-No te confíes tanto que aún vamos a seguir- bromeó Apolo -¿Quién lee?

-Yo- dijo Deméter, Katie le pasó el libro -echo una mirada furtiva a mi muerte

-No era tan furtiva si de hecho ya tenías el permiso- comentó Piper

-Realmente encantador- dijo Poseidón con sarcasmo

Si quieres ser un tipo popular en el Campamento Mestizo, no vuelvas de una misión con malas noticias.

-En ese momento ninguno era muy popular- murmuró Miranda

-si quieres ser un tipo popular, no seas idiota e inicies una guerra innecesaria- masculló Clarisse

Luke se sonrojó

-También depende de qué tipo de popularidad te guste- comentó Travis

Apenas salí del mar, corrió la voz de mi llegada. Nuestra playa está situada al norte de Long Island y tiene un hechizo gracias al cual la mayoría de la gente no puede verla siquiera.

-Algo realmente agradable, imagina ¿Qué harías los mortales si se enteraran?- murmuró Grover

-Probablemente no sería algo agradable- dijo Rachel

O sea, que no aparece nadie por las buenas en esa playa, a menos que se trate de semidioses, dioses o repartidores de pizza muy, muy despistados. (Ha ocurrido, en serio, pero ésa es otra historia).

-Bastantes despistados, al parecer- murmuró Hermes

-Más que Percy- bromeó Thalia

-¡Oye!- se quejó Percy

-Al menos nos dejó una pizza- dijo Connor

-¿Se quedaron la pizza?- preguntó Katie

-él insistió mucho en dárnosla- comentó Travis

-Creí que solo lo ayudarían a encontrar la salida- dijo Quirón

-¿Esto pasa seguido?- preguntó Apolo

-no en realidad- murmuró Quirón -ha pasado algunas veces a lo largo de los años, la última vez estos chicos estuvieron presentes

Los Stoll alzaron los pulgares

El caso es que aquella tarde el vigía de guardia era Connor Stoll, de la cabaña de Hermes. En cuanto me divisó, se emocionó tanto que se cayó del árbol.

Miranda soltó una risita

-¿Tenías que poner eso?- preguntó Connor sonrojado

-Yo no lo puse- murmuró Percy

-No es la primera vez que se cae estando de guardia- comentó Chris

-Sí bueno, estoy bien, gracias por la preocupación-dijo Connor con sarcasmo

Luego hizo sonar la caracola para avisar al campamento y vino corriendo a mi encuentro.

Tenía una sonrisa torcida que armonizaba con su retorcido sentido del humor.

-Es cierto- dijo Miranda

-Bueno, alguien está muy al tanto de cómo luce la sonrisa del chico- dijo Afrodita guiñándole un ojo

-No- masculló Deméter

-No... Yo... Yo me refería a que... Uhhh tiene un retorcido sentido del humor- dijo Miranda sonrojada

Es un buen tipo, pero te conviene sujetar bien la cartera cuando anda cerca.

-No solo la cartera- murmuró Will

-A la enfermería casi no me meto- se defendió Connor

-Casi- murmuró Will

-Espero que ya no se te ocurra meterte sin permiso a la enfermería- dijo Nico en voz baja

Connor le dio una sonrisa torcida

Y no se te ocurra poner a su alcance un bote de crema de afeitar si no quieres encontrarte el saco de dormir lleno de espuma.

-Idiota- masculló Clarisse

-No debieron dejar al alcance la crema de afeitar- dijo Connor encogiéndose de hombros

-No deben dejar nada donde ellos puedan tomarlo- murmuró Miranda

Quirón negó con la cabeza

Tiene el pelo castaño y rizado, y es un poco más bajo que su hermano Travis (el único rasgo que te permite distinguirlos).

-Demonios- masculló Travis -así que eso fue lo que nos delató

-Debimos haberlo imaginado- murmuró Connor

-Ya será para la otra

-¿Alguien sabe de qué están hablado?- preguntó Apolo

-No, y es mejor no preguntar- murmuró Katie

Son tan distintos de mi viejo enemigo Luke que cuesta creer que los tres son hijos de Hermes.

-Lo sabemos, es solo que nosotros somos muy geniales- gritaron los Stoll y luego chocaron los cinco

— ¡Percy! —chilló—. ¿Cómo ha ido? ¿Dónde está Beckendorf? —Entonces vio mi expresión y su sonrisa se esfumó en el acto—. Oh, no —se lamentó—. Pobre Silena. Por Zeus sagrado, verás cuando se entere...

Los chicos se mantuvieron en silencio por un momento

Cruzamos juntos las dunas y a unos trescientos metros vimos a la gente del campamento acercándose en masa, excitada y sonriente. « Percy ha vuelto — debían de estar pensando—. ¡Ha salvado la situación! ¡Quizá haya traído algún recuerdo y todo!».

-No fue precisamente el recuerdo que esperaban- murmuró Percy

-Todos sabían lo que se arriesgaba, cariño- dijo Deméter

-Además que uno de ustedes saliera con vida después de esa situación, ya era una buena noticia- murmuró Perséfone

Me detuve en el pabellón del comedor y los esperé allí. No valía la pena apresurarse para contarles la desgracia que había ocurrido.

-Las malas noticias seguirán estando ahí aunque tardes en decirlas- dijo Atenea

-Pero estos chicos han tenido demasiadas malas noticias- señaló Hestia

Contemplé el valle, tratando de recordar cómo era el Campamento Mestizo la primera vez que lo vi. Tenía la sensación de que había pasado un billón de años. O más.

-Percy, si hubieran pasado un billón de años no estarás vivo- bromeó Piper

-¿También tú?- preguntó Percy con un puchero

Piper se encogió de hombros

-Annabeth...- se quejó Percy -bro...

Desde el comedor se dominaba casi todo. De entrada, el círculo de colinas que rodean el valle. En la más alta, la colina Mestiza, se alza el pino de Thalia; y de una de sus ramas bajas cuelga el famoso Vellocino de Oro, que extiende su protección mágica sobre el campamento.

-Una vista realmente hermosa- dijo Katie

-A menos que lo único que tengas para decir sean malas noticias- murmuró Percy

-Eso nos recuerda porque hay que pelear- dijo Jason

El dragón que lo vigilaba día y noche, Peleo, había crecido tanto que se veía incluso desde aquella distancia, enroscado alrededor del tronco y enviando señales de humo cada vez que soltaba un ronquido.

-Para que a ningún monstruo le vuelvan a dar ganas de entrar a nuestro campamento- murmuró Travis -y menos aún de tratar de robar el vellocino

-Espero que los monstruos no sean tan estúpidos- dijo Apolo -solo imaginen el tamaño de ese dragón si Percy puede verlo

A mi derecha se extendían los bosques. A mi izquierda, el lago de las canoas brillaba bajo los últimos rayos de sol y el muro de escalada resplandecía con la cascada de lava que caía por uno de sus flancos.

-Una manera excelente de estar en forma- dijo Leo con tono "serio"

-Lo mejor es cuando casi tocas la lava y pones en peligro tu vida- dijo Connor

-Una de las mejores experiencias- bromeó Travis

Enfrente, se desplegaban en herradura doce cabañas —una por cada dios del Olimpo— alrededor de un prado verde de uso comunitario.

Los griegos suspiraron al recordar su hogar

Más hacia el sur estaban los campos de fresas, el arsenal y la Casa Grande, un edificio de cuatro pisos pintado de azul cielo y coronado con una veleta de bronce que representa un águila.

-Como debe ser- dijo Zeus

-Ya va a empezar con sus aires de grandeza- masculló Hades

-Típico- murmuró Poseidón

-Cállense- gruñó Zeus

En cierto modo, el campamento no había cambiado. No percibías ningún indicio de la guerra en los campos y edificios. La percibías en los rostros de los semidioses, los sátiros y las náyades que subían por la cuesta.

-Se podía sentir la tensión en el ambiente- murmuró Grover

-No hacían falta buenas noticias, pero no es tu culpa- agregó Katie rápidamente

Ahora no había tantos como cuatro veranos atrás. Algunos se habían ido y no habían regresado. Algunos habían caído en combate. Y otros —procurábamos no hablar de ellos— se habían pasado al enemigo.

-Un pésimo momento para una guerra- masculló Atenea -y peor aun cuando entre los pocos que quedan hay un espía

Clarisse hizo un sonido de molestia

-al menos aún quedan chicos que quieren defender su hogar- dijo Deméter

Los que continuaban allí eran guerreros curtidos, aunque se los veía cansados. Últimamente no se oían muchas risas en el campamento.

-no daban muchos ánimos para las risas- murmuró Miranda lanzándole una mala mirada a Luke

Ni siquiera los de la cabaña de Hermes hacían tantas travesuras.

-No somos tan inmaduros- dijo Travis

-No, que va- murmuró Katie

-A pesar de todo creo que las pocas bromas de los inmaduros, aligeraban un poco el ambiente- dijo Chris

-¿Gracias?- preguntaron los Stoll

No es fácil disfrutar de las bromas cuando toda tu vida parece una broma pesada.

-Oh que buena frase- dijo Leo -resume toda mi vida

-Bravo Percy- dijeron los Stoll

-Esa frase es inspiradora, sesos de alga- dijo Thalia

-Tienes tus momentos, Percy- dijo Piper

-Gracias, gracias- murmuró Percy

-Como para inmortalizarla en una placa de oro- dijo Apolo

Quirón llegó el primero galopando (cosa que no le resulta difícil, porque es un caballo de cintura para abajo).

-Gracias por la información- bromeó Rachel

-Quedé impresionado con eso- murmuró Travis -jamás lo hubiera imaginado

-Que grosero eres- dijo Katie

-Es parte del encanto, cariño- dijo Afrodita haciendo que Travis y Katie se sonrojaran

Tenía la barba cada vez más larga y enmarañada a medida que avanzaba el verano. Llevaba una camiseta con la leyenda « MI OTRO COCHE ES UN CENTAURO» y un arco colgado a la espalda.

-Una linda camiseta- aprobó Apolo con el pulgar arriba

— ¡Percy! —exclamó—. Gracias a los dioses. Pero ¿dónde...?

Annabeth entró corriendo en el pabellón justo detrás de él,

-y en ese momento, Percy dejó de poner atención a todos los que estábamos alrededor- bromeó Connor

-Claro que no- dijo Percy sonrojado

-A Annabeth también se le olvidó que estábamos los demás- dijo Travis

Annabeth se sonrojó

Y he de reconocer que al verla el corazón se me aceleró un poco.

Afrodita soltó un gritito

No es que ella se esforzara mucho en tener buen aspecto.

-Están en guerra- señaló Atenea

-Wow Percy, que romántico- bromeó Piper

-Así es como se conquista a una chica- dijo Hermes

-Al chico le funcionó- señaló Apolo

-Sabes que no es lo que quería decir- murmuró Percy avergonzado

-Lo sé- dijo Annabeth con una sonrisa divertida

Últimamente habíamos participado en tantas misiones que apenas se entretenía en cepillarse su ondulado pelo rubio ni se preocupaba de la ropa que llevaba puesta:

-Querida, incluso en una batalla siempre debes de verte fenomenal- dijo Afrodita

-¿Y eso de que sirve en la batalla?- preguntó Artemisa

Afrodita suspiró -No puedes esperar que te tomen en serio si no te preocupas por tu apariencia

Artemisa rodó los ojos

Normalmente, la vieja camiseta anaranjada del campamento y unos tejanos; y de vez en cuando, claro, la armadura de bronce.

-En esa descripción casi salen corazoncitos del libro- dijo Perséfone

-Es cierto- bromeó Leo

Tenía los ojos de un gris tormentoso. La mayoría de las veces no podíamos mantener una conversación sin intentar estrangularnos el uno al otro.

-Eso es de familia- dijo Apolo mirando a Poseidón y Atenea

-Percy y annabeth demostraron que del odio al amor...- murmuró Afrodita

-Lamentablemente eso no es de familia- bromeó Hermes

-No, qué horror- dijeron al unísono Atenea y Poseidón con una mueca de asco

Los chicos intentaron no reírse

Pero, aun así, sólo de verla me sentía confuso y aturdido. El pasado verano, antes de que Luke se convirtiera en Cronos y todo se torciera entre nosotros,

-Ustedes son una pareja tan difícil- masculló Afrodita

-Tal vez porque algunas de las cosas no deberían ser...- murmuró Atenea

-¿Aún sigues de amargada? Míralos, lucen adorables- dijo Afrodita -deberías superarlo

Hubo algunos momentos en los que pensé que tal vez... bueno, que tal vez llegaríamos a superar esa fase de querer estrangularnos el uno al otro.

Annabeth se sonrojó -Lo siento

-A menos ya lo superaron- dijo Thalia

-Querían estrangularse el uno al otro porque estaban demasiado enamorados y celosos- dijo Afrodita

-Y eso lo explica todo- bromeó Connor

-Vaya que lo explica- dijo Chris mirando a sus hermanos

— ¿Qué ha pasado? —Me agarró del brazo—. ¿Luke está...?

-Sí gracias, Percy está muy bien, no tienes de que preocuparte- bromeó Thalia

-¿De qué lado estás?- preguntó Annabeth sonrojada

-De cualquiera al que pueda molestar- respondió Thalia

El barco voló por los aires —dije—. Pero él no ha sido destruido. No sé dónde...

Silena Beauregard se abrió paso entre la multitud. No iba peinada ni llevaba maquillaje, cosa sorprendente en ella.

-Para una hija de Afrodita, es realmente sorprendente- murmuró Hera

Afrodita rodó los ojos

— ¿Dónde está Charlie? —preguntó, mirando alrededor como si pudiera haberse escondido.

Percy hizo una mueca

Miré a Quirón, impotente.

El viejo centauro carraspeó.

Silena, querida, vamos a hablar a la Casa Grande... —No —musitó—. No. No.

-Oh, pobre de mi niña- suspiró Afrodita -nunca es fácil perder un amor

Los chicos hicieron una mueca

Rompió a llorar y los demás nos quedamos alrededor paralizados, demasiado aturdidos para decir nada.

-No había nada que hubieran podido decir o hacer- comentó Hestia amablemente -no hay palabras que puedan curar el dolor

-A veces lo mejor es dejar las cosas fluir- dijo Hazel con un suspiro

Habíamos sufrido muchas pérdidas a lo largo del verano, pero ésta era sin duda la peor. Con Beckendorf desaparecido, era como si alguien nos hubiera robado el áncora de todo el campamento.

-No tengo idea de lo que es un áncora, pero estoy totalmente de acuerdo- dijo Connor con una mueca+

-Estoy contigo, hermano- dijo Travis

Los chicos que conocieron a Beckendorf asintieron con expresiones tristes

Finalmente, se adelantó Clarisse, de la cabaña de Ares, y rodeó con un brazo a Silena.

Clarisse miró el libro con una mueca

Tenían una de las amistades más raras del mundo —una hija del dios de la guerra y una hija de la diosa del amor—,

-Ni tan rara- dijo Apolo -tomado en cuenta lo que ya todos sabemos- dijo mirando a Afrodita y Ares

Piper, Frank y Clarisse hicieron una mueca

-Realmente la amistad más rara, era la de Percy y annabeth- dijo Perséfone

-No más rara que la de Will y Nico- comentó Hermes -¡Hagan sus apuestas!

-La diferencia es que esos cuatro ya no son amigos- dijo Afrodita

-¿Nosotros que tenemos que ver?- murmuró Percy

-¿En qué momento llegamos a esto?- masculló Nico

Pero desde que Silena le había dado algunos consejos a Clarisse sobre su primer novio,

-Prissy- gruñó Clarisse

-En realidad no era un secreto- se defendió Percy

-No lo era- dijo Chris con una sonrisa

Ésta había decidido convertirse en su guardaespaldas personal.

Afrodita miró a Clarisse, si esa chica y su hija eran buenas amigas ¿Dónde estaba Silena? A menos que... La diosa suspiró, en algún momento iba a saberlo

Clarisse iba con su armadura de combate manchada de sangre y llevaba el pelo castaño recogido bajo un pañuelo.

-Por si no se acordaban como es Clarisse- bromeó Connor

Era tan fornida y grandullona como un jugador de rugby y siempre andaba con una expresión huraña, pero ahora le habló con suma delicadeza a Silena:

-Algo que no creerías posible de una mocosa de Ares- dijo Dionisio

-yo lo creo posible- murmuró Chris

Anda, chica. Vamos a la Casa Grande. Te prepararé una taza de chocolate caliente.

-Ni se les ocurra decir algo- masculló Clarisse

-No íbamos a hacerlo- murmuró Connor

-Más les vale- gruñó Clarisse

Todos dieron media vuelta y empezaron a regresar hacia las cabañas en grupitos de dos o tres. Ya no sentían unas ganas locas de verme ni querían saber cómo había estallado el barco.

- Se bajó la moral del grupo- dijo Bianca

bastante normal, teniendo en cuenta lo que pasó- mencionó Rachel

-aun así tienen muchas cosas que organizar- dijo Atenea

Sólo Annabeth y Quirón se quedaron a mi lado.

Ella se secó una lágrima de la mejilla.

Me alegra que no estés muerto, sesos de alga.

- A mí también.- murmuró Poseidón

-El mejor cumplido que vas a obtener de ella- bromeó Thalia

Annabeth se sonrojó

-El único que importaba- dijo Percy

Afrodita chilló

Gracias —dije—. A mí también.

Quirón apoyó una mano en mi hombro.

Estoy seguro de que hiciste todo lo que pudiste, Percy. ¿Quieres contarnos lo que pasó?

- No realmente- murmuró Percy

Quirón le dio una mirada comprensiva

No me apetecía repasarlo una vez más, pero aun así les conté la historia completa, incluido mi sueño sobre los titanes. Sólo me dejé un pequeño detalle: el comentario de Nico.

- El acosador de Nico- dijo Connor

-Nico si lleva a otro nivel eso de acosarlo hasta en los sueños- bromeó Thalia

-Cállate, cara de pino- gruñó Nico

-No les prestes atención- murmuró Will

"awww" murmuraron algunos de los chicos, solo para molestar

En su día me había hecho prometerle que no le contaría a nadie su plan hasta que me decidiera, y ese plan era tan espeluznante que no me importaba mantenerlo en secreto.

- yo quiero saber ese plan- dijo Apolo

-Yo no estoy seguro de querer saberlo, aunque tengo una ligera idea- masculló Poseidón

-Era un buen plan- dijo Nico

-Era un plan horrible... Pero funcionó- murmuró Percy

Quirón contempló el valle que se extendía a nuestros pies.

Tenemos que convocar de inmediato un consejo de guerra para hablar de ese espía y de otros asuntos.

- Eso de "otros asuntos" no suena a buenas noticias-. Murmuró Apolo

-Las malas noticias tienen el don de aparecer todas juntas- comentó Reyna

-Te doy la razón en eso- dijo Apolo con una sonrisa

Poseidón se refirió a otra amenaza —dije—. Una más importante que la del Princesa Andrómeda. Pensé que quizá se trataba del desafío al que se había referido el titán en mi sueño.

- Más noticias agradables- dijo Leo

-Y las que faltan- murmuró Percy

-Es realmente bueno escuchar eso- comentó Poseidón con sarcasmo

Quirón y Annabeth cruzaron una mirada, como si supieran algo que yo ignoraba. No soporto que me hagan eso.

- Ese momento incómodo donde te sientes como un idiota- dijo Connor

-Lo siento, sesos de alga- murmuró Annabeth

-Disculpa muchacho- dijo Quirón -pero tenías que verlo por ti mismo

Percy asintió -Eso ya pasó

También hablaremos de ello —me prometió Quirón.

Una cosa más. —Inspiré hondo—. Cuando hablé con mi padre, me pidió que te dijera que el momento ha llegado. Que debo conocer la profecía entera.

- Una profecía de lo más agradable- murmuró apolo

-Por la cual me obligaron a hacer el estúpido pacto- masculló Hades -el cual no sirvió para nada

-El único que es capaz de cumplir el pacto, es aquel que fue obligado- gruñó Hera

Quirón bajó los hombros, pero no pareció sorprendido.

Durante mucho tiempo he temido que llegara este día. Muy bien. Annabeth, vamos a mostrarle a Percy la verdad. Toda la verdad. Subamos al desván.

-El momento ha llegado- dijo Travis en tono misterioso

-Momento que recordaré por toda mi vida - murmuró Percy

-Momento que esperabas desde los doce años- dijo Thalia

-Mala idea- dijo Percy

Ya había subido al desván de la Casa Grande tres veces, lo cual era tres veces más de lo que habría deseado.

-Oye que grosero- bromeó Rachel

-Pero cuando quiso subir por Annabeth, no le importó- comentó Apolo

Percy se sonrojó -Pero no pude ir

-De todas maneras no podías interrumpir su profecía- señaló Apolo

Había una escalera de mano que ascendía desde el último rellano. Me pregunté cómo iba a arreglárselas Quirón para subir, siendo un centauro, pero ni siquiera hizo el intento.

-Si tú no querías subir, Quirón tampoco lo quería- murmuró Hermes

-Eso es un buen razonamiento- dijo Apolo

Quirón se limitó a suspirar

Ya sabes dónde está —le dijo a Annabeth—. Bájalo aquí, por favor. Ella asintió.

Vamos, Percy.

-Así que un chico y una chica no pueden estar solos en su cabaña, pero sí subir solos al desván- dijo Apolo con voz "seria"

-Apolo ya cállate- masculló Artemisa

-Oh hermanita, alguien les tenía que decir que no podían dejar subir solos a estos chicos- bromeó el dios del sol

Annabeth y Percy se sonrojaron, Hazel se sonrojó y apartó la mirada

-Alguien debería amordazarlo- masculló Atenea con una mirada asesina

Fuera, el sol se había puesto, así que el desván resultaba más sombrío y espeluznante de lo normal.

-Y eso ya es mucho decir- murmuró Percy

Por todas partes se veían montones de trofeos de antiguos héroes: escudos mellados, tarros con cabezas disecadas de monstruos diversos, un par de dados de peluche sobre una placa de bronce que rezaba:

« BIRLADOS DEL HONDA ÚLTIMO MODELO DE CRISAOR POR GUS, HIJO DE HERMES, 1988».

Hermes miró el libro orgulloso

-Una especie de extraño museo- dijo Connor

-Podrías ser millonarios- dijo Travis -cinco dracmas por pasar a verlo

-Que sean diez dracmas- dijo Connor

-Mejor quince- apuntó Hermes

-Mejor cállense- masculló Atenea

Tomé una espada curvada de bronce tan sumamente retorcida que parecía una M. Todavía se distinguían en la hoja las manchas verdes del veneno mágico con que había estado impregnada.

-Un recuerdo maravilloso- comentó Frank

-Extraordinario- murmuró Grover con sarcasmo

La etiqueta tenía una fecha del verano anterior: « CIMITARRA DE CAMPE, DESTRUIDA EN LA BATALLA DEL LABERINTO».

-¡Cuando Briares lanzó todas aquellas rocas!- gritó Tyson emocionado

-Lo sé grandullón, fue fenomenal

— ¿Te acuerdas de Briares lanzando todas aquellas rocas? —le pregunté a Annabeth.

Tyson y Percy chocaron los cinco

Me dirigió una sonrisa reticente.

— ¿Y de Grover desatando el pánico?

-Sí, algo de lo que jamás me voy a poder olvidar- murmuró Travis

Grover se sonrojó

-Pero estuviste fenomenal, niño cabra- dijo Thalia

Nos miramos a los ojos. Recordé otro momento de aquel verano, bajo el monte Saint Helens, cuando Annabeth creyó que no saldría vivo y me dio un beso.

-Qué romántico, lo besó porque creía que no saldría vivo- dijo Afrodita

Ahora carraspeó y desvió la mirada.

-Apuesto lo que quieran a que Annabeth se acordó de lo mismo- suspiró la diosa del amor

Annabeth se sonrojó

-Apuesto 30 dracmas a lo mismo que Afrodita- dijo Hermes

-Apuesto 50 a que se acordó de Luke- dijo Apolo

-¡Por los dioses!- masculló Annabeth

-¿Podrían dejar de actuar como críos? ¡Son dioses!- bufó Hera

-Aburrida- susurró Apolo

La profecía —dijo.

Exacto. —Dejé la cimitarra—. La profecía.

-claro, la profecía- murmuró Leo

Nos acercamos a la ventana. Sobre un taburete de tres patas reposaba el Oráculo: una momia de mujer con un colorido vestido hippy.

-Mi pobre oráculo- chilló Apolo

Todavía tenía algunos mechones de pelo oscuro pegados al cráneo, y sus ojos vidriosos sobresalían en la cara apergaminada. Se me ponía la piel de gallina sólo de mirarla.

-Era una joven muy guapa- suspiró Apolo lanzándole una mala mirada a Hades, el dios del inframundo fingió no verla

Normalmente, si querías salir del campamento durante el verano era porque tenías que subir a escuchar al Oráculo antes de emprender una búsqueda. Pero este verano habíamos dejado de lado esa norma.

-suficiente con una profecía que te arruine la vida- comentó Apolo

-Oye, niño fuego- se quejó Apolo

Leo se encogió de hombros con una sonrisa de lado

Los campistas salíamos continuamente en misión de combate. No nos quedaba otro remedio si queríamos pararle los pies a Cronos.

-No les quedaba de otra- murmuró Deméter

Aun así, me acordaba demasiado bien de aquella niebla verde —el espíritu del Oráculo— que vivía dentro de la momia. Parecía sin vida ahora, pero cuando pronunciaba una profecía podía moverse.

-Aun así, eso no se compara con la vez que nos fue a visitar al río- murmuró Thalia

-No me lo recuerdes cara de pino, fue aterrador- dijo Percy

-solo así dejaron de pelear- comentó Quirón

Ambos chicos sonrieron inocentemente

A veces salía humo de su boca, creando formas extrañas. Una vez incluso bajó del desván y dio un pequeño paseo por el bosque en plan zombi para entregar un mensaje.

-Fue tan aterrador- murmuró Grover

-Lo peor es que no se regresó sola- dijo Percy con un puchero

-si no hubiera salido a dar su paseo en plan zombi, Thalia y tú no habrían dejado de pelear- señaló Jason

-Sí lo hubiéramos hecho- dijeron Thalia y Percy al mismo tiempo

-Cuando se mataran el uno al otro- dijo Apolo

Así que yo no estaba muy seguro de lo que sería capaz de hacer para la Gran Profecía. Quizá se ponía a bailar claque o algo por el estilo.

-No sé si ofenderme o iniciar unas clases de baile para oráculos- murmuró Apolo

-El claqué no es mi estilo- dijo Rachel

-No te preocupes cariño, yo te enseño- dijo Apolo en tono de broma

Sin embargo, la momia permaneció inmóvil y como muerta (y lo estaba, sin duda).

-¿Qué te hizo llegar a esa conclusión?- preguntó Leo

-el hecho de que era una momia- bromeó Percy

Nunca lo he entendido —susurré.

— ¿El qué? —preguntó Annabeth.

Por qué es una momia.

En la Antigüedad no lo era.

-Yo tampoco sé esa historia- murmuraron algunos de los chicos

-Por supuesto que no lo era- dijo Apolo –pero alguien...

-apolo, deja que continúen leyendo, después podrás contar la historia- dijo Artemisa

Apolo refunfuñó

Durante miles de años, el espíritu del Oráculo vivió en el interior de una hermosa doncella. El espíritu pasaba de una generación a otra. Quirón me contó que ella era así hace cincuenta años —explicó, señalándola—. Pero ésta fue la última.

-¿Saben? Incluso yo no creo que sea el mejor momento y lugar para contar la historia- murmuró apolo -no estamos hablando de un cuento de hadas o algo por el estilo

— ¿Qué sucedió?

Estaba a punto de responder, pero cambió de idea.

Hagamos lo que tenemos que hacer y salgamos de aquí —dijo.

-Es lo mejor- dijo Hestia –todo tiene su tiempo

Miré nervioso la cara marchita del Oráculo.

Vale, ¿y ahora qué?

Annabeth se volvió hacia la momia y extendió las palmas de las manos.

Oh, Oráculo, se acerca la hora. Te pido la Gran Profecía.

-Bueno Percy, estabas deseoso de saberla- dijo Travis

-Era un niño pequeño e inmaduro- contestó Percy

-¿Eras?- preguntaron sus amigos

-Son unas horribles personas conmigo- se quejó Percy

Me armé de valor, pero la momia no se movió ni un milímetro. Annabeth se acercó un poco más y le desabrochó uno de sus collares.

-Creo que esa profecía necesitaba un anuncio más dramático- dijo Apolo ya que es LA GRAN PROFECÍA, no sé, unos fuegos artificiales, yo apareciendo en el centro rodeado de una luz dorada...

-Ehh... El drama estuvo perfecto

Nunca me había detenido a examinar sus baratijas. Me imaginaba que eran adornos de estilo hippy, en plan paz y amor y esas cosas.

-Lo eran, pero también sirven para guardar ciertas cosas- murmuró Quirón

Pero cuando Annabeth se volvió hacia mí, tenía en las manos una bolsita de cuero, como la bolsa de la medicina de los nativos americanos, que colgaba de un cordón de plumas trenzadas. La abrió y extrajo un rollo de pergamino no más grande que su meñique.

-Sí, definitivamente le faltó más drama a esa revelación- se quejó Apolo

-Yo también creo que así estuvo bien- comentó Annabeth

No me lo puedo creer —dije—. ¿Así que me he pasado todos estos años haciendo preguntas sobre esa estúpida profecía y ahora resulta que la tenía aquí, colgada del cuello?

-Genial ¿O no?- murmuró Connor

-Ese momento donde te das cuenta que las respuestas estuvieron todo el tiempo frente a ti- dijo Leo

-Pero aún no había llegado el momento- dijo Rachel

No había llegado el momento —dijo Annabeth—. Créeme, Percy. Yo la leí con sólo diez años y todavía tengo pesadillas.

-Eso te da una clara perspectiva de cómo sería la profecía- señaló Jason

Fantástico. ¿Ya puedo leerla?

Abajo, en el consejo de guerra —repuso—. No delante de... ya me entiendes.

-Sí, bajen, es lo mejor- asintió apolo

Miré los ojos vidriosos del Oráculo y decidí no discutir.

Bajamos a reunimos con los demás. No lo sabía entonces, pero aquélla sería la última vez que subía al desván.

-Eso son muy tétrico- murmuró Hazel

-A Percy también le gusta el drama- contestó Apolo

-al menos nuestro oráculo o da tanto miedo ahora- dijo Travis

-Gracias- murmuró Rachel

Los líderes más veteranos del campamento estaban reunidos alrededor de la mesa de ping-pong.

-Porque es claro que un consejo de guerra es mejor alrededor de una mesa de pingpong- masculló Ares

No me preguntes por qué, pero la sala de juegos se había convertido en una especie de cuartel general improvisado para celebrar los consejos de guerra.

Ares resopló

-Son niños y están haciendo lo mejor que pueden- dijo Hestia

De todos modos, cuando llegamos Annabeth, Quirón y yo, aquello parecía más bien un concurso de alaridos.

-Cállate Prissy- masculló Clarisse

-Yo no estaba hablando- se defendió Percy

Clarisse iba aún con la indumentaria de combate. Llevaba sujeta a la espalda su lanza eléctrica (mejor dicho, su segunda lanza eléctrica, porque yo le había partido la primera.

-Idiota- masculló Clarisse

-Esa pelea estuvo genial- dijeron los Stoll levantando los pulgares en dirección a Percy

-Cállense- gruñó Clarisse

Ella la llamaba « Matamonstruos», aunque todo el mundo la conocía como « Matamoscas»).

-Y seguramente esa fue idea suya- dijo Chris mirando a sus hermanos

-¿De quién más?- preguntó Katie

-¡Eh!- se quejó Travis

Sostenía bajo el brazo su casco con forma de jabalí y llevaba un puñal al cinto.

Justo en ese momento Michael Yew, el nuevo líder de la cabaña de Apolo, le estaba echando un buen rapapolvo, lo cual resultaba bastante gracioso porque Clarisse le sacaba al menos treinta centímetros.

-Pero Michael no se echaba para atrás- murmuró Will encogiéndose de hombros –todos nos enteramos de esa pelea

Michael había ocupado el puesto de Lee Fletcher cuando éste cayó en combate el verano anterior. Medía sólo un metro cuarenta, pero con su actitud parecía que midiese dos metros.

-Y tuvo los pantalones para enfrentarse a una mocosa de Ares- agregó Dionisio

-Eso no se ve todos los días- comentó Hermes

-Mis hijos suelen ser más pacíficos- asintió apolo –aun así no se metan con ellos, son los mejores arqueros

A mí me recordaba a un hurón, con su nariz puntiaguda y aquellos rasgos contraídos de tanto fruncir el entrecejo o acaso de tanto afinar la puntería con sus flechas.

-Un poco de ambos- asintió Will

-Él... ¿En dónde...?- comenzó Apolo, cuando vio que Will apartaba la mirada, el dios suspiró

— ¡Ese botín es nuestro! —Chillaba Michael, irguiéndose de puntillas para tratar de ponerse a la altura de Clarisse—. ¡Y si no te gusta, que te zurzan!

-Vaya que mostraba actitud- comentó Leo

En torno a la mesa, todos hacían esfuerzos para no reír: los hermanos Stoll; Pólux, de la cabaña de Dionisio; Katie Gardner, de Deméter.

Katie se sonrojó –Era un poco divertido verlos discutir

-Es cierto, sobretodo Michael amenazando a Clarisse mientras estaba de puntillas- comentó Travis

Incluso esbozó una leve sonrisa Jake Mason, nombrado precipitadamente nuevo líder de Hefesto para sustituir a Beckendorf. La única que no prestaba atención al altercado era Silena Beauregard.

-Acababan de perder a alguien y se ponen a discutir- bufó Atenea

Permanecía sentada junto a Clarisse, contemplando la red de ping-pong con aire ausente. Tenía los ojos rojos e hinchados, y una taza de chocolate delante que ni siquiera había tocado. Me pareció injusto que tuviera que asistir a la reunión.

-Ella estuvo dispuesta a asistir- murmuró Clarisse

Y no podía creer que Clarisse y Michael se hubieran puesto a discutir allí mismo de algo tan idiota como un botín cuando ella acababa de perder a su novio.

— ¡Basta! —bramé—. ¿Qué demonios estáis haciendo?

-Ya hicieron enojar a Percy- dijo Leo negando con la cabeza

-Están ahí para discutir una estrategia y están actuando como críos- bufó Atenea

-Además del hecho de que acaban de perder a uno de los suyos- comentó Artemisa

-Y mi pobre niña está destrozada- dijo Afrodita

Clarisse me miró enfurruñada.

Dile a Michael que no se porte como un imbécil y un egoísta.

Muy indicado que lo digas tú nada menos —replicó el aludido.

-Ese chico es muy valiente- dijo Hermes

-O muy idiota- gruñó Ares

— ¡La única razón por la que estoy aquí es para apoyar a Silena! —Gritó Clarisse—. Si no, me habría quedado en mi cabaña.

-Pues lamento decir que no lo estabas haciendo, querida- dijo Afrodita

-Además todos debían estar informados de lo que estaba pasando- dijo Artemisa

-Era el momento de estar unidos y no pelear- dijo Hestia amablemente

— ¿Se puede saber qué pasa? —pregunté.

Pólux carraspeó.

Clarisse no piensa hablarnos hasta que su, hum... asunto se resuelva. No nos dirige la palabra desde hace tres días.

-¿Y cuál es su asunto?- preguntó Hefesto

— ¿Qué asunto?

Clarisse se volvió hacia Quirón.

Eres tú quien está al mando, ¿no? ¿Le corresponde o no le corresponde a mi cabaña lo que pedimos?

-Por supuesto que le correspondía- murmuró Clarisse

-Por supuesto que no- contestó Will

Quirón arrastró las pezuñas, incómodo.

Tal como expliqué en su día, querida, Michael tiene razón —respondió—. La reclamación de la cabaña de Apolo es más convincente.

Will le dio una mirada de "te lo dije", Clarisse gruñó

Además, tenemos cosas más importantes...

Ya, claro —le espetó Clarisse—. Siempre hay cosas más importantes que atender las reclamaciones de Ares. Se supone que hemos de presentarnos y luchar sin rechistar cuando vosotros lo digáis.

-Pues sí- comentó Apolo

-Cállate- gruñó Ares

-¿En serio se ponen a discutir por eso?- preguntó Reyna

-Mira niña romana, no te metas en esto- gruñó Clarisse

-Estás actuando como una...

-Vale vale, no es momento de que se peleen ustedes- dijo Percy

-Me están dando dolor de cabeza- masculló Hades

No estaría mal —murmuró Connor Stoll.

Clarisse empuñó el cuchillo.

Quizá debería preguntarle al señor D...

-Yo no estoy ahí para resolver los problemas de un par de chiquillos caprichosos- murmuró Dionisio

Como bien sabes —la interrumpió Quirón, ahora algo irritado—, nuestro director, Dionisio, está muy ocupado con la guerra y no se le puede molestar.

Ya veo. ¿Y los líderes veteranos? ¿Ninguno de vosotros va a ponerse de mi lado?

Ya nadie sonreía ni se atrevía a mirarla a los ojos.

-Momento incómodo- murmuró Travis

-Y que lo digas- dijo Katie –eso fue un verdadero desastre

Muy bien —dijo, volviéndose hacia Silena—. Perdona. No pretendía meterme en esta discusión cuando tú acabas de perder... En fin, me disculpo.

Pero sólo ante ti. Ante nadie más.

-Nadie puede negar que sea hija de Ares- comentó Apolo

-nadie lo hacía- señaló Hermes –es más que obvio

Silena no pareció captar sus palabras.

Clarisse arrojó su cuchillo sobre la mesa de ping-pong.

Y vosotros ya podéis prepararos para librar esta guerra sin Ares.

-¡Exacto, enséñales quien manda!- gritó Ares

Algunos de los dioses le lanzaron miradas molestas

Hasta que reciba una reparación, ningún miembro de mi cabaña levantará un dedo. Que os divirtáis cayendo como moscas.

-No puedo creer que en serio vaya a hacer eso- dijo Atenea –los semidioses ya estaban peleando contra otros semidioses y ahora los que se suponen están de su lado se ponen a pelear ¡Es una insensatez!

-Ellos tiene razón, sin mis hijos caerían como moscas- gruñó Ares –si ellos quieren esa compensación entonces deben hacer lo que sea posible por obtenerla

-Solo van a retrasar lo inevitable- dijo Atenea -¿Crees que solo porque no luchen van a ser perdonados? Por supuesto que vas a saber tú, si eres peor que ellos

-De acuerdo, aunque admito que me encantaría ver una pelea entre ustedes, debemos seguir leyendo

Los demás líderes se habían quedado pasmados y se limitaron a mirarla salir hecha una furia.

Michael Yew dijo al fin:

— ¡Que se pudra!

— ¿Bromeas? —Protestó Katie Gardner—. ¡Esto es un auténtico desastre!

No puede hablar en serio —dijo Travis—. ¿O sí?

-Como si no la conocieras- susurró Connor a su hermano

-Eso se volvió un verdadero desastre- asintió Perséfone

Quirón suspiró.

Se ha sentido herida en su orgullo. Acabará calmándose.

No parecía muy convencido.

-Tal vez porque es igual a su padre- murmuró Atenea

Tenía ganas de preguntar por qué demonios estaba tan rabiosa Clarisse, pero, cuando miré a Annabeth, ella me respondió con los labios: « Te lo cuento luego».

-Y así es como estos chicos se mantienen al tanto de los chismes del campamento- dijo Leo

-Oh cariño, eso es lo que una buena pareja hace- dijo Afrodita

-Vaaale- murmuraron los chicos

Bueno —prosiguió Quirón—. Si hacéis el favor, Percy ha traído algo que debéis oír. Percy... la Gran Profecía.

-Ese era otro momento dramático que necesita un poco de efectos especiales- dijo Apolo

-Basta de tus momentos dramáticos- comentó Artemisa

Annabeth me tendió el pergamino. Se notaba viejo y reseco al tacto. Forcejeé con el cordel, lo desenrollé con cuidado, procurando no romperlo, y empecé a leer:

« De los dioses más anfibios un mestizo...».

-¿Anfibio? No sabía que eras un anfibio- dijo Apolo mirando a Poseidón

Percy se sonrojó

-Solo es un marisco- dijo Hades

Hum, Percy —me interrumpió Annabeth—. Son « antiguos», no

« Anfibios».

Ah, vale. —La dislexia es uno de los rasgos típicos de un semidiós, aunque a veces resulta una verdadera lata.

-También me confundió en ese momento- dijo Connor

-A todos, hermano- dijo Travis

Cuanto más nervioso me pongo, peor leo—. « De los dioses más antiguos un mestizo... llegará a dieciséis contra todo lo predicho...».

-Me sentí querido en ese momento- dijo Percy con sarcasmo

Titubeé un momento, examinando los versos siguientes. Me había entrado una sensación de frío en los dedos, como si el pergamino estuviera helado.

-A las profecías les guasta ser un poco dramáticas también- comentó Apolo

-¿U poco?- preguntó Percy

-Un poco

- asintió Apolo

« Y en un sueño sin fin el mundo verá... El alma del héroe, una hoja maldita habrá de segar».

Luke se removió en su asiento

De pronto, me pareció que Contracorriente me pesaba más en el bolsillo. ¿Una hoja maldita? Quirón me había dicho una vez que Contracorriente había causado dolor a muchas personas.

Zoë apartó la mirada con una mueca

¿Sería posible que yo fuese a morir por el filo de mi propia espada? ¿Y cómo podía caer el mundo en un sueño sin fin, a menos que se tratara de la muerte?

-Pues hay un dios del sueño, que si no me equivoco no está e nuestro lado- señaló Apolo

Percy —me apremió Quirón—. Lee el resto.

Sentí la boca llena de arena, pero leí en voz alta los dos últimos versos:

« Una sola decisión... con sus días acabará. El Olimpo perseverará...».

-Preservará- dijo Atenea

« Preservará» —corrigió en voz baja Annabeth—. Quiere decir « salvará».

Ya sé lo que quiere decir —refunfuñé—. « El Olimpo preservará o asolará».

-Eso quiere decir "destruirá"- dijo annabeth mirando a su novio con una pequeña sonrisa

-Sigue con eso listilla- murmuró Percy

La habitación quedó en silencio. Connor Stoll comentó al fin:

« Asolará» no está tan mal. Es « aislar», ¿no?

-Dioses- masculló Atenea

De eso nada —repuso Silena. Hablaba con tono inexpresivo, pero me sobresaltó oír su voz—. Significa « destruirá».

« Arrasará» —añadió Annabeth—. « Aniquilará». « Reducirá a escombros».

-Vale, ya entendimos- dijo Leo

-Sin presiones, Percy- comentó Apolo

Sí, vale. —Sentía un peso en el corazón—. Mensaje recibido.

Todo el mundo me miraba: con inquietud o compasión, o tal vez con un poco de miedo.

Los chicos que estuvieron en el consejo de guerra se sonrojaron –Lo sentimos-. Murmuraron

Quirón tenía los ojos cerrados, como si se hubiera puesto a rezar. Cuando adoptaba forma de caballo, su cabeza casi rozaba el techo de la sala.

-Una profecía de lo más agradable- asintió Rachel

Ahora entenderás, Percy, por qué consideramos conveniente no contarte la profecía entera. Bastante peso tenías ya sobre tus hombros...

-Ya era bastante- coincidió Jason

-Que lastima que no exista una de esas máquinas borra memorias- dijo Percy, Annabeth le dio un golpe

-Ese fue un chiste terrible, bro

— ¿Sin saber que, de todos modos, iba a morir al final? —dije—. Vale, ya lo entiendo.

-Percy...- murmuró Poseidón

-No está muerto, así que... Salió bien- Apolo le dio una sonrisa

Quirón me miró con tristeza. El tipo tenía tres mil años, había visto morir a centenares de héroes. Quizá no le gustara, pero ya estaba acostumbrado. Seguramente era consciente de que no valía la pena tratar de tranquilizarme.

-Te conozco muchacho- dijo Quirón –pero no quería que le dieras más vueltas a esas palabras

Percy —apuntó Annabeth—, ya sabes que las palabras de una profecía siempre tienen doble sentido. Quizá no signifique literalmente que vayas a morir.

-¿Sabes? Eso podía ser cierto- dijo Leo

-Oh ni siquiera me lo recuerdes- masculló Piper

Leo le dio una sonrisa inocente

Sí, ya —dije—. « Una sola decisión con sus días acabará». Eso tiene una infinidad de significados, ¿no?

-Pues sí, puede que te mueras un rato y luego regreses- dijo Apolo

Hades lo miró con los ojos entornados

-Es muy mono para morir- dijo Afrodita

Quizá podamos impedirlo —aventuró Jake Mason—. « El alma del héroe, una hoja maldita habrá de segar». Tal vez podríamos encontrar esa hoja maldita y destruirla. Suena como si fuera la guadaña de Cronos, ¿no creéis?

-En realidad eso tiene sentido- comentó Hermes -¿Qué podría ser más maldito que eso?

Luke miró al piso

No se me había ocurrido, pero tampoco importaba demasiado si la hoja maldita era Contracorriente o la guadaña de Cronos. Se suponía que una hoja segaría mi alma. Y la verdad, prefería que no me la segaran.

-Yo también lo prefiero- murmuró Poseidón –sigo sin poder creer que vayas a ser tú

-¿Qué esperabas si rompiste el pacto?- bufó Zeus

quien lo dice

Quizá deberíamos dejar que Percy medite sobre esas líneas —dijo Quirón

. Necesita un poco de tiempo...

No. —Doblé el pergamino y me lo metí en el bolsillo. Me sentía desafiante y lleno de enojo, aunque no sabía con quién estaba enojado—. No necesito tiempo. Si debo morir, moriré. No voy a preocuparme por eso, ¿vale?

-Ojala todos tomaran la muerte de esa manera y no con sus lloriqueos- dijo Hades

Bianca, Nico y Hazel miraron a Hades con incredulidad y negaron lo cabeza

A Annabeth le temblaban un poco las manos. No se atrevía a mirarme a los ojos.

-Directo al grano, muy bien- dijo Leo

-No valía la pena andarse con rodeos- dijo Percy

Prosigamos —dije—. Tenemos otros problemas. Hay un espía.

Michael Yew frunció el entrecejo.

— ¿Un espía?

Les conté lo que había descubierto en el Princesa Andrómeda, o sea, que

Cronos sabía que íbamos a presentarnos allí y que incluso me había enseñado el colgante con una guadaña de plata que usaba para comunicarse con su informador.

Silena se echó de nuevo a llorar; Annabeth la rodeó con un brazo.

Los chicos se miraron con cierta incomodidad

Bueno —dijo Connor Stoll, incómodo—, llevamos años sospechando que podría haber un espía, ¿no? Alguien que ha estado pasándole información a Luke. Como la localización del Vellocino de Oro hace un par de años. Tiene que ser alguien que lo conoce bien.

Tal vez sin darse cuenta, le echó un vistazo a Annabeth.

Connor se sonrojó –Yo no quise decir que fuera ella, solo estaba señalando lo que había pasado- murmuró

-De todas maneras no tiene ningún sentido que sea Annabeth- dijo Atenea –ella ha estado en todas las misiones y también ha estado en peligro

Ella había conocido a Luke mejor que nadie, desde luego, pero Connor desvió la mirada.

Bueno, en fin, podría ser cualquiera.

-Y aunque lo fuera, las sospechas son solo eso- dijo Hestia

Sí. —Katie Gardner les lanzó una hosca mirada a los Stoll. No los soportaba desde que habían decorado el tejado de hierba de la cabaña de Deméter con conejitos de Pascua de chocolate—. Como, por ejemplo, alguno de los hermanos de Luke.

-Eso fue bajo, Katie- murmuró Travis

-Lo siento- dijo Katie

-Yo creo que esa chica los soporta más de lo que admite- dijo Afrodita –al menos a uno de ellos

Katie se sonrojó furiosamente

Travis y Connor se enzarzaron en una discusión con ella.

— ¡Parad ya! —Silena dio un puñetazo tan fuerte en la mesa que volcó su taza de chocolate—. ¡Charlie ha muerto y sin embargo vosotros no dejáis de discutir como críos!

-Ni se les ocurra abrir la boca- gruñó Clarisse

-No íbamos a decir nada- murmuraron los Stoll

Bajó la cabeza y se echó otra vez a llorar.

Ahora corría un reguero de chocolate caliente por la mesa de ping-pong. Todo el mundo parecía avergonzado.

-Realmente los pusieron en su lugar, chicos- comentó Perséfone

Tiene razón —comentó Pólux por fin—. Acusarnos unos a otros no servirá de nada. Hemos de mantener los ojos bien abiertos por si vemos un collar con una guadaña como amuleto. Si Cronos tiene uno, seguramente el espía también.

-Pero no va a ser tan fácil que lo puedan encontrar, se ha estado escondiendo muy bien- señaló Jason

Michael Yew soltó un gruñido.

Tenemos que encontrar a ese espía antes de planear la próxima operación. Que hayamos volado la Princesa Andrómeda no va a detener a Cronos eternamente.

-Solo ganaron un poco de tiempo- dijo Artemisa

Por supuesto que no —dijo Quirón—. De hecho, su siguiente asalto ya está en marcha.

Arrugué el ceño.

— ¿Hablas de esa « amenaza mayor» que mencionó Poseidón?

Él y Annabeth se miraron un instante, como diciéndose: « Ahora sí». ¿He dicho ya que no soporto que me hagan eso?

-Ya- dijeron los chicos

-Eres bueno leyendo a las personas- dijo Piper

Percy —prosiguió Quirón—, no queríamos contártelo hasta que regresaras. Necesitabas un descanso con... tus amigos mortales.

Annabeth se sonrojó.

En la sala, Annabeth también se sonrojó, al igual que Percy y Rachel

Comprendí que sabía que yo había estado saliendo con Rachel, y me sentí culpable. Enseguida me enfadé conmigo mismo por sentirme culpable. ¿Es que no podía tener amigos fuera del campamento?

-Los amigos no se besan en la boca- cantó Leo

Rachel y Percy se sonrojaron aún más, una ola mojó a Leo

-Aquaman, esta ropa me gustaba- se quejó Leo

Cualquiera diría...

Cuéntame lo que ha pasado —le pedí.

Quirón tomó una copa de bronce de la mesita auxiliar y vertió agua en la plancha caliente donde solíamos fundir el queso de los nachos.

-O cualquier otra cosa que no sea el queso de los nachos- dijo Connor

Quirón carraspeó –Ya sabía yo que por algo se descomponía

De inmediato se elevó una columna de humo, formando un arco iris a la luz de los fluorescentes.

Quirón sacó una dracma de oro, lo lanzó a través de la niebla y musitó:

Oh, Iris, muéstranos la amenaza.

-Ese es un buen uso- dijo Piper

La niebla tembló. Vi la imagen humeante de un volcán conocido: el monte

Saint Helens. Mientras lo contemplaba, la ladera de la montaña estalló violentamente, arrojando fuego, lava y cenizas.

-Así que es cierto y por fin despertó- masculló Zeus –como si no tuviéramos suficientes problemas

La voz de un locutor comentaba: «... incluso mayor que la erupción del año pasado, y los geólogos advierten que podría no haber concluido aún».

Conocía con todo detalle la erupción del año pasado. La había provocado yo.

-La conocía a la perfección- murmuró Percy

Pero esta explosión era muchísimo peor. La montaña se hizo pedazos y se desmoronó hacia el interior de la tierra, y entre el humo y la lava se alzó una silueta colosal, como si emergiera de la boca de una alcantarilla.

Los dioses se miraron con inquietud

Confiaba en que la Niebla impidiese que los humanos vislumbraran aquello con claridad, porque lo que veía ante mis ojos habría desatado el pánico y provocado revueltas en todo el país.

-No te preocupes, la Niebla funcionará lo mejor que pueda- comentó Poseidón con un suspiro

Aquel gigante era más grande que cualquier otro con el que yo hubiera tropezado. Incluso mis ojos de semidiós no lograban distinguir su forma con exactitud entre las llamas y la ceniza, pero parecía algo humanoide y era tan descomunal, tan brutalmente inmenso, que podría haber usado un rascacielos del tamaño del edificio Chrysler como bate de béisbol.

-Es demasiado difícil tratar de distinguirlo- asintió annabeth

-Y es peor cuando estás peleando con él- señaló Poseidón

La montaña se estremeció con un retumbo horrible, parecido a un terremoto, como si el monstruo se estuviera riendo.

Es él —dije—. Tifón.

-No fue un gusto conocerlo- suspiró Percy

-Yo solo espero que solo lo hayas conocido por el mensaje Iris- dijo Poseidón

Albergaba la esperanza de que Quirón dijera algo positivo, como: « ¡No, ése es el grandullón de nuestro amigo Leroy! ¡Viene a echarnos una mano!». Pero no hubo suerte, porque se limitó a asentir.

-Leroy no es un nombre que intimide mucho- señaló Apolo –no como "Apolo"

El monstruo más horrible de todos —explicó—, la mayor amenaza que los dioses han afrontado jamás. Ha sido liberado finalmente de debajo de la montaña. Pero esa escena fue grabada dos días atrás. Aquí tienes lo que está ocurriendo ahora.

-Debió recorrer una gran distancia en ese tiempo- murmuró Atenea

Quirón hizo un ademán y la imagen cambió. Una masa de nubes tormentosas que se cernían sobre las llanuras del Medio Oeste. Los relámpagos rasgaban el cielo y una serie de tornados lo arrasaban todo a su paso, arrancando casas de cuajo y estrujando coches y camiones como si fuesen de juguete.

-Es tan grande que incluso los mortales no salen ilesos- murmuró Hermes

« Inundaciones colosales —decía un locutor—. Cinco estados han sido declarados zona catastrófica mientras el monstruoso temporal se desplaza hacia el este, sembrando la destrucción».

-Esa es una perfecta descripción de ese monstruo- asintió Apolo

Las cámaras enfocaron un frente tormentoso que se acercaba a una ciudad. No sabía cuál era. En el interior de aquella masa rugiente vislumbraba al gigante, aunque sólo percibía atisbos fugaces de su verdadera forma: la silueta borrosa de un brazo, una mano de afiladas garras tan grande como un bloque de casas... Su furioso bramido se propagaba por la llanura como un estallido nuclear.

-Una lindura- dijo Rachel con sarcasmo

-Y que lo digas- dijo Apolo

Otras formas más pequeñas surcaban las nubes y volaban en círculos alrededor del monstruo. Vi destellos de luz y comprendí que el gigante trataba de aplastarlas. Entorné los ojos y me pareció distinguir un carro de oro que se zambullía en la negrura.

-Espero que hayan tomado mi mejor lado- suspiró apolo

Luego una especie de pájaro enorme, un búho monstruoso, se lanzó directamente contra el gigante.

— ¿Ésos... son los dioses? —pregunté.

-Sorprendente ¿Eh?- murmuró Hermes

-Lucían muy pequeños- susurró Percy

Sí, Percy —dijo Quirón—. Llevan días combatiendo con él y tratando de frenarlo. Pero Tifón continúa avanzando... hacia Nueva York. Hacia el Olimpo.

Hice una pausa para asimilar aquellas noticias.

— ¿Cuánto le falta para llegar?

— ¿A menos que los dioses consigan detenerlo? Quizá cinco días.

Los dioses se miraron con inquietud

-Peros in presiones- dijo apolo

La mayoría de los olímpicos están ahí luchando... salvo tu padre, que ha de librar su propia guerra.

Poseidón suspiró

— ¿Quién vigila entonces el Olimpo?

Connor Stoll negó con la cabeza.

Si Tifón llega a Nueva York, eso ya no importará.

Recordé las palabras de Cronos en el barco: « Me habría encantado ver tu expresión de horror cuando entendieras cómo voy a destruir el Olimpo».

-Dioses- masculló Atenea –nos tiene rodeados, nos está distrayendo

¿A eso se refería, a un ataque de Tifón? No podía negarse que era terrorífico. Pero Cronos siempre estaba engañándonos y tratando de despistarnos.

-Ese es su mayor talento- dijo Poseidón

Aquello parecía una maniobra demasiado evidente viniendo de él. Y en mi sueño, el titán dorado había asegurado que nos tenían reservados muchos más desafíos. Como si Tifón fuera sólo el primero.

— ¡Es una trampa! —dije—. Hay que avisar a los dioses. Va a ocurrir otra cosa.

-El mocoso tiene razón- dijo Atenea a regañadientes

-¿Cómo se sintió decir eso?- preguntó Poseidón con una ceja alzada

-Tifón es demasiado evidente, hemos dejado solo el Olimpo

-Pero si no detenemos a Tifón de todas maneras llegará al Olimpo- dijo Artemisa

-Es por eso que nos tiene rodeados

Quirón me miró con gravedad.

— ¿Peor que Tifón? Espero que no.

Tenemos que defender el Olimpo —insistí—. Cronos tiene planeado un ataque distinto.

Lo tenía —me recordó Travis Stoll—. Pero vosotros dos hundisteis su barco.

-Recuerden que el espía le informó mucho antes- dijo Zoë –bien pudo cambiar sus planes

Todos me miraban. Querían oír algo positivo. Querían creer que al menos yo les había traído un rayo de esperanza.

Le eché una mirada a Annabeth, y sentí que estábamos pensando lo mismo.

-Eso es tener una buena conexión- chilló Afrodita

¿Y si el Princesa Andrómeda era sólo una estratagema? ¿Y si Cronos nos había dejado volar el barco para que bajásemos la guardia?

Sin embargo, eso no pensaba decirlo delante de Silena. Su novio se había sacrificado por el éxito de aquella misión.

-Eres un gran líder- dijo Poseidón –los chicos necesitaban tener un poco de esperanza

-Gracias- murmuró Percy sonrojado

Quizá tengas razón —dije, aunque no lo creía.

Intenté imaginarme cómo podrían empeorar aún las cosas. Los dioses se encontraban en el Medio Oeste luchando con un monstruo descomunal que en una ocasión había estado a punto de derrotarlos.

-Pequeño detalle de hace muchos años- suspiró Apolo

Poseidón sufría un duro asedio y parecía camino de perder la guerra contra el titán Océano. Cronos seguía indemne en algún lugar. El monte Olimpo estaba prácticamente indefenso.

-Fue un gran error eso- murmuró Atenea –pero tampoco podemos dejar a Tifón

Los semidioses del Campamento Mestizo luchábamos por nuestra cuenta, pero con un espía en nuestro seno.

-Creo que las cosas malas no tienen un límite- murmuró Jason

-Lamentablemente no, chispitas- dijo Piper

¡Ah! Y según la antigua profecía, yo iba a morir cuando cumpliera los dieciséis, cosa que sucedería en cinco días: justo el tiempo que se suponía que iba a necesitar Tifón para llegar a Nueva York. Casi se me olvidaba ese detalle.

-Pequeño detalle- comentó Hermes

-Cuando pregunté si las cosas se podía poner peor era algo retórico- murmuró Percy con un puchero

-Jamás vuelvas a hacer esa pregunta- dijo Annabeth

Bueno —dijo Quirón—. Creo que ya hemos tenido bastante por esta noche.

Hizo un gesto con la mano y el humo se disipó.

Una manera muy suave de decirlo —musité.

El consejo de guerra fue aplazado hasta el día siguiente.

-Fin del capítulo- anunció Deméter

-Un capítulo de lo más amigable- dijo Poseidón con sarcasmo

-Creo que los chicos ya tuvieron suficiente por hoy- dijo Hermes –podemos continuar mañana

-Este será el peor libro- masculló Poseidón –de acuerdo, será mejor que vayan a descansar