LIII

Leo

Por una vez en mucho tiempo, los sueños de Esperanza fueron buenos.

Helena amaba quedarse en el palacio de Afrodita, extrañaba quedarse en el mismo cuarto que su hermano, pero la diosa era genial con ella. Por ejemplo, justo en ese momento Afrodita le estaba poniendo un montón de ropa con solo chasquear los dedos, para que eligiera la que más le gustaba y cada una era más bonita que la anterior.

Estaba preparándose para el desayuno, aunque Helena no tenía ni la menor idea de cómo había regresado al palacio, estaba segura que se había quedado dormida de primera

—¿Qué sucede, cariño?— preguntó Afrodita al ver el pequeño ceño fruncido de la niña

Helena como si le contara un secreto dijo —Creo que me quedé dormida y no tengo 10 dracmas

Afrodita soltó una risita encantada, mientras Piper trataba de mantener una expresión seria

—No tienes de qué preocuparte, esa deuda ya quedó cubierta— dijo Afrodita guiñandole un ojo a Piper, quién se sonrojó

Después de eso fueron directamente al comedor donde ya estaban todos sentados, Helena corrió al lado de su hermano. El desayuno, como siempre, fue ruidoso, se podía sentir la expectación de todos por terminar el libro, comieron rápido y se fueron a la Sala de Trono.

—Recta final— cantó Apolo

—Gracias a los dioses— dijo Piper

—¿Quién va a leer?— preguntó Apolo

—Yo— dijo Katie tomando el libro —capítulo 53, Leo

Leo no había estado tan intranquilo desde que había ofrecido hamburguesas de tofu a los hombres lobo.

—Eso pone nervioso a cualquiera— asintió Percy

—Yo creo que fue porque no les ofrecí carne de verdad— comentó Leo

—Sí, eso obviamente podría ser— dijo Percy seriamente

Cuando llegó al risco de piedra caliza que había en el bosque, se volvió hacia el grupo y sonrió nervioso.

—Es que nadie sabía cómo lo iban a tomar— dijo Leo

—Pero salió bastante bien— señaló Piper

—Creo que es porque en la cabaña todos estamos un poco locos— comentó Leo

—Bueno, eso es nuevo— dijo Katie —pero no puedo contradecirlo

—Gracias— dijo Leo

Consiguió que le ardiera la mano a fuerza de voluntad y la colocó contra la puerta.

Sus compañeros de cabaña dejaron escapar un grito ahogado.

—Los impresionaste— señaló Percy

—Es mi don— dijo Leo con una sonrisa

—Pues realmente sí lo es— señaló Apolo

¡Leo! —gritó Nyssa—. ¡Sabes utilizar el fuego!

Sí, gracias —dijo él—. Lo sé.

—Gracias por darte cuenta— bromeó Travis

—Me alegra mucho que se haya dado cuenta— dijo Leo

—Se había tardado un poco en descubrirlo— asintió Connor

—Eso se descubre inmediatamente— dijo Leo de manera solemne

—Sí claro, se descubre super fácil— comentó Rachel

Jake Mason, a quien le habían quitado la escayola pero seguía usando muletas, dijo:

Santo Hefesto. Eso significa… es muy poco habitual que…

La enorme puerta de piedra se abrió, y todo el mundo se quedó con la boca abierta.

—Y ni siquiera pudo terminar su idea— dijo Miranda

—Es que tiene que ser más rápido con la generación de ideas— bromeó Leo

—Claramente— asintió Katie

—Espero que le haya quedado claro— comentó Chris

La mano llameante de Leo parecía ahora insignificante. Hasta Piper y Jason parecían atónitos, y últimamente habían visto bastantes cosas increíbles.

—Sí, pero eso fue impactante— dijo Piper

—Realmente fue muy asombroso— asintió Jason

—Pero ya habíamos visto cosas muy impactantes— señaló Leo

—Pero no tan impactantes— dijo Piper

El único que no parecía sorprendido era Quirón. El centauro arqueó sus cejas pobladas y se acarició la barba, como si el grupo estuviera a punto de atravesar un campo de minas.

—De alguna manera— suspiró Quirón

—-Bueno, ahora que lo sabemos es cierto— dijo Leo

—Ahora entendemos— asintió Piper

Quirón suspiró

Eso puso a Leo todavía más nervioso, pero ya no podía echarse atrás. Su instinto le decía que tenía que compartir aquel lugar —al menos con la cabaña de Hefesto—, y no podía escondérselo a Quirón ni a sus dos mejores amigos.

—Gracias, nos sentimos super bienvenidos— dijo Travis con sarcasmo

—Tú también nos caes muy bien a nosotros— dijo Katie

—Lo siento chicos— comentó Leo —es que iba por turnos

—No puedo creer tanta traición— dijo Connor negando con la cabeza

—Me sentí realmente excluido— dijo Travis

—Yo también— asintió Percy

Annabeth resopló

—Percy, tú cállate— dijo Thalia rodando los ojos

—Que grosera eres, cara de pino— masculló Percy

Bienvenidos al búnker 9 —dijo, con la mayor confianza posible—. Pasad.

—Mi búnker es su búnker— dijo Leo riendo

—No es el búnker de los que no invitaste— señaló Connor

—Así de sentido también es Hermes— comentó Apolo —no te preocupes

—Ya veo— murmuró Leo

—No soy sentido— dijeron Hermes y Connor al mismo tiempo

El grupo permaneció en silencio mientras recorrían la instalación. Todo estaba tal como Leo lo había dejado: máquinas gigantescas, mesas de trabajo, viejos mapas y esquemas.

—Espero que hayan puesto atención al recorrido— dijo Leo

—No porque no nos invitaste— dijo Miranda

—Sí, las hijas de Deméter son igual— asintió Apolo —pregúntale a Hades

Perséfone hizo que una enredadera le tapara la boca

Solo una cosa había cambiado. La cabeza de Festo reposaba sobre la mesa central, todavía abollada y chamuscada de su accidente fatal en Omaha.

—Pero al menos estaba ahí— dijo Rachel

—Eso era lo importante— asintió Leo

—Por algo se empieza— comentó Bianca

—Al menos estaba en el lugar apropiado— dijo Piper

Leo se acercó a ella, con un sabor amargo en la boca, y acarició la frente del dragón.

Lo siento, Festo. Pero no te olvidaré.

Leo sonrió.

Esperanza pensó lo mismo, desde el día que había dejado su casa tampoco sabía nada del dragón.

Jason le posó una mano en el hombro.

¿Hefesto la ha traído aquí para ti?

Leo asintió.

—Gracias— dijo Leo

—De nada— dijo Hefesto —por lo que he escuchado le diste un buen uso

—El mejor— asintió Leo con una sonrisa

Pero no puedes repararlo —conjeturó Jason.

Es imposible —dijo Leo—, pero voy a reutilizar la cabeza. Festo vendrá con nosotros.

—Fue el otro adulto responsable— dijo Leo

—Fue muy responsable— asintió Percy

—¿Y quién fue el otro adulto?— preguntó Poseidón

—Es una sorpresa— dijo Percy con una sonrisa

—Uno no pensaría que necesitaba un adulto responsable, hasta que amanece pensando que sus amigos fueron secuestrados— comentó Leo

—¿De nuevo?— preguntaron Percy y Annabeth al unísono

—Vi la oportunidad y no la pude dejar pasar— dijo Leo encogiéndose de hombros

—Estas personas que te hacen necesitar un adulto— dijo Piper riendo

Piper se acercó y frunció el entrecejo.

¿A qué te refieres?

—Es una sorpresa, reina de belleza— dijo Leo riendo

—Vaya, me encantó tu sorpresa— dijo Piper

—Lo sé, fue la mejor sorpresa de todo el mundo— asintió Leo

Antes de que Leo pudiera contestar, Nyssa gritó:

¡Mirad esto, chicos!

La chica de la cabaña de Hefesto se encontraba ante una de las mesas, hojeando un bloc de dibujo que contenía diagramas de cientos de máquinas y armas distintas.

—Fue como su paraíso— dijo Piper

—Me di cuenta— asintió Leo —y realmente no los puedo culpar, el búnker es genial

—Fue como su propio parque de diversiones— señaló Miranda

—¿Por qué nosotros no tenemos uno así?— preguntó Travis

—No lo sé, pero lo necesitamos— comentó Chris

Nunca he visto nada parecido —dijo Nyssa—. Aquí hay ideas más increíbles que en el taller de Dédalo. Llevaría un siglo hacer prototipos de todas.

—Pero de todas maneras lo intentaremos— dijo Leo

—Inviten a los hijos de Atenea y tal vez reduzcan el tiempo— señaló Katie

—O tal vez terminen todos peleados— comentó Rachel

—Muchas gracias— dijo Annabeth

—Es una posibilidad alta— dijo Hermes

¿Quién construyó este sitio? —preguntó Jake Mason—. ¿Y por qué?

—Momento de las preguntas incómodas— dijo Leo

—Las que mejor sabemos hacer— dijo Percy

—Nos podemos dar cuenta de eso— asintió Hermes

Quirón se quedó callado, pero Leo se centró en el plano de la pared que había visto en su primera visita. En él aparecía el Campamento Mestizo con una hilera de trirremes en el estrecho de Long Island,

—Un plano bastante raro— dijo Leo

—Bueno, en algún momento no fue tan raro— comentó Piper

—Es cierto— asintió Leo

catapultas encaramadas en las colinas alrededor del valle y puntos señalados para trampas, trincheras y lugares de emboscada.

Los semidioses griegos se miraron impresionados y un poco incómodos

Es un centro de mando para época de guerra —dijo—. Este campamento fue atacado en el pasado, ¿no?

¿En la guerra de los titanes? —preguntó Piper.

—Sí, pero no— dijo Percy

—La respuesta estándar— asintió Leo

—Es que sí fue atacado, pero no se refería a esa fecha— dijo Katie

—Eso tiene mucho sentido para mí— comentó Leo

—Para mí también— dijo Percy

Nyssa negó con la cabeza.

No. Además, ese plano parece muy viejo. La fecha…, ¿pone 1864?

Todos se volvieron hacia Quirón.

—Les dije que era el momento de las preguntas incómodas— señaló Leo

—Y vaya que lo fue, muchachos— suspiró Quirón

La cola del centauro se meneaba frenéticamente.

Este campamento ha sido atacado en muchas ocasiones —reconoció—.

Ese plano es de la última guerra civil.

Los dioses se removieron incómodos en sus tronos, obviamente recordando lo terrible que había sido esa guerra

Al parecer, Leo no era el único confundido. Los otros miembros de la cabaña de Hefesto se miraron los unos a los otros con caras de aturdimiento.

—Empezaba a ser confuso— dijo Piper

—Y vaya que sí— dijo Leo

Guerra civil… —dijo Piper—. ¿Se refiere a la guerra de Secesión, la que se produjo hace unos ciento cincuenta años?

—Sí, pero no— dijo Leo

—Deberíamos poder patentar esa respuesta o algo así— señaló Percy

—Estaría genial poder hacerlo— dijo Leo —o ponerlo como slogan

—Tenemos muchos de esos— dijo Connor

—Uno más no nos vendría mal— comentó Leo

Sí y no —respondió Quirón—. Los dos conflictos (el mortal y el de los semidioses) fueron parecidos, como suele ocurrir en la historia occidental.

—Y que lo digas— murmuró Hermes

—Eso es algo que no se nos podría ocurrir— dijo Miranda

—Y si no hubiera llegado Jason probablemente seguirían sin saberlo— señaló Hermes

—Y seguiríamos en el engaño— comentó Travis en un tono un poco dramático

Fíjate en cualquier guerra civil o en cualquier revolución posterior a la caída del Imperio romano y verás que tuvo lugar en una época en la que los semidioses también se enfrentaron entre ellos.

—Cosas que deberían enseñar en la escuela, parte 1— dijo Leo

—No me puedo aprender lo del mundo mortal y quieres que me aprenda también lo de los semidioses— comentó Miranda

—Tiene un punto muy razonable— comentó Percy

—Además ¿Cómo nos lo van a enseñar en la escuela?— preguntó Katie

—Y esa es otra pregunta más razonable— señaló Rachel

Pero esa guerra civil fue especialmente terrible. Para los mortales estadounidenses, sigue siendo el conflicto más sangriento de todos los tiempos, con unas bajas superiores a las de las dos guerras mundiales.

—Podemos ver lo horrible que fue— murmuró Rachel

Chicos y dioses hicieron una mueca

Para los semidioses, fue igual de devastadora. Ya entonces este valle era el Campamento Mestizo. En este bosque se produjo una espantosa batalla que duró dos días, con unas pérdidas terribles en los dos bandos.

Todos lo semidioses se movieron con incomodidad

Los dos bandos —repitió Leo—. ¿Se refiere a que el campamento se dividió?

No —dijo Jason—. Se refiere a dos grupos distintos. El Campamento Mestizo formaba un solo bando durante la guerra.

—Y por eso es que fue mejor dejarlos separados— comentó Artemisa

—Hasta que ya no fue lo mejor— señaló Perséfone

—Pero al menos sabemos que dio resultados, porque están aquí sin pelearse— señaló Apolo

Los semidioses se miraron entre ellos

—¿Cómo te deshiciste de la enredadera en tu boca?— preguntó Perséfone

—Fue fácil, porque soy realmente increíble— señaló Apolo

Leo no estaba seguro de desear una respuesta, pero preguntó:

¿Cuál era el otro?

—Tenía que preguntar— dijo Leo encogiéndose de hombros

—Lo sabemos— asintió Piper

—Además necesitábamos la respuesta— dijo Jason

Quirón alzó la vista al letrero destrozado en el que se leía BÚNKER 9, como si se estuviera acordando del día que se colocó.

—Lo hacía— suspiró Quirón

La respuesta es peligrosa —advirtió—. Es algo de lo que juré sobre la laguna Estigia que no hablaría nunca.

—Pero llegó Jason a imponer el desorden— dijo Leo

—Yo no impuse el desorden— masculló Jason

—Yo creo que sí, chispitas— dijo Leo con una sonrisa

—Eres la mala influencia, Jason— bromeó Travis

—Muchísimas gracias— dijo Jason

—Sí, con razón eres tan mala influencia Helena— murmuró Esperanza

—No lo soy— se defendió Helena —Bianca lo es

—Todos estamos de acuerdo— murmuró Zoé

Después de la guerra de Secesión, los dioses estaban tan horrorizados por el número de víctimas infantiles que hubo, que juraron que no volvería a pasar.

—Habría estado genial que hubieran seguido indignados— susurró Bianca a Charles

El chico asintió de acuerdo

Los dos grupos se separaron. Los dioses dedicaron toda su voluntad y utilizaron la Niebla para asegurarse de que los enemigos no se acordarían nunca los unos de los otros, ni coincidirían en sus búsquedas,

—Eso explica muchas cosas— dijo Miranda

—En ese momento era lo mejor— asintió Atenea

—Supongo que eso ya no funciona ¿No?— preguntó Reyna

—No, ya los dos grupos están reunidos— señaló Artemisa

para evitar, así, que se derramara más sangre. Ese plano es del final de la época oscura de 1864, la última vez que lucharon los dos bandos.

—No necesitábamos otra guerra así— dijo Apolo

Desde entonces, ha estado a punto de estallar algún conflicto en varias ocasiones. Los años sesenta del siglo XX fueron especialmente peligrosos.

—Y vaya que lo fueron— dijo Hermes

—Nos acordamos— asintió Apolo

Pero hemos conseguido evitar otra guerra civil… al menos hasta ahora. Como Leo ha adivinado, este búnker era un centro de mando para la cabaña de Hefesto.

—Vaya— dijo Travis

—Nos lo imaginamos— asintió Piper

—Y podemos ver que clase de ideas locas tenían en la cabaña de Hefesto— dijo Connor

—Siempre tenemos ideas locas— asintió Leo

En el siglo pasado, fue reabierto en varias ocasiones, normalmente como escondite en épocas de gran inquietud, pero es peligroso venir aquí. Despierta viejos recuerdos y reaviva las viejas enemistades.

—Pero ahora era necesario— señaló Afrodita

—Además, estando Jason ahí el menor problema sería reabrir el búnker— comentó Artemisa

—Gracias— murmuró Jason

Ni siquiera el año pasado, cuando los titanes nos amenazaron, pensé que mereciera la pena arriesgarse a utilizar este sitio.

—Y probablemente ni siquiera lo hubiéramos podido abrir— comentó Annabeth

—Es probable que tengas razón— coincidió Quirón

—Los lugares a veces esperan a la persona indicada— señaló Apolo

De repente, la sensación triunfal de Leo se convirtió en sentimiento de culpa.

—Adiós a mi triunfo— dijo Leo

—Pero necesitarán el búnker— dijo Hefesto —hiciste lo correcto

—Gracias— murmuró Leo

Oiga, este sitio me encontró a mí. Estaba destinado a pasar. Es algo bueno.

Espero que tengas razón —dijo Quirón.

¡Pues claro que la tengo!

—El modesto— bromeó Connor

—Pero sí la tenía— dijo Leo

—La modestia es una de sus muchas cualidades, igual que la mía— asintió Apolo

—Claro— dijo Artemisa rodando los ojos

Leo sacó su viejo dibujo del bolsillo y lo extendió sobre la mesa para que todos lo vieran.

Aquí está —dijo orgullosamente—.

—Excelente dibujo— comentó Piper

—Lo sé, soy genial— dijo Leo

—Vaya que lo eres— asintió Jason

Eolo me lo devolvió. Lo dibujé cuando tenía cinco años. Es mi destino.

Nyssa enarcó una ceja.

Leo, es un dibujo de un barco hecho con lápices de colores.

—Pero sigue siendo destino— dijo Leo

—El destino tiene maneras raras de presentarse— asintió Rachel

—Como en un dibujo con lápices de colores— señaló Leo

Mira.

Señaló el esquema más grande que había en el tablero de anuncios: el proyecto de un trirreme griego.

—Nos impresionó bastante— dijo Piper

—Y que lo digas— murmuró Jason —fue bastante sorpresivo

—A mí también me sorprendió la primera vez— asintió Leo

—Ahora entendemos por qué— dijo Piper

Poco a poco, los ojos de sus compañeros de cabaña se fueron abriendo cada vez más al comparar los dos diseños. El número de mástiles y de remos, incluso los adornos de los escudos y las velas, eran exactamente iguales a los del dibujo de Leo.

—Como les decía, es el destino— comentó Leo —y que soy increíblemente genial

—Eso también— asintió Percy

—Por supuesto que sí— dijo Piper

Es imposible —dijo Nyssa—. Ese diseño debe de tener cien años como mínimo.

« Profecía. Poco clara. Vuelo» —leyó Jake Mason en las notas del proyecto—. Es un diagrama de un barco volador.

—Qué buen barco— dijo Percy

—Te damos un 10— dijo Piper

—La verdad es que fue increíble— asintió Hazel

—Eso no lo podemos negar— comentó Frank

Mira, eso es el tren de aterrizaje. Y las armas… ¡Santo Hefesto! Balistas giratorias, ballestas montadas, blindaje de bronce celestial. Ese cacharro sería una máquina de guerra alucinante.

—Obviamente— dijo Leo orgulloso

—Y vaya que sí— dijo Reyna con una ceja alzada

Leo se sonrojó ante su mirada

¿Se llegó a construir?

Todavía no —contestó Leo—. Fíjate en el mascarón de proa.

—Hay que poner atención en todo— dijo Leo

—Ahora lo sabemos, gracias— dijo Piper

No había duda: la figura situada en la parte delantera del barco era una cabeza de dragón. Un dragón muy especial.

Festo —dijo Piper.

—Así debía ser— dijo Leo

—Todo se puede volver a utilizar— asintió Hefesto

—Y de una forma increíble— dijo Leo con una sonrisa

Todo el mundo se volvió y miró la cabeza del dragón colocada sobre la mesa.

Tiene que ser nuestro mascarón de proa —dijo Leo—. Nuestro amuleto de la suerte, nuestros ojos en el mar.

—Vaya que fue un amuleto de la suerte— dijo Piper

—Y que lo digas— murmuró Leo

Tengo que construir este barco. Voy a llamarlo Argo II. Y necesito vuestra ayuda, chicos.

El Argo II —Piper sonrió—. Por el barco de Jasón

—Qué increíble nombre— dijo Apolo

—Van a hacerlo muy bien— dijo Hefesto

—Encontraron un increíble nombre— dijo Hermes

Muchos de los dioses se veían impresionados

Jason parecía un poco incómodo, pero asintió.

Leo tiene razón. Ese barco es justo lo que necesitamos para el viaje.

¿Qué viaje? —preguntó Nyssa—. ¡Si acabáis de volver!

—Pero ya nos vamos de nuevo— dijo Leo

—Nada más llegaron a decir hola— asintió Connor

—Y a dar las buenas noticias— señaló Leo

—Por supuesto, eso no podía faltar— dijo Piper

Piper pasó los dedos por encima del viejo dibujo de colores.

Tenemos que enfrentarnos a Porfirio, el rey de los gigantes. Dijo que destruiría a los dioses de raíz.

—Sí, nos acordamos de eso— dijo Apolo con una mueca

—Como olvidarlo— dijo Hermes

—Hizo un super anuncio— asintió Leo

—Aunque estamos de acuerdo que ese alarde no fue nada contra el de Jason— comentó Travis

—Estamos de acuerdo— dijo Percy

Por supuesto —dijo Quirón—. Muchos detalles de la Gran Profecía de Rachel siguen siendo un misterio para mí, pero una cosa está clara. Vosotros tres (Jason, Piper y Leo) estáis entre los siete semidioses que deben emprender la misión.

—Tenemos que esperar a que los otros aparezcan— dijo Leo negando con la cabeza —ya saben, tenemos su tiempo

—Realmente sí lo teníamos— señaló Piper

—Estábamos un poco ocupados en nuestra propia alcantarilla que no era mejor que la de ustedes— comentó Percy

—Eso explica muchas cosas— dijo Leo riendo

Debéis enfrentaros a los gigantes en su patria, donde son más fuertes. Debéis detenerlos antes de que despierten del todo a Gaia, antes de que destruyan el monte Olimpo.

—Sin presiones— dijo Percy

—Nunca hay presiones— dijo Leo

—No existen— comentó Thalia con sarcasmo

Ejem… —Nyssa se removió—. No se refiere a Manhattan, ¿verdad?

No —dijo Leo—. Al monte Olimpo original. Tenemos que viajar a Grecia.

—Más noticias impactantes— dijo Leo

—Ahí tenías que haber hecho una pausa dramática— señaló Apolo

—Lo siento— dijo Katie

LIV

Leo

Necesitaron varios minutos para asimilar aquello. Luego los otros campistas de Hefesto empezaron a hacer preguntas al mismo tiempo. ¿Quiénes eran los otros cuatro semidioses?

—Es un misterio— dijo Leo

—¿Lo descubriremos algún día?— preguntó Travis riendo

—Probablemente no— bromeó Percy

¿Cuánto les llevaría construir el barco? ¿Por qué no podían ir todos a Grecia?

—Porque no cabíamos todos en el barco— señaló Connor

—Esa es una respuesta muy acertada— asintió Leo

—Imagina a todos nosotros en un barco— comentó Miranda —sería el paraíso para los monstruos

—Y vaya que sí— dijo Frank

¡Héroes! —Quirón golpeó el suelo con la pezuña—. Todos los detalles no están claros todavía, pero Leo tiene razón. Necesitará vuestra ayuda para construir el Argo II.

Leo sonrió

Tal vez sea el mayor proyecto que haya emprendido la cabaña nueve, todavía mayor que el dragón de bronce.

—Somos increíbles— dijo Leo

—Realmente lo son— dijo Rachel

—Y así es como la cabaña 9 obtuvo el rabajo de honor— comentó Miranda

Nos llevará un año como mínimo —calculó Nyssa—. ¿Tenemos tanto tiempo?

Tenéis seis meses como mucho —dijo Quirón—. Deberíais zarpar para el solsticio de verano, cuando el poder de los dioses es más intenso.

Los dioses asintieron de acuerdo

—Bueno, que sean 6 meses— dijo Leo encogiéndose de hombros

—Aunque es poco el tiempo, aún así lo pueden lograr— señaló Hefesto

Además, no podemos fiarnos de los dioses del viento, y los vientos del verano son los menos fuertes y los más fáciles para navegar.

—Claro— asintió Leo

—Pero no habíamos tomado en cuenta las complicaciones— dijo Piper

—Y que lo digas— murmuró Frank

No se os ocurra zarpar más adelante o llegaréis demasiado tarde a detener a los gigantes.

—Lo de siempre— dijo Leo

—Todo tiene su momento justo— asintió Apolo

—Nos estamos acostumbrando a esos momentos— asintió Percy

Poseidón suspiró

Debéis evitar viajar por tierra y utilizar solo el aire y el mar, así que este vehículo es perfecto. Como Jason es el hijo del dios del cielo…

—No nos mataremos cuando viajemos por aire— completó Leo

—Es cierto— asintió Hermes

—No creo que haya servido mucho— murmuró Jason

Su voz se fue apagando, pero Leo se imaginó que Quirón estaba pensando en su alumno desaparecido, Percy Jackson, el hijo de Poseidón. Él también les habría venido bien en el viaje.

—Pero quién sabe dónde estará ese Percy— bromeó Percy

—Annabeth, tienes el permiso de todos aquí para que lo golpees— dijo Thalia

—Ya quedamos que no lo va a hacer porque está mi mamá— dijo Percy riendo

Annabeth se sonrojó —De acuerdo, intentaré no hacerlo

Jake Mason se volvió hacia Leo.

Bueno, una cosa es segura. Ahora tú eres el líder de la cabaña de Hefesto. Es el mayor honor que ha tenido siempre la cabaña.

Leo se sonrojó

—Un aplauso para Leo— gritó Travis

Sus amigos aplaudieron y vitorearon

¿Alguien se opone?

Nadie se opuso. Todos sus compañeros de cabaña le sonrieron,

—Por supuesto que no ¿Por qué lo harían?— preguntó Hefesto

—No lo sé— dijo Leo —al principio habían dicho que los usuarios de fuego eran peligrosos

—Pero todos estaban de acuerdo que te correspondía ser el líder y es por algo— comentó Hefesto

y Leo casi sintió que la maldición de la cabaña se rompía y que su sensación de desesperanza se desvanecía.

—Así chicos, es como se rompe una maldición— señaló Travis

—Espero hayan puesto atención— dijo Leo

—Lo hicimos— asintió Percy seriamente

Entonces, ya es oficial —dijo Jake—. Eres nuestro hombre.

Por una vez, Leo se quedó sin palabras.

—Fue bastante impactante verte sin palabras— dijo Piper

—Lo sé, trabajaré duro para que no vuelva a pasar— dijo Leo

—Pues sí volvió a pasar— señaló Katie mirando a Esperanza

Leo entendió que se refería a cuando ellos habían llegado —Pero no fuí el único— señaló Leo así que no cuenta

Los demás involucrados también se sonrojaron. Afrodita miró a los chicos con una sonrisita, ella no iba a negar que estaba encantada con la situación… Tal vez no con la situación (cualquiera que fuera) que los había llevado hasta ahí en esas condiciones, pero aún así ella estaba satisfecha con los mellizos, le parecían demasiado adorables, pero algunas veces en sus miradas (a pesar de su edad) se notaba que no todo había sido fácil.

Desde que su madre había muerto, se había pasado la vida huyendo. Pero ya había encontrado un hogar y una familia. Había encontrado un trabajo que hacer. Y, a pesar del miedo que le daba, no sentía la tentación de escapar…, ni siquiera un poco.

Leo se sonrojó aún más, sus amigos le sonrieron

Bueno —dijo por fin—, si me elegís vuestro líder, debéis de estar todavía más locos que yo. ¡Vamos a construir una máquina de guerra alucinante!

—Creo que sí estaban más locos que yo— dijo Leo

—Fin del capítulo— anunció Katie

—Un capítulo más y terminamos— comentó Apolo —¿Quién va a leer?