-Qué gran comitiva- dijo Leo rodando los ojos -después de un regalo tan fascinante el capítulo ha acabado ya cumplí mi misión ¿Quién sigue?

-Yo leo- se ofreció Calipso, Leo le pasó el libro -capítulo catorce Los cerdos vuelan

-¿En qué mundo los cerdos vuelan?- preguntó Leo

-Créeme, lo hacen- dijo Percy con una mueca -y no es algo muy divertido

De vuelta en el Plaza, Thalia me llevó aparte.

— ¿Qué te ha mostrado Prometeo? —preguntó.

Leo negó con la cabeza -La curiosidad mató al gato

-Pero murió sabiendo- refutó Thalia

-Pero lo mató- dijo Leo

Thalia rodó los ojos

Le conté de mala gana la visión que había tenido de la casa de May Castellan. Thalia se frotaba el muslo como si recordase su antigua herida.

-Sí, y no fue muy bueno volverlo a oír- masculló Thalia

-Eso digo yo continuamente- dijo Percy con una mueca -pero como que al final te acostumbras

Fue una noche nefasta —reconoció—. Annabeth era muy pequeña y no creo que entendiera gran cosa. Sólo captó que Luke estaba muy disgustado.

-Bueno, no creo que alguien pudiera captar gran cosa- dijo Piper

-No sin la historia completa- comentó Jason -y ya sabemos bastantes cosas gracias a estos libros

Contemplé Central Park por las ventanas del hotel. Hacia el norte ardían aún algunos pequeños incendios, pero por lo demás la ciudad parecía sumida en una paz anómala.

-Porque era una paz anómala- dijo Connor

-Es cierto, pero se oyó muy bien ese verso- dijo Percy riendo

-Eso no lo puedo negar- dijo Connor

— ¿Sabes lo que le pasó a May Castellan? —repuse—. Quiero decir...

-¿En serio también era necesario que apareciera esa charla?- masculló Thalia

-Al parecer- dijo Percy con una mueca

Thalia rodó los ojos

Sé lo que quieres decir —atajó Thalia—. Nunca la vi sufriendo un... episodio de ésos, pero Luke me contó que los ojos le relucían y que decía cosas extrañas. Me obligó a prometer que nunca lo contaría. Cuál pudo ser la causa, ni idea. Si Luke lo sabía, no me lo contó.

-Yo estoy empezando a entender lo que pasó- murmuró Apolo

Luke hizo una mueca

-Creo que pronto todos lo vamos a saber- dijo Hermes mirando a su hijo con preocupación

Quirón asintió con un suspiro

Hermes sí lo sabía. Por algún motivo, May vio una parte del futuro de Luke. Y Hermes comprendió lo que sucedería: que Luke se convertiría en Cronos.

-No estoy seguro de que lo supiera con certeza- dijo Apolo negando con la cabeza -creo que lo único que sabía era que se iba a volver malvado

Luke se sonrojó

-Eso es de bastante ayuda- murmuró Artemisa rodando los ojos

Thalia arrugó la frente.

No puedes saberlo seguro. No olvides que Prometeo manipulaba lo que veías, Percy; te mostraba lo sucedido bajo la luz más desfavorable posible.

-Eso es cierto- dijo Piper -mientas más desfavorable fuera mejor para ellos

-No la manipuló- masculló Luke para sí mismo

-Todos interpretamos las cosas de distintas formas- comentó Rachel

Hermes quería a Luke. Eso lo percibí simplemente mirándolo a la cara. Y había ido allí aquella noche para ver cómo estaba May, para cuidar de ella. O sea que tampoco era tan malo.

-Gracias- murmuró Hermes

Thalia asintió con la cabeza

-Qué no se te pase desapercibido ese "tan"- dijo Apolo

Hermes le dio una mirada asesina

Aun así, no es justo —insistí—. Luke era un crío. Hermes nunca lo ayudó ni le impidió que se fugara.

Se hizo un silencio incómodo en la sala

Thalia se acomodó el arco en el hombro. Una vez más, me impresionó lo fuerte que se la veía ahora que había dejado de envejecer. Se intuía un halo plateado a su alrededor: la bendición de Artemisa.

-Gracias sesos de alga, ya sé que te parezco fascinante- dijo Thalia con una sonrisa burlona

-Eso quisieras, cara de pino- dijo Percy riendo

-Ya todos lo sabemos Percy, ya no tienes que negarlo- dijo Thalia

-En tus sueños- respondió Percy

-Ustedes pelean mucho- comentó Leo

-Y luego dicen que no se parecen a sus padres- dijo Apolo negando con la cabeza

Percy, ahora no puedes empezar a compadecerte de Luke. Todos tenemos alguna carga que sobrellevar. A todos los semidioses nos ocurre. Nuestros padres casi nunca están a nuestro lado. Pero Luke ha elegido mal. Y nadie le obligaba a hacerlo.

Thalia se sonrojó

-Tienes razón- dijo Artemisa -él decidió sólo, cada uno tiene su carga, pero si cada semidiós hiciera lo mismo que él, bueno...

-La civilización y todo lo que tiene qué ver hubiera desaparecido hacía mucho tiempo- dijo Apolo

Luke hizo una mueca

De hecho... —Echó un vistazo al vestíbulo para comprobar que estábamos solos—. Me preocupa Annabeth.

Annabeth frunció el ceño

Si se presenta la ocasión en plena batalla, no sé si será capaz de enfrentarse a Luke. Siempre ha tenido debilidad por él.

-Por los dioses- masculló Annabeth sonrojada

-¿En serio necesitaba venir esa parte de la conversación?- preguntó Thalia con una mueca

-Que quede claro que fue Thalia quien lo dijo- comentó Percy

Thalia alzó las manos -Lo siento era un pensamiento razonable

Annabeth rodó los ojos

Se me subió la sangre a la cara.

Se portará como es debido —aseguré.

-Eso es confianza- dijo Leo

-¿Ves? Yo no dije nada- comentó Percy mirando a su novia

Thalia lo miró con una ceja alzada

No lo sé. Desde aquella noche, cuando abandonamos la casa de su madre, Luke ya no volvió a ser el mismo. Actuaba de una manera imprudente y caprichosa, como si tuviera que demostrar algo.

-Probablemente eso es lo que quería hacer- dijo Apolo -demostrarse a sí mismo y a su padre que no lo necesitaba que no necesitaba de ninguna misión que Hermes le diera para ser alguien

Hermes miró a su hijo con una mueca

Después, cuando Grover nos localizó y trató de llevarnos al campamento... bueno, si hubo tantos problemas fue en parte porque Luke no tenía ningún cuidado. Quería pelearse con todos los monstruos con los que nos encontrábamos.

Luke se sonrojó -Tienes razón debí tener más cuidado por Annabeth y por ti...

-Eso ya no tiene importancia- dijo Thalia mirando para otro lado

A Annabeth no le parecía mal.

-Nos hemos equivocado todo este tiempo- dijo Connor -Annabeth le pegó lo suicida a Percy

-Annabeth ha sido la mala influencia todo este tiempo- dijo Travis

Percy trataba de no reírse

-De hecho yo creo que se complementan bastante bien- dijo Piper

Luke era su héroe. Ella solamente veía que sus padres lo habían vuelto triste y sombrío, y se empeñaba en defenderlo siempre. Todavía lo defiende.

Thalia levantó las manos -Eso era totalmente cierto

Annabeth soltó un suspiro

Lo único que digo es que no debes caer en la misma trampa. Luke se ha entregado a Cronos. No podemos permitirnos ser blandos con él.

-Bien dicho- comentó Artemisa

Thalia se sonrojó

Eché una ojeada a los incendios de Harlem, preguntándome cuántos mortales dormidos corrían peligro ahora por culpa de las funestas decisiones de Luke.

Tienes razón —admití.

Thalia le dio una sonrisa burlona a Percy -Repítelo

-No volverás a escucharlo, cara de pino- dijo Percy riendo

-Oh yo creo que sí- dijo Thalia

-Nunca- dijo Percy

-Si no pelearan tanto, tal vez podrían conquistar el mundo- bromeó Leo

Thalia y Percy se miraron

-Es más divertido pelear- dijo Percy

Thalia me dio una palmada en el hombro.

Voy a ver cómo se encuentran las cazadoras y luego intentaré dormir algo antes de que anochezca —dijo—. Tú también deberías echarte un rato.

Lo último que necesito son más sueños.

-Que por cierto, cada vez se ponían peor- dijo Percy

-Y que lo digas- murmuró Thalia

-Como si no fueran bastantes malos los sueños en un día normal- comentó Katie

Travis asintió

Lo sé, créeme. —Su lúgubre expresión me hizo preguntarme qué sueños habría tenido. Era un problema corriente entre los semidioses: cuanto más peligrosa era nuestra situación, peores y más frecuentes se volvían nuestros sueños—.

-Un extra por ser semidiós- dijo Leo con sarcasmo

-Pero hay veces que son de ayuda- dijo Jason

-Sí, pero hay mejores formas de ayudar- dijo Leo

-Claro- dijo Jason -¿Cuantas conoces?

-Muchas, pero no las voy a enumerar- dijo Leo

Jason se estaba riendo

Aunque supongo que no hace falta que te diga que no tendrás otra oportunidad para descansar. Va a ser una noche muy larga. Quizá nuestra última noche.

-Wow, ya sabemos quién te enseñó a ser optimista- dijo Apolo

-¿Vas a empezar de nuevo?- masculló Artemisa

-Es posible- dijo Apolo

Aunque no me gustara, sabía que tenía razón. Asentí, agotado, y le entregué la jarra de Pandora.

-No lo dije solo lo pensé- dijo Percy rápidamente

-No importa- dijo Thalia -dos veces que me das la razón

-No te acostumbres- dijo Percy

Hazme un favor —le pedí—. Guárdala en la caja fuerte del hotel, ¿vale? Creo que me provoca alergia.

Ella sonrió.

Cuenta con ello.

-Es más genial cuando no se pelean- bromeó Piper

Percy y Thalia hicieron una mueca

-Eso le quita lo divertido- dijo Percy

Me metí en la cama más cercana y caí redondo. Aunque, naturalmente, el sueño sólo me trajo más pesadillas.

-Yupi, justo lo que necesitabas en ese momento- dijo Leo

-Y que lo digas- murmuró Percy -hizo maravillas con mi ánimo

-Sí, eso suelen hacer los sueños- comentó Jason

-En pocas palabras- dijo Piper

Vi el palacio submarino de mi padre. El ejército enemigo estaba ahora más cerca, atrincherado a sólo unos centenares de metros del palacio.

-Genial, eso también mejora mi ánimo - masculló Poseidón

-También el mío- dijo Apolo con una mueca -ese lugar me gustaba para una fiesta Artemisa suspiró

Las murallas de la fortaleza se encontraban totalmente destruidas. El templo que mi padre había utilizado como cuartel general ardía con fuego griego.

Poseidón hizo una mueca

-Eso suena muy mal- comentó Apolo

-Era malo- estuvo de acuerdo Percy

-Pero también era una distracción- comentó Atenea

Enfocaba mi visión en el arsenal, donde mi hermano y otros cíclopes se hallaban en la pausa del almuerzo, sirviéndose de unos tarros enormes de mantequilla de cacahuete (y no me preguntes qué sabor tenía bajo el agua, porque no lo sé).

-Pues a mantequilla de cacahuete- comentó Tyson

-Obviamente Percy ¿A qué creías que iba a saber?- dijo Leo con una sonrisa burlona

-A cacahuate con pescado ¿Tal vez?- dijo Percy riendo

-Sabía rico- dijo Tyson con una mueca

-La mayoría de las veces el sabor de la comida no cambia- dijo Poseidón

De repente, mientras estaba mirando, el muro exterior del arsenal explotaba. Un cíclope guerrero entraba a trompicones arrastrado por la onda expansiva y se desmoronaba sobre la mesa.

Tyson hizo una mueca de nostalgia -Perfecto- masculló Poseidón

Tyson se agachaba para socorrerlo, pero ya era demasiado tarde. El cíclope se disolvía en una nube de lodo marino.

Los gigantes enemigos avanzaban hacia la brecha abierta en el muro.

-Los gigantes siempre llegando en el momento oportuno- dijo Leo con sarcasmo -Es como su don o algo así- comentó Piper -Siempre- dijo Percy con una mueca

Tyson recogía la porra del guerrero caído. Les gritaba algo a sus colegas herreros — seguramente: « ¡Por Poseidón!» —, pero como tenía la boca llena de mantequilla de cacahuete la cosa sonaba como: « ¡Pol Beji llón!».

Tyson se sonrojó

-Esos sí son buenas gritos de guerra- dijo Apolo ¡Por Poseidón! No habría sonado tan genial

-Tengo que reconocer eso- dijo Hades

-Lo siento- dijo Tyson

-No pasa nada- dijo Poseidón tratando de mantener la compostura y no reírse

Los demás agarraban sin vacilar los martillos y cinceles, gritando: « ¡Pol Mejillón!», y se lanzaban tras él al combate.

La escena se transformó repentinamente.

-Sólo tenía que ver cómo el Palacio estaba destruido y como mi hermano se enzarza en batalla, perfecto- masculló Percy -Pequeños detalles de los sueños- dijo Annabeth

-Lo sé, al menos quisiera un sueño completo alguna vez- dijo Percy

-Es mucho pedir, sesos de alga- dijo Annabeth con una sonrisa

Ahora estaba con Ethan Nakamura en el campamento enemigo. Lo que veía ante mis ojos hacía que me echase a temblar, en parte por lo enorme que era su ejército y en parte porque reconocía el lugar.

-Otro lindo sueño- dijo Leo

-Cada que creo que no puede haber un sueño peor aparece uno- dijo Percy con una mueca

-Tus sueños se superan a sí mismos- dijo Leo

-Merecen una medalla- dijo Percy

Estábamos en la zona boscosa de Nueva Jersey, en una carretera decrépita flanqueada por negocios en ruinas y vallas publicitarias destartaladas. Detrás de una valla medio desmoronada, había un patio lleno de estatuas de cemento.

Annabeth y Grover intercambiaron una mirada

-Nuestro patio favorito de estatuas- dijo Percy

-Muy bonito- comentó Grover con sarcasmo

-Y que lo digas- murmuró Annabeth

El rótulo colgado en lo alto del almacén no era nada fácil de leer porque estaba escrito en cursiva de color rojo, pero yo sabía lo que ponía: « EMPORIO DE GNOMOS DE JARDÍN DE LA TÍA EME».

-Cursiva y color rojo son mi combinación menos favorita- dijo Katie

Los semidioses asintieron de acuerdo

-Mi combinación menos favorita son las palabras Emporio de gnomos de jardín de la tía Eme- dijo Grover

-Esa también está en mi lista de combinaciones menos favoritas- dijo Percy

No había vuelto a pensar en ese sitio desde hacía años. Estaba abandonado, obviamente. Las estatuas se veían rotas y cubiertas de grafiti pintado con spray.

-No había pensado en el lugar desde donde mande la cabeza de medusa- bromeó Connor

-Un gran detalle por cierto- dijo Apolo Percy se sonrojó

Un sátiro de cemento —el tío Ferdinand de Grover— había perdido un brazo.

Grover hizo una mueca

El tejado del almacén se había derrumbado en parte. En la puerta, un cartel amarillo rezaba:

« DECLARADO EN RUINA».

-Bueno, las ruinas de unos son las riquezas de otros- dijo Apolo

-Había riquezas más bonitas por ahí- dijo Rachel

-No puedes pedirles a los monstruos que tengan algo de estilo- dijo Apolo

-Eso es cierto- dijo Afrodita

Alrededor de la parcela había centenares de tiendas y hogueras. Abundaban los monstruos, pero también se veían algunos mercenarios humanos con uniforme de combate y semidioses con armadura.

-Una visión nada agradable- dijo Percy

-Me imagino, bro- comentó a Jason

En el exterior del emporio había un estandarte morado y negro vigilado por dos gigantes azules hiperbóreos.

-Y no necesitamos adivinar de qué se trata- dijo Hermes

-Eso es más que obvio- dijo Apolo

Ethan y otros dos semidioses permanecían en cuclillas junto a una hoguera afilando sus espadas. Se abrían las puertas del almacén y aparecía Prometeo.

— ¡Nakamura! —gritaba—. El amo quiere hablar contigo.

-Eso no puede ser bueno, teniendo en cuenta que él fue el que te atacó- dijo Poseidón

-No- dijo Percy -no era bueno

-A lo mejor sólo quiere hablar con él para...- comenzó Connor

-Platicar del clima- completó Travis

-Eso es ser demasiado optimista- murmuró Chris

Ethan se incorporaba, receloso.

— ¿Algún problema? —preguntaba.

Prometeo sonreía.

Tendrás que preguntárselo tú.

-Me alegra que se preocupe por la humanidad- dijo Rachel

-Es el mejor- dijo Leo con sarcasmo

-¿Qué sería de nosotros sin él?- preguntó Travis de manera dramática

Katie no pudo evitar soltar una risita

Uno de los semidioses soltaba una risita.

Ha sido un placer conocerte —decía con sorna.

-Incluso entre ellos se atacan- dijo Artemisa rodando los ojos

-¿Que esperabas, hermanita? Era muy lógico que se iban a atacar- comentó Apolo

Ethan se ajustaba el cinturón de la espada y se dirigía al almacén.

Salvo por el agujero del tejado, el sitio seguía tal como lo recordaba: plagado de estatuas de gente aterrorizada que había quedado petrificada mientras gritaba.

-Un lugar perfecto para un picnic- dijo Leo

-Sí, no podías pedir un mejor lugar que ese- dijo Percy

-Tiene decoraciones muy extravagantes- dijo Jason

-Y por eso es perfecto para nosotros- dijo Leo -podríamos hacer unos tacos

Jason y Percy rieron

En la zona del bar, habían apartado las mesas de picnic. Y justo entre el dispensador de soda y el calentador de rosquillas se levantaba un trono dorado donde haraganeaba Cronos, con la guadaña en el regazo.

-Me alegra que se la pase bien- dijo Deméter

-Aunque realmente espero que el gusto no le dure mucho- dijo Poseidón

-Que al menos diga que volvió a ver la luz del sol- dijo Hades con una mueca

-Aunque el sol sea algo molesto- dijo Hermes

-Eso me ofende- dijo Apolo

Iba con tejanos y una camiseta, y su expresión pensativa le daba un aire casi humano, semejante al del joven Luke al que acababa de ver en casa de May Castellan, suplicándole a Hermes que le revelara su destino.

-Casi humano- masculló Clarisse

Nada más ver a Ethan, sin embargo, la cara de Luke se contraía en una sonrisa inhumana y sus ojos dorados centelleaban.

Bueno, Nakamura —decía—. ¿Qué te ha parecido la misión diplomática?

-Pues la verdad, muy diplomática no fue- dijo Leo

-He tenido misiones más diplomáticas- dijo Percy mirando a Leo

Leo se sonrojó

Ethan titubeaba.

Estoy seguro de que el señor Prometeo está más capacitado para explicar...

Te lo he preguntado a ti.

-Solo lo está poniendo nervioso para ver qué es lo que dice- comentó Artemisa

-Es una buena manera de sacar información- comentó Apolo

-Ha funcionado otras veces- dijo Hermes

El ojo bueno de Ethan iba de aquí para allá, reparando en los guardias que rodeaban a Cronos.

Yo... No creo que Jackson se rinda. Nunca —contestaba.

-Sí realmente todos notamos eso- dijo Jason

-Se nota a kilómetros- dijo Thalia

-Era demasiado optimista pensar que iba a hacerlo- dijo Rachel

-Chicos...- murmuró Percy sonrojado

Cronos asentía.

— ¿Algo más que quieras contarme?

N... no, señor.

-Espero que eso siga así- masculló Poseidón

-No necesitamos que lo adivine- dijo Grover

-Para nada- comentó Percy

Pareces nervioso, Ethan.

No, señor. Es sólo... Dicen que ésta era la guarida de...

— ¿La Medusa? Cierto. Un sitio encantador, ¿no? Por desgracia, la Medusa no ha vuelto a formarse desde que Jackson la mató,

-Gracias a los dioses- dijo Hazel

-Mi suerte no podía ser taaan mala- dijo Percy

-Te estás enfrentando al señor del tiempo- señaló Jason

-Sí, pero al menos Medusa no ha regresado- dijo Percy

Así que no debe preocuparte la posibilidad de sumarte a la colección. Además, hay fuerzas mucho más peligrosas aquí.

-Y está hablando con una- dijo Hades

-Sí, creo que todos entendimos eso- masculló Deméter -como siempre dándose importancia

Cronos dirigía su mirada a un gigante lestrigón que masticaba ruidosamente unas patatas fritas. Hacía un ademán y el gigante se quedaba inmóvil, con una patata frita suspendida en el aire, entre la mano y la boca.

-No puedes dejar a alguien sin comer sus papas fritas- dijo Leo -eso es cruel

Percy asintió -Es lo más cruel que he escuchado

-Es un monstruo- dijo Leo

-El peor de todos- asintió Percy

— ¿Por qué petrificarlos —decía Cronos— cuando puedes congelar el tiempo mismo?

-No lo sé, tal vez porque no todos pueden congelar el tiempo- murmuró Apolo

-Es una opción bastante obvia- comentó Hermes

-Muy inteligente no es- comentó Apolo

Sus ojos dorados se concentraban en el rostro de Ethan—. Y ahora dime una cosa más. ¿Qué pasó anoche en el puente de Williamsburg?

Ethan temblaba. Su frente empezaba a perlarse de sudor.

Yo... no lo sé, señor.

-Por supuesto que ese era el punto al que quería llegar- masculló Poseidón

-Ya que la misión diplomática no salió muy bien- murmuró Perséfone

-Necesitaba un plan alternativo- dijo Hestia

Sí que lo sabes. —Cronos se levantaba del trono—. Cuando atacaste a Jackson, sucedió algo. Una cosa inesperada. La chica, Annabeth, se interpuso de un salto.

-Tan romántico- suspiró Afrodita

-Tan tonto- masculló Atenea

Afrodita rodó los ojos -¿Querida, nunca lo vas a superar?

Atenea bufó

Pretendía salvarlo.

Pero él es invulnerable —añadía Cronos bajando la voz—. Eso lo comprobaste tú mismo.

No sabría explicarlo. Quizá la chica lo olvidó.

-Una hija de Atenea, claro- comentó Thalia

-Esa razón es muy tonta- dijo Leo

-Cualquiera con un poco de sentido común vería que se atravesó porque Percy estaba en peligro- dijo Perséfone

-Mientras no sepa dónde está su punto débil...- murmuró Poseidón

Lo olvidó —repetía Cronos—. Sí, habrá sido eso. « Ah, vaya, se me ha olvidado de que mi amigo es invulnerable y he recibido yo la puñalada. ¡Uy!». Dime, Ethan, ¿adónde apuntabas cuando ibas a clavarle el puñal a Jackson?

-Por favor que no lo vaya a decir- murmuró Poseidón

Ethan arrugaba el entrecejo. Cerraba la mano con fuerza, como si sostuviera un arma, y simulaba dar el golpe.

No lo sé bien, señor. Todo sucedió muy deprisa. No apuntaba a ningún sitio en particular.

-No estoy seguro de si no lo sabía o simplemente no quiso decirlo- murmuró Apolo

-Ni yo, pero no pienso quejarme por eso- dijo Poseidón

-Tampoco yo- dijo Percy

-Nadie, sesos de alga- comentó Annabeth

Cronos tamborileaba con los dedos en la hoja de su guadaña.

Ya veo —decía en tono gélido—. Si se te refresca la memoria, espero...

-Mejor que siga esperando- masculló Poseidón

-Total es el Titán del tiempo- dijo Apolo -no creo que le sea muy difícil

-No puedo discutir con esa lógica- dijo Will

-Eso espero- dijo Poseidón con una mueca

Repentinamente, el señor de los titanes hacía una mueca. El gigante del rincón salía de su inmovilidad y la patata frita caía al fin en su boca. Cronos retrocedía tambaleante y se desplomaba en el trono.

-Puedes ver que aún no tiene el control completo- dijo Artemisa -aún hay oportunidad antes de que tenga su forma completa

-Y eso no sería algo muy bueno de ver- dijo Apolo -sería catastrófico

— ¿Mi señor? —decía Ethan, adelantándose.

Yo... —Su voz sonaba débil, pero por un instante era la de Luke.

Los dioses miraban a Luke con un poco de incredulidad, los chicos en especial Percy hicieron una mueca al recordar que Luke sí estaba intentando retomar el control

Luego la expresión de Cronos se endurecía. Alzaba la mano y flexionaba los dedos como obligándolos a obedecer—. No es nada —concluía, recobrando su tono acerado y gélido—. Una molestia sin importancia.

-Qué de lo repita hasta que se lo crea- dijo Leo

-Tiene el ego muy grande- comentó Travis

-Bueno pues eso es realmente una buena opción- dijo Piper

Ethan se humedecía los labios.

Todavía se os sigue resistiendo, ¿no? Luke...

Tonterías —le soltaba Cronos—. Repite esa mentira y te cortaré la lengua.

-El chico eligió las palabras equivocadas- comentó Deméter

-Muy malas palabras a decir verdad- dijo Perséfone

-Dramático- dijo Zeus

El alma del chico ha sido aplastada. Simplemente me estoy adaptando a las limitaciones de esta nueva forma. Es algo que requiere reposo. Resulta pesado, pero no se trata más que de un engorro pasajero.

-Déjenlo que siga pensando eso- dijo Hades rondando los ojos

-Al parecer también la necedad es de familia- dijo Apolo

-También es tu familia idiota- dijo Artemisa rodando los ojos

Apolo se encogió de hombros

Como... como digáis, mi señor.

— ¡Tú! —Cronos señalaba con la guadaña a una dracaena con armadura y corona verdes—. Reina Sess, ¿no?

-Wow- dijo Connor -que nombre tan impredecible

-Fue una completa sorpresa, hermano- dijo Travis

-Nadie habría podido adivinar aquel nombre tan impactante- comentó Miranda

Sssssí, mi señor.

— ¿Ya podemos soltar nuestra pequeña sorpresa? La reina dracaena enseñaba los colmillos.

-Eso de la sorpresa no suena nada bien- dijo Apolo

-No me gustan las sorpresas- dijo Percy

-A mí tampoco- estuvo de acuerdo Annabeth

-Además de que era una muy rara sorpresa- dijo Thalia con una mueca

-Muuuuy rara- dijo Percy

Oh, ssssí, mi señor. Una sorpressssa deliciosssa.

Magnífico —decía Cronos—. Dile a mi hermano Hiperión que lleve hacia el sur el grueso de nuestras fuerzas y se adentre en Central Park.

-Al menos sabrás hacia donde se dirigen- dijo Reyna

-Una hermosa reunión con un ejército enorme- dijo Miranda con sarcasmo

-No hay nada mejor que eso- dijo Katie con una mueca

-Era exactamente lo que necesitábamos- comentó Travis

Los mestizos sufrirán tal confusión que ni siquiera podrán defenderse. Ya puedes irte, Ethan. Procura refrescar esa memoria. Hablaremos de nuevo cuando hayamos tomado Manhattan.

-Cuánto optimismo- dijo Connor

-Eso es estar muy seguro de sí mismo- dijo Leo

-Tiene que darse ánimos- dijo Piper

Ethan le hacía una reverencia y mi sueño cambió de escenario una última vez.

-Oh no- murmuró Percy

-Siempre que Percy pone esa expresión es que va a ser algo malo- dijo Apolo

Thalia asintió -Aunque no sabemos si será malo para él o los demás

-Siempre pueden ser ambas- dijo Apolo

Vi la Casa Grande del campamento, pero era en otra época. La casa estaba pintada de rojo, no de azul.

-Realmente me agrada más el azul- dijo Miranda

-A mí también- dijo Percy

Travis volteó a ver a Connor con una sonrisa burlona

Los campistas de la pista de voleibol iban con peinados de principios de los noventa (seguramente muy útiles para ahuyentar a los monstruos).

-Pues ni tanto muchacho- dijo Quirón

-Yo he visto esos peinados en los sets- dijo Piper -son muy... Interesantes, por decirlo de alguna manera

Percy asintió

Quirón estaba en el porche, hablando con Hermes y una mujer que llevaba un bebé en brazos.

Percy hizo una mueca -Genial- masculló

Quirón tenía el pelo más corto y oscuro. Hermes iba con su equipo deportivo habitual y unas zapatillas aladas.

-Así que ni siquiera en el futuro cambiarás el estilo deportivo- dijo Apolo negando con la cabeza

-El estilo deportivo es muy cómodo- dijo Hermes

-Yo estoy de acuerdo en que deberías cambiar ese estilo, cariño- dijo Afrodita -un look más casual

Hermes rodó los ojos

La mujer era alta y guapa. Tenía el pelo rubio, ojos brillantes y una sonrisa simpática. El niño que llevaba en brazos se retorcía en su mantita azul como si el Campamento Mestizo fuera el último sitio donde quisiera estar.

Lukemiraba libro con el ceño fruncido, Hermes miraba del libro a su hijo con una mirada de curiosidad y preocupación

Es un honor tenerla aquí —decía Quirón, nervioso—. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que se le permitió la entrada a un mortal.

No le des alas —gruñía Hermes—. May, no puedes hacerlo.

-Por los dioses- murmuró Frank mirando el libro

-Es lo mismo que pensé- comentó Percy

Con un sobresalto, comprendía que estaba viendo a May Castellan. No se parecía en nada a la anciana que había conocido. Se la veía llena de vida. Era ese tipo de persona que sólo con una sonrisa alegra el día a quienes la rodean.

-Cómo Sally- dijo Annabeth con una sonrisa

Thalia asintió -Creo que tu mamá me cae mejor que tú, sesos de alga

-Ya lo sabía- dijo Percy riendo -lo supe desde el momento en que lo conociste

-Además de que su comida es deliciosa- dijo Grover con una sonrisa

-Todos son tan cariñosos de ella, que hasta quiero conocerla- dijo Apolo -¿Qué?- preguntó al ver la mirada asesina de Poseidón -no me digas que no tienes curiosidad

Poseidón le siguió dando una mala mirada

Bah, no has de preocuparte tanto —protestaba May, meciendo al bebé—.

Necesitáis un Oráculo, ¿no? La antigua lleva muerta... ¿cuánto?, ¿veinte años?

-Oh vaya- murmuró Piper

Rachel se estremeció

Más —decía Quirón con expresión grave.

Hermes alzaba los brazos, exasperado.

No te conté esa historia para que te presentaras como candidata. Es peligroso. Díselo, Quirón.

-No- dijo Apolo -esto tiene que ver con la maldición de Hades, no sobre la falta de candidatos- dijo con una mirada asesina a Hades

-Ya supéralo- masculló Hades -ya tienes un nuevo oráculo

Apolo todos los ojos

Así es —advertía Quirón—. Durante muchos años he prohibido que lo intentara nadie. No sabemos exactamente qué ha sucedido. La humanidad parece haber perdido la capacidad de albergar al Oráculo.

-La chica no tuvo la culpa de nada ¿Cuándo van a entender que las profecías no funcionan así?- masculló Apolo

Los dioses se miraron con incomodidad

Eso ya lo hemos hablado —decía May—. Y estoy segura de que puedo hacerlo. Hermes, ésta es mi ocasión para hacer algo de provecho. Si he recibido el don de la videncia es para algo.

-Sí, pero no para exponerse a sí misma de esa forma- murmuró Hermes para sí mismo

Luke hizo una mueca

Yo deseaba gritarle a May Castellan que se detuviera. Sabía lo que iba a suceder. Ahora comprendía al fin cómo había sido destruida su vida. Pero no podía moverme ni hablar.

-Y aunque hubieras podido, no habría cambiado nada- dijo Rachel con un suspiro

-Lo sé- murmuró Percy con una mueca

Annabeth tomó su mano

Hermes parecía más dolido que preocupado.

Si te convirtieses en el Oráculo no podrías casarte conmigo —se quejaba —. No podrías verme nunca más.

-¿En serio Hermes, eso es lo que te preocupa?- dijo Artemisa con un tono de voz molesto -toda su vida está en riesgo, hombres...- masculló

Hermes se sonrojó

May le acariciaba el brazo.

Tampoco podré tenerte siempre, ¿no? Tú te alejarás pronto. Eres inmortal.

-Tiene un punto- dijo Travis

Luke frunció el ceño

Hermes empezaba a protestar, pero ella lo interrumpía poniéndole una mano en el pecho.

— ¡Sabes que es verdad! Por mucho que no quieras herir mis sentimientos. Además, tenemos un hijo maravilloso. Puedo seguir criando a Luke, ¿no?, aunque sea el Oráculo.

Se hizo un silencio tenso en la sala, sobre todo entre Luke y Hermes

Quirón tosía discretamente.

Sí, aunque, en honor a la verdad, no sé cómo afectará eso al espíritu del Oráculo. Una mujer que ya ha dado a luz a un hijo... No se ha hecho nunca, que yo sepa. Si el espíritu no acepta...

-Tal vez podría haberlo aceptado, pero la maldición no iba a permitir nada- dijo Apolo

-Basta de eso- masculló Hades

-Te das cuenta que hiciste lo mismo que Zeus ¿Cierto?- masculló Deméter

-Ya es pasado, Apolo vuelve a tener su preciado oráculo- dijo Hades

Aceptará —insistía May.

« No —quería gritar yo—. No aceptará».

May Castellan le daba un beso a su bebé y se lo entregaba a Hermes.

Luke miraba libro con una mueca

Vuelvo enseguida.

Les sonreía con aplomo y subía las escaleras.

Quirón y Hermes empezaban a pasearse en silencio de aquí para allá. El bebé no paraba de agitarse.

-Sabía que algo no andaba bien- murmuró Rachel

Apolo asintió -Un ritual normal no es tan agitado

-A mí me pareció bastante agitado- dijo Percy mirando a Rachel

Un fulgor verde iluminaba las ventanas de la casa. Los campistas dejaban de jugar al voleibol y levantaban la vista hacia el desván. En los campos de fresas se alzaba un viento frío.

Hermes debía de sentirlo también.

-Por supuesto, no es así cómo debe de pasar- dijo Apolo

Hermes suspiró

— ¡No! ¡No! —gritaba.

Le entregaba el bebé a Quirón y corría hacia el porche. Antes de que llegase a la puerta, la tarde soleada estallaba por el chillido aterrorizado de May Castellan.

Rachel se estremeció -Por eso no querías que lo hiciera- reflexionó

Percy sintió -Era riesgoso

-Pero era sólo por lo de la maldición- dijo Apolo

Me incorporé tan bruscamente que me di un golpe en la cabeza con una armadura.

-Esa es una buena manera de despertar- dijo Leo

-Conozco mejores maneras- dijo Percy

-Como en los establos- murmuró Frank

-¡Frank!- gritaron Annabeth y Percy sonrojados

-Que monada- chilló Afrodita

— ¡Agg!

Perdona, Percy. —Annabeth estaba de pie a mi lado—. Justamente ahora iba a despertarte.

-Esa es una mejor manera- bromeó Piper

-Acosadora, ¿Cuánto tiempo llevabas viéndolo dormir? preguntó Thalia

-Acababa de llegar- dijo Annabeth sonrojada

-Claaaaro- dijo Piper con una sonrisita burlona

Me froté la cabeza, tratando de asimilar aquellas visiones inquietantes. Ahora, por fin, encajaban un montón de cosas: May Castellan había pretendido convertirse en el Oráculo.

Hermes hizo una mueca

-Su intención era buena- murmuró Quirón con una mueca

-Pero no teníamos la información completa sobre la maldición- dijo Hermes con un suspiro

Ella no conocía la maldición de Hades que impedía que el espíritu del Oráculo tomara otro receptáculo mortal. Tampoco la conocían Quirón y Hermes.

Apolo y Hermes le dieron miradas furiosas a Hades, Hades fingió estar interesado en los detalles de su trono

No podían prever que May se volvería loca al tratar de ocupar el puesto, ni que sufriría ataques durante los cuales los ojos se le llenarían de un brillo verdoso y tendría atisbos fragmentarios del futuro de su hijo.

Luke suspiró

-Bueno eso explica las cosas- murmuró Will con una mueca

Nico asintió

— ¿Percy? —Murmuró Annabeth—. ¿Qué sucede?

Nada —mentí—. ¿Qué... qué haces con armadura? Deberías seguir descansando.

-Es igual de necia que tú- dijo Thalia

-Realmente a veces no sé quién es peor- dijo Jason

-Bro...- murmuró Percy

-Creo que se turnan para ser necios- dijo Thalia

-Thalia...- masculló Annabeth

Estoy bien —dijo, aunque aún se la veía pálida y apenas movía el brazo derecho—. El néctar y la ambrosía me han curado.

No puedes salir en serio a luchar.

-Pero la necesitan- señaló Perséfone

-Es cierto- dijo Apolo -su ejército es muy pequeño, además mi hijo ya hizo lo que pudo para curarla

Will se sonrojó

Ella me tendió el brazo bueno y me ayudó a levantarme. Me retumbaba la cabeza. Fuera, el cielo ya se teñía de rojo.

Vas a necesitar a todos tus efectivos —dijo—. Acabo de mirar mi escudo.

Hay un ejército...

En dirección sur hacia Central Park —repuse—. Sí, lo sé.

-No podía quedarme a descansar- murmuró Annabeth

-Podrías haberlo intentado- dijo Percy con una sonrisa inocente

-Sabes que no- dijo Annabeth -tampoco lo habrías hecho

-Tienes razón- dijo Percy con un suspiro

Le conté una parte de mis sueños. Me salté la visión de May Castellan porque resultaba demasiado inquietante para hablar siquiera de ella.

-Y que lo digas- murmuró Connor

-Y menos en la batalla- murmuró Rachel -es desconcertante

Tampoco le expliqué la hipótesis de Ethan de que Luke se resistía a Cronos en el interior de su cuerpo. No quería alimentar las esperanzas de Annabeth.

Percy se sonrojó -Lo siento

Annabeth se encogió de hombros -Aun así me lo dijiste, así que gracias

— ¿Crees que Ethan sospecha dónde está tu punto débil?

No lo sé —reconocí—. No le ha dicho nada a Cronos, pero si llega a figurárselo...

No podemos permitírselo.

-Pero tampoco te vayas a volver a atravesar- masculló Atenea

Pues sí con eso no encuentran su punto débil...- murmuró Annabeth dejando la frase al aire Atenea rodó los ojos

-Amo a esta chica- chilló Afrodita

Le atizaré más fuerte en la cabeza la próxima vez —dije—. ¿Se te ocurre de qué puede tratarse esa sorpresa de la que hablaba Cronos?

-Una no muy agradable- dijo Percy

-Nada agradable- murmuró Thalia

-Ni un poco- dijo Grover

Negó con la cabeza.

No he visto nada en el escudo, pero no me gustan las sorpresas. —Estamos de acuerdo.

-También depende de qué clase de sorpresa se hable- comentó Perséfone

Afrodita asintió -Claro porque hay de sorpresas a sorpresas

-Ni siquiera quiero saber qué connotaciones tiene eso- murmuró Piper

Bueno —dijo—, ¿vas a seguir oponiéndote a que vaya contigo?

No. Ya me has convencido.

-Tienes buenos argumentos- dijo Percy con una sonrisa

-Lo sé- dijo Annabeth riendo -no podías decir nada contra eso

-Nop, tu lógica era indiscutible- dijo Percy

Ella tuvo ánimos para reírse, cosa que resultaba agradable oír. Tomé mi espada y fuimos a reunir la tropa.

-Son tan adorables- chilló Afrodita

Percy y Annabeth se sonrieron

-Me encantan- dijo Perséfone

Thalia y los líderes de las cabañas nos esperaban en el Reservoir. Las luces de la ciudad parpadeaban a la media luz.

-Un ambiente de lo más genial- dijo Miranda

-Justo el tipo de ambiente que necesitábamos- dijo Connor

-Y que lo digas- murmuró Miranda

Supongo que la mayoría funcionaba con temporizadores automáticos. Las farolas destellaban alrededor del lago y les conferían al agua y a los árboles un aspecto todavía más misterioso.

-El pequeño detalle que faltaba para un ambiente de batalla- dijo Rachel con sarcasmo

-Claro, todo se confabula- dijo Apolo

-Justo el tipo de ambiente que me hace sentir mejor- murmuró Percy

-El mejor ambiente- asintió Leo

Ya se acercan —me confirmó Thalia, señalando al norte con una flecha de plata—. Una de mis exploradoras me acaba de informar que ya han cruzado el río Harlem. Ha sido del todo imposible mantenerlos a raya. Su ejército... — añadió, encogiéndose de hombros— es enorme.

-Genial- masculló Poseidón

-Enorme era quedarse corto- murmuró Percy

-Lo sé, pero no encontré otra palabra para describirlo- dijo Thalia riendo

Los detendremos en el parque —dije—. ¿Preparado, Grover?

Él asintió.

Más preparados que nunca. Si mis espíritus de la naturaleza pueden pararlos en alguna parte, es aquí.

-Ese era un buen lugar- dijo Grover con un suspiro

-Hasta que salió la famosa sorpresa- murmuró Thalia

-Típico- masculló Percy

— ¡Sí, les pararemos los pies! —dijo otra voz. Un sátiro grueso y muy viejo se abrió paso entre la multitud, tropezándose con su propia lanza.

-Bueno, fue una buena entrada- comentó Connor

-Eso es entrar con estilo- dijo Travis

Grover medio sonrío

Iba con una armadura de corteza de árbol que solamente le tapaba la mitad de la barriga.

— ¿Leneo? —musité.

Percy y Grover intercambiaron una mirada

-No esperaba que sí se presentará- dijo Dionisio con indiferencia

-Al menos es un poco más de ayuda- dijo Frank

-Se acaba de tropezar con su propia lanza- señaló Leo

-Sigue siendo ayuda- dijo Frank

No te hagas el sorprendido —resopló—. Soy el líder del Consejo y me pediste que encontrara a Grover. Muy bien, pues lo he encontrado, ¡y no voy a permitir que un simple desterrado dirija a los sátiros sin mi ayuda!

-Típico, querer llevarse toda la gloria- dijo Dionisio con un suspiro de frustración

-Seguía sin superar el hecho de que es Grover fue escogido por Pan- masculló Thalia

-Pero no podía hacer nada- dijo Percy

A su espalda, Grover hacía muecas de repugnancia, pero el viejo sonreía satisfecho como si fuera el héroe de la jornada.

— ¡No temáis! ¡Vamos a darles una lección a esos titanes!

No sabía si reírme o enfadarme, pero conseguí mantenerme imperturbable.

Percy sonrió

-No creo que se hubiera tomado muy bien que te empezaras a reír- dijo Katie -Probablemente te habría hecho algún tipo de maldición de la naturaleza o algo así- dijo Grover con una sonrisa nostálgica

-Es probable- dijo Percy con una sonrisa

Hum... sí, bueno. Grover, no vas a estar solo. Annabeth, con la cabaña de Atenea, se apostará aquí. Y yo y... ¿Thalia?

Ella me dio una palmadita en el hombro.

-Hacen buen equipo cuando no pelean- dijo Annabeth

Percy y Thalia hicieron una mueca y luego se echaron a reír

No digas más. Las cazadoras estamos listas.

Miré a los demás líderes.

A vosotros os corresponde una misión igual de importante. Tenéis que vigilar las otras entradas a Manhattan. Ya sabéis lo taimado que es Cronos.

-Muy bien, no dejen desprotegido ningún lugar- comentó Artemisa

-Y vaya que sí tenía muchas cosas que mostramos- dijo Katie con una mueca

-Quién lo diría- dijo Travis

Espera distraernos con este gran ejército para introducir un regimiento por un punto distinto. De vosotros depende que eso no suceda. ¿Ha escogido cada cabaña un túnel o un puente?

Los líderes asintieron, muy serios.

-Todos somos serios- dijo Travis

-Claro que lo somos- dijo Connor

-Claro, sobre todo ustedes- dijo Katie

-Pero estábamos serios- se defendió Travis

-¿No fue después de eso que empezaron hacer chistes sobre el ejército enemigo?- preguntó Katie

-No- dijeron los Stoll rápidamente, demasiado rápido para que fuera verdad

— ¡Pues en marcha! —dije—. ¡Buena caza a todos!

Oímos al ejército antes de verlo.

-Simplemente genial- masculló Poseidón

-Eso nunca es una buena señal- dijo Artemisa

El ruido era como un estrépito de cañones combinado con el griterío de la multitud en un estadio de fútbol, o sea, como si cada seguidor de los New England Patriots arremetiera contra nosotros armado con una bazuca.

-Básicamente así era- comentó Thalia

-Es una buena descripción- dijo Grover

-Fue lo primero que se me ocurrió- dijo Percy

-Me encantan tus analogías, bro- dijo Jason

-Gracias- dijo Percy

La vanguardia enemiga asomó al fin por el extremo norte del estanque: un guerrero de armadura dorada encabezando un batallón de gigantes lestrigones con descomunales hachas de bronce. Detrás, surgieron en tropel centenares de monstruos de distinto pelaje.

-De todas las variedades que se puedan imaginar- dijo Percy

-Algunos eran demasiado extravagantes dijo Thalia

Grover asintió -Nunca había visto tantos pelajes tan extraños juntos

-Y espero nunca volver a verlos- dijo Percy

-Yo también lo espero- murmuró Poseidón

— ¡A vuestros puestos! —gritó Annabeth.

Sus compañeros de cabaña se situaron estratégicamente. La idea era obligar al enemigo a dividirse alrededor del estanque. Para llegar a nuestras posiciones tendrían que seguir los senderos, avanzando en fila india a uno y otro lado del agua.

-Es un buen plan- dijo Atenea -pero no creo que dure mucho, pronto se darán cuenta de lo que están haciendo

-Tienen que desperdigar ese ejército antes de que los monstruos se den cuenta de la estrategia que están utilizando- dijo Artemisa

Al principio, el plan pareció funcionar. El enemigo se dividió y corrió a nuestro encuentro bordeando la orilla. A medio camino, nuestras defensas entraron en acción.

-Mátenlos a todos- gritó Ares

-Cállate, tus hijos ni siquiera están ayudando- dijo Apolo

Ares le dio una mirada asesina

El sendero se llenó de fuego griego, que incineró en el acto a muchos monstruos; otros se agitaban enloquecidos, envueltos en llamaradas verdes. Los campistas de Atenea les arrojaban garfios a los gigantes más grandes y los derribaban al suelo.

Annabeth dio una especie de sonrisa

-Y aquí aprenden a no meterse con un hijo de Atenea- comentó Thalia una sonrisa

En el bosque de la derecha, las cazadoras lanzaron una salva de flechas de plata sobre las líneas enemigas, destruyendo a veinte o treinta dracaenae, aunque venían muchas más detrás.

-Así se hace- dijo Artemisa como una sonrisa

-Genial, esto se empieza a complicar cada vez más- masculló Poseidón

-Y eso que aún no sabemos cuál es la sorpresa- dijo Apolo

Un rayo chisporroteó en el aire, dejando frito a un gigante lestrigón, lo que me indicó que Thalia estaba haciendo su truco favorito de hija de Zeus.

Thalia rió -Definitivamente es mi truco favorito

-Lo sé, me gusta cuando lo haces con los demás, pero no en mí- dijo Percy

-Aunque también es divertido- dijo Thalia

-No lo es- dijo Percy negando con la cabeza

Grover se llevó sus flautas a los labios y tocó una tonada rápida. Se alzó un bramido en ambas orillas y empezaron a brotar los espíritus de cada árbol, de cada roca y cada matorral. Las dríadas y los sátiros blandían sus porras y se lanzaban a la carga.

-Nunca te metas con una dríada- dijo Apolo con una mueca -no son tan pacifistas cómo creen

-La mayoría de las veces tú te lo buscas- dijo Artemisa

-La mayoría- comentó Apolo -pero no siempre, a veces sólo trato de ser amable

Artemisa rodó los ojos

Los árboles envolvían a los monstruos hasta estrangularlos. La hierba crecía alrededor de las piernas de los arqueros del titán. Las piedras volaban en todas direcciones y acribillaban a las dracaenae.

-Aun así eran demasiadas- dijo Thalia

-Nunca había visto tantas dracaenae juntas- dijo Annabeth

-Y espero que no las volvamos a ver- dijo Thalia -no son mis favoritas

Aun así, aunque fuese a duras penas, el ejército avanzaba. Los gigantes aplastaban árboles enteros a su paso y las náyades se desvanecían al quedar destruida su fuente de vida.

Grover hizo una mueca de nostalgia

-Fueron muy valientes- dijo Percy

Grover asintió

Los perros del infierno se abalanzaban sobre los lobos y los dejaban fuera de combate de un zarpazo. Los arqueros enemigos contraatacaron con una salva de flechas y una cazadora cayó fulminada desde lo alto de una rama.

-Murió como toda una guerrera- comentó Artemisa

-Era una chica un poco nueva- dijo Thalia con un suspiro

Zoë hizo una mueca

— ¡Percy! —Annabeth me agarró del brazo y señaló el estanque. El titán de la armadura dorada no había aguardado a que sus fuerzas avanzaran por los flancos. Se había lanzado a la carga caminando directamente por la superficie del lago.

-Perfecto- murmuró Zoë

-Como si faltaran problemas- masculló Poseidón

Una bomba de fuego griego le explotó justo encima, pero alzó la palma de la mano y absorbió todas las llamas.

Hiperión —dijo Annabeth, consternada—. El señor de la luz. El titán del este.

-Un tipo no muy agradable- dijo Apolo

-Sí- dijo Percy -tampoco me pareció agradable

Poseidón se pasó una mano por el rostro

— ¿Peligroso? —pregunté.

Junto con Atlas, es el mayor guerrero de los titanes. En los tiempos antiguos había cuatro titanes que controlaban las cuatro esquinas del mundo. Hiperión era el este: el más poderoso. Fue el padre de Helios, el primer dios del sol.

-No creo que esté muy contento- comentó Apolo

-No- dijo Percy -creo que estaba algo resentido

-Sí, los titanes suelen ser muuuuuuy resentidos- dijo Apolo -¿Quién lo diría?

Lo mantendré ocupado —prometí.

Percy, ni siquiera tú...

Encárgate de mantener agrupadas nuestras fuerzas.

-Y así ni cómo discutir con él- bromeó Jason

-Es igual de necio que Annabeth- dijo Piper

Percy y Annabeth rieron

Obviamente, no nos habíamos situado ante el estanque porque sí. Me concentré en el agua y noté cómo me atravesaba su poder en grandes oleadas.

Avancé hacia Hiperión corriendo por la superficie. « Sí, amiguito. Yo también sé jugar a este juego».

-No puede ser- murmuró Poseidón

Percy sonrió con inocencia

-Típica idea de Percy- dijo Leo

-Lo sé- dijo Percy

Cuando ya lo tenía a cinco metros, Hiperión alzó la espada. Sus ojos eran tal como los había visto en mi sueño: tan dorados como los de Cronos, pero más brillantes incluso, como dos soles en miniatura.

Apolo bufó -Presumido

-¿Sigues sin superar el hecho de que tenga soles en miniatura?- preguntó Hermes

-Para nada- dijo Apolo rodando los ojos

El mocoso del dios del mar —masculló—. ¿Eres tú el que dejó a Atlas atrapado otra vez bajo el peso del cielo?

No me costó gran cosa —dije—. Los titanes sois tan listos como un pedazo de alcornoque.

-Por fin presume- dijo Thalia

Percy se sonrojó -Necesitaba sonar más seguro de lo que me sentía

-Nadie te está culpando, sesos de alga- dijo Thalia rodando los ojos -puedes presumir

-Que amable- dijo Percy

Hiperión soltó un gruñido.

— ¿Quieres ver lo listo que soy?

Su cuerpo se inflamó en una columna de luz y calor. Desvié la mirada, pero

Aun así quedé deslumbrado.

-Titán de la luz-señaló Leo

-Lo olvidé por un momento- dijo Percy

-Bueno, que no vuelva a pasar- bromeó Leo

-Lo tendré en cuenta- dijo Percy

Alcé por instinto a Contracorriente: justo a tiempo, porque la hoja de Hiperión se estrelló contra la mía. El impacto desató una enorme oleada concéntrica por todo el lago.

Los ojos aún me escocían. Tenía que ahogar su luz.

-Por favor- dijo Apolo

-Supéralo- dijo Hermes

Apolo rodó los ojos

Me concentré en aquella oleada y la obligué a invertir su dirección. Justo antes de que cayera sobre mí, salté hacia delante con un chorro de agua.

— ¡Agggg! —La ola se estrelló contra Hiperión y lo sumergió por completo, extinguiendo su luz.

-Por fin- dijo Leo

-Este niño sí me comprende- dijo Apolo -no como otros

Leo soltó una risa

Aterricé en la superficie del lago mientras el titán se incorporaba con esfuerzo. Tenía la armadura dorada toda chorreante y sus ojos ya no llameaban, aunque seguían clavados en mí con expresión asesina.

— ¡Arderás, Jackson! —rugió.

-Siempre te ven con expresión asesina- dijo Rachel

-Ya me acostumbré- dijo Percy -además también me dicen "arderás, Jackson"

-Es cierto, no pueden variar aunque sea un poco- dijo Rachel

Nuestras espadas chocaron de nuevo y el aire se cargó de ozono.

La batalla proseguía con furia a nuestro alrededor. En el flanco derecho, Annabeth dirigía un asalto con sus hermanos de Atenea. En el izquierdo, Grover y sus espíritus de la naturaleza se habían reagrupado y enmarañaban al enemigo con arbustos y malas hierbas.

-Y así es como te das cuenta de que los espíritus de la naturaleza son peligrosos- dijo Connor

-Creí que ya lo habías notado- dijo Miranda

-Sí, pero ahora me parecen más peligrosos- dijo Connor

Basta de juegos —me dijo Hiperión—. Luchemos en tierra.

Estaba a punto de hacer un comentario inteligente, tipo « No»,

-Comentario de lo más inteligente- dijo Leo

-Por supuesto- dijo Percy -tenía que ser un comentario que llegara al corazón- bromeó

-Un comentario muy elocuente- dijo Leo -me gusta

Cuando el titán soltó un alarido. Un muro de fuerza vino a golpearme por el aire: el mismo truco que Cronos se había sacado de la manga en el puente.

-Al menos eres invulnerable- dijo Frank

-Ya es un avance- dijo Percy

-Un perfecto avance- dijo Poseidón -aun así, eso no me agrada

Volé trescientos metros hacia atrás y me estampé en la orilla. De no haber sido por mi naturaleza invulnerable, me habría roto todos los huesos.

Me puse de pie, gimiendo.

— ¡No soporto cuando hacéis eso los titanes!

-Lo odio- dijo Percy con una mueca de disgusto

-Como si no hubiera otros tantos trucos de los Titanes- dijo Jason

-Exacto bro, tú sí me comprendes- dijo Percy

-Lo hago, bro- dijo Jason

Hiperión se me acercaba a una velocidad de vértigo.

Me concentré en el agua para sacar fuerzas de ella.

El titán se echó sobre mí. Era rápido y poderoso, pero no llegaba a asestarme un solo golpe. La tierra a sus pies se encendía en llamas, pero yo las apagaba con idéntica rapidez.

Percy se sonrojó al recordar que era lo que estaba haciendo

-Eso fue genial- dijo Grover

-Gracias- murmuró Percy

— ¡Detenlo! —Bramó el titán—. ¡Detén ese viento!

No entendí a qué se refería. Estaba muy ocupado luchando.

-Claro, y no puedes distraerte- dijo Jason con una sonrisa

-Aún no era el momento para distraerme- dijo Percy -aunque me gusta distraerme

-Lo sé, pero no lo hagas- comento Jason

-No prometo nada- bromeó Percy

Hiperión dio un traspié, como si hubiera recibido un empujón. Le salpicaba agua en la cara y los ojos. El viento cobró fuerza y el titán volvió a retroceder tambaleante.

— ¡Percy! —gritó Grover, asombrado—. ¿Cómo diantre lo haces?

Algunos de los chicos miraban el libro con confusión, los dioses también excepto Poseidón que miraba su hijo con una sonrisa orgullosa

« ¿Hacer qué?», pensé.

Entonces bajé la vista y advertí que estaba en medio de mi propio huracán. Me rodeaban nubes de vapor girando a toda velocidad, y un viento tan salvaje que zarandeaba a Hiperión y aplanaba la hierba en un radio de veinte metros.

-Eso es genial- dijo Rachel

-Lo fue- dijo Thalia -no creas que lo voy a volver a repetir

-No importa, con una vez es suficiente- bromeó Percy

-Fue bastante alucinante- dijo Annabeth con una sonrisa

-No me gustaría estar peleando contra ti- dijo Grover

-No fue la gran cosa- dijo Percy sonrojado

Los enemigos me arrojaban jabalinas, pero el torbellino las desviaba.

Fantástico —murmuré—. Pero ¡un poco más fuerte!

-Máaaaas poder- gritó Leo

-Muuucho maaas poder- dijo Percy

-¡Por los dioses!- murmuró Piper -¿En qué momento les dio por unirse?

Los chicos se encogieron de hombros

Un relámpago fulguró alrededor de mi cuerpo: las nubes que me rodeaban se oscurecieron aún más y el agua giró a mayor velocidad. Me acerqué a Hiperión y lo derribé con la fuerza del viento huracanado.

-Qué bueno que el chico está de nuestro lado- dijo Apolo recibiendo una mala mirada de Zeus

-Sí, yo tampoco quisiera estar en una batalla contra él- dijo Will

— ¡Percy! —Gritó Grover de nuevo—. ¡Tráelo hacia aquí!

Lancé tajos y estocadas, dejando que mis reflejos tomaran el mando. Hiperión se defendía a duras penas. Sus ojos intentaban entrar en ignición, pero el vendaval apagaba las llamas.

-Eso fue genial- dijo Grover

-Lo es- estuvo de acuerdo Poseidón -pero el desgaste de tu poder es demasiado, también debes tener cuidado

Percy asintió con una mueca

No podría mantener mucho tiempo un temporal semejante. Ya notaba cómo se iban debilitando mis poderes. Con un último esfuerzo, propulsé a Hiperión por el césped hacia donde Grover lo aguardaba.

— ¡Conmigo no se juega! —bramó Hiperión.

-No estábamos jugando- dijo Percy

-Y si lo estuvieran, él iba perdiendo- dijo Jason

-Tal vez por eso estaba tan enojado- dijo Percy -a nadie le gusta perder

-Es probable- dijo Jason -y menos cuando se trata de su propio juego

-Una verdadera lástima- dijo Percy

Consiguió ponerse de pie otra vez, pero Grover empezó a tocar sus flautas. Leneo lo imitó. Y a lo largo de la arboleda, todos los sátiros se sumaron a aquella canción: una melodía misteriosa, como el rumor de un arroyo sobre los guijarros. El suelo a los pies de Hiperión se convulsionó y una multitud de raíces retorcidas le envolvió las piernas.

-Eso también fue genial- dijo Percy sonriéndole a Grover

-Gracias, al menos fue un bello árbol- dijo Grover

-Al menos por fin tenía algo bello- dijo Thalia con una mueca

-Exacto- murmuró Percy

— ¿Qué es esto? —protestó a gritos. Intentaba zafarse, pero aún no había recobrado sus fuerzas. Las raíces se espesaron hasta que dio la impresión de que llevaba unas botas de madera—. ¡Basta! —gritaba—. ¡Vuestra magia de los bosques no tiene nada que hacer frente a un titán!

-Tiene el ego muy grande a pesar de que está casi derrotado- dijo Katie

-Derrotado o no siempre con dignidad- bromeó Travis

Katie rió -Bueno, no creo que le quede mucha de cualquier modo

-No, pero déjalo pensar que aún la tiene- dijo Travis

Pero, cuanto más se debatía, más rápidamente crecían las raíces, retorciéndose por su cuerpo, multiplicándose y endureciéndose con una recia capa de corteza. Su armadura dorada quedó sepultada bajo aquella erupción de madera y pasó a formar parte de un grueso tronco.

-Un árbol que a nadie le gustaría tener en su jardín- dijo Apolo

-En realidad... Sería una bella decoración para mi jardín- comentó Perséfone

-Cariño, no- murmuró Hades -además el árbol ni siquiera es de esta época

La música prosiguió. El ejército de Hiperión retrocedía atónito al ver a su líder absorbido y deglutido. Los brazos extendidos del titán se convirtieron en ramas, de las cuales brotaron otras más pequeñas, que enseguida se cubrieron de hojas.

Grover y Percy chocaron los cinco

-Así se hace- dijo Percy con una sonrisa

-Y así también aprenden a no meterse con Grover- comentó Leo

-Ya lo habíamos aprendido- dijeron los Stoll al unísono

Grover se sonrojó furiosamente

El árbol ganó en altura y grosor, hasta que sólo quedó a la vista la cara de Hiperión en mitad del tronco.

— ¡No podéis apresarme! —bramó—. ¡Soy Hiperión! ¡Soy...!

La corteza selló su boca y le cubrió la cara.

-Por fin- dijo Travis

-Ya se estaba tardando, hermano- comentó Connor

-Además ya no necesitaban oír más de sus arrebatos de grandeza- dijo Chris

Grover se quitó las flautas de los labios.

Eres un precioso arce.

Muchos sátiros se desmayaron de agotamiento, pero habían cumplido su tarea.

-Sí era un bonito arce- dijo Grover

-Ya no me gustan los arces- dijo Apolo

-Deja de actuar como un crío- dijo Artemisa

-Tiene ojos como pequeños soles- se quejó Apolo

-¿Qué demonios...?- murmuró Will

Nico trataba de mantener una expresión seria ante la cara que tenía Will por la actitud de su padre

El titán había quedado empotrado en el interior de un arce enorme. El tronco tendría al menos seis metros de diámetro y sus ramas eran de las más altas de todo el parque. Aquel árbol permanecería allí durante siglos.

-Esperamos eso- dijo Apolo

Annabeth y Percy intercambiaron una mirada

El enemigo emprendió la retirada y de la cabaña de Atenea se alzó un grito de alegría. Pero fue una victoria efímera.

Porque justo en ese momento Cronos desató su sorpresa.

-Odio las sorpresas- dijo Percy -lo repito por si aún no había quedado claro

-Ya nos quedó claro- dijo Thalia

— ¡Oinnnc!

El eco del chillido rebotó por toda la zona alta de Manhattan. Todos, semidioses y monstruos por igual, se quedaron helados de terror.

-Lo que faltaba- masculló Poseidón -¿Por qué no puede ser un pequeño monstruo fácil de derrotar?

-Porque estamos hablando de la vida de tu hijo- comentó Apolo

Poseidón bufó

Grover me lanzó una mirada de pánico.

Suena como... ¡No puede ser!

-Siempre puede ser- dijo Jason

-Y más hablando de semidioses- dijo Piper

Sabía lo que estaba pensando. Dos años atrás, habíamos recibido un « regalo» de Pan: un jabalí gigante que nos transportó a lo largo del sudoeste del país (después de intentar liquidarnos).

-Y trató con mucho entusiasmo- dijo Thalia

-Casi ni creerías que nos quería ayudar- bromeó Percy

-No fue tan malo- dijo Grover

-Para nada- murmuró Thalia con una mueca

Aquel jabalí soltaba un chillido muy parecido, pero el que acabábamos de oír era más agudo, más estridente, como si... como si el jabalí tuviera una novia furiosa.

-Bonita manera de describirlo- dijo Apolo

-Pobre del jabalí con aquella novia furiosa- dijo Connor

-No es lo más recomendable- dijo Travis

— ¡Oinnnc! —Una enorme criatura rosada sobrevoló el estanque: una especie de globo de pesadilla con alas, como los que pasean en el desfile del día de Acción de Gracias.

— ¡Una cerda! —Gritó Annabeth—. ¡Ha cubierto!

-Esas son las instrucciones más raras que he oído- dijo Piper

-Nunca lo había pensado así, pero tienes razón- comentó Annabeth riendo

-La situación era rara, lo ameritaba- dijo Percy

-Y vaya que lo hacía- dijo Jason

Los semidioses se dispersaron al ver que la alada dama porcina descendía en picado. Sus alas eran rosadas como las de los flamencos y armonizaban de maravilla con su tono de piel, aunque resultaba difícil considerarla una monada,

-Me alegra que sepas cómo armonizan los colores- dijo Afrodita

La verdad, sobre todo cuando aterrizó en el suelo con un retumbo (poco faltó para que aplastara a un campista de Annabeth).

Annabeth suspiró -Por pura suerte no lo hizo

-Fue realmente aterrador ver cómo aterrizaba- dijo Grover con una mueca

-Lo fue- dijo Annabeth

-Bonita sorpresa- masculló Apolo

La criatura se puso a corretear pesadamente, sacudiendo el suelo a cada paso, derribando montones de árboles y eructando una nube de gases tóxicos. Luego despegó de nuevo y voló en círculo, preparándose para otra acometida.

-Una increíble sorpresa- dijo Leo con sarcasmo -así como me para su cumpleaños o algo -Vaya, serías el alma de la fiesta- dijo Percy

-Es lo mismo que he pensado- dijo Leo

No me digas que esto sale de la mitología griega —dije.

Me temo que sí —confirmó Annabeth—. La cerda de Clazmonia. Tenía aterrorizadas todas las ciudades griegas de la época.

-Y vaya que las tenía aterrorizadas- dijo Hermes

-Creo que aterrorizadas es decir poco- dijo Artemisa

-Además de que me dio trabajo extra- masculló Hades -como si no tuviera suficiente

Déjame adivinarlo —dije—. Hércules la derrotó.

Nones —respondió Annabeth—. Que yo sepa, ningún héroe ha logrado vencerla nunca.

Perfecto —mascullé.

-Lo que faltaba- dijo Rachel

-Todo siempre puede ir de mal a peor- dijo Percy

-Sobre todo en tu vida- dijo Thalia

El ejército del titán se estaba recobrando del susto. Supongo que habían comprendido que la cerda no los perseguía a ellos.

Sólo nos quedaban unos segundos antes de que estuvieran listos, y nuestras fuerzas aún eran presas del pánico.

-No puedo culparlos- dijo Apolo

-Nadie puede- dijo Artemisa -incluso los grandes guerreros griegos le temían

-Y pues un monstruo que nadie ha podido eliminar es algo aterrador- dijo Poseidón

Cada vez que la cerda eructaba, los espíritus de la naturaleza de Grover se desvanecían dando gañidos para refugiarse en sus árboles.

-Qué listas- dijo Hermes

-Nos ayudaron lo mejor que pudieron- suspiró Grover -pero ese monstruo, es algo que no quisiera volver a ver

-Tampoco yo- dijo Percy

Esa cerda tiene que desaparecer. —Tomé el garfio que llevaba uno de los hermanos de Annabeth—. Yo me encargo. Vosotros mantened a raya al enemigo. Obligadlo a retroceder.

Pero, Percy —dijo Grover—, ¿y si no podemos?

-Creí que el pesimista era Percy- dijo Leo

-Creo que mucho ánimo ya no nos quedaba- dijo Grover con una mueca

-La guerra siempre es tan difícil- dijo Hestia con una sonrisa triste

Advertí lo exhausto que estaba. La magia de su música había consumido sus fuerzas. A Annabeth no se la veía mejor después de haber estado luchando con una herida grave en el hombro. No sabía cómo les iría a las cazadoras, pero el flanco derecho del enemigo se interponía ahora entre ellas y nosotros.

-Bueno, pueden ser pesimistas- dijo Leo

-Eres muy amable por dejarlos ser pesimistas- comentó Piper

-Amable es mi tercer nombre

-¿Tercer?- preguntó Piper

-Claro, después de sexy- dijo Leo con una sonrisa

Me resistía a abandonar a mis amigos en tan mal estado, pero aquella puerca era sin duda la mayor amenaza, porque podía llevarse por delante los edificios y árboles, y causar estragos entre la población dormida. Había que detenerla.

-Además de que no sería el único ejército que aprovechara para avanzar- dijo Artemisa

-Y ya sabemos la clase de cosas que van a hacer- dijo Atenea

Los chicos asintieron

Retiraos un poco si es necesario —le dije—. Limitaos a dificultar su avance. Yo volveré en cuanto pueda.

Sin pensármelo dos veces, sujeté el cable del garfio y lo volteé como si fuese el lazo de un vaquero.

-No lo intenten en casa- dijo Percy

-Ay, nosotros queríamos intentarlo- dijeron los Stoll

-Yo también quería intentarlo- dijo Leo

-No es tan divertido como parece- dijo Percy

Cuando la cerda descendió para hacer su siguiente pasada, se lo arrojé con todas mis fuerzas. El garfio se enrolló alrededor de la base de una de sus alas. La criatura chilló furiosa, hizo un brusco viraje y tiró del cable y de mí hacia el cielo.

-¡Percy!- masculló Poseidón

-Que locura- murmuró Thalia con la cara pálida

-Sí- dijo Percy -no lo pensé mucho

-Nos dimos cuenta- dijo Grover

Percy sonrió

Si vas al centro de la ciudad desde Central Park, te aconsejo que tomes el metro. Los cerdos voladores son más rápidos, pero también mucho más peligrosos.

-Gracias por el consejo- dijo Travis

-Voy a tenerlo en cuenta- dijo Connor

-Además el metro es más cómodo- dijo Leo

-Pues en realidad no mucho- dijo Percy

La bestia dejó atrás el hotel Plaza y sobrevoló en línea recta la Quinta Avenida. Mi brillante idea consistía en trepar por el cable y montarme en su lomo. Por desgracia, estaba demasiado ocupado oscilando de aquí para allá y esquivando las farolas y fachadas de los edificios.

-Pequeño detalle del viaje en cerdo volador- dijo Percy

-Necesitaríamos equiparle un cinturón de seguridad- dijo Frank

-Muy bien- dijo Leo -únete al movimiento molestar a Percy haciendo bromas malas

-Qué gran movimiento- dijo Percy

Otro detalle que descubrí: una cosa es trepar por la cuerda en una clase de gimnasia, y otra muy distinta subir por un cable adosado al ala en movimiento de una cerda que vuela a mil kilómetros por hora.

-No lo hubiera imaginado- dijo Connor

-Es difícil creerlo- dijo Percy -las dos son formas horrorosas

-Eso no lo niego- dijo Connor

Avanzamos en zigzag varias manzanas y continuamos hacia el sur por Park Avenue.

« ¡Jefe! ¡Eh, jefe!».

Con el rabillo del ojo vi a Blackjack acelerando y haciendo cabriolas para evitar las alas de la cerda.

-Ese pegaso siempre aparece en el momento apropiado- suspiró Poseidón -si lo conozco le daré una caja de Donuts

-Lo amará- dijo Percy

— ¡Cuidado! —grité.

« ¡Salte a mi grupa! —relinchó—. Yo lo atraparé... creo».

-Al menos es honesto- dijo Piper

-Me hace sentir tan seguro- bromeó Percy

No sonaba muy tranquilizador. Ahora la estación Grand Central me quedaba justo delante. Sobre la entrada principal se alzaba una estatua gigantesca de Hermes, que supuse que no habría sido activada porque estaba demasiado alta.

-No lo vayas a hacer- dijo Poseidón -pasando una mano por su cara

-Creo que es un poco tarde para eso- comentó Apolo -tu hijo tiene las ideas más locas

-Y mira quién lo dice- señaló Artemisa

Volaba directamente hacia ella a una velocidad suficiente para espachurrar a un semidiós.

Mantente alerta —le dije a Blackjack—. Tengo una idea.

« Ay, no soporto sus ideas, jefe».

-Tampoco yo- dijo Poseidón

-A veces tampoco yo- admitió Percy

-Ni yo- dijo Annabeth -pero suelen funcionar

-Gracias listilla- dijo Percy con una sonrisa

Me propulsé hacia delante con todas mis fuerzas. En vez de estrellarme con la estatua de Hermes, la eludí con un quiebro y la rodeé por debajo de los brazos con el cable. Pensé que así conseguiría amarrar a la bestia, pero sin duda subestimé el impulso de sus treinta toneladas lanzadas en vuelo.

-Por eso es que Annabeth hace los cálculos- dijo Percy -tómenlo en cuenta

-Lo haremos- dijo Piper

Annabeth sonrió de manera orgullosa

Justo cuando la cerda arrancaba la estatua del pedestal, me solté. Hermes se fue a dar una vuelta con ella, ocupando mi sitio como pasajero, y yo caí a plomo hacia la calle.

-Ahora entiendo tu fobia a las alturas- dijo Percy a Thalia

-¿Ves? No es tan divertido- dijo Thalia

-Pero sí lo es- dijo Jason riendo

En esa fracción de segundo recordé la época en que mi madre solía trabajar en una tienda de caramelos de Grand Central. También pensé en lo desastroso que sería acabar como una mancha de grasa en el pavimento.

-Qué bueno que Poseidón es inmortal- dijo Apolo viendo a Poseidón palidecer

-Pero si es indestructible no le pasaría nada ¿O sí?- preguntó Bianca

-Eso creo- dijo Apolo

-No tengo idea- dijo Poseidón -y no quiero que lo pruebe

Entonces descendió sobre mí una sombra y... ¡plaf!, me encontré a lomos de Blackjack. No fue un aterrizaje muy suave, que digamos. De hecho, cuando grité

« ¡Uaaaa!», me salió una octava más alta de lo normal.

Percy se sonrojó

-Podrías ser un buen cantante- dijo Apolo

-No- dijo Percy -me salió muy desafinado

« Lo siento, jefe», murmuró Blackjack.

No hay problema —jadeé—. ¡Sigue a esa cerda!

-Era algo que siempre había querido decir- bromeó Percy

-Eso debería salir en una película o algo así- dijo Leo

-Es una frase célebre- dijo Frank

La bestia porcina había doblado a la derecha en la calle Cuarenta y dos Este y volaba de nuevo hacia la Quinta Avenida. Al pasar por encima de los tejados, divisé algunos incendios dispersos a lo largo de la ciudad.

-Al menos no dejaste ningún punto vulnerable- dijo Piper

-Y mira que en las circunstancias en las que estábamos era algo difícil- dijo Annabeth -Bastante difícil- estuvo de acuerdo Percy

Por lo visto, mis compañeros estaban pasándolas moradas. Cronos atacaba en varios frentes a la vez. Pero de momento yo tenía mis propios problemas.

-Estábamos pasándola genial- dijo Travis

-Sin presiones- dijo Connor -era como una gran fiesta

-Sí, una fiesta horrible llena de monstruos- dijo Miranda

La estatua de Hermes seguía colgada del cable. No paraba de balancearse y dar trastazos contra los edificios. La cerda sobrevoló un bloque de oficinas y Hermes atravesó el depósito del tejado, salpicando agua y madera en todas direcciones.

-Cuánto maltrato a tu estatua- dijo Apolo

Hermes negó con la cabeza haciendo una mueca

Entonces se me ocurrió una idea.

Acércate —le dije a Blackjack, que soltó un relincho de protesta—. Lo bastante cerca para que se me oiga —añadí—. He de hablar con la estatua.

-Mis ideas siempre se superan unas a otras- bromeó Percy

-Ellas también merecen una medalla- dijo Leo

-Una estatua- dijo Percy

-Y una sección en la primera plana- dijo Leo riendo

« Ahora sí que ha perdido la chaveta, jefe», dijo, pero aun así obedeció.

-Pues loco o no sigues siendo su jefe- comentó Will

-Además no era una idea taaan desquiciada- dijo Percy

-Y funcionó- dijo Annabeth

Cuando me acerqué lo suficiente para verle la cara a la estatua, grité:

— ¡Hola, Hermes! Secuencia de mandos. Dédalo veintitrés. ¡Matar Cerdos Voladores! ¡Inicio Activación!

-¿Ven? Es bueno poner atención- dijo Travis

-Yo siempre pongo atención- dijo Percy

-Pusiste atención sólo porque estabas con Annabeth- bromeó Thalia

-Puede que haya tenido que ver- dijo Percy

La estatua movió las piernas en el acto. Pareció algo confundida al descubrir que no se encontraba en lo alto de Grand Central, sino colgada de un cable y dando un paseo por los aires con una enorme puerca alada.

-Cualquiera se confundiría en una situación semejante- comentó Rachel

-No puedo culpar a la estatua- dijo Apolo

Se dio un porrazo contra una pared de ladrillo, cosa que la enfureció un poco, diría yo. Luego sacudió la cabeza y empezó a trepar.

Hermes hizo una mueca

-Pobre de tu estatua- dijo Apolo negando con la cabeza -no creo que haya sido un paseo bonito

-Tampoco lo creo- dijo Chris

Bajé la vista y eché una mirada rápida. Estábamos llegando a la principal biblioteca pública de Nueva York, con sus grandes leones de mármol flanqueando la escalinata.

-¿Los leones también cuentan?- preguntó Bianca

-Es lo que estamos a punto de averiguar- dijo Percy con una sonrisa

Me vino de pronto una extraña ocurrencia: ¿las estatuas de piedra serían también autómatas? Parecía poco probable, pero...

Más rápido —le dije a Blackjack—. Ponte delante de la cerda. ¡Mófate de ella!

-Claaaaro- murmuró Leo

-Le sale bien- dijo Percy

« Hum, jefe...».

Confía en mí. Sé lo que hago... creo.

« Sí, claro. Ríase».

-Es bueno que tenga sentido del humor a tantos metros por encima del suelo- dijo Apolo -¿Incluso te tenías que reír de tu pegaso?- preguntó Thalia

-Sí- dijo Percy -es para darle ánimos

Blackjack salió disparado como una flecha. Es capaz de volar a gran velocidad cuando quiere. Se situó delante de la bestia, que ya tenía montado en el lomo a un Hermes de metal.

-Debió ser un buen show- dijo Apolo divertido

-Me imagino que lo fue- masculló Hermes

Percy sonrió inocentemente

« ¡Hueles a jamón!», le relinchó Blackjack. Y le dio una coz en el hocico con los cascos traseros antes de lanzarse en picado. La cerda chilló enfurecida y salió tras él disparada.

-Definitivamente tiene un talento para insultar- dijo Clarisse rodando los ojos

Caímos en barrena hacia la escalinata de la biblioteca. Blackjack redujo la velocidad para dejarme saltar y continuó volando en dirección a las puertas del edificio.

-Ideas locas y las tuyas- dijo Rachel

-Siempre- dijo Percy -como dije, se superan unas a otras

-Y vaya que sí- dijo Rachel

— ¡Leones! —grité—. Secuencia de mandos. Dédalo veintitrés. ¡Matar Cerdos Voladores! ¡Inicio Activación!

Los leones se irguieron y me miraron.

-Sí contaron- dijo Will mirando a Bianca

-Eso es algo muy bueno- dijo Bianca

-Y que lo digas- murmuró Percy

Seguramente creyeron que les estaba tomando el pelo. Pero justo entonces... — ¡Oinnnc!

-Porque es algo muy normal tomarle el pelo a un león- dijo Piper

-Todo puede suceder, reina de belleza- dijo Leo

-Eso es cierto- dijo Jason

La rosada bestia porcina aterrizó con estruendo, resquebrajando la acera. Los leones la miraron, sin poder creer su buena suerte, y se abalanzaron sobre ella.

-Pobre- dijo Leo con fingida nostalgia -al menos tendrán tocino para el desayuno

-Pero no tuvimos- dijo Percy con un puchero

Grover hizo una mueca de disgusto

Al mismo tiempo, una estatua de Hermes bastante magullada saltó sobre su cabezota y empezó a golpeársela sin piedad con el caduceo. Los leones, por su parte, tenían unas garras tremendas.

-Realmente Hermes puede ser eso con su caduceo- dijo Apolo

-Sólo fue una vez- dijo Hermes -y tú te lo buscaste

-En realidad siempre se lo busca- dijo Artemisa

Cuando saqué a Contracorriente, ya no quedaba mucho que hacer. La cerda se desintegró ante mis ojos y casi sentí lástima por ella. Confié en que encontrara al cerdo de sus sueños en el Tártaro.

-¿En serio?- preguntó Thalia

-Como dijo Leo, todo puede suceder- comentó Percy

Cuando se hubo hecho polvo del todo, los leones y la estatua de Hermes miraron alrededor, desconcertados.

-Ya cumplieron con la orden- dijo Annabeth con una mueca -aun así van a seguir buscando "cerdos voladores"

-Estarán ocupados un buen rato- dijo Apolo

Ahora podéis defender Manhattan —les dije, pero ellos no parecieron escucharme y se lanzaron a la carga por Park Avenue. Me imaginé que seguirían buscando cerdos volantes hasta que alguien los desactivara.

-Eso o se podrían volver locos- dijo Hefesto

-Me gusta más la idea de que alguien los desactive- dijo Poseidón

« Eh, jefe —dijo Blackjack—. ¿Qué tal una pausa para un dónut?».

Me sequé el sudor de la frente.

Ojalá pudiera, campeón, pero la lucha continúa.

Percy suspiró

-Lo que fue algo genial- dijo Apolo

-Estuviste increíble- dijo Poseidón con una sonrisa orgullosa -peligroso, pero lo hiciste muy bien

-Gracias- murmuró Percy sonrojado

De hecho, oía el fragor de la batalla cada vez más cerca. Mis amigos necesitaban ayuda. Me monté sobre Blackjack y volamos hacia el norte, hacia donde resonaban las explosiones.

-Fin del capítulo- dijo Calipso -¿Quién va a leer