-Creo que deberían tomar un poco de aire antes de seguir- dijo Hestia -salgan

Los chicos no fueron muy lejos, anduvieron vagando por los límites de la sala mientras mantenían conversaciones como:

-¿Por qué están ellas aquí?- susurró Connor

Chris le dio una mirada divertida -Vamos hermano, no digas que no te alegras por ello

-Todos nos dimos cuenta de la alegría de estos idiotas- dijo Clarisse

-Deberían aprovechar el tiempo- dijo Chris divertido

-Ellas no nos soportan- dijo Travis

-Eso no es tan cierto- dijo Chris, mirando de reojo a ciertas chicas de Deméter que charlaban y de vez en cuando los miraban no tan furtivamente -veremos qué es lo que pasa

-¿estás enojada?- preguntó Percy por quinta vez

-No Percy- dijo Annabeth por quinta vez -¿Vas a seguir preguntando lo mismo?

-Tal vez...- murmuró Percy

Annabeth suspiró -De acuerdo escucha, no fue el mejor capítulo. Vale no fue algo que hubiera querido oír, pero Perséfone tuvo algo de razón... No éramos novios, así que técnicamente... Además aguantaste algunas cosas acerca de...Luke

-Eso ya pasó- dijo Percy

Annabeth hizo una mueca -¿Alguna otra sorpresa, sesos de alga?

-Déjame pensar- dijo Percy

-¡Percy!- chilló Annabeth dándole un pequeño golpe en el brazo

Percy se empezó a reír

Después de algunos instantes, todos regresaron a su lugar

-Así que aún sigues con vida- bromearon los Stoll

-No gracias a ustedes precisamente- dijo Percy

Travis le guiñó un ojo

-debemos seguir leyendo- interrumpió Hera -así que si dejaran de actuar como críos esto sería más rápido

-¿Quién va a leer?- preguntó Artemisa

-¡Percy!- gritaron Leo y los Stoll

-¡No! Es suficientemente malo que sean MIS pensamientos, no volveré a leer nunca jamás- dijo Percy

-Pero es tan divertido- bromeó Leo

-No sean malos- dijo Katie -yo leo

-Katie- se quejó Travis

Katie tomó el libro -Conozco a varios parientes con aletas

-Es momento de conocer a la parte incómoda de la familia- bromeó Apolo

-Creí que tú eras la parte incomoda- dijo Artemisa

-Eh- se quejó Apolo

Pocos se dieron cuenta de que Poseidón estaba algo sonrojado

Los sueños de los semidioses son una lata.

-Todos estamos de acuerdo en eso- dijo Piper

-Ni aunque quisiéramos, podríamos negarlo- comentó Jason

La cuestión es que nunca son sueños simplemente. Siempre han de ser visiones, presagios y otros fenómenos místicos por el estilo que me dejan el cerebro hecho polvo.

-Es algo así como: buenas noches, hoy te vamos a presentar otra manera en la que muy probablemente puedas morir ¡Que descanses!- dijo Leo

-Esa es una manera suave de decirlo- dijo Piper

Soñé que estaba en un oscuro palacio en lo alto de una montaña. Por desgracia, lo conocía: el palacio de los titanes en la cima del monte Othrys, también conocido como monte Tamalpais, en California.

-Lugar encantador- comentó _Jason

Obtuvo varias miradas de sorpresa

-Así suena, súper encantador- dijo Piper

El pabellón principal se abría a la noche cercado de negras columnas griegas y estatuas de titanes. La luz de las antorchas relucía en el suelo de mármol negro.

-Suena muy encantador- dijo Leo -incluso podríamos hacer un picnic

-Claro, realmente romántico- dijo Calipso, luego pareció recapacitar lo que acababa de decir y se sonrojó

-Querida, cualquier lugar es romántico si estás en buena compañía- dijo Afrodita guiñándole un ojo a Ares

En el centro, un gigante con armadura forcejeaba bajo el peso de una nube que giraba sobre sí misma como un torbellino. Era Atlas, sosteniendo el cielo.

-Creo que ni aunque quisieras, ese lugar podría ser romántico- dijo Piper

Calipso se sonrojó -Yo no...

-No te preocupes cariño, te entendemos- dijo Afrodita

Calipso rodó los ojos

Cerca de él había otros dos hombres gigantescos junto a un brasero de bronce, estudiando las imágenes de las llamas.

-¿Qué imágenes puedes ver en las llamas?- preguntó Connor

-Te sorprendería, hermano- dijo Travis

-Casi puedes ver toda una película- dijo Leo

Los chicos asintieron

Menuda explosión —comentaba uno de ellos. Llevaba una armadura negra tachonada de puntos plateados, como una noche estrellada, y un casco de guerra del que sobresalía un cuerno de carnero a cada lado.

-Un tipo de lo más agradable- masculló Jason

-Siempre nos tocan los tipos más agradables, bro- dijo Percy

-De lo mejor- dijo Jason

-Por eso espero que nos cuentes la historia en los próximos libros- bromeó Percy

Jason lo miró horrorizado -No

-Yo quiero saber de tu relación con mi hija- dijo Afrodita

Jason y Piper se miraron incómodos

No importa —decía el otro, un titán con una túnica de oro y unos ojos tan dorados como los de Cronos. Todo su cuerpo fulguraba. Me recordaba a Apolo, dios del sol,

-Lo que faltaba- dijo Poseidón

-¡Oye!- se quejó Apolo -yo soy muchísimo más sexy y obviamente mejor

-¿Según la opinión de quién?- bromeó Hermes

Apolo le dio una mirada ofendida -Me siento traicionado

Pero el resplandor del titán era más chillón y su expresión infinitamente más cruel—. Los dioses han respondido al desafío. Pronto serán destruidos.

-¿Cual desafío?- preguntó Hermes

-Si dejaran leer tal vez lo sabrían- dijo Atenea

Las imágenes de las llamas eran muy confusas: tormentas terribles, edificios que se desmoronaban, mortales enloquecidos de terror.

-Eso suena muy bien- comentó Ares

-No suena tan bien si eso es resultado de los "desafíos" que nos mandarán- masculló Dionisio

Yo iré al este a organizar nuestras fuerzas —decía el titán dorado—. Tú, Críos, permanecerás aquí, vigilando el monte Othrys.

-Poniendo vigilancia de cuarta- masculló Dionisio

-Siempre las tareas más tontas- bufó Zeus

-no se les podrían encomendar otra cosa- dijo Hera

El tipo de los cuernos de carnero emitía un gruñido.

Siempre me tocan las tareas más idiotas. Señor del Sur. Señor de las Constelaciones. Y ahora resulta que he de hacerle de niñera a Atlas mientras tú te quedas la parte más divertida.

-Tampoco es como que pueda hacer las cosas bien- dijo Apolo encogiéndose de hombros

-Siempre termina arruinando todo- bufó Zeus

Bajo el torbellino de nubes, Atlas soltaba un bramido agónico:

— ¡Sácame de aquí, maldito seas! Soy tu mejor guerrero. ¡Líbrame de mi carga para que pueda combatir!

-Ya tuvo su oportunidad y la desperdició- comentó Piper

-Gracias a los dioses que lo hizo- dijo Hazel

-De nada- dijo Apolo

— ¡Silencio! —Rugía el titán dorado—. Ya tuviste tu oportunidad, Atlas. Y fracasaste. Cronos quiere que te quedes donde estás. En cuanto a ti, Críos, cumple con tu deber.

-Por supuesto que no le iba a dar una segunda oportunidad- dijo Poseidón

-Y menos después de desperdiciar la primera tan torpemente- dijo apolo -y eso que secuestró a mi hermanita

-no soy tu hermanita- dijo Artemisa

— ¿Y si necesitas más guerreros? —Replicaba Críos—. Nuestro traicionero sobrino con su esmoquin no te servirá de gran cosa en una batalla.

-¿Traicionero sobrino?- preguntó Leo

-Ya dejen de interrumpir- masculló Atenea -así lo sabrían

-No seas amargada- dijo Afrodita

El titán dorado se echaba a reír.

No te preocupes por él. Además, los dioses apenas dan abasto para hacer frente a este primer desafío tan insignificante. No saben que aún les tenemos reservados muchos otros.

-Gracias, me siento amado- dijo Apolo

-Claro que va a querer distraernos- dijo Artemisa

Acuérdate de lo que te digo: en unos días tan sólo, el Olimpo estará en ruinas, ¡y nosotros volveremos a reunirnos aquí para celebrar el nacimiento de la Sexta Era!

-Vaya, esos son delirios de grandeza peores que los de Apolo- dijo Hermes

-¿Por qué hoy te estás metiendo conmigo?- preguntó Apolo

-También eres molestable- dijo Hermes

Los Stoll alzaron los pulgares

El titán dorado estallaba en llamas y desaparecía.

Sí, claro —rezongaba Críos—. Él puede estallar en llamas y yo tengo que andar con estos absurdos cuernos de carnero.

-Realmente sí son absurdos- dijo Jason

-Todos estamos ansiosos por oír la historia- dijo Leo -que esperamos venga en esos libros

La escena cambiaba. Ahora me encontraba fuera del pabellón, oculto tras una columna griega. A mi lado había un chico escuchando a los titanes. Un chico de pelo negro y tez pálida, con ropas oscuras: mi amigo Nico di Angelo, el hijo de Hades.

-Nico, es de mala educación escuchar tras las puertas- bromeó Connor

-Es de mala educación meterse en los sueños de los demás- dijo Percy

-Tenías que tomar una decisión- se defendió Nico

Me miraba con expresión lúgubre.

— ¿Lo ves, Percy? —susurraba—. Se te agota el tiempo. ¿De veras crees que podrás vencerlos sin mi plan?

-A eso le llamo yo, poder de convencimiento- dijo Travis

-A eso le llamo yo, acoso- dijo Connor

Sus palabras caían sobre mí, heladas como el fondo del océano, y de repente todo se volvía negro.

-Ahora sí puedes dormir tranquilo- bromeó Piper

-Gracias, es justo lo que necesitaba- dijo Percy

-Su sueño de bella- dijo Afrodita -y vaya que le funciona sumamente bien

— ¿Percy? —dijo una voz ronca.

Sentía como si me hubiesen metido la cabeza en un microondas.

-¿cómo se siente que te metan la cabeza en un microondas?- preguntó Connor

-Pues...- murmuró Percy

-¿Y cómo porque sabrías cómo se siente?- preguntó Travis

-¿Has metido la cabeza en un microondas?- bromeó Leo

-Es una manera de pensar- dijo Percy

Abrí los ojos y vi una figura enorme y oscura inclinada sobre mí.

— ¿Beckendorf? —pregunté, esperanzado.

No, hermano.

Los chicos hicieron una mueca

Mis ojos lo enfocaron lentamente. Era un cíclope lo que tenía delante: una cara deformada, con greñas de color castaño y un enorme ojo marrón lleno de inquietud.

— ¿Tyson?

-No creo que otro cíclope te llame hermano- dijo Leo

-Aunque técnicamente lo sean- bromeó Apolo

-Gracias- murmuró Percy

Mi hermano sonrió ampliamente mostrándome los dientes.

— ¡Yuju! ¡Te funciona el cerebro! —exclamó.

-yo no lo creo- dijo Clarisse

Yo no estaba tan seguro.

-Bueno Percy, tú solito te molestas- dijo Hermes

-No puede quejarte si haces comentarios como esos- bromeó Rachel

-No era un comentario, era un pensamiento- dijo Percy -y se suponen que deben de ser privados

Notaba el cuerpo frío e ingrávido. Y la voz me sonaba rara. Oía a Tyson, pero era como si percibiera vibraciones en mi cráneo, más que sonidos normales.

-Era normal, hermano- dijo Tyson

-Lo sé, grandullón- dijo Percy

Me incorporé y la sábana vaporosa que me tapaba se elevó flotando. Me encontraba en una cama de sedosas algas entrelazadas. Las paredes estaban cubiertas de caparazones de orejas de mar y en el techo había perlas del tamaño de pelotas de baloncesto que iluminaban la estancia.

Me hallaba bajo el agua.

-Lo descubrimos desde que dijiste que conocerías a parientes con aletas- dijo Apolo

-Aunque no lo creas, no fue tan difícil adivinarlo- dijo Hermes

Lo cual, siendo hijo de Poseidón, no es ningún problema para mí. Puedo respirar aunque esté sumergido, y ni siquiera se me moja la ropa.

-Presumido- dijo Travis

-No seas grosero- murmuró Katie

Aun así, me sobresalté un poco cuando un tiburón martillo entró por la ventana de la habitación. Pero se limitó a echarme un vistazo y salió tranquilamente por el lado opuesto.

-Cualquiera se pondría nervioso con eso- dijo Will -solo recuerden que Nico ni siquiera quería saltar de aquella lancha

-¡Oye! ¿De qué lado estás?- masculló Nico

-Del tuyo obviamente, pero es la verdad, sombritas- dijo Will y le dio un pequeño beso

Nico se sonrojó furiosamente -Podrías n...

Afrodita pegó un chillido

-Sigue leyendo- mandó Hades

— ¿Dónde...?

En el palacio de papá —contestó Tyson.

En otras circunstancias habría sentido una gran excitación. Nunca había visitado el reino de Poseidón, y llevaba años soñando con ello.

-Prácticamente desde que supe que era hijo de Poseidón- dijo Percy

-Cada vez se lo has pedido- comentó Bianca

Pero ahora me dolía la cabeza, tenía la camisa toda chamuscada por la explosión y, aunque las heridas del brazo y la pierna se me habían curado casi del todo (uno de los efectos que tiene en mí el agua del mar, siempre que actúe el tiempo suficiente),

-Sigue presumiendo- bromeó Leo

-Miren quién lo dice, el chico en llamas- dijo Percy

Aún me sentía como si me hubiera pisoteado un equipo de fútbol de gigantes lestrigones con botas de tacos metálicos.

-No, tampoco sé cómo se siente eso, solo era una manera de pensar- dijo Percy al ver que los Stoll abrían la boca

— ¿Cuánto tiempo...?

Te encontramos anoche, cuando te hundías hacia el fondo.

-Justo a tiempo- dijo Poseidón

-no sería tan divertido recuperarse en el fondo del mar, con una cama de arena y varios peces curiosos- dijo Percy

— ¿Y el Princesa Andrómeda?

— ¡Hizo BUUUUM! —aclaró, por si me quedaban dudas.

-Gracias por la aclaración- dijo Apolo

-De nada- dijo Tyson

Beckendorf iba a bordo. ¿Lo has...? Su rostro se ensombreció.

Ni rastro de él. Lo siento, hermano.

La sala se mantuvo en silencio durante unos instantes

Miré por la ventana el agua azul oscuro. Beckendorf iba a ir a la universidad en otoño. Tenía novia, un montón de amigos y toda una vida por delante.

-nunca es fácil aceptar algo así- murmuró Piper

-La mayoría del tiempo es parte de nuestra vida- dijo Jason

Los dioses se removieron incomodos

No podía haber muerto. Quizá había logrado saltar del barco también.

-Es demasiado complicado- dijo Hefesto

-y no hay mucha oportunidad- murmuró Perséfone

Quizá se había lanzado por la borda...

-Él no habría sobrevivido a eso, Percy- dijo Poseidón suavemente

-La altura era demasiada para alguien que no es hijo de Poseidón

No: él no habría sobrevivido como yo a una caída al agua desde treinta metros. Ni habría conseguido alejarse lo suficiente de la explosión.

-no, no lo habría conseguido- murmuró Hefesto -por desgracia los cuerpos de los semidioses son frágiles

Sabía que había muerto. Se había sacrificado para destruir la Princesa Andrómeda y yo lo había dejado allí.

-no tuviste otra opción, las cosas no salieron como esperaban, lo habían advertido- dijo Hestia

-no habrías podido hacer nada- dijo Perséfone

Luke se sonrojó

Recordé mi sueño. Los titanes comentaban la explosión como si no tuviera importancia, y Nico di Angelo me había advertido que nunca derrotaría a Cronos si no seguía su plan: una idea peligrosa que yo llevaba más de un año rehuyendo.

-Ves que Percy es suicida y todavía le das ideas peligrosas- comentó Will

-Eh- se quejó Percy

-Funciono o ¿no?- dijo Nico

Una explosión lejana sacudió la habitación. En el exterior relumbró una oleada de luz verde, iluminando el fondo marino como si fuese mediodía.

-Por supuesto - masculló Poseidón

-todo se complica aún más- dijo Artemisa

— ¿Qué ha sido eso? —pregunté.

Tyson me miró preocupado.

Papá te lo explicará. Ven. Les está haciendo ¡bum! a los monstruos.

-Fue una excelente manera de describirlo, grandullón- dijo Percy

Tyson sonrió

El palacio me habría parecido el lugar más increíble que había visto en mi vida si no hubiese sido porque estaban destruyéndolo.

-sí, creo que eso haría que cualquiera perdiera el interés por una visita guiada- dijo Bianca

-Una más que se agrega al sarcasmo- dijo Will

Nadamos hasta el fondo de un largo pasillo y subimos disparados en línea recta aprovechando un géiser. Al elevarnos por encima de los tejados contuve el aliento... bueno, si es que puede uno contener el aliento bajo el agua.

-De una forma extraña, pero se puede- dijo Poseidón

El palacio era tan grande como la ciudad del monte Olimpo, con jardines, patios enormes y pabellones rodeados de columnas. Los jardines tenían colonias de coral y relucientes plantas acuáticas.

-suena bellísimo- dijo Hazel

-Lo era- dijo Percy

-al menos espero que no lo destruyan todo- masculló Poseidón

Había veinte o treinta edificios construidos con caparazones de oreja de mar. Eran blancos, pero destellaban con todos los colores del arco iris.

-eso suena genial- dijo Piper

-Ese lugar sería increíble para una fiesta- dijo Apolo -una fiesta estilo Dionisio

-No- dijo Poseidón

Los peces y pulpos entraban y salían por las ventanas, y los caminos se hallaban bordeados de perlas brillantes que recordaban a ristras de luces navideñas.

-es una manera muy buena de describirlo- dijo Poseidón

-Percy es muy bueno para eso- dijo Hestia

El patio principal estaba lleno de guerreros: tritones con cola de pez de cintura para abajo y cuerpo humano de cintura para arriba, aunque con la piel azul.

-No quisiera meterme con ellos- murmuró Frank

-Ni yo- dijo Percy

-Nadie en sus cabales- dijo Poseidón

Hasta entonces no había visto ninguno. Algunos atendían a los heridos, otros afilaban sus lanzas y espadas. Uno de ellos pasó nadando a toda prisa por nuestro lado. Tenía ojos verde fosforescente y dientes de tiburón. Estas cosas no te las enseñan en La sirenita.

-Y por supuesto, tampoco veías la Sirenita- comentó Connor

-Por supuesto que no- dijo Percy riendo -la primera y única vez que la vi fue cuando ustedes cantaron

-ninguno cree eso- dijo Thalia

-Y vaya que fue una gran manera de ver la Sirenita- dijo Piper

Los chicos se rieron ante el recuerdo, Jason, Frank, Leo y los Stoll se sonrojaron

-Esperes... ¿Cuándo pasó eso?- preguntó Miranda

-El 18 de Agosto- dijo Piper divertida -fue una sorpresa para Percy

-Y estuve muy sorprendido- dijo Percy

-¿Cómo puede haberme perdido eso?- preguntó Katie con aire ofendido

-fue todo un espectáculo- dijo apolo

-Yo también habría querido ver eso- dijo miranda

-Cuando quieran lo pueden recrear- bromeó Hermes -o ver el video

Los Stoll lo miraron horrorizados

Alrededor del patio principal se alzaban grandes fortificaciones —torres, murallas, artefactos contra los asedios—, aunque la mayoría se encontraban en ruinas. Algunas ardían con un fulgor verde que yo conocía bien: era fuego griego, que arde incluso bajo el agua.

-Vaya sí es bastante peligroso- dijo Rachel

-y que lo digas.- masculló Reyna

Leo se sonrojó

Más allá se extendía el fondo del mar sumido en la penumbra. Entreví batallas enfurecidas: destellos de energía, explosiones, chisporroteos que saltaban cuando los ejércitos chocaban.

Poseidón suspiró

Un humano normal lo habría encontrado todo demasiado oscuro para distinguir nada. Pero, qué demonios, un humano normal habría resultado aplastado por la presión y congelado por el frío.

-Eres tan normal como cualquiera de nosotros- dijo Jason

-disculpa, pero yo sí soy normal- dijo Apolo

-claro- dijo Artemisa

Y, en realidad, ni siquiera mis ojos sensibles a los cambios de calor lograban identificar con claridad lo que sucedía.

-Entonces estaba bastante complicada la situación- dijo Artemisa

-Muy mala- dijo Percy

En un lado del palacio explotó un templo con techo de coral rojo. El fuego y los escombros saltaron a cámara lenta y llegaron a los jardines más lejanos.

-Esto va de mal en peor- masculló Poseidón

Arriba, surgió entre las sombras una silueta monumental: un calamar más grande

-Lo que faltaba- dijo Poseidón

-y faltan más cosas- dijo Tyson con un puchero

Que un rascacielos rodeado de una nube de polvillo reluciente; bueno, creí que era polvillo, hasta que comprendí que se trataba de un enjambre de tritones que intentaban atacar al monstruo.

-Sin mucho éxito, la verdad- dijo Percy

-Era todo muy malo- asintió Tyson

El calamar descendió hacia el palacio y, con un solo barrido de sus tentáculos, aplastó una columna entera de guerreros. Entonces salió un arco de luz azulada de la azotea de uno de los edificios más altos.

-¿Por qué todos se meten con mi palacio?- masculló Poseidón

-¿Tal vez porque querían debilitarte?- comentó Atenea -sería lo lógico

La luz le dio de lleno al enorme calamar, que se disolvió en el agua como una mancha de colorante.

Papá —dijo Tyson, señalando el punto del que había surgido el arco azulado.

-Así se hace, maricos- gritó Apolo

-no me llames marisco- gruñó Poseidón

-Pero es un buen apodo- dijo apolo

-Estoy de acuerdo- dijeron Hermes y Hades

— ¿Ha sido él? —De pronto me sentía más esperanzado. Mi padre tenía poderes increíbles. Era el dios del mar. Él podía hacer frente a aquel ataque. Y quizá me dejara echarle una mano—.

-Gracias Percy, pero no creo que sea tan fácil- dijo Poseidón -y no puedo arriesgarte, te debían necesitar en el campamento

¿Tú has participado en el combate? —le pregunté a Tyson, maravillado—. ¿Te has dedicado a aporrear cabezas con tu alucinante fuerza de cíclope?

-Yo quería aporrear cabezas- dijo Tyson

-Por los dioses, Percy te ha pegado lo suicida- dijo Miranda

-¡Eso!- gritó Connor

-¿tú también?- preguntó Percy

-Los siento- dijo miranda

Tyson se enfurruñó y comprendí que acababa de formular la pregunta menos indicada.

-como siempre- dijo Thalia

-Eso no es cierto, cara de pino- dijo Percy

-Es cierto- dijo Nico

-Miren quien habla- murmuró Percy

Yo me he dedicado... a forjar armas —masculló—. Ven, vamos a buscar a papá.

-Al menos estarás un poco más seguro- comentó Poseidón

Ya sé que esto le sonará un poco raro a la gente con, bueno, con padres normales, pero yo sólo había visto a mi padre cuatro o cinco veces en mi vida, y siempre durante unos minutos.

-Pero como aquí no hay nadie norma...- dijo Bianca encogiéndose de hombros

-Gracias- bromeó Rachel

Los dioses griegos no son precisamente de los que asisten sin falta a los partidos de baloncesto de sus hijos.

Los dioses se miraron incómodos

Aun así, pensaba que reconocería a Poseidón a primera vista.

Me equivocaba.

Percy se sonrojó

La azotea del templo, un espacio enorme y abierto, se había convertido en el centro de mando. En el suelo había un mosaico con un mapa de gran exactitud de los terrenos del palacio y el océano circundante.

-Eso suena genial- dijo Hermes -ahora entiendo por qué casi no nos invitas a tu palacio

-Hay que estar preparados, y no los invito porque terminarían destruyéndolo todo- dijo Poseidón

-Ese es un buen punto- dijo Apolo

Pero el mosaico se movía: los azulejos de colores que representaban a los distintos ejércitos y monstruos marinos se iban desplazando a medida que los contendientes cambiaban de posición; y los edificios que se desmoronaban en la realidad también se venían abajo en la imagen.

-al parecer es peor de lo que puedo imaginar- masculló Poseidón

Percy asintió

De pie alrededor del mosaico, estudiando la batalla con toda seriedad, había un curioso elenco de guerreros, aunque ninguno se parecía a mi padre.

-Pero seguramente está ahí- dijo Artemisa

-sí estaba- murmuró Percy un poco avergonzado

Yo buscaba a un tipo musculoso, de piel bronceada y barba negra, vestido con bermudas y una camisa hawaiana.

-es justo- dijo Hestia -nunca te había visto de otra forma

Poseidón asintió' -Pero estaba atacando mi palacio

Pero no había nadie con ese aspecto. Uno de los tipos era un tritón con dos colas de pez en lugar de una. Tenía la piel verde y la armadura tachonada de perlas.

-hora de conocer a toda la familia- dijo Apolo

Percy se sonrojó -no fue la reunión familiar que yo habría planeado- dijo con sarcasmo

Poseidón se veía muy incómodo

El pelo oscuro lo llevaba en una cola y parecía joven, aunque siempre resulta difícil decirlo con los no humanos. Pueden tener tres años o mil, nunca se sabe.

-E incluso cuando son unos bebés ¡Pueden robarte tu ganado!- masculló apolo

Hermes rodó los ojos -Creí que eso ya había quedado superado

A su lado había un viejo con una poblada barba blanca y el pelo gris. La armadura de combate parecía pesarle.

Percy se pasó una mano por la cabeza -En mi defensa, yo no sabía lo que pasaba

-Eso no es novedad- murmuró Atenea

Tenía ojos verdes y las típicas arruguitas que se forman de tanto sonreír, aunque ahora no sonreía.

-Estaba en guerra, sesos de alga- señaló Annabeth

-no iba a sonreír cada vez que tiraran una parte de su palacio- señaló Thalia

Estudiaba el mapa apoyado en un báculo de metal. A su derecha había una mujer muy guapa con armadura verde y larga cabellera negra, y tenía unos pequeños cuernos muy raros, similares a pinzas de cangrejo.

-Oh rayos...- masculló Hermes

-Reunión completa- dijo Apolo

-Eso se va a tornar incómodo- murmuró Grover

Percy se sonrojó, Poseidón también estaba un poco sonrojado

-¿De qué me perdí? ¿Quién es ella?- preguntó Leo

-tal vez si pudiera seguir leyendo- dijo Katie

También había un delfín: uno normal, aunque examinaba atentamente el mosaico.

-El delfín normal me hizo sentir un poco mejor- bromeó Percy

Delfín —dijo el viejo—. Envía a Palemón y su legión de tiburones al frente occidental. Debemos neutralizar a esos leviatanes.

El delfín respondió con un par de chillidos, pero pude entenderlo: « Sí, mi señor». Luego se alejó a gran velocidad.

-¿Señor...? Oh, esperen... Ya entendí- dijo Connor

-un verdadero milagro- dijo Miranda

Miré consternado a Tyson y luego de nuevo al viejo.

Parecía imposible, pero... — ¿Papá? —balbucí.

Él levantó la vista. Reconocí el brillo de sus ojos, pero su rostro, en cambio, parecía haber envejecido cuarenta años.

-Siempre tan honesto- dijo Reyna

Hola, Percy.

— ¿Qué... qué te ha pasado?

-Y prudente- dijo Apolo guiñando un ojo a Reyna, ella se sonrojó

Artemisa le dio un codazo a su hermano

Tyson me dio un codazo. Se puso a menear la cabeza con tanto ímpetu que casi temí que se la dislocara, pero Poseidón no parecía ofendido.

-no lo iba a dislocar- murmuró Tyson

-Casi lo haces, grandullón

No pasa nada, Tyson —dijo—. Disculpa mi aspecto, Percy. La guerra me ha afectado mucho.

Pero ¡si eres inmortal! —musité—. Puedes tener el aspecto que quieras.

-Yo reflejo el estrado de mi reino- suspiró Poseidón -y al parecer el reino estaba bastante lamentable

-Lo lamento- murmuró Percy

-Por los dioses- dijo Katie incómoda al leer lo siguiente

Yo reflejo el estado de mi reino —repuso—. Y ese estado ahora mismo es bastante lamentable. Voy a presentarte, Percy. Me temo que acabas de cruzarte con mi lugarteniente Delfín, dios de los delfines. Ésta es mi esposa Anfitrite. Querida...

-En realidad, no estoy seguro si era mejor que se lo presentaras o no- dijo Apolo

Hera bufó

-Yo tampoco- dijo Poseidón un poco sonrojado -pero estaban ambos ahí

-Pudo ser peor- dijo Percy

La mujer de la armadura verde me lanzó una mirada gélida.

Perdonadme, mi señor —dijo—. Me necesitan en la batalla.

Y se alejó nadando.

Algunos de los chicos le lanzaron una mirada de entendimiento

-Claro que 'pudo ser peor- dijo Hefesto -tu padre podría haber tenido una esposa loca y psicópata que quisiera vengarse de ti

-Eso podría ser mucho pero- estuvo de acuerdo Poseidón

Apolo trató de ocultar una risa fingiendo una tos

-Estoy de acuerdo- susurró Thalia

Jason le lanzó una mirada de advertencia

Me sentí bastante incómodo, aunque imagino que ella no pudo evitarlo. Nunca me había parado a pensarlo, pero sabía que mi padre tenía una esposa inmortal. Y todos sus romances con mortales, incluida mi madre... bueno, no debían de hacerle mucha gracia a Anfitrite.

-Ni ninguna diosa- masculló Hera

Algunos de los dioses se veían algo avergonzados, a otros les traía sin cuidado

Poseidón carraspeó.

Sí, en fin, y éste es mi hijo Tritón —añadió—. Eh... mi otro hijo.

-wok Poseidón, esa presentación debería pasara a las peores presentaciones de la historia- dijo Apolo

-Hasta yo me sentí incómodo- dijo Hermes

Tu hijo y heredero —lo corrigió el tipo de color verde.

-Podrá ser el heredero y todo lo que quieras, pero sabemos que no es el favorito- dijo Travis

-Cuidado- murmuró Katie viendo de reojo a Poseidón, pero el dios no parecía enojado u ofendido

-Eso no podemos negarlo- dijo Hermes -Poseidón lo dijo

Sus dos colas de pescado se agitaban de un lado para otro. Me dedicó una sonrisa, pero no había en sus ojos nada amistoso—. Hola, Perseus Jackson. ¿Por fin has venido a ayudar?

-Tiene cinco segundos de conocerlo y ya lo empieza a molestar- dijo Hazel

-Es frase describe perfectamente mi vida- dijo Percy

Me lo dijo como si yo fuese un remolón o un perezoso. Si es posible ruborizarse bajo el agua, probablemente me ruboricé.

-No le has caso Percy, probablemente solo trataba de hacerte sentir mal- dijo Poseidón

-¿Probablemente?- preguntó Apolo

Dime qué tengo que hacer —repliqué.

Tritón sonrió como si le hiciese gracia mi respuesta, como si yo fuera un perro simpático que acabara de soltar un ladrido.

-Cariño, si como cuyo lucías simpático como cachorro lo harías mejor- dijo Afrodita

-De cualquier forma que quisiera- dijo Perséfone

Luego se volvió hacia Poseidón.

Voy a encargarme de la primera línea, padre. No te preocupes. Yo no te fallaré.

-Encantador- bufó Annabeth

¿En qué momento falló Percy?- preguntó Hazel

-solo estaba celoso- dijo Poseidón

Le hizo a Tyson una inclinación educada (¿por qué a mí no?) y se alejó por el agua velozmente.

-Bro, por supuesto que no te iba a hacer ninguna inclinación viendo como es- dijo Jason

Percy hizo una mueca

Poseidón soltó un suspiro y alzó su báculo, que se transformó en su arma habitual: un enorme tridente cuyas puntas refulgían con una luminosidad azul. El agua hervía alrededor a causa de la energía que desprendían.

Perdona —me dijo.

-Eso no borra el momento incómodo- señaló Deméter

Perséfone miró a su madre con una ceja alzada, Katie siguió leyendo

Una inmensa serpiente marina apareció por encima de nuestras cabezas y descendió hacia nosotros con un movimiento en espiral. Era de un anaranjado brillante y su boca llena de colmillos parecía capaz de tragarse un yate entero.

-Odio las serpientes marinas- bufó Apolo -y cualquier tipo de serpiente

Sin levantar apenas la vista, Poseidón apuntó con su tridente y le disparó un rayo de energía azul. ¡Buuuum! El monstruo estalló en un millón de pececillos de colores, que se alejaron aterrorizados.

-Eso es nuevo- dijo Leo

-Ojalá todos explotaran en cosas lindas para que ya no vuelvan a regenerarse- dijo Hazel

Mi familia está muy nerviosa —prosiguió él, como si nada—. La batalla contra Océano no va nada bien.

-Nos dimos cuenta cuando describió tu apariencia- dijo Hades

-gracias por el apoyo- bufó Poseidón

Me señaló el borde del mosaico y dio unos golpecitos con la punta del tridente en la imagen de un tritón mucho mayor que los demás, provisto de cuernos de toro.

-ha de estar completamente seguro que eligió el bando ganador o no se habría unido a ellos- dijo Poseidón

-Además de que al parecer no le caes muy bien- dijo Deméter

Parecía conducir un carro arrastrado por cangrejos de agua dulce y, en lugar de espada, empuñaba una serpiente viva.

Océano —repetí, hurgando en mi memoria—. ¿El titán del mar?

-Bravo Percy, sabía que un día lo lograrías- bromeó Thalia

-Tampoco es que fuera muy difícil adivinar- contestó _Nico

-Lo es para Percy- dijo Thalia

-Van a salir de la lista de mis primos favoritos- advirtió Percy

Poseidón asintió.

En la primera guerra entre dioses y titanes se mantuvo neutral. Pero Cronos lo ha convencido para que luche de su lado. Cosa que... en fin, no es muy buena señal. Océano no se comprometería si no estuviera seguro de elegir el bando ganador.

-Será una gran decepción cuando no ganen- dijo Apolo

-Necesitarán años de terapia psicológica- dijo Hermes

-Se les advirtió- dijo Apolo

Tiene un aspecto estúpido —comenté, procurando parecer optimista—.

Vamos, ¿a quién se le ocurre esgrimir una serpiente?

-Esa es la actitud optimista- dijo Leo -muy bien, Percy

-Insultar a tus enemigos es una buena opción- dijo Chris

Papá la retorcerá con sus manos y le hará cuatro nudos —dijo Tyson, muy convencido.

-Son muy buenos para dar ánimos- dijo Hestia

-ambos son un amor- dijo Perséfone

Poseidón sonrió, pero parecía cansado.

Agradezco vuestra fe. Llevamos ya casi un año en guerra. Mis poderes están sobrecargados. Y él sigue encontrando nuevas fuerzas que lanzar sobre mí... Monstruos marinos tan antiguos que ya había olvidado que existían.

Poseidón soltó una maldición

-quiere cansarte antes de tener que luchar- dijo Artemisa

-Están confiados en que van a ganar, pero eso solo parece una especie de distracción- dijo Atenea

Oí a lo lejos una explosión. Más o menos a un kilómetro de distancia, una montaña de coral se desintegró bajo el peso de dos seres gigantescos.

-Pues si es una distracción, la están llevando a cabo a la perfección- masculló Poseidón

Apenas podía distinguir sus siluetas. Uno era una langosta. El otro, un gigante humanoide semejante a un cíclope, pero provisto de una infinidad de miembros.

Tyson sonrió

Primero creí que llevaba adosados un montón de pulpos gigantes, pero eran sus propios brazos: un centenar de brazos que se agitaban y combatían a la vez.

— ¡Briares! —grité.

-Cierto, casi me olvidé de él- murmuró Grover

-no lo hagas, niño cabra- dijo Tyson -es de ayuda

Me alegraba de verlo, aunque daba la impresión de estar tratando de salvar el pellejo. Era el último de su especie: un centimano, primo directo de los cíclopes.

-Todos tenemos esa clase de familia rara- dijo Connor

-Ustedes por ejemplo- bromeó Chris señalando a los Stoll

Lo habíamos rescatado el pasado verano de la prisión de Cronos y luego se había marchado a ayudar a Poseidón, pero no había vuelto a saber de él.

Lucha muy bien —comentó Poseidón—. Ojalá tuviera un ejército entero, pero es el único que queda.

-no se puede tener todo, yo quisiera ser más sexy, pero es obvio que ya alcancé la perfección- dijo Apolo

-y él es el "normal"- murmuró Hermes

Briares soltó un bramido furioso, agarró con fuerza a la langosta, que lanzaba golpes e intentaba apresarlo con sus pinzas, y la arrojó desde lo alto de la montaña de coral. La langosta desapareció en la oscuridad y Briares se zambulló tras ella, agitando sus cien brazos como si fueran las hélices de una lancha motora.

-Un espectáculo terrorífico si estás del lado de la langosta- dijo Frank

-Ese es un mal lado para estar- dijo Percy

-Además nadie en su sano juicio quisiera enfrentarse con Briares- señaló Jason

-Creo que ya descubrimos que no están en su sano juicio, chispitas- dijo Piper

Jason le sonrió a su novia

Percy, quizá no tengamos mucho tiempo —dijo mi padre—. Háblame de tu misión. ¿Has visto a Cronos?

-¿qué si lo ha visto? Intentó pelear con él- dijo Deméter

-Me retó- dijo Percy en voz baja

-Pero querías que la profecía se cumpliera- dijo Apolo -y no funciona así

-Errores de cálculo- dijo Percy sonriendo inocentemente

Se lo expliqué todo, aunque la voz me flaqueó al contarle lo de Beckendorf.

-Nadie te culpa por ello- dijo Hestia

Bajé la vista hacia el patio que teníamos a nuestros pies. Había una multitud de tritones malheridos tumbados en catres de campaña, y una larga hilera de montículos de coral que debían de ser tumbas improvisadas.

-Victimas de guerra- suspiró Bianca

Comprendí que Beckendorf no era la primera víctima de aquella guerra, sino sólo una más entre centenares, tal vez entre millares. Nunca me había sentido tan furioso e impotente.

Algunos dioses y unos pocos chicos le dieron miradas asesinas a Luke

-No se te ocurra decir que lo sientes- dijo Artemisa, al ver que Luke iba a hablar -el daño estuvo hecho, por intentar hacernos daño también heriste personas inocentes y no te importó hacerlo

-Hermanita...- murmuró Apolo

-No me llames hermanita, y es la verdad- masculló Artemisa

Poseidón se acarició la barba.

Beckendorf escogió una muerte heroica —prosiguió—. Tú no tienes la culpa. El ejército de Cronos debe de estar inmerso en un completo desorden. Muchos han sido destruidos.

-Pero los monstruos se podrán regenerar una y otra vez en el Tártaro- dijo Piper -y es injusto

Pero a él no lo hemos matado, ¿no? —Ya mientras lo preguntaba comprendí que era una ingenuidad por mi parte. Habíamos volado su barco por los aires y desintegrado a muchos de sus monstruos, pero el señor de los titanes no sería tan fácil de matar.

-Por supuesto que no, pero has ganado tiempo- masculló Atenea

-Y es lo que hace falta- dijo Reyna

No —reconoció Poseidón—. Pero nos has hecho ganar tiempo.

Había semidioses en el barco —dije, acordándome del chico con que me había cruzado en la escalera.

-Les advertiste, Percy- dijo Poseidón -todo salió mal, los habían advertido y no pudiste hacer más, sin embargo eso no te hace responsable ¿De acuerdo?

Percy asintió

Me había concentrado únicamente en los monstruos y en Cronos. Me había convencido de que destruir su barco estaba bien porque eran seres malignos y navegaban hacia mi propia ciudad para atacarla. Además, ellos no morían de un modo permanente.

-He ahí lo injusto de todo esto- masculló Piper

-Pero no podemos hacer nada, Pipes- dijo Jason

Los monstruos se volatilizaban y volvían a formarse al cabo de un tiempo. En cambio, los semidioses... Poseidón me puso una mano en el hombro.

Percy, sólo había unos cuantos semidioses a bordo, y todos habían decidido combatir al lado de Cronos. Tal vez algunos hicieron caso de tu advertencia y huyeron. Pero si no... Ellos eligieron su destino.

-Los habían convencido de que era lo correcto- dijo Hestia -hiciste lo que pudiste Percy, no podías saber que los estaban esperando y no fue tu culpa

— ¡Les habían lavado el cerebro! —exclamé—. Ahora están muertos y Cronos sigue vivo. ¿Debería sentirme mejor por ello?

-no, de ningún modo deberías hacerlo- dijo Poseidón -pero lograron algo y tus compañeros aún te necesitaban

-Eso es cierto, sesos de alga- dijo Annabeth

Miré con rabia el mosaico: diminutas explosiones que destruían monstruos diminutos. Parecía todo muy fácil cuando se trataba sólo de una imagen.

Tyson me rodeó los hombros con el brazo. Si lo hubiera intentado cualquier otro, lo habría apartado sin contemplaciones,

-So hubiera sido Annabeth no lo hubieras hecho- dijo Piper

-No- dijo Percy sonriendo a su novia, ella le devolvió la sonrisa

-Awwww son tan monos- chilló Afrodita

Pero Tyson era demasiado grande y muy testarudo. Él me abrazaba tanto si quería como si no.

-Estoy de acuerdo- dijo Annabeth

-Me gustan los abrazos- dijo Tyson

No es culpa tuya, hermano —dijo—. Con Cronos no sirven las explosiones. La próxima vez le atizaremos con una porra bien grande.

-Esa es una actitud ganadora- dijo apolo -hay que construir una porra muy grande

Percy —añadió mi padre—, el sacrificio de Beckendorf no ha sido en vano. Habéis desbaratado el ejército invasor. Nueva York estará a salvo durante un tiempo, lo cual deja las manos libres a los olímpicos para afrontar una amenaza mucho mayor.

-Que sean dos porras muy grandes- dijo Apolo

-Actúas como niño pequeño- bufó Artemisa

-Hermanita, sin mí esto sería muy aburrido- dijo Apolo

— ¿Qué amenaza? —Recordé lo que había dicho en mi sueño el titán dorado:

« Los dioses han respondido al desafío. Pronto serán destruidos».

El rostro de mi padre se ensombreció.

Ya has tenido bastantes disgustos por hoy —dijo—. Pregúntaselo a Quirón cuando vuelvas al campamento.

-Que dice Poseidón que mejor le expliques tú Quirón, allá arriba donde Percy pueda enojarse sin destruir su palacio- bromeó apolo

-Eso no es por lo que lo dije- masculló Poseidón

— ¿Volver al campamento? ¿Con todos los problemas que tienes aquí? ¡Yo quiero ayudar!

No puedes, Percy. Tu misión está en otra parte.

-No puedes discutir contra eso- dijo Frank

-Pero lo intenté- dijo Percy

No daba crédito a mis oídos. Miré a Tyson, buscando su apoyo.

Mi hermano se mordió el labio.

Papá... Percy puede combatir con su espada —dijo—. Es muy bueno.

Eso ya lo sé —murmuró Poseidón con calma.

-Pero en ese momento había cosas más importantes- dijo Bianca

-Recuerda que aún te esperaba en el campamento- murmuró Annabeth algo sonrojada

Padre, puedo echar una mano —dije—. Me siento capaz. No lograrás resistir aquí mucho tiempo.

Una bola de fuego surgió de las líneas enemigas y trazó una rápida parábola.

-Como para que vieras el punto- dijo Hades

-aun así, no podía quedarse- dijo Poseidón

Pensé que Poseidón la desviaría o algo así, pero fue a caer en la esquina del patio y explotó. Un montón de tritones saltaron dando tumbos por el agua. Poseidón hizo una extraña mueca, como si hubiera recibido una puñalada.

Poseidón hizo una mueca

Vuelve al campamento —insistió—. Y dile a Quirón que ya ha llegado el momento.

— ¿De qué?

Debes oír la profecía. Entera.

-Desde que lo supiste querías escucharla- dijo Apolo

-Ya no era tan buena idea- dijo Percy

No me hacía falta preguntar cuál. Llevaba años oyendo hablar de la Gran Profecía, aunque nadie me la había explicado nunca del todo. Lo único que sabía era que debía tomar una decisión que decidiría el destino del mundo. Pero nada, sin agobios...

-Pequeño detalle- dijo Leo

-Odio las profecías- dijo Percy

-¡Oye!- se quejaron Rachel y Apolo

— ¿Y si fuera ésa la decisión: quedarse a luchar o marcharse? —discurrí—. ¿Y si te dejo aquí y tú...?

No podía decir « mueres».

-No voy a morir, Percy- dijo Poseidón -y de cualquier manera, debes estar en el mundo exterior

-Además creo que tu decisión tiene que ver más directamente con... él- dijo Apolo

Se suponía que los dioses no se morían, aunque yo había visto algún caso. Pero incluso sin morirse podían quedar reducidos prácticamente a nada, o bien ser exiliados o arrojados al fondo del Tártaro, como le había sucedido a Cronos.

-tienes que ir con tus amigos- dijo Hestia

Debes marcharte, Percy —insistió Poseidón—. Ignoro en qué consistirá tu decisión final, pero tu lugar está en el mundo exterior. Has de ir al campamento, aunque sólo sea para prevenir a tus amigos. Cronos conoce vuestros planes.

Tenéis un espía. Nosotros resistiremos aquí. No nos queda otro remedio.

-Resistiremos- repitió Poseidón

-Además debes advertir a los demás- dijo Deméter

-Deben tener cuidado con sus próximos planes- dijo Atenea

Tyson me apretó la mano con fuerza.

— ¡Te echaré de menos, hermano!

Mientras nos contemplaba, nuestro padre pareció envejecer otros diez años. —Tyson, tú también tienes cosas que hacer, hijo. Te necesitan en el arsenal.

Tyson volvió a enfurruñarse.

-Ambos querían ayudar y a ninguno lo dejaste, deberían demostrar su valía- masculló Ares

-No sé qué más pueden demostrar- dijo Poseidón con calma -ambos han sido muy valientes y han ayudado bastante

Ya voy —gimió. Me dio un abrazo tan fuerte que casi me parte las costillas —. ¡Ten cuidado, Percy! ¡No dejes que te maten los monstruos!

-eso es lo que intento, todos los días- dijo Percy -hasta ahorita ha resultado

Asentí, fingiendo confianza, pero aquello era demasiado para el grandullón. Se alejó sollozando hacia el arsenal, donde sus primos los cíclopes fabricaban lanzas y espadas.

-Awww pobre Tyson- suspiró Perséfone

Deberías dejarle luchar —dije a mi padre—. No soporta estar encerrado en el arsenal, ¿no lo ves?

Él negó con la cabeza.

Basta y sobra con tener que ponerte a ti en peligro. Tyson es demasiado joven. Tengo que protegerlo.

Tyson se sonrojó -Pero puedo pelear

-Lo sé- dijo Poseidón -pero es mejor que estés seguro

-ridículo- masculló Zeus

Deberías confiar en él y no tratar de protegerlo.

Sus ojos llamearon un instante y pensé que había ido demasiado lejos, pero luego bajó la vista hacia el mosaico y se encogió de hombros.

-Una respuesta muy informativa- dijo Hades

En los azulejos, el tritón con el carro tirado por cangrejos se acercaba peligrosamente al palacio.

Ya viene Océano —dijo—. Debo hacerle frente en el campo de batalla.

-Después de mandar casi todo el arsenal y cansarte lo suficiente es cuando te va a enfrentar- dijo Deméter

Hasta entonces nunca había sentido temor por un dios, pero no veía cómo podría arreglárselas para vencer a aquel titán.

-Gracias por el voto de confianza- bromeó Poseidón

Resistiré —prometió Poseidón—. No entregaré mis dominios. Sólo dime una cosa, Percy: ¿aún tienes el regalo de cumpleaños que te di?

Asentí y le mostré mi collar. Tenía una cuenta por cada verano pasado en el Campamento Mestizo, pero desde el año anterior también llevaba colgado del cordón un dólar de arena, que es un caparazón plano y redondo de erizo. Mi padre me lo había dado al cumplir quince años.

-Yo aun no entiendo cómo te lo puedes gastar- dijo Frank -y no digas que en una tienda de arena, Leo

-De acuerdo, de acuerdo- dijo Leo alzando las manos

Aquel día me había dicho que yo sabría cuándo « gastarlo», pero aún no había descubierto a qué se refería. Lo único seguro era que no entraba en las máquinas de la cafetería del colegio.

-Y claro que no lo intenté- dijo Percy

-Te creemos- dijeron los Stoll

Se acerca el momento —aseguró—. Con un poco de suerte, nos veremos la semana que viene, el día de tu cumpleaños, y lo celebraremos como es debido.

-Espero que con una fiesta- dijo Apolo

-Es lo debido- dijo Dionisio

-Saben que no permitiré eso- dijo Poseidón

Sonrió y, por un instante, me pareció atisbar el brillo de siempre en sus ojos.

Entonces toda la zona del mar que teníamos delante se oscureció, como si se avecinara una tormenta. Hubo un retumbo de truenos, cosa que parecía imposible bajo el agua.

-Aquí vamos- murmuró Poseidón

Se notaba la proximidad de una presencia inmensa y glacial. Una oleada de miedo se propagó entre las tropas que se hallaban a nuestros pies.

Debo adoptar mi verdadera forma divina —dijo Poseidón—. Vete. Y buena suerte, hijo mío.

-No vayas a quedarte mirando, como alguien que cuando le dicen que cierre los ojos no lo hace- comentó Leo

-No me lo recuerdes- masculló Piper

Jason se sonrojó -Ya dije que lo sentía

-¿Cómo es posible que...- comenzó Apolo

-No lo sé- dijo Percy -pero espero que venga explicado en uno de esos- señaló demás libros

-Y yo espero que no- dijo Jason

Habría deseado darle ánimos, abrazarlo o algo así, pero no debía entretenerme. Cuando un dios adopta su verdadera forma, la energía que desprende es tal que cualquier mortal se desintegraría con sólo mirarlo.

-¡Exacto!- dijo Apolo -no entiendo de que hablan, si alguien vio alguna forma divina no debería estar vivo

-Si no viene en esos libros- dijo Leo -yo contaré la historia

-Nos tendrás esperando- dijo Connor

Adiós, padre —acerté a decir.

Di media vuelta y pedí a las corrientes que me ayudaran. El agua se arremolinó en torno a mí y me impulsó hacia la superficie a una velocidad que habría hecho estallar como un globo a cualquier humano normal.

-O semidiós que o sea hijo de Poseidón- dijo Hermes

Miré atrás, pero lo único que vi fueron los destellos verdes y azules que saltaban mientras mi padre combatía con el titán. El mar mismo se encontraba desgarrado entre los dos ejércitos.

-Esa fue una frase profunda- dijo Apolo -podría usarla en un haiku

-Se terminó el capítulo- anunció Katie

-Pon fin- dijo Percy

-No te confíes tanto que aún vamos a seguir- bromeó Apolo -¿Quién lee?