-¿A quién le pasó el libro?- preguntó Tyson

-Yo voy a leer, muchacho- dijo Quirón, Tyson le pasó el libro -capítulo 21 secuestran a Blackjack

-Y vamos de nuevo con eso del secuestro- dijo Rachel

-Porque lo secuestraste- dijo Percy

-No fue un secuestro, ni siquiera te pedí rescate por él- señaló Rachel -fue un préstamo

-Claro, préstamo se oye mejor que robo... Digo que secuestro- dijo Connor

Annabeth y yo salíamos del palacio cuando vi a Hermes en un patio lateral.

Estaba contemplando un mensaje Iris en la cortina de vapor de una fuente.

-De acuerdo no vayas a volver a agarrarla contra ella- masculló Atenea

Hermes hizo una mueca -No lo haré... Espero

-Eso es algo- dijo Apolo

Hermes encogió de hombros

Nos vemos en el ascensor —le dije a Annabeth.

— ¿Seguro? —respondió ella, escrutándome—. Sí, ya veo que sí.

-Mejor- masculló Atenea

Hermes alzó las manos en señal de "tranquila"

Hermes no pareció advertir que me acercaba. Las imágenes del mensaje Iris se sucedían tan rápidamente que apenas pude captarlas.

-Fue bastante difícil seguirle la corriente a esas imágenes- dijo Percy -pero entendí algunas cosas

-No puedo detenerme mucho para ver las imágenes- dijo Hermes -o Iris cortaría el mensaje -Y lo dice por experiencia- dijo Apolo -Iris a veces es muy desesperada

Los dioses asintieron

-Además de que tenía que ver cuanto antes que pasaba con los mortales- dijo Hermes

Eran informativos y noticiarios de todo el país: escenas de la destrucción causada por Tifón,

-Informativos para subir el ánimo- dijo Leo

-No fue tan malo como creí que sería- dijo Percy -gracias a la Niebla

-De no ser por eso, todo el mundo estaría en estado de pánico- dijo Thalia

-Y no es bueno lidiar con mortales en estado de pánico- dijo Hermes

los restos de la batalla esparcidos por todo Manhattan, el presidente en una rueda de prensa, el alcalde de Nueva York, vehículos del ejército transitando por la Avenida de las Américas.

-Esos vehículos del ejército nos habrían venido de maravilla en la guerra- dijo Connor -¿Ustedes en un vehículo de esos? No gracias- dijo Chris

-Nos habríamos visto geniales- dijo Travis -imagina pasar sobre los monstruos con uno de esos, habría sido de ayuda

-¿Con ustedes al volante? No lo creo- dijo Miranda

-Eso me ofende- dijo Connor de manera dramática

Asombroso —murmuró Hermes, volviéndose hacia mí—. Después de tres mil años, me sigue sorprendiendo el poder de la Niebla... y la ignorancia de los mortales.

-Gracias- dijo Rachel

-Gracias por la mitad que nos toca- dijeron los Stoll

-No creo que me haya referido a ustedes, ni tampoco a Rachel, ni a todos los que sí pueden ver a través de la Niebla- dijo Hermes

-Está bien, gracias por la aclaración- dijo Apolo

Bueno, gracias por la parte que me toca.

Ah, no me refiero a ti. Aunque supongo que también debería preguntármelo, porque, vamos, rechazar la inmortalidad...

-¡Exacto!- dijo Apolo -¿Cómo se te ocurrió semejante idea?

-Bueno querido, ya leímos cómo se le ocurrió la idea- señaló Afrodita -cosa que me encanta, no había visto tanto drama y amor desde Paris y Helena, eso me reconforta

-Creo que es hora de que huyan- dijo Apolo mirando a Percy y Annabeth

Afrodita le dio una mirada asesina

Era la decisión acertada.

Hermes me miró con curiosidad y luego volvió a prestar atención al mensaje

Iris.

-Que ya no quiere hablar contigo porque rechazaste la inmortalidad, dice- comentó Connor

Hermes sonrió -o tengo nada en contra de que haya rechazado la inmortalidad

-Yo sí- masculló Apolo -ser dios es muy guay

-Supéralo- dijo Artemisa

-Ya ni Zeus se pone tan dramático- señaló Poseidón

Zeus le dio una mirada indignada

Míralos —dijo—. Han decidido que Tifón no ha sido más que una monstruosa serie de temporales y tormentas. Qué más hubiéramos querido.

-Ojalá así hubiera sido- dijo Percy -esa cosa era horrible

-En algunos lugares cuando hay lluvia, vientos y olas muy grandes, los mortales llaman a estas tormentas "tifones"- dijo Rachel

-Ahora sabes exactamente de dónde viene eso- dijo Artemisa

-Y esas tormentas se quedan cortas ante lo que podría hacer realmente Tifón- dijo Atenea - aun así entiendo por qué los mortales le pusieron ese nombre

Aún no se explican cómo es posible que todas las estatuas del bajo Manhattan hayan desaparecido de sus pedestales y terminado hechas pedazos. Pero imagino que al final se les ocurrirá alguna interpretación lógica.

-Creo que una de las explicaciones fue que las mismas tormentas habían arrancado a las estatuas de su pedestal y al estrellarse contra el suelo se hicieron pedazos- dijo Rachel

-Pero hubo pedazos que se encontraron demasiado lejos- dijo Thalia

-El viento arrastró los pedazos- dijo Rachel -al menos esa fue la teoría que escuché en el colegio, aunque también hubo la teoría de un terremoto

-Tiene cierto sentido- dijo Piper

— ¿Está muy deteriorada la ciudad?

Hermes se encogió de hombros.

No tanto, cosa sorprendente. Los mortales están consternados, desde luego.

-Y con toda razón- dijo Bianca

-Pero al menos están vivos- dijo Hades -porque no necesito más trabajo en el inframundo

-Cariño...- se quejó Perséfone

-Es la verdad, cada día hay más trabajo que el día anterior- masculló Hades

Pero esto es Nueva York. Nunca he visto a un puñado de humanos con tal capacidad de recuperación.

-Eso es cierto- dijo Percy

-Siempre son los más rápidos en recuperarse de ciertas situaciones- dijo Apolo

-Sí- estuvo de acuerdo Afrodita -por eso me encanta New York

-Coincido en eso- dijo Apolo

Me imagino que habrán vuelto a la normalidad en unas semanas; y yo, claro, les echaré una mano.

— ¿Usted?

-Vaya, me gusta tu nivel de confianza- dijo Hermes

-Es que se me hacía un poco extraño- dijo Percy con una sonrisa inocente

-Soy el mensajero de los dioses, tengo que ver que todo salga bien- dijo Hermes

-Además de que le caen bien los mortales- señaló Apolo

-Demasiado bien- susurró Connor a su hermano -si no pregúntale a la cábala once

Soy el mensajero de los dioses. Me corresponde a mí supervisar lo que dicen los mortales y, si es necesario, ayudarlos a comprender lo sucedido. Me encargaré de tranquilizarlos.

-Según lo que dijo Rachel, sí los tranquilicé- dijo Hermes

-Bueno, ahora ya sé de dónde sacaron esas teorías- dijo Rachel

-Son mejores las teorías locas que tener a mortales llenos de pánico- comentó Artemisa

-No son muy agradables cuando se asustan- coincidió Apolo

Créeme, acabarán reduciéndolo todo a un terremoto monstruoso o una erupción solar. Cualquier cosa menos la verdad.

-Oye, no me eches la culpa a mí- bufó Apolo

-¿Cómo podría provocar una erupción solar todo ese desastre sin haber quemado a los mortales?- preguntó Leo

-Todos me salieron críticos- murmuró Hermes

-La erupción solar no era dirigida para los mortales- dijo Percy encogiéndose de hombros

-Claro, eso tiene mucho sentido- dijo Leo -la erupción solar solamente iba dirigido a las estatuas

Había cierta amargura en su tono. George y Martha se enroscaban alrededor de su caduceo, pero permanecían en silencio, lo cual me hizo pensar que Hermes estaba muy, pero que muy enfadado. Debería haberme callado, pero

-Nunca te puede quedar callado ni aunque tu vida dependiera de eso- señaló Nico

-En eso estoy de acuerdo- dijo Poseidón

-Solo a veces- dijo Percy con un puchero

-Sí, claro- dijo Thalia

Le dije:

Le debo una disculpa.

Hermes lo miró con el ceño fruncido

-Bueno, creo que no va a decir nada que haga que lo fulminen- dijo Thalia

-Me alegra que tengas confianza en mí, cara de pino- dijo Percy con sarcasmo

-Cuando quieras, sesos de alga- dijo Thalia

Hermes me miró con recelo.

— ¿Y eso por qué?

Lo tomé por un mal padre —reconocí—. Creía que abandonó a Luke porque conocía su futuro y que no hizo nada para impedirlo.

Hermes se removió incómodo en su asiento, al igual que Luke

Yo conocía su futuro —dijo Hermes con tristeza.

Pero conocía algo más que la parte negativa: no sólo que se volvería malvado. También preveía lo que haría al final. Sabía que tomaría la decisión acertada. Pero no podía decírselo a él, ¿verdad?

-Tratar de evitar las cosas, la mayoría de las veces termina mal- comentó Reyna

-Es lo mismo que ocurre con las profecías- dijo Rachel -solo se entienden los versos una vez que han pasado

-Por eso me encantan las profecías- dijo Leo con sarcasmo

-Ustedes dos me ofenden- dijo Apolo

Percy y Leo sintieron con inocencia

Hermes miraba la fuente fijamente.

Nadie puede alterar el destino, Percy; ni siquiera un dios. Si yo lo hubiera prevenido sobre lo que ocurriría, o hubiese tratado de influir en sus decisiones, no habría hecho más que empeorar las cosas.

-Por eso nadie se mete con el destino, siempre hay consecuencias- dijo Artemisa

-A menos que las destino lo quieran- dijo Apolo al ver las miradas horrorizadas de los chicos -hermanita, tiene que cuidar las cosas que dices

-Oh cállate Apolo- masculló Artemisa -¡Y no soy su hermanita!

Permanecer en silencio y apartado de él... ha sido lo más difícil que he hecho jamás.

Luke se removió en su asiento, parecía estar recordando todo lo que pasó antes de traicionar a sus amigos y qué tal vez tu padre no había estado tan ausente como él había creído

Tuvo que permitirle que encontrara su propio camino —dije— y que desempeñara su papel en la salvación del Olimpo.

Hermes suspiró.

No debería haberme ensañado con Annabeth —continuó—.

-Eso todos lo tenemos claro- masculló Atenea -como si ella hubiera tenido culpa alguna por las decisiones de tu hijo

Annabeth miró con un poco de sorpresa a su madre, aún era un poco raro que de cierta manera la defendiera

Cuando Luke fue a verla a San Francisco... bueno, comprendí que habría de desempeñar un papel en el destino de mi hijo. Eso llegué a preverlo. Pero pensé que acaso ella podría hacer lo que yo no podía, o sea, salvarlo.

-No creo que haya sido así de fácil- dijo Hestia de manera amable -aunque ella se hubiera ido con él, Cronos no se hubiera quedado tranquilo, aunque aún estuviera encerrado en el Tártaro

Luke hizo una mueca

Cuando se negó a irse con él, no pude contener mi furia. Debería habérmelo pensado mejor. Con quien estaba furioso, en realidad, era conmigo mismo.

Ella lo salvó —le dije—. Luke murió como un héroe. Se sacrificó para matar a Cronos.

Agradezco tus palabras, Percy. Pero Cronos no ha muerto. No puedes matar a un titán.

Los chicos hicieron una mueca

-Eran justo las palabras de ánimo que estaba esperando- dijo Connor

-Eran las palabras de ánimo que todos queríamos oír- dijo Apolo -pero lamentablemente es cierto, un titán no puede morir

-Qué tan injusto es eso- murmuró Jason

Entonces...

No lo sé —rezongó Hermes—. Ninguno de nosotros lo sabe. Hecho polvo, tal vez. Esparcido por el viento. Con suerte, en partículas tan diminutas y dispersas que nunca podrá recomponer su conciencia, no digamos ya un cuerpo.

Pero no te equivoques, no lo tomes por muerto, Percy.

-Pues esperemos que haya suerte- dijo Katie

-Y aquí Percy se pregunta por qué no aceptó la inmortalidad- bromeó Thalia

-No gracias, mejor así, tal vez si Cronos se recupera alguna vez no lo vuelva a ver- dijo Percy

-No estoy segura de si debería golpearte o darte la razón- dijo Thalia

-Darme la razón- señaló Percy

Se me revolvió el estómago.

— ¿Y los demás titanes?

Escondidos —dijo Hermes—. Prometeo le ha enviado un mensaje a Zeus con un montón de excusas para justificar su apoyo a Cronos. « Yo sólo pretendía minimizar los daños», bla, bla, bla.

-Cobarde- gruñó Ares

-Y tan confiado que se veía cuando te llevó aquel regalo- masculló Thalia

-Ni lo digas "estoy seguro de que escogí el lado ganador"- murmuró Percy

-Lo hago porque me preocupan los humanos, sí claro- dijo Thalia

Permanecerá sumiso y calladito unos siglos, si sabe lo que le conviene. Críos ha huido, y el monte Othrys se ha convertido en un montón de ruinas.

-Bueno, aunque al parecer esas cosas no pasaron por sí solas ¿Verdad Jason?- dijo Percy Jason se sonrojó -Tal vez

Los dioses miraron con sorpresa

-Tal vez los próximos libros sean sobre ti- señaló Leo

Jason lo miró horrorizado -No, creo que es mejor quedarse con la duda

Océano se refugió en las profundidades del mar en cuanto quedó claro que Cronos había perdido. Y entretanto, mi hijo Luke ha muerto.

Murió convencido de que no me preocupaba por él. Nunca me lo perdonaré.

-Ahora puedes convencerlo de lo contrario- dijo Hestia con una sonrisa -toma esto como una segunda oportunidad

Y Hestia no lo había dicho sólo para Hermes

Hermes atravesó el vapor con su caduceo y el mensaje Iris se desvaneció.

Hace mucho tiempo —murmuré— usted me dijo que lo más duro de la vida de un dios era que no podía ayudar a sus hijos.

Algunos de los dioses asintieron, otros más miraron el libro con indiferencia

También me dijo que no puedes dejar por imposible a tu familia, aunque resulte tentador y tu familia haga muchos méritos.

-Eso me ofende- dijo Apolo

-Cómo te dije, la familia hace muchos méritos- señaló Hermes

Apolo le dio una mirada indignada

Y ahora has descubierto que soy un hipócrita, ¿no?

No, usted tenía razón. Luke le quería. Al final, entendió su destino. Creo que entendió el motivo de que usted no hubiera podido ayudarlo. Recordó lo que era de verdad importante.

Luke asintió casi imperceptiblemente con una mezcla de vergüenza y nostalgia

Demasiado tarde para él y para mí.

Usted tiene otros hijos. Honre la memoria de Luke reconociéndolos. Eso todos los dioses pueden hacerlo.

Los Stoll levantaron los pulgares en señal de aprobación

-Y como buenos consejeros de cabaña, nosotros los entrenaremos- dijo Connor

-En el arte del robo- señaló Chris

Hermes se encogió de hombros.

Lo intentarán, Percy. Bueno, sí, todos trataremos de cumplir nuestra promesa. Y quizá durante un tiempo las cosas mejoren. Pero a los dioses nunca se nos ha dado muy bien cumplir nuestra palabra. Tú mismo naciste de una promesa rota, ¿no?

-Vaya gracias, por recordármelo- dijo Percy

-Gracias- dijo Thalia

Hermes les dio una sonrisa de disculpa, Poseidón y Zeus se veían levemente avergonzados -Que bonita historia para contarles a tus hijos- bromeó Leo

-Oh cállate- murmuró Percy sonrojado

Al final, nos volveremos olvidadizos. Como siempre.

También podrían cambiar.

Los dioses se miraron entre sí

Hermes se echó a reír.

— ¿De veras crees que después de tres mil años los dioses pueden cambiar su naturaleza?

Sí —dije—. Lo creo.

A Hermes pareció sorprenderle mi respuesta.

-Buenos sí, nadie creería que después de 3000 años se podría cambiar- dijo Hermes

-Yo sí lo creo- dijo Percy

-Está claro que con el juramento que hicimos vamos a intentarlo- señaló Afrodita

-Es un comienzo- comentó Piper

-Que una simple criatura nos diga que hacer...- masculló Zeus

— ¿Tú crees... que Luke me quería? —preguntó—. ¿Después de todo lo ocurrido?

Estoy seguro.

Padre e hijo se miraron, no dijeron nada, pero era evidente que tendrían una charla por delante

Hermes contempló la fuente.

Te daré una lista de mis hijos —dijo—. Un chico en Wisconsin; dos chicas en Los Ángeles. Y algunos más. ¿Te encargarás de que vayan al campamento?

-Y así fue como la cabaña de Hermes se vació por los reconocidos y luego se volvió a llenar- dijo Connor

Hermes se sonrojó un poco

Se lo prometo —respondí—. Y a mí no se me olvidará.

George y Martha se retorcieron por el caduceo. Ya sé que las serpientes no pueden sonreír, pero dio la impresión de que lo intentaban.

-Eso quiere decir que les caes muy bien- dijo Hermes

-Sí, creo que sí voy a tener que conseguir esa rata- dijo Percy

-Buena suerte con eso- asintió Hermes

Percy Jackson —dijo Hermes—, tal vez podrías darnos alguna que otra lección.

-Sí claro- bufó Zeus

-Creo que ya lo hizo- señaló Poseidón

-No veo cuál, ser irrespetuoso no cuenta- masculló Hera

-No lo ven porque son demasiado arrogantes para aceptarlo- dijo Poseidón

Había otro dios esperándome cuando me disponía a abandonar el Olimpo. Es decir, una diosa, Atenea, que se había apostado en mitad del camino con los brazos cruzados y una expresión que me hizo pensar: « Oh oh».

-Fue un gusto haberte conocido- dijo Apolo

-Si no lo fulminé antes, no creo que vaya a hacerlo ahí- masculló Atenea con irritación

Se había despojado de su armadura y llevaba sólo unos vaqueros y una blusa blanca, pero no por eso parecía menos guerrera. Sus ojos grises llameaban.

-Así es como te dice que no te metas con ella- dijo Apolo

-Ojalá lo pusieras en práctica- masculló Atenea

-Los entrenadores no juegan, los consejeros no siguen sus consejos- señaló Apolo

Bueno, Percy —dijo—. Así que seguirás siendo mortal.

Pues sí, señora.

Me gustaría conocer tus motivos.

-Bueno querida, ahora ya conoces exactamente esos motivos- dijo Afrodita y

-Y sobre todo el motivo que tiene cabello rubio y ojos grises- dijo Thalia

-Por los dioses, Thalia- masculló Annabeth sonrojada

Percy también se sonrojó

Quiero ser un tipo normal. Quiero crecer. Pasar la secundaria normalmente.

— ¿Y mi hija?

No podía dejarla —reconocí, con la garganta seca—. Ni a Grover —me apresuré a añadir—. Ni...

-Oh por favor- dijo Thalia

-Estoy seguro de que no pensaste en mí- dijo Grover en tono dramático

-Sí lo hice- dijo Percy -claro que tenía que pensar en ti

-Tampoco pensaste en mí- dijo Leo con una mano en el pecho

-¡Ni siquiera te conocía!- dijo Percy

-¿Y qué? Podrías haber pensado, no voy a aceptar la inmortalidad porque podría conocer a un semidiós superguay- señaló Leo

-No lo pensé así, lo siento mucho- dijo Percy

-Ustedes dos están locos- señaló Nico

Ahórratelo. —Atenea se me acercó más. El aura de su poder me provocó un hormigueo en la piel—. Una vez te advertí, Percy Jackson, que por salvar a un amigo serías capaz de destruir el mundo. Quizá estaba equivocada.

-Espera un momento Quirón, ¿Podrías repetir lo último que leíste?- pidió Poseidón

Atenea rodó los ojos, Quirón miró con incomodidad a los dioses

-Lee por favor- dijo Poseidón

-Una vez te advertí Percy Jackson, que por salvar a un amigo serías capaz de destruir el mundo. Quizá estaba equivocada- leyó Quirón

-¿Cómo se sintió decir eso de mi hijo?- dijo Poseidón con un poco de arrogancia

-Eso necesito enmarcarlo o algo- dijo Apolo

-Eso ni siquiera ha pasado- masculló Atenea -y todavía tengo mis dudas sobre tu... Hijo, así que no te hagas ilusiones Perseus

-Yo ni siquiera estaba hablando- murmuró Percy

-Vamos a suponer que te creo- dijo Poseidón

Al parecer, has salvado a tus amigos y al mundo. Pero piensa con mucho cuidado lo que harás a partir de ahora. Te he concedido el beneficio de la duda. No vayas a estropearlo.

-¿O sea que tienes su permiso para andar con su hija?- preguntó Apolo a Percy

-A mí me pareció eso- asintió Afrodita -aunque en realidad no es como si lo necesitaran

Atenea resopló -Sólo le concedí el beneficio de la duda

-Eso es suficiente para mí- dijo Afrodita con una sonrisita que hizo que Atenea rodara los ojos

-Al parecer también es suficiente para Percy- señaló Apolo

Y como para demostrar su observación, se convirtió en una columna de fuego, chamuscándome la pechera de la camisa.

-Ahora entiendo- dijo Annabeth

-Esa es una buena manera de enfatizar el punto- dijo Thalia

-Espero que haya quedado claro- masculló Atenea

Annabeth me esperaba junto al ascensor.

— ¿Y ese olor a ahumado? —preguntó.

Es una larga historia.

-Yo era el olor a ahumado- dijo Percy con un puchero

-Al menos no te fulminaron- dijo Leo

-Fue una leve advertencia nada más- dijo Poseidón con sarcasmo

Descendimos hacia la planta baja, los dos en silencio. La música era espantosa: Neil Diamond o algo así. Debería haber incluido ese detalle en mi petición a los dioses: que mejorasen un poco la música ambiental.

-La música es excelente- dijo Apolo

-Yo creo que podríamos poner un tema romántico, eso es increíble para los asesores- dijo Afrodita

-Sería mejor algo que tuviera que ver con la guerra- dijo Ares

-Yo quisiera la de flor que da fulgor- dijo Will

Todas las miradas se posaron en él

-¿Que? ¿Nunca la han escuchado?- los chicos negaron con la cabeza -sí claro, ahora nadie sabe de qué hablo- masculló Will

-En realidad yo no sé de qué hablas- señaló Apolo

-Es cierto, es una película de nuestro tiempo- dijo Will

-Una película para niños- señaló Nico

-Así que admites que la conoces- dijo Will con una mirada triunfal

-Yo nunca dije eso Solace- masculló Nico

Algunos de los chicos les dieron sonrisitas burlonas

-De acuerdo, como no sé de qué hablan hay que seguir leyendo- dijo Apolo

Cuando llegamos al vestíbulo, me encontré a mi madre y a Paul discutiendo con aquel portero de cabeza rapada, que ya había regresado a su puesto.

-Y a mi mamá no le hacía falta un arma para lucir amenazadora- dijo Percy

-Y que lo digas- dijo Annabeth

-Lo sentí un poco por el portero- comentó Percy

— ¡Le estoy diciendo —chillaba mamá— que tenemos que subir! Mi hijo... —Entonces me vio y abrió mucho los ojos—. ¡Percy!

Me dio tal abrazo que me dejó sin respiración.

-Casi compite con los abrazos de Tyson- dijo Percy con cariño

-Estoy de acuerdo- dijo Annabeth

-Genial- dijo Tyson aplaudiendo

Hemos visto el edificio iluminado de azul —me dijo—. Pero como no bajabas... ¡Subiste hace horas!

Se estaba poniendo un poco nerviosa —adujo Paul con ironía.

-Un poquito nerviosa nada más- dijo Percy

-Llegamos justo a tiempo, sesos de alga- dijo Annabeth

-Antes de que empezara a amenazar al portero- dijo Percy

Estoy bien —les aseguré, mientras mamá abrazaba a Annabeth—. Ahora todo se ha arreglado.

Señor Blofis —dijo Annabeth—, ¡qué manejo de la espada!

Poseidón rodó los ojos

-Me puedo imaginar qué sería muy sexy- dijo Afrodita

-¡Afrodita!- masculló Ares

-Por los dioses- murmuró Piper

Paul se encogió de hombros.

Bueno, parecía lo obligado dadas las circunstancias. Pero Percy... ¿es verdad toda esa historia de la planta seiscientos?

El Olimpo —respondí—. Sí.

-Bueno, creo que después de todo lo que ha visto eso ya les será más fácil de creer- dijo Jason

-Sí, creo que el hecho de pelear contra monstruos ayuda bastante- dijo Percy

-Es el pequeño empujoncito que faltaba, a pesar de que no estaba seguro de donde se encontraban los monstruos- señaló Jason

-Es un pequeño detalle menor- bromeó Percy

Paul levantó la vista hacia el techo con expresión soñadora.

Me encantaría verlo.

Paul —lo reprendió mamá—, no es apto para mortales. En fin, lo importante es que nos encontramos bien. Todos.

-Y ahí es cuando crees que las cosas van a estar bien ¡Pero no!- dijo Percy -porque alguien secuestró a mí pegaso

Rachel se sonrojó -¡Que no fue un secuestro!

Estaba a punto de relajarme. Todo parecía perfecto. Las cosas entre Annabeth y yo se habían calmado. Mi madre y Paul habían sobrevivido. El Olimpo se había salvado.

-Ninguno de los dioses de fulminó- dijo Leo

-Tenías la aprobación de Atenea- señaló Apolo

Atenea rodó los ojos

-Todo estaba mejor- asintió Leo

Pero la vida de un semidiós nunca es tan fácil. Justo en ese momento Nico llegó corriendo desde la calle, y por su expresión deduje que algo andaba mal.

-Sólo un poco mal- dijo Travis

-Casi nada- añadió Connor -lo de siempre

Es Rachel —dijo—. Acabo de cruzármela en la calle Treinta y dos.

Annabeth frunció el entrecejo.

— ¿Qué ha hecho esta vez? —preguntó.

-¡Oye!- se quejó Rachel

-¿Por qué consigues puros amigos imprudentes?- preguntó Leo con una sonrisa

-No lo sé- dijo Percy encogiéndose de hombros -es como un don

No, la cuestión es adonde ha ido —explicó Nico—. Le he dicho que moriría en el intento, pero ella ha insistido. Se ha montado en Blackjack...

— ¿Qué se ha llevado a mi pegaso?

-¿Y cómo es que Blackjack permitió que lo montaras?- preguntó Will

-Tengo un don de convencimiento- dijo Rachel

Nico asintió.

Va hacia la colina Mestiza. Ha dicho que tenía que llegar al campamento.

-Fin del capítulo- anunció Quirón

-Rachel siempre poniéndole más adrenalina al momento- dijo Piper

-Eso Rachel, tú demuestra quién manda- bromeó Miranda

-Y así señoras y señores, es como Rachel cierra con broche de oro- dijo Connor

-Creo que todavía falta el broche de oro- señaló Percy

-De acuerdo ¿Continuamos o quieren salir por un poco de aire?- preguntó Hestia

-Quedan dos capítulos- anunció Quirón

-Terminemos- dijo Thalia

-Sí, por favor acabemos con esta tortura- dijo Percy

-¿Quién quiere leer?- preguntó Quirón