XV

Percy

—¿A quién le toca leer?— preguntó Sally

—Yo quiero leer — dijo Annabeth

—¿Por qué?— se quejó Percy

—Porque quiere leer, Percy— señaló Thalia con obviedad

—Es lógico— asintió Piper

Percy salió a la cubierta y dijo:

Vaya.

—Claro, iniciando el capítulo con todo — dijo Leo

—Pues no me queda de otra— murmuró Percy

—Entonces solamente resignate— señaló Apolo

Habían aterrizado cerca de la cima de una montaña boscosa. Un complejo de edificios blancos, como un museo o una universidad, se hallaba abrigado en un bosquecillo de pinos a la izquierda.

—Suena genial — dijo Miranda

—Estoy de acuerdo— asintió Rachel

—La verdad era bastante increíble— dijo Percy

—Y que lo digas— comentó Frank

Debajo de ellos se extendía la ciudad de Atlanta: un grupo de rascacielos marrones y plateados a tres kilómetros de distancia que se alzaban en lo que parecía una interminable superficie llana de autopistas, vías de ferrocarril, casas y franjas verdes de bosque.

—Y se pone mejor — asintió Katie

—Perfecto, que excelente elección — dijo Ares

Muchos de los semidioses lo voltearon a ver con confusión

—No me sorprende que no lo sepan— bufó Ares rodando los ojos

—Si no sabemos qué es lo que no sabemos, no me puedo sentir mal— murmuró Travis

Ah, bonito sitio —el entrenador Hedge aspiró el aire matutino—. Buena elección, Valdez.

Leo se encogió de hombros.

Solo he escogido una montaña alta.

—Fue pura suerte — dijo Leo encogiéndose de hombros

—O tal vez no— señaló Apolo —recuerden que las coincidencias no existen

—Bueno, es cierto— dijo Leo —pero nunca lo sabremos

Aquello de allí es una biblioteca presidencial o algo por el estilo. Al menos, eso dice Festo.

¡No sé nada de eso! —ladró Hedge—. Pero ¿sabes lo que pasó en esta montaña? ¡Tú deberías saberlo, Frank Zhang!

—¿Por qué "deberías"? — preguntó Connor

—Porque parece que hubo un evento importante ahí— dijo Frank

—¿Y cómo lo ibas a saber?— preguntó Leo

Frank se encogió de hombros

Frank se sobresaltó.

Ah, ¿sí?

¡Un hijo de Ares estuvo aquí! —gritó Hedge, indignado.

Yo soy romano… así que en realidad es Marte.

—Detalles — dijo Apolo

—Típico cambio en la mitología— comentó Piper

—Lo de todos los días— asintió Percy

—Obviamente— dijo Leo

¡Lo que sea! ¡Este es un lugar famoso de la guerra de Secesión!

En realidad, soy canadiense.

¡Lo que sea!

—Como que no le funcionó al entrenador — murmuró Travis

—Tampoco sé cómo esperaba que lo supieras— comentó Piper

—Menos yo— dijo Frank

Ares resopló

El general Sherman, líder de la Unión, estuvo en esta montaña viendo cómo la ciudad de Atlanta ardía. Dejó una estela de destrucción desde aquí hasta el mar. Incendiando, desvalijando, saqueando… ¡Eso sí que era un semidiós!

—Por supuesto que lo era — asintió Ares

—Claaaaro— murmuraron varios de los chicos

—Se parece a Clarisse en la batalla de Manhattan— susurró Connor a su hermano

—Y que lo digas, esa forma de llevar el esqueleto del drakón…— comentó Travis

Y como si Clarisse supiera de lo que estaban hablando los miró y rodó los ojos, los Stoll le levantaron los pulgares

Frank se apartó lentamente del sátiro.

Vale.

A Percy no le interesaba mucho la historia,

—Ni a nosotros, la verdad — dijo Travis

Atenea rodó los ojos —¿Cómo no puede interesarles la historia? Esa guerra como muchas otras empezó por una guerra entre griegos y… romanos

—Eso es cierto — comentó Artemisa

pero se preguntaba si aterrizar allí era un mal presagio. Había oído que la mayoría de las guerras civiles de los hombres empezaron como las peleas entre semidioses griegos y romanos.

—Sí, lo sentimos por los mortales — murmuró Connor con una mueca

—Aunque los mortales también empiezan sus propias guerras— señaló Rachel

—Eso no lo podemos negar— dijo Hermes

—Esos mortales son unas criaturas violentas por naturaleza— asintió Ares con satisfacción

Ahora estaban en el lugar de una de esas batallas. La ciudad entera que se extendía debajo de ellos había sido arrasada por orden de un hijo de Ares. Podía imaginarse a algunos chicos del Campamento Mestizo dando esas órdenes.

—También nosotros — asintió Travis —vamos a ver si coincidimos

—Uy, es tan difícil pensar en ese alguien— dijo Connor

—Es lo más difícil que he hecho en la vida— dijo Travis

—Lo es— asintió Percy

Clarisse La Rue, por ejemplo, no vacilaría.

—Sí coincidimos — dijo Travis

—Eso es como leer mentes o algo así— dijo Percy

—Pues técnicamente lo es— señaló Miranda

Clarisse se vio satisfecha consigo misma

Pero no se imaginaba a Frank siendo tan duro.

Ares rodó los ojos

Silena y Sammy se voltearon a ver pensando en lo raro que era eso

De todas formas, procuremos no incendiar la ciudad esta vez.

El entrenador se quedó decepcionado.

—Arruinas la diversión — señaló Leo

—Cállate Leo — dijo Piper —eso de incendiar ciudades no da diversión

—De ninguna manera — masculló Reyna

Leo se sonrojó

Está bien. Pero ¿adónde vamos?

Percy señaló al centro.

En caso de duda, empieza por el medio.

—Pues es buen plan — dijo Rachel

—Y el único que teníamos — dijo Percy

—Pero del centro ya podíamos ver a donde íbamos — comentó Frank

—La mayoría de las veces es buena idea iniciar por el centro — asintió Annabeth

Conseguir un medio de transporte fue más fácil de lo que pensaban. Los tres se dirigieron a la biblioteca presidencial —que resultó ser el Centro Carter— y preguntaron a los empleados si podían llamar a un taxi o indicarles dónde estaba la parada de autobús más cercana.

—Con que les toquen mortales amables — señaló Hermes

—Y que no sean monstruos disfrazados — dijo Apolo

—Una de las cosas más importantes — asintió Poseidón

—Esperemos que tengan suerte — dijo Deméter

Percy podría haber llamado a Blackjack, pero se negaba a pedir ayuda al pegaso tan pronto, después del último desastre.

—Sí, no sería justo — dijo Piper

—No, sobretodo porque aun no le compro su caja de Donuts —dijo Percy

—Aún peor — coincidió Piper

—Además es bueno para los músculos caminar — dijo Connor

—No lo haces muy seguido ¿Verdad? — bromeó Miranda

—Y así se dice tu novia — dijo Travis negando con la cabeza

—¿Su qué? — preguntó Deméter

—Si Connor, explícanos ¿su qué?— comentó Leo

—Todos estamos curiosos por esa explicación— dijo Perséfone

—Ay dioses— murmuró Miranda

—Mi novia— dijo Connor orgulloso de sí mismo, en su defensa se mantuvo firme ante la mirada de muerte de la diosa de la agricultura

Hermes rió —Ese es mi hijo

—No puede ser, otra de mis hijas con los mocosos de Hermes— masculló Deméter —¿Por qué tenían que ser justo ellos? No puedo…

—Me encanta cuando empiezan a haber más parejitas— interrumpió Afrodita encantada —y esta vez sin mi ayuda

Travis y Katie se voltearon a ver

—Aun así puedo prestar ayuda de vez en cuando— dijo mirando a ciertos legados

—Creo que voy a seguir leyendo— comentó Annabeth

Todos asintieron de acuerdo, Deméter seguía lanzándoles miradas asesinas a los hermanos Stoll

Frank no quería transformarse en nada. Y, además, Percy tenía la esperanza de viajar como un mortal normal y corriente para variar.

—Déjenme soñar — dijo Percy

—No íbamos a decir nada — dijo Leo

—Vi que tenían las intenciones de hacerlo — señaló Percy

Una de las bibliotecarias, que se llamaba Esther, insistió en llevarlos personalmente. Fue tan amable que Percy pensó que debía de ser un monstruo disfrazado, pero Hedge lo apartó y le aseguró que Esther olía como una humana normal.

—No todos los humanos amables son monstruos — dijo Hestia

—Pero la mayoría sí — dijo Apolo

Con un ligero olor a flores secas aromáticas —dijo—. Clavo. Pétalos de rosa. ¡Qué rico!

Se metieron apretujados en el gran Cadillac negro de Esther y se dirigieron al centro. Esther era tan menuda que apenas veía por encima del volante, pero no parecía importarle.

—Por eso a Leo no le vamos a enseñar a manejar — bromeó Piper

Varios incluyendo a Esperanza se rieron

—No puede ser más difícil que controlar el Argo — dijo Leo "indignado" —cuando tenga mi coche no los voy a invitar… Porque si tengo mi coche ¿Verdad? — preguntó mirando a Esperanza

—No — respondió tristemente la niña

—Porque no alcanzas los pedales — señaló Piper riendo

—Porque el tío Nico nos lleva — prosiguió Esperanza, los demás legados (excepto Silena) asintieron

Todos los que fueron cuando Percy condujo el carro solar se miraron levemente horrorizados

—Espero que tengan un buen seguro de gastos médicos— bromeó Rachel

Nico la miró indignado

—Tenemos al tío Will— dijo Zoé

—Por supuesto— dijo Will —entonces creo que los millonarios vamos a ser nosotros

—Y así se dice tu novio— comentó Thalia

Will le sonrió brillantemente a Nico, Nico rodó los ojos

—Será una decepción decirle que no fuimos millonarios— susurró Bianca a Charles

—Yo creo que de hoy en adelante todos podemos desplazarnos en bicicleta— dijo Percy riendo

—Estoy de acuerdo— asintió Piper

—O en cualquier lugar donde Nico no maneje— comentó Reyna

—¿También tú?— bufó Nico

—Yo opino que hay que caminar— dijo Connor

—Son odiosos— masculló Nico

Se abrió paso con agilidad entre el tráfico mientras los entretenía contándoles anécdotas de las excéntricas familias de Atlanta: los dueños de las viejas plantaciones, los fundadores de Coca-Cola, las estrellas del deporte y los periodistas de la CNN.

—Esos mortales que son como un periodico andante me encantan — dijo Apolo

—Son una increíble fuente de información— asintió Percy

—Y muchas veces son de los más amables— comentó Apolo

—Aunque no todas las veces— comentó Piper con una mueca

Parecía tan informada que Percy decidió probar suerte.

Esto… Esther, tengo una pregunta difícil para usted. Si le digo agua salada, ¿qué es lo primero que le viene a la mente?

—Muy sutil — asintió Hermes

—Por supuesto que sí— dijo Leo

—Pero tenía que ser directo para que no hubiera confusiones— comentó Percy

—Obviamente— asintió Thalia

La anciana se rió entre dientes.

Oh, cielo. Muy fácil. ¡Tiburones ballena!

—¿Vieron tiburones ballena? — preguntó Zoé con entusiasmo

—Sip, pero tampoco se pueden poner en una bañera— dijo Percy con una sonrisa

—No creo que haya una bañera lo suficientemente grande— comentó Frank

—Ese es un gran problema— murmuró Zoé —pero no lo vuelve imposible

—¿Ah no?— preguntó Percy

—No aún— dijo Zoé

Frank y Percy se cruzaron una mirada.

¿Tiburones ballena? —preguntó Frank con nerviosismo—. ¿Tienen de esos en Atlanta?

En el acuario, cielo —contestó Esther—.

—¿Se pueden tener de esos en un acuario? — resopló Grover

—No estoy totalmente seguro— comentó Percy

—Una vez leí que había un par en un acuario— dijo Zoé

—En Japón— asintió Annabeth —es el acuario que posee la mayor pantalla de cristal del mundo

Zoé asintió

Percy y Thalia se voltearon a ver como de "debimos suponerlo"

—Genial, hay que ir allá— dijo Katie

¡Es muy famoso! Está en el centro. ¿Es allí donde queréis ir?

Un acuario. Percy reflexionó sobre ello. No sabía qué estaría haciendo un antiguo dios del mar griego en un acuario de Georgia, pero no se le ocurría ninguna idea mejor.

—Pues teniendo su propio acuario, obvio — dijo Connor

—Obviamente Percy ¿Qué más podría hacer?— dijo Leo negando con la cabeza

—Claro, no sé por qué no se me ocurrió— comentó Percy encogiéndose de hombros

Sí —dijo—. Es adonde vamos.

Esther los dejó en la entrada principal, donde ya se estaba formando cola. Insistió en darles su número de móvil por si tenían una emergencia, dinero para el viaje de vuelta en taxi al Centro Carter

—Que persona tan increíble — dijo Sally —espero que hayan dado las gracias correctamente

Percy asintió —Eso creo

—Espero que sí hayan sido suficientes gracias— dijo Frank

—También yo— dijo Percy

y un tarro de mermelada de melocotón casera que por algún motivo guardaba en una caja en el maletero. Frank metió el bote en su mochila y le dio las gracias a Esther, que había pasado de llamarlo « cielo» a llamarlo « hijo» .

—Fue alguien muy agradable — dijo Frank

—Y no era un monstruo, que fue lo mejor— señaló Katie

—Eso definitivamente le agregó un plus— coincidió Percy

—Ojalá que le haya ido bien— comentó Frank

Cuando la anciana se marchó, Frank dijo:

¿Toda la gente en Atlanta es tan simpática?

Hedge gruñó.

Espero que no. Si son simpáticos, no puedo pelearme con ellos.

—En eso tiene un punto — señaló Travis

—Claro, no lo consideramos— dijo Leo

—Y obviamente no podía pasar el tiempo sin pelearse— comentó Percy

—No es agradable pasar tiempo sin pelear— bromeó Connor

Vamos a machacar tiburones ballena. ¡Parecen peligrosos!

—Pero no lo son — dijo Zoé

—Pero se llaman tiburones por algo— dijo Connor

—No sé, creo que Connor tiene un punto— asintió Leo

—Que se llame tiburón no lo hace peligroso— señaló Annabeth

—¿Te acercarías a alguien que se llama tiburón?— preguntó Connor

—Ni siquiera voy a contestar eso— dijo Annabeth

A Percy no se le había pasado por la cabeza que podrían tener que pagar para entrar o hacer cola detrás de un montón de familias y niños de campamentos de verano.

—Pues no creo que te dejen pasar nada más diciendo tu nombre — bromeó Rachel

—Pero sin duda estaría genial— señaló Leo

—Lo bueno fue que nos dejaron pasar— comentó Frank

—Depende de como definas "bueno"— dijo Percy

Al mirar a los escolares de primaria, con sus camisetas de vivos colores de diversos campamentos de día, a Percy le entró tristeza. En esos momentos él debería estar en el Campamento Mestizo, instalándose en su cabaña para pasar el verano,

—Escapándote con Annabeth a algún lugar — dijo Miranda

—Traumando a otras personas que no fuera a nosotros— bromeó Piper

—Haciendo enojar a alguien— dijo Thalia

—Desobedeciendo las reglas— dijo Leo

Quirón negó con la cabeza

—Ya sabes, lo de siempre— asintió Travis

—Bueno, muchas gracias chicos— dijo Percy

dando clases de esgrima en la palestra o planeando bromas para otros monitores. Aquellos chicos no tenían ni idea de lo demencial que podía ser un campamento de verano.

—No le digas demencial a nuestro campamento demencial — dijo Travis

—Fíjate como hablas de nuestro demencial campamento— bromeó Miranda

—Lo siento— dijo Percy riendo —voy a tener más cuidado

Dejó escapar un suspiro.

Bueno, supongo que nos toca hacer cola. ¿Alguien tiene dinero?

Frank revisó sus bolsillos.

Tres denarios del Campamento Júpiter. Cinco dólares canadienses.

—Roben un banco y les alcanza — dijo Connor

—Bueno, traen denarios, tal vez eso sirva— señaló Artemisa

—Y traen tres— dijo Apolo —el tres siempre es la cantidad correcta

Hedge se tocó sus pantalones cortos de deporte y sacó lo que encontró.

Tres monedas de un cuarto de dólar, dos de diez centavos, una goma elástica y … ¡premio! Un trozo de apio.

—Cuando encuentras regalos de ti para ti — bromeó Katie

—Son los mejores momentos— asintió Percy

—Yo siempre encuentro regalos de mí para mí— bromeó Leo

—No cuenta porque tu cinturón es mágico— señaló Piper

Empezó a masticar el apio, mirando detenidamente las monedas y la goma elástica como si fueran las siguientes.

Estupendo —dijo Percy.

—Probablemente eran los siguientes — señaló Grover

—Las monedas lo entiendo, pero ¿La goma elástica? ¿No sería muy difícil de comer?— preguntó Leo

—No después de unas mordidas— comentó Grover —pero a los sátiros bebés no se les da hasta los dos años

—Suena como que la goma elástica es peligrosa, no la coman— señaló Travis

Él no tenía nada en los bolsillos salvo su bolígrafo/espada Contracorriente. Estaba planteándose si podían colarse de alguna forma cuando una mujer con una camiseta azul y verde del Acuario de Georgia se acercó a ellos luciendo una sonrisa radiante.

¡Ah, visitantes VIP!

—Eso para que veas sí suena como a malas noticias — señaló Apolo

—Pero son visitantes VIP, no cualquiera— comentó Leo

—Definitivamente no— dijo Percy

—Espero que valga la pena el precio VIP— dijo Miranda

—No mucho, en realidad— murmuró Percy

Tenía unas alegres mejillas con hoyuelos, gafas de montura gruesa y el cabello moreno ensortijado recogido a los lados en unas coletas, de forma que aunque probablemente frisaba los treinta, parecía una colegiala empollona: mona pero rara.

—Oye, las personas raras son las que mejor conversación tienen — señaló Rachel

—Sí, pero no cuando son así— dijo Percy

—bueno, al entrenador le estaba gustando su charla— comentó Frank

—Sí, pero porque hablaba de como matar y esas cosas— dijo Percy

Aparte de la camiseta, llevaba unos pantalones oscuros y unas zapatillas de deporte negras, y caminaba dando brincos como si no pudiera contener su energía. Su placa de identificación rezaba: KATE.

—Muy parecido, así que voy a decir que es un bonito nombre — dijo Katie

—No te va a gustar cuando sepas su nombre— comentó Percy

—Bueno, ya nos hiciste spoiler— dijo Leo

—Técnicamente no cuenta como spoiler porque era obvio que no iba a ser quien dice ser— señaló Chris

—Exacto— asintió Percy

Veo que tenéis el dinero de la entrada —dijo—. ¡Excelente!

¿Qué? —preguntó Percy.

Kate recogió los tres denarios de la mano de Frank.

—Bueno, excelente — suspiró Poseidón

—No, como es media cara la entrada VIP— comentó Leo —se cancela la visita al acuario

Varios de los chicos se quejaron como si sí hubiera estado planeando una visita al acuario

Sí, está bien. ¡Por aquí!

Se dio la vuelta y se fue trotando hacia la entrada principal. Percy miró al entrenador Hedge y a Frank.

¿Una trampa?

Probablemente —dijo Frank.

—Obviamente — dijo Annabeth

—Lo de siempre— asintió Percy —pero necesitábamos la información

—Sí, eso también es lo de siempre— dijo Thalia

No es mortal —señaló Hedge, oliendo el aire—. Seguramente es un demonio del Tártaro que se dedica a devorar cabras y liquidar semidioses.

Sin duda —convino Percy.

—Parece posible — dijo Chris

—O se los da de comer a los tiburones ballena— señaló Connor

—Los tiburones ballena no comen semidioses— dijo Zoé —comen plancton

—¿Cómo lo sabes? ¿Eres un tiburón ballena?— preguntó Connor

Zoé abrió y cerró la boca —No, pero…

—No hay argumento válido, gané— dijo Connor triunfalmente

Annabeth rodó los ojos —Esos argumentos ni siquiera tienen validez

—Lo sé— dijo Percy riendo

Genial —Hedge sonrió—. Vamos.

Kate consiguió que se saltaran la cola y entraran en el acuario sin problemas.

Por aquí —Kate sonrió a Percy —. Es una exhibición maravillosa. No quedaréis decepcionados. Es muy raro que recibamos visitantes VIP.

—Bueno para los semidioses, malo para el acuario— dijo Travis

—Claro, no va a recibir el suficiente presupuesto— comentó Leo

—Yo creo que eso no era problema— señaló Percy

—De ninguna manera lo era— dijo Frank

¿Se refiere a semidioses? —preguntó Frank.

Kate le guiñó el ojo de forma pícara y se llevó un dedo a los labios.

Aquí está el sector de agua fría, con pingüinos, belugas y todos esos bichos.

—Claro, increíble visita guiada— dijo Miranda

—Las belugas están bonitas— comentó Katie —¿Te parece si tenemos una parte especial en nuestro zoológico?

—Me parece una idea maravillosa— asintió Zoé

—Ese zoológico va a estar increíble— señaló Travis —unicornios, tiburones, pandas, belugas

—Y los que faltan— añadió Katie

Y aquí… bueno, eso de ahí son peces, obviamente.

—Obvio— dijo Connor

—¿Qué más iban a ser? ¡Duh!— dijo Leo

—como cuando odias tu trabajo, pero tienes que trabajar— señaló Piper

—No, nada más odiaba una parte de su trabajo— comentó Percy

—La parte normal— dijo Frank

Para ser una empleada del acuario, no parecía saber mucho ni estar muy interesada en los peces más pequeños. Pasaron por delante de un enorme depósito lleno de especies tropicales, y cuando Frank señaló un pez en concreto y preguntó qué era, Kate dijo:

Ah, esos son los amarillos.

—O sea, ¿Quién no conoce a los peces amarillos?— preguntó Travis

—Obvio Frank, eso no se pregunta— dijo Connor

—Y los de color azul eran los peces azules— señaló Percy

—No nos lo hubiéramos imaginado jamás— dijo Thalia

—Para que aprendan sobre peces— asintió Leo

Pasaron por delante de la tienda de regalos. Frank redujo la marcha para echar un vistazo a una mesa de saldos con ropa y juguetes.

Coge lo que quieras —le dijo Kate.

—Eso también podría ser una trampa— comentó Bianca

—Pues sí, pero puedes encontrar cosas geniales— señaló Leo

—Si es una trampa no tanto— dijo Calipso

—Una trampa más, una trampa menos— bromeó Leo encogiéndose de hombros

Frank parpadeó.

¿De verdad?

¡Claro! ¡Eres un visitante VIP!

Frank vaciló. Acto seguido, se metió unas camisetas de manga corta en la mochila.

—Pues claro, básicamente te dijo que es gratis— señaló Connor

—Eso no lo vamos a tener en nuestro zoológico— comentó Katie —tendríamos más pérdidas que ganancias

—Definitivamente no— coincidió Zoé

—Eso es muy grosero— comentó Travis

¿Qué haces, colega? —dijo Percy.

Ha dicho que podía coger lo que quisiera —susurró Frank—. Además, necesito ropa. ¡No cogí suficientes cosas para un viaje tan largo!

Frank se sonrojó

—Si no eres un dios, siempre debes llevar ropa como si estuvieras un año fuera— señaló Apolo

—Nunca hay suficiente ropa— asintió Afrodita

—Y además es gratis— dijo Connor

—Pues sí— murmuró Frank

Se hizo también con una bola de cristal con nieve, un objeto que a Percy no le pareció una prenda de ropa.

—Bueno déjalo, todo es gratis— señaló Apolo

—Pero se veía muy linda— comentó Frank

—Es lo importante— asintió Piper

Luego Frank cogió un cilindro trenzado del tamaño aproximado de una barra de caramelo.

Lo miró entornando los ojos.

¿Qué es…?

Unas esposas chinas —dijo Percy.

—No puede ser— murmuró Frank

Los chicos del Argo II trataron de no reírse

Frank, que era canadiense chino, se mostró ofendido.

¿Cómo que chinas?

No lo sé —dijo Percy —. Se llaman así.

—Yo no soy nadie para decirle cómo llamar a esas esposas— comentó Percy

—Pero debemos admitir que son muy divertidas— dijo Connor —útiles para muchos tipos de bromas

—O trampas— murmuró Annabeth para sí misma

—No me parecieron tan divertidas— se quejó Frank

Los del Argo le dieron una mirada de simpatía

Es una especie de objeto de broma.

¡Vamos, chicos! —gritó Kate desde el otro lado del pasillo.

Luego te lo enseño —prometió Percy.

—O no— murmuró Percy con una sonrisa a Frank

—Pues como que no cumpliste eso— dijo Piper

—Es que era una clase para muuucho más adelante— señaló Percy

—Para cuando ya descubriera como se usan— dijo Piper

—Más vale tarde que nunca— dijo Percy

—Pero no me enseñaste a usarlas— comentó Frank

Frank metió las esposas en la mochila y siguieron andando.

Cruzaron un túnel acrílico. Por encima de sus cabezas nadaban los peces, y Percy sintió que un pánico irracional le subía por la garganta.

—Ya no quiero que pasen mis pensamientos— se quejó Percy

—Como que no tienes mucha opción, sesos de alga— señaló Thalia

« Es ridículo —se dijo—. He estado bajo el agua un millón de veces. Y ni siquiera estoy en el agua» .

—Bueno, pero sí puede dar miedo estar rodeado de agua, aunque no te esté tocando— señaló Rachel

—Por supuesto que sí, cualquier persona puede pensar en que se le caiga todas esas toneladas de agua— dijo Thalia

—Y vaya que sí— asintió Miranda —sí daría miedo

—Definitivamente— dijo Leo

La auténtica amenaza era Kate, se recordó a sí mismo. Hedge había detectado que no era humana. En cualquier momento podía convertirse en una criatura horrible y atacarles.

—Probablemente— dijo Chris

—Y eso sería un problema— dijo Thalia

—Uno chiquito— bromeó Percy

—Claro que sí— murmuró Frank

Lamentablemente, Percy no veía muchas opciones salvo seguir con la visita hasta que encontraran al dios del mar Forcis, aunque se estuvieran internando cada vez más en una trampa.

Fueron a dar a una sala de observación bañada de luz azul.

—La luz azul le daba otro toque— dijo Percy

—Como a agua, yo creo— dijo Travis

—Agua profunda—asintió Percy

—Sí claro, suena realmente genial— dijo Thalia

Al otro lado de un muro de cristal estaba el acuario más grande que Percy había visto en su vida. Docenas de peces grandes nadaban dando vueltas, incluidos dos tiburones moteados el doble de grandes que Percy. Eran gruesos y lentos, y tenían la boca abierta sin dientes.

Tiburones ballena —gruñó el entrenador Hedge—. ¡Lucharemos a muerte!

—Por más que no tengan dientes, yo no me enfrentaría a uno de esos— dijo Connor

—Y porque no tiene dientes es que no pueden comer semidioses— replicó Zoé

—No, no, no, ya pasó el tiempo de argumentación— señaló Connor

—Pero ella tiene razón— añadió Miranda

—Pero ya pasó el tiempo de los argumentos y hay que respetar— dijo Connor

—¿Por qué te metes tanto con ella?— preguntó Miranda en voz baja

—Porque todavía es muy pronto para fastidiar a mi sobrina— bromeó Connor mirando a Silena

Kate se rió entre dientes.

Sátiro bobo. Estos tiburones son pacíficos. Comen plancton.

—Cada día se aprende algo nuevo— señaló Travis

—Ya nos lo había dicho Zoé— comentó Katie

—Obviamente ganó— señaló Percy

—Obviamente—asintió Leo

Percy frunció el entrecejo. Se preguntó cómo sabía Kate que el entrenador era un sátiro. Hedge llevaba unos pantalones y unas zapatillas especiales que tapaban sus pezuñas, como solían hacer los sátiros para mezclarse con los mortales.

—Tal vez de la misma forma que el entrenador sabe que ella no es humana— comentó Thalia

—Eso tiene sentido ahora que lo dices— asintió Percy

—Pues claro— dijo Thalia

Su gorra le ocultaba los cuernos. Cuanto más se reía Kate y más cordial se mostraba, menos le gustaba a Percy, pero el entrenador parecía imperturbable.

¿Tiburones pacíficos? —dijo Hedge, indignado—. ¿Qué sentido tienen?

—Tiene un punto— asintió Connor

—La mayoría son pacíficos a menos que los ataquen antes— comentó Poseidón —y nadie debería hacerlo

—No me metería con un tiburón— dijo Travis —hay limites

—Definitivamente— asintió Rachel

Frank leyó la placa que había al lado del tanque.

Los únicos tiburones ballena en cautividad del mundo —dijo, cavilando—.Increíble.

—Pues según lo dicho hace rato, parece que les mintieron— comentó Hazel con una sonrisa

—Eso parece— dijo Frank con una mueca

—De cualquier manera no era nada creíble ese acuario— dijo Percy

Sí, y estos son pequeños —dijo Kate—. Deberías ver a algunos de mis nenes en estado salvaje.

¿Sus nenes? —preguntó Frank.

—Eso de "sus nenes" no suena bien— dijo Apolo

—Definitivamente era malo— dijo Percy

—Muy malo— coincidió Frank

Por el brillo pícaro de los ojos de Kate, Percy estaba seguro de que no le interesaba conocer a los nenes de Kate.

—Nos damos cuenta— dijo Hermes

—Podía seguir viviendo sin conocer a sus bebés— asintió Percy

—Habría estado muy bien— dijo Frank

Decidió que era el momento de ir al grano. No quería adentrarse más en el acuario.

Bueno, Kate, estamos buscando a un tío…, digo, a un dios llamado Forcis —dijo—. ¿Lo conoce por casualidad?

—Super casual todo— asintió Miranda

—Claro, como debe ser— dijo Percy

—La sutilidad ante todo— dijo Thalia —Como siempre— comentó Percy

—Claro, así debe de ser— dijo Leo

Kate resopló.

¿Que si lo conozco? Es mi hermano.

—Claro que sí— suspiró Poseidón

—Sí, supongo que bajo esas condiciones es lógico que lo conozca— dijo Katie

—Así no esperaría que no se conocieran— comentó Apolo

—Bueno es un avance, puede que sí obtengan la información que estaban buscando— dijo Deméter

Es adonde vamos, tontos. Los ejemplares más interesantes están al otro lado. Señaló la pared del fondo. La sólida superficie negra se onduló, y apareció otro túnel que llevaba a través de un luminoso tanque morado.

—No me gustó cómo se atrevía a tener esos ejemplares— masculló Percy

—pero es un acuario— señaló Katie

—Pero los acuarios ayudan para los peces y todo, pero los ejemplares que ella tenía en la parte VIP— dijo Percy negando con la cabeza —eso no se dbería hacer

—Fue mucho— asintió Frank

Kate entró sin prisa. Lo último que Percy quería hacer era seguirla, pero si Forcis estaba realmente al otro lado, y si disponía de información útil para su misión… Respiró hondo y penetró en el túnel detrás de sus amigos.

—No les quedaba como mucha opción— comentó Rachel

—Como ninguna, en realidad— dijo Bianca

—Definitivamente no— dijo Percy con una mueca

—Habría estado bien que hubiera opciones— asintió Frank

—Sí, eso no pasa— dijo Leo

Nada más entrar, el entrenador Hedge silbó.

Esto sí que es interesante.

Encima de ellos se deslizaban medusas multicolores del tamaño de cubos de basura,

—Suenan increíbles— dijo Miranda

—Se veían muy geniales— asintió Percy

—No podemos negar eso— comentó Frank

con cientos de tentáculos como alambres de espino cubiertos de púas.

—Y peligrosas— señaló Katie

—Tampoco podemos negar eso— dijo Percy

—Traten de no acercarse a ellas— comentó Apolo

—Están en un acuario, no es como que las medidas puedan salir— dijo Hermes

—Con estos niños nunca sabes— señaló Apolo

Una medusa había paralizado entre sus apéndices a un pez espada de tres metros de largo. Poco a poco, la medusa iba envolviendo cada vez más fuerte a su presa con sus zarcillos.

—Debemos admitir que suena increíble— señaló Chris

—Sí, mejor no la conozcan tan de cerca— dijo Rachel

—No estaba en nuestros planes— dijo Percy

Kate sonrió al entrenador Hedge.

¿Lo ves? ¡Olvídate de los tiburones ballena! Y todavía no has visto nada.

—Bueno, genial— dijo Travis

—Era cierto que no habíamos visto nada— masculló Percy

—Y las cosas que vinos no estuvieron bien— comentó Frank

—prefería quedarme con los tiburones ballena— dijo Percy

Kate los llevó a una sala todavía más grande, llena de más acuarios. En una pared, un letrero de vivo color rojo proclamaba: « ¡MUERTE EN AGUAS PROFUNDAS! Patrocinado por Monster Donut» .

—No compren en Monster Donut, gracias— dijo Percy

—Pero, dijiste que le ibas a comprar donuts a Blackjack— señaló Piper

—Sí, pero de otras donuts— dijo Percy —unas donuts mejores

—Eso lo aclara, gracias— asintió Piper

Percy tuvo que leer el letrero dos veces debido a su dislexia, y otras dos veces más para asimilar el mensaje.

¿Monster Donut?

Sí —dijo Kate—. Una de nuestras empresas patrocinadoras.

—Nunca pensé que vería algo así— murmuró Frank

—Tampoco yo— dijo Percy —y realmente no quisiera volver a verlo

—De ninguna manera— coincidió Frank

Percy tragó saliva. Su última experiencia con Monster Donut no había sido muy agradable. El episodio en cuestión había incluido cabezas de serpiente que escupían ácido, muchos gritos y un cañón.

—Todos nos acordamos— asintió Travis

—Por supuesto, que mi hija fue la que los salvó— señaló Ares muy arrogante

Clarisse hizo exactamente la misma expresión arrogante

—Otra de las veces que se escaparon— dijo Thalia

—Lo dices como si nos la pasaramos escapándonos— comentó Percy

—Creo que es porque lo hacen— dijo Thalia

En un acuario, una docena de hipocampos —caballos con colas de pez— vagaban sin rumbo. Percy había visto muchos hipocampos en su hábitat natural. Incluso había montado unos cuantos, pero nunca había visto uno en un acuario.

—Porque ellos deben ser libres— masculló Poseidón

—¿Por qué los encerró?— preguntó Tyson con indignación

—Porque quería que fueran parte de su colección— murmuró Percy

Trató de hablar con ellos, pero las criaturas se limitaban a flotar y a chocarse de vez en cuando contra el cristal. Parecía que tuvieran el cerebro embotado.

Esto no está bien —murmuró Percy.

—Por supuesto que no— dijo Grover horrorizado

—Son unas criaturas bonitas, no les pueden hacer eso— dijo Tyson tristemente

—Ya sé, pero ellos creían que les pertenecían— se quejó Percy

Se volvió y vio algo aún peor. En el fondo de un tanque más pequeño, dos nereidas —espíritus del mar femeninos— se hallaban sentadas con las piernas cruzadas, la una de cara a la otra, jugando una partida de cartas.

Percy apretó los puños con enojo

—¿Cómo puede hacer algo así?— dijo Katie con una mueca

—Ellas definitivamente no deberían estar encerradas— dijo Poseidón

Varios de los chicos también miraron el libro con una mueca

Parecían muertas de aburrimiento. Sus largos cabellos verdes flotaban lánguidamente alrededor de sus caras. Sus ojos estaban medio cerrados. Percy se sintió tan furioso que empezó a respirar con dificultad. Lanzó una mirada fulminante a Kate.

—Tampoco es como que le haya importado mucho— dijo Percy

—Definitivamente no lo hacía— dijo Frank

—Pero qué horror— murmuró Katie

¿Cómo pueden tenerlas ahí?

Lo sé —Kate suspiró—. No son muy interesantes.

—No me refería a eso— masculló Percy como si Kate estuviera en la sala de Trono

Hemos intentado enseñarles algunos trucos, pero no hemos tenido suerte. Creo que este tanque de aquí te gustará mucho más.

Percy comenzó a protestar, pero Kate ya había echado a andar.

—Lo peor es que todavía la necesitan— dijo Katie

—Pequeño detalle— dijo Travis

—No nos quedaba de otra— comentó Percy con una mueca

¡Santa madre de las cabras! —gritó el entrenador Hedge—. ¡Fijaos en esas preciosidades!

Estaba mirando con la boca abierta a dos serpientes de mar: unos monstruos de diez metros de largo con brillantes escamas azules y mandíbulas que podrían haber partido por la mitad a un tiburón ballena.

—Eran preciosas— admitió Frank —pero tampoco tenían que estar ahí

—Es que en los acuarios normales se entiende, pero esas son criaturas que nada más están ahí como trofeo— masculló Miranda

—Y que lo digas— murmuró Grover

En otro tanque, asomado a su cueva de cemento, había un calamar del tamaño de un camión de dieciocho ruedas, con un pico del tamaño de una cizalla gigante.

—Entonces es verdad los mitos de esa cosa gigante— señaló Travis

—Definitivamente es verdad— asintió Percy

—No me gustaría encontrarme para nada con esa criatura— dijo Travis

Un tercer tanque contenía una docena de criaturas humanoides con lustrosos cuerpos de foca, caras de perro y manos humanas.

Zoé hizo una mueca, tal vez debería sentirse mal porque estuviera encerrado, pero no lo hacía, un telekhine fue el primer monstruo que mató después de que los atacara, y les guardaba un odio un poquito irracional

Estaban sentadas en la arena del fondo, construyendo cosas con Lego, aunque parecían tan atontadas como las nereidas.

¿Son…? —Percy se esforzó por formular la pregunta.

¿Telquines? —dijo Kate—. ¡Sí! Los únicos que existen en cautividad.

—Vaya— murmuró Bianca

—No les recomiendo las entradas VIP— bufó Percy

—Ni siquiera debería estar abierta una sección VIP— comentó Grover

¡Pero lucharon para Cronos en la última guerra! —dijo Percy —. ¡Son peligrosos!

Kate puso los ojos en blanco.

Bueno, no podría llamarse « Muerte en aguas profundas» si las criaturas expuestas no fueran peligrosas.

—En eso tiene un punto— admitió Hermes

—Pero pues peligrosos no se veían— comentó Frank

—Ni creo que hubiera manera de que lo fueran con lo que sea que les estaban dando— dijo Percy

No te preocupes. Los mantenemos bien sedados.

¿Sedados? —preguntó Frank—. ¿Es legal?

—Por supuesto que no— bufó Grover

—Kate mala— dijo Tyson negando con la cabeza

—Pero de cualquier manera ¿Quién los detendría? No es como que la policía mortal pueda llegar— comentó Rachel

—Eso es cierto— dijo Will

Kate no pareció haberle oído. Siguió andando, señalando a otras criaturas. Percy miró atrás, a los telquines. Saltaba a la vista que uno era joven. Estaba intentando hacer una espada con Lego, pero parecía demasiado aturdido para unir las piezas. A Percy nunca le habían gustado los demonios marinos, pero allí le dieron lástima.

—No se merecen estar así, por supuesto atacan semidioses, pero…— murmuró Percy

—Entendemos el punto— asintió Travis

—Yo creo que se pueden quedar ahí— murmuró Zoé para sí misma

Y estos monstruos marinos —explicó Kate más adelante— pueden alcanzar los ciento cincuenta metros de longitud en las profundidades del mar. Tienen más de mil dientes. ¿Y estos? Su comida favorita son los semidioses…

—Esos no nos gustan— dijo Leo

—No son los que uno quisiera ver— admitió Connor

—Y ojalá no se haya alimentado pronto, al menos no de semidioses— dijo Katie

—Eso también lo esperábamos nosotros— asintió Frank

¡¿Semidioses?! —gritó Frank.

Pero también comen ballenas o barcos pequeños —Kate se volvió hacia Percy y se ruborizó—. Lo siento… ¡me pirran los monstruos! Seguro que tú ya sabes todo eso, siendo hijo de Poseidón y todo eso.

—No sabía, pero no se lo iba a decir— bufó Percy

—Obviamente no— dijo Thalia

—Tiene que pensar que todo eso ya lo sabes, nadie la puede sacar de su error— dijo Leo

—Y eso de que te llamara "hijo de Poseidón" sin haberle dicho…— señaló Apolo —mejos no la hagan enojar

A Percy le resonaban los oídos como alarmas. No le gustaba lo que Kate sabía de él. No le gustaba la forma despreocupada en que hablaba de las criaturas en cautividad drogadas ni de a cuál de sus « nenes» le gustaba devorar semidioses.

—Definitivamente no— dijo Piper

—A la sección VIP jamás iría— dijo Miranda

—No, no habría forma— coincidió Rachel

¿Quién es usted? —preguntó—. ¿« Kate» significa algo?

¿Kate? —se quedó momentáneamente confundida. A continuación miró su placa de identificación—. Ah… —se rió—. No, solo es…

—Sí, creo que no significa algo— comentó Apolo

—Parecía que no lo hacía— dijo Percy encogiéndose de hombros

—Un error obviamente— dijo Atenea rodando los ojos

¡Hola! —dijo una nueva voz, resonando a través del acuario.

Un hombrecillo salió a toda prisa de la oscuridad. Andaba de lado con las piernas arqueadas como un cangrejo, la espalda encorvada y los brazos levantados a los lados, como si estuviera sujetando unos platos invisibles.

—Siempre ha tenido esa rara forma de andar— dijo Apolo

—Siempre ha sido medio rarito— asintió Hermes

—Bueno, ahora lo sabemos— dijo Percy

Tenía puesto un traje isotérmico de unos horribles tonos verdes. En un costado llevaba estampadas unas relucientes palabras plateadas que rezaban: LAS LOCURAS DE PORKY.

—¿Cómo el de las caricaturas?— preguntó Travis

—Como ese— asintió Percy

—Pero supongo que no fue tan divertido como el de las caricaturas— dijo Rachel

—Supones bien— dijo Percy — fue horrible

Tenía unos auriculares con micrófono sujetos por encima de su grasoso pelo tieso. Sus ojos eran de un azul lechoso, y tenía uno más alto que el otro. A pesar de sonreír, no resultaba amistoso; más bien parecía que la cara se le estuviera sacudiendo hacia atrás en un túnel aerodinámico.

—Y tampoco suena amigable— dijo Miranda

—Y de hecho no creo que lo sea— comentó Rachel

—Sería algo muy raro que lo fuera— coincidió Percy

¡Visitantes! —dijo el hombre, y la palabra tronó por el micrófono. Tenía una voz de disc-jockey, grave y resonante, que no se correspondía para nada con su aspecto—. ¡Bienvenidos a LAS LOCURAS DE FORCIS!

—Ah, no era Porky— dijo Connor

—Pues loco sí parecía— comentó Percy

—Eso no se puede negar— dijo Frank

Movió los brazos en una dirección, como si quisiera dirigir su atención hacia una explosión. No pasó nada.

—Problemas técnicos— dijo Leo

—¡Producción, producción!— gritaron los Stoll

—Ya sabes, si quieres que las cosas se hagan bien las tienes que hacer tu mismo— señaló Leo

—Creo que sí lo hizo él mismo—dijo Percy

Maldita sea —masculló el hombre—. ¡Telquines, esa es vuestra señal! Yo muevo los brazos y vosotros saltáis con energía en el acuario, hacéis una doble voltereta sincronizada y caéis en formación de pirámide. ¡Lo hemos ensayado!

—Las dobles volteretas sincronizadas son difíciles— señaló Apolo

—Por favor que no nos pida ensayar volteretas sincronizadas— susurró Will

—Algún día voy a enseñarles como se hacen— dijo Apolo

Jason y will compartieron una mirada horrorizada

Los demonios marinos no le hicieron caso.

El entrenador Hedge se inclinó hacia el hombre cangrejo y olió su reluciente traje isotérmico.

Bonito conjunto.

—Pero pues cada quien— dijo Leo

—Algo así es un horror para la moda— dijo Afrodita escandalizada

—La verdad es que estoy de acuerdo— coincidió Percy

No parecía que estuviera bromeando. Claro que el sátiro vestía chándales por gusto.

—Claro— dijo Leo

—Debió ser por eso— dijo Connor

—Explicaba muchas cosas— asintió Percy

¡Gracias! —el hombre sonrió—. Soy Forcis.

Frank cambió el peso de un pie al otro.

¿Por qué en su traje pone Porky ?

—Una pregunta qué todos nos hacíamos— dijo Piper

—Es el tipo de pregunta que no te deja dormir por las noches— señaló Leo

—Tenía muchísima curiosidad— admitió Percy

—Gracias a Frank por hacer la pregunta que todos queríamos haces— asintió Travis

Forcis gruñó.

¡Estúpida empresa de uniformes! No saben hacer nada bien.

Kate señaló su placa de identificación.

Yo les dije que me llamaba Keto, pero escribieron « Kate» .

—Bueno ¿Quien iba a pensar que esos nombres son reales?— preguntó Miranda

—Hay nombres raros— señaló Thalia

—Pero ese ya es otro nivel de rareza— dijo Leo

Mi hermano… ahora es Porky.

¡No lo soy ! —le espetó el hombre—. Y, además, el nombre tampoco queda bien con « locuras» . ¿Qué clase de espectáculo se llamaría « Las locuras de Porky » ? Pero no habéis venido a oír nuestras quejas.

—Al menos se dio cuenta— dijo Hermes

—Más vale tarde que nunca— asintió Connor

¡Contemplad la extraordinaria majestuosidad del gigantesco calamar asesino!

Señaló de forma teatral el acuario del calamar. Esa vez unos fuegos artificiales se dispararon delante del cristal en el momento preciso y lanzaron géiseres de chispas doradas.

—Ya no le falló la producción— señaló Leo

—Pero no pasó exactamente lo que quería— comentó Frank

—No había manera de que pasara por cómo los trataba— dijo Percy

Salió música de los altavoces. Las luces se volvieron más intensas y desvelaron la extraordinaria majestuosidad de un tanque vacío. Al parecer, el calamar se había vuelto a esconder en su cueva.

¡Maldita sea! —gritó Forcis de nuevo.

—Una lastima — resopló Katie

—Sí bueno, que les diga la información y ya— dijo Thalia

—Ojalá solo hubiera sido así— comentó Percy

Se volvió contra su hermana—. Keto, tenías que encargarte de adiestrar al calamar. Juegos malabares, te dije. Tal vez algún descuartizamiento para el final. ¿Es mucho pedir?

—Tenías un solo trabajo, Keto — dijo Leo negando con la cabeza

—Y aún así lograste arruinarlo— dijo Travis

Es tímido —dijo Keto, a la defensiva—. Además, cada tentáculo tiene sesenta y dos púas como cuchillas que hay que afilar a diario —se volvió hacia Frank—. ¿Sabías que el calamar monstruoso es famoso porque come semidioses enteros, con armadura incluida, sin indigestarse? ¡De verdad!

—Podía seguir viviendo sin saberlo — murmuró Connor

—En mi vida quiero volver a ir al mar— dijo Miranda

—Ay, no te vimos muy insatisfecha en el viaje— señaló Katie riendo

Hubo varias risitas y soniditos para molestar. Connor y Miranda se sonrojaron

—¿Y así quieres que no le tenga precaución al mar?— preguntó en voz baja Bianca

—No nos encontramos con ningún monstruo ¿Verdad?— respondió Charles

Bianca resopló

Frank se apartó de ella dando traspiés y llevándose las manos a la barriga, como para asegurarse de que seguía intacto.

—Es importante asegurarse — dijo Travis

—Imagínate encontrarte con uno de esos, no vives para contarlo — señaló Rachel

—Prefiero nunca encontrarme con uno de esos — dijo Will

¡Keto! —soltó Porky, haciendo chasquear sus dedos como las pinzas de un cangrejo—. Vas a aburrir a nuestros invitados con tanta información. ¡Menos explicaciones y más entretenimiento! Ya lo hemos hablado.

—Pues ese entretenimiento no me pareció entretenido — masculló Percy

—Eso es lo peor que puede pasarle a un entretenimiento— dijo Leo

—Espero que por esa falta de entretenimiento clausuren ese acuario— dijo Percy

—Ojalá— asintió Grover

Pero…

¡No hay peros que valgan! ¡Estamos aquí para presentar « Muerte en aguas profundas» ! ¡Patrocinado por Monster Donut!

—Suena como comercial — dijo Miranda

—Obvio, es su patrocinador, tiene que sonar como director— dijo Travis

—Eso es cierto— comentó Hermes

Las últimas palabras reverberaron a través de la sala con un eco añadido. De repente, se encendieron unas luces. Nubes de humo se elevaron del suelo y crearon unos anillos con forma de dónut que olían a dónuts de verdad.

—Lo mínimamente bueno — murmuró Frank

—Sí olían rico— admitió Percy —pero aún así no quiero volver a ver algo que patrocinen

—Suena como que definitivamente no— dijo Hazel

—Nunca— dijo Percy

A la venta en el puesto de comida —publicitó Forcis—. ¡Pero os habéis gastado los denarios ganados con el sudor de vuestra frente para disfrutar de toda la visita VIP, y así será! ¡Venid conmigo!

—Mejor ya no vayan más adentro — señaló Apolo

—No creo que les quede mucha opción— dijo Poseidón con una mueca

—Ninguna opción de hecho— comentó Artemisa

Esto… un momento —dijo Percy.

La sonrisa de Forcis se deshizo de forma desagradable.

¿Sí?

—No le agradó mucho la interrupción — dijo Katie

—Me di cuenta— asintió Percy

—Pero no le importó— señaló Thalia

—Nop— dijo Percy encogiéndose de hombros

Es usted un dios del mar, ¿verdad? —preguntó Percy —. ¿Un hijo de Gaia?

El hombre cangrejo suspiró.

Cinco mil años, y sigo siendo conocido como un retoño de Gaia.

—Típico — murmuró Apolo

—Está chiquito, solo tiene cinco mil años— dijo Connor

—Un bebé— asintió Miranda

—Por eso lo conocen así— dijo Percy

—Ni modo, así es esto— comentó Leo

Da igual que sea uno de los dioses del mar más antiguos que existen. Más antiguo que el advenedizo de tu padre, por cierto.

Poseidón rodó los ojos

¡Soy el dios de las profundidades ocultas! ¡Señor de los terrores acuáticos! ¡Padre de mil monstruos! Pero no… nadie me conoce. Cometo un error apoyando a los titanes en su guerra y se me destierra del mar… a Atlanta, nada menos.

Calipso resopló

—Pues le tenemos que dar gracias por esos mil monstruos — señaló Leo

—No hay forma de que podamos mostrar cuán agradecidos estamos— dijo Piper con sarcasmo

—Nada sería lo suficientemente grande para hacerlo— dijo Percy

Creíamos que los dioses del Olimpo se referían a la Atlántida —explicó Keto—. Supongo que enviarnos aquí es lo que ellos entienden por una broma.

—Se lo merecían— bufó Zeus

Varios de los presentes miraron a Zeus con cierta ironía

Percy entornó los ojos.

¿Y usted es una diosa?

¡Sí, Keto! —ella sonrió alegremente—. ¡Diosa de los monstruos marinos, naturalmente!

—Obviamente— dijo Travis

—¿Cómo es que no nos dimos cuenta antes?— preguntó Leo

—Ahora que lo dice, creo que era bastante obvio— comentó Rachel

—Es obvio hasta que te lo dicen— asintió Percy

Ballenas, tiburones, calamares y otras formas de vida gigantes, pero siempre he tenido debilidad por los monstruos.

—Así que si quieres tu tiburón vas a tener que rezarle a ella— bromeó Connor mirando a Zoé

—Pero dijo "formas de vida gigantes", yo quiero un tiburón chiquito— señaló Zoé

—Definitivamente esta vez ganó Zoé— señaló Percy

—Definitivamente sí lo hizo— asintió Miranda

Zoé se vió muy satisfecha consigo misma

¿Sabías que las serpientes de mar jóvenes pueden regurgitar la carne de sus víctimas y alimentarse de la misma comida durante unos seis años? ¡De verdad!

—Muy interesante— dijo Miranda

—Es realidad sí es interesante— comentó Perséfone

Los chicos asintieron de acuerdo

Frank seguía tocándose la barriga como si fuera a vomitar. El entrenador Hedge silbó.

¿Seis años? Fascinante.

¡Lo sé!

—Es fascinante y horroroso al mismo tiempo— asintió Leo

—Hay un perfecto equilibrio en eso— dijo Apolo

—Pues sí, pero también podría haber seguido viviendo sin esa información— dijo Katie

Keto sonrió.

¿Y cómo desgarra exactamente la carne de sus víctimas un calamar gigante? —preguntó Hedge—. Me encanta la naturaleza.

Ah, pues…

—Bueno, es una pregunta interesante— admitió Miranda

—El mismo nivel de horror e interés— comentó Calipso

—Sí, creo que se hubieran podido quedar todo el día hablando de eso— dijo Percy

¡Basta! —ordenó Forcis—. ¡Estáis estropeando el espectáculo! ¡Y ahora presenciad la lucha a muerte de nuestras gladiadoras nereidas!

Percy hizo una mueca

Una bola de espejos de discoteca descendió hasta la pecera de las nereidas e hizo danzar el agua con una luz multicolor. Dos espadas cayeron al fondo e hicieron un ruido seco en la arena. Las nereidas no les hicieron caso y siguieron jugando a las cartas.

—Por supuesto que no iban a hacer caso— dijo Hermes

—Obviamente— resopló Poseidón

—Pues me alegro de que no le hicieran caso— dijo Percy

¡Maldita sea!

Forcis pateó el suelo de miró al entrenador Hedge haciendo una mueca.

No hagas caso a Porky. Es un charlatán.

—En eso tiene un punto— asintió Apolo

—Completamente comprensible— dijo Dionisio

Ven conmigo, mi buen sátiro. Te enseñaré unos diagramas a todo color de los hábitos de caza de los monstruos.

¡Magnífico!

—Eso no me parece tan buena idea— señaló Poseidon

—Definitivamente no, es divide y vencerás— dijo Apolo

Antes de que Percy pudiera protestar, Keto se llevó al entrenador Hedge por un laberinto de cristal, dejándolos a Frank y a él solos con el malhumorado dios del mar.

—Muy malhumorado— asintió Frank

—Y que era muy raro— dijo Percy

—Y que lo digas— murmuró Frank

Una gota de sudor cayó por el cuello de Percy. Se cruzó una mirada nerviosa con Frank. Aquello parecía una estrategia para separarlos y vencerlos.

—Definitivamente suena así — dijo Thalia

—Yo lo dije primero— señaló Apolo

—Supéralo— dijo Artemisa

No veía cómo el enfrentamiento podía acabar bien. Una parte de él quería atacar a Forcis en ese momento —por lo menos, eso le brindaría el elemento de la sorpresa—, pero todavía no habían descubierto ninguna información útil.

—Eso podría ser un problema— asintió Apolo

—Y me gusta cuando descubrimos información útil— dijo Percy

—Aunque la información no sea del todo buenas noticias— comentó Annabeth

—Y suele pasar muy seguido— dijo Piper

Percy no estaba seguro de que fuera a volver a ver al entrenador Hedge. Ni siquiera estaba seguro de que fuera a encontrar la salida.

—Definitivamente no— dijo Frank

—Era como un laberinto esa cosa— dijo Percy —y los laberintos tampoco son mis favoritos

—Creo que no son una buena opción— comentó Rachel

—Si se trata de un lugar para un primer beso, sí son una buena opción— dijo Afrodita con una risita

Annabeth y Percy se sonrojaron

Forcis debió de reconocer su expresión.

¡Oh, no pasa nada! —le aseguró el dios—. Keto puede ser un poco aburrida, pero cuidará bien de vuestro amigo. ¡Y, sinceramente, la mejor parte de la visita todavía no ha llegado!

—No nos podemos imaginar cual es la mejor parte de la visita— comentó Miranda

—No se lo imaginen, no hay mejor parte en esa visita— dijo Percy

—Claro que sí, cuando salimos— señaló Frank

Percy trató de pensar, pero estaba empezando a dolerle la cabeza. No estaba seguro de si se debía a la herida del día anterior, a los efectos especiales de Forcis o a las desagradables peroratas de su hermana sobre monstruos marinos.

—O todo eso junto— señaló Thalia

—S+i, creo que todo eso junto— asintió Percy

—También voto que por todo eso junto— comentó Frank

Bueno… —logró decir—. Dioniso nos envía.

Baco —lo corrigió Frank.

Eso.

—Pero se entendió— dijo Percy

—Es lo importante— asintió Apolo

Dionisio rodó los ojos

Percy trató de dominar su irritación. Apenas conseguía acordarse del nombre griego de cada dios. Dos nombres era pedir demasiado.

Varios de los chicos asintieron de acuerdo

—Es mucho pedir— dijo Connor

—Tampoco tengo tanta memoria— dijo Percy

—Di que al menos tienes memoria— bromeó Thalia

—Grosera— masculló Percy

El dios del vino. Como se llame —miró a Forcis—.

—Eso lo simplifica— asintió Leo

—Lo importante es que nos enviaron— asintió Percy

Baco dijo que tal vez usted supiera qué trama su madre Gaia y sus hermanos, los gigantes Efialtes y Oto. Y si por casualidad supiera algo sobre la Marca de Atenea…

—Si no es mucha molestia— dijo Travis

—Espero que no le hayamos causado muchas molestias— resopló Percy

—Probablemente sí lo hiciste— señaló Thalia

—Todos sabemos que sí— dijo Connor

—Gracias— dijo Percy

¿Baco pensó que os ayudaría? —preguntó Forcis.

Sí, bueno —dijo Percy —. Usted es Forcis. Todo el mundo habla de usted.

—Obvio— dijo Leo

—¿Quién no iba a hablar de él?— preguntó Piper

—Obviamente esta no es la primera vez que oímos hablar de él— dijo Miranda

—Ha sido nuestro ídolo— asintió Leo

Forcis ladeó la cabeza de forma que sus ojos desiguales quedaron casi alineados.

Ah, ¿sí?

Por supuesto. ¿Verdad que sí, Frank?

Oh… ¡claro! —dijo Frank—. La gente habla de usted continuamente.

—Hasta cansan de todo lo que hablan de él— asintió Connor

—¿Cómo no hablar de alguien tan increíble?— preguntó Percy con sarcasmo

—No hay manera de no hacerlo— dijo Piper

¿Qué dicen? —preguntó el dios. Frank puso cara de incomodidad.

Pues que tiene usted unos fuegos artificiales estupendos. Y una buena voz de locutor. Y, ejem, una bola de espejos…

—Una bola de espejos muy genial— asintió Leo

—No en todos los lugares encuentras una bola de espejos de esa magnitud— comentó Connor

—En mi vida había visto una bola de espejos tan bonita— señaló Percy

¡Es cierto! —Forcis chasqueó los dedos, entusiasmado—. ¡Y también tengo la colección de monstruos marinos en cautividad más grande del mundo!

Y sabe cosas —añadió Percy —. Por ejemplo, datos sobre los gemelos y lo que traman.

—Lo más importante— dijo Rachel

—Todo así muy profesional y sútil— asintió Apolo

—Tacto y amabilidad— dijo Leo

—Aunque no se lo merecía— comentó Percy

¡Los gemelos! —Forcis hizo que su voz resonara. Unas bengalas se encendieron delante del tanque de la serpiente marina—. Sí, lo sé todo sobre Efialtes y Oto. ¡Menudos imitadores de pacotilla! Nunca congeniaron con los otros gigantes.

—Nos podemos imaginar—dijo Katie

—todos tenemos ese tipo de familiar— dijo Travis

—O a veces simplemente eres el familiar— señaló Piper

—También— asintió Leo

Demasiado enclenques… y esas serpientes que tienen por pies.

¿Serpientes por pies?

Percy recordó los largos zapatos curvados que llevaban los gemelos en su sueño.

—No eran zapatos— señaló Percy

—Ya vimos por que no pueden congeniar con los demás— dijo Katie

—Sí, tampoco me juntaría con alguien que tiene serpientes en vez de pies— comentó Leo

—Las serpientes son horribles— coincidió Apolo

Sí, sí —dijo Forcis con impaciencia—. Sabían que no podían competir con la fuerza de los otros gigantes, así que optaron por el dramatismo: ilusiones, trucos, esas cosas.

—Suena bastante lógico— dijo Connor

—Claro— dijo Percy —lo más lógico del mundo

Gaia dio forma a sus hijos gigantes con unos enemigos concretos en mente. Cada gigante nació para matar a un determinado dios. Efialtes y Oto… formaban una especie de antítesis de Dioniso.

Dionisio bufó —Ni siquiera me llegan a los talones

Percy trató de asimilar la idea.

Entonces… ¿quieren sustituir todo el vino por zumo de arándanos o algo parecido?

—Eso sería saludable para todos— señaló Deméter

—Sería aburrido— dijo Dionisio

—No tengo nada en contra de los zumos de arándanos— dijo Connor

—Pero en realidad sí está mejor el "zumo" de las uvas— dijo Hermes

—Obviamente— asintió Dionisio

El dios del mar bufó.

¡Nada de eso! ¡Efialtes y Oto siempre han querido hacer las cosas mejor, más llamativas, más espectaculares! Por supuesto que querían matar a Dioniso. ¡Pero primero querían humillarlo haciendo que sus fiestas parecieran sosas!

—Como si pudieran lograrlo— dijo Dionisio rodando los ojos

—Todos ellos siempre han sido unos charlatanes— comentó Apolo

—Y es lo único que vana ser— dijo Dionisio

Frank echó un vistazo a las bengalas.

¿Utilizando fuegos artificiales y bolas de discoteca?

La boca de Forcis se estiró y adoptó su sonrisa de túnel aerodinámico.

¡Exacto!

—¿De qué otra manera?— preguntó Travis

—Por supuesto, era lógico— comentó Percy

—Claro, tiene todo el sentido del mundo— dijo Leo

Yo les enseñé todo lo que saben, o por lo menos lo intenté.

—Eso explica muchas cosas— dijo Jason

—Y vaya que sí lo hace porque me parece que no les enseñó bien— dijo Percy

—Estoy completamente de acuerdo contigo— asintió Jason

Ellos nunca me hacían caso. ¿Su primer gran truco? Intentaron llegar al Olimpo apilando una montaña encima de otra. Solo era una ilusión, por supuesto. Yo les dije que era ridículo. « Deberíais empezar por algo pequeño» , les dije. « Serraos por la mitad o sacar gorgonas de un sombrero.

—Claro, eso funcionaría mejor— dijo Katie

—Sobretodo lo de serrarse— asintió Connor

—Habría estado increíble, ese truco sí me hubiera gustado verlo— asintió Percy

—Definitivamente uno de los mejores trucos—dijo Leo

Esa clase de cosas. Y unos trajes con lentejuelas a juego. ¡Los gemelos los necesitan!»

—Eso es cierto— dijo Apolo

—Cállate Apolo— dijo Artemisa

—No vamos a usar lentejuelas a juego— advirtió Thom a Helena

—Todavía— murmuró Helena

Muy buen consejo —convino Percy —. Y ahora los gemelos están…

Preparándose para su espectáculo de destrucción en Roma —dijo Forcis con tono de mofa—. Es una de las ridículas ideas de madre.

—Por supuesto que ridículas— dijo Hermes

—Obviamente era su idea, esos bufones no podrían pensar en algo mejor— mencionó Dionisio

—No habrían sido tan inteligentes para planearlo— dijo Apolo

Tienen metido a alguien en una gran vasija de bronce —se volvió hacia Frank—. Tú eres hijo de Ares, ¿verdad? Desprendes ese olor. En una ocasión los gemelos encerraron a tu padre de la misma forma.

Todos los que no sabían voltearon a ver a Ares con completa incredulidad, Ares masculló una maldición en griego no apta para todos los niños que estaban ahí

Hijo de Marte —le corrigió Frank—. Un momento… ¿Esos gigantes atraparon a mi padre en una vasija de bronce?

Sí, otro truco estúpido —dijo el dios del mar—.

—Nunca volvió a ser el mismo— comentó Apolo

—Cállate Apolo— bufó Ares

—Nunca volvió a ser el mismo— gesticuló Hermes

¿Cómo vas a lucir a tu prisionero si está metido en una vasija de bronce? No tiene ningún valor como espectáculo. ¡Nada que ver con mis preciosos especímenes! Señaló los hipocampos, que se daban cabezazos apáticamente contra el cristal.

—Claro— murmuró Katie

—Los ponis pez nooo— dijo Tyson

—Ya lo sé grandullón, pero vamos a encontrar una manera de liberarlos— dijo Percy

—Por supuesto que sí— comentó Poseidón

Percy trató de pensar. Sentía que el letargo de las abotargadas criaturas marinas estaba empezando a afectarle.

¿Ha dicho que ese… ese espectáculo de destrucción fue idea de Gaia?

—Pues sí era lógico— dijo Apolo

—Sí, ahora que lo sabemos sí parece lógico— asintió Percy

—Todo es mejor después de que lo sabes— dijo Leo

Bueno, los planes de madre siempre tienen muchas capas —se rió—. ¡La tierra tiene capas! ¡Supongo que tiene sentido!

—Pues sí— dijo Travis

—Un chiste bastante malo, pero tiene razón— dijo Leo

Ajá —dijo Percy —. Entonces su plan…

Ah, ha ofrecido una recompensa por un grupo de semidioses —dijo Forcis

—Vaya ¿De cuanto estamos hablando?— bromeó Connor

—Con eso financiamos las mejoras al campamento— asintió Leo

—No creo que ni con eso lo financiemos— señaló Percy

—Pero tendríamos de donde empezar— dijo Piper

—Ese es un buen punto— dijo Thalia

. En realidad, le da igual quién los mate mientras mueran. Bueno… retiro lo dicho. Especificó claramente que dos debían quedar con vida. Un chico y una chica.

Los siete hicieron una mueca

Solo el Tártaro sabe por qué. En cualquier caso, los gemelos han preparado su numerito con la esperanza de atraer a esos semidioses a Roma.

—Ay, esos semidioses— dijo Percy

—Típico de esos semidioses— dijo Thalia negando con la cabeza

—¿Qué se puede hacer?— preguntó Percy encogiéndose de hombros

Supongo que el prisionero de la vasija es amigo suyo o algo así. O eso o tal vez crean que los semidioses serán tan tontos como para entrar en su territorio buscando la Marca de Atenea

Annabeth hizo una mueca, pero no dejó que nadie dijera nada y siguió leyendo

Forcis dio un codazo a Frank en las costillas—.¡Ja! Les deseo suerte.

Frank se echó a reír con nerviosismo.

Sí. Ja, ja.

—Un super buen chiste— dijo Percy

—El mejor chiste que he escuchado en mucho tiempo— asintió Leo

—Definitivamente sí— dijo Connor

Sería una tontería como una casa porque… eh… Forcis entornó los ojos. Percy se metió la mano en el bolsillo. Cerró los dedos en torno a Contracorriente. Incluso aquel viejo dios del mar debía de ser lo bastante listo para darse cuenta de que ellos eran los semidioses cuyas cabezas tenían precio.

—Realmente sería muy tonto si no se diera cuenta— comentó Leo

—O simplemente los estaba probando— señaló Artemisa

—Eso también podría ser— dijo Apolo

Sin embargo, Forcis se limitó a sonreír y propinó otro codazo a Frank.

¡Ja! Muy buena, hijo de Marte. Supongo que tienes razón. No tiene sentido hablar del tema. ¡Aunque los semidioses encontraran ese mapa en Charleston, no llegarían vivos a Roma!

—Sería un problema para esos semidioses— dijo Leo

—Sí, espero que encuentren una manera de hacerlo— asintió Piper

—Todos esperamos lo mismo— dijo Percy

Sí, el MAPA DE CHARLESTON —dijo Frank en voz alta, lanzando a Percy una mirada con los ojos muy abiertos para asegurarse de que captaba la información.

—La discreción ante todo— asintió Connor

—Es muy importante ser discreto— dijo Travis

—Sutileza y discreción son dos grandes cualidades…— comenzó Apolo

—Que tú no tienes— interrumpió Hermes

Si hubiera levantado un gran cartel con la palabra ¡PISTA!, no lo habría dejado más claro.

Frank se sonrojó

—Era por si no te habías dado cuenta, obviamente— dijo Leo

—Lo agradezco— dijo Percy

¡Pero basta ya de charla educativa! ¡Es aburrida! —dijo Forcis—. Habéis pagado para recibir un trato especial. ¿No queréis que termine la visita? Los tres denarios de la entrada no se reembolsan, ¿sabéis?

—Bueno, pues ya ni modo— dijo Leo

—Pero al menos ya obtuvieron una pista— dijo Rachel

—Y una visita por el acuario— dijo Bianca

—Y un montón de traumas— murmuró Percy

A Percy no le entusiasmaban los fuegos artificiales, el humo con olor a dónut ni las deprimentes criaturas marinas en cautividad.

—Definitivamente no— dijo Percy —pero de cualquier manera teníamos que seguirlo

—Era lo que se esperaba— asintió Frank

Pero lanzó una mirada a Frank y decidió que les interesaba complacer al viejo y malhumorado dios, al menos hasta que encontraran al entrenador Hedge y llegaran sanos y salvos a la salida. Además, quizá sacaran más información a Forcis.

—Es poco probable, pero podría pasar— dijo Thalia

—Y hacen tiempo para poder encontrar al entrenador— dijo Miranda

—Que es muy importante que lo encuentren— asintió Leo

¿Podemos hacerle unas preguntas después? —dijo Percy.

¡Desde luego! Os contaré todo lo que queráis saber.

—Pues parece que sí van a sacar más información— señaló Apolo

Forcis dio dos palmadas. En la pared situada debajo del brillante letrero rojo, apareció un nuevo túnel que llevaba a otro tanque.

¡Seguid mis pasos!

—No les queda de otra—dijo Leo

—Pues lo hice en contra de mi voluntad— dijo Percy

Frank asintió de acuerdo

Forcis cruzó el túnel correteando de lado. Frank se rascó la cabeza.

¿Tenemos que…? Se giró de lado.

Solo es una forma de hablar, tío —dijo Percy —. Vamos.

—Pero pues cada quien lo sigue como quiere— dijo Travis

—Pues sí, si lo quiere seguir de lado, que lo siga de lado— asintió Leo

—Puede ser una nueva experiencia— dijo Katie encogiéndose de hombros

—Obviamente— dijo Piper

XVI

Percy

El túnel se extendía por el suelo de un acuario del tamaño de un gimnasio. Exceptuando el agua y algunos elementos de decoración baratos, parecía majestuosamente vacío. Percy calculó que habría unos veinte mil litros sobre sus cabezas.

—Esos son muchos litros— dijo Rachel

—Muchísimos— asintió Percy

Si por algún motivo el túnel se hacía añicos… No es para tanto, pensó Percy. He estado rodeado de agua miles de veces. Juego en casa. Pero el corazón le latía con fuerza.

Percy hizo una mueca

Se acordó de cuando se había hundido en la fría ciénaga de Alaska, con el lodo negro tapándole los ojos, la boca y la nariz.

—Y vamos otra vez— murmuró Percy

—Ya no falta mucho del capítulo— mencionó Annabeth

—Al menos— dijo Percy

Forcis se detuvo en mitad del túnel y extendió los brazos orgullosamente.

Una pieza preciosa, ¿verdad?

Percy trató de distraerse concentrándose en los detalles.

—Por otro lado, sí estaba bonito— mencionó Percy —me refiero al lugar, no lo que hacía ahí

—Te entendemos— dijo Thalua

En un rincón del acuario, acurrucada en un bosque de quelpos falsos, había una casita de campo hecha de plástico a tamaño real y de cuya chimenea salían burbujas.

—Como las de las peceras chiquititas— señaló Katie

—¿Viste a tiburoncín?— bromeó Connor

—Sí, pero no tuve oportunidad de saludarlo— comentó Percy encogiéndose de hombros

—Me ofende muchísimo cuando hablan de películas infantiles cuando amí me dijeron que no las veían— masculló Will

Los demás le dieron sonrisas inocentes

En el rincón opuesto, una escultura de plástico de un hombre con un anticuado traje de buzo se hallaba arrodillada al lado de un cofre del tesoro que se abría cada pocos segundos, expulsaba burbujas y volvía a cerrarse.

—Eso también se ven cool— dijo Travis

—Por lo menos la decoración es buena, cliché, pero buena— señaló Apolo

Sobre el suelo de arena blanca había esparcidas canicas de cristal del tamaño de bolas para jugar a los bolos, además de un extraño surtido de armas, desde tridentes hasta arpones submarinos.

—Eso ya no suena tan genial— dijo Piper

—Ni como lo que encontrarías en una pecera normal— dijo Rachel

—Definitivamente no— comentó Percy con una mueca

Al otro lado de la pared transparente del acuario se levantaba un anfiteatro con asientos para varios cientos de personas.

¿Qué tiene aquí dentro? —preguntó Frank—. ¿Un pez de colores asesino de tamaño gigante?

—Eso sería genial— dijo Connor

—¿Existen los peces de colores asesinos gigantes?— preguntó Esperanza

—Todo es posible si lo crees—asintió Percy

Forcis arqueó las cejas.

¡Oh, eso estaría bien! Pero no, Frank Zhang, descendiente de Poseidón. Este tanque no es para peces de colores.

—De acuerdo, eso va a salir mal— dijo Apolo

—Me parece que alguien ya sabía de su visita— dijo Hermes

—Eso pensamos también— asintió Percy de manera solemne

Al oír las palabras « descendiente de Poseidón» , Frank se sobresaltó. Dio un paso atrás, agarrando su mochila como si fuera una maza que se dispusiera a blandir. Percy notó el miedo bajándole por la garganta como jarabe para la tos.

—No me gusta el jarabe para la tos— dijo Percy

Los semidioses lo voltearon a ver

—Lo probé una vez por accidente— dijo Percy encogiéndose de hombros

—Lo recuerdo— asintió Sally —estuviste haciendo muecas como por una hora

—No lo recomiendo— dijo Rachel

—Tampoco yo— comentó Zoé

Percy y Annabeth se voltearon a ver dándose cuenta que Zoé sí podía enfermarse como cualquier humano normal, no tenía la resistencia de los semidioses

Por desgracia, era una sensación a la que estaba acostumbrado.

¿Cómo sabe el apellido de Frank? —preguntó—. ¿Cómo sabe que es descendiente de Poseidón?

—Dos excelentes preguntas— dijo Hermes

—De las que no nos gustó su respuesta— comentó Percy

—No había manera de que les gustaran las respuestas— señaló Thalia

—Pero podía soñar con ello— señaló Percy

Bueno… —Forcis se encogió de hombros, tratando de hacerse el modesto

. Seguramente figuraba en las descripciones que me dio Gaia. Ya sabes, para la recompensa, Percy Jackson.

—Ha de ser por eso— asintió Leo

—Me parece una increíble razón— dijo Rachel

—¿Al menos era buena la recompensa?— preguntó Travis

—Eso espero— dijo Leo

Percy quitó el capuchón de su bolígrafo. Inmediatamente, Contracorriente apareció en su mano.

No me engañe, Forcis. Prometió darme respuestas.

Sí, después de hacer la visita VIP —convino Forcis—.

—Hay que mantener las promesas— asintió Connor

—A veces no— bromeó Percy

—A veces no— coincidió Thalia

Poseidón y Zeus se removieron incómodos

Prometo que os contaré todo lo que tenéis que saber. Sin embargo, no tenéis por qué saber nada

su grotesca sonrisa se ensanchó—. Veréis, aunque llegarais a Roma, cosa bastante poco probable, no venceríais a mis hermanos gigantes sin un dios a vuestro lado.

—Muchas gracias por los ánimos— dijo Leo

—No hay nada que me anime mas que sus buenos deseos— dijo Percy

—Claro, son geniales— asintió Piper

¿Y qué dios os ayudaría? Así que y o tengo un plan mejor. No iréis a ninguna parte. ¡Sois mis prisioneros VIP!

—Tampoco me gustó eso— dijo Percy

Percy atacó. Frank lanzó su mochila a la cabeza del dios del mar. Forcis simplemente desapareció.

—La mochila llega a servir como arma— asintió Travis

—Aunque funcionaría más si la llenas de, no sé, piedras— comentó Rachel

—Vaya Rachel, que violenta— dijo Travis

—Hablamos de la persona que le aventó un cepillo a Cronos— dijo Reyna

Nico miró a Reyna con una ceja alzada, Rachel se sonrojó

La voz del dios reverberó por el sistema de megafonía del acuario y resonó por el túnel.

¡Sí, luchar está bien! Veréis, madre nunca me confió grandes misiones, pero me permitió quedarme con todo lo que atrapara.

—Cin tidi li qui itripiri— masculló Percy

—No compren la entrada VIP al acuario— dijo Frank

—Por eso ya habíamos cancelado el viaje al acuario— dijo Leo

Vosotros dos seréis unas piezas excelentes en mi colección: los únicos semidioses hijos de Poseidón en cautividad. « Terrores semidivinos…» ¡Sí, me gusta!

—Sonaba bien, pero no me gustaba ser parte de su colección— bufó Percy

—A mí tampoco— dijo Frank

Tenemos un supermercado que nos patrocina. Podéis luchar entre vosotros a las once de la mañana y a la una del mediodía, y luego hacer una función de tarde a las siete.

—Gracias, pero no gracias— dijo Percy

—Mejor para la próxima— dijo Leo

—Espero que no haya próxima— comentó Frank

—También lo espero— asintió Percy

¡Está loco! —gritó Frank.

¡No te menosprecies! —dijo Forcis—. ¡Seréis nuestra atracción principal!

Frank corrió hacia la salida, pero se estrelló contra una pared de cristal. Percy corrió en la otra dirección y también la encontró bloqueada.

—Pésimo servicio— dijo Percy

—Cero estrellas— dijo Leo

El túnel se había convertido en una burbuja. Pegó la mano al cristal y se dio cuenta de que este se estaba derritiendo como el hielo. Pronto el agua entraría con gran estruendo.

¡No vamos a colaborar, Forcis! —gritó.

—No creo que eso le importe mucho— dijo Apolo

—No, pero nada perdía haciéndolo— dijo Percy

—Buen punto— comentó Perséfone

Oh, soy optimista —rugió la voz del dios del mar—. ¡Si al principio os negáis a luchar entre vosotros, no hay problema! Puedo mandar nuevos monstruos marinos cada día.

—Ay que amable— masculló Thalia

—No era necesario que se molestara tanto— dijo Piper

—Por supuesto que no era necesario, creo que estábamos bastante bien— comentó Percy

—Algo así— murmuró Frank

Cuando os acostumbréis a la comida de aquí, estaréis debidamente sedados y obedeceréis instrucciones. Creedme, os acabará encantando vuestro nuevo hogar. Por encima de la cabeza de Percy, la bóveda de cristal se agrietó y empezó a gotear.

—¿Entonces sí lo vas a hacer?— preguntó Annabeth en un susurro

—Creo que es lo mejor— respondió Percy —si este libro trae todo lo que me imagino no quiero que mi mamá se lleve una sorpresa, bastante malo ha sido

—Tienes razón, es mejor decirle a Sally todo lo que pasó— asintió Annabeth —¿Los dos juntos?

—Los dos juntos— asintió Percy —en la pausa de la comida

Annabeth asintió

—Cuando acaben de coquetear pueden seguir con la lectura— dijo Thalia

¡Soy hijo de Poseidón! —Percy procuró que el miedo no se reflejase en su voz—. No puede encarcelarme en el agua. Es el medio donde soy más fuerte.

—Es cierto— dijo Poseidón —y puedes hacerlo

—Gracias— murmuró Percy sonrojado, sabía que ese miedo había sido irracional, pero no puedo evitarlo

Parecía que la risa de Forcis viniera de todas partes.

¡Qué casualidad! También es el medio donde yo soy más fuerte. Este tanque está especialmente diseñado para contener semidioses.

—Pequeño detalle— dijo Rachel

—¿Cómo puede ser un tanque para contener semidioses?— preguntó Leo —estaría muy interesante saber los materiales utilizados

—Claaaaro— murmuraron algunos de los chicos

Bueno, que os divirtáis. ¡Os veré a la hora de comer!

La bóveda de cristal se hizo añicos, y el agua entró. Percy contuvo la respiración hasta que no pudo aguantar más.

Sally miró a su hijo con una mueca

Cuando los pulmones se le llenaron de agua, notó que respiraba con normalidad. La presión del agua no le molestaba. La ropa ni siquiera se le mojó. Sus dotes submarinas funcionaban tan bien como siempre.

—Que alivio— murmuró Katie

—En realidad lo fue— asintió Percy

« Solo es una fobia ridícula —se dijo con ánimo tranquilizador—. No me voy a ahogar» .

—No es ridícula, está bien tener miedo—dijo Hestia

—Solo los tontos no tendrían miedo— dijo Perséfone

—Y de hecho el miedo entre nuestros hijos por nuestros elementos es más común de lo que piensas— dijo Poseidón

—Genial— dijo Thalia

Entonces se acordó de Frank, e inmediatamente le invadió una oleada de pánico y de culpabilidad. Percy había estado tan preocupado por sí mismo que se había olvidado de que su amigo era solo un descendiente lejano de Poseidón. Frank no podía respirar bajo el agua.

—Lo siento— dijo Percy

—Está bien, no hubo problema— dijo Frank sonrojado

—No, no hubo problema— dijo Percy con una sonrisa

Pero ¿dónde estaba? Percy dio una vuelta completa. Nada. Entonces miró arriba. A su alrededor flotaba un gigantesco pez de colores. Frank se había transformado —ropa y mochila incluidas— en una carpa del tamaño de un chaval de diez años.

—Es una forma increíble de afrontar la situación— dijo Connor

—Pues tuvo que actuar con rapidez— comentó Hazel

Colega. Percy envió sus pensamientos a través del agua, de la misma forma que empleaba para hablar con otras criaturas marinas. ¿Un pez de colores?

—Oye ¿Y que tiene?— dijo Katie

—Respira bajo el agua, es lo importante— asintió Miranda

—Pero ¿Un pez de colores?— bromeó Travis

—Es de ayuda para el propósito— dijo Katie

La voz de Frank llegó hasta él: Me he puesto nervioso. Estábamos hablando de peces de colores, así que era lo que tenía en la cabeza. Demándame.

—Sí Percy, que grosero— dijo Rachel

—Perdón— dijo Percy con una pequeña sonrisa

—Está bien— murmuró Frank

Estoy manteniendo una conversación telepática con una carpa gigante, dijo Percy. Genial. ¿Puedes convertirte en algo más… útil?

—Como un tiburón— asintió Zoé

—O un tiburón ballena, también estaban hablando de ellos— asintió Piper

—Sí, lo intentaré para la próxima— dijo Frank

—Que no se te olvide— señaló Leo

Silencio. Tal vez Frank se estuviera concentrando, pero era imposible saberlo, ya que las carpas no eran muy expresivas.

—No creo que lo tuvieran que ser— dijo Miranda

—Realmente no lo son— comentó Poseidón

—Bueno, nadie sabrá lo que está pensando la carpa— informó Leo

Lo siento. Frank parecía avergonzado. Estoy atascado. Pasa a veces cuando me entra el pánico.

Está bien. Percy apretó los dientes. Intentemos averiguar cómo podemos escapar de aquí.

Frank nadó por el acuario e informó de que no había salidas.

—Ya pueden entrar en pánico— dijo Travis

—Ya habíamos entrado, pero gracias— comentó Percy

La parte superior estaba cubierta con una malla de bronce celestial, como las persianas que se bajaban sobre los escaparates de las tiendas cerradas en los centros comerciales. Percy trató de atravesarla con su espada, pero no le hizo ninguna mella.

—Creo que por eso es "anti semidioses"— dijo Apolo

—Eso tiene sentido— dijo Percy

—Increíble material— asintió Leo

—No, no era increíble material— murmuró Frank

Trató de perforar la pared de cristal con la empuñadura de su espada; una vez más, no tuvo suerte. A continuación, repitió sus esfuerzos con varias de las armas tiradas en el fondo del tanque y consiguió romper tres tridentes, una espada y un arpón submarino.

—Fue como un nuevo récord— dijo Percy

—Debió haber quedado en algún lugar— dijo Leo

Finalmente, intentó dominar el agua. Deseó que se expandiera y rompiera el acuario, o que saliera por la parte superior. El agua no le obedeció.

—Pésima agua— se quejó Percy

—¿Cómo calificaría su visita?— preguntó Leo

—Como "jamás vayan a ese lugar"— respondió Percy

—Una critica dura— dijo Leo

Percy se concentró hasta que se le taponaron los oídos, pero lo único que logró fue arrancar la tapa del cofre de plástico. Bueno, se acabó, pensó con desánimo. Tendré que vivir en una casa de plástico el resto de mi vida, luchando contra mi amigo el pez de colores gigante y esperando a la hora de comer.

—Suena bastante triste— comentó Travis

—¿Crees que si no vuelves Annabeth no quemaría ese lugar para encontrarte?— preguntó Thalia obviedad

—Exactamente— asintió Afrodita

—No lo quemaría— dijo Annabeth —eso tardaría mucho

Percy le sonrió

—No queremos saber que harías— dijo Miranda

—Preferimos vivir— asintió Piper

Forcis les había prometido que les encantaría estar allí. Percy pensó en los telquines, las nereidas y los hipocampos atontados que daban vueltas, presas de la pereza y el aburrimiento. La idea de acabar de esa forma no contribuyó a aliviar su ansiedad.

—Por supuesto que no— dijo Sally

—Creo que con pensamientos tan deprimentes nunca ayudarías a la ansiedad— dijo Miranda

—Lo sé, pero era inevitable— dijo Percy

Se preguntó si Forcis tendría razón. Aunque consiguieran escapar, ¿cómo podrían vencer a los gigantes si todos los dioses estaban incapacitados? Baco podría ayudarles. Había matado a los gigantes gemelos con anterioridad, pero solo lucharía contra ellos si obtenía un tributo imposible,

—Super sencillo— dijo Leo

—Lo de todos los días— asintió Connor

—El tipo de tributo que obtienes a la vuelta de la esquina— dijo Percy

y la idea de ofrecer a Baco el más mínimo tributo hacía que a Percy le entraran ganas de atragantarse con un Monster Donut.

Dionisio y Percy se dieron miradas irritadas

¡Mira!, dijo Frank. Al otro lado del cristal, Keto estaba llevando al entrenador Hedge por el anfiteatro, dándole una charla mientras el sátiro asentía con la cabeza y admiraba los asientos.

—Bueno, ahí está su oportunidad—dijo Reyna

— Esperamos que la sepan aprovechar— dijo Deméter

—Yo creo que sí— dijo Percy

¡Entrenador!, chilló Percy.

Entonces se dio cuenta de que era inútil. El entrenador no podía oír los gritos telepáticos.

—Sí, yo creo que no ha desarrollado ese poder— dijo Chris

—Es algo que no se obtiene tan fácil— coincidió Apolo

—Se necesita muchos años de estudio— dijo Katie

—Claramente— asintió Jason

Frank dio un cabezazo contra el cristal.

Hedge no pareció percatarse. Keto lo acompañó con paso enérgico al otro lado del anfiteatro. Ella tampoco miró a través del cristal, probablemente porque suponía que el acuario seguía vacío.

—O porque sabía que ya no lo estaba— señaló Rachel

—Eso también podría ser cierto— dijo Miranda

—Parecería lógico— asintió Piper

Señaló al fondo de la sala como diciendo:

« Vamos. Por aquí hay más monstruos horribles» . El entrenador Hedge y Keto estaban a un metro y medio de la salida.

—Se estaba yendo rápido la oportunidad— dijo Percy

—Era hora del movimiento desesperado— dijo Leo

—Y sí fue desesperado— asintió Percy

—Nos imaginamos que sí— comentó Bianca

Desesperado, Percy cogió una canica gigante y la lanzó por debajo del hombro como si estuviera jugando a los bolos. La esfera chocó contra el cristal y emitió un ruido sordo; ni de lejos lo bastante sonoro para llamar su atención.

—Pero el entrenador tiene buen oído— dijo Grover

—La buena noticia— dijo Percy

—Y vaya que sí— asintió Frank

—Bueno, que genial— dijo Connor

A Percy se le cayó el alma a los pies. Sin embargo, el entrenador Hedge tenía el oído de un sátiro. Echó un vistazo por encima del hombro. Cuando vio a Percy, su expresión sufrió varios cambios en cuestión de microsegundos: incomprensión, sorpresa, indignación y, acto seguido, una máscara de serenidad.

—Lo que era lo más peligroso— murmuró Frank

—Por supuesto que sí— dijo Clarisse

Antes de que Keto se percatara, Hedge señaló a la parte superior del anfiteatro. Parecía que estuviera gritando: « Dioses del Olimpo, ¿qué es eso?» .

—¿Quién cae en eso?— preguntó Travis

—Keto— respondieron Percy y Frank al mismo tiempo

—Eso es un truco muy viejo— coincidió Hermes

Keto se giró. El entrenador se quitó rápidamente su pie falso y le dio una patada de ninja en la coronilla con su pezuña de cabra. Keto se desplomó al suelo.

—Ella cayó en eso— señaló Katie

—Ya lo notamos— dijo Travis

Percy hizo una mueca. Notó una punzada de dolor solidaria en su maltratada cabeza, pero en su vida se había alegrado tanto de tener un acompañante al que le gustaran los combates de artes marciales mixtas.

—Y pensar que los acompañó porque Annabeth estaba castigada— comentó Thalia

—Y tú que pensabas que no sería buena idea ir con él— señaló Piper

—Bueno, pues sí fue buena idea, no es que hubiera sido lo que planeaba— dijo Percy

Hedge corrió hacia el cristal. Levantó las palmas de las manos como diciendo: « ¿Qué haces ahí dentro, Jackson?» .

—Aquí pasando el rato— dijo Leo

—Lo de siempre— asintió Percy

—Obviamente que uno va al acuario para meterse en uno de los tanques— asintió Piper

—Por supuesto que sí— asintió Jason

—Ni modo que vayas a ver a los peces— dijo Leo

—O a obtener información— dijo Will

Percy golpeó el cristal con el puño y esbozó con los labios la palabra:

« ¡Rómpalo!» . Hedge gritó una pregunta que podría haber sido: « ¿Dónde está Frank?» . Percy señaló la carpa gigante. Frank agitó su aleta dorsal izquierda. ¿Qué pasa?

—Nada, todo genial— dijo Connor

—Excepto por el hecho de que es un pececito de colores atrapado en un tanque contra semidioses— dijo Bianca

—Contra semidioses, no contra peces de colores— señaló Travis

—Claro, no sé porque nosotros no llegamos a esa conclusión— dijo Percy

Detrás de Hedge, la diosa del mar empezó a moverse. Percy señaló con el dedo frenéticamente.

Hedge sacudió la pierna como si estuviera calentando la pezuña de las patadas, pero Percy agitó los brazos como diciendo: « No» . No podían seguir golpeando eternamente a Keto en la cabeza.

—¿Por qué no?— preguntó Leo

—Porque terminaría sin surtir efecto— dijo Percy

—Pero sin duda alguna el entrenador se divertiría— señaló Leo

—Eso es cierto— dijo Piper

Como era inmortal, no tardaría en levantarse, y eso no les ayudaría a salir del acuario. Era cuestión de tiempo que Forcis volviera para echarles un vistazo. « A la de tres —esbozó Percy con los labios, levantando tres dedos y señalando al cristal—. Todos golpearemos al mismo tiempo» .

—Suena bien— dijo Hermes

—Pues no hay otro plan mejor— dijo Apolo

—Creo que fue bastante buen plan— dijo Percy

A Percy nunca se le habían dado bien las charadas, pero Hedge asintió con la cabeza como si lo hubiera entendido. Golpear cosas era un idioma que el sátiro conocía bien.

—Es idioma universal— señaló Travis

—Todos lo sabemos— asintió Leo

—Me doy cuenta— comentó Percy

Percy levantó otra canica gigante. Frank, te vamos a necesitar. ¿Puedes transformarte? Tal vez en humano. ¡Perfecto! Contén la respiración. Si esto funciona…

—No va a ser divertido— dijo Leo

—Y probablemente sea peligroso— dijo Rachel

—Pero no tan peligroso como estar atrapados ahí— comentó Nico

Keto se puso de rodillas. No había tiempo que perder. Percy contó con los dedos. ¡Uno, dos, tres! Frank se convirtió en humano y empujó con el hombro contra el cristal. El entrenador asestó una patada giratoria con la pezuña digna de Chuck Norris.

—No se va por lo simple— señaló Grover

—Que sea una patada super grande para que haya más diversión— dijo Travis

—Es lo lógico— comentó Chris

Percy empleó todas sus fuerzas para estrellar la canica contra la pared, pero hizo más que eso. Invocó al agua para que le obedeciera, y esa vez se negó a aceptar un no por respuesta.

—Definitivamente no— dijo Percy

—Pues esperamos que te haga caso— dijo Piper

—También lo esperaba— asintió Percy

Notaba toda la presión contenida dentro del acuario, y la aprovechó. Al agua le gustaba estar en libertad. El agua podía superar cualquier barrera, y detestaba estar atrapada, igual que le ocurría a Percy.

—Ya no fue tan pésima agua— señaló Leo

—No, ya me cayó bien— asintió Percy

Pensó en volver con Annabeth.

—Obvio— dijo Thalia

—Nadie se sorprende por ese pensamiento— dijo Rachel

Annabeth le sonrió a su novio

Pensó en destruir aquella horrible cárcel para criaturas marinas. Pensó en meterle el micrófono a Forcis por su fea garganta.

—Eso habría sido genial— asintió Frank

—Pobre micrófono— dijo Connor

—Obviamente pensé en los sentimientos del micrófono— dijo Percy

Veinte mil litros de agua respondieron a su ira.

La pared de cristal se resquebrajó. Las líneas de fractura serpentearon desde el punto de impacto, y de repente el depósito estalló. Percy fue arrastrado por un torrente de agua.

—No es algo que recomiendo si no puedes controlar el agua— comentó Percy

—Uy, pues perdón— dijo Leo

—De todas maneras no lo pensaba intentar— dijo Miranda

Rodó a través del suelo del anfiteatro junto con Frank, unas enormes canicas y un puñado de algas de plástico. Keto se estaba poniendo de pie cuando la estatua del submarinista se estrelló contra ella como si quisiera que la abrazara.

—¡Abrazo!— gritó Leo

—Yo creo que ese es el peor tipo de abrazo que existe— comentó Percy

—Esto completamente de acuerdo contigo— dijo Frank

El entrenador Hedge escupió agua salada.

¡Por la flauta de Pan, Jackson! ¿Qué hacías ahí dentro?

—Nada más viendo que tan limpio estaba— asintió Travis

—Ver que la calidad del agua fuera la suficiente— dijo Percy

—Esperamos que haya pasado los estándares— dijo Leo

—Al final— asintió Percy

¡Forcis! —farfulló Percy —. ¡Trampa! ¡Corra!

Las alarmas sonaron con gran estruendo mientras huían de la exposición. Pasaron corriendo por delante del tanque de las nereidas y de los telquines. Percy quería liberarlos, pero ¿cómo?

—No se puede— suspiró Poseidón

—No, no habría sido una buena idea— dijo Percy con una mueca

Estaban drogados y torpes, y eran criaturas marinas. No sobrevivirían a menos que hallara una forma de transportarlos al mar.

—Es cierto— asintió Poseidón

—Y no creo que Forcis vaya a permitirlo así como así— dijo Grover —solo estarían arriesgándose a que les hicieran daño

—No había otra opción— dijo Percy con tristeza

—Pero la habrá— dijo Poseidón

Además, si Forcis los atrapaba, Percy estaba seguro de que el poder del dios del mar sería superior al suyo. Y Keto también los perseguiría, dispuesta a usarlos de comida para sus monstruos marinos.

—Y eso no sería bueno para nadie— dijo Apolo

—Supongo que no— murmuró Percy

Volveré, prometió Percy, pero las criaturas expuestas no dieron ninguna señal de haberle oído.

—Con lo sedados que estaban es probable que no— coincidió Poseidón

Por el sistema de megafonía, la voz de Forcis rugió:

¡Percy Jackson!

Recipientes con pólvora y bengalas estallaron aleatoriamente.

—Tampoco fue divertido eso— dijo Percy

—Parece que nada en ese viaje fue divertido— comentó Katie

—No lo fue— dijo Percy

El humo con olor a dónut impregnó las paredes. Una música histriónica —cinco o seis temas distintos— sonó a un volumen atronador por los altavoces. Las luces explotaron y empezaron a arder cuando todos los efectos especiales del edificio se activaron a la vez.

—Un completo desastre— dijo Connor

—Como siempre— asintió Percy —pero ¿Qué le hacemos?

—No, pues no hay nada que hacer— comentó Leo

Percy, el entrenador Hedge y Frank salieron dando traspiés por el túnel de cristal y se encontraron de nuevo en la sala de los tiburones ballena. La sección mortal del acuario estaba llena de una multitud que gritaba:

—Ups— murmuró Percy

—Y como siempre, los mortales en el medio de todo— comentó Piper

—Es para que nunca compren el pase VIP— dijo Percy

familias y grupos de campamentos de día corrían por todos lados mientras los empleados del acuario se movían frenéticamente, asegurando a todo el mundo que solo era un fallo del sistema de alarma.

—Pequeño fallo— asintió Leo

—Típico en los acuario ¿No?— dijo Connor

—En los acuarios de semidioses sí— asintió Percy

Percy sabía la verdad. Él y sus amigos se juntaron con los mortales y corrieron hacia la salida.

—Fin del capitulo— anunció Annabeth

—Por fin— dijo Percy

—Hagamos una pausa para comer y que se despejen— dijo Hestia

Los chicos asintieron de acuerdo y empezaron a salir de la sala, Percy y Annabeth intercambiaron una mirada y fueron a buscar a Sally

—¿Y por qué no vas a hablar con ella si quieres hablar con ella?— preguntó Travis mirando a Chris

—Porque no tengo idea qué decir— dijo Chris mirando a Silena y Sammy que no estaban tan lejos de ellos

—Uno pensaría que después de salir con una hija de Ares ya no le temería a nada— comentó Luke

Chris le dio una mirada indignada

—Pero tiene 10 años, no creo que te vaya a pegar o algo— dijo Katie

—La verdad es que todo puede suceder— dijo Travis

—¿Y Clarisse también piensa hablar con ella?— preguntó Luke

—Sí, pero después, ya conoces a Clarisse…

—O sea que también le da miedo hablar con una niña de 10 años— comentó Travis

Chris se quedó callado

—Buena suerte para ti que me tienes a mí de hermano— dijo Travis —vamos a hablar con ella

—¿Estás loco?— preguntó Chris

—Sí, pero te voy a ayudar, vamos a preguntar cosas muy leves, vamos

A regañadientes Chris lo siguió

—Hola Silena—dijo Travis alegremente cuando estuvieron lo suficientemente cerca de los niños

—Hola— dijo Silena

—Este es un muy bonito lugar ¿Podemos sentarnos?

—Ehh…— murmuró Silena nerviosa volteando a ver s Sammy por ayuda

—Voy a tomar eso como un sí— dijo Travis y se sentó, haciendo que los demás también lo hicieran —Silena ¿Que sabes del arte de robar?

Chris puso una mano sobre su frente

—Sé un poco más del arte de hacer bromas, en realidad— respondió Silena

—Justo del tema que más sé, cuéntame— dijo Travis tomando la mano de Katie

Y aunque al principio fue absolutamente incómodo Chris con la ayuda de Travis empezó a entrar a la conversación, no era lo que había esperado, pero esperaba que sirviera de algo

—No lo sé— dijo Zoé

—Vamos, tú quieres información y yo quiero el libro— dijo Connor

Miranda rodó los ojos

Los tres se habían encontrado en un jardín cerca del palacio de Artemisa cuando Zoé iba saliendo del palacio de la diosa

—¿Por qué quieres el libro?— preguntó Zoé

—Porque dijeron que jamás lo iba a tener— dijo Connor

—Dioses— dijo Miranda negando con la cabeza

—Está bien— asintió Zoé —pero no quiero que sepan que yo te lo entregué, que sea como un accidente o algo así

—Puedo respetar eso— asintió Connor —pero entonces tampoco se pueden enterar que yo te di la información

—Está bien— asintió Zoé

—¿Para que quieres la información si no podrías usarla?— preguntó Miranda

—Porque siempre es bueno tener información— respondió Zoé

—Te van a matar si las partes implicadas se enteran— señaló Miranda a su novio

—No se van a enterar— dijo Connor —¿Tenemos un trato?

—tenemos un trato— asintió Zoé

—Es una completa locura— masculló Reyna —no puede gustarme

—¿Por qué no?— preguntó Nico

Ambos estaban solos en el palacio de Hades donde charlaban aunque no tan tranquilamente

—Porque es el Oráculo de Delfos— bufó Reyna —tal vez solo me gusta ser su amiga

—La negación es el primer paso— dijo Nico, se sorprendió por lo profunda que estaba siendo su amistad como para que Reyna le confiara lo que le estaba pensando

Reyna lo miró —El Oráculo no puede salir con nadie

—Y de hecho estamos aquí para cambiar el futuro— señaló Nico

—Eso no es suficiente, la puedo meter en problemas

—¿Y no has pensado en que ella quiere meterse en problemas?— preguntó Nico

—Me deberías de decir que el Oráculo no puede salir con nadie y dejamos esto en paz

—Sabes que no voy a hacer eso— señaló Nico —deja de referirte a ella como "el Oráculo", estamos aquí y tal vez cambie todo, solo es Rachel

Pero ¿Lo era? ¿Podía no pensar en ese pequeño detalle de los votos de Rachel? ¿Y además que sería capaz de hacer Apolo?

—Dejemos esto por hoy— dijo Reyna —¿Y Bianca?

—Mejor volvamos al tema de Rachel— dijo Nico

Reyna esperó

—Creo que Bianca me odia— comentó Nico

—No lo creo…

—Tal vez fui yo el del problema y por eso está aquí— señaló Nico, no podía dejar de pensar eso, pues a lo mejor el legado no estaba satisfecha con la vida que llevaba, a lo mejor él cometió un error imperdonable y simplemente no estaba hecho para estar con una familia, él y Reyna se quedaron bastante tiempo dándole vueltas a las mismas cosas.

Bianca di Angelo vio la oportunidad y no podía dejarla pasar, su, no sabía exactamente cómo llamarla, bueno, su sobrina, al final de cuentas eso es lo que era, su sobrina estaba sentada sola por uno de los jardínes del Olimpo, así que era ahora o nunca, suspiró y se acercó hasta ella

—Hola— dijo Bianca

El legado alzó la mirada, claramente sorprendida, pero también la miró con cierta sospecha —Hola

—¿Puedo sentarme?— preguntó Bianca

El legado se encogió de hombros —Supongo

Bianca miró al legado, era tan raro saber quién era ella, pensar que tenía una sobrina y pensar que esa sobrina de hecho era mayor que ella, externó sus pensamientos en voz alta —Nunca pensé que vería algo como esto, a ti, a la familia de mi hermano siendo un adulto

—Sí, supongo que es raro— murmuró el legado

Bianca miró en la expresión de la otra chica que no iba a sacar nada si no presionaba un poco, podía ver lo suficiente que se parecía a su hermano para hacer eso

—Y creo que para ti también lo es estando aquí y todo eso, con las personas que conoces, pero que en realidad no son los que conoces y sobretodo pensando en lo que pudo pasar para que estés aquí, para que las Moiras eligieran traerlos aquí

—No sé de qué hablas— comentó la chica

—¿Sabes? Guardar rencor es un defecto fatídico para un hijo de Hades, una vez también se lo dije a Nico

—Yo no soy hija de Hades— masculló la chica ferozmente

—Pero eres su legado, no sé si aplique el mismo principio, pero aun así el rencor solo te hace daño a ti

—¿Por qué estás hablando como si me conocieras? Yo no te conozco y tú no me conoces para nada— dijo la chica levantándose

—Lo sé, solo hablo por lo que veo— dijo Bianca pacientemente, también levantándose —y lo digo porque he visto esa expresión que tú tienes antes, la vi en mi propio hermano cuando yo morí

Los hombros del legado se hundieron —¿Eso que tiene que ver conmigo?

—Creo que ambas lo sabemos, viniste aquí por un evento futuro y aunque no sé qué fue lo que pasó, puedo ver en tu mirada las consecuencias

—Yo no quiero seguir hablando contigo— masculló la chica con voz temblorosa, y se dio la vuelta para irse

—Conozco a mi hermano, y aunque con el tiempo él haya cambiado sé una cosa, él no te abandonó, si hubiera podido elegir se quedaría contigo…

El legado le lanzó una mirada furiosa, pero sus ojos estaban llenos de lágrimas, apretó los puños y se alejó de ella. Bianca di Angelo se quedó parada viéndola alejarse, su hermano había tomado malas decisiones cuando estaba dolido, esperaba que la niña no lo hiciera, ya solo quedaba la duda ¿Debería contarle a Nico?