-Continuaremos con la lectura pronto- dijo Atenea

Piper, Jason, Percy y Annabeth disfrutaban de una comida cortesía de Hestia en los jardines del Olimpo, luego de que la lectura se interrumpiera todos habían salido hablando sobre lo sucedido en el capítulo anterior, ellos cuatro fueron los últimos en salir, realmente era reconfortante pasar un poco de tiempo con amigos

-Ese es el último pastelillo, chicos- dijo Piper divertida

Ambos chicos pusieron sus manos al mismo tiempo sobre el panecillo

-Mi mano tocó primero- dijo Jason

-No, mi mano está un milímetro más cerca del pastelillo- dijo Percy

-Eso ni siquiera tiene sentido- murmuró Jason

-Sí lo tiene- dijo Percy

-Bueno chicos, ya que no pueden decidirse yo tomaré eso- dijo Piper y con un rápido movimiento se apoderó del pastelillo -¿Quieres la mitad?- preguntó a Annabeth

-Por supuesto- dijo Annabeth riendo

-Tenía glaseado azul- dijo Percy con un puchero

Annabeth y Piper se comieron sus respectivas mitades del pastelillo, riendo por la cara que tenían ambos chicos, después de eso ellos continuaron charlando sobre cosas sin importancia mientras disfrutaban un poco de tiempo juntos.

Los demás chicos se encontraban en los palacios de sus respectivos padres intentando hacer bromas o incluso recorriendo el Olimpo

-Lleva ahí dos horas- dijo Nico -¿Es que no nos va a dejar entrar?

-Bueno- dijo Will -tienen que arreglar sus problemas, sea como sea Perséfone es su esposa, no creo que haya sido muy cómodo

Nico hizo una mueca

-Venga, vayamos a dar un paseo en lo que tu padre se desocupa- dijo Will con una sonrisa

-Y entonces se comió mi pastelillo- dijo Percy

-Percy, has estado contando esa historia desde ayer y durante todo el desayuno- dijo Annabeth

-Fue algo terrible- dijo Percy

-Lo fue, bro- dijo Jason -fue un momento tan trágico

-De acuerdo- dijo Poseidón tratando de mantener la seriedad -vamos a seguir con la lectura

-Me toca- dijo Leo

Piper lo miró con una ceja alzada

-Un titán me trae un regalo- leyó

La bandera blanca se distinguía a un kilómetro de distancia.

-Por si les quedaba la duda de que iba en son de paz- dijo Leo

-Vaya, qué amables- murmuró Piper con sarcasmo

Era tan grande como un campo de fútbol y la llevaba un gigante de piel azul y pelo gris helado que debía de medir diez metros.

Los dioses se miraron con incredulidad

-Se supone que ellos son pacíficos- dijo Artemisa

-Se supone- murmuró Apolo

Un hiperbóreo —dijo Thalia—. Los gigantes del norte. Es mala señal que se hayan adherido al bando de Cronos. Ellos suelen ser pacíficos.

-Yo diría que es una terrible señal- dijo Apolo

-Creí que eras el optimista- murmuró Will

-Claro que lo soy, pero eso es mala señal- dijo Apolo

-Optimista sólo cuando le conviene- murmuró Artemisa

— ¿Los conoces? —pregunté.

Hum. Hay una colonia en Alberta. Y te aseguro que no conviene meterse en una batalla de bolas de nieve con esos tipos.

-En eso también estoy de acuerdo- dijo Apolo -son muy buenos en las batallas de bolas de nieve

-Eso es obvio- dijo Hermes

-¿Por qué se meterían con ellos en una batalla de bolas de nieve?- preguntó Artemisa -Porque son sus costumbres hermanita, no te conviene ofenderlos- dijo Apolo con una sonrisa burlona

Con el gigante venían tres mensajeros de estatura humana: un mestizo con armadura, una empusa diabólica con vestido negro y pelo llameante, y un hombre alto con esmoquin.

-Una comitiva de lo más respetable- bufó Poseidón

-Qué interesante elección de acompañantes- murmuró Reyna

La empusa iba del brazo de este último, de manera que parecían una pareja de camino a Broadway para ver un musical o algo parecido (eso, naturalmente, si dejabas de lado su pelo en llamas y sus colmillos).

-Por supuesto, es tan fácil olvidar ese pequeño detalle-comentó Thalia

-Lo sé- dijo Percy -pero sí parecía que iban a Broadway ¿No?

-Sí, un poco- dijo Thalia riendo

El grupo caminó con parsimonia hacia el parque infantil Heckscher. Los columpios, las pistas y los areneros estaban vacíos. Lo único que se oía era la fuente de Umpire Rock.

-Era la clase de detalle tétrico que le hacía falta a la escena- dijo Leo

-Como si no fuera lo suficientemente raro por sí solo- dijo Percy -siempre debe haber algo más raro

-Por supuesto- asintió Leo con una sonrisa

Miré a Grover.

— ¿Ese tipo del esmoquin es el titán? —le pregunté.

Asintió, nervioso.

Parece un mago —comentó—. Y no soporto a los magos. Suelen tener conejos.

-¿Te dan miedo los conejos?- preguntaron al mismo tiempo varios de los chicos

-Lo siento ahora todos lo saben- murmuró Percy

Grover suspiró

Lo miré, incrédulo.

— ¿Es que te dan miedo los conejos?

— ¡Beee-eee! Son unos abusones. Siempre roban el apio de los sátiros indefensos.

-Pero si son adorables- dijo Katie

-No lo son- dijo Grover con un escalofrío

Thalia carraspeó.

— ¿Qué? —preguntó Grover.

Habrá que ocuparse de tu fobia a los conejos más tarde —le dije—. Ahí vienen.

Thalia sonrío

-¿Qué?- preguntó Grover -¡Beee-eee! Ni se te ocurra- dijo mirando con horror a Thalia

-Nos vamos a ocupar de tu fobia- sentenció

El hombre del esmoquin se adelantó. Era más alto que la media de los humanos: mediría unos dos metros diez.

-¿Ves? Sí parecía un mago- murmuró Grover

Percy sonrió

Llevaba el pelo oscuro recogido en una coleta y los ojos ocultos tras unas gafas de sol redondas.

Los dioses intercambiaron miradas

Pero lo que más me llamó la atención fue su rostro cubierto de arañazos, como si lo hubiese atacado un animalito: un hámster quizá, pero uno muy furioso.

-No puede ser- masculló Atenea

-Gran detalle enviarlo- bufó Poseidón

-Creí que ya no tendría que volver escuchar de él- masculló Zeus

Percy Jackson —dijo con voz muy suave—. Es un gran honor.

-Y creo que no lo estaba diciendo con sarcasmo- murmuró Thalia

Percy se sonrojó

Su amiga, la empusa, me soltó un agudo silbido. Seguramente sabía que yo había destruido a dos de sus hermanas el verano anterior.

-Es posible que lo supiera- dijo Rachel

-De todas maneras no eran muy agradables- murmuró Percy

Querida —le dijo el del esmoquin—, ¿por qué no te pones cómoda por ahí?

-En otras palabras "estás estorbando aquí"- dijo Apolo

-Bueno soltar "agudos silbidos" no sirve precisamente para ir a dar un regalo- comentó Thalia

Ella le soltó el brazo y se deslizó hacia un banco del parque.

-Ahí se veía mejor- dijo Percy

-Ese lugar encajaba perfectamente para ella- murmuró Thalia

Me fijé en el semidiós armado que iba detrás. No lo había reconocido con su nuevo casco, pero era mi viejo amigo Ethan Nakamura, el que había intentado apuñalarme por la espalda.

-Y terminó apuñalando a Annabeth- masculló Annabeth

-Ya debes matarlo- gruñó Ares - te dije que salvarle la vida en ese laberinto era una pésima idea

-Tú siempre quieres que maten a alguien- murmuró Hermes

Tenía la nariz como un tomate después de nuestro encuentro en el puente de Williamsburg. Eso me hizo sentir mejor.

Percy se sonrojó

-Por supuesto- dijo Afrodita -nadie puede lastimar a tu chica y salir sin un rasguño

Hombre, Ethan —dije—. Qué buen aspecto tienes.

Me lanzó una mirada asesina.

-Y obviamente tenías que burlarte de él- murmuró Leo

-Bueno, había apuñalado a Annabeth- señaló Travis

Al grano. —El del esmoquin me tendió la mano—. Soy Prometeo.

-Prometeo, ¿Cómo el que robó el fuego?- preguntó Piper -¿O es sólo una muy buena coincidencia de nombres?

-Nop, era ese Prometeo- aseguró Percy

-Definitivamente- dijo Thalia

Me quedé demasiado atónito para estrechársela.

-Grosero- dijo Leo negando con la cabeza

-No siempre conoces a Prometeo- dijo Percy -estaba atónito

— ¿El que robó el fuego? ¿El que fue encadenado a una roca donde los buitres le devoraban el hígado, y todo eso?

-Donde se debió haber quedado- gruñó Zeus -es un traidor

-¿Tenían que devorarle el hígado?- preguntó Afrodita -eso es asqueroso, tenemos castigos con más clase a

-Además ni siquiera puedes decir algo- masculló Hera -fue tu hijo quien lo liberó

Zeus rodó los ojos

Hizo una mueca y se pasó la mano por los arañazos de la cara.

No me hables de los buitres, te lo ruego. Pero sí, yo les robé el fuego a los dioses y se lo di a tus antepasados.

-Cosa que se supone tenía prohibida- masculló Zeus

-Pero ayudó a los mortales- dijo Poseidón -y vaya que a ti te gustan los mortales

Zeus y Hera le dieron una mirada asesina

A cambio, el siempre piadoso Zeus me mantuvo encadenado y torturado durante toda la eternidad.

-Se lo merecía- bufó Zeus

-Ya supéralo- dijo Hades con un gesto de indiferencia

Pero...

— ¿Cómo conseguí liberarme? Lo hizo Hércules, hace muchos eones. Por eso tengo debilidad por los héroes. Algunos llegáis a ser bastante civilizados.

-Muy pocos en realidad- masculló Dionisio

-y sigue sin supéralo- dijo Poseidón

A diferencia de la compañía que traes —observé.

-Esa es una excelente observación- dijo Connor -no puede llevar a un "regalo" de paz con una empusa a su lado

-En realidad...- murmuró Leo

Yo miraba a Ethan, pero Prometeo pensó que me refería a la empusa.

-Oh bueno eso también es cierto- dijo Connor

Percy se sonrojó

Bueno, los demonios tampoco están tan mal —dijo—. Lo único que has de hacer es mantenerlos bien alimentados. Y ahora, Percy Jackson, vamos a parlamentar.

-O sea que básicamente los demonios son como una mascota- dijo Travis

-Una mascota muy molesta- dijo Connor

-Ni siquiera quiero saber cómo es que los alimentan- dijo Leo

Percy negó con la cabeza

Señaló una mesa de picnic y fuimos a sentarnos allí. Thalia y Grover se quedaron de pie a mi espalda.

-Por supuesto, no íbamos a dejarte solo, sesos de alga- dijo Thalia

-Por supuesto que no- dijo Grover

-Gracias- dijo Percy con una sonrisa

El gigante azul apoyó la bandera blanca en un árbol y empezó a jugar distraídamente en el campo de juegos. Se subió a las barras para trepar y las aplastó, cosa que no pareció contrariarlo.

-Bueno, de todos modos a nadie le gustan las barras para trepar- dijo Leo

-A mí me gustan- comentó Frank

-Por supuesto que te gustan- dijo Leo rodando los ojos

Se limitó a fruncir el entrecejo y decir: « Oh-oh». Luego se metió en la fuente y partió por la mitad la base de hormigón. « Oh-oh».

-Las fuentes sí me agradan- dijo Percy

-A mí también- dijo Leo -bueno, algunas veces me agradan

-Cómo cuando no intentan ahogarte- murmuró Percy

El agua se congelaba en cuanto la tocaba con el pie.

-Como para hacer una pista de patinaje- dijo Travis

-¿Sabes patinar?- preguntó Katie

-No, pero puedo aprender- dijo Travis

-Lo bueno es que tú sí sabes patinar- dijo Miranda a Katie con una sonrisita burlona

Deméter rodó. Katie al igual que Travis estaba sonrojada estaba sonrojada

Llevaba colgados del cinturón un montón de peluches: de esos tan enormes que dan como premio máximo en las máquinas recreativas.

-A mí me gustan los peluches- dijo Tyson -son bonitos y más cuando están grandes

-Lo sé, grandullón- dijo Percy con un suspiro

Me recordaba a Tyson, y la sola idea de combatir contra él me deprimía.

Tyson hizo una mueca

Prometeo se echó hacia delante y entrelazó los dedos. Parecía formal, afable y sabio.

-Sólo lo parecía- masculló Hera

-No lo es cuando intenta desafiarnos- gruñó Zeus

Percy, tu posición es muy endeble —comenzó—. Sabes perfectamente que no podrás parar otro asalto.

Ya lo veremos.

-A Percy nadie le dice que hacer- murmuró Connor riendo

-Tienes razón Annabeth siempre le dice que hacer- dijo Grover

Pareció dolido por mi respuesta, como si de verdad le importase lo que me sucediera.

Percy, soy el titán de la previsión —prosiguió—. Sé lo que va a pasar.

-Pues no es tan de fiar- dijo Apolo -muchas de sus acciones tienen un trasfondo incorrecto

También el titán de los consejos astutos —intervino Grover—. Por no decir taimados.

-Y con eso se pierde cualquier rastro de credibilidad que pudo haber tenido- masculló Thalía -Y ahora viene a traicionarnos- gruñó Zeus

Prometeo se encogió de hombros.

No lo niego, señor sátiro. Pero yo apoyé a los dioses en la última guerra. Se lo advertí a Cronos: « No tienes la fuerza suficiente. Perderás». Y acerté.

-Eso me hace sentir tan positivo- dijo Travis con sarcasmo

-Y que lo digas- murmuró Piper -ese titán da muchos ánimos

-Sí, claro se sentía un ambiente lleno de éxitos- dijo Thalia

Así que, ya lo ves, sé elegir el bando vencedor. Esta vez apoyo a Cronos.

Porque Zeus te encadenó a una roca —apunté.

-Eso tiene más sentido para mí- dijo Jason

-De hecho estoy de acuerdo, chispitas- dijo Piper

Afrodita le guiño un ojo a Jason haciendo que éste se sonrojara

En parte, sí. No voy a negar que deseo vengarme. Pero ése no es el único motivo de que haya dado mi apoyo a Cronos. Es la opción más sensata. Y si estoy aquí es porque he pensado que tal vez escuches la voz de la razón.

-Claro, como no- murmuró Leo

-La única voz de la razón que escucha es Annabeth- dijo Thalia

-Y eso a veces- comentó Piper

-A ella sí la escucho- dijo Percy riendo

Annabeth asintió, también riéndose

Dibujó un mapa en la mesa. Allí donde tocaba con el dedo, surgía una línea dorada en la superficie de hormigón.

-¡Ah claro! Todavía faltaba que fuera aún más positivo-masculló Thalia

-Y vaya que lo fue- dijo Grover

Todo esto es Manhattan. Tenemos situadas nuestras fuerzas aquí, aquí, aquí y aquí. Sabemos cuántos sois. Os superamos en una proporción de veinte a uno.

-Al parecer los tienen bien informados- masculló Artemisa

-Eso hacen los espías, hermanita- dijo apolo

-Cállate- dijo Artemisa

Veo que vuestro espía os ha mantenido informados —comenté.

Él esbozó una sonrisa de disculpa.

-No confíes en él, Percy- dijo Poseidón

-Sonaba tan convincente- comentó Thalia -si no supiéramos la clase de titán que es

Percy hizo una mueca

En todo caso, nuestros efectivos crecen día a día —continuó—. Esta noche, Cronos atacará. Seréis arrollados.

-Qué agradable sujeto- dijo Leo con sarcasmo

-Era justo la nota alegre que necesitábamos- dijo Percy

-Y mira que nota fue de lo más alegre, no creo que puedas encontrar a otra así- dijo Leo -Siempre es posible encontrar más notas alegres- murmuró Percy

Habéis combatido con gran bravura, pero no podéis controlar todo Manhattan, es imposible. No tendréis otro remedio que retiraros al Empire State. Y allí seréis destruidos. Lo he visto. Sucederá así.

-Sí bueno, es una lástima que tengamos que destruir sus ilusiones- dijo Miranda

-Pobre, va a quedar muy decepcionado- dijo Connor

Pensé en el cuadro que Rachel había pintado en mis sueños: aquel ejército al pie del Empire State. Recordé las palabras de la joven Oráculo en el sueño de esa misma tarde: « Yo preveo el futuro. No puedo cambiarlo».

-No, no se puede cambiar, pero las decisiones que tomes ayudan a forjar el rumbo de tu destino- comentó Apolo

-Y eso me hace sentir mejor- dijo Leo

Prometeo hablaba con tal seguridad que resultaba difícil no creerle.

No lo permitiré —dije finalmente.

-Esa respuesta me llena de orgullo y de preocupación- suspiró Poseidón

Percy le dio una sonrisa ladeada

Prometeo se sacudió una mota de la solapa del esmoquin.

Compréndelo, Percy. Estás volviendo a librar aquí la guerra de Troya.

Todas las miradas fueron a Afrodita

Afrodita hizo un gesto despectivo con la mano -Todo empezó por la odiosa de Eris, pero no puedo negar que fue el conflicto amoroso más hermoso que he visto

-Desencadenó miles de muertes- dijo Zoë

-Es un pequeño precio a pagar por el amor verdadero- dijo Afrodita

Los chicos intercambiaron miradas

-Fue la guerra más sangrienta- comentó Thalia

-Oh sí- dijo Afrodita con un suspiro -y todo se hizo por amor, es bellísimo ¿No? El amor es la motivación más poderosa del mundo. Mueve a los mortales a la grandeza, sus actos más nobles y más valientes están hechos por amor** y creo que todos ustedes lo saben- dijo Afrodita mirando los chicos

Hay ciertas pautas que se repiten en la historia. Reaparecen una y otra vez, igual que los monstruos. Un gran asedio. Dos ejércitos. La única diferencia es que en esta ocasión tú estás defendiendo. Eres Troya. Y ya sabes lo que les sucedió a los troyanos, ¿no?

-Bueno- comentó Piper -tardaron 10 años en vencerlos ¿No?

Afrodita le dio un guiño a su hija

— ¿Así que vais a embutir un caballo de madera en el ascensor del Empire State? —bromeé—. Buena suerte.

-Siempre es un buen momento para una broma- dijo Leo

-Por supuesto dijo Percy sonriendo

-Pero un caballo de madera es demasiado predecible- dijo Leo -¿Qué tal un dragón?

-Muy grande- dijo Percy -tal vez la forma de un pez

-No me convence- dijo Leo -tenemos que pensarlo

Prometeo sonrió.

Troya acabó completamente destruida, Percy. Y no querrás que suceda lo mismo aquí, ¿no? Retírate y Nueva York será perdonada. A tus hombres se les concederá la libertad.

-No lo sé- dijo Travis -no le creo

-Demasiado bueno para ser cierto- dijo Katie

Y yo personalmente me encargaré de garantizar tu seguridad. Deja que Cronos tome el Olimpo. ¿Qué más da? Tifón acabará destruyendo a los dioses de todos modos.

-Eso no me agrada- dijo Apolo

-Al parecer no estamos progresando mucho- comentó Artemisa

-Perfecto- masculló Dionisio

Ya. Y se supone que he de creerme que Cronos dejará la ciudad intacta.

Lo único que quiere es el Olimpo —me aseguró Prometeo—. La fuerza de los dioses está ligada a la sede de su poder.

-Quiere el Olimpo, pero eso no quiere decir que va a dejar la ciudad intacta- masculló Atenea

-Al igual que no dejará el inframundo intacto- dijo Apolo mirando a Hades

Hades lo ignoró

Ya viste lo que le sucedió a Poseidón en cuanto su palacio submarino empezó recibir ataques.

Hice una mueca al recordar lo viejo y decrépito que parecía mi padre.

-Gracias hijo- comentó Poseidón con una mueca

-Lo siento- dijo Percy sonrojado

Sí —prosiguió Prometeo con tristeza—. Sé que te resultó muy duro. Cuando Cronos destruya el Olimpo, los dioses se desvanecerán. Se volverán tan débiles que serán derrotados con gran facilidad.

-Ya lo veremos- dijo Zeus con aire arrogante

-Pues...

-No digas nada- Apolo dijo Artemisa

Cronos preferiría hacerlo mientras Tifón mantiene distraídos a los olímpicos en el oeste. Mucho más sencillo. Menos vidas perdidas. Pero no vayas a equivocarte: lo máximo que puedes conseguir es que nuestro avance sea más lento.

-Como si no supiéramos lo sanguinario y dramático que se pone- masculló Hades

-Me gusta lo del avance lento- dijo Apolo

-Me gustaría más que ya lo derrotemos- comentó Artemisa

Pasado mañana, Tifón llegará a Nueva York y ya no tendrás alternativa. Los dioses y el monte Olimpo serán destruidos, pero todo será mucho más sangriento. Y muchísimo peor para ti y tu ciudad. En uno u otro caso se impondrán los titanes.

-Demasiadas ilusiones perdidas- dijo Connor negando con la cabeza

-Creo que ese sujeto tenía un gran complejo- dijo Travis

Thalia dio un puñetazo en la mesa.

Yo sirvo a Artemisa —bramó—. Y mis cazadoras lucharán hasta el último aliento. Percy, ¿vas a hacerle caso a este tipo repulsivo?

Artemisa le dio una mirada orgullosa a su lugarteniente, Zoë le sonrió

-Y en ese momento Thalia me dio más miedo- bromeó Percy

-Ya lo sabía, sesos de alga- dijo Thalia con una sonrisa

Creí que Prometeo la fulminaría, pero se limitó a sonreír.

Tu valor te honra, Thalia Grace —dijo.

Ella se puso tensa.

Ése es el apellido de mi madre. Yo no lo uso.

Jason miraba fijamente a su hermana ella le dio una sonrisa algo tensa

Como quieras —dijo Prometeo, como quitándole importancia, pero me di cuenta de que había conseguido sacarla de quicio. En cierto modo, había logrado que pareciese casi vulgar.

Artemisa rodó los ojos -Por supuesto que lo haría, tan típico, hacerla parecer vulgar en vez de poderosa- masculló con enojo

Con menos misterio y menos poder—. En todo caso — continuó el titán—, no tienes por qué ser mi enemiga. Yo siempre he ayudado a la humanidad.

-Lo único que quería era desafiarnos- gruñó Zeus

-En realidad- dijo Hades -creo que era más contra ti

Zeus bufó -Era contra todos

— ¡Y una mierda de Minotauro! —Le espetó Thalia—. Cuando la humanidad hizo su primer sacrificio a los dioses, los engañaste para quedarte la mejor porción. Nos diste el fuego para desafiar a los dioses, no porque te importásemos en absoluto.

Zeus levantó una ceja y miró a Hades con arrogancia, para después darle una especie de sonrisa-mueca a su hija

Hera rodó los ojos

-Al parecer, se parecen más de lo que imaginábamos- masculló Hades

Prometeo negó con la cabeza.

No lo entiendes. Yo contribuí a modelar vuestra naturaleza. —Entonces surgió en sus manos un trozo de arcilla que se retorcía como dotado de vida y le dio forma hasta convertirlo en un muñeco con brazos y piernas.

-Una buena manera ilustrar su punto- masculló Thalia

-Y que lo digas- comentó Grover -cada cosa que decía me provocaba escalofríos

Percy asintió de acuerdo con sus amigos

No tenía ojos, pero se movía a tientas por la mesa y tropezaba con los dedos del titán—. Le he susurrado al oído al hombre desde los inicios de su existencia. Represento vuestra curiosidad, vuestras ansias de exploración, vuestra inventiva.

-Lo ha hecho, pero sólo para su beneficio- murmuró Atenea

-Al parecer un tipo de lo más agradable- dijo Leo

Ayúdame a salvaros, Percy. Si lo haces, le otorgaré a la humanidad un nuevo regalo: una nueva revelación que significará para vosotros un paso tan grande como pudo serlo el fuego en su momento.

-Eso es chantaje- dijeron los Stoll al mismo tiempo

-Y uno muy elaborado- dijo Thalia

-En algunos momentos parecía muy creíble- dijo Percy

No experimentaréis un avance parecido bajo el poder de los dioses. Nunca os lo permitirán. Esto podría representar para vosotros una nueva edad de oro. O si no... —Cerró el puño y aplastó al hombre de arcilla, dejándolo plano como una tortita.

-Como dije un tipo agradable- dijo Leo

-Dice que la humanidad le importa, pero si no se hace lo que él quiere de todos modos va a dejar que nos destruyan- comentó Rachel -un tipo de lo más lógico

El gigante azul masculló: « Oh-oh». La empusa, todavía sentada en el banco, sonrió mostrando los colmillos.

Leo frunció el ceño antes de leer la siguiente

Percy, sabes que los titanes y sus descendientes no son todos malos — añadió Prometeo—. Conociste a Calipso.

Noté que me ruborizaba.

Justo como en la sala, al igual que Calipso

A Annabeth y Leo no parecía hacerles mucha gracia, Leo continuó la lectura antes de que alguien pudiera decir algo

Eso es distinto —dije.

— ¿Ah, sí? Ella, como yo, no había hecho nada malo y, no obstante, fue exiliada toda la eternidad simplemente por ser la hija de Atlas. Nosotros no somos tus enemigos. No dejes que suceda lo peor. Te ofrecemos la paz.

-En realidad... Ella sí ayudó a su padre en la guerra- comentó Will

-Will- masculló Nico

Todos voltearon a ver a Will con sorpresa

-Lo siento- dijo Will levantando las manos -pero es verdad ¿No?

Calipso se sonrojó

-Unos cuantos días con Apolo y ya se volvió un imprudente igual que él -comentó Hermes -¡Oye!- masculló Apolo

Miré a Ethan Nakamura.

Esto debe de revolverte las tripas —le dije.

No sé a qué te refieres —contestó el muchacho.

-Pues su madre es la diosa de la venganza- comentó Connor -no creo que ese trato le pareciera muy agradable

Si aceptáramos este trato, no podrías vengarte. Perderías la oportunidad de matarnos a todos. ¿No era eso lo que querías?

Su ojo bueno destelló de ira.

Lo único que quiero es respeto, Jackson. Cosa que nunca me dieron los dioses.

-Como si con los titanes lo pudieran obtener- masculló Dionisio mirando a Luke

-En cuanto los terminen de usar se desharán de ellos- dijo Hera despectivamente

Los chicos intercambiaron miradas irónicas

Pretendíais que fuese a vuestro estúpido campamento, que perdiera el tiempo apretujado en la cabaña de Hermes... ¿Y todo por qué? ¿Porque no soy lo bastante importante? ¿Porque ni siquiera he sido reconocido?

Luke se removió con incomodidad en su asiento, Hermes lo miraba con preocupación

Sonaba igual que Luke cuando trató de matarme en el bosque del campamento, cuatro años atrás. Al recordarlo sentí un pinchazo en la mano, justo donde el escorpión del abismo me había picado.

Percy inconscientemente se frotó la mano

Tu madre es la diosa de la venganza —le dije a Ethan—. ¿Eso también deberíamos respetarlo?

— ¡Némesis representa el equilibrio! —espetó—. Cuando alguien tiene demasiada suerte, ella se encarga de bajarle los humos.

-Pero los mestizos no tenemos demasiada suerte- murmuró Leo

-Es raro el momento cuando hay suerte- dijo Connor

— ¿De ahí que te quitara un ojo?

Fue el precio que tuve que pagar —refunfuñó—. A cambio, juró que yo modificaría un día el equilibro de poder.

-Lo hizo- dijo Percy

Annabeth asintió con una mueca

Que lograría que los dioses menores fueran respetados. Un ojo era un precio muy modesto para semejante hazaña.

Una madre ejemplar.

-No sabes cuándo parar ¿Cierto?- bromeó Piper

-Nop-Percy

Annabeth lo miró con una sonrisa

Al menos mantiene su palabra, no como los olímpicos. Ella siempre paga sus deudas: las buenas y las malas.

-Y por eso apuñaló a mi hija- masculló Atenea

-Además nosotros sí mantenemos nuestra palabra- dijo Apolo -la mayoría de las veces -Mejor cállate- dijo Artemisa

Sí —dije—. Por eso te salvé la vida y tú me lo pagaste ayudando a Cronos a alzarse. Muy justo por tu parte.

Ethan se llevó la mano a la empuñadura de la espada, pero Prometeo lo detuvo.

-Lamentable compañía para una misión diplomática- dijo Hades

Calma, calma —dijo el titán—. Esto es una misión diplomática.

Prometeo me estudió atentamente, como tratando de entender mi enfado.

Enseguida asintió, como si hubiera atrapado un pensamiento de mi cerebro.

-Como si no tuviera motivos para estar enfadado- masculló Poseidón

-Y la lista era larga- dijo Miranda

Percy hizo una mueca

Ya veo. Te preocupa lo que le sucedió a Luke —concluyó—. Hestia no te dejó ver toda la historia. Quizá si comprendieras... El titán alargó el brazo.

-No puede ser- murmuró Thalia

-Vamos de nuevo- comentó Luke con una mueca

Thalia gritó, pero, antes de que yo pudiera reaccionar, el índice de Prometeo me tocó la frente.

-Antes de que cualquiera de nosotros pudiera reaccionar- dijo Grover -fue algo aterrador Thalia asintió

De pronto, me encontré otra vez en la sala de May Castellan. Las velas parpadeaban en la repisa de la chimenea y se reflejaban en los espejos de las paredes.

-Lo lamento- dijo Percy

-Todavía no has hecho nada- dijo Annabeth

-Ya sé- dijo Percy -pero antes de que Thalia me vea como si me quisiera matar

Thalia rodó los ojos

A través de la puerta de la cocina veía a Thalia sentada a la mesa, mientras la señora Castellan le vendaba la herida de la pierna. La Annabeth de siete años jugaba en la silla de al lado con la Medusa de peluche.

Annabeth se sonrojó

-Es mejor que jugar con la medusa de verdad- dijo Percy

-Lo dice el que envió su cabeza al Olimpo- comentó Grover

Percy se sonrojó

Hermes y Luke se hallaban en la sala, frente a frente, manteniendo las distancias.

Hermes miró el libro con atención

El rostro del dios parecía borroso a la luz de las velas, como si no acabara de decidir qué forma adoptar. Iba vestido con un equipo de deporte azul marino y unas Reebok con alitas.

-Yo quiero una de esas- susurró Connor a su hermano

-Yo también- dijo Travis

-Ese tipo de calzado en realidad no me agrada mucho- dijo Grover en voz alta

— ¿Por qué te presentas ahora? —le preguntó Luke. Se le veían los hombros en tensión, como si previese una pelea—.

-Es probable que lo hiciera- murmuró Hermes con una mueca

Luke desvío la mirada

Te he llamado cientos de veces durante todos estos años; he rezado para que aparecieras, y nada. Me dejaste con ella — dijo, señalando hacia la cocina, como si no soportara mirar a su madre, y menos aún pronunciar su nombre.

-Sigue siendo tu madre- dijo Hestia de manera amable

-Lo sé- comentó Luke con un leve sonrojo provocado por la vergüenza

No la desprecies, Luke —le advirtió Hermes—. Tu madre lo ha hecho lo mejor que ha podido. En cuanto a mí, no podía interferir en tu destino. Los hijos de los dioses han de encontrar su propio camino.

-En realidad, siempre ha sido así- comentó Hermes con una mueca nostálgica

-Reglas son reglas- murmuró Apolo rodando los ojos

-Así es como debe ser- masculló Zeus

-Y la mayoría de las veces es estúpido- dijo Poseidón

-Las reglas se hicieron para seguirse- dijo Atenea -para mantener un equilibrio

Así que era por mi propio bien. Crecer en las calles, cuidando de mí mismo y luchando con monstruos.

-Tu hija tenía 7 años cuando se escapó- dijo Poseidón

-Y tuvo las habilidades necesarias para sobrevivir- dijo Atenea -excepto cuando está con tu hijo

-Ya deberías superarlo, querida- dijo Afrodita

Eres mi hijo —dijo Hermes—. Sabía que tenías la capacidad necesaria.

Cuando no era más que un bebé, salí a rastras de la cuna y fui...

Apolo le dio una mirada asesina de Hermes

— ¡Yo no soy un dios! Al menos una vez podrías haber dicho algo. O haber echado una mano cuando... —inspiró agitadamente, bajando la voz para que no lo oyeran desde la cocina—, cuando a ella le daba uno de sus ataques y me sacudía y me decía cosas demenciales sobre mi destino.

-Eso es cierto- susurró Nico a Will -fue bastante aterrador, y eso que sólo estuvimos ahí una vez

Nico y Percy intercambiaron miradas claramente pensando lo mismo

Will asintió -No se oyó muy agradable cuando fueron- susurró a Nico

-De acuerdo, ahora vamos con ustedes- dos dijo Leo negando con la cabeza -¿Podrían dejar las declaraciones de amor para después y dejarme leer?

-Estás muerto Valdez- gruñó Nico sonrojado

Cuando yo me escondía en el armario para que ella no me encontrara con... esos ojos incandescentes. ¿Te importaba que estuviera muerto de miedo? ¿Te enteraste siquiera cuando finalmente me fugué?

Hermes hizo una mueca de dolor, Luke desvío la mirada mordiéndose el labio

La tensión entre padre e hijo era perceptible en la sala, aunque plan de las moras llegaba muy temprano para algunos y muy tarde para otros había situaciones y heridas que aún no ha cicatrizado del todo

En la cocina, la señora Castellan les servía a Thalia y Annabeth un vaso tras otro de zumo de frutas y no paraba de contarles historias de cuando Luke era niño.

-Aunque muchas de ellas no tenían sentido- susurró Thalia para sí misma

Thalia se frotaba nerviosamente el vendaje de la pierna. Annabeth echó una mirada a la sala de estar y le mostró a Luke una galleta carbonizada. « ¿Ya podemos irnos?», le preguntó con los labios.

-En circunstancias normales Annabeth me habría dado ternura...- dijo Connor

-Luego recuerdo que quiso defenderse con un martillo- completó Travis

Annabeth rodó los ojos

Me importaba y me importa mucho, Luke —dijo Hermes lentamente—, pero los dioses no deben interferir en los asuntos de los mortales. Es una de nuestras Leyes Antiguas; sobre todo cuando tu destino... —Su voz se apagó bruscamente. Contempló las velas, como recordando algo desagradable.

Hermes miró primero a Luke y luego a Apolo como si él pudiera darle respuestas ¿Sabía lo que pasaría con Luke? y si es así ¿Cuándo lo supo?

— ¿Qué? —Preguntó Luke—. ¿Qué ocurre con mi destino?

No deberías haber vuelto —masculló—. Sólo sirve para disgustaros a ambos.

-Realmente no esperaba una contestación así- comentó Perséfone

Hermes miró a Luke, pero éste no le devolvió la mirada

Por lo que veo, sin embargo, te has hecho demasiado mayor para andar por ahí como un fugitivo sin ninguna ayuda. Hablaré con Quirón, en el Campamento Mestizo, y le pediré que envíe un sátiro a buscarte.

Nos va muy bien sin tu ayuda —gruñó Luke—. ¿Qué estabas diciendo de mi destino?

-No nos iba tan bien- comentó Thalia -y Annabeth era muy pequeña

Annabeth se sonrojó

-Tampoco nos fue muy bien después- murmuró Luke

Grover se sonrojó

Las alitas de las Reebok de Hermes se agitaban sin descanso. Le dirigió una larga mirada a su hijo, como si quisiera memorizar su rostro. Bruscamente, me recorrió un escalofrío y comprendí que Hermes conocía el sentido de las palabras que farfullaba May Castellan.

Hermes hizo una mueca

-De todos modos el chico tomó la decisión no podrías haber hecho nada- comenta Apolo

-¿Estás seguro de eso?- preguntó Hermes

"Las leyes antiguas" la mayoría del tiempo eran un simple pretexto para alejar a los dioses de sus hijos, los dioses se preocupaban por ellos hasta Zeus (Aunque no lo pareciera) sin embargo como deidades poderosas no podían darse el lujo de parecer débiles ante los mortales...

No sabía bien por qué, pero al observar su rostro no me cabía la menor duda. Hermes sabía lo que le sucedería algún día a Luke; sabía que se volvería malvado.

Hijo mío —dijo—. Soy el dios de los viajeros, el dios de los caminos. Si alguna cosa sé, es que debes recorrer tu propio camino aunque a mí se me parta el corazón.

Y tenía que recorrerlo, Luke y cada uno de los chicos en esa sala tenía que hacer su propio camino, sin embargo ¿Qué tanto cambiaría ese camino si los dioses servían un poquito menos arrogantes y tal vez más responsables? Aunque sea sólo un poco

Tú no me quieres.

Te aseguro que sí te quiero. Ve al campamento. Me ocuparé de que te encarguen pronto una misión. Tal vez puedas desafiar a la Hidra o robar las manzanas de las Hespérides. Tendrás la oportunidad de convertirte en un gran héroe antes...

-Ni se te ocurra- masculló Hera

Zoë hizo una mueca ante la mención de sus hermanas

— ¿Antes de que? —A Luke le salió una voz temblorosa—. ¿Qué fue lo que vio mi madre para quedarse así? ¿Qué va a sucederme? Si me quieres, dímelo.

Hermes se puso aún más tenso.

No puedo.

-El hecho de que te lo dijera podría haberlo hecho peor- comentó Apolo con una mueca

— ¡Entonces es que te importa un bledo! —chilló Luke.

En la cocina, la cháchara se interrumpió de golpe.

— ¿Eres tú, Luke? —Dijo May Castellan—. ¿Va todo bien, hijito?

Luke se volvió para ocultar el rostro, pero vi lágrimas en sus ojos.

Justo igual que en la sala, Luke tenía los hombros tensos y no apartaba la vista de los azulejos de la sala de trono, el silencio estaba cargado de emociones y la mayoría de ellas no eran buenas

Estoy bien. Tengo una nueva familia. No os necesito a ninguno de los dos.

Soy tu padre —insistió Hermes.

Se supone que un padre está a tu lado. Yo ni siquiera te conozco. Thalia, Annabeth, venga. ¡Nos vamos!

Todos parecían estar conteniendo la respiración y aunque en realidad todos tenían algo que decir nadie se atrevió a hacerlo

— ¡No te vayas, hijo! —Dijo May Castellan, suplicante—. ¡Tengo tu almuerzo listo!

Luke salió furioso de la casa, seguido de Thalia y Annabeth. May Castellan intentó correr tras él, pero Hermes la retuvo.

-Ella tampoco habría podido hacer nada- dijo Rachel

Apolo negó con la cabeza

Mientras la mosquitera se cerraba de un portazo, la mujer se desmoronó en brazos de Hermes y empezó a temblar. Abrió unos ojos que relucían con un fulgor verde y se aferró desesperada a los hombros de Hermes.

-Lo que no entiendo- comentó Hazel con cierta timidez - ¿Es por qué tiene ese fulgor verde? ¿No lo tiene sólo el oráculo?

-Exactamente- dijo Apolo que había empezado a encajar algunas cosas

Quirón suspiró -Ya se sabrá en su momento

Mi hijo —siseó con voz ronca—. Peligro. ¡Un destino terrible!

Lo sé, cariño —dijo Hermes con tristeza—. Créeme que lo sé.

El dios tenía los dedos blancos de agarrar con tanta fuerza los bordes de su trono

Luke no se atrevía a levantar la mirada hacia su padre

La imagen se esfumó. Prometeo apartó la mano de mi frente.

— ¿Percy? —Era la voz de Thalia—. ¿Qué... qué ha pasado?

-Ouch- se quejó Percy sobando su brazo -¿Eso por qué fue?

-Por asustarnos- dijo Thalia

-Yo no tuve la culpa- dijo Percy con un puchero

Advertí que estaba empapado de sudor. Prometeo me hizo un gesto compasivo.

Espantoso, ¿no? Los dioses conocen el porvenir y sin embargo no hacen nada, ni siquiera por sus hijos. ¿Cuánto tiempo tardaron en contarte tu profecía, Percy Jackson? ¿No crees que tu padre sabe lo que habrá de sucederte?

-No lo escuches -dijo Poseidón

-Lo de la profecía creo que fue una buena decisión- dijo Jason -de haberte dicho antes no dejarías de pensar en ella, bro

-Tienes razón, bro

Estaba demasiado consternado para responder.

Peeercy —me advirtió Grover—, te está comiendo el coco. Pretende enfurecerte.

Grover percibía las emociones y seguramente se daba cuenta de que Prometeo estaba logrando su propósito.

-Por supuesto, sabe meterse con las emociones humanas- masculló Artemisa -es como lo que hizo con Thalia, hacer que parezcan menos poderosos de lo que son

— ¿De veras le echas la culpa a tu amigo Luke? —Me preguntó el titán—. ¿Y qué me dices de ti, Percy? ¿Te dejarás llevar por tu destino? Cronos te ofrece un trato mucho mejor.

Apreté los puños. Aunque me resultara odioso lo que Prometeo me había mostrado, odiaba a Cronos muchísimo más.

-Mucho más- masculló Percy -aunque bueno, ahora los lugares van casi empatados- comentó viendo a la tripulación del Argo II

-Y que lo digas- comentó Annabeth

Te propongo un trato —dije finalmente—. Dile a Cronos que suspenda su ataque, que abandone el cuerpo de Luke Castellan y vuelva a las profundidades del Tártaro. En ese caso, quizá no me vea obligado a destruirlo.

-Ese trato me agrada muchísimo más- dijo Leo

-A mí igual- dijo Percy

La empusa soltó un gruñido rabioso y las llamaradas de su pelo se reavivaron.

Pero Prometeo se limitó a suspirar.

Si cambias de opinión —dijo—, tengo un regalo para ti.

-Y vaya regalo- masculló Thalia

-Lo sé- dijo Percy -fue como la parte más aterradora de la conversación

Grover asintió nervioso

Apareció una jarra griega en la mesa. Tendría un metro de alto por unos treinta centímetros de ancho, y una superficie vidriada con dibujos geométricos en blanco y negro. La tapa de cerámica estaba sujeta con una correa de cuero.

-¿Qué es eso?- preguntó Connor

-¿Para qué querrías una jarra?- preguntó Travis

-No es sólo una jarra- dijo Hermes

-Oh no lo es- dijo Leo paseando su vista por el libro

Grover gimió nada más verla.

Thalia sofocó un grito.

No será...

Sí —dijo Prometeo—. La has reconocido.

Mirando la jarra, sentí una rara sensación de temor, aunque no sabía por qué. —Era de mi cuñada —explicó Prometeo—. Pandora.

Poseidón hizo una mueca

-¿Es enserio?- preguntó Piper

-Definitivamente- dijo Thalia

-¡Por los dioses!- dijo Hazel con voz nerviosa

-Vaya con ese regalo- murmuró Rachel

Se me hizo un nudo en la garganta.

— ¿La de la caja de Pandora?

Él negó con la cabeza.

No entiendo cómo empezó toda esa historia de la caja. Nunca se trató de una caja.

-Fue una leve confusión en las traducciones- dijo Apolo -además de que la "jarra de Pandora" o el "Phitos de Pandora" no suena tan temible

-Supongo que fuiste el de la idea- masculló Artemisa

-Me ofendes, hermanita- dijo Apolo en tono dramático

Era una pithos, una vasija para almacenar aceite o cereales. Supongo que la pithos de Pandora no suena igual de bien, pero no importa.

-Se los dije, no suena igual de bien- murmuró Apolo e

-Es cierto- comentó Connor

Apolo les dio una mirada a todos como diciendo "¿Lo ven?, Él sí me entiende"

Sí, ella abrió esta jarra, donde estaban la mayoría de los demonios que ahora atormentan a la humanidad: el miedo, la muerte, el hambre, la enfermedad... —No te olvides de mí —ronroneó la empusa.

Los dioses se removieron incómodos en sus tronos

En efecto —asintió Prometeo—. La primera empusa estaba encerrada en esta jarra y fue liberada por Pandora. Pero lo que encuentro llamativo de la historia es que Pandora se lleva toda la culpa y es castigada por ser demasiado curiosa.

-De hecho se le dijo que no podía abrirla- masculló Hera -hasta donde recuerdo las instrucciones fueron muy claras

-Si lo abres desencadenarás muchas cosas malas, sí instrucciones más que claras- comentó Will

Nico le dio una mirada -¿Sabes? No quiero que te vuelvan a convertir en un pavo real, no hables

-Yo estoy de acuerdo con eso- dijo Apolo

Los dioses os quieren hacer creer que ésa es la moraleja: la humanidad no debe explorar ni hacer preguntas, sólo obedecer. A decir verdad, Percy, esta jarra fue una trampa concebida por Zeus y los demás dioses.

-Fue su culpa por intentar desafiarnos- masculló Hera

Una venganza contra mí y mi familia: mi pobre y retardado hermano Epimeteo y su mujer, Pandora. Los dioses sabían que ella abriría la jarra. Estaban dispuestos a castigar a toda la raza humana para castigarnos a nosotros.

-Tenían que aprender la lección- gruñó Zeus

-Siempre que pasa algo dices lo mismo- dijo Poseidón con fastidio

-Es la verdad- dijo Zeus

Me acordé de mi sueño sobre Hades y María di Angelo. Zeus había destruido un hotel entero para eliminar a dos niños semidioses, es decir, para salvar su propio pellejo porque una profecía lo atemorizaba.

Ninguna profecía me atemoriza, mocoso- gruñó Zeus

-Claro, repítelo hasta que te lo creas- dijo Poseidón -esa profecía te ha tenido paranoico por años

-Estaba siendo precavido- bufó Zeus

Había matado a una mujer inocente y seguramente no había perdido el sueño por ello. Hades no era mejor que él.

-Cuidado con lo que dices, mocoso- masculló Hades

-Yo te dije que no era culpa de ella- dijo Apolo

No tenía suficiente poder para vengarse de Zeus, así que maldijo al Oráculo, condenando a una chica a un destino espantoso.

-Más que espantoso- dijo Rachel con un escalofrío

Y Hermes... ¿por qué había abandonado a Luke? ¿Por qué no lo había prevenido por lo menos, ni había intentado criarlo en mejores condiciones para que no se convirtiera en un malvado?

Hermes hizo una mueca, pues tal vez nunca tendría las respuestas que tanto quería

Quizá Prometeo estaba manipulando mi pensamiento.

« Pero ¿y si tiene razón? —Me decía una voz—. ¿En qué sentido son mejores los dioses que los titanes?».

-Quieras creerlo o no, los titanes no van dejar que su preciosa civilización viva en paz - masculló Hera

-Tal vez tenga razón- dijo Poseidón tranquilamente -nos hemos equivocado, Percy y mucho, pero los titanes tampoco son la respuesta, no dejarían que los mestizos vivieran en paz ni un solo momento

Prometeo dio unos golpecitos en la tapa de la jarra.

Sólo un espíritu se quedó dentro cuando Pandora la abrió.

La esperanza —dije.

-Lo que distingue a la humanidad- dijo Hestia con un suspiro

-Y lo que siempre hace falta- dijo Rachel

Pareció complacido.

Muy bien, Percy. Elpis, el espíritu de la esperanza, no abandonó a la humanidad. La esperanza no se marcha sin permiso. Sólo puede ser liberada por un vástago humano.

-Así que eso es lo que pretende- masculló Poseidón

-Por supuesto- dijo Hestia -cuando pierdan la esperanza, será más fácil para él

El titán deslizó la jarra por encima de la mesa—. Te la doy a modo de recordatorio, para que tengas presente cómo son los dioses — agregó—.

-Dramático- masculló Hera

Mantén a Elpis, si ése es tu deseo. Pero si decides que ya has visto bastante destrucción, bastante sufrimiento inútil, entonces abre la jarra. Deja que Elpis se vaya.

-Vaya, que buena plática diplomática- dijo Rachel con un suspiro

-He tenido mejores charlas- comentó Percy

-Incluso yo, he tenido mejores charlas- murmuró Thalia

Abandona toda esperanza, y yo sabré que te has rendido. Prometo que Cronos será clemente. Perdonará la vida a los supervivientes.

-No sé por qué no le creo- comentó Connor

-Es un completo misterio hermano- dijo Travis con sarcasmo

-Además tampoco me agrada la idea de que nos perdone la vida y seamos sus esclavos o algo así- dijo Katie

Percy sonrió

Contemplé la jarra y me entró una sensación muy desagradable. Me imaginé que Pandora, igual que yo, estaba aquejada de THDA. Yo nunca podía dejar las cosas tal como estaban. No me gustaban las tentaciones.

-Bueno cariño, hay de tentaciones a tentaciones- dijo Afrodita con una risita

Percy se sonrojó furiosamente

¿Y si aquélla era mi famosa elección? Tal vez toda la profecía se reducía a eso: si dejaba la jarra cerrada o la abría.

-Tendría sentido- dijo Poseidón -nadie sabe qué clase de decisión será

-No lo sé- dijo Apolo -no me convence

No la quiero —rezongué.

Demasiado tarde —dijo Prometeo—. El regalo ha sido entregado. No puede ser devuelto.

-¿Y si ahora le dices que tú se lo regalas a él?- preguntó Leo

-No sé por qué no lo pensé antes- dijo Percy -aunque no creo que funcione así- dijo riendo

Se puso en pie. La empusa se acercó y deslizó el brazo en el suyo.

— ¡Morrain! —Dijo el titán, llamando al gigante azul—. Nos vamos. Recoge la bandera.

-Qué nombre tan extraño para un gigante- dijo Apolo con una mueca

Oh-oh.

Nos veremos muy pronto, Percy Jackson —prometió Prometeo—. De un modo u otro.

-Qué amable- dijo Connor con sarcasmo

-Un tipo de lo más guay- dijo Miranda

-Fantástico- siguió Connor

-Fabuloso- dijo Miranda

-Agradable- señaló Connor

-Chicos- dijo Leo interrumpiendo -¿Podrían dejar de describirse el uno al otro y dejarme terminar la lectura?

Miranda y Connor se sonrojaron

-Leo, te estás metiendo en muchos problemas- dijo Chris divertido

Ethan Nakamura me lanzó una última mirada de odio. Luego la comitiva dio media vuelta y se alejó por el camino a través de Central Park, como si fuese la tarde soleada de un domingo normal y corriente.

-Qué gran comitiva- dijo Leo rodando los ojos -después de un regalo tan fascinante el capítulo ha acabado ya cumplí mi misión ¿Quién sigue?