvieran la diversión- comentó Travis

A los otros dos espíritus de la tormenta no les hizo gracia que les diera esa orden, pero arremetieron contra Jason con los dedos crepitando por la electricidad.

Jason se movió hacia el primer espíritu.

-¡Vamos bro!- gritó Percy

-Sí se puede- gritaron los Stoll

-Caba con ellos- dijo Thalia

-Chicos…- murmuró Jason sonrojado

La hoja de la espada lo atravesó, y la figura humeante de la criatura se desintegró. El segundo espíritu soltó un relámpago, pero la hoja de la espada de Jason absorbió la descarga,

-También es su truco preferido- dijo Percy

-No es el preferido, pero sí es muy bueno- dijo Jason con una sonrisa

-¿Ves? Él no se dedica a electrocutar gente- dijo Percy mirando a Thalia

-Una lástima- dijo Thalia -seríamos buen equipo

-No por favor- murmuró Percy

y este actuó: una rápida estocada, y el segundo espíritu de la tormenta se deshizo en polvo de oro.

Dylan gemía indignado. Miraba hacia abajo como si esperara que sus compañeros fueran a regenerarse, pero sus restos dorados se dispersaron en el viento.

-Jason 2, ventis 0- dijo Connor

-No vamos a contar que los ventis arrojaron a Leo- comentó Travis

-Me parece muy bien que no lo cuente- asintió Leo

¡Imposible! ¿Quién eres, mestizo?

Piper estaba tan pasmada que dejó caer la porra.

Jason, ¿cómo…?

-Magia- dijo Leo agitando los dedos

Entonces el entrenador Hedge regresó de un salto a la plataforma y descargó a Leo como si fuera un saco de harina.

¡Espíritus, temedme! —rugió Hedge, flexionando sus cortos brazos.

-Y lo tendrían que hacer- dijo Hazel

-Y que lo digas-murmuró Frank

-Yo sí le tendría miedo- dijo Percy con un estremecimiento

-Yo le tendría más miedo a su bate- asintió Jason

-También da bastante miedo cuando te grita- señaló Piper

-Que casi ni pasaba- dijo Leo

-Para nada- murmuró Piper

Entonces miró a su alrededor y se dio cuenta de que solo estaba Dylan.

¡Maldita sea, muchacho! —espetó a Jason—. ¿No me has dejado nada? ¡Me gustan los desafíos!

-Qué desconsiderado, hermanito- dijo Thalia negando con la cabeza

Jason se encogió de hombros

-Te hubiera avisado antes que le dejarás un poco- dijo Percy

-Claro-asintió Jason

Leo se puso de pie respirando con dificultad. Parecía totalmente humillado,

con las manos sangrando de agarrarse a las rocas

-Estaba totalmente humillado- masculló Leo.

-Humillado, pero nunca derrotado- señaló Apolo

-Por supuesto que no- dijo Leo -la humillación la puedo pasar, la derrota no

-Muy bien- dijo Apolo con un guiño

Oiga, entrenador Supercabra, sea quién sea… ¡Me acabo de caer por el Gran Cañón! ¡No pida más desafíos!

Dylan les siseó, pero Jason veía el miedo en sus ojos.

No tenéis ni idea de a cuántos enemigos habéis despertado, mestizos. Mi señora destruirá a todos los semidioses. Esta guerra no la podéis ganar.

-Tiempo fuera- dijo Hermes -¿Ahora quién es su señora?

-Alguien a quien no quisiera volver a ver en toda mi vida- dijo Piper

-Secundo eso- dijo Percy

-Eso no contestó la pregunta- señaló Hermes

-Dejen que lean para que averigüemos quién es- señaló Artemisa

-Nos lo pueden decir de una vez- comentó Hermes

-Deja que lean- bufó Dionisio

Encima de ellos, la tormenta estalló en un fuerte vendaval. Las grietas se extendieron por la plataforma. Empezaron a caer cortinas de lluvia, y Jason tuvo que agacharse para mantener el equilibrio.

Jason resopló

Thalia suspiró -Qué horror

-Estoy de acuerdo- asintió Piper - fue muy horrible

Se abrió un agujero en las nubes: un vórtice negro y plateado.

¡Mi señora me llama! —gritó Dylan con regocijo—. Y tú, semidiós, vendrás conmigo!

Se abalanzó sobre Jason, pero Piper placó al monstruo por detrás.

-Y eso que ni siquiera sabía que tenía poderes- dijo Rachel impresionada

-Y se quejaba de mí- dijo Percy negando con la cabeza

-Ese monstruo no era el Minotauro- señaló Piper

-Pero era un monstruo- dijo Percy -a muchos metros de altura

Pese a estar hecho de humo, Piper logró golpearlo. Los dos cayeron rodando por el suelo. Leo, Jason y el entrenador avanzaron en tropel para ayudarla, pero el espíritu gritó de ira.

-Reina de belleza, eso nos asustó- dijo Leo

-Lo siento- dijo Piper -eso no estaba en el plan

-De hecho ni siquiera había un plan- señaló Leo

-No, pero además no fui la única que causó sustos ese día- comentó Piper

Soltó un torrente y los lanzó a todos hacia atrás. Jason y el entrenador Hedge cayeron de culo. La espada de Jason se deslizó por el cristal. Leo se golpeó la nuca y se acurrucó de lado, aturdido y gimoteando.

-Pero siendo el más sexy- dijo Leo

-La actitud lo es todo- dijo Apolo

-Y eso no está saliendo para nada bien- comentó Perséfone -sobretodo porque él único que tenía espada ya no la tiene

Piper recibió la peor parte. Se vio despedida por detrás de Dylan, chocó contra la barandilla y se cayó por un lado hasta quedar colgada con una mano sobre el abismo.

Sally puso una mano sobre su boca

-Tienen que ayudarla- chilló Afrodita

-Mamá…- murmuró Piper

-Definitivamente bienvenidos a mi mundo- dijo Poseidón

-Y al mío- asintió Percy riendo

Jason echó a correr hacia ella, pero Dylan gritó:

¡Me conformaré con este!

Agarró a Leo del brazo y empezó a elevarse, arrastrando al muchacho semiinconsciente por debajo.

-Eso es tan típico- masculló Percy

-De acuerdo, tal vez sí estuve un poco derrotado- dijo Leo

-¿Un poco?- dijo Calipso con una sonrisita

-Oye nena, sólo fue un poco- comentó Leo -además recuerda que tú eres del team Leo, la única del team

Calipso sonrió

-¿Te imaginas que en este libro venga lo de Khione?- susurró Piper riendo en el oído de Jason

Jason rió

El tornado empezó a girar más deprisa, tirando de ellos como un aspirador.

¡Socorro! —chilló Piper—. ¡Que alguien me ayude!

Entonces se soltó y gritó al caer.

-Por los dioses- gritó Hazel

Las miradas fueron a Piper

-¡Rescatala!- chilló Afrodita

-Afrodita, el chico ni siquiera recuerda que puede hacer- señaló Perséfone

¡Ve, Jason! —gritó Hedge—. ¡Sálvala!

El entrenador se abalanzó sobre el espíritu dando muestra de su dominio del cabra-fu: se puso a propinar patadas con las pezuñas y liberó a Leo del espíritu a

fuerza de golpes.

-¿Pueden creer que los monstruos lo subestimaban?- preguntó Frank

-Y por eso caen como los estúpidos que son- dijo Clarisse

-Yo creo que el entrenador a veces tenía ganas de agarrarnos así- comentó Leo

-Estoy totalmente de acuerdo- dijo Piper

-No es que lo pudiera culpar- comentó Percy con una sonrisa

Leo cayó al suelo sano y salvo, pero Dylan agarró al entrenador por los brazos. Hedge intentó golpearle con la cabeza y, acto seguido, comenzó a darle patadas y a llamarlo « yogurín» . Los dos se elevaron en el aire, ganando velocidad.

Clarisse frunció el ceño

El entrenador Hedge gritó una vez más:

¡Sálvala! ¡Yo tengo a este!

Entonces el sátiro y el espíritu de la tormenta subieron a las nubes girando en espiral y desaparecieron.

-Y aquí viene la parte suicida de Jason- dijo Leo

-Pongan atención- dijo Connor -pronto van a votar por su suicida favorito

-¡Hey!- se quejaron Percy y Jason

« ¿Salvarla? —pensó Jason—. ¡Si ha desaparecido!»

Pero una vez más su instinto se impuso. Corrió hacia la barandilla pensando:

« Estoy loco» y saltó al vacío.

Thalia se había puesto pálida

-¡Por los dioses Jason!- dijo Will

-Pero puede controlar los vientos- suspiró Perséfone

-Pero ni siquiera lo sabía- señaló Zeus

-No puedo decir que me sorprende que hayas hecho algo así- comentó Reyna

Jason se sonrojó

-Bueno, así aprendimos que Helena puede controlar los vientos- dijo Zoé -cuando se cayó de un tercer piso

Todas las miradas incrédulas fueron a ella

-Zoé- masculló Bianca

-Era una broma- dijo Zoé -nunca se cayó de un tercer piso

Pero su tono en realidad no dejaba en claro si había sido una broma, todos la seguían mirando como si le hubiera salido un tercer ojo

A Jason no le daban miedo las alturas.

-A Thalia sí, por si se les había olvidado- comentó Percy

Le daba miedo estamparse contra el suelo del cañón un kilómetro y medio más abajo. Pensó que lo único que iba a conseguir era morir junto a Piper,

-No voy a negar que eso es muy romántico, pero tienes que salvarla- dijo Afrodita

-Y sí se va a poner más insoportable- bufó Hera

pero pegó los brazos al cuerpo y cayó de cabeza. Los flancos del cañón pasaban a toda velocidad, como una película en avance rápido. Notaba la cara como si se le estuviera despegando.

En un abrir y cerrar de ojos alcanzó a Piper, que se agitaba como loca.

-Te dijo loca- señaló Travis

-Lo noté- masculló Piper

Jason se sonrojó -Lo siento

-Aunque no podía gritar de otra manera- señaló Rachel -fue una caída larga

La agarró de la cintura y cerró los ojos, esperando la muerte. Piper gritaba. A Jason le silbaba el viento en los oídos. Se preguntaba cómo sería la muerte. Probablemente no tan mala, estaba pensando.

Algunos de los chicos le aventaron cojines

Deseó que no alcanzaran nunca el fondo.

De repente el viento cesó. El chillido de Piper se convirtió en un grito estrangulado. Jason pensó que debían de estar muertos, pero no había notado ningún impacto.

-Gracias a los dioses- dijo Frank

-Gracias a los vientos- bromeó Miranda

-Que grosera- dijo Apolo

Miranda sonrió

-Lo único importante es que mi hija y el chico están bien- suspiró Afrodita

Zeus le dio a su hijo una mirada levemente impresionada, y como había estado el señor de los cielos desde que los chicos habían llegado, esa mirada fue casi casi un halago

J… J… Jason —logró decir Piper.

Él abrió los ojos. No estaban cayendo. Estaban flotando en el aire, a treinta metros por encima del río.

-Y después de eso no fue tan peor- dijo Jason

-No, no lo fue- dijo Piper -al menos hasta el campamento

-Al menos hasta el campamento- estuvo de acuerdo Leo

Abrazó fuerte a Piper, y ella cambió de posición de forma que también pudiera abrazarlo. Tenían las narices pegadas. A ella le latía tan fuerte el corazón que Jason lo notaba a través de su ropa.

-Ay que románticos- gritó Leo

-Tan lindos- dijo Percy

-Lo más romántico del mundo- dijo Annabeth riendo

-Y en este libro vamos a descubrir que Annabeth es muy buena molestando a las personas- bromeó Thalia

-Demonios…- masculló Piper

-Aquí es donde Piper se arrepiente de todas sus burlas anteriores- comentó Miranda

-Ni siquiera se arrepiente- masculló Annabeth

Piper se encogió de hombros

A Piper le olía el aliento a canela.

¿Cómo has…? —preguntó.

Yo no he sido —contestó él—. Si supiera volar lo sabría… Pero entonces pensó: « Ni siquiera sé quién soy» .

-Excelente punto- dijo Percy

-Después de eso dejé de cuestionarmelo- dijo Jason con un suspiro

Se imaginó que subían. Piper lanzó un grito cuando se elevaron rápidamente unos centímetros. No estaban flotando exactamente, concluyó Jason.

-Pero estaban bien- dijo Rachel -era lo que importaba

-Estoy completamente de acuerdo con ella- dijo Afrodita

Notaba una presión bajo los pies, como si estuvieran manteniéndose en equilibrio en lo alto de un géiser.

El aire nos está sosteniendo —dijo.

¡Pues dile que nos sostenga más! ¡Sácanos de aquí!

-A la orden general- dijo Connor haciendo un saludo estilo militar

-¿Cómo te podría sostener más?- preguntó Percy

-No lo sé- dijo Piper -pero se debe de poder

-¿Tal vez con más aire?- dijo Jason

Jason miró abajo. Lo más fácil sería caer suavemente al fondo del cañón. Entonces miró arriba. La lluvia había cesado. Los nubarrones no parecían tan feos, pero todavía retumbaban y emitían destellos.

-Todavía estaba muy mal- dijo Leo -pero estábamos llegando a la calma después de la tormenta

-Esa es la calma que más me gusta- asintió Percy

No tenía ninguna garantía de que el espíritu se hubiera marchado. No tenía ni idea de lo que le había pasado al entrenador Hedge. Y había dejado a Leo allí arriba, apenas consciente.

-Exacto- dijo Leo

-Pero estabas seguro con el entrenador Hedge- dijo Jason con una sonrisa

Leo suspiró

Tenemos que ayudarles —dijo Piper, como si le hubiera leído el pensamiento—. ¿Puedes…?

Veamos.

Jason pensó « Arriba» , e inmediatamente salieron disparados hacia el cielo.

-Qué horror- murmuró Thalia

-Cuando lo aprendes a controlar puede ser muy divertido, podemos hacer otra práctica- dijo Jason

-Muy divertido cuando te desvían las flechas- refunfuñó Will

-No gracias Jason, ya no quiero más prácticas- dijo Thalia -fue suficiente

El hecho de que estuviera cabalgando a lomos del viento podría haber resultado increíble en otras circunstancias, pero estaba demasiado conmocionado. Tan pronto como aterrizaron en la plataforma, corrieron hacia Leo.

-No lo puedes disfrutar de la mejor manera- señaló Jason

-Obviamente, deja al último a Leo- masculló Leo

Jason le sonrió -Lo siento

Piper le dio la vuelta, y el muchacho gimió. Su chaqueta militar estaba empapada de agua de lluvia. Su cabello rizado emitía un brillo dorado después de haberse revolcado en el polvo del monstruo. Pero al menos no estaba muerto.

-Ya era un avance- asintió Leo

-Fue una muy muy buena noticia- dijo Piper

-No murieron- aplaudió Tyson -eso fue genial

-Nos sentíamos de la misma manera- asintió Piper con una sonrisa

Cabra… fea… y estúpida —murmuró.

¿Adónde ha ido? —preguntó Piper.

Leo señaló hacia arriba.

No ha bajado. Por favor, dime que no me ha salvado la vida.

-Y vaya que sí- dijo Frank

Leo suspiró -Le debemos una porra o algo así

-Y que lo digas- murmuró Hazel

Dos veces —dijo Jason.

Leo gimió todavía más alto.

¿Qué ha pasado? El tío del tornado, la espada de oro… Me golpeé la cabeza. Es eso, ¿verdad? ¿Estoy alucinando?

-Sí te golpeaste la cabeza, pero no estabas alucinando- comentó Apolo

-Eso me hizo sentir mucho mejor- dijo Leo con una sonrisa

Jason se había olvidado de la espada. Se acercó a donde estaba tirada y la cogió. La hoja estaba bien equilibrada. Tuvo un presentimiento y la lanzó al aire.

En pleno giro, la espada se convirtió en una moneda y cayó en su mano.

-Eso es muy genial- dijo Travis

-Debes tener cuidado en no gastarla por accidente- señaló Connor

-Eso nunca sucederá- dijo Jason

-Nunca digas nunca- comentó Bianca con una pequeña sonrisa

Sí —dijo Leo—. Decididamente estoy alucinando.

Piper se estremeció bajo su ropa empapada por la lluvia.

Jason, esas cosas…

Venti —dijo—. Espíritus de la tormenta.

Vale. Pero te has comportado como… como si los hubieras visto antes.

¿Quién eres?

-Otra vez con la misma pregunta- dijo Percy

-Lo siento- masculló Piper -¿Que más le podía decir?

-Le podías haber dicho, wow has matado un venti, eres un fenómeno o algo así- comentó Percy

-Perdón por no pensar de esa manera- dijo Piper riendo

Él negó con la cabeza.

Es lo que he intentado decirte. No lo sé.

La tormenta desapareció. Los demás chicos de la Escuela del Monte estaban mirando por las puertas de cristal, horrorizados.

-Lo bueno es que de hecho no miraron exactamente lo que pasó- dijo Rachel

-Habrían estado muy asustados- dijo Reyna -y con justa razón

-Y vaya que sí- murmuró Rachel

Había vigilantes de seguridad intentando abrir las cerraduras, pero no parecía que estuvieran teniendo suerte.

El entrenador Hedge dijo que tenía que proteger a tres personas —recordó Jason—. Creo que se refería a nosotros.

-¿Cómo lo descubriste?- preguntó Percy

-Con la caída- bromeó Jason

-Claro, esa es una buena manera de descubrir cosas- dijo Percy

Y Dylan se convirtió en… —Piper se estremeció—. Madre mía, no me puedo creer que estuviera intentando tirarme los tejos.

-Piper y su novio el venti- dijo Leo riendo

-Que horror- dijo Piper con una mueca

Nos llamó… ¿semidioses?

Leo permaneció tumbado boca arriba, contemplando el cielo. No parecía tener prisa por levantarse.

-No la tenía- dijo Leo encogiéndose de hombros -después de todo lo que había pasado, levantarme era lo de menos

No sé lo que significa « semi» —dijo—. Pero yo no me siento muy divino que digamos. ¿Vosotros os sentís divinos, chicos?

-Nop- dijeron Piper y Jason al mismo tiempo

-Me pasó lo mismo- dijo Percy

-Pero sí son divinos- dijo Afrodita con una sonrisita

Se oyó un sonido brusco, como de ramas secas partiéndose, y las grietas de la plataforma empezaron a extenderse.

Tenemos que salir de aquí —dijo Jason—. Tal vez podamos…

Vaaale —lo interrumpió Leo—. Mirad allí arriba y decidme si eso son caballos voladores.

-Ha llegado nuestra salvación- dijo Piper

-La salvación- dijo Jason

-No me sentí muy salvado- murmuró Leo

Annabeth rodó los ojos

Al principio Jason pensó que Leo se había golpeado en la cabeza demasiado fuerte, pero entonces vio una forma oscura que descendía por el este: demasiado lenta para ser un avión y demasiado grande para tratarse de un pájaro.

-Era superman- dijo Percy

-Superman acababa de subir por el gran cañón- señaló Leo

-Es cierto- murmuró Percy

A medida que se acercaba, vio un par de animales alados —grises, con cuatro patas, iguales que unos caballos—, solo que cada uno tenía unas alas de unos seis metros de envergadura. Y tiraban de una caja pintada de llamativos colores con dos ruedas: un carro.

Refuerzos —dijo—. Hedge me dijo que vendría una brigada de extracción a por nosotros.

-Ay por los dioses- murmuró Annabeth

-¿Los trataste muy mal?- preguntó Percy un poquito divertido

-No- dijo Annabeth -bueno, tal vez

Percy la abrazó

¿Una brigada de extracción? —Leo se levantó con dificultad—. Suena fatal.

¿Y adónde nos van a llevar después de habernos extraído? —preguntó Piper.

-Al lugar de sus sueños- dijo Miranda

Reyna hizo una mueca que caso pasó desapercibida por todos

Jason observó como el carro aterrizaba en el otro extremo de la plataforma. Los caballos voladores plegaron las alas y se pusieron a trotar nerviosos por el cristal, como si percibieran que se estaba rompiendo.

-Es probable que lo percibieran- asintió Percy -pero no son transparentes groseros cuando se comunican

-Como Arión- comentó Hazel con una pequeña sonrisa

-Como Arión-asintió Percy

En el carro había dos adolescentes: una chica rubia y alta que parecía un poco mayor que Jason y un chico corpulento con la cabeza afeitada y una cara que parecía un montón de ladrillos.

-Y esa chica rubia me dio más miedo que los venti- dijo Piper riendo

-A mí también- dijo Leo

-Exagerados- masculló Annabeth

Los dos llevaban vaqueros y camisetas de manga corta naranja con unos escudos a la espalda. La chica se bajó de un salto antes de que el carro se hubiera parado.

-Sí, ella suele hacer eso- dijo Thalia

-Después de leer todo lo que hizo junto con Percy, saltar de ese carro es como un juego de niños- comentó Rachel

Annabeth se sonrojó

Sacó un cuchillo y se dirigió corriendo al grupo de Jason mientras el chico refrenaba a los caballos.

¿Dónde está? —inquirió la chica.

Annabeth puso la cara entre sus manos

-Oh por supuesto- murmuró Sally -fue lo que me contaste sobre la visión

-Sí- dijo Annabeth con un suspiro tembloroso

Sally miró a su hijo como si aún no pudiera creer que estuviera ahí con ella, Percy la miró de vuelta con una sonrisa.

Sus ojos grises eran feroces y un poco llamativos.

¿Dónde está quién? —preguntó Jason.

Ella frunció el entrecejo como si su respuesta fuera inaceptable.

-Era inaceptable- señaló Rachel

-Por supuesto que lo era- masculló Annabeth

A continuación se volvió hacia Leo y Piper.

¿Y Gleeson? ¿Dónde está vuestro protector, Gleeson Hedge?

¿El entrenador se llamaba Gleeson?

-Y definitivamente sí me dio más miedo- dijo Leo

Jason se habría echado a reír si aquella mañana no hubiera sido tan rara y espantosa. Gleeson Hedge: entrenador de fútbol americano, hombre cabra, protector de semidioses. Claro. ¿Por qué no?

-Claro, todo puede suceder- dijo Percy

-Y se hubiera echado a reír si Annabeth no lo hubiera mirado de aquella manera- dijo Thalia

-También valoro mi integridad física- comentó Jason

-Es una muy buena decisión- dijo Percy

-Sesos de alga- murmuró Annabeth

Leo se aclaró la garganta.

Se lo llevaron unos… tornados.

Venti —dijo Jason—. Espíritus de la tormenta.

La chica rubia arqueó una ceja.

-Huye- gritaron los Stoll

Annabeth les dio una mala mirada

¿Te refieres a los anemoi thuellai? Este es el término griego. ¿Quién eres y qué ha pasado?

Jason se explicó lo mejor que pudo, pero era difícil mirar aquellos intensos ojos grises.

-Acabas de enfrentarte con unos ventis- señaló Apolo

-Y no daban tanto miedo como Annabeth- dijo Piper

-Eres mi hijo, no debes temer a ningún semidiós- masculló Zeus

Hacia la mitad de la historia, el chico del carro se acercó. Se quedó mirándolos coléricamente con los brazos cruzados. Tenía un arcoíris tatuado en el bíceps, lo cual parecía un poco raro.

-Sí era raro- dijo Leo

-Pero al menos yo no sé lo mencioné- dijo Jason

-Pero sé que tenías ganas de hacerlo- dijo Leo

Jason acabó de contar la historia, pero la chica rubia no parecía satisfecha.

¡No, no, no! Ella me dijo que él estaría aquí. Me dijo que si venía, encontraría la respuesta.

Annabeth —gruñó el chico calvo—. Mira.

-De acuerdo, de nuevo no estoy entendiendo nada- dijo Apolo

-Está más raro que los primeros libros- suspiró Perséfone

Señaló los pies de Jason.

Jason no había pensado mucho en ello, pero todavía le faltaba la zapatilla izquierda, que había salido volando por obra del relámpago. El pie descalzo estaba perfectamente, pero parecía un pedazo de carbón.

-No es divertido que te vean así- murmuró Jason

Algunos le dieron una mirada divertida

El chico con un zapato —dijo el calvo—. Él es la respuesta.

No, Butch —insistió la chica—. No puede serlo. Me han engañado — contempló el cielo furiosamente como si este hubiera hecho algo malo—. ¿Qué quieres de mí? —gritó—. ¿Qué has hecho con él?

Y todas las miradas fueron a Percy, porque si Annabeth se preocupaba demasiado por una persona, era por él. Además del hecho de que aunque fuera una misión de extracción Percy no estaba a su lado.

La plataforma tembló, y los caballos relincharon con insistencia.

Annabeth —dijo el calvo, Butch—, tenemos que marcharnos. Llevemos a estos tres al campamento y ya lo pensaremos allí. Los espíritus de la tormenta podrían volver.

Ella permaneció furiosa un momento.

-Y preguntan por que nos daba miedo- murmuró Leo

Annabeth rodó los ojos

-Imaginen como estaba en el campamento- comentó Katie

De acuerdo —clavó una mirada rencorosa a Jason—. Resolveremos esto más tarde.

Se dio media vuelta y se marchó hacia el carro.

-Así se empieza una amistad- dijo Piper riendo

Annabeth le dio una sonrisa

Piper sacudió la cabeza.

¿Qué mosca le ha picado? ¿Qué pasa?

Eso digo yo —convino Leo.

Tenemos que sacaros de aquí —dijo Butch—. Os lo explicaré por el camino.

-Él fue amable- dijo Leo

-A Percy le dijo babeas cuando duermes- dijo Rachel -por supuesto que a ustedes los iba a ignorar

-Gracias- murmuraron los tres chicos

No pienso ir a ninguna parte con ella —Jason señaló a la rubia—. Parece que quiera matarme.

-Annabeth nos quería matar a todos en esos momentos- dijo Katie -no te culpamos por ello, pero sí parecía que nos querías matar

Los chicos que estuvieron en el campamento asintieron

Butch vaciló.

Annabeth es de fiar. No seas duro con ella. Tuvo una visión en la que le dijeron que tenía que venir aquí a buscar a un chico con un zapato. Se suponía que era la respuesta a su problema.

Annabeth masculló algo que no se pudo entender, pero que tampoco sonó muy gentil

¿Qué problema? —preguntó Piper.

Ha estado buscando a un campista que lleva tres días desaparecido — contestó Butch—. Se está volviendo loca de la preocupación. Esperaba encontrarlo aquí.

¿A quién? —preguntó Jason.

A su novio —respondió Butch—. Un chico llamado Percy Jackson.

-¡No puede ser!-. masculló Poseidón -y yo que creí que estos libros iban a ser tranquilos

-¡Sorpresa!- dijo Percy

-Ay Percy- murmuró Sally mirando a su hijo

-Lo lamento- dijo Percy -no las quería preocupar

-No es que hubieras tenido otra opción- masculló Annabeth

-Necesito saber qué pasó- dijo Poseidón

-Estuvimos sin respuestas durante un tiempo- dijo Annabeth entre dientes -así que supongo que en el libro también tardarán

-El capítulo acabó- dijo Leo -¿Quién va a leer?