FRANK XLV, XLVI
Frank
—¿Puedo leer yo?— preguntó Esperanza
—No es sobre mí, así que claro que sí— comentó Leo
Frank le dió una mala mirada
—Ojalá hubieras leído algún capítulo sobre él— comentó Piper riendo y le pasó el libro
—Ella no es el tipo de niña grosera que va a leer un capítulo sobre mí— señaló Leo
—Sí me quedó el saco, gracias— bromeó Zoé
Percy se rió
—Al menos es honesta— comentó Thalia
—Bastante— murmuró Annabeth
« No hay justicia en la muerte.» Esas palabras no paraban de resonar en la cabeza de Frank.
Los semidioses hicieron una mueca, a muchos de ellos también les hacían eco esas palabras, pues eran tremendamente ciertas y crueles.
El gigante dorado no le daba miedo. El ejército de fantasmas no le daba miedo. Pero la idea de liberar a Tánatos hacía que a Frank le entraran ganas de acurrucarse en posición fetal. Ese dios se había llevado a su madre.
—Es lógico— comentó Perséfone
—Creo que de haber estado en tu lugar, tendríamos jamás de hacer lo mismo— comentó Katie
—Todos estamos de acuerdo en eso— asintió Miranda
—Y que lo digas— murmuró Leo
Frank sabía lo que tenía que hacer para romper las cadenas. Marte le había advertido. Le había explicado por qué amaba tanto a Emily Zhang: « Ella siempre anteponía su deber a todo lo demás. Incluso a su vida» . Ahora le tocaba a Frank.
Sammy hizo una mueca
—Ella era muy valiente— susurró Hazel a Frank —y tú también lo eres
—Mi mamá era muy valiente— asintió Frank —de lo demás no estoy tan seguro
—Lo eres— aseguró Hazel
La medalla al sacrificio de su madre estaba caliente al tacto en su bolsillo. Por fin comprendía la decisión de su madre, salvar a sus compañeros a costa de su propia vida.
Frank se sonrojó, ahora ya no era difícil entender por qué su madre había hecho lo que hizo y como dijo Hazel, había sido valiente, esperaba haber enorgullecido a su madre.
Entendía lo que Marte había intentado decirle: « Deber. Sacrificio. Son valores importantes» .
—Lo son— dijo Ares
—Ay por favor como si tú supieras algo de eso— bufó Atenea
—Más que tú, claramente— señaló Ares
—Ya van a empezar a pelear como críos— señaló Hermes
—Y según los críos somos nosotros— comentó Apolo
En el pecho de Frank, un nudo de ira y rencor —un nódulo de dolor con el que había estado cargando desde el funeral— empezó a deshacerse por fin. Comprendía por qué su madre nunca volvió a casa. Había cosas por las que valía la pena morir.
Se hizo un breve silencio en la Sala de Trono. Frank suspiró pensando en su madre y las vidas que había logrado salvar, del otro lado Sammy tenía la misma expresión que Frank, la diferencia es que ese nudo de ira y rencor aun no estaba cerca de deshacerse. Esperanza miró a sus amigos antes de continuar con la lectura.
—Hazel —trató de mantener la voz firme—. Necesito el paquete que me has estado guardando.
Los semidioses miraron a Frank con incomodidad y a la vez muy impresionados.
Hazel lo miró consternada. Montada en Arión, parecía una reina, poderosa y bella, con el cabello castaño sobre los hombros y una corona de niebla gélida alrededor de la cabeza.
—Gracias— murmuró Hazel sonrojada
—Ay el amor— suspiró Afrodita encantada —es tan bello
—Van a entrar en batalla— masculló Hades
—Eso lo hace aún más hermoso— suspiró Afrodita
Hades rodó los ojos
—No, Frank. Tiene que haber otra forma.
—Por favor. Sé… sé lo que hago.
—Claro que sí— dijo Hazel
Frank le sonrió
Tánatos sonrió y levantó sus muñecas esposadas.
—Tienes razón, Frank Zhang. Hay que hacer sacrificios.
—Bueno, la Muerte aprobó tu plan— murmuró Katie
—Lo que me daba una idea que como era— comentó Frank
—Lo estamos notando— dijo Rachel
Genial. Aunque la muerte aprobara su plan, Frank estaba seguro de que no le iba a gustar el resultado.
—Normalmente cuando te aprueban el plan es porque no te va a gustar el resultado— comentó Leo
—Ay, cállate Leo— masculló Piper
—Puedes golpearlo por todos nosotros— bromeó Percy
—Perfecto, gracias— dijo Piper y golpeó a Leo con un cojín
El gigante Alcioneo avanzó, haciendo temblar el suelo con sus patas de reptil.
—Les dije que iba a tener patas de reptil— señaló Leo
—Porque claro que le hacían falta patas de reptil— asintió Rachel
—Claro, esas no se pueden dejar pasar — dijo Thalia
—No estaría bien— dijo Percy
—¿De qué paquete hablas, Frank Zhang? ¿Me has traído un regalo?
—A ti, nada, Chico de Oro —dijo Frank—. Solo dolor en cantidades industriales.
—Me parece bien— dijo Ares
—Odio estar de acuerdo con él— comentó Apolo —pero se escucha bastante bien eso
—A nosotros también nos suena muy bien— asintió Leo
—A todos— dijo Chris
El gigante se rió a carcajadas.
—¡Has hablado como un hijo de Marte! Lástima que tenga que matarte. Y ese de ahí… Vaya, vaya, he esperado mucho para conocer al famoso Percy Jackson.
—Tu reputación te precede— señaló Miranda
—Tu don es hacer enemigos— bromeó Thalia
—Gracias— murmuró Percy —ese solo sirve para que me castiguen más tiempo
—De nada— dijo Thalia
El gigante sonrió. Sus dientes de plata hacían que su boca pareciera la rejilla de un coche.
—He seguido tus progresos, hijo de Neptuno —dijo Alcioneo—. Peleaste bien contra Cronos.
Luke se removió incómodo
—Es raro que te diga algo así, es acosador— señaló Connor
—Bastante— coincidió Percy
—Saber que alguien está viendo todo lo que haces, que horror— dijo Miranda
Gaia te odia más que a nadie… exceptuando tal vez a ese advenedizo de Jason Grace.
—Bueno, pues gracias— dijo Percy
—Muy amable por avisarnos — murmuró Jason
—Enemigos públicos más buscados— comentó Travis
—Genial— dijeron Jason y Percy al mismo tiempo
—Y sí— señaló Leo
Lamento no poder matarte en el acto, pero mi hermano desea tenerte de mascota.
Sally resopló
—Cuanta amabilidad— comentó Thalia
—Lo sé, no se hubiera molestado— dijo Leo
— En realidad creo que estuvo bien que no se molestara— señaló Percy
—Bueno claro, tienes un punto— dijo Leo
—Además no me llamaba la atención ser su mascota— dijo Percy
—Por supuesto que no— masculló Poseidón
Piensa que será divertido tener al hijo favorito de Neptuno capturado cuando destruya al dios.
Poseidón resopló
—Hijo favorito— le masculló Charles a Bianca
Y después, por supuesto, Gaia tiene planes para ti.
—Muy halagador —Percy levantó a Contracorriente—. Pero en realidad soy hijo de Poseidón. Soy del Campamento Mestizo.
Algunos de sus amigos del Campamento Mestizo se pusieron a vitorear
—Eso, en realidad sonó muy genial— dijo Travis
—Gracias— dijo Percy con una sonrisa
Los fantasmas se movieron. Algunos desenvainaron espadas y levantaron escudos. Alcioneo alzó la mano para indicarles que esperasen.
—Era de esperarse esa reacción— comentó Apolo
—Por supuesto que sí— dijo Hermes
—Supongo— dijo Percy
—Griego, romano, qué más da —dijo el gigante con soltura—. Aplastaremos los dos campamentos con el pie. Verás, los titanes no son lo bastante ambiciosos.
—A mí me parecieron bastante ambiciosos— señaló Miranda
—Opino lo mismo— murmuró Travis
—Pues al parecer no lo eran tanto— señaló Katie
—Al parecer— comentó Percy
—Vivimos engañados— resopló Thalia
Luke se sonrojó
Tenían pensado destruir a los dioses en su nuevo hogar de Estados Unidos. ¡Los gigantes sabemos cómo hacer las cosas! Para matar una mala hierba, hay que arrancarla de raíz.
Charles y Bianca intercambiaron una breve mirada y justo en ese momento Percy los había pillado y por primera vez entendió lo que le había querido decir Luke "sobre la misma mirada que veía en los chicos del Princesa Andrómeda"
No es como que Charles y Bianca no supieran esa información, pero podría ser una punto activo en su plan.
¡Ahora mismo, mientras mis fuerzas destruyen vuestro pequeño campamento romano, mi hermano Porfirio se está preparando para la auténtica batalla en terreno antiguo! Destruiremos a los dioses en su lugar de origen.
Los dioses se removieron con incomodidad
Los fantasmas golpearon con las espadas contra los escudos. El sonido resonó a través de las montañas.
—¿Su lugar de origen? —preguntó Frank—. ¿Se refiere a Grecia?
—A eso se refiere— comentó Hermes
—Lamentablemente— dijo Apolo
—Ese es un viaje muy largo— asintió Hermes
—Y que lo digan— murmuró Leo
Alcioneo se rió entre dientes.
—No hace falta que te preocupes, hijo de Marte. No vivirás lo bastante para ver nuestra victoria definitiva.
—Gracias por los ánimos— señaló Connor
—Se esforzó mucho por dar ánimos— comentó Percy aún mirando con curiosidad a Charles y Bianca
Sustituiré a Plutón como señor del inframundo.
Hades resopló
—Sería un caos— comentó Perséfone
Ya tengo a la Muerte bajo mi custodia. ¡Y con Hazel Levesque a mi servicio, también tendré todas las riquezas que se esconden bajo tierra! Hazel cogió su spatha.
—¿Y quién le dijo que Hazel estaba a su servicio?— preguntó Will
—No tengo idea— resopló Hazel
—Probablemente el frío le congeló el cerebro— comentó Leo
—Eso podría ser— asintió Travis
—Realmente podría pasar— dijo Percy
—Yo no sirvo a nadie.
—¡Oh, pero tú me diste la vida! —dijo Alcioneo—. Es verdad, queríamos despertar a Gaia durante la Segunda Guerra Mundial. Habría sido glorioso.
—Sí claro, súper glorioso— comentó Katie
—Bueno, para ellos sí— señaló Miranda
—Pero no habría sido bueno para ninguno de nosotros— dijo Thalia
—Ni un poquito— murmuró Piper
Pero lo cierto es que el mundo está ahora casi tan mal como entonces.
—Demonios— murmuró Travis
—Eso es muy malo— comentó Rachel
—No sé ni qué pensar respecto a eso— señaló Apolo
—Creo que ninguno de nosotros— dijo Artemisa
Dentro de poco tu civilización será exterminada. Las Puertas de la Muerte quedarán abiertas. Los que nos sirvan jamás perecerán. Vivos o muertos, vosotros tres os uniréis a mi ejército.
—Paso de la oferta— dijo Percy
—Gracias, pero no gracias— dijo Frank
—Esa no suena como la oferta que todos quisieramos tener— señaló Leo
—Para nada— dijo Percy
Percy negó con la cabeza.
—Ni soñarlo, Chico de Oro. Vas a perder.
—Espera —Hazel espoleó el caballo hacia el gigante—. Yo he desenterrado a este monstruo. Soy la hija de Plutón. Me corresponde a mí matarlo.
—Vaya Haz— comentó Piper
—Eso Hazel, tú ve con todo— dijo Miranda
—Triunfando como siempre— asintió Apolo
—Ah, pequeña Hazel —Alcioneo plantó su bastón sobre el hielo. En su cabello relucían piedras preciosas por valor de millones de dólares—. ¿Estás segura de que no quieres unirte a nosotros por voluntad propia?
—No— bufó Hazel
—No te ofrece gran cosa realmente— señaló Connor
—Su oferta era terrible— coincidió Hazel
—De las peores ofertas del mundo al parecer— comentó Leo
Podrías resultarnos muy… valiosa. ¿Por qué volver a morir?
Los ojos de Hazel brillaban de odio. Miró a Frank y sacó de su abrigo el trozo de madera envuelto.
—Era lo que se tenía que hacer— dijo Frank
—Lo sé— suspiró Hazel
—¿Estás seguro?
—Sí —dijo él.
Ella frunció los labios.
—Tú también eres mi mejor amigo, Frank.
—Esto se pone bellísimo— dijo Afrodita
—Afrodita, no— dijo Hades
—No seas amargado, ya te pareces a Atenea— resopló Afrodita
Hades y Atenea le dieron miradas asesinas a la diosa del amor
Debería habértelo dicho —le lanzó el palo—. Haz lo que tengas que hacer. Percy… ¿puedes protegerlo?
—¿En serio tú sola contra el gigante?— preguntó Rachel
—Puede lograrlo— dijo Nico
—No lo dudo— dijo Rachel —pero es, no lo sé, muy impresionante
—Gracias— murmuró Hazel
Percy contempló las filas de romanos espectrales.
—¿Contra un pequeño ejército? Claro, no hay problema.
—Claro— dijo Thalia —super fácil
—Lo de todos los días— asintió Percy
—Claro que sí— murmuró Frank al recordar que había pasado
—Obviamente— dijo Connor
—Entonces me pido al Chico de Oro —dijo Hazel.
Y cargó contra el gigante.
—Vaya— dijo Katie
—Para que nunca se metan con Hazel— señaló Travis
—Ojalá hicieras caso a tu propio consejo— bromeó Connor
—Los que estaban diciendo que era para que ella también le hiciera burla a los demás en alguna escena incómoda— dijo Chris
—Pero eso es de broma— señaló Connor
—Bueno saberlo— dijo Hazel
XLVIFrank
Frank desenvolvió el palo y se arrodilló a los pies de Tánatos.
Frank suspiró, Ares miró a su hijo con una especie de mueca.
Era consciente de que Percy estaba de pie detrás de él, blandiendo su espada y chillando en actitud desafiante mientras los fantasmas se acercaban. Oyó que el gigante rugía y Arión relinchaba airadamente, pero no se atrevió a mirar.
—No estaba tan mal al principio— dijo Hazel
—Al principio— comentó Leo
—Esa es la palabra clave— dijo Percy
Con las manos temblorosas, acercó el trozo de leña a las cadenas de la pierna derecha de la Muerte. Pensó en unas llamas, y la madera ardió en el acto.
—Dioses— murmuró Piper
Todos los semidioses voltearon a ver a Frank con incredulidad, Frank se sonrojó
Un calor terrible se extendió por el cuerpo de Frank. El metal helado empezó a fundirse; la llama era tan brillante que resultaba más deslumbrante que el hielo.
—Bien —dijo Tánatos—. Muy bien, Frank Zhang.
—Bueno, él iba a ser libre, claro que estaba bien— murmuró Connor
—Pero por otro lado la Muerte tendría que estar libre— señaló Miranda —o sería aún más malo de lo que ya lo era
—Y había muchas personas que esperaban pudieran liberar a la Muerte— dijo Chris
Frank había oído que a algunas personas les pasaba la vida ante los ojos, pero entonces lo experimentó en sentido literal.
—Ay no— murmuró Frank
—Lo bueno es que ya casi acaba— susurró Hazel
—Y ojalá que el próximo no sea también sobre nosotros— dijo Frank
—Espero que no— suspiró Hazel
Vio a su madre el día que partió a Afganistán. Ella sonrió y lo abrazó. Él intentó aspirar su fragancia de jazmín para no olvidarla nunca.
Frank hizo una mueca, ese día lo recordaba perfectamente, a veces aun podía sentir que respiraba la fragancia de jazmin de su madre.
« Siempre estaré orgullosa de ti, Frank —dijo su madre—. Algún día viajarás todavía más lejos que yo. Tú cerrarás el círculo de nuestra familia. Dentro de unos años, nuestros descendientes contarán historias sobre el héroe Frank Zhang, su tataratataratatara…»
Frank medio sonrió
—Bueno, tal vez en unos años las cuente, pero no de momento, está muy chiquito— señaló Apolo mirando a Sammy
—Demasiado chiquito— asintió Travis
—Dioses— murmuró Hazel
Frank y Sammy se sonrojaron
Le hizo cosquillas en la barriga por los viejos tiempos. Fue la última vez que Frank sonrió durante meses. Se vio a sí mismo en el banco de picnic de Moose Pass, contemplando las estrellas y la aurora boreal mientras Hazel roncaba suavemente a su lado, y a Percy diciendo: « Eres un líder, Frank. Te necesitamos» .
—Y es completamente cierto— dijo Percy
—Gracias— dijo Frank aún más sonrojado
—Percy da buenos discursos motivacionales— señaló Grover
—Ciertamente— asintió Frank
—Gracias— dijo Percy
Vio a Percy desaparecer en el terreno pantanoso y a Hazel lanzarse detrás de él. Frank recordó lo solo y lo impotente que se había sentido agarrando el arco.
—Fue horrible— dijo Frank —que no vuelva a pasar
—Nosotros también esperamos que no vuelva a pasar— dijo Percy
—Estoy de acuerdo— dijo Hazel
—Estaría perfecto que no volviera a pasar— dijo Sally
Había rogado a los dioses del Olimpo —incluso a Marte— que ayudaran a sus amigos, pero sabía que estaban fuera del alcance de los dioses.
—Y vaya que sí— dijo Apolo —muy fuera de nuestro alcance
—Varios kilómetros fuera del alcance— señaló Perséfone
—No es como que si estuvieran al alcance sí hubieran hecho algo— susurró Bianca a Charles, él asintió de acuerdo.
La primera cadena se rompió produciendo un sonido metálico. Rápidamente, Frank acercó el palo a la cadena de la otra pierna de la Muerte.
—Dioses, pero aún faltan tres cadenas— murmuró Katie
—Katie, no seas pesimista— dijo Miranda
—Lo siento, pero es la verdad— señaló Katie
Se arriesgó a lanzar una mirada por encima del hombro.
—No te distraigas— bufó Ares
Frank se movió incómodo al recordar cuanto se había distraído.
Percy estaba luchando como un torbellino. De hecho… era un torbellino.
—Su truco favorito de hijo de Poseidón— señaló Thalia
—Puede que lo sea— dijo Percy encogiéndose de hombros
—Puede que lo sea— asintió Annabeth
Un huracán de agua y vapor helado en miniatura se agitaba a su alrededor mientras se abría paso entre el enemigo, desviando flechas y lanzas. ¿Desde cuándo tenía ese poder?
—Desde hace mucho— dijo Katie
—Sí, con los libros quedó claro, gracias— comentó Frank
Atravesó las líneas enemigas, y aunque parecía estar dejando a Frank indefenso, el enemigo estaba totalmente concentrado en Percy. Frank no sabía por qué; entonces vio el objetivo de Percy.
—Por eso— dijo Percy
—Eso explicaba muchas cosas— asintió Frank
—¿Y cuál es el objetivo?— preguntó Connor
—Tal vez si dejaran que la niña siga leyendo podrían saberlo— comentó Rachel
—Eso suena como una buena idea— dijo Travis
—Gracias— dijo Esperanza
Uno de los fantasmas negros llevaba la capa de piel de león de un portaestandarte y sujetaba un palo con un águila dorada, con carámbanos congelados en sus alas. El estandarte de la legión.
—Vaya— dijo Apolo
Los romanos aunque ya lo sabían miraron el libro con curiosidad y tampoco se perdían la cierta ironía que era que precisamente Percy fuera y recuperara el estandarte de la legión.
Frank vio que Percy se abría camino con dificultad a través de una hilera de legionarios, desparramando sus escudos con su ciclón particular. Derribó al portaestandarte y cogió el águila.
—Pero tener ese torbellino y a todos los fantasmas tras de ti, te va a agotar rápido— comentó Poseidón
—Es parte del plan— dijo Percy
—Por eso no nos gustan sus planes— dijo Grover
—Me ofendes G-man— dijo Percy
—Bueno hijo, es que varios de tus planes son bastante locos— dijo Poseidón
—Nada más poquito— murmuró Percy
—¡¿Queréis recuperarlo?! —gritó a los fantasmas—. ¡Venid a buscarlo!
Se los llevó aparte, y Frank no pudo por menos de quedar asombrado de su audaz estrategia.
—Frank, deja de distraerte— comentó Piper
—Es que era una buena estrategia— dijo Frank
—Gracias— dijo Percy —pero no te distraigas
—Percy, eso ya pasó— comentó Frank
—Pero de cualquier manera— dijo Percy
A pesar de lo mucho que esos fantasmas deseaban mantener encadenado a Tánatos, eran espíritus romanos. Sus mentes estaban confusas, en el mejor de los casos, como los fantasmas que Frank había visto en los Campos de Asfódelos, pero recordaban claramente una cosa: debían proteger su águila.
—Eso suena importante— dijo Rachel
—Es muy importante— asintió Reyna
—Y vaya que sí— dijo Jason
Sin embargo, Percy no podía repeler a tantos enemigos eternamente. Mantener una tormenta como esa debía de ser difícil. Pese al frío, tenía la cara salpicada de gotas de sudor.
Sally hizo una mueca
—Que bueno que eso ya pasó— dijo Percy
—Acabas de dar a entender que eso no importaba— señaló Annabeth
—Es que sí, pero no— contestó Percy
—claro, eso tiene sentido— dijo Thalia
Frank buscó a Hazel. No la vio, ni a ella ni al gigante.
—Cuidado con el fuego, muchacho —le advirtió la Muerte—. No puedes permitirte desperdiciarlo.
—Dioses ¿Cómo lo vas a desperdiciar?— murmuró Miranda
—No es como que se trate de algo sin importancia Frank— señaló Piper
—Un pequeño descuido— murmuró Frank
—Claro, puedes desperdiciar tanto como quieras— comentó Travis con sarcasmo
—Uno o dos descuidos sin importancia— dijo Chris
Clarisse rodó los ojos
—No vuelve a pasar— dijo Frank
—Esperamos que no— dijo Hazel
Frank soltó un juramento. Se había distraído tanto que no se había dado cuenta de que la segunda cadena se había fundido.
—Por eso no debiste distraerte— masculló Ares
—Eso es cierto— dijo Apolo
—Creo que ya le quedó claro— señaló Perséfone
Acercó el fuego a los grilletes de la mano derecha del dios. Casi la mitad del trozo de leña se había consumido.
—Y todavía te distraes— bufó Ares
—El que no se preocupaba por sus hijos— susurró Apolo a Hermes
—solo imagino cómo sería si lo hiciera— comentó Hermes
Frank se echó a temblar. Más imágenes cruzaron su mente. Vio a Marte sentado a la cabecera de su abuela, mirando a Frank con aquellos ojos como explosiones nucleares: « Eres el arma secreta de Juno. ¿Has descubierto ya cuál es tu don?» .
—De acuerdo— murmuró Frank —ya quiero que esto acabe
—Ya casi— prometió Esperanza
—Si ella lo dice, debe ser cierto— señaló Leo
—Claro— asintió Frank — es indiscutible
—Por supuesto que sí— dijo Leo
Esperanza sonrió y continuó con la lectura
Oyó a su madre decir: « Puedes ser cualquier cosa» .Entonces vio el rostro severo de su abuela, con la piel fina como el papel de arroz y el cabello blanco esparcido sobre la almohada. « Sí, Fai Zhang. Tu madre no estaba estimulando tu autoestima. Te estaba diciendo la verdad en sentido literal.»
—Ya por favor, no nos lo restriegues en la cara— comentó Connor
—Necesitamos buscar una frase que nos sí nos suba la autoestima— dijo Katie
—Porque nosotros no podemos ser lo que queramos— dijo Percy negando con la cabeza
—Tú puedes respirar bajo el agua— señaló Frank
—Pero no puedo ser un pececito azul— dijo Percy
—O un panda— comentó Zoé
—¡Exacto!— dijo Percy
Pensó en el oso pardo que su madre había interceptado en el linde del bosque. Pensó en el gran pájaro negro que daba vueltas sobre las llamas de la mansión de su familia. La tercera cadena se partió.
—Gracias a los dioses ya nada más falta una— comentó Katie
—Hace rato estabas muy negativa— señaló Miranda
—Sí, pero ahora ya nada más le falta una cadena
—Una cadena lo cambia todo— asintió Rachel
—Por supuesto— dijo Miranda
Frank empujó el palo contra el último grillete. Su cuerpo se sacudió de dolor. Unas manchas amarillas empezaron a danzar en sus ojos.
Hazel y Sammy hicieron una mueca, este último seguía repitiéndose en su mente si eso es lo que había pasado, si esa había sido la forma en que acabó todo en el ataque a los Campamentos.
Vio a Percy al final de la Via Principalis, rechazando al ejército de fantasmas. Volcó el carro y destruyó varios edificios, pero cada vez que se libraba de una oleada de agresores con su huracán, los fantasmas simplemente se levantaban y volvían a atacar.
—Por eso es difícil pelear con fantasmas— dijo Percy
—Y que lo digas— murmuró Jason
—Nos podemos dar cuenta y más si aún no pueden regresar al Inframundo— dijo Bianca
Cada vez que Percy abatía a cuchilladas a un fantasma con su espada, el espectro se recomponía enseguida. Percy había retrocedido prácticamente todo lo lejos que podía llegar.
—De acuerdo, eso no está saliendo precisamente bien— masculló Hades
—Para nada— suspiró Poseidón
Frank, Hazel y Percy intercambiaron miradas.
Detrás de él estaba la puerta lateral del campamento, y unos seis metros más allá, el borde mismo del glaciar.
—Por favor Percy, no vayas a hacer ninguna tontería— pidió Sally
—Eso depende de la definición de tontería— murmuró Percy
—Eso quiere decir que sí la va a hacer— dijo Thalia
—Eso no es cierto, cara de pino— dijo Percy
—Creo que es bastante claro que lo vas a hacer— señaló Thalia
Por lo que a Hazel respectaba, ella y Alcioneo habían conseguido destruir la mayoría de los barracones con su refriega. En ese momento estaban luchando entre los restos de la puerta principal. Arión estaba jugando a una peligrosa versión del corre que te pillo,
—Bastante peligrosa esa versión del juego— comentó Rachel
—Claro, suena como al juego que todos deberíamos jugar cuando el libro acabe— asintió Leo
—Leo no— dijo Calipso
—Pero no puedes negar que sería un increíble juego— señaló Leo
embistiendo alrededor del gigante mientras Alcioneo blandía su bastón contra ellos, derribando muros y abriendo enormes simas en el hielo. Solo la velocidad de Arión los mantenía con vida.
—Y vaya que sí— murmuró Hazel
—Siempre al final de los capítulos se empieza a poner peor— dijo Poseidón
—Y al final de los libros— comentó Hermes
—Solo imagina como estarán los demás— dijo Apolo
Finalmente, la última cadena de la Muerte se partió. Lanzando un grito desesperado, Frank hundió el trozo de leña en un montón de nieve y apagó la llama.
Los semidioses lanzaron un suspiro colectivo de alivio, a pesar de que era bastante obvio que el leño quemado había sobrevivido.
Su dolor desapareció. Seguía vivo. Pero cuando sacó el palo, no era más que un pedazo, más pequeño que una barrita de caramelo.
—Eso no es tan bueno— señaló Travis
—Pero al menos todavía queda — comentó Bianca
—Siempre hay que ver el lado positivo— dijo Rachel
—Y era positivo— asintió Hazel
Tánatos levantó los brazos.
—Libre —dijo con satisfacción.
—Genial —Frank despejó las manchas de sus ojos parpadeando—. ¡Entonces haga algo!
—Por favor— dijo Miranda
—Si no es mucha molestia— asintió Piper
—Pero en ese momento no puede hacer nada— comentó Perséfone
Tánatos le dedicó una sonrisa serena.
—¿Que haga algo? Desde luego. Miraré. Los que mueran en esta batalla se quedarán muertos.
—Wow gracias— dijo Thalia
—Jamás me hubiera imaginado tanta ayuda— comentó Leo con sarcasmo
Hades hizo una mueca
—Gracias —murmuró Frank, guardándose el palo en el abrigo—. Muy amable.
—De nada —dijo Tánatos en tono afable.
—¡Percy! —gritó Frank—. ¡Ya se pueden morir!
—Fue una buena noticia— admitió Percy —aunque técnicamente ya eran fantasmas y estaban muertos ¿No?
—Pero pueden morir otra vez— dijo Leo
—¿Pero como van a morir si estan muertos?— dijo Percy
—Regresan al Inframundo— dijo Nico
—Pero entonces no mueren porque ya están muertos— señaló Percy
—Percy yaa— dijo Leo
Percy asintió con la cabeza, pero parecía agotado. Su huracán estaba disminuyendo de velocidad. Sus golpes se estaban volviendo más lentos. El ejército espectral al completo lo había rodeado, empujándolo poco a poco hacia el borde del glaciar.
—No puede ser— masculló Poseidón
—Y con lo que dijo Ella, no creo que eso sea tan bueno— comentó Apolo amablemente
—Todos vamos a recordar que eso ya pasó ¿Vale?— pidió Percy
—Y aquí va la tontería— señaló Thalia
—Cállate cara de pino— dijo Percy
Frank sacó su arco para ayudarle. Entonces lo soltó. Las flechas normales de una tienda de caza de Seward no servirían de nada. Frank tendría que usar su don.
—Ya era hora— dijo Ares
—Ya sabes lo que dicen "más vale tarde que nunca"— comentó Apolo —y esa es una buena manera de usar su don por primera vez
Pensó que por fin entendía sus poderes. Al ver arder el trozo de leña y oler el humo acre de su propia vida, algo le había hecho sentirse extrañamente seguro.
—Lo sé, fue extraño pero así era— comentó Frank
—Si lo fue— dijo Leo —pero también es entendible
—Sí lo era— asintió Percy
« ¿Es justo que tu vida se consuma tan breve y llena de energía?» , había preguntado la Muerte.
—No existe lo justo —se dijo Frank—. Si me voy a consumir, que sea con energía.
Semidioses y algunos de los dioses miraron a Frank con incredulidad
—Cariño, eso fue absolutamente noble y valiente— dijo Hestia
—Gracias— dijo Frank un poco cohibido por el cumplido
Dio un paso hacia Percy. Entonces, al otro lado del campamento, Hazel gritó de dolor. Arión chilló cuando el gigante dio un golpe a ciegas y les acertó. Su bastón lanzó al caballo y a la jinete rodando por el hielo, y chocaron con estrépito contra las murallas.
—No, definitivamente esto no va bien— masculló Hades
—Y apuesto a que se pone peor— comentó Dionisio
Hades y Poseidón le dieron miradas asesinas al dios del vino
—Solo decía— dijo Dionisio encogiéndose de hombros
—¡Hazel!
Frank miró a Percy, deseando tener su lanza. Si pudiera invocar a Gris… pero no podía estar en dos sitios al mismo tiempo.
—¡Ve a ayudarla! —gritó Percy, sujetando el águila dorada en alto—. ¡Yo tengo a estos controlados!
—No los tienes controlados— señaló Thalia
Percy no los tenía controlados.
—Gracias amigos— murmuró Percy
—No los tenías controlados— señaló Thalia
—Ya sé, pero no tenían que decirlo frente a mi mamá— dijo Percy
—Técnicamente yo lo pensé— dijo Frank
Sally suspiró y miró con una mueca el libro
Frank lo sabía. El hijo de Poseidón estaba a punto de ser vencido, pero Frank corrió a ayudar a Hazel.
—Lo siento— dijo Frank
—Está bien, hiciste lo correcto— dijo Percy
—Además era bastante obvio que iba a ir con ella— dijo Afrodita
—Definitivamente— asintió Perséfone
Estaba medio enterrada entre un montón de ladrillos de nieve. Arión se alzaba por encima de ella, intentando protegerla, empinándose y golpeando al gigante con sus cascos delanteros.
—Que caballo tan increíble— dijo Miranda
—Es el mejor caballo del mundo— asintió Hazel
—Aunque no con el mejor lenguaje— dijo Percy
—Pero como solo tú le entiendes los demás no podemos saber que nos está insultando— señaló Leo
—Eso es un buen punto— dijo Percy
El gigante se rió.
—Hola, pequeño poni. ¿Quieres jugar?
Alcioneo levantó su bastón helado.
—Para eso quería el bastón— señaló Connor mirando a Percy
—Ahora me doy cuenta— dijo Percy
—Fue bastante claro— dijo Hazel
Frank estaba demasiado lejos para ayudar… pero se imaginó avanzando a toda velocidad, los pies elevándose del suelo.
« Ser cualquier cosa.»
—O sea ¿Vas a ser algo con alas?— preguntó Katie
—O con aletas— dijo Miranda
—Las aletas no se elevan del suelo— comentó Chris
—Alguien vuelve a estar muy distraída— dijo Katie
—Lo siento— murmuró Miranda
Se acordó de las águilas de cabeza blanca que había visto en el viaje en tren. Su cuerpo se volvió más pequeño y más ligero. Sus brazos se estiraron hasta convertirse en alas, y su vista se agudizó mil veces más. Alzó el vuelo y se lanzó sobre el gigante con las garras extendidas, y le arañó en los ojos con sus afiladas uñas.
—¡Eso es súper genial!— dijo Travis
—Vamos a Frank— dijo Connor
—Así se hace muchacho— dijo Ares
—Que genial sería poder hacer eso— Katie
—Lo hiciste genial Frank— dijo Percy
—Fue muy impresionante— asintió Hazel
—Por supuesto que lo fue querida— dijo Afrodita con una risita
Alcioneo rugió de dolor. Retrocedió tambaleándose mientras Frank se posaba delante de Hazel y recuperaba su forma normal.
—Frank… —Ella se lo quedó mirando asombrada, al tiempo que la nieve le goteaba de la cabeza—. ¿Qué ha sido… cómo lo…?
—De acuerdo, explicaciones después — señaló Apolo
—Cuando sus vidas no estén en peligro, por ejemplo— comentó Perséfone
—Eso suena como una buena idea— dijo Rachel
—Lo sé— asintió Hazel
—¡Necio! —gritó Alcioneo. Tenía la cara cortada y le goteaba petróleo negro en los ojos en lugar de sangre, pero las heridas se estaban cerrando—. ¡Soy inmortal en mi tierra natal, Frank Zhang! Y gracias a tu amiga Hazel, mi nueva tierra natal es Alaska. ¡No podéis matarme aquí!
—Ese es un pequeño problema— dijo Piper
—Pequeñísimo problema— dijo Leo
—Claro, problema de todos los días— señaló Percy
—Por supuesto— asintió Frank
—Eso lo veremos —dijo Frank. El poder le recorría los brazos y las piernas —. Hazel, vuelve a subir al caballo.
—Una petición como esa no se desobedece— comentó Piper
—Por supuesto que no— dijo Hazel
Frank sonrió
El gigante embistió, y Frank embistió a su vez para enfrentarse a él. Se acordó del oso que había visto cara a cara de niño. A medida que corría, su cuerpo se volvió más pesado y más grueso, lleno de músculos. Chocó contra el gigante siendo un oso pardo adulto, quinientos kilos de pura fuerza.
—¡Así se hace!— gritaron los Stoll
—Eso fue increíble— dijo Rachel
—Es impresionante— asintió Chris
—Muy genial— dijo Thalia
—Gracias— dijo Frank con una pequeña sonrisa
Aun así, era pequeño comparado con Alcioneo, pero golpeó al gigante con tal ímpetu, que este cayó contra una atalaya helada que se desplomó encima de él.
—Lo estás utilizando bien— dijo Ares
—Aunque si siguen ahí no lo va a poder matar— comentó Deméter
Ares bufó
Frank se abalanzó sobre la cabeza del gigante. Un golpe de su garra era equivalente al ataque de un peso pesado con una sierra mecánica. Frank castigó la cabeza del gigante por un lado y por el otro, hasta que sus facciones metálicas empezaron a abollarse.
—Nunca se enfrenten con un oso— señaló Katie
—Y a Zoé que le gustaban los pandas— comentó Connor
—Me siguen gustando— asintió Zoé —pero no me voy a enfrentar con uno
—Esa es una buena noticia— dijo Percy
—A menos que lo quiera robar del zoológico o algo así— señaló Bianca
—Por favor, no divulgues mis planes— dijo Zoé
—Mejor no lo robes— comentó Percy
—Yo estaría preocupada— bromeó Thalia mirando a Percy y Annabeth, ellos le hicieron una mueca
—Ugh —masculló el gigante con estupor.
Frank recuperó su forma normal. Su mochila seguía con él. Cogió la cuerda que había comprado en Seward, hizo rápidamente un nudo corredizo y lo cerró alrededor del escamoso pie del gigante.
—¿Eso para qué?— preguntó Connor
—Es una sorpresa— dijo Frank
—No me gustan sus sorpresas— dijo Conor
—¡Toma, Hazel! —Le lanzó el otro extremo de la cuerda—. Se me ha ocurrido una idea, pero tendremos que…
—Te… ah… mataré… ah… —murmuró Alcioneo.
—Claro, suena convincente— dijo Leo
—Muchísimo— dijo Hazel
—Obviamente, era muy creíble— dijo Jason
Frank corrió hacia la cabeza del gigante, cogió el objeto pesado más cercano que encontró —un escudo de la legión— y golpeó con él al gigante en la nariz.
—Oh no, una nariz rota— murmuró Katie
—Espero que no le sangre— comentó Percy
—Esperemos— dijo Piper
Annabeth negó con la cabeza
—Ugh —dijo Alcioneo.
Frank miró atrás a Hazel.
—¿A qué distancia puede llevar Arión a este tío?
—Por supuesto— dijo Atenea —ese es un buen plan
Ares y Hades asintieron de acuerdo. Poseidón se veía preocupado por su hijo y que aun no hubiera menciones de él
Hazel se limitó a mirarlo fijamente.
—Antes… antes eras un pájaro. Luego un oso. Y…
—Eso lo explica bastante bien— dijo Leo
—Es que fue impactante— dijo Hazel
—Nos podemos imaginar— asintió Rachel
—Ya te lo explicaré luego —dijo Frank—. Tenemos que arrastrar a este tío hacia el interior lo más rápido y lo más lejos que podamos.
—¿Y Percy? —dijo Hazel.
—Ah sí es cierto, no faltaba Percy— bromeó Connor
—Me parecía que faltaba alguien— dijo Percy riendo
Frank soltó una maldición. ¿Cómo podía haberse olvidado?
—Con esos amigos para que quieres enemigos— bromeó Travis
—Lo siento— dijeron Frank y Hazel al mismo tiempo
—No se preocupen, estaba bien— dijo Percy
Frank y Hazel le dieron miradas de "no estabas bien", Percy se encogió de hombros
Entre las ruinas del campamento vio a Percy con la espalda vuelta hacia el borde del acantilado. Su huracán había desaparecido. Sostenía a Contracorriente en una mano y el águila dorada de la legión en la otra. El ejército de fantasmas al completo avanzaba poco a poco, con sus armas en ristre.
—Eso está mal— suspiró Poseidón
—Bastante— coincidió Apolo —no lo puedo negar
—Perfecto— dijo Sally con una mano en su rostro
—Aquí vamos de nuevo— dijo Thalia
—Tú solo buscas que me castiguen— señaló Percy
Thalia se encogió de hombros —Ya estás castigado
—¡Percy! —gritó Frank.
Percy miró. Vio al gigante abatido y pareció entender lo que estaba pasando. Gritó algo que se perdió en el viento, probablemente: « ¡Marchaos!» .
—Eso fue lo que grité— asintió Percy
—Por supuesto que sí— dijo Annabeth
Entonces atizó el hielo a sus pies con Contracorriente. Todo el glaciar se estremeció. Los fantasmas cayeron de rodillas. Detrás de Percy, una ola se levantó de la bahía: un muro de agua gris más alto incluso que el glaciar.
—Percy— suspiró Sally
Percy le fui una mirada inocente
—Pero lo que dijo Ella— murmuró Charles
—Pero no pasó nada— dijo Percy dándole a sus padres, Annabeth y a los hermanos Jackson una mirada de "fue un pequeño inconveniente".
Ninguno le creyó.
De las simas y las fisuras del hielo salió disparada agua. Cuando el agua cayó, la parte posterior del campamento se desmoronó. Todo el borde del glaciar se desprendió y cayó en cascada al vacío, arrastrando edificios, fantasmas y a Percy Jackson.
Esperanza volteó a ver a los hermanos Jackson antes de anunciar —Se acabó el capítulo
—Pero no— murmuró Zoé nerviosa—debemos leer el otro capítulo, no se puede quedar así
—Cariño, se está haciendo tarde y el otro capítulo no es sobre Percy
—Además no pasa nada— agregó Percy sintiendo cierta necesidad en tranquilizarla
Zoé sabía que de hecho pues no pasaba nada, si no ella no estuviera ahí, pero aun así
—Pero deberíamos seguir leyendo— manifestó Zoé
—Cariño, pero el próximo capítulo es sobre Frank también— dijo Sally, por supuesto que quería seguir leyendo, pero dudaba que fuera a decir algo sobre su hijo y al menos verlo y saber que de momento estaba bien, era un consuelo
—Cierto— dijo Percy —además puedo respirar bajo el agua
Annabeth tomó su mano
—Y hay varias caras que parece que ya tienen demasiado sueño— añadió Hestia
—De acuerdo— murmuró Zoé sin mucho convencimiento, Charles hizo una mueca
—Mañana acabamos el libro y ya pronto podremos empezar con el otro— dijo Apolo
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