PIPER XLV, XLVI
—Fin del capítulo— anunció Apolo —Ahora ¿Quién de ustedes pequeños desastres quieren leer?
—Nos dijo pequeños desastres— señaló Zoé
—Tú no cariño— dijo Apolo sonriéndole —tú sí— dijo mirando a Bianca
—Estoy casi segura de que llevas razón ¿Pero por qué?— preguntó Bianca
—Y todavía preguntas— dijo Apolo
—Al menos ahora lo generalizó y no lo usó solo en nosotros dos— comentó Thalia mirando a Percy
—Me alegra que sea un apodo generalizado— asintió Percy riendo
—A mí también— dijo Thalia —de acuerdo, yo quiero leer— le pasaron el libro —capítulo 45, Piper
Pedir prestado el helicóptero fue fácil. Conseguir que su padre subiera a bordo, no.
Piper suspiró
—Por todo lo que estaba pasando es lógico— comentó Perséfone
Piper solo necesitó unos segundos de conversación a través del megáfono improvisado de Leo para convencer a la piloto de que aterrizara en la montaña.
—Quién sabe por qué habrá sido tan fácil— comentó Connor
—Es un completo misterio— dijo Piper encogiéndose de hombros
—Ojalá todo fuera tan fácil como eso— mencionó Leo
—Ojalá— suspiró Piper
El helicóptero del Servicio de Parques era lo bastante grande para evacuaciones médicas o búsquedas y rescates, y cuando Piper le dijo a la amable piloto que sería buena idea llevarlos al aeropuerto de Oakland, la mujer accedió de buena gana.
—Esa suena como a la mejor idea del mundo— asintió Rachel
—Qué piloto tan amable— asintió Miranda
—La mejor piloto del mundo— asintió Piper
—No —murmuró su padre, cuando lo levantaron del suelo—. Piper, ¿qué…? Había monstruos… había monstruos…
Piper suspiró.
Al ser mortal (aunque con su don) Sammy no había visto muchos monstruos durante su vida, y cuando los vio (sobretodo en los últimos días) desearía no haberlo hecho, así que de alguna forma podía entender la reacción del papá de su tía Piper.
Necesitó que Leo y Jason la ayudaran a moverlo, mientras el entrenador Hedge estaba recogiendo sus provisiones.
—Las provisiones nunca deben de faltar— asintió Katie
—Además ya se había acabado las provisiones que iban con el traje— señaló Leo
—Yo quiero un traje que incluya provisiones— dijo Travis
—¿Tú, con traje? Es algo que quisiera ver— comentó Katie con una ceja alzada
—Es algo que todos quisiéramos ver— asintió Chris —sería… Interesante
Afortunadamente, Hedge se había vuelto a poner los pantalones y los zapatos, de modo que Piper no tuvo que dar explicaciones por las patas de cabra.
—No necesitaba algo así en ese momento— coincidió Afrodita
—No— dijo Piper con un suspiro —no lo necesitaba
A Piper le partía el corazón ver a su padre así: al límite, llorando como un niño. No sabía exactamente lo que le había hecho el gigante, cómo los monstruos habían quebrantado su espíritu, pero no creía que pudiera soportar averiguarlo.
—Es cierto que hay cosas que no se deben saber— murmuró Piper
Los chicos hicieron muecas.
—Todo va a ir bien, papá —dijo, adoptando el tono de voz más tranquilizador posible. No quería embrujahablar a su propio padre, pero parecía la única forma
—A veces aunque no lo quieras es necesario utilizarlo— coincidió Afrodita
Piper suspiró, pero asintió de acuerdo.
—. Estas personas son mis amigos. Te vamos a ayudar. Ya estamos a salvo.
Él parpadeó y miró los rotores del helicóptero.
—Hélices. Una máquina con muchas hélices. Con seis brazos…
—Por supuesto cualquier cosa podría desencadenar una reacción así— comentó Atenea
Afrodita hizo una mueca, pero asintió —Y solo se pondrá peor
Cuando lo llevaron hasta las puertas, la piloto se acercó a ayudar.
—¿Qué le pasa? —preguntó.
—Inhalación de humo —propuso Jason—. O agotamiento por calor.
—Es bastante razonable esa explicación— dijo Will
—Además no es como que puedan demostrar que no estaba diciendo la verdad— señaló Apolo
—Eso es cierto— asintió Jason
—Deberíamos llevarlo a un hospital —dijo la piloto.
—No pasa nada —aseguró Piper—. El aeropuerto está bien.
—Sí, el aeropuerto está bien —respondió la piloto inmediatamente.
—Sí, el aereopuerto suena como una buena idea— dijo Miranda
—La mejor idea de todo el mundo— dijo Leo
—Claro que sí, el aeropuerto es mejor que cualquier otro lado— asintió Percy
—Era lo mejor— dijo Piper
A continuación frunció el entrecejo, como si no estuviera segura de por qué había cambiado de opinión—. ¿No es Tristan McLean, la estrella de cine?
—No —contestó Piper—. Solo se parece a él.
—Eso también podría pasar— dijo Travis —¿No dicen que podemos tener un gemelo por algún lugar?
—¡Por mí!— exclamó Dionisio —espero que eso no sea cierto ¿Más como ustedes?
—Dionisio por favor, todos sabemos que te caen muy bien— comentó Apolo
Olvídelo.
—Sí —dijo la piloto—. Solo se parece a él. Yo… —Parpadeó, confundida—. No me acuerdo de lo que estaba diciendo. Pongámonos en marcha.
—Vaya— dijo Connor —así ya no dan muchas ganas de meterse con ella, pero no se preocupen, eso se pasa rápido
—Bueno, gracias por decirlo— comentó Piper
Jason miró a Piper con las cejas arqueadas, claramente impresionado, pero Piper se sentía deprimida.
—Por supuesto que sí— dijo Afrodita —pero no puedes negar tu don, es necesario
Si tan solo los dones no fallaran cuando más los necesitas, pensó Sammy
No quería distorsionar la mente de las personas, convencerlos de cosas que no creían. Era una actitud muy dominante y no estaba nada bien, algo que Drew haría en el campamento, o Medea en sus diabólicos grandes almacenes.
—Bueno, pero lo estás haciendo para ayudar a tu padre— comentó Katie
—Es cierto— dijo Thalia —no lo estás haciendo para humillar o esclavizar a alguien
¿Y de qué iba a servirle a su padre? No podía convencerlo de que iba a estar bien o de que no había pasado nada. Su trauma era demasiado profundo.
—Pero puedes tranquilizarlo al menos hasta que uses el frasco— señaló Afrodita
—Lo sé— suspiró Piper con una mueca
Finalmente lo subieron a bordo, y el helicóptero despegó. La piloto no paraba de recibir mensajes por la radio preguntándole adónde iba, pero ella no les hacía caso.
—Espero que no la hayan regañado o algo así— murmuró Leo
—Ojalá que no— dijo Piper
—Porque ya habíamos hecho que despidieran a Mellie— dijo Leo
—Somos unas terribles personas— comentó Piper
—Sip— asintió Leo
Se alejaron de la montaña incendiada y se dirigieron a las colinas de Berkeley.
—Piper —su padre le cogió la mano y se la aferró como si tuviera miedo de caerse—. ¿Eres tú? Me dijeron… me dijeron que te ibas a morir.
Piper hizo una mueca
—¿Cómo pueden decirle algo así?— dijo Sally negando con la cabeza
—No lo sé— suspiró Piper
Dijeron… que pasarían cosas horribles.
—Soy yo, papá —tuvo que armarse de toda su fuerza de voluntad para no llorar. Tenía que ser fuerte—. Todo va a ir bien.
Afrodita le dio una pequeña sonrisa —Eres demasiado fuerte, querida
—No se sentía de esa manera— murmuró Piper
—Eran monstruos —dijo él—. Monstruos de verdad. Espíritus de la tierra, como los de las historias del abuelo Tom… y la Madre Tierra estaba enfadada conmigo.
—Técnicamente estaba enfadada con todos— murmuró Leo
—Eso es cierto— asintió Percy
—Pero es cruel que utilicen su miedo por negar sus raíces de esa manera— susurró Sammy a sus amigos. No estaba demasiado listo para hablar en voz alta
—Bueno Sam, por eso son monstruos— dijo Bianca —y hay cosas más crueles
Sus amigos hicieron muecas.
Y el gigante Tsul'kälû escupía fuego…
—¿Qué es un T… sul´…, el como se diga?— preguntó Zoé
—Sí Piper, en palabras que conozcamos— comentó Thalia
—Sutkalu— Piper pronunció
—Lo llamaremos el coso ese— bromeó Leo
—De acuerdo— dijo Piper con una sonrisa —es un gigante de la cultura Cherokee, se decía que él podía atrapar a una persona si estaba completamente sola, lo que sacaría al Tsul'Kalu de su forma espiritual y tomaría una forma física, apoderándose de su mente y la persona debe tener sangre Cherokee, o se dijo que no funcionaria— explicó Piper —y ahora me pregunto cuánto de eso es verdad
—Mejor no sé encuentren con él— dijo Hermes
—Suena como el tipo de monstruo que jamás quisieras encontrarte— comentó Zoé —gracias
—Claro que sí— dijo Piper sonriendo
—Se centró en Piper de nuevo, con los ojos como de cristal roto, reflejando una luz desquiciada—. Dijeron que eras una semidiosa. Que tu madre era…
—Afrodita —dijo Piper—. La diosa del amor.
Afrodita sonrió un poco
—Yo… yo…
McLean inspiró de forma trémula y pareció olvidarse de espirar.
Los amigos de Piper se cuidaron de no mirar.
—Era privado— murmuró Leo —y ya le había hecho de mal tercio con Jason y Thalia
—Es cierto— asintió Thalia
—Thalia— dijo Jason
Leo jugueteaba con una tuerca de su cinturón. Jason contemplaba el valle: en las carreteras se estaban formando atascos porque los mortales paraban sus coches y se quedaban mirando boquiabiertos la montaña incendiada.
—Una montaña incendiada claramente llama la atención— comentó Hermes
—Por supuesto que lo haría, no es algo que se vea todos los días— señaló Apolo
Gleeson masticaba el tallo de su clavel, y por una vez el sátiro no parecía con ganas de gritar ni de fanfarronear.
—Tal vez porque se sentía mal por quedarse inconsciente— comentó Katie
—Eso hace sentirse mal a cualquiera— asintió Jason con una mueca
Sus amigos le dieron una mirada un poco divertida
Se suponía que Tristan McLean no podía ser visto en ese estado. Era una estrella. Era seguro, elegante, afable… siempre controlando la situación. Esa era la imagen pública que proyectaba.
—Pero eso es porque el público necesita verlo de esa manera— comentó Apolo —es más fácil fingir ser quien no eres
—No es que Apolo diga muchas cosas sensatas, pero tiene razón— asintió Artemisa
—Siempre digo cosas sensatas— masculló Apolo
Piper ya había visto flaquear esa imagen antes. Pero entonces era distinto. En ese momento estaba destrozado, ido.
—Cariño, deberías darle la poción— dijo Afrodita
—Era difícil tomar la decisión— murmuró Piper
—No sabía lo de mamá —le dijo Piper—. No hasta que te secuestraron. Cuando descubrimos dónde estabas, vinimos enseguida. Mis amigos me han ayudado. Nadie volverá a hacerte daño.
—Mis amigos son los mejores— bromeó Leo fingiendo la voz de Piper
—Claro que lo son— dijo Piper con una sonrisa
Jason se sonrojó
Su padre no paraba de temblar.
—Tú y tus amigos… sois unos héroes. No puedo creerlo. Eres una heroína de verdad, no como yo. Tú no interpretas un papel. Estoy muy orgulloso de ti, Pipes.
Piper se sonrojó—Eso era un poco privado
—Aquí no existe la privacidad— comentó Percy
—Además estábamos ahí, reina de belleza— dijo Leo —así que desde ese momento no tuviste privacidad
—Claro, lo olvidaba— dijo Piper
Pero murmuró las palabras en tono apático, en una especie de trance.
El hombre contempló el valle, y aflojó la mano de Piper.
—Tu madre nunca me lo dijo.
—Por supuesto que no— dijo Afrodita —y tenía razón en no hacerlo
Piper hizo una mueca
—Creyó que era lo mejor.
Sonaba poco convincente incluso para Piper, y era algo que no se podía cambiar con la embrujahabla.
—No lo puedes cambiar porque estás consciente de que era lo mejor que podía hacer por él— señaló Afrodita
Piper se removió incómoda
Pero no le dijo lo que realmente le preocupaba a Afrodita: « Si tiene que pasar el resto de su vida con esos recuerdos, sabiendo que dioses y espíritus caminan por la tierra, quedará destrozado» .
—Afrodita a veces puede decir cosas sensatas— masculló Hera
Afrodita le dio una mirada asesina, por el "algunas veces"
Piper rebuscó en el bolsillo de su chaqueta. El frasco seguía allí, caliente al tacto.
Pero ¿cómo podía borrarle los recuerdos? Su padre por fin sabía quién era su hija.
—Pero eso sería ser egoísta— murmuró Piper para sí misma —y no podía hacerle eso a mi padre
Estaba orgulloso de ella, y por una vez ella era su heroína, no al revés. Ahora nunca la mandaría lejos de él. Compartían un secreto.
—Pero ese secreto solo lo destrozará— señaló Afrodita —y no sería él mismo
—Hay ocasiones en que existen secretos que no deben saberse— dijo Hestia dándole una mirada amable
Piper asintió con una mueca
Sammy miró a sus amigos que se removieron con incomodidad
¿Qué podía hacer? ¿Cómo podía conseguir que las cosas volvieran a ser como antes?
—Con el frasco— comentó Apolo
—Como antes pero no como antes— murmuró Piper
Le cogió la mano mientras le hablaba de cosas intrascendentes: su estancia en la Escuela del Monte o su cabaña en el Campamento Mestizo.
—Y te faltó hablarle de Drew— dijo Leo
—Claro, porque era lo que hacía falta— comentó Miranda
—Mi entrada triunfal a la cabaña de Afrodita— dijo Piper
Le dijo que el entrenador Hedge comía claveles y que se había caído con el culo en pompa en el Monte del Diablo,
—Hay cosas que uno no debe decir, reina de belleza— dijo Leo
—Lo siento— dijo Piper —no debí decir nada
—Nop, creo que no era necesario— comentó Leo
—Le debo una disculpa al entrenador— dijo Piper
que Leo había domado a un dragón y que Jason había hecho retroceder a unos lobos hablando en latín. Sus amigos sonreían de mala gana conforme ella relataba sus aventuras.
Leo y Jason se sonrojaron
—Es que entramos en pánico y no sabíamos qué más hacer —comentó Leo
—Sí, algo hay de eso— asintió Jason
Su padre pareció relajarse mientras Piper hablaba, pero no sonreía. Ella ni siquiera estaba segura de que la oyera.
—Probablemente no— suspiró Piper
Al pasar por encima de las colinas que daban paso al Este de la Bahía, Jason se puso tenso. Se asomó tanto por la puerta que Piper temió que se fuera a caer.
—Pero si se cae controla los vientos— señaló Connor
—Cierto, no sé para qué me preocupé— bromeó Piper
—Jason se podría aventar en paracaídas sin paracaídas— asintió Travis
—No es algo que realmente quisiera intentar— dijo Jason
—Esa fue claramente nuestra lógica cuando se cayó Helena— murmuró Zoé a sus amigos
—Obviamente que lo fue— asintió Bianca
—Claro que eso fue en lo que pensábamos— dijo Sammy con un poquito de sarcasmo
—Pero fue divertido— comentó Helena
Señaló con el dedo.
—¿Qué es eso?
Piper miró abajo, pero no vio nada interesante:
—Por supuesto que no— dijo Apolo
—Habría sido raro que lo hubieras visto— asintió Hermes
—Ahora lo entiendo— dijo Piper
solo colinas, bosques, pequeños caminos que serpenteaban entre los cañones. Una autopista atravesaba un túnel en la montaña y conectaba el Este de la Bahía con los pueblos del interior.
Los romanos intercambiaron una mirada
—¿Dónde? —preguntó Piper.
—Esa carretera —dijo él—. La que atraviesa las colinas.
—¿Una carretera?— preguntó Miranda
—No creo que sea solo una carretera si Jason se puso así— comentó Katie
Jason hizo una mueca
Piper cogió el casco comunicador que le había entregado la piloto y transmitió la pregunta por radio. La respuesta no era muy apasionante.
—Dice que es la Autopista 24 —respondió Piper—. Ese es el túnel Caldecott.
—No, de ninguna manera iba a ser una respuesta buena— señaló Hermes
—Bueno, conocimos la Autopista 24— dijo Leo —nuestro viaje iba lo menos malo que se podía
—Y que lo digas— dijo Piper
¿Por qué?
Jason se quedó mirando fijamente la entrada del túnel, pero no dijo nada.
—Porque no sabía qué decir— murmuró Jason
—Esa es un excelente motivo para no decir nada— comentó Percy
—Por supuesto que lo es— asintió Jason
El túnel desapareció cuando sobrevolaron el centro de Oakland, pero Jason siguió mirando a lo lejos, con una expresión casi tan turbada como la del padre de Piper.
—Y vaya que sí— asintió Leo
Jason suspiró
—Monstruos —dijo su padre, y una lágrima le corrió por la mejilla—. Vivo en un mundo de monstruos.
Piper se removió incomoda, no le gustaba que todos escucharan como de frágil había estado su padre, era cierto, en estos libros no parecía haber nada de privacidad
XLVIPiper
El departamento de control aéreo se negaba a conceder permiso de aterrizaje a un helicóptero no programado en el aeropuerto de Oakland… hasta que Piper habló por radio. Entonces no tuvieron ningún problema.
—Obviamente— dijo Apolo
—La gente cambia de opinión tan rápido— señaló Connor
—Siempre me pasa— dijo Piper
—Nos hemos dado cuenta— dijo Leo
Descargaron en la pista de aterrizaje, y todo el mundo miró a Piper.
—Y ahora, ¿qué? —le preguntó Jason.
Ella se sentía incómoda.
—Pero te toca tomar las decisiones— dijo Jason con una pequeña sonrisa
—Ya que no quedaba de otra— suspiró Piper
—Así es esto, reina de belleza— dijo Leo encogiéndose de hombros
No quería estar al mando, pero por el bien de su padre tenía que aparentar seguridad. No tenía ningún plan. Acababa de acordarse de que él había volado a Oakland, lo que significaba que su avión privado seguiría allí.
—Así no tendrán que robar un avión— dijo Travis —aunque si algún día lo necesitan…
—Piper los puede convencer— señaló Leo
—Pero no da la misma adrenalina— dijo Travis
—Claro que no— dijo Piper negando con la cabeza
Pero ese día era el solsticio. Tenían que salvar a Hera. No tenían ni idea de adónde ir ni de si llegaban demasiado tarde. ¿Y cómo podía dejar marchar a su padre en ese estado?
Percy le dio una mirada de comprensión pues no podía no pensar en su primera misión y la decisión que conllevó, el dejar a su madre en el Inframundo, fue bastante difícil. Sally, como si supiera lo que estaba pensando miró a su hijo y le dio una sonrisa dulce.
—En primer lugar —dijo—. Tengo… tengo que llevar a mi padre a casa. Lo siento, chicos.
Los rostros del grupo se descompusieron.
—Lo sospechábamos, pero que nos lo dijeras fue como más real— comentó Leo
—Y vaya que lo fue— asintió Jason
—Cariño, eso es muy noble pero si no estás con ellos la misión no tendrá éxito— dijo Hestia
—Y eso es muy cierto— comentó Jason
Leo asintió de acuerdo
—Ah —dijo Leo—. Es decir, claro. Te necesita ahora mismo. Nosotros podemos seguir sin ti.
—Lo malo es que no pueden— dijo Rachel
—Mi oráculo tiene razón, Hera los eligió a los tres por una razón— señaló Apolo
—No, Pipes —su padre había estado sentado en el hueco de acceso del helicóptero, con los hombros cubiertos por una manta, pero se levantó dando traspiés—. Tienes una misión. Una búsqueda. No puedo…
Piper suspiró
—Yo cuidaré de él —dijo el entrenador Hedge.
Piper se lo quedó mirando. El sátiro era la última persona que esperaba que se ofreciera.
—Bueno, él es un protector— dijo Grover
—Sí, pero con todas esas técnicas de lucha, nunca se sabe— comentó Leo
—Y con esa forma de mandarte a hacer flexiones tampoco— dijo Percy
—¿Usted? —dijo.
—Soy un protector —declaró Gleeson—. Ese es mi trabajo, no luchar.
Parecía un poco abatido, y Piper se dio cuenta de que quizá no debería haber contado que se había quedado inconsciente en la última batalla.
—Tal vez— asintió Leo
—No pensé que eso pudiera afectar— murmuró Piper —fue lo único que se me ocurrió contar
—De acuerdo reina de belleza, para la otra no cuentes cómo se desmaya la gente en las batallas— señaló Leo
—No lo haré porque espero que no haya otra— dijo Piper
Tal vez el sátiro era tan sensible como su padre.
Entonces Hedge se enderezó y apretó la mandíbula. —Por supuesto, también se me da bien pelear.
—Por supuesto que sí— dijo Leo
—Obviamente que sí— asintió Percy
—Nadie dijo lo contrario— comentó Hazel
—Todos sabemos que es tremendo— dijo Percy
Los fulminó a todos con la mirada, desafiándolos a que le llevaran la contraria.
—Sí —confirmó Jason.
—Es usted tremendo —añadió Leo.
—Nadie se metería con él— dijo Leo
—Y menos si lleva su porra— señaló Frank
—Nadie quisiera acercarse a él cuando blande la porra— comentó Percy
El entrenador gruñó.
—Pero soy un protector, y puedo hacerlo. Tu padre tiene razón, Piper. Tienes que seguir con la misión.
—Es la única forma— asintió Rachel con una mueca
—Pero sabes que tu padre estará en buenas manos— dijo Afrodita
—Eso era un alivio— suspiró Piper
—Pero… —A Piper le escocían los ojos, como si estuviera otra vez en el incendio del bosque—. Papá…
Él alargó los brazos, y ella lo abrazó. Lo notaba frágil. Temblaba tanto que se asustó.
Piper hizo una mueca. Todos tuvieron la decencia de quedarse callados.
—Vamos a dejarlos solos —dijo Jason, y llevaron a la piloto a varios metros de distancia por la pista de aterrizaje.
—Bueno y ahora todos se van a enterar— murmuró Piper
—Es la falta de privacidad que existe en esto— dijo Leo
Piper suspiró
—No me lo puedo creer —dijo su padre—. Te he fallado.
—¡No, papá!
—Las cosas que hicieron, Piper, las visiones que me mostraron…
—Solo podemos imaginar lo terrible que pudo haber sido— comentó Afrodita
—Sí, no sé cómo pudieron hacerle eso— dijo Piper apretando los puños
—Escucha, papá —sacó el frasco del bolsillo—. Afrodita me dio esto para ti. Borra los recuerdos recientes. Parecerá que no ha pasado nada de esto.
Afrodita le dio una sonrisa a su hija, aunque Piper lucía incómoda y triste
Él la miró fijamente, como si estuviera traduciendo sus palabras de un idioma extranjero.
—Es que de alguna manera eso es un rayo de esperanza para él— dijo Apolo
—Y no podía dejarlo así— murmuró Piper
—Pero eres una heroína. ¿Me olvidaría de eso?
—Sí —susurró Piper. Forzó un tono tranquilizador—. Lo olvidarías. Será como… como antes.
Piper suspiró de manera temblorosa. Jason la tomó de la mano
Él cerró los ojos y respiró de forma temblorosa.
—Te quiero, Piper. Siempre te he querido. Te… te mandé lejos porque no quería exponerte a mi estilo de vida.
—Eso tiene sentido, ser una estrella de cine conlleva muchas dificultades— dijo Afrodita
No quería que te criaras como yo me crié: la pobreza, la desesperanza… Ni tampoco la locura de Hollywood. Pensé… pensé que te estaba protegiendo —dejó escapar una risa frágil—. Como si tu vida sin mí fuera mejor o más segura.
—No, pero no lo podemos culpar por creer que era lo mejor para protegerte— dijo Hestia
—A veces es necesario escoger el peor de los males— asintió Sally
Percy y Sally se miraron con una pequeña sonrisa
Piper le cogió la mano. Ya le había oído decir antes que quería protegerla, pero nunca lo había creído. Siempre había pensado que solo estaba racionalizando.
—Es que era un poco difícil de creer— suspiró Piper —con todo lo que había pasado
—Pero todo eso también te llevó a la Escuela del Monte— dijo Rachel —lo que era necesario
Su padre parecía muy seguro y relajado, como si su vida fuera un paseo. ¿Cómo podía decir que necesitaba protegerla de eso?
—Es difícil decirlo— dijo Hestia —pero sí lo hizo por tu bien
Al final Piper entendió que había estado actuando en beneficio de ella, procurando no mostrar lo asustado que estaba y lo inseguro que era.
—Creo que al final de cuentas nos entendimos más de lo que alguna vez lo hubiéramos hecho, a pesar de todo— dijo Piper
—Por supuesto que sí cariño, es tu padre y te quiere— dijo Afrodita
Realmente había intentado protegerla. Y ahora su capacidad para hacer frente a la situación había quedado destruida.
—Y se siente menos capaz de protegerte— dijo Apolo —cosa que es totalmente lógica
Sally hizo una mueca, recordando que en un momento se dio cuenta que no podía proteger a su hijo de todo.
Le ofreció el frasco.
—Cógelo. Tal vez algún día estemos preparados para volver a hablar de esto. Cuando estés listo.
—Aunque a lo mejor y no lo está nunca— suspiró Piper
—Primero tiene que reconciliarse con sus raíces— comentó Afrodita
—Primero debe aceptarse él mismo para aceptar todo este mundo— dijo Hestia
—Cuando esté listo —murmuró él—. Parece que… que yo fuera el que está creciendo. Se supone que soy el padre —cogió el frasco. En sus ojos brillaba una pequeña esperanza teñida de desesperación—. Te quiero, Pipes.
—Yo también te quiero, papá.
Piper se limpió algunas lágrimas que corrieron por su mejilla, sin duda recordando todos los sentimientos de ese momento.
Jason la abrazó.
—Lo siento— murmuró Piper con un suspiro tembloroso
—Está bien, no tiene nada de malo— dijo Jason
McLean se bebió el líquido rosado. Sus ojos se pusieron en blanco, y se desplomó hacia delante. Piper lo cogió, y sus amigos se acercaron corriendo a ayudarla.
—Por supuesto que sí— dijo Leo —no íbamos a dejarte sola
—De ninguna manera— dijo Jason
—Ya lo tengo —dijo Hedge. El sátiro se tambaleó, pero era lo bastante fuerte para mantener a McLean erguido—.
—Cada día dan menos ganas de meterse con él— dijo Travis
—Eso siempre dices y te sigues metiendo con todos— dijo Katie riendo
—Kat, pero ellos se meten con nosotros primero— señaló Travis
Sus amigos le dieron miradas irónicas
Le he pedido a nuestra amiga la guardabosques que avise a su avión. Viene para aquí. ¿La dirección de casa?
Piper se disponía a decírsela. Entonces se le ocurrió una idea.
—Esa fue buena idea para simplificar las cosas— dijo Leo
—Y vaya que sí— dijo Piper
Rebuscó en el bolsillo de su padre y comprobó que su BlackBerry seguía allí. Resultaba extraño que conservara algo tan normal después de todo lo que había pasado, pero supuso que Encélado no había visto ningún motivo para quitársela.
—No es como que un celular puede hacer algo contra ellos— dijo Hermes
—Esa cosa sirve más en contra de nosotros que de ellos— comentó Leo
—Qué injusticia— se quejó Connor —hay celulares muy guays
—Como los que encontramos en la batalla— asintió Travis
—Pero Percy no nos dejó— dijo Connor negando con la cabeza
Percy solo les sonrió
—Todo está aquí —dijo Piper—. La dirección y el número de su chófer.
Tenga cuidado con Jane.
Los ojos de Hedge se iluminaron, como si intuyera una pelea.
—No me opondría— murmuró Piper
—¿Quién es Jane?
Cuando Piper se lo explicó, el impecable Gulfstream blanco de su padre había ido rodando por la pista hasta situarse junto al helicóptero.
—Eso es un buen servicio— dijo Leo
—La verdad es que sí lo era— dijo Piper
—Por eso es bueno tener un avión privado— comentó Apolo —bueno, tal vez no sería bueno para Percy
—A Percy de todas formas no le gustaría— dijo Percy con una sonrisa
Hedge y la auxiliar de vuelo subieron al padre de Piper a bordo. Luego Hedge bajó por última vez para despedirse. Dio a Piper un abrazo y fulminó con la mirada a Jason y a Leo.
—Y eso que fuiste tú quien dijo que se había quedado inconsciente— señaló Leo
—Creo que el entrenador tiene una persona favorita— dijo Miranda
—Sí lo notamos— dijo Leo
—Era bastante obvio— asintió Jason
—Cuidad de esta chica, ¿me oís, yogurines? Como no lo hagáis, os pondré a hacer flexiones.
—No me gustan las flexiones— se quejó Leo
—Nos hemos dado cuenta— bromeó Connor
—Oye, no seas grosero— dijo Leo
—Eso está hecho, entrenador —dijo Leo mientras una sonrisa tiraba de las comisuras de su boca.
—Nada de flexiones —prometió Jason.
—No nos ganamos las flexiones, somos geniales— dijo Leo chocando los puños con Jason
Piper dio otro abrazo al sátiro.
—Gracias, Gleeson. Cuide de él, por favor.
—Entendido, McLean —le aseguró él—. En el avión tienen cerveza de raíz, enchiladas vegetarianas y servilletas de lino puro… ¡Ñam, ñam!
—Suena muy bien— admitió Grover
—Son muy buenas las enchiladas— admitió Piper
—Cuando quieras nos puedes invitar a viajar en tu avión privado, eh— comentó Connor
No me costaría acostumbrarme a esto.
Al subir la escalera trotando perdió un zapato, y su pezuña resultó visible por un instante.
—Para cerrar con broche de oro— dijo Leo
—Claro que era lo que faltaba— comentó Jason
—Por supuesto que sí— dijo Piper
La auxiliar de vuelo abrió los ojos como platos, pero apartó la vista y aparentó que no pasaba nada. Piper supuso que había visto cosas más extrañas trabajando para Tristan McLean.
—Claro, obviamente era un disfraz— dijo Connor
—Eso tiene mucho sentido trabajando con un actor— dijo Rachel
Cuando el avión avanzó por la pista de despegue, Piper se echó a llorar. Había estado aguantando demasiado y no pudo contenerse más.
—Habías pasado por mucho— coincidió Deméter
Antes de que se diera cuenta, Jason la estaba abrazando mientras Leo permanecía cerca, incómodo, sacando pañuelos de papel de su cinturón.
—Ayudé con los pañuelos— murmuró Leo
—Sí lo hiciste— dijo Piper
—¿Quieres pañuelos para ahorita?— preguntó Leo
—No gracias, la camiseta de Jason está funcionando muy bien— dijo Piper secándose las lágrimas restantes
—Tu padre está en buenas manos —dijo Jason—. Has estado increíble.
Ella sollozó contra su camiseta.
—Las camisetas son mejores para sollozar que los pañuelos— dijo Leo
—Sirven mejor— dijo Piper
—Son más absorbentes— señaló Rachel
—Y más grandes— dijo Piper
—Aunque tal vez ofrecería mejores resultados si la camisa no estuviera pegado a un cuerpo humano— observó Miranda
—Sirven aún mejor— bromeó Piper
Se dejó abrazar mientras respiraba hondo seis veces. Siete. Luego se negó a seguirse recreando. Ellos la necesitaban. La piloto del helicóptero parecía incómoda, como si estuviera empezando a preguntarse por qué los había llevado allí.
—Y probablemente lo hacía— dijo Reyna
—Creo que sí— dijo Piper
—Yo estaría tan confundida como ella— asintió Katie
—Gracias, chicos —dijo Piper—. Yo…
Quería decirles lo mucho que significaban para ella.
—Awwwww— dijo Leo
Piper se sonrojó
Lo habían sacrificado todo, tal vez incluso la misión, para ayudarla. No podía corresponderles, ni siquiera demostrar su gratitud con palabras. Pero la expresión de sus amigos le decía que lo entendían.
Jason y Leo sonrieron
—No había nada más que decir— comentó Jason
—No somos buenos con las palabras, pero supimos que supiste que lo entendimos— asintió Leo
—Es bueno confirmarlo— dijo Piper con una sonrisa
Entonces el aire empezó a vibrar justo al lado de Jason. Al principio, Piper pensó que era el calor que desprendía la pista de aterrizaje, o tal vez gases del helicóptero, pero había visto algo parecido en la fuente de Medea. Era un mensaje de Iris.
—Aquí pueden ver qué Piper sí pone atención— dijo Leo
—Eso y que yo no estaba bajo el hechizo de la bruja— comentó Piper
—Ese es un poderoso motivo— asintió Leo
—Eso explica por qué ella sí puso atención— dijo Rachel
Una imagen apareció en el aire: una chica morena vestida de camuflaje invernal plateado con un arco en la mano.
Jason retrocedió dando traspiés, sorprendido.
—Sí, es la forma normal de reaccionar cuando ves un mensaje Iris— asintió Percy
—Fue un poco raro— comentó Jason
—Sí, suele serlo— dijo Percy
—¡Thalia!
—Gracias a los dioses —dijo la cazadora.
La escena que había detrás de ella era difícil de distinguir, pero Piper oía gritos, metal entrechocando y explosiones.
—Básicamente— asintió Thalia
—La diversión empezando— dijo Connor con sarcasmo
—Nos la estábamos pasando de lo lindo— comentó Thalia en el mismo tono
—Por eso no podíamos faltar a la fiesta— dijo Leo
—La hemos encontrado —dijo Thalia—. ¿Dónde estáis?
—En Oakland —respondió él—. ¿Dónde estás tú?
—¡En la Casa del Lobo! Oakland está bien; no estáis muy lejos.
—Eso es algo bueno— dijo Katie
—Y la forma de llegar estuvo mejor— dijo Leo
—Vaya que lo estuvo— asintió Piper
Estamos impidiendo entrar a los secuaces del gigante, pero no podremos aguantar eternamente. Venid antes de que se ponga el sol o todo habrá acabado.
—Otra vez estaba llevando a cabo mi trabajo de vocera oficial— bromeó Thalia
—Nos damos cuenta, te queda bien ese trabajo, cara de pino— asintió Percy
—Lo sé, sesos de algas— dijo Thalia
—Entonces, ¿no es demasiado tarde? —gritó Piper.
La embargó la esperanza, pero la expresión de Thalia se la hizo perder rápidamente.
—Sí, eso suele pasar cuando hablas con Thalia— coincidió Percy
—Nos estábamos llevando tan bien— masculló Thalia
—Sí, pero se estaba volviendo aburrido— bromeó Percy
—Es cierto— asintió Thalia
—Todavía no —dijo Thalia—. Pero Jason… es peor de lo que yo creía. Porfirio está alzándose. Date prisa.
Los dioses hicieron una mueca
—Pero ¿dónde está la Casa del Lobo? —preguntó.
—Nuestro último viaje —contestó Thalia mientras la imagen empezaba a parpadear—. El parque. Jack London. ¿Te acuerdas?
—Pues después de que lo dijiste tuvo mucho sentido— comentó Jason
—Como siempre y en todo— dijo Percy
—Y vaya que sí— dijo Thalia
Aquello no tenía sentido para Piper, pero parecía que a Jason le hubieran pegado un tiro. Se tambaleó, con la cara pálida, y el mensaje de Iris desapareció.
—Creo que sí se acuerda— dijo Travis
—Me dió esa impresión— asintió Piper
—Creemos que fue bastante obvio— dijo Leo
—Pero bueno, al menos sí entendieron a dónde ir— dijo Miranda
—¿Estás bien, colega? —preguntó Leo—. ¿Sabes dónde está?
—Sí —dijo Jason—. En el valle de Sonoma. No está lejos, al menos por aire.
—Lastima que solo uno pueda volar— dijo Connor
—Pero están en un lugar donde podrían perfectamente encontrar un medio de transporte— dijo Miranda
—Y con lo que estaban diciendo Piper y Leo creo que es obvio que encontraron el transporte— comentó Katie
Piper se volvió hacia la piloto, que había estado mirando con una expresión de desconcierto cada vez mayor.
—Se les está acabando el tiempo— dijo Reyna
—Y de todas las formas posibles— asintió Piper
—Señora —dijo Piper con su mejor sonrisa—. No le importará ayudarnos una vez más, ¿verdad?
—No me importa —convino la piloto.
—Bueno, muchas gracias— dijo Travis riendo
—Qué bueno que no le importe— dijo Rachel
—Es una piloto muy amable— asistió Leo —y nosotros seguimos siendo malas personas
—Lo sé— suspiró Piper
—No podemos llevar a una mortal a la batalla —dijo Jason—. Es demasiado peligroso —se volvió hacia Leo—. ¿Crees que podrías pilotar ese trasto?
—Bueno…
—Por supuesto que podrías— dijo Hefesto
Leo se sonrojó
—Bueno, si Annabeth no nos quiere llevar de paseo en helicóptero, lo puede hacer Leo— dijo Travis
Annabeth rodó los ojos
La expresión de Leo no fue precisamente tranquilizadora para Piper.
—Oye— se quejó Leo
—Pues no lo fue— dijo Piper con una pequeña sonrisa
Pero a continuación el hijo de Hefesto posó la mano en un lado del helicóptero, concentrándose intensamente, como si estuviera escuchando a la máquina.
—De alguna manera— murmuró Leo
—Es una manera de decirlo— asintió Hefesto
—Bueno, eso es nuevo— dijo Travis
—Y una manera súper cool de aprender las cosas— asintió Leo
—Helicóptero Bell 412HP —dijo Leo—. Rotor principal compuesto de cuatro palas; velocidad de crucero, veintidós nudos; techo práctico, mil metros. El depósito está casi lleno. Claro que puedo pilotarlo.
Hefesto sonrió
—Eso suena bastante genial— dijo Miranda
—¿Puedes hacer eso con todas las máquinas?— preguntó Katie
—No lo sé Kat, no he probado todas las máquinas— bromeó Leo
—Y luego preguntas por qué te molesta— comentó Calipso
—¿Por qué no puedo escuchar las máquinas?— murmuró Esperanza enfurruñada
—Porque los dioses sabían que ya eras bastante peligrosa así— dijo Sammy
Esperanza lo miró con incredulidad
—Dioses Sam ¿Cómo es que en el palacio de Hades lograron en dos días lo que yo no he logrado en 10 años?— preguntó Bianca
—Lo siento— murmuró Sammy
—No, no, continúa— dijo Bianca
Ares miró al tal Sammy con una mueca, de acuerdo no estaba en su personalidad como Marte y sabía que había algunas diferencias entre su contraparte romana, pero aun así ¿Cómo era posible que ese niñato se viera tan… blando? y eso no le hacía la menor gracia, incluso con su propio hijo, esperaba que llegara el momento en que el chaval demostrara que valía la pena y no solo lo dejara en vergüenza
Piper sonrió de nuevo a la guardabosques.
—No le molesta que un chico menor de edad sin permiso de piloto le coja prestado el helicóptero, ¿verdad? Se lo devolveremos.
—Sí, tal vez no debiste hacer la última promesa, reina de belleza— dijo Leo
—Ahora me doy cuenta— dijo Piper
—No… —A la piloto por poco se le atragantaron las palabras, pero las expulsó—: No me molesta.
—Que agradable— dijo Travis
—Fue la mejor— asintió Leo
Leo sonrió.
—Subid, niños. El tío Leo os va a llevar de viaje.
—¿Nos llevas también a nosotros?— preguntó Connor
—El viaje con el tío Leo fue interesante— dijo Piper riendo
—¿Nos llevas también a nosotros?— preguntó Zoé en broma
—Y hasta ahí la vaga esperanza de que Zoé no fuera tan suicida como Percy— comentó Travis riendo
—¿Alguien tenía esperanza?— preguntó Connor
—Annabeth— dijo Piper riendo ante la expresión de su amiga
—Con todo lo que leímos en los libros, lo dudo— dijo Thalia con una carcajada
Atenea le dio una mirada asesina a Percy
—¡Thalia!— chilló Annabeth
—Gracias— dijeron Percy y Zoé al unísono, mientras sus amigos y algunos dioses reían
Bianca miró a Zoé sabiendo que ella jamás en su vida se subiría a algo que pudiera volar, así como Bianca jamás se metería a algún lugar donde se pudiera ahogar y era sumamente ilógico porque también le daba miedo hacer viajes sombras, sí era un poco ilógico pero simplemente no podía olvidar su primer viaje sombra accidental
Tenía alrededor de 6 años y había estado jugando en su casa, había llegado después de estar un fin de semana en el Campamento Mestizo por una emergencia, sus padres habían estado acomodando todo y ella estaba en el jardín "segura" o lo estaba hasta que se le ocurrió saltar en la sombras que había alrededor, sus padres le contaron que habían pasado algunos minutos antes de que Will se asomara y no la viera
—¡Nico!— gritó Will —¿Bianca está contigo?
Nico se asomó desde el otro piso —¿Cómo va a estar conmigo, Solace? Estoy aquí desde que llegamos… Espera… ¿No está en el patio?
—No— dijo Will
Así que empezaron a buscarla por todos lados e incluso utilizaron el famoso "Bianca Solace di Angelo" por sí se estaba escondiendo en algún lugar ya que oír el nombre completo tiene cierto poder. Por supuesto ella no respondió ella estaba en algún lugar que no conocía ¿México, tal vez?, al principio no estaba asustada, pero eso no duró mucho porque no tenía idea de como regresar a su casa.
Mientras tanto sus padres preguntaron a sus amigos, porque a ninguno de ellos se le ocurrió la fabulosa posibilidad del viaje sombra, hasta que Annabeth y Jason lo sugirieron
—Por supuesto que sí— dijo Nico poniendo una mano en su frente
—¿Puedes encontrarla?— preguntó Will
—Por supuesto— asintió Nico —y cuando la encuentre la voy a castigar por el resto de sus días
—Está bien pero…
—Por el resto de sus días— masculló Nico antes de entrar en una sombra, no pasó mucho antes de que pudiera localizarla
Mientras tanto Bianca se asustaba cada vez más y fue aún peor cuando llegaron las tres mujeres
—Mira, pero si es el horroroso experimento de Afrodita— dijo una de las mujeres con voz dulce, la líder al parecer —la mocosa del estúpido hijo de Hades
—Al parecer hoy es nuestro día de suerte— dijo otra de las mujeres
—¿Qué sucede dulzura, ya se han aburrido de ti, del repugnante experimento con el que fuiste creada?— preguntó la última mujer —mira, es tan bonita, hay que quedarnosla
—Por supuesto que no, mejor la utilizamos como merienda— dijo la mujer que parecía la líder
Y Bianca se dio cuenta de lo que eran, empusas, las mujeres demonio con sus patas desiguales, sus ojos rojos y colmillos como si fueran vampiros, la rodearon. Bianca como una semidiosa había empezado a entrenar por supuesto, pero era la primera vez que se encontraba con un monstruo mientras estaba completamente sola, una empusa la agarró, Bianca se retorció, pateó, chilló y golpeó, pero no fue suficiente
—Te recomendaría que la dejaras si quieres seguir conservando tu cabeza— masculló una voz fría atrás de una de ellas
Las mujeres demonio miraron al recién llegado
—Hijo de Hades— escupió la líder —no me digas que vienes por esa cosa— dijo señalando a la niña con desdén —si es así lamento informarte que es nuestro premio, pero sí te quieres unir...
Nico vaciló mientras el hechizo de la empusa entraba en él
—Μπαμπάς— chilló Bianca mientras pataleaba
Nico se sacudió y le dio una mirada envenenada —¡Sueltala! Es tu última oportunidad
—No, no cariño— dijo la empusa —tengo algo mejor para ti, nos la dejarás y yo y todo mi clan prometemos no molestarte a ti, ni a ese hijo de Apolo. Solo piensalo, es un gran trato, además ¿Para que la quieres? Afrodita siempre con sus repugnantes experimentos— dijo con desagrado —ni siquiera la vas a extrañar, ni siquiera es tuya
Esa pareció ser la gota de derramó el vaso, Nico se abalanzó contra la empusa, pero este se movió bastante rápido, logró hacerle algunos rasguños, pero al final no fue suficiente no cuando te metes con SU Bianca.
Las otras dos mujeres chillaron, una de ellas se abalanzó contra Nico, la que sostenía a Bianca clavó sus garras en ella, pero antes de que llegaran a hacer un corte muy grave a Bianca se le ocurrió morderla (fue lo más asqueroso que ha hecho en su vida). Nico había acabado con la otra empusa e iba por la última, pero ella al ver lo que había pasado huyó. Nico la dejó ir y tomó a Bianca que estaba llorando
—Calmati mia piccola soldantina, stai bene. Grazie agli dei, perché questo non toglie che sarai in punizione per il resto dei tuoi giorni!/Cálmate mi pequeña soldado, estás bien. ¡Gracias a los dioses, porque no quita el hecho de que estarás castigada por el resto de tus días!— susurró su padre antes de regresar a casa
Después de eso todo fue confuso y al final de cuentas resultó que el "resto de sus días" fueron dos días en los que no pudo ir a jugar con Zoé y Charles por preocupar a sus padres, y desde ahí intentaron que lo controlara, lo hacía, pero no le gustaba y odiaba cuando tenía que hacerlo.
Así que era bastante obvio que tuviera miedo y ahí en el Olimpo después de todo volvían a reproducirse las palabras de la empusa "ni siquiera la vas a extrañar, ni siquiera es tuya"
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