XXXV

Frank

—No— dijo Travis guiñandole el ojo —¿Quién quiere leer?

—Pásame el libro a mí, niño— comentó Hera

Frank hizo una mueca. Le pasaron el libro a la diosa

—Capítulo 35, Frank— leyó Hera

Con solo echar un vistazo por la ventana, Frank supo que estaba en apuros.

—Se necesitan pocas cosas para saber que estás en problemas— dijo Leo

—Cómo asomarte a la ventana— asintió Frank

—Pequeños placeres de la vida— comentó Leo con sarcasmo

En el límite del césped, los lestrigones estaban amontonando balas de cañón de bronce. Su piel emitía un brillo rojizo. Su cabello desgreñado, sus tatuajes y sus garras no tenían mejor aspecto a la luz de la mañana.

—Definitivamente no— dijo Percy

—No necesitaba esa imagen mental— comentó Miranda

—Ninguno de nosotros— coincidió Hazel

Algunos llevaban porras o lanzas. Unos cuantos ogros confundidos cargaban con tablas de surf, como si se hubieran equivocado de fiesta.

—Cuando no te avisan la temática de la fiesta— comentó Connor

—Tal vez no leyó las letras pequeñas de la invitación— dijo Piper

—Es muy triste que nadie les haya avisado— dijo Leo

—Ya no deberían ser amigos— dijo Piper

Todos estaban de un humor festivo: se chocaban las manos, se ataban baberos de plástico alrededor del cuello, sacaban cuchillos y tenedores. Un ogro había encendido una barbacoa portátil y estaba bailando con un delantal en el que ponía BESA AL COCINERO.

—¿Qué pasa con esos delantales?— preguntó Percy con una mueca

—A lo mejor estaban en oferta— dijo Travis

—Y nadie se puede resistir a las ofertas— bromeó Miranda

—Obviamente no— dijo Leor riendo

La escena habría resultado casi graciosa, pero Frank sabía que él era el plato principal.

—Y no me gusta ser el plato principal— dijo Frank

—No creo que sea bueno para tu salud— dijo Rachel

—Yo tampoco lo creo— comentó Frank

He mandado a tus amigos al desván —dijo su abuela—. Podrás reunirte con ellos cuando hayamos terminado.

¿El desván? —Frank se volvió—. Me dijiste que nunca entrara allí.

—Tú, pero los amigos sí— dijo Leo

—Eso tiene sentido— dijo Connor

—Por supuesto, a veces a los amigos les dan más privilegios— asintió Miranda

—Es cierto— dijo Katie

Eso es porque guardamos armas en el desván, tontorrón. ¿Crees que es la primera vez que los monstruos atacan a nuestra familia?

Armas… —masculló Frank—. Vale.

—Vale— murmuró Travis

—Ahora entendemos por qué no podías subir ahí— dijo Rachel

—Tiene mucho más sentido— asintió Chris

En mi vida he manejado armas.

Los orificios nasales de su abuela se ensancharon.

¿Es eso un sarcasmo, Fai Zhang?

Sí, abuela.

—Me encanta la honestidad de este chico— dijo Apolo

—La honestidad es muy importante— dijo Hermes

—Claramente—asintió Apolo

Bien. Puede que todavía no todo esté perdido. Ahora siéntate. Debemos comer.

Señaló con la mano la mesita de noche, donde alguien había dejado un vaso de zumo de naranja y un plato con huevos escalfados y una tostada con beicon: el desayuno favorito de Frank.

Hazel se sonrojó

—No creo que Marte lo haya dejado— dijo Apolo

—No le dio ni una cama— señaló Hermes

—No era importante— bufó Ares

Frank frunció el ceño

A pesar de los problemas, a Frank le entró de repente hambre. Miró a su abuela asombrado.

¿Me has…?

¿Preparado el desayuno? ¡Por el mono de Buda, claro que no!

—Jamás había escuchado eso de "por el mono de Buda"— comentó Travis

—Pocas veces se oye algo así— dijo Frank

—Una pregunta importante es entonces ¿Quién te hizo el desayuno? — dijo Piper

—Creo que pronto lo descubriremos— dijo Percy mirando intencionadamente a Hazel

Y tampoco ha sido el servicio. Es demasiado peligroso para ellos quedarse aquí. No, tu novia Hazel te lo ha preparado.

Sus amigos empezaron a hacer soniditos de burla. Hades bufó

—Y ya descubrimos quien le hizo el desayuno— dijo Piper con una risita

—Vaya— dijo Connor riendo

Y anoche te trajo una manta y una almohada.

—Sabía que no debía esperar que Marte lo hiciera— comentó Hermes

—Era demasiado bueno para ser cierto— dijo Apolo

—¿Lo espiaste un poco mientras dormía?— preguntó Afrodita con una sonrisita

—¡Afrodita!— masculló Hades

Sammy se sonrojó

—Oye, no la podrías culpar— dijo Afrodita encantada

—No… Yo… No— tartamudeó Hazel

—Ya vimos quien le enseñó esos malos ejemplos a aquellos dos— susurró Leo a Piper, señalando con la mirada a Percy y Annabeth

—Eso explica muchas cosas— dijo Piper riendo

Y escogió ropa limpia para ti de tu habitación.

—Mira que interesante...— dijo Travis con una ceja levantada

—Eso es muy informativo— dijo Leo

—No puede ser— murmuró Hazel mortificada

Frank se sonrojó

Por cierto, deberías ducharte. Hueles a pelo de caballo quemado.

Frank abrió y cerró la boca como un pez. Era incapaz de emitir sonidos. ¿Hazel había hecho todo eso por él?

—Ay que bonitos novios— dijo Connor

—Awwww el amor— suspiró Afrodita

—Dioses— murmuró Frank

Estaba convencido de que había echado por tierra cualquier posibilidad con ella la noche anterior al invocar a Gris.

—Pues creo que no— dijo Rachel

—Yo también creo que aún existe posibilidad— asintió Miranda

—Como las posibilidades de Jason y Piper— tosió Thalia

Jason y Piper se sonrojaron y le dieronuna mirada asesina a Thalia

Ella… esto… ella no es…

¿No es tu novia? —aventuró su abuela—. ¡Pues debería serlo, pedazo de alcornoque!

—Quedó bastante claro el punto— dijo Katie

—Me encanta— dijo Afrodita

—Qué increíble manera de decir las cosas— comentó Apolo

—Pero es claro que tiene un punto— señaló Afrodita

No la dejes escapar. Por si no te has dado cuenta, necesitas mujeres fuertes en tu vida.

Hazel y Frank se volvieron a sonrojar

—Que manera tan excelente de motivar— dijo Travis

—Lo sé— murmuró Frank

—Está más que claro que la aprueba— dijo Perséfone

—Perséfone— masculló Hades

Y ahora, vamos por faena.

Frank desayunó mientras su abuela le daba una especie de sesión informativa militar. A la luz del día, su piel era tan translúcida que parecía que le brillaran las venas. Su respiración sonaba como una bolsa de papel crujiente inflándose y desinflándose, pero hablaba con firmeza y claridad.

Frank hizo una mueca recordando esos últimos momentos estando con su abuela, sentía que había pasado mucho tiempo de aquello y todavía no sabía que había pasado con ella

Le explicó que los ogros llevaban tres días rodeando la casa, esperando a que Frank apareciera.

Quieren cocinarte y comerte —dijo la anciana con repugnancia—, lo cual es ridículo. Debes de saber fatal.

—Eso suena muy motivante— dijo Connor

—Aunque estoy de acuerdo en que todos debemos saber horrible— dijo Miranda —creo que es un rumor que debe llegar hasta los monstruos

—Estoy de acuerdo en eso— asintió Leo

—Tienes un punto— dijo Chris

Gracias, abuela.

Ella asintió con la cabeza.

Reconozco que me puse algo contenta cuando dijeron que volvías.

—Por supuesto que sí— dijo Hazel

—Yo creo que está muy contenta por verte, pero no te lo quería demostrar por toda la situación— comentó Apolo

—Es lo más inteligente que te he escuchado decir en toda mi vida— señaló Artemisa

—Hermanita, no puedo creer que seas tan celosa de mi grandeza— dijo Apolo

Me alegro de verte por última vez, aunque lleves la ropa sucia y necesites cortarte el pelo. ¿Es así como representas a tu familia?

—Eso no se hace— dijo Travis negando con la cabeza

—Un error de mi parte— murmuró Frank

He estado un poco ocupado, abuela.

El desaliño no admite excusas.

—Ella tiene un punto— dijo Afrodita

—Es cierto— admitió Apolo

Artemisa rodó los ojos

En cualquier caso, tus amigos ya se han levantado y han desayunado. Están haciendo el inventario de las armas del desván.

—¿Sí estaban haciendo el inventario?— preguntó Piper

—Obviamente que sí— asintió Percy —somos muy responsables

Hazel asintió de acuerdo

Les he dicho que irás dentro de poco, pero hay demasiados ogros para rechazarlos mucho tiempo. Por eso debemos hablar de vuestro plan de escape.

—Esa mujer es muy práctica— dijo Dionisio

—Vaya que sí— murmuró Frank

Mira en la mesita de noche.

Frank abrió el cajón y sacó un sobre cerrado.

¿Sabes el campo de aviación que hay al final del parque? —preguntó su abuela—. ¿Podrías volver a encontrarlo?

—Eso suena muy bien— dijo Apolo

—Tal vez no para Percy— dijo Poseidón

—No para Percy— murmuró Percy

—No creo que sea tan malo, la misión es de suma importancia— comentó Deméter

Zeus bufó

—Esperemos alguien lo note— masculló Poseidón

Zeus lo ignoró

Frank asintió mudamente. Estaba a unos cinco kilómetros al norte, siguiendo la carretera principal a través del cañón. Su abuela lo había llevado allí a veces, cuando fletaba aviones para que le trajeran envíos especiales de China.

—Vaya, eso es genial— dijo Miranda

—Demasiado— asintió Travis

Hay un piloto esperando para partir inmediatamente —dijo su abuela—. Es un viejo amigo de la familia. En ese sobre hay una carta para él en la que le pido que te lleve al norte.

Pero…

No me discutas, muchacho —murmuró ella—.

—Ni siquiera me dio tiempo de discutirle— murmuró Frank

—Tienes que aprender a no discutirle a tus mayores— señaló Leo, ganándose muchas miradas irónicas

—Como si no discutieran por todo con nosotros— masculló Apolo

Marte me ha estado visitando estos últimos días. Me ha hecho compañía y me ha hablado de tu misión. Busca a la Muerte y libérala. Cumple con tu deber.

Pero si tengo éxito, tú morirás. No te volveré a ver.

Frank hizo una mueca. Se hizo un momento de silencio en la sala

Es cierto —convino su abuela—. Pero me moriré de todas formas. Soy vieja. Creía que ya lo había dejado claro. A ver, ¿te dio tu pretora alguna carta de presentación?

Ah, sí, pero…

Bien. Enséñaselas también al piloto. Es un veterano de la legión.

—Y para eso sirven las cartas— murmuró Frank

—Eso explicó muchas cosas— asintió Percy

—Ahora se dan cuenta que no son un simple adorno— comentó Reyna

—Lo notamos— asintió Hazel

En caso de que tenga dudas o le entre miedo, esas credenciales le obligarán moralmente a ayudarte de cualquier forma posible. Lo único que tienes que hacer es llegar al campo de aviación.

—Van a necesitar otra distracción o algo— dijo Hermes

—Y una distracción grande— dijo Chris

—Esas a veces salen bien— dijo Percy

—A veces— señaló Thalia

La casa retumbó. En el exterior, una bola de fuego estalló en el aire e iluminó toda la habitación.

Los ogros se están impacientando. Debemos darnos prisa. En cuanto a tus poderes, espero que hayas averiguado cuáles son.

Hummm…

—Eso es un sí para mí— dijo Travis

—Era un "algo así— comentó Frank

—Aún así es mejor que un no— señaló Miranda

—Eso creo— dijo Frank

Su abuela murmuró unos juramentos en atropellado mandarín.

¡Por los dioses de tus antepasados, muchacho! ¿No has aprendido nada?

¡Sí!

—Que bueno que habías aprendido— dijo Katie

—Digámoslo de alguna manera— comentó Frank

Frank reveló tartamudeando los detalles de la conversación que había mantenido con Marte la noche anterior, pero se sentía mucho más cohibido delante de su abuela.

El don de Periclímeno… Creo, creo que era hijo de Poseidón, o sea, de Neptuno, o sea… —Frank extendió las manos— del dios del mar.

—Básicamente— asintió Poseidón

—Sigue siendo un poco confuso— comentó Percy

—Y vaya que sí— murmuraron casi todos los chicos

—Nos sentimos de la misma manera— dijo Hermes

Su abuela asintió a regañadientes.

Era nieto de Poseidón, pero está bien. ¿Cómo ha llegado ese dato a tu brillante intelecto?

Un vidente de Portland… dijo algo sobre mi bisabuelo, Shen Lun. Dijo que lo culparon del terremoto de 1906 que destruyó San Francisco y la antigua ubicación del Campamento Júpiter.

Los romanos hicieron una mueca

—Es que eso suele pasar con los descendientes de Poseidón— comentó Apolo

—¿O sea que sí hay un terremoto inmediatamente es culpa del descendiente de Poseidón que esté más cerca?— preguntó Leo

—Oye no seas grosero— dijo Percy

Charles hizo una mueca

Continúa.

En el campamento decían que un descendiente de Neptuno había provocado el desastre. Neptuno es el dios de los terremotos. Pero… pero no creo que el bisabuelo fuera realmente el culpable. Provocar terremotos no es nuestro don.

—Lo cual agradezco —murmuró Frank

—Nosotros también— asintió Leo

—Los terremotos dan miedo— comentó Connor

—¿Ya escuchaste Poseidón?— señaló Apolo

Poseidón se veía un poco apenado

No —convino su abuela—. Pero sí, le echaron la culpa. Era poco popular como descendiente de Neptuno. Era poco popular porque su verdadero don era mucho más extraño que provocar terremotos.

—Eso tiene mucho sentido— comentó Miranda

—Y eso que los terremotos tampoco son tan populares— dijo Travis

—Lo hemos notado— dijo Katie

Y era poco popular porque era chino. Nunca antes un muchacho chino se había cobrado sangre romana. Es una verdad desagradable, pero no se puede negar. Lo acusaron falsamente y lo echaron de forma deshonrosa.

Frank hizo una mueca

—En ese entonces las cosas eran mucho más difíciles— murmuró Reyna

—Y vaya que lo eran— dijo Apolo

Entonces… si no hizo nada malo, ¿por qué me dijiste que me disculpara por él?

Las mejillas de su abuela se encendieron.

¡Porque disculparse por algo que no has hecho es mejor que morir por ello!

—Eso es cierto— dijo Deméter

—Y no sabía cómo te iban a tratar si no lo hacías— comentó Perséfone

—Definitivamente fue mejor disculparse— dijo Apolo

No estaba segura de si en el campamento te culparían. No sabía si los prejuicios de los romanos habían disminuido.

—Nos dijo prejuiciosos— murmuró Frank

—Sip— asintió Leo —al menos eso entendí yo

Reyna frunció el ceño

—Debemos admitir que lo son… O lo eran, al menos— señaló Hermes

—Están muy acostumbrados a que todo se haga de uh… Manera muy "tradicional"— dijo Apolo

—Cómo si eso les sirviera de algo— masculló Atenea

Los romanos hicieron una mueca

Frank engulló el desayuno. Se habían mofado de él en el colegio y a veces en la calle, pero no demasiado, y nunca en el Campamento Júpiter. En el campamento nadie, ni una sola vez, se había burlado de él por ser asiático.

—No tendríamos por qué— dijo Reyna

—Por supuesto que no— dijo Jason

—Podemos ver que algo ha cambiado— dijo Dionisio con obviedad

A nadie le importaba eso. Solo se metían con él porque era torpe y lento. No podía imaginarse por lo que había pasado su abuelo, acusado de destruir todo el campamento, expulsado de la legión por algo que no había hecho.

Bianca hizo una mueca, ella en lo personal prefería pasar el tiempo en el campamento griego, aunque es cierto que algunos "prejuicios"habían cambiando en el campamento romano, ellos seguían siendo muy conservadores con las tradiciones y su forma de llevarla, eso muchísimas veces la hio sentirse rara aun incluso entre los mismo semidioses.

¿Y nuestro verdadero don? —preguntó su abuela—. ¿Has averiguado al menos cuál es?

Las viejas historias de su madre empezaron a dar vueltas en la cabeza de Frank. « Luchar contra un enjambre de abejas. Él era el dragón más fuerte de todos.»

—Y esa es la gran revelación— dijo Frank

—Sí suena como una increíble revelación— comentó Travis

—Y sí lo fue, de alguna manera— comentó Frank

—No todos los días tienes una revelación así— dijo Piper

Recordó cuando su madre había aparecido al lado de él en el jardín, como si hubiera venido volando del desván. Recordó cuando había salido del bosque diciendo que había dado señas a una mamá osa.

—Y no era precisamente un cuento o algo así— dijo Frank

—Lo que lo hace aún más cool— señaló Miranda

—En realidad suena increíble— asintió Rachel

—Bastante— dijo Percy

« Puedes ser cualquier cosa» —dijo Frank—. Es lo que ella siempre me decía.

Su abuela resopló.

Por fin una lucecita se enciende en esa cabeza tuya. Sí, Fai Zhang. Tu madre no estaba estimulando tu autoestima. Te estaba diciendo la verdad en sentido literal.

—Sí, esa frase ya jamás en la vida va a poder subir mi autoestima— dijo Connor

—Ni un poquito— dijo Percy

—No, no creo que vuelva a funcionar algún día— dijo Miranda

—Es probable que no— señaló Katie

—De ninguna manera— murmuró Piper —no todos podemos ser lo que queramos

—Deberíamos de hacer una propuesta para sacarla de las frases que te suben el autoestima— señaló Leo

Pero… —Otra explosión sacudió la casa. Cayó yeso del techo como si fuera nieve. Frank estaba tan perplejo que apenas se dio cuenta—. ¿Cualquier cosa?

Dentro de lo razonable —dijo su abuela—. Seres vivos.

—Ah, eso lo explica mejor— dijo Travis

—Bueno, tiene sentido— dijo Rachel

—Supongo que lo tenía— dijo Frank

—Pero después de una revelación así no puedes estar al pendiente del sentido— comentó Will

Resulta de ayuda si conoces bien a la criatura. También si estás en una situación de vida o muerte, como el combate. ¿Por qué estás tan sorprendido, Fai?

—Porque no todos los días te dicen algo así— murmuró Frank

—Por supuesto que no— dijo Chris —creo que cualquiera se quedaría bastante sorprendido con eso

—Y vaya que sí— asintió Leo

Siempre has dicho que no estás cómodo con tu cuerpo. Todos nos sentimos de esa forma: todos los que tenemos la sangre de Pilos. Ese don solo fue concedido una vez a una familia mortal. Somos únicos entre los semidioses.

—Eso es genial— dijo Katie

—Bastante— asintió Miranda

Poseidón debía de sentirse especialmente generoso cuando bendijo a nuestro antepasado… o especialmente rencoroso.

Poseidón hizo una mueca

—Estos mortales— murmuró Hera entre dientes —son tan malagradecidos

A menudo el don ha resultado una maldición. No salvó a tu madre… En el exterior, los ogros prorrumpieron en vítores. Alguien gritó:

¡Zhang! ¡Zhang!

—No fue precisamente un grito de ánimo— dijo Frank

—Nos podemos imaginar que no lo fue— dijo Piper

—Genial, y ahora van a empezar los problemas— comentó Poseidón

—Empezaron desde el principio del libro— señaló Apolo

Debes marcharte, bobo —dijo su abuela—. Nuestro tiempo se ha acabado.

Pero… no sé cómo usar mi poder. Nunca he… No puedo…

—Pero debes hacerlo si no quieres fracasar— señaló Ares

—Lo tienes por algún motivo, así que definitivamente vas a poder usarlo— dijo Hestia

Frank se sonrojó

Sí que puedes —dijo su abuela—. O no sobrevivirás para descubrir tu destino. No me gusta la Profecía de los Siete de la que me ha hablado Marte.

—A mí tampoco— dijo Poseidón

—Bueno, van a demostrar de qué están hechos— señaló Hera,ganándose muchas miradas asesinas

Para los chinos, el siete es un número de mala suerte: un número de los fantasmas.

Los siete hicieron una mueca

—No me gusta el número de los fantasmas— murmuró Leo

—A ninguno de nosotros nos gusta— comentó Percy

—Para nada— dijo Jason

Pero no podemos hacer nada al respecto. ¡Y ahora vete! Mañana por la noche es la fiesta de Fortuna. No tienes tiempo que perder.

—Eso es cierto— comentó Deméter

—Ahora sí ya podían empezar a sentir la presión— dijo Leo

—Ya la empezábamos a sentir— asintió Percy

—Claro que lo hacíamos— dijo Hazel

No te preocupes por mí. Moriré cuando me llegue el momento, a mi manera. No tengo la más mínima intención de ser devorada por esos ridículos ogros. ¡Vete!

—Cuánta voluntad— dijo Apolo

—Y vaya que sí— dijo Artemisa

—Algunas veces es difícil de encontrarla— comentó Perséfone

Frank se volvió en la puerta. Se sentía como si le estuvieran estrujando el corazón en un exprimidor, pero hizo una reverencia formal.

Gracias, abuela —dijo—. Haré que te sientas orgullosa de mí.

—Yo creo que ya lo hiciste cariño— dijo Hestia

—Eso espero— dijo Frank sonrojándose

Ella murmuró algo. Por un momento Frank pensó que había dicho: « Ya lo has hecho» . Se la quedó mirando perplejo, pero la expresión de la anciana se avinagró enseguida.

—No creo que hayan sido imaginaciones tuyas— dijo Apolo

—Pero tal vez era difícil para ella decírtelo de frente— comentó Hestia amablemente

Frank asintió con una sonrisa triste

¡Deja de mirarme como un bobo, muchacho! ¡Ve a ducharte y a vestirte! ¡Péinate! Es la última imagen que voy a ver de ti, ¿y apareces con el pelo despeinado?

Él se pasó la mano por el cabello e hizo otra reverencia.

—Bueno, acababas de despertar— dijo Connor

—Eso no era excusa para ella— murmuró Frank

—Puedes echarte saliva— señaló Leo

—Qué asco— dijo Piper riendo

—¿Qué? Es una buena solución— dijo Leo

La última imagen que vio de su abuela era ella mirando furiosamente por la ventana, como si estuviera pensando en la terrible reprimenda que les daría a los ogros cuando invadieran su casa.

—Se merecen una buena reprimenda— asintió Katie

—Y vaya que la merecen— dijo Leo

—Aparte de todo querían usar a Frank como desayuno— dijo Miranda

—Una reprimenda de alto nivel— asintió Rachel

XXXVI

Frank

Frank se duchó lo más rápido posible, se puso la ropa que Hazel había preparado —una camiseta verde aceituna y unas bermudas beis, ¿en serio?—,

—Oye, no seas grosero— dijo Travis

—Lo siento— murmuró Frank

—No te preocupes— dijo Hazel

—¿Y escogiste tooda su ropa?— preguntó Connor amablemente

Todas las miradas indiscretas fueron hacía Hazel

—No, no —murmuró Hazel sonrojada

Hades bufó

y a continuación cogió su arco y su carcaj de recambio y subió la escalera del desván.

El desván estaba lleno de armas. Su familia había reunido suficiente armamento antiguo para abastecer a un ejército.

—Vaya, eso es genial— dijo Leo

—Eran bastante armas— asintió Percy

—Nos podemos imaginar que lo eran— dijo Jason

Frank hizo una mueca, pues a pesar de todas las armas que habían, no pudo evitar la destrucción de su casa, ni tampoco saber qué había pasado con su abuela

Escudos, lanzas y carcajes de flechas colgaban de una pared; casi tantos como los del arsenal del Campamento Júpiter. En la ventana trasera había un escorpión montado y cargado, listo para la acción. En la ventana delantera había algo que parecía una ametralladora con varios cañones.

—Dioses míos, suena tan genial como peligroso— comentó Katie

—Eso explica por qué no podías subir ahí— dijo Rachel —y menos siendo un niño

—Definitivamente lo explicaba— dijo Frank

¿Un lanzacohetes? —se preguntó en voz alta.

No, no —dijo una voz desde el rincón—. Patatas. A Ella no le gustan las patatas.

—Patatas— asintió Percy

—¿Qué tienen que ver las patatas en todo esto?— preguntó Bianca

—Son un arma muy poderosa— respondió Frank

—Claro que lo son— asintió Apolo

La arpía se había hecho un nido entre dos viejos baúles. Estaba posada en un montón de pergaminos chinos, leyendo siete u ocho al mismo tiempo.

—Ese es el superpoder más genial del que haya escuchado— señaló Katie

—Con todos los mestizos de poderes fabulosos que conoces— murmuró Travis con una sonrisa divertida

—Sí, pero así acabaría todas las tareas antes— bromeó Katie

Ella, ¿dónde están los demás? —preguntó Frank.

Tejado —Ella miró hacia arriba y luego retomó la lectura, toqueteándose las plumas un momento y pasando páginas al siguiente—.

—En otras palabras "no molestar"— señaló Miranda

—Fue bastante claro el mensaje— comentó Frank

—Es que a nadie le gusta que lo molesten cuando lee— comentó Piper

—Cierto— dijo Annabeth

Tejado. Vigilando a los ogros. A Ella no le gustan los ogros. Patatas.

¿Patatas?

—Sigo sin entender qué pasa con las patatas— comentó Leo

—A lo mejor también estaba vigilando patatas o algo así— comentó Piper

—Podría ser— dijo Rachel

—Suena razonable para mí— dijo Piper

Frank no lo entendió hasta que giró la ametralladora. Sus ocho cañones estaban cargados de patatas. En la base del arma había un cesto lleno de más munición comestible.

—Para ser peligrosos y saludables— dijo Travis

—Una combinación letal— asintió Percy

—Eso es lo que veo— dijo Leo

Miró por la ventana: la misma ventana desde la que lo había mirado su madre cuando había conocido a los osos. En el jardín, los ogros se apiñaban empujándose unos a otros, chillando a la casa de vez en cuando y lanzando balas de cañón de bronce que explotaban en el aire.

—¿En el aire?— preguntó Hermes

—Sí— dijo Frank

—Eso no suele pasar, tal vez alguien las estaba desviando— señaló Hermes

—Eso podría ser— asintió Percy seriamente

Tienen balas de cañón —dijo Frank—. Y nosotros tenemos un arma de patatas.

Fécula —dijo Ella pensativamente—. La fécula es mala para los ogros.

—Ahora, eso lo explica— dijo Piper

—Hubiera empezado por ahí— comentó Leo

—Bueno, al menos ya lo sabemos— señaló Piper

—Es cierto— admitió Leo —nadie podría imaginarse que la fécula fuera tan mala

—Así como nadie podría imaginarse que los cereales fueran malos— murmuró Connor

Otra explosión sacudió la casa. Frank tenía que subir al tejado y ver cómo les iba a Percy y Hazel, pero le sabía mal dejar a Ella sola. Se arrodilló al lado de ella, con cuidado de no acercarse demasiado.

—Pues mira... ¿Recuerdas lo de la pluma?— bromeó Travis

Hazel y Frank se sonrojaron

—Creo que sí lo recuerdan— comentó Katie

—Creo que deberíamos olvidarlo— murmuró Frank

—Yo creo que no— bromeó Miranda

Ella, aquí no estás a salvo con los ogros. Dentro de poco viajaremos a Alaska. ¿Vendrás con nosotros?

Ella se movió incómoda.

Alaska. Un millón seiscientos veintidós mil cuatrocientos treinta y tres kilómetros cuadrados.

—Esos son muchos kilómetros cuadrados— dijo Connor

—Muchísimos— asintió Hazel

Mamífero autóctono: el alce.

—Es algo que algún día te podría servir— comentó Piper

—Claro que sí, nunca sabes cuando lo puedas necesitar— argumentó Leo

—Por supuesto y siempre hay que estar preparados— dijo Percy

De repente pasó al latín, que Frank entendía a duras penas gracias a las clases del Campamento Júpiter:

« Al norte, más allá de los dioses, la corona de la legión espera.

—¿Eso es una profecía?— preguntó Bianca

—Ese principio definitivamente suena como una— dijo Apolo

Cayendo del hielo, el hijo de Neptuno ahogo encuentra…».

Todos voltearon a ver a Percy con absoluta incredulidad

—Lo sé, a mí tampoco me gustó ese verso— dijo Percy

—Pero no te puedes ahogar— señaló Katie —¿O sí?

—No— dijo Percy —pero mejor dejemos que el libro lo explique, es complicado

—Eso definitivamente tampoco me va a gustar— masculló Sally

Percy le dio una sonrisa inocente

Se detuvo y se rascó su despeinado pelo rojo.

Hum. Quemado. El resto está quemado.

Los romanos intercambiaron una mirada

—Diría que eso es imposible, pero creo que con ustedes nada lo es dijo Apolo

—Es increíble eso después de todo el tiempo que han estado perdidos— señaló Artemisa

—Bueno, debieron aparecer por algo— dijo Apolo

A Frank le costaba respirar.

Ella, ¿era… era eso una profecía? ¿Dónde la has leído?

Alce —dijo Ella, paladeando la palabra—. Alce. Alce. Alce.

—Después de esa gran revelación— murmuró Miranda

—No se pueden dos grandes revelaciones al mismo tiempo— señaló Leo

—Eso lo explica— dijo Katie

La casa volvió a sacudirse. De las vigas cayó polvo. En el exterior, un ogro rugió:

¡Frank Zhang! ¡Sal de ahí!

No —dijo Ella—. Frank no debe salir. No.

—No suena como buena idea— dijo Piper

—Nop, todos sabemos que no es buena idea— dijo Thalia

—Pero para llegar al campo de aviación van a tener que salir de la casa— señaló Zoë

Tú… quédate aquí, ¿vale? —dijo Frank—. Tengo que ayudar a Hazel y Percy.

Bajó la escalera de mano que ascendía al tejado.

Buenos días —dijo Percy con seriedad—. Un día precioso, ¿verdad?

—Claro que sí— dijo Frank

—Antes que nada, buenos días— dijo Leo

—Los buenos días son antes que cualquier mala noticia— asintió Percy

—Por supuesto que sí— dijo Frank

—Los modales primero— dijo Rachel

Llevaba la misma ropa que el día anterior —unos tejanos, su camiseta de manga corta morada y un forro polar—, pero saltaba a la vista que se acababa de lavar. Empuñaba su espada en una mano y una manguera de jardín en la otra.

—Yo le temería más a la manguera— bromeó Travis

—A cualquiera de las dos en realidad— dijo Connor

—Una manguera puede ser una terrible arma— dijo Katie

—Sí, incluso en manos que no sean de hijos de Poseidón— señaló Travis

Katie le sonrió

Frank no sabía qué hacía una manguera en el tejado, pero cada vez que los gigantes lanzaban una bala de cañón, Percy echaba un chorro de agua de gran potencia y hacía detonar la esfera en el aire.

—Sabía que no podían simplemente explotar en el aire— comentó Hermes

—Aunque habría sido mejor— dijo Hazel

—Definitivamente— asintió Percy

—Y que lo digan— murmuró Frank

Entonces Frank se acordó: su familia también descendía de Poseidón. Su abuela le había dicho que la casa ya había sido atacada antes. Tal vez habían instalado una manguera allí arriba por ese motivo.

—Suena probable— dijo Percy

—Sí, es una buena teoría— dijo Poseidón

Hazel patrullaba por el mirador de la azotea entre los dos aguilones del desván. Estaba tan guapa que Frank notó una punzada en el pecho.

—Awwww— chillaron varios de sus amigos

—No puede ser— murmuró Frank sonrojado

—Qué adorables— dijo Afrodita suspirando

Llevaba unos tejanos, una chaqueta color crema y una camiseta blanca que hacía que su piel pareciera cálida como el cacao. El cabello rizado le caía sobre los hombros. Cuando se acercó, Frank percibió un olor a champú de jazmín.

—La concentración ante todo— bromeó Connor

—Sobretodo ante el inminente ataque— asintió Miranda

—Todos merecen un pensamiento como ese antes del ataque— dijo Afrodita con una risita

Ella aferraba su espada. Cuando miró a Frank, los ojos le brillaban de preocupación.

¿Estás bien? —preguntó—. ¿Por qué sonríes?

Ah, oh, por nada —logró decir él—.

—Por nada, claaaro— dijo Katie

—Bueno, ahora ya sabe por qué sonreías— dijo Piper

Hazel le sonrió

—Uy, ya no hay discreción en estos libros— dijo Miranda

—Nunca ha habido— dijo Percy

Gracias por el desayuno. Y por la ropa. Y por… no odiarme.

Hazel se quedó desconcertada.

¿Por qué iba a odiarte?

—Al contrario— dijo Afrodita suspirando

Hazel se sonrojó, lo que provocó una nueva oleada de soniditos de burla

A Frank le ardía la cara. Ojalá hubiera mantenido la boca cerrada, pero ya era demasiado tarde. « No la dejes escapar —había dicho su abuela—. Necesitas mujeres fuertes.»

—Me alegra saber que tiene prioridades sobre lo que le dijo su abuela— comentó Apolo

—Sus prioridades están perfectamente ordenadas— dijo Afrodita

Ares de manera muy discreta rodó los ojos, no se iba a arriesgar a que Afrodita le dejara de hablar como en los primeros libros cuando dio a entender que el amor no era una prioridad

Es solo que… anoche… —dijo tartamudeando— cuando invoqué al esqueleto…. pensé… pensé que tú pensabas que… era repulsivo… o algo por el estilo.

Hazel arqueó las cejas. Movió la cabeza consternada.

—No podría pensar eso— dijo Hazel

—Creo que ya nos dimos cuenta que no— dijo Piper con una sonrisita

Frank, puede que estuviera sorprendida. Puede que tuviera miedo de esa cosa.

—Lo que de hecho es lógico— comentó Piper

—Por supuesto que sí— dijo Thalia —esas cosas son horribles

—Y vaya que sí— dijo Frank con una mueca

Pero ¿repulsión? Aluciné al ver cómo le dabas órdenes, tan lleno de seguridad, en plan: « Por cierto, chicos, tengo a este spartus que podemos usar» .

—En plan super casual— asintió Travis

—Fue realmente impresionante— dijo Percy con una sonrisa

—Gracias— dijo Frank

No era repulsión lo que sentía, Frank. Estaba impresionada.

Frank no estaba seguro de haber oído bien.

¿Estabas… impresionada… por mí?

—Eso parece— asintió Perséfone con una sonrisa

—¿Ves? Y tú pensando que ya no tenías oportunidad— dijo Miranda

—Lo siento por eso— dijo Frank

Percy se echó a reír.

Tío, fue flipante.

¿De verdad? —preguntó Frank.

—Claro que lo fue— dijo Jason —y eso que nosotros solo lo escuchamos

—Exactamente— asintió Piper —estar ahí yo creo que fue aún más alucinante

Hazel y Percy asintieron

De verdad —prometió Hazel—. Pero ahora mismo tenemos otros problemas por los que preocuparnos, ¿vale?

—Seguimos coqueteando más al rato— bromeó Katie

—De momento tenemos unos ogros que vencer— dijo Travis

—Sería mejor que siguieran coqueteando— comentó Afrodita

—No estábamos coqueteando— dijeron Frank y Hazel al unísono

Señaló el ejército de ogros, que se estaban envalentonando cada vez más, acercándose poco a poco a la casa.

Percy preparó la manguera de jardín.

—No se metan con Percy, tiene una manguera de jardín— dijo Leo

—Y no temo usarla— dijo Percy riendo

—Uy el ataque de las mangueras de jardín asesinas— dijo Connor

Me guardo otro as en la manga. El césped tiene un sistema de aspersión. Puedo hacerlo estallar y provocar confusión abajo, pero eso acabará con la presión del agua. Sin presión, no hay manguera, y las balas de cañón darán de lleno en la casa.

—Entonces tienen que hacerlo cuanto estén fuera de la casa— dijo Rachel

—Eso podría ser una buena idea— dijo Thalia —pero aún tienen que ver cómo van a llegar hasta el parque de aviación

—Pequeño detalle— dijo Percy

El cumplido de Hazel todavía resonaba en los oídos de Frank y le impedía pensar con claridad.

—Prioridades— dijo Connor

—En ese momento los ogros no importan para nada— bromeó Katie

—¿Qué son los ogros ante esa increíble declaración?— dijo Connor riendo

—No importan mucho— dijo Piper

—Para nada— dijo Rachel riendo

Docenas de ogros habían acampado en su césped, esperando para hacerlo trizas, y él apenas podía controlar las ganas de sonreír.

Hazel no le odiaba. Estaba impresionada.

—Por mí— dijo Apolo —sí debemos tener esa charla sobre las prioridades

—Creo que es importante— comentó Hermes

—Yo creo que sus prioridades están perfectamente ordenadas— dijo Afrodita

—Están en peligro— dijo Artemisa

—Y por eso es más romántico— dijo Afrodita

Se obligó a concentrarse. Recordó lo que su abuela le había dicho sobre su don y que le había pedido que la dejara morir allí.

« Tienes un papel que desempeñar» , había dicho Marte.

—Por fin— dijo Ares

—Lo estaba haciendo bastante bien antes— dijo Afrodita

Frank se sonrojó

A Frank le costaba creer que él fuera el arma secreta de Juno, o que la gran Profecía de los Siete dependiera de él. Pero Hazel y Percy contaban con él. Tenía que hacer todo lo que estuviera en su mano.

—Por supuesto que sí— dijo Jason

—Y la chica fue una motivación— dijo Afrodita suspirando

—Siento que le va a dar un ataque— murmuró Apolo

—Si siguen así, es posible— asitió Hermes de vuelta

Pensó en el extraño fragmento de la profecía que Ella había recitado en el desván, según la cual el hijo de Neptuno se ahogaría.

—No me gusta esa frase— dijo Percy

—A mí tampoco— dijo Poseidón

Sally hizo una mueca

—Pero no vamos a hablar de esto ahora— comentó Percy

—No ahora porque quiere evitar otro castugo— dijo Thalia

—Es probable— asintió Percy

« No comprendéis su auténtico valor» , les había dicho Fineas en Portland. El viejo ciego pensaba que controlando a Ella se convertiría en rey.

—Nos podemos dar cuenta— dijo Rachel

—Pero aunque no se la hayan dejado a Fineas deben tener cuidado con todos los demás que la van a querer— dijo Apolo

Hazel, Percy y Frank intercambiaron miradas

Todas las piezas del rompecabezas daban vueltas en la cabeza de Frank. Tenía la sensación de que cuando por fin encajaran, formarían una imagen que no le gustaría.

—Nop— dijo Percy

—Definitivamente suena a que no nos gustará— dijo Hermes

—Todos estamos de acuerdo que no será bueno— asintió Thalia

Chicos, tengo un plan de fuga —les habló a sus amigos del avión que estaba esperando en el campo de aviación y de la nota que su abuela le había dado para el piloto—. Es un veterano de la legión. Nos ayudará.

—Eso es bueno— dijo Leo

—Y era necesario— asintió Hazel de acuerdo

Pero Arión no ha vuelto —dijo Hazel—. ¿Y tu abuela? No podemos dejarla aquí.

Frank contuvo un sollozo.

Puede… puede que Arión nos encuentre.

—Es cierto— dijo Poseidón

—Básicamente se reclamaron el uno al otro, no te va a dejar— dijo Apolo

—De ninguna manera lo haría— comentó Deméter

En cuanto a mi abuela… lo ha dejado muy claro. Me ha dicho que no le pasará nada.

No era exactamente la verdad, pero eso era lo único que se le ocurrió.

Frank hizo una mueca

Hay otro problema —dijo Percy—. Los viajes en avión no me sientan bien. Son peligrosos para los hijos de Neptuno.

Tendrás que arriesgarte…

—Si no no podrán salir— coincidió Artemisa

—Eso creo— murmuró Percy

y yo también —dijo Frank—. Por cierto, somos parientes.

Percy estuvo a punto de caerse del tejado de un tropezón.

—De acuerdo, nunca dejen caer una bomba como esa mientras están en un tejado— señaló Percy

—Los tejados son muy peligrosos— dijo Leo

—Fue una gran impresión— asintió Percy

—Sí lo fue— dijo Frank

¿Qué?

Frank les ofreció una versión de los hechos condensada en cinco segundos:

—Esa fue una muy buena manera de resumir— dijo Percy

—Le ganó a tus resúmenes, reina de belleza— señaló Leo

—Eso sí es saber resumir— comentó Piper

Periclímeno. Es antepasado mío por parte de madre. Argonauta. Nieto de Poseidón.

Hazel se quedó boquiabierta.

¿Eres… eres descendiente de Neptuno? Frank, eso es…

—Y empieza a encajar lo que había dicho Plutón— comentó Apolo

—Eso es cierto, querido— comentó Perséfone a sus esposo

Hades resopló

¿Una locura? Sí. Y, supuestamente, mi familia tiene una facultad, pero no sé cómo usarla. Si no lo averiguo…

—Va ser muy malo— dijo Leo

—Eso lo explicó muy bien— dijo Frank

Los lestrigones prorrumpieron de nuevo en sonoros vítores. Frank se dio cuenta de que estaban mirándolo, señalándolo, haciéndole señas con las manos y riéndose. Habían divisado su desayuno.

—Qué horror— dijo Miranda

—Y se veían muchísimo peor en el día— dijo Percy

—Y que lo digas— murmuró Hazel

¡Zhang! —gritaron—. ¡Zhang!

Hazel se acercó a él.

No paran de hacer eso. ¿Por qué gritan tu nombre?

—No para animarlo— dijo Rachel

—Hubiera estado mejor que fuera para eso— comentó Frank

—Definitivamente— asintió Hazel

No importa —dijo Frank—. Escuchad, tenemos que proteger a Ella y llevárnosla.

Por supuesto —dijo Hazel—. La pobrecilla necesita nuestra ayuda.

—Creí que estabas celosa de ella— comentó Travis casualmente

—No...Para nada— murmuró Hazel

—¿Alguien le creyó?— preguntó Katie

—No— corearon los semidioses

No —repuso Frank—. O sea, sí, pero no es solo eso. Ha recitado una profecía ahí abajo. Creo… creo que estaba relacionada con esta misión.

No quería darle a Percy la mala noticia de que un hijo de Neptuno se ahogaría, pero repitió los versos.

—Y seguía estando en el tejado— murmuró Percy

—Qué bueno que no te has caído del tejado— comentó Piper

—No habría sido divertido— dijo Percy

—Pregúntale a Helena— señaló Leo divertido

—Pero sí es un poco divertido— dijo Helena con una sonrisita infantil

—Bueno… Demonios— dijo Thalia riendo

Jason y Piper intercambiaron miradas

Percy apretó la mandíbula.

No sé cómo se puede ahogar un hijo de Neptuno. Yo puedo respirar bajo el agua.

Percy hizo una mueca

—Sí, nosotros también nos lo preguntamos— comentó Thalia

—Pero ya dijimos que no vamos a hablar de ello— señaló Percy

—Por ahora— dijoThalia

Pero la corona de la legión…

Eso tiene que ser el águila —dijo Hazel.

—Por supuesto— dijo Jason

—Tiene mucho sentido— dijo Reyna

Frank asintió

Percy asintió.

Y Ella recitó algo parecido antes, en Portland… un verso de la antigua Gran Profecía.

¿La qué? —preguntó Frank.

Te lo explicaré más tarde.

—Que bueno que la sangre de Gorgona ya funcionó— dijo Miranda

—Por fin, después de lo horrible que fue cuando te la tomaste— comentó Annabeth

Percy le sonrió

Percy giró la manguera y eliminó de un disparo otra bala de cañón.

La bala estalló en una bola de fuego naranja. Los ogros aplaudieron elogiosamente y chillaron:

¡Bonito! ¡Bonito!

—Me alegra que les haya gustado— dijo Percy con sarcasmo

—Sí y que lo haya considerado bonito— dijo Hazel

—Obviamente es importante que hay un buen espectáculo antes del desayuno— asintió Percy

—Claro que sí— dijo Frank

El caso es que Ella recuerda todo lo que lee —dijo Frank—. Dijo que la página se había quemado, como si hubiera leído un texto de profecías deteriorado.

—Es demasiado probable— dijo Apolo

—Creo que de hecho es lo que en realidad pasa— dijo Artemisa

—Bueno, tenemos que confirmarlo aún— señaló Hermes

Hazel abrió mucho los ojos.

¿Libros de profecías quemados? No creerás… ¡Es imposible!

¿Los libros que Octavio quería? —aventuró Percy.

—Sip— dijo Frank

—Y ojalá él no se de cuenta de lo valiosa que es la arpía— comentó Poseidón

Apolo frunció el ceño

Hazel silbó entre dientes.

Los libros sibilinos desaparecidos que anunciaron el destino de Roma. Si realmente Ella ha leído una copia y la ha memorizado…

Es la arpía más valiosa del mundo —dijo Frank—.

—Y vaya que sí— dijo Reyna

—Definitivamente— dijo Rachel

—Y no debería caer en malas manos— señaló Thalia

No me extraña que Fineas quisiera atraparla.

¡Frank Zhang! —gritó un ogro desde abajo. Era más grande que el resto y llevaba puesta una capa de león como un portaestandarte romano

—Que no le quedaba bien— dijo Percy

—Gracias por esa información— dijo Leo

—De nada, era muy importante saberlo— asintió Percy

y un babero de plástico con una langosta estampada—. ¡Baja, hijo de Marte! Hemos estado esperándote. ¡Ven, sé nuestro invitado de honor!

Hazel agarró el brazo de Frank.

¿Por qué tengo la sensación de que invitado de honor significa lo mismo que « cena» ?

—Porque significaban lo mismo— murmuró Frank

—Es probable que fuera por eso— asintió Piper

—Suena un poco lógico— admitió Connor

Frank deseó que Marte siguiera allí. Le vendría bien alguien capaz de quitarle los nervios de la batalla con solo chasquear los dedos. « Hazel cree en mí —pensó—. Puedo hacerlo.»

—Awww— dijo Afrodita

—Son demasiado adorables— dijo Perséfone

—A ella también le dará un ataque— susurró Hermes

Apolo asintió de acuerdo

Miró a Percy.

¿Sabes conducir?

—Pues casi no nos mató— dijo Travis

—Gracias— dijo Percy

—Al menos no como Nico— señaló Travis

—Lo han dicho varias veces y no lo había preguntado ¿En dónde casi no los mató?— preguntó Sally

—Uy, creo que se me olvidó otro pequeño detalle— murmuró Percy

—Creo que alguien va a volver a estar en problemas— bromeó Rachel

—Fue un viajecito chiquito en coche— dijo Percy riendo

—En el coche solar— añadio mablemente Leo

Sally alzó una ceja

—¿Prestas el carro solar?— preguntó Bianca a Apolo, emocionada

Will y Nico se voltearon a ver con incredulidad. Will negó discretamente con la cabeza hacia su padre

—A ti no, probablemente lo chocarías— señaló Apolo

—No lo chocaría— dijo Bianca ofendida. Charles la miró con una ceja levantada

—Probablemente no alcances los pedales— señaló Apolo

—¿Cuántos años crees que tengo?— dijo Bianca

—Creo que como unos 5— comentó Apolo

—Apolo ¿Puedes dejar de actuar como crío y dejarme seguir leyendo?— masculló Hera

Apolo rodó los ojos

Claro. ¿Por qué?

El coche de mi abuela está en el garaje. Es un viejo Cadillac. Ese cacharro es como un tanque. Si consigues arrancarlo…

Bianca y Apolo se miraron como si aun no terminaran de discutir sobre el carro

Todavía tendremos que abrirnos paso a través de una hilera de ogros — intervino Hazel.

El sistema de aspersión —dijo Percy—. ¿Quieres usarlo como distracción?

Exacto —contestó Frank—. Os conseguiré todo el tiempo que pueda.

—Suena como un buen plan— dijo Thalia

—Esperamos que les salga— dijo Rachel

—Porque con ustedes nunca se sabe— comentó Apolo

Id a por Ella y subid al coche. Intentaré reunirme con vosotros en el garaje, pero no me esperéis.

Percy frunció el entrecejo.

Frank…

—Tenía que hacerlo— comentó Frank

—Lo sé— dijo Percy con una mueca

¡Danos una respuesta, Frank Zhang! —chilló el ogro—. Si bajas, perdonaremos a los otros: tus amigos y tu pobre abuela. ¡Solo te queremos a ti!

Mienten —murmuró Percy.

—Claro que sí— dijo Annabeth

—Por supuesto que lo hacen— dijo Thalia

Sí, ya lo he pillado —convino Frank—. ¡Marchaos!

Sus amigos se fueron corriendo a la escalera.

Frank trató de controlar los latidos de su corazón. Sonrió y gritó:

¡Eh, a los de ahí abajo! ¿Quién tiene hambre?

—Todos nosotros— dijo Connor

—Acabamos de comer— dijo Miranda

—Eso no es excusa para no tener hambre— señaló Connor

Los ogros dieron vítores cuando Frank se paseó por el mirador de la azotea y saludó con la mano como una estrella de rock.

—Corto, corto, largo— dijo Leo

—Me sentí un poco como estrella de rock— comentó Frank

—Lástima que si caes, no creo que te alcen en brazos como a las estrellas de rock— señaló Leo

Frank trató de invocar el poder de su familia. Se imaginó como un dragón que escupía fuego. Se esforzó, cerró el puño y pensó en dragones con tanta intensidad que le brotaron gotas de sudor en la frente.

—No siempre sale a la primera— dijo Jason

—Y vaya que no— dijo Frank

Quería descender majestuosamente sobre sus enemigos y destruirlos. Eso sería genial. Pero no pasó nada. No tenía ni idea de cómo transformarse. Nunca había visto un dragón de verdad.

—Y por eso tu abuela te dijo que debías conocer mejor a la criatura— señaló Ares

—Quería empear en grande— dijo Apolo — es muy lógico

—De nada va a servir si no sabe lo que hace— masculló Ares

Por un momento, se dejó llevar por el pánico y se preguntó si su abuela le habría gastado una broma cruel. Tal vez había entendido mal el don. Tal vez Frank era el único miembro de la familia que no lo había heredado. Eso sería muy propio de él y de su suerte.

—No creo que haya tan mala suerte— dijo Hermes

—¿Has estado leyendo los mismos libros que nosotros?— preguntó Apolo

—Sí puede haber mala suerte— dijo Percy

—Solo vean quién lo dice— seañló Thalia riendo

Los ogros empezaron a impacientarse. Los vítores se convirtieron en silbidos. Unos cuantos lestrigones levantaron sus balas de cañón.

¡Esperad! —gritó Frank—. No querréis carbonizarme, ¿verdad? Así no sabré bien.

—Ninguna comida sabe bien cuando se quema— señaló Frank

—Eso es demasiado cierto— asintió Leo

—A nadie le gusta la comida quemada— comentó Percy

¡Baja! —gritaron—. ¡Hambre!

Era el momento de un plan B. Frank deseó tener uno.

¿Prometéis perdonar la vida a mis amigos? —preguntó Frank—. ¿Lo juráis por la laguna Estigia?

—Por supuesto que no— bufó Ares

—Habría sido una verdadera ganancia que lo hicieran— dijo Hermes

Los ogros se rieron. Uno lanzó una bala de cañón que describió un arco sobre la cabeza de Frank y voló la chimenea. Milagrosamente, la metralla no alcanzó a Frank.

Interpretaré eso como un no —murmuró.

—Yo también creo que fue un no— dijo Connor

—Sí, eso me parece también— asintió Piper

—Suena como algo sumamente lógico— admitió Miranda

Acto seguido gritó:

¡Está bien! ¡Vosotros ganáis! Enseguida bajo. ¡Esperad ahí!

Los ogros dieron vivas, pero el líder de la capa de león frunció el entrecejo con desconfianza.

—Típico— dijo Leo

—Bueno, mientras no descubra lo que quieres hacer— comentó Thalia

—Porque si no, adiós plan— dijo Bianca

—Y no nos guataría el "adiós plan"— dijo Percy

Frank no tendría mucho tiempo. Bajó por la escalera al desván. Ella había desaparecido. Esperaba que fuera una buena señal. Tal vez se la habían llevado al Cadillac. Cogió un carcaj de flechas con la etiqueta DISTINTAS VARIEDADES

—Eso suena increíble— dijo Apolo

—Eran increíbles— admitió Frank

Ares rodó los ojos

escrita con la pulcra letra de su madre. A continuación corrió a la ametralladora. Giró el cañón, apuntó al líder y apretó el gatillo. Ocho patatas lanzadas a alta potencia impactaron al gigante en el pecho

—Jamás pensé que las patatas fueran utilizadas con tal violencia— dijo Travis

—En malas manos incluso algo tan bueno se vuelve un arma peligrosa— señaló Chris

—Además intenta que te avienten una patata, a ver si no duele— comentó Luke

—Tiene un punto perfectamente válido— dijo Connor

y lo impulsaron hacia atrás con tal fuerza que el ogro chocó contra un montón de balas de cañón. Las balas explotaron inmediatamente y dejaron un cráter humeante en el jardín.

Por lo visto la fécula era mala para los ogros.

—Una lástima— dijo Leo

—Eso explica lo que decía Ella— dijo Piper

—Ya está 100% comprobado que es mala para los ogros— dijo Rachel

—Nunca sabes cuando necesitarás esa información — señaló Percy

Mientras el resto de los monstruos corrían de un lado a otro confundidos, Frank sacó su arco y descargó flechas sobre ellos. Algunos proyectiles estallaron al impactar en el blanco. Otros se astillaron como perdigones y dejaron nuevos y dolorosos tatuajes a los gigantes.

—Tatuajes en un minuto— dijo Piper

—Esa es una nueva forma de poner tatuajes— dijo Percy

—Rápida y eficaz— señaló Leo

—Aunque con mucho dolor— dijo Percy

Uno alcanzó a un ogro y lo convirtió en un rosal en una maceta.

—Eso es realmente increíble— dijo Apolo

—Suena bastante genial— dijo Thalia

Lamentablemente, los ogros se recuperaron rápido. Empezaron a lanzar balas de cañón por docenas. Toda la casa crujía con los impactos. Frank corrió a la escalera. El desván se desintegró detrás de él. Por el pasillo del segundo piso salía humo y fuego.

—No puede ser— dijo Chris

—Es lo mismo que yo dije— murmuró Frank conuna mueca

—Esto se está poniendo muy mal— dijo Hermes

¡Abuela! —gritó, pero el calor era tan intenso que no pudo llegar a la habitación.

Corrió a la planta baja agarrándose al pasamanos mientras la casa se sacudía y caían grandes pedazos de techo.

Frank hizo una mueca

El pie de la escalera era un cráter humeante. Saltó por encima de él y atravesó la cocina dando traspiés. Salió al garaje asfixiado a causa de las cenizas y el hollín. Los faros del Cadillac estaba encendidos. El motor estaba en marcha, y la puerta del garaje se estaba abriendo.

¡Sube! —gritó Percy.

—Vaya, creo que sí lo pudiste encender— dijo Travis

—No fue tan difícil como pensé— dijo Percy encogiéndose de hombros

—No tanto— murmuró Hazel

Frank se lanzó a la parte de atrás al lado de Hazel. Ella estaba acurrucada en la parte delantera, con la cabeza metida debajo de las alas, murmurando:

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

—Ella nos representaba a todos— dijo Frank

—Definitivamente— asintió Percy

—Claro que sí— dijo Hazel

Percy aceleró. Salieron disparados del garaje antes de que estuviera abierto del todo y dejaron un agujero con la forma del Cadillac en la madera astillada.

—A alguien no le van a volver a prestar el coche— comentó Connor

Percy le sonrió con inocencia a su mamá, al final Sally terminó viendolo con una pequeña sonrisa ya que recordó cuando ella manejó para escapar del Minotauro

Los ogros corrieron a interceptarlos, pero Percy gritó a pleno pulmón, y el sistema de aspersión explotó. Cientos de géiseres saltaron por los aires acompañados de nubes de terrones, trozos de tubería y pesados aspersores.

—Los aspersores son malos— dijo Leo

—Bueno, no fueron tan malos para nosotros— dijo Percy

—Solo para los ogros— asintió Hazel

El Cadillac iba a unos sesenta y cinco kilómetros por hora cuando chocaron contra el primer ogro, que se desintegró al recibir el impacto.

—Sí, creo que eso pasa— dijo Piper

—Los ogros solo resisten un pequeño rasguño a 65 kilómetros por hora— comentó Percy

—Los ogros y cualquier creiatura viviente— señaló Travis

Cuando los otros monstruos se recuperaron de la confusión, el Cadillac había recorrido ochocientos metros carretera abajo. Las balas de cañón llameantes estallaban detrás de ellos.

—Salieron un poco como en las películas— dijo Apolo

—Un poco— murmuró Percy

Frank miró atrás y vio la mansión de su familia en llamas, los muros desplomándose hacia dentro y nubes de humo subiendo al cielo.

Los chicos miraron a Frank con incomodidad.

Vio una gran mancha negra —tal vez un buitre— dando vueltas entre el fuego. Tal vez fueran imaginaciones de Frank, pero le pareció que había salido volando de la ventana del segundo piso.

—Es probable— dijo Hermes

Percy hizo una mueca, algunas veces pensaba que tal vez de alguna manera debieron itentar hacer más por la abuela de Frank, aunque no sabía muy bien que podían haber hecho, incluso con lo que sabían. Hazel tenía una expresión parecida

¿Abuela? —murmuró.

Parecía imposible, pero ella había prometido que moriría a su manera, no a manos de los ogros. Frank esperaba que no se hubiera equivocado.

—Hay gente que tiene mucha voluntad— murmuró Hades

—Y vaya que sí— asintió Perséfone

Frank suspiró

Atravesaron el bosque y se dirigieron al norte.

¡Unos cinco kilómetros! —dijo Frank—. ¡No tiene pérdida!

—Todo puede pasar— dijo Leo

—Es cierto, sobretodo viajando por tierra— dijo Thalia

—Esperemos que no pase nada— dijo Annabeth

Detrás de ellos, más explosiones arrasaron el bosque. El humo llenaba el cielo.

¿A qué velocidad pueden correr los lestrigones? —preguntó Hazel.

Mejor no lo averigüemos —dijo Percy.

—Mejor— dijo Rachel

—No creo que sea bueno para ustedes averiguarlo— dijo Bianca

—Nosotros tampoco lo creemos— comentó Percy

La verja del campo de aviación apareció ante ellos a solo unos cientos de metros de distancia. Un avión a reacción privado aguardaba en la pista de aterrizaje. Tenía la escalera bajada. El Cadillac topó con un bache y salió por los aires.

—Como cuando no ves el bache— bromeó Leo

—Sí lo vi, pero no me dio tiempo de frenar— dijo Percy riendo

—Llega a pasar— asintió Apolo

—Tú conduces por el aire— señaló Artemisa

—Detalles, hermanita— dijo Apolo

La cabeza de Frank chocó contra el techo. Cuando las ruedas tocaron el suelo, Percy dio un frenazo, y el coche paró virando bruscamente justo pasada la verja.

—Que forma tan increíble de conducir— dijo Connor

—Es que llevaba un poquito de prisa— comentó Percy

—Nunca llegarás tarde a ningún lado— bromeó Travis

Frank salió del vehículo y cogió su arco.

¡Subid al avión! ¡Ya vienen!

Los lestrigones se acercaban a una velocidad alarmante.

—Creo que pueden correr rápido— dijo Rachel

—Hubiera preferido no averiguarlo— comentó Hazel

—Estoy completamente de acuerdo— asintió Percy

La primera hilera de ogros salió repentinamente del bosque y corrió hacia el campo de aviación: quinientos metros de distancia, cuatrocientos…

—Demonios— dijo Leo

—Eso es demasiado rápido— dijo Miranda

—Bueno, tienen piernas batante grandes— señaló Chris

Percy y Hazel consiguieron sacar a Ella del Cadillac, pero en cuanto la arpía vio el avión empezó a chillar.

¡N-n-o! —gritó—. ¡Volar con las alas! ¡Aviones, n-n-o!

—La comprendía un poco— dijo Percy —aunque se estaban acercando muy de prisa y no sabíamos que hacer

—Y que lo digas— murmuró Hazel

No pasa nada —le prometió Hazel—. ¡Te protegeremos!

Ella emitió un gemido horrible y doloroso, como si se estuviera quemando. Percy levantó las manos irritado.

¿Qué hacemos? No podemos obligarla.

—De ninguna manera— dijo Percy

—Creo que saldríamos perdiendo si lo intentábamos— dijo Frank

—Habríamos salido muy mal parados— comentó Hazel

No —convino Frank.

Los ogros estaban a trescientos metros.

Es demasiado valiosa para dejarla —dijo Hazel. Entonces hizo una mueca al oír sus propias palabras—. Dioses, Ella, lo siento. Parezco Fineas. Eres un ser vivo, no un tesoro.

—Sí, sonó un poco mal— dijo Rachel

—Lo sé, lo siento mucho— dijo Hazel

—Está bien, fue un pequeño desliz— comentó Deméter

Aviones, no. Aviones, n-n-o.

Ella estaba hiperventilando.

—Creo que alguien tiene fobia a los aviones— dijo Apolo

—Lo que era un poco lógico— comentó Percy

—Te creo— murmuró Thalia

Los ogros se encontraban prácticamente a un tiro de piedra.

A Percy se le iluminaron los ojos.

Tengo una idea. Ella, ¿puedes esconderte en el bosque? ¿Estarás a salvo de los ogros?

Esconder —convino ella—. A salvo. Esconderse es bueno para las arpías.

—Por supuesto que sí— asintió Piper

—Y se esconde muy rápido— dijo Percy

Ella es rápida. Y pequeña. Y veloz.

—Sí lo es— dijo Tyson

De acuerdo —dijo Percy—. Quédate en esta zona. Puedo mandar a un amigo para que te recoja y te lleve al Campamento Júpiter.

—Y supongo que así la conoció Tyson— dijo Poseidón con una sonrisa para el mencionado

—Sí— dijo Percy

Tyson se sonrojó un poco

Frank descolgó el arco y colocó una flecha.

¿Un amigo?

Percy movió la mano como diciendo « Ya te lo explicaré luego» .

—Tienes muchas cosas que explicar— dijo Connor

—Lo sé— dijo Percy —tenía que ir haciendo notitas o algo

—Yo creo que eso sería una buena idea— comentó Leo

¿Te gustaría eso, Ella? ¿Te gustaría que mi amigo te llevara al Campamento Júpiter y te enseñara nuestro hogar?

Campamento —murmuró Ella.

—Que sí le gusta la idea— dijo Travis

Hera alzó una ceja antes de leer lo siguiente. Percy lo recordó hasta muy tarde

Y acto seguido añadió en latín—: « La hija de la sabiduría anda sola, la marca de Atenea arde a través de Roma» .

Se hizo un silencio sepulcral en la Sala, todos los dioses durante años han sabido a que se refiere con"La Marca de Atenea"

—No puede ser— masculló Annabeth volteando a ver a Percy

Percy hizo una mueca. Sus amigos del Argo II los miraron con incomodidad

—Eso definitivamente no suena bien— dijo Apolo

Atenea volteó a ver con total sorpresa a su hija , desde que habían aparecido ahí había estado pensando e como es que las cosas entre giergos y romanos estaban tan tranquilas, como diosa griega lo había perdido, ahora le daba una nueva pista

—Tampoco vamos a discutir esa parte— murmuró Percy

Los chicos asintieron y se quedaron callados

Lo que tú digas —dijo Percy—. Eso parece importante, pero podemos hablar del tema más tarde. En el campamento estarás a salvo. Tendrás a tu disposición todos los libros y toda la comida que quieras.

—Eso suena bien— dijo Miranda

—Yo diría que el trato está hecho— dijo Katie

—Es el mejor trato que he escuchado en mi vida— comentó Piper

Aviones, no —insistió ella.

Aviones, no —convino Percy.

Ella se va a esconder.

—Es lo mejor— asintió Connor

—Y vaya que sí— dijo Percy —además sabía que Tyson la encontraría

Tyson le sonrió

Y así, sin más, se esfumó: un rayo rojo que desapareció en el bosque.

La echaré de menos —dijo Hazel con tristeza.

Volveremos a verla —prometió Percy, pero frunció el entrecejo con inquietud, como si le preocupara realmente la última parte de la profecía, la relacionada con Atenea.

Percy hizo una mueca

—Suena preocupante— admitió Apolo

—No quiero que eso venga en algú otro libro— susurró Annabeth a Percy

—Tampoco yo— dijo Percy —esperemos que no lo haga

Una explosión mandó la verja del campo de aviación por los aires.

Frank lanzó la carta de su abuela a Percy.

¡Enséñasela al piloto! ¡Enséñale también la carta de Reyna! Tenemos que despegar enseguida.

—Sí corren demasiado rápido esos ogros— comentó Bianca

—Y vaya que sí, tienen una gran velocidad— dijo Thalia

Percy asintió con la cabeza. Él y Hazel corrieron hacia el avión.

Frank se puso a cubierto detrás del Cadillac y empezó a disparar a los ogros. Apuntó al grupo más numeroso de enemigos y disparó una flecha con forma de tulipán. Tal como esperaba, era una hidra.

—Esas son demasiado geniales— dijo Apolo

—Sí lo era, y de gran ayuda— asintió Frank

Unos cables empezaron a repartir golpes a diestro y siniestro, como los tentáculos de un calamar, y la primera fila de ogros al completo se dio de bruces con el suelo.

Frank oyó que los motores del avión arrancaban.

—Por fin— dijo Chris

—Más vale tarde que nunca— señaló Piper

—Eso es cierto— asintió Leo

Disparó tres flechas lo más rápido que pudo y abrió unos cráteres enormes en las filas de los ogros. Los supervivientes se encontraban a solo unos cientos de metros de distancia, y los más listos se detuvieron dando traspiés, conscientes de que estaban a un tiro de piedra.

—Al menos ya casi escapan de ellos— dijo Apolo

—"Casi" es la palabra clave— suspiró Poseidón

—Qué negativo— murmuró Apolo

¡Frank! —gritó Hazel—. ¡Vamos!

Una bala de cañón en llamas se precipitó hacia él describiendo un lento arco. Frank supo en el acto que la bala iba a alcanzar el avión.

—Lo que faltaba— dijo Thalia

—Por lo menos por ese momento— dijo Percy

—Genial— dijo Thalia

Colocó una flecha en el arco. « Puedo hacerlo» , pensó. Envió la flecha volando. El proyectil interceptó la bala de cañón en el aire e hizo detonar una inmensa bola de fuego.

Todos lo voltearon a ver impresionados

—Ese fue un tiro genial— dijo Apolo

—Gracias— dijo Frank sonrojado

Otras dos balas de cañón se dirigieron hacia él. Frank echó a correr.

Detrás de él sonó un chirrido metálico cuando el Cadillac explotó. Se metió en el avión justo cuando la escalera empezaba a subir.

—Eso es tener una increíble coordinación— dijo Travis

—Al menos eso lo pude tener— murmuró Frank

El piloto debía de haber comprendido la situación perfectamente. No hubo avisos de seguridad, ni bebidas antes del vuelo, ni tuvieron que esperar a que la pista quedara libre para despegar.

—Por supuesto que no— dijo Reyna

—Sería suicidio que hgicieran eso— comentó Jason

—Tienes razón— asintió Percy

El piloto aceleró, y el avión salió disparado. Otra sacudida recorrió la pista de aterrizaje detrás de ellos, pero para entonces ya estaban en el aire.

—Genial— masculló Percy

—Esperamos que no se te ocurra hacerles nada— bufó Poseidón mirando a Zeus

—Están aquí ¿O no?— masculló Zeus

Poseidón resopló

Frank miró abajo y vio la pista de aterrizaje llena de cráteres, como un pedazo de queso gruyer en llamas. Había franjas del parque Lynn Canyon incendiadas. Varios kilómetros al sur, lo único que quedaba de la mansión familiar de los Zhang era una hoguera de llamas y humo negro.

Frank hizo una mueca

Para eso le había servido a Frank su actuación impresionante. No había logrado salvar a su abuela. No había logrado usar sus poderes. Ni siquiera había salvado a su amiga arpía.

—Pero todas esas cosas tienen una razón de ser— dijo Apolo

Los chicos de la misión no se veían realmente convencidos

Cuando Vancouver desapareció entre las nubes, Frank sepultó su cabeza entre las manos y rompió a llorar.

Frank se sonrojó y se movió con incomodidad

—No tienes de que avergonzarte cariño, es muy válido despupes de ver lo que sucedió con tu casa y sin saber que pasó con tu abuela— comentó Hestia

Frank hizo una mueca triste

El avión se ladeó a la izquierda.

Por el intercomunicador, la voz del piloto dijo:

Senatus Populusque Romanus, amigos míos. Bienvenidos a bordo. Próxima parada: Anchorage, Alaska.

—Fin del capítulo— comentó Hera

—Vaya capítulo— dijo Apolo

—¿Quién quiere leer?— preguntó Hermes

Le habían contado tantas veces esta historia, que Zoé básicamente se la sabía de memoria, su padre le había dicho a ella muchas veces, que lamentaba muchísimo haberse perdido su nacimiento, cómo si Zoé pudiera culparlo por eso. Resulta que cierta diosa (a la que ellos no le caían muy bien y viceversa) le había encargado una misión justamente tres días antes de que naciera Zoé, eso era tener un cronómetro perfectamente sincronizado para arruinar cosas. A veces su padre le decía que hubiera preferido no ir a esa misión, pero tenía mucho que perder si la diosa quisiera desquitarse, así que terminó yendo junto con el tío Frank y la tía Hazel.

Su padre llegó hasta la tarde siguiente de su nacimiento, intentó apresurarse lo más posible. Obviamente al llegar a casa no demoró ni un momento en ir a verlos, subió a la habitación principal donde encontró a la tía Piper haciendo rebotar a Charles sobre sus pies mientras él se reía a carcajadas, encontró a su mamá sosteniendo un pequeño bulto envuelto en mantitas verdes, sosteniendola a ella.

Su padre le había dicho que al verla había contenido la respiración porque no podía creer lo pequeña y linda que era, había saludado a Charles con un gran abrazo y luego se acercó lentamente hacía ellas, su madre le sonreía como si el hecho de que su padre estuviera con la ropa hecha jirones lo hiciera aún más guapo, se saludaron con un pequeño beso (ahí es cuando Zoé diría "eww") y luego de que se separaran fue cuando su padre la cargó por primera vez, soteniéndola como si fuera una especie de tesoro que había estado buscando toda su vida

Es tan perfecta— había murmurado su padre, como si estuviera hechizado

Llora— se había quejado su hermano que empezaba a balbucear ciertas palabra, todavía estaba jugando con la tía Piper

Su papá lo había volteado a ver con una sonrisa —Vamos a cuidarla muy bien para que no llore ¿Vale?

Charles había encontrado un nuevo juego con los aretes de la tía Piper. Ahí fue cuando Zoé se removió y abrió los ojos, su papá se había asombrado ante su color

Creo que alguien se dio cuenta de sus ojos— dijo su madre sonriendo más

Ella es… Tiene… Verdes— había tartamudeado su padre

Sí, sesos de alga

Su padre se quedó admirandola por un rato largo, acariciando tiernamente su carita y viendo que tenía cinco dedos en cada mano, cinco en cada pie y babeaba un poco

Siento que estoy estorbando aquí— había murmurado la tía Piper —me alegra que estés aquí Percy, creo que debo irme

Charles se había quejado por eso

¿Ella… Ella ya tiene nombre?— preguntó la tía Piper antes de irse

No lo hemos decidido aún— dijo su madre

No, estábamos esperando conocerla— respondió su padre

Cuando su tía Piper se hubo ido, su padre tuvo que soltar a Zoé a regañadientes para poder cambiarse de ropa, sus padres hablaron mientras se miraban llenos de adoración y también miraban a Zoé y su hermano acostados en la cama

Aún no tenemos un nombre— había dicho su madre

Lo sé… Creo, creo que no le podemos poner Silena

Charles y Silena— murmuró su mamá con una sonrisa triste. A Zoé le habían contado que fueron amigos que murieron en la guerra contra Cronos, en la que pelearon cuando ambos tenían 16

Otra de sus opciones había sido ponerle el nombre de su abuela por parte de su papá, claro. Pero su abuela misma se había negado argumentando que mejor honraran a alguien que les hubiera ayudado a lo largo de los años y aunque trataron de hacerla cambiar de opinión no lo lograron.

De hecho— había murmurado su padre un poco sonrojado —creo que tengo una idea. ¿Te acuerdas de Zoë Nightshade? Sé que solo la conociste durante un rato muy pequeño, pero…

La recuerdo

Bueno, ella fue convertida en estrellas ¿Y sabes a quién más me recuerdan las estrellas?

Bob— respondía su madre

Y en la mitología… Ambos eran parientes, sí, alguien me lo contó

Zoé nunca había entendido que era toda esa historia de Bob y las estrellas, en realidad esa era la parte de la historia que siempre se saltaban

Tienes razón— había respondido su madre

Creo que podríamos honrarlos a ambos con el nombre de "Zoé"

Su madre se quedó callada por largo rato

De acuerdo, sé que no tiene mucho sentido— murmuró su padre —y si no te gusta

Creo que es perfecto

Zoé también lo creía, a ella le encantaba su nombre

Unos pocos días después del nacimiento de Zoé, había aparecido Hermes ¿Mercurio? en la puerta de su casa y claro que no se habían olvidado de darle las gracias a Artemisa

Percy Jackson— había dicho el dios —he escuchado que tienes a alguien nuevo en la familia y tienes a Afrodita loca por todo el Olimpo. Tu padre aun no se ha enterado de la buena nueva estando en su palacio submarino, si no creeme traería más cosas de las que traigo, firma aquí y aquí

Su padre había recibido los regalos de Afrodita (ropa rosa, una cuna y un montón de peluches)

Dioses, esto es mucho— dijo su padre

Hermes se encogió de hombros —Te faltó una firma

Ahí fue cuando Goerge y Martha decidieron hacer su aparición

Hola ¿Hoy sí tienes ratas como propina?— preguntó George

George— riñó Martha —él está demasiado ocupado con sus bebés como para buscar ratas

Cierto— dijo George reflexionando —bueno ¿Y tu bebé parece rata? He escuchado que los bebés mortales lo hacen

George— gritaron Hermes y Martha

Estoy seguro de que no lo parece— murmuró su padre con el ceño fruncido

Pero…

George, ya hablamos de que no puedes preguntarle eso a la gente— bufó Hermes y lo convirtió a su forma inmóvil

¿Esto ha pasado más de una vez?— había preguntado papá

Bueno Percy, nos vemos— dijo Hermes desapareciendo

Ellos obviamente no habían tardado en ir a la casa de su familia mortal a presentar a la nueva integrante, ambas casas estuvieron increíblemente felices de tenerlos ahí y no soltaron ni a Zoé ni a su hermano en casi ningún momento.

Ya sabes listilla, tenemos que hacerlo

Percy, no podemos seguir decidiendo con una moneda al aire

Eso es porque no quisiste el piedra, papel o tijeras... ¿Cruz o cara?

Cruz

Y así es como decidían qué pasaría si se encontraban un monstruo, uno peleaba y uno se quedaba con los niños, era un sistema que no había fallado.

Poseidón no tardó en presentarse a ver a Zoé y Charles adoraba cuando el dios estaba ahí.

La única que no se presentó sino hasta un par de meses después había sido Atenea. En realidad se suponía que Zoé no conocía esta parte de la historia, pero sin querer había escuchado a su madre platicarsela a la tía Thalia

Al parecer había sido el día después de que Zoé cumpliera dos meses, su padre no estaba en casa ya que lo habían solicitado urgentemente en su trabajo como hidrobiologo, su madre había estado haciendo unos planos sumamente importantes cuando la diosa de la "sabiduría" apareció

Madre

Annabeth— dijo la diosa estudiando a su hija —venía a comprobar por mi misma lo que han dicho muchos en el Olimpo

¿Y qué han dicho?

Qué tu hija es mortal— respondió la diosa frunciendo el ceño

Bueno, esa parte en específico obviamente sí la sabía Zoé

Annabeth ¿Te das cuenta en el peligro que te pondrá esta niña?— preguntó la diosa

Siempre he estado en peligro, madre— si le había sorprendido o no la información sobre Zoé, no lo demostró

No lo entiendes, has conseguido muchos enemigos a lo largo de los años, la van a herir para herirte y conseguir su venganza

Aprenderá a defenderse y de cualquier manera nada le pasará Percy y yo los defenderemos

Atenea resopló. En realidad al principio como que había aceptado la relación, pero con el paso de los años, algo había cambiado, parecía detestar cada vez más a Percy ¿Tal vez por su parecido con Poseidón? Aunque era ilógico ¿o no?

Esa niña te volverá... vulnerable— la diosa había querido decir otra palabra, pero se contuvo

¿Eso es lo que piensas también de tus hijos?

La diosa no le respondió, en cambio dijo —Te habías simplemente conformado con el primer crío, eras una gran heroína…

Cómo t…

Pero la diosa ya había desaparecido. Cuando Zoé lo escuchó no entendió cuál era el propósito de todo, de hecho seguía sin entenderlo, solo había visto dos veces a la diosa y en condiciones realmente indiferentes. Charles era extremadamente receloso con ella, nunca la había apreciado de la manera que apreciaba a Poseidón.

No podía negar que después de escuchar esa conversación algunas veces se sentía insuficiente, esa era la razón por la que a veces hacía avances con sus padres que estaban ahí en la Sala y de repente ella se retraía en sí misma y no hablaba con nadie más que sus amigos.

Antes de que siguiera más en esa línea de pensamiento se sorprendió a sí misma diciendo —Yo quiero leer