En el capítulo antes de la tragedia:

-Terminemos- dijo Thalia

-Sí por favor, acabemos con esta tortura- dijo Percy

-¿Quién quiere leer?- preguntó Quirón

-Yo leo- dijo Annabeth, Quirón le pasó el libro -recibo un jarro de agua fría

-Espero que eso solo se trate de una metáfora- dijo Poseidón

-En realidad- dijo Percy sonrojado -creo que podría ser literal- dijo mirando a Annabeth que también se sonrojó

Nadie me roba mi pegaso. Ni siquiera Rachel.

-¿Y Annabeth? ¿Ella tampoco puede robar tu pegaso?- preguntó Connor

Percy pareció pensarlo -No, tampoco puede, además ella no querría robar mi pegaso, ella tiene el suyo

-Yo no tengo un pegaso- dijo Annabeth

-Tienes a Guido- dijo Percy

-Pero no es mío- señaló Annabeth

-Ay por favor, te quiere más a ti que a mí- bromeó Percy

-Y ahí está mi punto- dijo Rachel - yo no tengo un pegaso

-Así que técnicamente es tu culpa que tomara prestado tu pegaso- señaló Travis

No sabía si estaba más enfadado, asombrado o preocupado.

-Preocupado- dijo Annabeth

-Enfadado- dijo Percy

-Estabas asombrado- dijo Rachel -admítelo

— ¿En qué estaría pensando? —me dijo Annabeth mientras corríamos hacia el río. Por desgracia, yo tenía una idea bastante aproximada, y me daba mucho miedo.

-Pero al final todo salió bien- dijo Rachel

-Eso no quita mi enfado- bromeó Percy

-Pero el de Annabeth sí- dijo Rachel riendo

-Vaya gracias- dijo Annabeth rodando los ojos

Había un tráfico espantoso. Todo el mundo estaba en la calle mirando boquiabierto los daños causados en la zona de guerra. Se oían sirenas de policía a cada paso.

-Siempre he querido subirme a un carro de policía - dijo Connor

-No sé cómo no lo has hecho con tantos... Préstamos que has hecho- comentó Miranda

-Eso es porque soy muy bueno en lo que hago- señaló Connor

Miranda rodó los ojos

Era imposible encontrar un taxi y todos los pegasos se habían largado volando. Me habría conformado con unos Ponis Juerguistas, pero ellos habían desaparecido con casi todas las existencias de cerveza de raíces de la ciudad.

-Al menos alguien lo pasó bien- señaló Apolo

-Además los mortales pueden creer que la cerveza de raíz se evaporó con la erupción solar- dijo Chris con una sonrisa

-Oh hermano, esa deducción es digna de cualquier hijo de Atenea- dijo Travis

Atenea resopló

Así pues, no nos quedó más remedio que correr y abrirnos paso entre aquella multitud de mortales alelados que atestaban las calles.

No podrá atravesar las defensas —dijo Annabeth—. Peleo la devorará.

-Tampoco pasó- dijo Rachel encogiéndose de hombros

-Era el destino- dijo Apolo

Eso no se me había ocurrido. La Niebla no despistaría a Rachel como a la mayoría de la gente; localizaría el campamento sin problemas. Pero yo había dado por supuesto que los límites mágicos la mantendrían a raya como un campo de fuerza.

-A mí ningunos límites mágicos me van a detener- bromeó Rachel

-Sí, ya lo notamos- comentó Katie

-Si no le importó roba... Digo tomar prestado a Blackjack nada la va a detener- dijo Connor -cuando empiezan los préstamos ya no hay vuelta atrás

No se me había ocurrido que Peleo pudiera atacarla.

Hemos de darnos prisa. —Le eché una mirada a Nico—. ¿No podrías invocar a unos caballos-esqueleto?

-Todo quieres Percy- dijo Leo negando con la cabeza

-No podía hacerlo- dijo Nico encogiéndose de hombros

-Así funciona esto del destino- señaló Apolo

Él corría jadeando.

Estoy tan agotado... que no podría hacer aparecer ni un hueso para el perro.

-Bueno, la señorita O'Leary se sentirá decepcionada- dijo Connor

-No con todos esos perros calientes que comió- señaló Will

-Y la pizza- dijo Percy

Finalmente, subimos al terraplén de la orilla y solté un silbido bien fuerte. No me apetecía hacerlo. Incluso con el medio dólar de arena que le había dado al río East para que se limpiara mágicamente, el agua seguía allí bastante contaminada.

-Medio dólar no ayudará mucho con la contaminación- dijo Poseidón con una mueca

-Yo creo que se necesitarían como unos cien mil dólares- dijo Percy

-¿Tan mal está?- preguntó Poseidón

Percy asintió con una mueca

No me hacía gracia provocarle una enfermedad a ninguna criatura marina. Pero ellas, de todos modos, acudieron a mi llamada.

-No iban a ignorarte aunque el agua estuviera contaminada- señaló Poseidón

-Y menos después de que acabas de salvar el Olimpo- dijo Apolo

-Y tampoco con el hecho de que sabían tu relación con Poseidón- comentó Hermes

-Además, aunque no lo creas, los hipocampos son muy resistentes- dijo Poseidón

Surgieron en el agua gris tres estelas y enseguida salieron a la superficie sendos hipocampos, relinchando con repugnancia y sacudiéndose la mugre de sus crines.

-A nadie le haría gracia nadar en esa agua- dijo Piper

-No, no es lo más recomendable, a menos que quieras hijos con un tercer ojo, pero no creo que a mi bro le haga gracia eso- dijo Percy con inocencia

Los chicos estallaron en carcajadas, Piper y Jason se pusieron de veinte tonos de rojo

-Genial- murmuró Jason sonrojado -la agarra contra nosotros, me siento traicionado bro

-Lo siento bro- dijo Percy entre risas -Piper me las debía

Percy chocó los cinco con Annabeth

-Oh por los dioses- dijo Hazel abanicándose con la mano

-Sí, ahora todos esperen su turno- dijo Percy y se volvió a reír

Eran criaturas preciosas, con cola de pez multicolor y cabeza y patas delanteras de semental. El que iba delante era mucho mayor que los otros dos:

Una montura adecuada para un cíclope.

— ¡Rainbow! —grité—. ¡Cómo va, amigo!

-¡Bravo!- gritó Tyson -sabía que él iba a acudir

-Es un hipocampo muy leal- dijo Percy

-Es bonito- dijo Tyson- y fuerte y hábil y le gustan las manzanas

-Sí- asintió Percy -creo que le debo unas cuantas

Él relinchó, quejándose.

Sí, lo siento —le dije—. Pero es una emergencia. Tenemos que llegar al campamento.

-¿Podrán llegar a tiempo?- bromeó Rachel

-Descúbranlo en el siguiente episodio de su comedia favorita- dijo Leo con voz de presentador

-Lo podríamos descubrir si dejaran de hablar- señaló Miranda riendo

-Ninguno de nosotros se imagina que pasó- dijo Katie

Dio un resoplido.

— ¿Tyson? ¡En plena forma! Lamento que no esté aquí. Ahora es un gran general del ejército de los cíclopes.

— ¡Hiiiiiiiiii!

-Que raro es oír esa conversación en un solo sentido- dijo Will

-Ni te imaginas- dijo Nico

-Era una buena conversación- dijo Percy

Sí, ya me imagino que siempre te trae manzanas. Bueno, ¿y qué me dices de ese trayecto...?

En un periquete, Annabeth, Nico y yo estábamos deslizándonos por el río Este más aprisa que en una moto acuática.

-¿Por qué montarte en una moto acuática cuando existen los hipocampos?- preguntó Leo

-¿Por qué es más fácil conseguir una moto acuática?- preguntó Frank

-No si estás con Percy- señaló Leo

Aceleramos al pasar bajo el puente Throgs Neck y nos dirigimos hacia Long Island Sound.

-¡Corran!- gritó Travis - aún están a tiempo

-Ustedes ya saben lo que pasó- dijo Annabeth

-Eso no le quita lo emocionante- dijo Connor

Me pareció que transcurría una eternidad hasta que divisamos la playa del campamento. Les dimos las gracias a los hipocampos y vadeamos hacia la orilla, donde descubrimos que Argos nos estaba esperando.

-Uhhh problemas- corearon los Stoll

-Y muchos- asintió Percy

-Vaya, gracias- masculló Rachel

Se hallaba de pie sobre la arena, con los brazos cruzados y sus cien ojos mirándonos airados.

— ¿Está aquí? —pregunté.

Asintió, muy serio.

-¿Dónde más podría estar?- preguntó Rachel

-No sé, podrías haber tomado un atajo a Francia- dijo Percy encogiéndose de hombros

-Me encanta Francia- suspiró Afrodita

-La próxima vez que tome prestado tu pegaso iré a Francia- prometió Rachel

— ¿Va todo bien? —preguntó Annabeth.

Argos meneó la cabeza.

-Genial- masculló Poseidón

-No vuelvas a hacerlo- dijo Percy

Rachel se encogió de hombros -No creo que pueda volver a hacerlo

Lo seguimos por el sendero. Era surrealista encontrarse en el campamento, porque allí todo parecía tranquilo y pacífico, sin edificios carbonizados, ni guerreros malheridos.

-Fue muy extraño- asintió Annabeth

-Nunca se valoran las cosas lo suficiente- dijo Percy

-Otra frase perfecta para un poema compuesto por mí- dijo Apolo

Las cabañas destellaban al sol y los campos relucían cubiertos de rocío. Aunque el lugar estaba casi desierto.

No había duda: en la Casa Grande algo iba rematadamente mal.

Algunos de los dioses miraron a Rachel como si no pudieran creer que estuviera realmente ahí

-No iba taan mal como parecía- dijo Rachel

-Eso espero- masculló Apolo dándole una mala mirada a Hades

Hades fingió no darse cuenta

De todas las ventanas salía un resplandor verde, idéntico al que había visto en mi sueño sobre May Castellan.

Luke hizo una mueca

-Lo bueno es que nadie más lo iba a intentar- murmuró Hermes

-Rachel es una chica rebelde- dijo Travis en tono de "¿Que le vamos a hacer?"

Cierta hija de Deméter hizo una mueca que casi nadie notó

La Niebla (la de tipo mágico) se arremolinaba en el patio. Quirón yacía en una camilla tamaño caballo junto a la pista de voleibol, rodeado de un corrillo de sátiros.

Quirón hizo una mueca

Blackjack galopaba nervioso de un lado para otro.

« ¡A mí no me culpe, jefe! —Suplicó al verme—. ¡Esa chica extraña me obligó!».

-¡Me dijo extraña!... Bueno, realmente no puedo culparlo- comentó Rachel

-¿Cómo lo obligaste?- preguntó Hermes

-Puedo ser muy convincente- dijo Rachel con una rara sonrisa

-Mi oráculo es genial- dijo Apolo

Rachel Elizabeth Dare estaba de espaldas, al pie de los escalones del porche, con los brazos alzados, como si esperase que alguien le lanzara una pelota desde el interior de la casa.

-Una buena escena- comentó Nico -como para una película de terror

-Era justo el momento en que tenía que aparecer el fantasma- dijo Connor

Los Stoll voltearon a ver a Nico esperanzados

-Ni siquiera se les ocurra- gruñó Nico

-¿Por qué no? Sería la mejor película de terror de todos los tiempos- dijeron los Stoll al unísono

-Hay tantas razones por las que eso sería una terrible idea- dijo Miranda

-Algún día lo conseguiremos- dijo Connor a su hermano

— ¿Qué está haciendo? —Masculló Annabeth—. ¿Y cómo habrá atravesado los límites de seguridad?

-Pues si se llevó a Blackjack ¿Cómo crees que los cruzó, Annabeth?- preguntó Thalia divertida

-Ya estás como Nico y sus preguntas obvias- bromeó Percy

Nico rodó los ojos

-Cállate, sesos de alga- dijo Annabeth dándole un golpe juguetón

-¿Por qué a mí me golpeas y a Thalia no?- preguntó Percy con un puchero

Thalia le dio una sonrisa de suficiencia

-Ya llegará tu momento, cara de pino- dijo Percy "seriamente"

Volando —dijo uno de los sátiros, echándole una mirada acusadora a Blackjack—. Ha pasado justo por encima del dragón y ha cruzado las fronteras mágicas.

-Les dije que todo estaba fríamente calculado- bromeó Rachel

-Al parecer sí tenías todo controlado- comentó Bianca

-Nunca subestimen a una mortal- dijo Travis

— ¡Rachel! —grité, pero los sátiros me detuvieron cuando intenté acercarme a ella.

No, Percy —me advirtió Quirón. Hizo una mueca al tratar de moverse.

Tenía un brazo en cabestrillo, las patas traseras entablilladas y la cabeza vendada —. No puedes interrumpir.

-Yo recomendaría que no lo hicieras- dijo Apolo

-Mejor deja que eso lo resuelva ella- asintió Perséfone

-No fue tan malo- dijo Rachel

-Para nada- dijo Percy con sarcasmo

— ¡Creía que habías hablado con ella!

Así es. Y la invité a venir aquí.

-Pero habló con ella- señaló Jason

-Es lo importante- asintió Leo

-Tal vez no era la charla que tú querías, pero era la que ella necesitaba- dijo Reyna

Lo miré, incrédulo.

— ¡Dijiste que nunca permitirías que nadie volviera a intentarlo! Dijiste...

Sé lo que dije. Pero me equivocaba. Rachel tuvo una visión sobre la maldición de Hades. Cree que tal vez haya sido levantada. Me ha convencido de que vale la pena intentarlo.

-Apolo, tú precioso oráculo está aquí- bufó Hades -no necesito más de tus miradas, además ni siquiera es mi culpa, fue culpa del dramático de Zeus

Zeus bufó -Si hubieras hecho lo que te ordené, nada de eso hubiera pasado

-Tú no me ordenas nada- masculló Hades

-No empiecen de nuevo- dijo Deméter

-Están peor que sus mocosos- bufó Hera

— ¿Y si no ha sido levantada aún? Como Hades no se haya ocupado de ello, se volverá loca.

La Niebla se arremolinó alrededor de Rachel, que empezó a temblar como si sufriera una convulsión.

Rachel se sonrojó

-Que bueno que no estuvo tan mal- señaló Reyna con una ceja alzada

-Todo era parte del plan- dijo Rachel

Apolo asintió de acuerdo

— ¡Rachel! —grité—. ¡Detente!

Corrí hacia ella sin hacer caso a los sátiros. Cuando ya la tenía a tres metros, choqué con una especie de pelota invisible elástica. Salí rebotado hacia atrás y aterricé en la hierba.

-Y precisamente por eso no te debías acercar- dijo Apolo

-Hay que aprender de mala manera- dijo Percy

-Siempre aprendes así- dijo Thalia

-Miren quien habla- dijo Percy sacándole la lengua

Rachel abrió los ojos y se volvió. Tenía aspecto de sonámbula, como si sólo me viera en sueños.

Todo va bien. —Su voz sonaba remota—. Para eso he venido.

— ¡Serás destruida!

Ella meneó la cabeza.

Éste es mi sitio, Percy. Por fin comprendo por qué.

-En serio, todo era parte del plan- dijo Rachel al darse cuenta de las miradas que estaba recibiendo -suena malo, pero no lo fue tanto

-Creo que se intenta convencer a sí misma- dijo Hermes con una pequeña sonrisa

-Ella dice la verdad- dijo Apolo -no es tan malo

Aquello se parecía demasiado a lo que había dicho May Castellan. Tenía que detenerla, pero ni siquiera podía levantarme.

La casa retumbó y la puerta se abrió de golpe, dejando escapar un fulgor verde. Noté un olor rancio a reptil.

-Amo los reptiles- dijo Apolo con sarcasmo -unas verdaderas bellezas

-Tampoco me caen muy bien- dijo Piper con una mueca

-Me caes mejor- dijo Apolo

La Niebla se retorció sinuosamente convertida en un centenar de serpientes, que se deslizaban por las columnas del porche y envolvían en sus anillos toda la casa. Entonces apareció el Oráculo en el umbral.

-Por si no era lo suficientemente tétrico- señaló Leo

Calipso le dio un codazo

-Nena, es la verdad- dijo Leo -la escena ya era bastante mala y eso que yo ni estaba ahí

La momia avanzó arrastrando los pies con su vestido multicolor. Tenía peor aspecto que de costumbre, lo que ya es decir.

-Su tiempo por fin había terminado- dijo Apolo suspirando

-Fue una larga espera- estuvo de acuerdo Rachel -era su momento de descansar

El pelo se le caía a mechones. Su piel apergaminada se agrietaba como el asiento gastado de un autobús. Sus ojos vidriosos parecían perdidos en el vacío, aunque tuve la espeluznante sensación de que caminaba directamente hacia Rachel.

-Sí, ya que ella era la única que estaba dentro del escudo invisible- dijo Leo -estos chicos de ahora y sus deducciones

-Lo lamento profesor Leo, no volverá a suceder- dijo Percy

-Espero que pongas más atención- dijo Leo

Luego ambos se echaron a reír

Ésta extendió los brazos. No parecía asustada.

-Era la única- dijo Percy

Llevas demasiado esperando —dijo—. Pero aquí estoy por fin.

El sol brilló todavía con más ardor. Por encima del porche, apareció una figura flotando en el aire: un tipo rubio con toga blanca, gafas de sol y sonrisa engreída.

Apolo —dije.

-Obviamente el mejor- dijo Apolo

-¿Según quién?- preguntó Artemisa

-Según todos- dijo Apolo -hermanita, no deberías ser tan celosa

-No soy tu hermanita- masculló Artemisa

Él me guiñó un ojo, pero se llevó un dedo a los labios.

Rachel Elizabeth Dare —dijo el dios—. Posees el don de la profecía. Pero también se trata de una maldición.

-¿Lo ves? Tú mismo lo dijiste- señaló Hermes

-Pero es que yo sí puedo decirlo- dijo Apolo como si fuera obvio

-Claaro- murmuró Hermes

¿Estás totalmente decidida?

Ella asintió.

Es mi destino.

— ¿Aceptas los riesgos?

Sí.

Entonces, adelante.

-Aquí vamos- dijo Percy

-Y ahora niños y niñas, van a conocer cómo se crea un oráculo- dijo Leo -pongan atención será pregunta del examen final

Rachel cerró los ojos.

Acepto esta misión. Me entrego a Apolo, dios de los Oráculos. Abro mis ojos al futuro y abrazo el pasado. Acepto al espíritu de Delfos, Voz de los Dioses, Portador de Enigmas, Vidente del Destino.

-Esa parte me encanta- dijo Apolo

-Obviamente- dijo Artemisa rodando los ojos

-Aunque no siempre sale bien- dijo Apolo

-Y que lo digas- masculló Hermes

No sabía de dónde sacaba aquellas palabras, pero salían de ella con toda fluidez mientras la Niebla se iba espesando.

-Una escena que jamás olvidaré- dijo Percy

-Creo que ninguno de nosotros, sesos de alga- comentó Annabeth

Nico asintió de acuerdo

De la boca de la momia brotó entonces un serpenteante reguero verde, grueso como una pitón, que se deslizó por los escalones y empezó a enroscarse perezosamente por las piernas de Rachel.

-No lo hagan en casa- dijo Rachel

-Ni en ningún lado si es posible- dijo Leo

-¡Oye! Eso me ofende- dijo Apolo

-Lo siento- dijo Leo con inocencia

La momia del Oráculo se desmoronó y se fue deshaciendo hasta que sólo quedó un montoncillo de polvo y un viejo vestido de colores.

La Niebla envolvía a Rachel de tal modo que apenas la veía. Luego, poco a poco, empezó a despejarse.

-Más drama al momento- dijo Travis

-Siempre es bueno el drama- dijo Apolo

-Estoy de acuerdo con eso- dijo Afrodita guiñándole el ojo a Travis

Rachel cayó al suelo y se acurrucó en posición fetal. Annabeth, Nico y yo corrimos hacia ella, pero Apolo nos detuvo:

— ¡Alto! Ahora viene la parte más delicada.

-Yo creí que ya había pasado la parte más delicada- dijo Bianca

-Oh no, eso solo fue la pausa antes del drama- dijo Apolo

Rachel frunció el ceño

— ¿Qué sucede? —pregunté—. ¿A qué se refiere?

Apolo estudió a Rachel con inquietud.

El espíritu puede alojarse en su interior o no.

-O sea que nunca fue algo que fuera seguro, ni un poco- dijo Bianca

-No- dijo Rachel -era todo o nada

-Vaya, creí que nunca conocería a alguien más loco que Percy- dijo Leo

Todos notaron la ironía en eso

— ¿Y si no lo hace? —preguntó Annabeth.

Cinco sílabas —dijo Apolo, contándolas con los dedos—. « Sería fatal».

-Pero aun así no fue tan malo- dijo Reyna con incredulidad

-No lo fue- dijo Rachel riendo

-Se nota- comentó Reyna

Pese a la advertencia de Apolo, corrí a arrodillarme junto a Rachel. El olor del desván se había disipado. La Niebla descendió a ras de suelo y el resplandor verde se extinguió. Ella, sin embargo, seguía muy pálida y apenas respiraba.

-Era lógico- bufó Nico -casi desapareció su aura de vida

-De acuerdo, está bien- dijo Rachel alzando los brazos -sí fue un poco malo

De pronto se le abrieron los párpados. Me enfocó con dificultad.

Percy.

— ¿Te encuentras bien? —pregunté.

-Define bien- dijo Thalia

-En esos momentos, que no estuviera muerta- dijo Percy

-Entonces está perfectamente- dijo Thalia

Intentó sentarse.

Uf. —Se llevó las manos a las sienes.

Rachel —dijo Nico—, tu aura vital se había desvanecido casi del todo. He visto cómo morías con mis propios ojos.

-Y no fue algo agradable- masculló Nico

-Lo siento- dijo Rachel -pero todo salió bien

Estoy bien —musitó—. Ayudadme a levantarme, por favor. Las visiones... me desorientan un poco.

— ¿Seguro que estás bien? —pregunté.

-Estaba desorientada, pero sí- dijo Rachel encogiéndose de hombros -les dije que todo estaba calculado

-Solo imaginen que no lo estuviera comentó Piper

Rachel sonrió

Apolo bajó flotando desde el porche.

Damas y caballeros —dijo—, es un placer presentarles al nuevo Oráculo de Delfos.

Está de broma —resopló Annabeth.

-Y creí que ella iba a ser la más feliz con eso- dijo Apolo negando con la cabeza

Annabeth se sonrojó furiosamente

Rachel esbozó una leve sonrisa.

También para mí resulta algo sorprendente, pero éste es mi destino. Lo vi al llegar a Nueva York. Ahora sé por qué nací con este don. Fui creada para convertirme en Oráculo.

-Entonces qué bueno que dejaste a la distracción llamada Percy- dijo Thalia

-¡Thalia!- chilló Percy sonrojado

Annabeth le dio a Thalia una mala mirada, que la cazadora no vio porque estaba muy ocupada riéndose

Parpadeé, perplejo.

— ¿Estás diciendo que ahora mismo puedes predecir el futuro? —pregunté.

No a todas horas —dijo—. Pero hay visiones, imágenes y palabras en mi mente. Cuando alguien me hace una pregunta, yo... ¡Oh, no...!

-Aquí vamos de nuevo- suspiró Poseidón

-Ni siquiera sé para qué pregunté- dijo Percy

-Ustedes dos son muy groseros- dijo Apolo

Ya empieza —anunció Apolo.

Rachel se dobló como si le hubieran dado un puñetazo. Al incorporarse de nuevo, tenía en los ojos un brillo verdoso.

Todos se quejaron

Entonces comenzó a hablar con una voz que parecía triplicada, como tres Rachel hablando a la vez:

Siete mestizos responderán a la llamada.

Bajo la tormenta o el fuego, el mundo debe caer.

Un juramento que mantener con un último aliento,

Y los enemigos en armas ante las Puertas de la Muerte.

-Eso suena horrible- dijo Perséfone

-Sobre todo la parte de las Puertas de la Muerte- dijo Hades con una mueca de preocupación

-Y que lo digas- murmuró Nico por lo bajo

Los chicos hicieron una mueca

Al pronunciar la última palabra, Rachel cayó fulminada. Nico y yo nos apresuramos a sujetarla y la llevamos hacia el porche. Tenía un calor febril en la piel.

Estoy bien —dijo, ya con su voz normal.

-Necia hasta en los peores momentos- bromeó Thalia

-¿Qué podía hacer?- dijo Rachel encogiéndose de hombros

-Es el don de Percy para conseguir amigos locos-bromeó Leo

-Genial, gracias- dijo Rachel

— ¿Qué ha sido eso? —pregunté.

Ella negó con la cabeza, desconcertada.

— ¿El qué?

-La profecía horrible que diste- señaló Percy

-Oye, tú me preguntaste- dijo Rachel

-No era obligatorio responder- bromeó Percy

Yo diría que acabamos de oír la siguiente Gran Profecía —comentó Apolo.

— ¿Qué significa? —inquirí.

Rachel frunció el entrecejo.

Ni siquiera recuerdo qué he dicho.

-Por supuesto que no- dijo Apolo -es mejor que simplemente la dejen descansar

-Es mejor- dijo Artemisa -aunque tienes que admitir que iban a tener la intención de interrogarla

-Además... ¿Por qué dio la profecía tan pronto?- bufo Zeus -a penas y se había cumplido la otra

-Así es como funciona el oráculo- dijo Apolo

-No me convence- masculló Zeus

No —terció Apolo, pensativo—. El espíritu sólo hablará a través de ti en ocasiones. El resto del tiempo, Rachel seguirá siendo la de siempre. No tiene sentido interrogarla, aunque acabe de pronunciar la nueva gran predicción sobre el futuro del mundo.

-Me encantan las predicciones sobre el futuro del mundo-dijo Leo con sarcasmo

-A todos nos encanta- estuvo de acuerdo Percy

-Es lo mejor que puede existir- comentó Jason

— ¿Qué? —exclamé—. Pero...

Percy —atajó Apolo—, yo no me preocuparía demasiado. La última Gran Profecía sobre ti tardó casi setenta años en cumplirse. Esta quizá ni siquiera suceda durante el curso de tu vida.

-De acuerdo, por las miradas que me están dando creo que eso no pasó, demonios niños parece que me quieren matar- Apolo resopló -de acuerdo, alcen la mano los siete de la profecía

Percy, Annabeth, Frank, Hazel, Jason, Piper y Leo levantaron la mano

-¿De nuevo?- masculló Poseidón mirando a su hijo

Percy le dio una sonrisa ladeada

-No puede ser- bufó Atenea mirando a su hija

Ares miró a su hijo con un poco de aprobación, al fin el chico iba a tener la oportunidad de demostrar su valía y demostrar que era digno de ser su hijo

Afrodita, Hefesto y Hades miraban a sus hijos con algo de preocupación, aunque Hades no tuviera la personalidad de Plutón todavía se preocupaba por su hija

Mientras que Zeus veía a Jason con una ceja alzada y una sonrisa un poco arrogante, es cierto que desde que había llegado a penas y había hablado con él (ya que casi al instante se mudó con Apolo) pero ahora que iba a participar en una profecía tal vez por fin demostraría que el hijo del marisco no era la gran cosa.

Reflexioné en lo que Rachel había dicho con aquella voz espeluznante sobre fuego y tormentas y las Puertas de la Muerte.

Puede ser —comenté—. Pero no sonaba demasiado bien.

Ya —dijo Apolo jovialmente—. Nada bien. ¡Va a ser una Oráculo fantástica!

-¿Cómo calificarían su servicio de oráculo?- preguntó Leo

-Piensen bien su respuesta- masculló Rachel

-10/10- dijo Percy -y no es porque le tenga miedo a las profecías

-Ese chico sabe lo que le conviene- dijo Apolo riendo

No era fácil olvidarse por el momento del asunto, pero Apolo insistió en que Rachel debía reposar. A decir verdad, se la veía bastante desorientada.

-Además aunque siguieran preguntando no iban a obtener ninguna respuesta- señaló Apolo

-Sí, lo notamos- murmuró Percy

Perdona, Percy —dijo—. No te lo expliqué todo en el Olimpo. La llamada me asustó y no creía que fueses a entenderlo.

-Pues no- dijo Percy encogiéndose de hombros -y lo que menos entiendo es que hayas robado a mi pegaso

-Y vamos de nuevo- dijo Rachel -creí que ya lo habías superado

-Nunca- dijo Percy

Aún no lo entiendo —reconocí—, pero, bueno, me alegro por ti.

Rachel sonrió.

Quizá no sea para alegrarse exactamente. Ver el futuro no resultará fácil.

Pero es mi destino. Sólo espero que mi familia... —No terminó la frase.

-No te preocupes- dijo Apolo -todo va a salir bien

-Hasta ahorita así ha sido- comentó Rachel

— ¿Todavía piensas ir a la Academia Clarion? —pregunté.

Se lo prometí a mi padre. Intentaré ser una chica normal durante el curso, pero...

Pero ahora debes dormir —la reprendió Apolo

-Porque lo necesitabas- comentó Percy

-¿Tan mal me veía?- preguntó Rachel

-Sí- confirmó Nico

-Genial- murmuró Rachel

. Quirón, no me parece que el desván sea el sitio indicado para nuestra nueva Oráculo, ¿no crees?

Desde luego que no. —Quirón tenía ya mucho mejor aspecto, porque Apolo le había estado aplicando algunos de sus remedios mágicos—.

-El mejor dios a tu servicio- dijo Apolo con una sonrisa brillante

-Gracias- comentó Quirón

Rachel puede utilizar la habitación de invitados de la Casa Grande mientras lo pensamos con calma.

Se me ocurre una cueva en las montañas —murmuró Apolo, pensativo—. Con antorchas y una gran cortina morada en la entrada... algo misterioso de verdad.

-Bueno, misterioso sí es- dijo Travis

-Un poco aterrorizante también- dijo Connor

-Aunque hubiera preferido algo como una bola de cristal, para darle más efecto- asintió Travis

-No me van mucho las bolas de cristal- dijo Rachel

-¿Un turbante morado?- preguntó Connor

-Tampoco

Pero con un apartamento en el interior decorado a la última, que incluya sala de juegos y uno de esos sistemas ultramodernos de cine en casa.

Quirón carraspeó ruidosamente.

— ¿Qué pasa? —dijo Apolo, desconcertado.

-¿Otra cosa que se te ofrezca?- resopló Artemisa

-Creo que nada más, por el momento- dijo Apolo

Rachel me dio un beso en la mejilla.

-Al menos esta vez fue en la mejilla- dijo Thalia

-¡Por los dioses!- masculló Rachel sonrojada

-Eres una terrible persona- dijo Percy mirando a Thalia

Adiós, Percy —susurró—. Y no necesito ver el futuro para decirte lo que debes hacer ahora, ¿verdad?

Su mirada parecía más penetrante que antes.

-Creo que no necesitas una profecía para eso- señaló Afrodita con una sonrisa

Me puse colorado.

No.

Así me gusta.

Dio media vuelta y se adentró con Apolo en la Casa Grande.

-Genial- dijo Apolo -estoy tan contento de tener un nuevo oráculo

-Pero no de que ande diciendo las profecías tan pronto- masculló Zeus

El resto del día resultó tan extraño como lo había sido el principio. Los campistas empezaron a llegar desde Nueva York en coche, en pegaso o en carro.

-Y nosotros no tuvimos que robar a los pegasos- dijeron los Stoll

-Creí que estaban de mi lado- dijo Rachel

-Sí, solo queríamos aclarar el punto

Los heridos fueron atendidos y los muertos recibieron honras fúnebres en la hoguera del campamento de acuerdo con los antiguos ritos.

El sudario de Silena era de un rosa subido y llevaba bordada una lanza eléctrica.

La diosa del amor hizo una mueca, los chicos se quedaron un momento en silencio

Las cabañas de Ares y Afrodita la aclamaron como a una heroína y luego prendieron juntas la pira. Nadie pronunció la palabra « espía».

-Más les valía- masculló Clarisse

Ese secreto ardió hasta convertirse en cenizas mientras se elevaba hacia el cielo una nube de humo aromatizado con perfume de diseño.

Incluso Ethan Nakamura tuvo su sudario: uno de seda negra con un logo formado por dos espadas cruzadas bajo una balanza.

-Eso es muy noble de su parte- dijo Hestia

-Él lo merecía- dijo Percy con una sonrisa triste

-Por supuesto que sí- dijo Hestia -le diste la oportunidad de hacer algo sumamente importante

Mientras el sudario empezaba a arder, confié en que Ethan supiera que había logrado algo importante. Había tenido que pagar un precio mucho más alto que un ojo, pero los dioses menores iban a obtener al fin el respeto que merecían.

Zeus refunfuñó un poco

-Creo que lo supo- comentó Apolo -los chismes en el inframundo viajan rápido

-Eso es cierto- señaló Perséfone

La cena en el pabellón transcurrió discretamente. La única nota de interés la puso la ninfa Enebro, que apareció de pronto gritando « ¡Grover!», y se lanzó sobre su novio con un abrazo-placaje, entre los aplausos de todos los presentes.

-Ese es un buen tipo de abrazo- dijo Leo

-Me gustan más las llaves de judo- comentó Percy sonriéndole a Annabeth

-A mí también- asintió Annabeth

-Claro, cómo no te iban a gustar- dijo Piper riendo

Los dioses y algunos chicos los miraron confundidos

Luego bajaron a la playa a dar un paseo a la luz de la luna.

-Ahora se le llama paseo a la luz de la luna- dijo Connor -sí claro

-Sí lo fue- dijo Grover sonrojado

-Claaaro- murmuró Connor

Me alegraba por ellos, aunque la escena me hacía pensar en Silena y Beckendorf, y eso me entristecía.

La Señorita O'Leary retozaba alegremente de aquí para allá, comiéndose las sobras de todas las mesas.

-Y unas que aún no eran sobras- comentó Will

-Tal vez no estabas comiendo con suficiente rapidez- señaló Percy

-Obviamente fue mi culpa- refunfuñó Will

Nico estaba en la mesa principal con Quirón y el señor D, cosa que nadie parecía encontrar fuera de lugar. Al contrario, todos le daban palmaditas en la espalda y lo felicitaban por su destreza en el combate.

-Y milagrosamente no le rompió la mano a nadie por atreverse a tocarlo- comentó Thalia

-¡Gracias a los dioses!- dijo Will - ya teníamos mucho trabajo en la enfermería

-¡Solace! No le sigas el juego- masculló Nico

-Lo siento, sombritas- dijo Will encogiéndose de hombros

Hasta los hijos de Ares lo consideraban un tipo guay. Ya lo ves: preséntate con un ejército de guerreros muertos en el momento crucial y, de repente, todos querrán ser tus amigos.

-Bueno, obviamente eso da muchos puntos- dijo Travis

-Por supuesto, es lo que está hasta arriba del código de amigos- dijo Connor

-Claro ¿Cómo no lo recordé?- preguntó Percy

-Deberías poner más atención- señaló Travis

Poco a poco, la gente se fue retirando del pabellón. Algunos se dirigieron a la hoguera del campamento para cantar a coro; otros se fueron a la cama.

-Y otros más se quedaron escondidos entre los árboles- bromeó Connor

-No me sorprendería- dijo Chris riendo

Annabeth y Percy se sonrojaron

Permanecí sentado a la mesa de Poseidón, contemplando cómo rielaba la luna en las aguas de Long Island Sound. Vislumbraba a Grover y Enebro en la playa, tomados de la mano y charlando. Reinaba la tranquilidad.

-La calma después de la tormenta- dijo Apolo

-Estoy segura que es al revés, la calma antes de la tormenta- señaló Artemisa

-Como sea, ya tuvieron suficiente tormenta- suspiró Poseidón

Eh, Percy. —Annabeth se deslizó a mi lado en el banco—. Feliz cumpleaños.

-¡Ese ya pasó!- gritaron los Stoll

-Y no podemos olvidar el lindo show que dieron los chicos- dijo Piper riendo

-¡Pipes!- masculló Jason sonrojado

-Por los dioses- dijo Frank también sonrojado

Hazel soltó una pequeña risa -Fue adorable

-Fue genial- dijo Percy

Sostenía un trozo de tarta grandioso y algo magullado, cubierto de azúcar glasé azul.

Me quedé mirándola.

— ¿Qué?

Hoy es dieciocho de agosto —dijo—. Tu cumpleaños, ¿no?

-Ni me acordaba- dijo Percy

-Pero yo sí, sesos de alga- dijo Annabeth con una sonrisa

Estaba perplejo. Ni siquiera me había acordado, pero tenía razón. Había cumplido dieciséis años aquella mañana: justamente la mañana en que había decidido darle el cuchillo a Luke. La profecía se había cumplido con toda exactitud, como estaba previsto, y yo no había caído en que era mi cumpleaños.

-Claro que sí- dijo Apolo - las profecías siempre se cumplen con toda exactitud

-Aunque los versos sean un poco complicados- señaló Rachel

-Y que lo digas- murmuró Percy

Pide un deseo —agregó con una sonrisa.

— ¿La has preparado tú?

Tyson me ha ayudado.

Ya entiendo por qué parece un ladrillo de chocolate —dije—. Con ración extra de cemento azul.

-¡Sííí!- gritó Tyson - yo ayudé mucho

-Es un buen chef- asintió Annabeth

-Era un ladrillo de chocolate muy sabroso- dijo Percy

Annabeth se echó a reír.

Pensé un segundo y luego soplé la vela.

Cortamos la tarta por la mitad y la compartimos, comiendo con los dedos.

-Y no me compartiste- dijo Leo dramáticamente

-¡No te conocía!- se defendió Percy

-Esa no es excusa- refunfuñó Leo

Sentados uno junto al otro, contemplamos el océano. Nos llegaba el canto de los grillos y algún rugido de los monstruos del bosque, pero por lo demás había silencio.

-Awwww que romántico- chilló Afrodita -por favor, ahora sí bésense

-Ya se están tardando, chicos- comentó Perséfone

-¿En qué momento se les ocurrió juntarse a ellas dos?- masculló Atenea para sí misma

Has salvado al mundo —murmuró.

Hemos salvado al mundo.

Annabeth se sonrojó antes de leer lo siguiente

Y Rachel es la nueva Oráculo, lo cual significa que no podrá salir con nadie.

No pareces muy apenada.

-Lo noté- asintió Rachel riendo

Annabeth se encogió de hombros.

Bah, me da igual.

-Los dioses vemos como dices mentiras- dijo Apolo riendo

Los chicos estallaron en risas, Atenea rodó los ojos

-No era mentira- dijo Annabeth sonrojada

Oh-oh.

Ella arqueó una ceja.

— ¿Tienes algo que decirme, sesos de alga? —preguntó.

Seguramente me darías una patada en el trasero.

Tenlo por seguro.

-Awww ustedes son tan románticos- dijo Piper con sarcasmo

-Nunca había conocido a una pareja más romántica- dijo Thalia -hasta Nico puede ser más romántico

-¿Qué dem...- masculló Nico totalmente sonrojado, hizo el ademán de ponerse de pie, pero Will lo retuvo

-Sombritas, no le hagas caso, está celosa- dijo Will

-Uhhhh- corearon los Stoll

Me sacudí las migas de las manos.

Cuando estaba en el río Estigio, volviéndome invulnerable... Nico me dijo que debía concentrarme en algo que me mantuviera anclado al mundo, algo que me diera ganas de seguir siendo mortal.

La sonrisa de Annabeth se hizo más grande

Annabeth mantuvo la vista fija en el horizonte.

— ¿Sí?

Luego, en el Olimpo —proseguí—, cuando quisieron convertirme en un dios y tal, yo no paraba de pensar...

Ah, pero tú lo deseabas...

Bueno, quizá un poco.

-¡Lo sabía!- dijo Apolo - nadie puede no querer la inmortalidad

-Aun así la rechazó por amor- chilló Afrodita

-Es un gran punto a su favor- asintió Perséfone -además de todos los que ya tenía

Pero no, porque pensaba... que no quería que las cosas siguieran igual toda la eternidad, porque las cosas siempre podrían mejorar. Y pensaba...

Me notaba la garganta reseca.

-No me lo dijiste- señaló Annabeth

-No me diste oportunidad- dijo Percy

-Te estabas tardando- bromeó Annabeth

-Lo bueno que te tengo a ti para simplificarme las cosas- dijo Percy con una sonrisa brillante

-Eso depende- dijo Annabeth riendo -recuerda que las cosas no te las voy a poner fáciles

-Lo tengo claro- asintió Percy -no tienes de qué preocuparte

Ambos se miraron a los ojos y se sonrieron

— ¿En alguien en especial? —preguntó Annabeth suavemente.

La miré y vi que reprimía una sonrisa.

— ¿Te estás riendo de mí? —protesté.

— ¡Qué va!

-Estás viendo que al niño le cuesta trabajo y todavía te ríes de él- dijo Thalia negando con la cabeza

-Eso no se hace- dijo Piper también con una sonrisa

No me lo estás poniendo nada fácil.

Entonces se echó a reír de verdad y me rodeó el cuello con los brazos.

Yo nunca, lo que se dice nunca, voy a ponértelo fácil, sesos de alga. Vete acostumbrando.

La voz de Annabeth se escuchó un poco ronca

-Es tan lindo- dijo Leo fingiendo secar una lágrima de su mejilla

A decir verdad casi todos tenían una sonrisa por la confesión (al fin) de la pareja, habían escuchado cada una de sus aventuras y era más que obvio que eran el uno para el otro.

Cuando me besó, tuve la sensación de que se me derretía el cerebro por dentro.

-¡POR FIN!- gritó Afrodita -estuve esperando esto durante mucho tiempo

Percy y Annabeth ya no podían estar más rojos de lo que ya estaban

-Ni siquiera fue tanto tiempo, además...

-Shhh- dijo Afrodita callando a Atenea -no lo arruines

-Y por segunda vez nos damos cuenta que Annabeth es la que lo besó- bromeó Thalia

-¡Eso Annabeth! Tú demuestra quien manda- dijo Piper

Annabeth rió

-Bro, no te quedes atrás- bromeó Jason

-Por los dioses Percy, te toca besarla

-¡Papá!- chilló Percy

Podría haberme quedado así toda la vida, pero inesperadamente una voz gruñó a nuestra espalda:

— ¡Bueno, ya era hora!

-¿Tenían que llegar a arruinar el momento?- masculló Afrodita

-Era necesario- dijo Travis

Afrodita resopló

Y de pronto, el pabellón se llenó de campistas con antorchas. Clarisse dirigió la operación mientras todos se echaban sobre nosotros y nos subían en hombros.

-Te dije que algunos nos habíamos escondido en los árboles- dijo Connor encogiéndose de hombros

-Me hubiera convenido saberlo antes- dijo Percy

Pero bueno —protesté—. ¿Es que no hay un poco de intimidad?

-No- corearon los semidioses

— ¡Los tortolitos necesitan agua fría! —dijo Clarisse con pitorreo.

— ¡Al lago de las canoas! —gritó Connor Stoll.

-La verdad es que sí necesitaban el agua fría- dijo Apolo

-No puede ser- murmuró Annabeth

Entre vítores y aplausos nos llevaron cuesta abajo, aunque siempre lo bastante cerca para que siguiéramos tomados de la mano. Annabeth se reía a carcajadas y yo no podía dejar de reírme tampoco, aunque tenía la cara completamente roja.

-Justo como ahorita- señaló Leo

-Nunca le digas a una persona que está roja, eso da más vergüenza- dijo Hazel

-Exacto- dijo Percy -gracias Hazel, alguien que sí tiene tacto

No nos soltamos las manos hasta que nos arrojaron al agua.

Pero el último en reírse fui yo.

Percy se tapó la cara con las manos, la voz de Annabeth se escuchaba ronca por la emoción

Formé una gran burbuja de aire en el fondo del lago y nuestros amigos se quedaron plantados en la orilla esperando a que saliéramos...

-Quedamos esperando como estúpidos- dijo Connor -lo admito

-Sí, no sabíamos que podías formar burbujas de aire- dijo Travis

-Realmente sí nos cansamos de esperar- dijo Katie

-¿Y en el fondo del lago, sí pueden una chica y un chico estar solos?- preguntó Apolo con aire pensativo -yo creo que debería existir una regla o algo

-Cállate- dijeron Afrodita y Perséfone al mismo tiempo

Ah, cuando eres el hijo de Poseidón, no tienes que darte tanta prisa.

Fue sin duda el mejor beso submarino de todos los tiempos.

Mentí, los chicos sí pudieron ponerse más rojos de lo que ya estaban, cuando todos sus amigos y unos dioses los vitorearon

-Lo fue sin duda- dijo Annabeth con una sonrisa

-¡ES TAN ROMÁNTICO!- chilló Afrodita

-Creo que acabas de dejar sordo a medio país- comentó Apolo

-No importa, esto es bellísimo, siento que voy a llorar- dijo Afrodita -son tan lindos, amo el amor, el amor es lo mejor del mundo, ellos me encantan...

(Y así estuvo como por media hora)

Sin embargo, Afrodita no era la única que estaba feliz por los chicos, Poseidón le dio una sonrisa orgullosa a su hijo, aunque Atenea aún tenía el ceño fruncido.

Los chicos vitorearon a la pareja, algunos de ellos habían tenido un crush con Percy, pero pronto se dieron cuenta que eso no iba a llegar a ningún lado, sobre todo cierta chica que había salido hacía poco de una isla remota y aquella que en su dolor por el abandono los había maldecido, aún no sabía que en realidad, esas palabras dichas al aire habían causado un buen sufrimiento, pero al menos se daba cuenta que Annabeth y Percy habían estado destinados casi desde que se conocieron, en realidad eran tan para cual.

Tomó bastante tiempo antes de que alguien dejara de abrazar a la parejita, los felicitara, los vitorearan, les hicieran bromas etc.

-Solo un capítulo más- anunció Apolo

-Por fin- dijo Percy quien aún no tenía su color natural de piel, estaba tomado de la mano con Annabeth

-Yo creo que este libro merece un buen final- dijo Apolo -¿Quién vota por que lea Percy?