-Acabaremos el libro- dijo Atenea -¿Quién lee?

-Yo voy a leer- dijo Artemisa

-Por fin, el último capítulo- murmuró Percy

-No estés tan feliz, aún quedan muchos libros- bromeó Thalia

Percy hizo una mueca -Mi suerte no puede ser tan mala como para que todos estén desde mi punto de vista ¿O sí?

-Creo que tu suerte puede ser bastante mala, sesos de alga- dijo Annabeth

-Espero que no- murmuró Percy -esto es incómodo

-Voy a leer- dijo Artemisa -mi fiesta de cumpleaños toma un giro siniestro

Nico miró a Percy con los ojos entrecerrados, Percy sonrió inocentemente

El resto del verano fue tan normal que casi resultó extraño.

-Todos estamos de acuerdo en eso- dijo Travis

Las actividades diarias prosiguieron: tiro al arco, escalada, equitación con pegaso... Jugamos a capturar la bandera (aunque todos evitamos el Puño de Zeus),

-nadie los puede culpar- dijo Hestia

-era todo tan extraño y tan normal al mismo tiempo- dijo Percy

-como todo en nuestra vida- comentó Jason

cantamos canciones junto a la hoguera, celebramos carreras de carros y les gastamos bromas a las demás cabañas.

-ninguna broma era tan buena como las de nosotros- dijo Connor

-Hubo algunas bastante buenas- dijo Percy

Annabeth le dio un pequeño golpe -Stoll, donde vuelvan a poner una araña en mi cama les juro que no lo van a contar

-¿Pusieron una araña en su cama?- preguntó Hermes -así se hace, chicos

-En realidad, pusimos una araña en cada cama- dijo Travis -todos salieron corriendo

Quirón los miraba con una ceja alzada

-No hay nada gracioso en ello- dijo Annabeth

Percy trataba de no reírse

-pero no les fue tan bien con las chicas de la cabaña de Deméter ¿Cierto?- dijo Chris con una sonrisa burlona

Los Stoll se sonrojaron

-¡¿Les hicieron una broma a mis hijos?!- chilló Deméter

Hermes estaba riendo- Así se hace, chicos

Pasé mucho tiempo con Tyson, jugando con la Señorita O'Leary, pero ella seguía aullando por las noches cuando echaba de menos a su antiguo dueño.

-Pobre perrito- murmuró Rachel

Annabeth y yo más bien nos rehuíamos el uno al otro. Me gustaba estar con ella, pero también me producía una especie de dolor, una sensación que me abrumaba igualmente aunque no estuviéramos juntos.

-El amor- suspiró Afrodita

Percy y Annabeth se sonrojaron

-Ya se besaron y están peor que antes- masculló Piper

-¡Piper!- gritó Annabeth

Quería hablar con ella de Cronos, pero no podía hacerlo sin sacar a Luke a colación. Y ése era un tema que no podía tocar, porque me cortaba en seco cada vez que lo intentaba.

Luke se removió en su asiento

-Ok, intenten hablar de Rachel- bromeó Travis

-¡Oye!- gritó Rachel

-Tampoco queremos otra batalla, hermano- dijo Connor

Pasó el mes de julio, con los fuegos artificiales del día de la Independencia en la playa.

-Queríamos un final especial para esos fuegos, pero los hijos de Hefesto no nos dejaron- dijo Travis

-Gracias a los dioses- murmuró Percy

Agosto resultó tan caluroso que las fresas se asaban en los campos. Finalmente, llegó el último día de campamento.

-al fin podrás volver a casa- dijo Hestia

Después del desayuno, apareció en mi cama la carta de costumbre, advirtiéndome que las arpías de la limpieza me devorarían si seguía allí después de mediodía.

-No se por qué tiene que aparecer esa carta- murmuró Dionisio -con lo divertido que sería que se quedaran

A las diez en punto me aposté en la cima de la Colina Mestiza para esperar a la furgoneta que había de llevarme a la ciudad.

Percy y Annabeth intercambiaron una mirada, los demás los vieron con curiosidad

Había arreglado las cosas para dejar a la Señorita O'Leary en el campamento. Quirón me había prometido que cuidaría de ella.

-Es una buena perra- dijo Quirón -se portó muy bien

Tyson y yo nos turnaríamos para visitarla durante el curso.

-Es una linda perrita- murmuró Tyson -yo quería estar con ella

-Estuvo bien cuidada, grandullón- dijo Percy

Confiaba en que Annabeth saliera para Manhattan al mismo tiempo que yo, pero sólo vino a despedirme.

-Al menos se fue a despedir- dijo Thalia riendo -tienes que darle crédito

-Por los dioses- murmuró Annabeth

Me dijo que había decidido quedarse un poco más en el campamento. Atendería a Quirón hasta que se le curase del todo la pata

Quirón le sonrió -Gracias niña

Annabeth le devolvió la sonrisa -No hay de que

y continuaría estudiando el portátil de Dédalo, que ya la había mantenido totalmente absorta durante los últimos dos meses.

-Eso es bastante obvio- dijo Thalia -si el día tuviera 46 horas, Annabeth las usaría para estudiar- bromeó

-Eso es exagerar- dijo Annabeth con una pequeña sonrisa

Luego regresaría a la casa de su padre en San Francisco.

Voy a ir a una escuela privada de allí —me dijo—. Seguramente será horrorosa, pero... —Se encogió de hombros.

-Son horrorosas- dijeron Rachel y Piper al unísono

-No todas- dijo Percy

-Todas las escuelas son horrorosas- dijo Leo

Atenea bufó

Ya, bueno. Llámame, ¿vale?

Claro —respondió sin mucho entusiasmo—. Mantendré los ojos abiertos por si...

-Y vuelve a lo mismo- suspiró Perséfone

-Se nota el entusiasmo- bromeó Will

Annabeth se sonrojó -Lo siento, sesos de alga

-No hay problema- dijo Percy

Ya estábamos otra vez. Luke. No podía pronunciar su nombre siquiera sin destapar

una caja enorme de dolor, inquietud y rabia.

-Por los dioses- murmuró Annabeth

-¿Verdad que también quieres que acabemos el libro?- preguntó Percy con un puchero

-sí- dijo Annabeth -y ni siquiera son mis pensamientos

-Ay sí, ahora se unen- bromeó Piper

Annabeth —le dije—. ¿Cuál era el resto de la profecía?

-Y volvemos con las preguntas oportunas- dijo Thalia

-Es lo que todos estamos esperando- dijo Apolo

Ella fijó su mirada en los bosques lejanos, pero no contestó.

«Rebuscarás en la oscuridad del laberinto sin fin» —recordé—. «El muerto, el traidor y el desaparecido se alzan.»

-Eso es chantaje-dijo Travis -estamos orgullosos de ti

-no es chantaje- se defendió Percy

Hicimos que se alzara un montón de muertos. Salvamos a Ethan Nakamura, que resultó ser un traidor. Rescatamos el espíritu de Pan, el desaparecido.

-el muerto es Minos- dijo Apolo -estaba usando a Nico, el chico que no quiso oír cantar a mis hijos

-¿De nuevo con eso?- murmuró Nico

-como sea- dijo Will -¿El muerto no era Cr... El señor del tiempo?

-No, porque no estaba "muerto", estaba dispersado en pedacitos- dijo Apolo

-Vaya, eso lo deja más claro- murmuró Will

Annabeth meneó la cabeza, como para que me detuviera.

-¿Lo ves? Es chantaje- dijo Connor

«Te elevarás o caerás de la mano del rey de los fantasmas» —insistí—. Ese no era Minos, como yo había creído, sino Nico. Al escoger nuestro bando, nos salvó.

-Pueden enviar obsequios como agradecimiento- dijo Will

-Creo que estás pasando mucho tiempo con tu padre- susurró Nico

-Jamás creí que alguien fuera a decir esas apalabras- susurró de vuelta Will -es raro

Y luego, «el último refugio de la criatura de Atenea» se refería a Dédalo.

Percy...

-Así es como se obtiene la información... Presionando- dijo Leo

-Estamos orgullosos- dijeron los Stoll

«Destruye un héroe con su último aliento.» Ahora sí tiene sentido. Dédalo murió para destruir el laberinto. Pero ¿cuál era el verso...?

«Y perderás un amor frente a algo peor que la muerte» —recitó Annabeth con lágrimas en los ojos—. Ése era el último verso, Percy. ¿Ya estás contento?

-bueno Percy, merecías eso, ella dijo que no quería hablar- señaló Thalia

-Era solo curiosidad- dijo Afrodita -oh, esto es tan trágico

-Lo siento- dijo Percy mirando a su novia

-Creo que de cierta manera tenías derecho a saber- dijo Annabeth

El sol parecía haberse enfriado repentinamente.

Ah —dije—. Entonces Luke...

Percy, yo no sabía de quién hablaba la profecía. N... no sabía si... —Se le quebró la voz sin poder evitarlo—. Luke y yo... Él fue durante años la única persona que se preocupó por mí. Creí...

Afrodita pegó un chillido -¡Eso es tan trágico que es hermoso! ¡Ella no sabía a quién de los dos perdería! ¡Me encantan! No puede haber una buena historia de amor sin drama, mucho drama

Percy y Annabeth se miraron -Vaya que lo ha habido- murmuró Percy

-Personalmente, no me gusta el drama- dijo Apolo recibiendo miradas irónicas que decidió ignorar -pero a estos chicos les queda

-¿gracias?- murmuró Annabeth

Antes de que pudiera seguir, surgió a nuestro lado un repentino destello de luz, como si alguien hubiera abierto una cortina dorada en el aire.

No tienes nada de qué disculparte, querida.

Annabeth y Percy se miraron

-Espera que eso no viniera- susurró Annabeth

-es lo que yo he pedido en casi cada capítulo -dijo Percy también susurrado -lo siento listilla, creo que tu suerte es tan mala como la mía

-Con que ahora no te desaparezca- masculló Annabeth más para sí misma que para Percy

Sobre la colina había aparecido una mujer muy alta con una túnica blanca y el pelo oscuro trenzado sobre los hombros.

— ¡Hera! —exclamó Annabeth.

Artemisa levantó una ceja, Hera miró a los chicos esperando que supieran mostrar su respeto

-Esto será interesante- masculló Ares

-No hagan nada imprudente- dijo Poseidón, al ver las expresiones de los chicos el dios suspiró

La diosa sonrió.

Has hallado las respuestas, como había previsto. Tu búsqueda ha sido un éxito.

— ¿Un éxito? —Dijo Annabeth—. Luke ya no existe. Dédalo ha muerto. Pan ha muerto. ¿Cómo podéis...?

-Espera... Creí que Percy era el imprudente- dijo Leo

-al parecer se pega- dijo Apolo -chicos, tengan cuidado

Nuestra familia está a salvo —insistió Hera—. En cuanto a esos otros, mejor que se hayan ido, querida. Estoy orgullosa de ti.

-Eso no se oye muy seguido- murmuró Ares recibiendo una mirada asesina de Hera

-No estoy seguro de que eso sea un cumplido- dijo Hefesto

Hera bufó

Cerré los puños con fuerza. No podía creer que estuviese diciendo aquello.

-Percy...- murmuró Poseidón pasándose una mano por la cara

Percy sonrió con inocencia

Fuisteis vos quien pagó a Gerión para que nos permitiera cruzar por su rancho, ¿no es cierto?

-ahora que lo dices, tiene sentido- dijo Apolo

-¿Quién diría que Hera haría algo generoso?- dijo Hefesto con sarcasmo

-Basta- masculló Hera

Hera se encogió de hombros. En la tela de su vestido temblaban los colores del arco iris.

Quería facilitaros el camino.

-huyan- dijo Hermes -antes de que se ponga feo

Pero Nico no os importaba. Os parecía bien que se lo entregaran a los titanes.

Nico rodó los ojos

Oh, vamos. —La diosa hizo un ademán despectivo—. El propio hijo de Hades lo ha dicho. Nadie quiere tenerlo cerca. Él no encaja, no resulta adecuado en ninguna parte.

-Eso es grosero- dijo Will -Nico no es ninguna mercancía que se pueda o no cambiar por algo

-Will...- murmuraron Nico y Apolo en tono de advertencia

-No- dijo Will -creías que no encajabas porque no te habías dado la oportunidad, no porque no fueras adecuado en ninguna parte...

-¿Cómo te atreves a hablarme así?- gritó Hera -mocoso imprudente- chasqueó los dedos y...

-Will- gritó Nico cuando un pavo real apareció en el lugar de Nico

-Hera- protestaron algunos de los dioses

-No voy a permitir que un mortal me falte al respeto- masculló Hera

-No puede hacer eso...- empezó a protestar Nico, la mirada de Hera brilló con enojo

-No me provoques, hijo de Hades- gruñó la reina de los cielos

-Por los dioses- murmuró Percy

-Se supone que no debemos dañarlos- dijo Hestia

-Está vivo ¿No?- bufó Hera

-Lo siento, pero no voy a permitir que uno de mis bellos hijos sea convertido en eso- dijo Apolo haciendo que su hijo volviera a la normalidad

-Cuidado con lo que dices, Apolo- masculló Hera -Y tú mortal, que esto te sirva como advertencia

Will dio un jadeo -Lo lamento, señora Hera- masculló

Artemisa se apresuró a seguir leyendo antes de que alguien más terminara convertido en pavo real

Hefesto tenía razón —mascullé—. Lo único que os importa es vuestra familia «perfecta», no la gente real.

Sus ojos relampaguearon peligrosamente.

Justo como en la sala

Poseidón le dio una mirada preocupada a su hijo, Atenea miraba a su hija con una mueca

Cuida tus palabras, hijo de Poseidón. Te he orientado en el laberinto más veces de las que crees. Estuve a tu lado cuando te enfrentaste a Gerión. Permití que tu flecha volase recta. Te envié a la isla de Calipso.

-Y todos culpándome- dijo Afrodita

-Incluso tú lo dijiste- señaló Artemisa

-Es que fue una buena estrategia- admitió Afrodita a regañadientes -le agregó más drama al asunto y creí que ese era mi trabajo

-Deberías agradecerme- bufó Hera

Te abrí el paso a la montaña del titán... Annabeth, querida, seguro que tú sí eres consciente de lo mucho que os he ayudado. Agradecería un sacrificio por todos mis esfuerzos.

Annabeth se sonrojó

-Annabeth...- advirtió Atenea -ten cuidado con lo que dices, no seas impulsiva

Annabeth permanecía tan inmóvil como una estatua. Podría haberle dado las gracias. Podría haber prometido que arrojaría al brasero una parte de la barbacoa en honor a la divinidad y olvidar sin más el asunto.

-Es lo menor que podían hacer después de toda la ayuda que les brindé- bufó Hera

Pero lo que hizo fue apretar los dientes con aire testarudo. Tenía el mismo aspecto que cuando se había enfrentado a la esfinge:

-Fue un gusto haberlos conocido- dijo Leo

-Oh dioses- murmuró Hazel

-¿por qué les gusta meterse en problemas?- preguntó Poseidón con un suspiro

-Los problemas nos persiguen- dijo Percy

como si no estuviera dispuesta a aceptar una respuesta fácil, aunque ello le acarrease graves problemas.

-Y vaya que los trajo- murmuró Annabeth

-Hay problemas que se podrían evitar- masculló Poseidón

Me di cuenta de que ése era uno de los rasgos que más me gustaban de Annabeth.

Percy se sonrojó

-Awww- chilló Afrodita

-Por supuesto que es uno de los rasgos que más te gustan- dijo Perséfone -si al parecer son igual de imprudentes

Percy tiene razón —replicó, dándole la espalda—. Sois vos la que no resultáis adecuada, reina Hera. Así que la próxima vez, gracias... Pero no, gracias.

Se oyeron varios jadeos de sorpresa

-no sé si aplaudirle o darle mis condolencias- dijo Apolo

-Cállate- masculló Hera -¿qué pasa con los mortales? Son unos malagradecidos, si no hubiera sido por mí, habrían muerto en su patética misión y todavía se atreven a hablarme de esa manera...

-No vas a convertirlos en pavo real- dijo Poseidón

-no pensaba convertirlos más que en cenizas- dijo Hera con una mirada asesina -no sé por qué no lo habré hecho, soportar semejante insulto

-No les puedes hacer daño- dijo Atenea -creo que ni siquiera tú quieres tener como enemigas a Las Moiras

-Eso es cierto- dijo Zeus

-¡Esto es un insulto!- dijo Hera y salió de la sala de trono

La sala se quedó en silencio

-Bueno- dijo Apolo -pudo ser peor

Zeus bufó -Solo sigue leyendo, Artemisa

La mueca de desdén de la diosa era mucho peor que la de una empusa. Su forma empezó a resplandecer.

Te arrepentirás de este insulto, Annabeth. Te arrepentirás de verdad.

-En verdad no puedo creer que hayas contestado así, creí que eras más sensata- dijo Atenea

Annabeth hizo una mueca

Desvié la mirada mientras Hera adoptaba su auténtica forma divina y desaparecía en una llamarada de luz.

La cima de la colina volvió a la tranquilidad. Peleo dormitaba junto al pino, bajo el Vellocino de Oro, como si no hubiera pasado nada.

-No recuerdo haber visto semidioses tan suicidas- dijo Apolo

-como si no tuvieran suficientes problemas- masculló Atenea

Hades sonrió -Esos mocosos me empiezan a caer bien

-Hay que reconocer que la pusieron en su lugar- dijo Hefesto

-Hefesto...- gruñó Zeus

Lo siento —me dijo Annabeth—. Ten... tengo que volver. Estaremos en contacto.

Escucha, Annabeth...

-Actuando normal, como si no hubieran hecho enojar a la reina de los dioses- murmuró Rachel

Pensé en el monte Saint Helens, en la isla de Calipso, en Luke y Rachel Elizabeth

Dare, en cómo se había vuelto de repente todo tan complicado. Quería decirle a Annabeth que yo no deseaba sentirme tan alejado de ella.

-Que monada- dijo Afrodita

-Pues dilo- suspiró Perséfone

-No lo dijiste, sesos de alga- murmuró Annabeth

Percy sonrió -No me dieron tiempo

Entonces Argos tocó la bocina desde la carretera y perdí mi oportunidad.

-Bravo Percy- bromeó Piper

Será mejor que vayas —me dijo Annabeth—. Cuídate, sesos de alga.

Y echó a correr colina abajo. La contemplé hasta que llegó a las cabañas. No miró atrás ni una vez.

-Que grosera- dijo Perséfone

-Bueno querida, no puedes culparla, la chica esta confundida y eso es tan bello- suspiró Afrodita

Dos días más tarde era mi cumpleaños. Nunca hacía mucha propaganda porque caía justo después del campamento, de modo que ninguno de mis compañeros de allí podía venir a celebrarlo y, por otro lado, tampoco tenía muchos amigos mortales.

-Pero puedes festejar robando una tienda de dulces, por ejemplo- dijo Travis

-en realidad es una buena manera- dijo Connor

-No, gracias- murmuró Percy

-¿En serio festejaron sus cumpleaños así?- preguntó Rachel

-no- dijo Travis -en el cumpleaños de Connor robamos cosas para bromas

-vale- murmuró Rachel

Además, hacerme mayor no me parecía un acontecimiento digno de celebrarse desde que conocía la gran profecía según la cual había de destruir o salvar el mundo al cumplir los dieciséis. Ese año cumplía quince. Se me agotaba el tiempo.

-Pero no puedes dejar de celebrar tu cumpleaños- dijo Poseidón -es algo importante

-además de que siempre es divertido celebrar- dijo Apolo -cuando cumplas 20 te haremos una fiesta estilo Dionisio

El mencionado alzó una ceja

-por supuesto que no- dijo Poseidón

Nadie mencionó el hecho de que cuando cumpliera 20 todo podría ser diferente

Mi madre organizó una pequeña fiesta en nuestro apartamento. Asistió Paul Blofis, aunque ya no había problema, porque Quirón había manipulado la Niebla para convencer a todos los de la Escuela Secundaria Goode de que yo no había tenido nada que ver con la explosión de la sala de música.

-al menos algo bueno resultó- dijo Bianca

-al menos ya no me perseguía la policía- dijo Percy

Paul y los demás testigos creían que Kelli, la animadora, era una loca incendiaria y yo, un chico inocente que pasaba por allí y que había huido presa del pánico.

-que lindura- bromeó Thalia

-Sí soy un chico inocente- dijo Percy

-Sobre todo porque huyes presa del pánico- dijo Leo

O sea, que me permitirían empezar primero en Goode al mes siguiente. Si pretendía mantenerme a la altura de mi historial y conseguir que me expulsaran de un colegio cada año, tendría que esforzarme más.

-una escuela más, una menos, no hay problema- dijo Leo

-Por supuesto que lo hay- bufó Atenea -¿Cómo van a aprender? Si de por sí...

Tyson también asistió a la fiesta y mi madre preparó otros dos pasteles azules para que hubiese de sobra.

-esos pasteles eran delicioso- dijo Tyson

-Lo sé- dijo Percy

-Realmente, toda la comida de tu mamá es deliciosa- dijo Annabeth

-Hablando de comida, en realidad ya tengo hambre- murmuró Percy -hemos estado leyendo mucho- se quejó

-Ya falta poco- anunció Artemisa

Mientras él la ayudaba a reventar globos, Paul Blofis me pidió que le echara una mano en la cocina para servir el ponche.

-Uhhhh- corearon los Stoll -¿Ahora que hiciste?

-Nada- dijo Percy sonriendo

Creo que tu madre ya te ha inscrito para que te saques el permiso de conducir este otoño.

Sí. Es genial. Me muero de ganas.

-No, Percy al volante no es buena idea- bromeó Thalia

-Quemé y congelé menos pueblos que tú- se defendió Percy -claro que Nico se llevó el premio

-Sí- murmuraron los chicos que estuvieron en el carro solar

-Aún no sé cómo sobrevivimos- dijo Rachel

Nico rodó los ojos

-No fue tan malo- dijo Will

Era verdad, siempre me había hecho ilusión la idea de sacarme el permiso. Pero supongo que en ese momento ya no me emocionaba tanto y Paul se dio cuenta.

-A veces eres bastante evidente, muchacho- dijo Quirón

De un modo bastante curioso, a veces me recordaba a Quirón por su facilidad para adivinarme el pensamiento de una simple ojeada. Me imagino que ambos poseían el aura de los maestros.

-Es posible- asintió Quirón -además eres una persona muy transparente, Percy

Has pasado un verano difícil —comentó—. Deduzco que has perdido a alguien importante. Y también... ¿un problema con una chica?

-Problemas de amor- dijo Afrodita

-Es que la chica es muy necia- bromeó Piper

-¡Piper!- masculló Annabeth

Lo miré fijamente.

— ¿Cómo lo sabes? ¿Te ha dicho mi madre...?

Él levantó las manos.

Tu madre no me ha contado ni una palabra. Y no voy a entrometerme.

-Pues se está entrometiendo- murmuró Poseidón

Apolo y Hermes le dieron una mirada burlona

Me doy cuenta de que hay algo diferente en ti, Percy. Te pasan muchas cosas que ni siquiera puedo imaginar.

-Y vaya cosas- murmuró Percy

Pero yo también tuve quince años y adivino por tu expresión... Bueno, que has pasado una temporada difícil.

-Está tratando de acercarse, eso es lindo de su parte- dijo Hestia

Poseidón hizo una mueca

Asentí. Había prometido a mi madre que le contaría a Paul la verdad sobre mí, pero aquél no me parecía el momento adecuado. Todavía no.

-Espera a que te ataque otro monstruo- bromeó Jason -ese será el mejor momento, bro

Perdí a un par de amigos en ese campamento al que voy en verano —expliqué—. O sea, no eran amigos íntimos, pero aun así... —Lo siento.

Ya. Y, eh, supongo que el tema chicas...

-Pasemos al tema donde a Percy le iba peor que con los monstruos- bromeó Will

-¡Oye!- se quejó Percy -¿También me vas a molestar?

-Lo siento- dijo Will -no pude evitarlo

Toma —dijo tendiéndome un vaso de ponche—. Por tus quince años. Y para que este año sea mejor.

Brindamos con los vasos de plástico y bebimos un trago.

-Una celebración no es una celebración si están tomando ponche- murmuró Dionisio

-Tiene quince años- comentó Artemisa

Percy, lamento tener que plantearte una cosa más —añadió Paul—, pero quería hacerte una pregunta.

— ¿Sí?

Del tema chicas.

-Por favor que no le vaya a pedir consejo- bromeó Thalia

Ante eso los chicos rieron, Percy les sacó la lengua

Fruncí el ceño.

— ¿A qué te refieres?

Tu madre —prosiguió Paul—. Estoy pensando en hacerle una proposición...

-Que ternura- chilló Afrodita

Poco faltó para que se me cayera el vaso.

— ¿Quieres decir... para casarte con ella? ¿Tú y ella?

Bueno, ésa es la idea, más o menos. ¿A ti te molestaría?

-te está tomando en cuenta - dijo Hestia -eso habla muy bien de él

-claro- masculló Poseidón

Hestia le dio una mirada simpática, mientras que Apolo y Hermes hacían muecas burlonas

— ¿Me estás pidiendo permiso?

Paul se rascó la barba.

No sé si tanto como pedirte permiso, pero, en fin, es tu madre. Y sé que ya has tenido que soportar mucho. No me sentiría bien si no lo hablara contigo primero, de hombre a hombre.

-ese hombre es una ternura- dijo Afrodita -¿No lo crees Poseidón?

-Por supuesto- murmuró Poseidón con sarcasmo

-Bueno, si tuvo la delicadeza de pedir la opinión de Percy, supongo que es un buen hombre y ambos le importan- dijo Hestia -ambos estarán bien

De hombre a hombre —repetí. Sonaba raro. Pensé en Paul y en mi madre: en la manera que ella tenía de sonreír, de reírse mucho más cuando lo tenía cerca, y en las molestias que Paul se había tomado para que me admitieran en secundaria. Y de repente, me sorprendí a mí mismo diciendo—: Creo que es una gran idea, Paul. Adelante.

-Es una muy buena decisión- dijo Perséfone

-Ella será feliz- dijo Hestia para molestia de cierto dios

Él sonrió de oreja a oreja.

Salud, Percy. Volvamos a la fiesta.

Estaba a punto de soplar las velas cuando sonó el timbre.

Percy sonrió

Mi madre frunció el ceño.

— ¿Quién será?

Parecía raro, porque en nuestro edificio había portero, pero no nos había avisado. Mi madre abrió la puerta y ahogó un grito.

Era mi padre.

-Wow, ya sabemos de quien heredó Percy eso de llegar en el momento oportuno- dijo Apolo

-Era el cumpleaños de mi hijo- dijo Poseidón

Iba con bermudas, con una camisa hawaiana y unas sandalias, como siempre. Llevaba la barba perfectamente recortada y sus ojos verde mar centelleaban.

Se había puesto también una gorra muy maltrecha, decorada con anzuelos, que decía:

«LA GORRA DE LA SUERTE DE NEPTUNO.»

-Esa entrada triunfal estaba planeada- dijo Hermes

-Casi nunca usas esa gorra- comentó Apolo

Posei... —Mi madre se calló en seco. Se había sonrojado hasta la raíz de los cabellos—. Humm, hola.

Hola, Sally —la saludó Poseidón—. Estás tan guapa como siempre. ¿Puedo pasar?

-todo un galán- dijo Hades con sarcasmo

Mi madre soltó una especie de gritito que igualmente podía significar «sí» o «no». Poseidón lo interpretó como un sí y entró.

-Dioses- dijo Hazel

-Tu hijo y tú tienen el mejor nivel de dramatismo en su vida, es bellísimo- dijo Afrodita

Paul iba mirándonos a todos, tratando de descifrar la expresión que teníamos en la cara. Al final, se presentó él mismo.

Poseidón tenía una mirada divertida

Hola, soy Paul Blofis.

Poseidón arqueó las cejas mientras se estrechaban la mano.

— ¿Besugoflis, ha dicho?

Percy y Poseidón se sonrieron

-Inmaduro- murmuró Zeus

Eh, no, Blofis.

Ah, vaya —replicó mi padre—. Lástima. A mí el besugo me gusta bastante. Yo soy Poseidón.

-Eso suena muy extraño- dijeron Leo y Apolo al unísono

-¿Que es el besugo?- preguntó Connor

-es un pez- dijo Poseidón

Atenea rodó los ojos -También se usa como un insulto, es como tonto

-pero por supuesto yo hablaba del pez- dijo Poseidón

— ¿Poseidón? Un nombre interesante.

Sí, no está mal. He tenido otros nombres, pero prefiero Poseidón.

Como el dios del mar.

Justamente, sí.

— ¡Bueno! —Intervino mi madre—. Humm, nos encanta que hayas podido pasarte.

Paul, éste es el padre de Percy.

-Que incómodo- murmuró Will

Ah. —Paul asintió, aunque no parecía muy complacido—. Ya veo.

Poseidón me sonrió.

Aquí está mi chico. Y Tyson. ¡Hola, hijo!

-esto se pone cada vez más interesante- dijo Afrodita

— ¡Papá! —Tyson cruzó el salón dando saltos y le dio a Poseidón un gran abrazo. A punto estuvo de tirarle la gorra.

Paul se quedó boquiabierto. Miró a mi madre.

Tyson es...

No es mío —le aseguró ella—. Es una larga historia.

-vaya Poseidón, fuiste a darle el toque a esa fiesta- dijo Hermes

-Creí que nadie podría ser más imprudente que tu hijo- murmuró Hades

-Era su cumpleaños- dijo Poseidón

No podía perderme el decimoquinto cumpleaños de Percy —dijo Poseidón—. ¡Si esto fuera Esparta, Percy se convertiría hoy en un hombre!

-Gracias, pero no- murmuró Percy

-y también gracias porque no estamos en Esparta- dijo Leo

Cierto —convino Paul—. Yo antes enseñaba historia antigua.

Los ojos de Poseidón centellearon de nuevo.

Eso es lo que yo soy. Historia antigua.

-Tú y tus chistes malos- dijo Hades

-Se está haciendo el importante porque está Sally- bromeó Apolo

-Por supuesto que no- dijo Poseidón

-La verdad fue un poco divertido- dijo Percy -la cara de Paul

Sally, Paul, Tyson... ¿os importaría si me llevo un momentito a Percy?

-Es su fiesta y todos se lo llevan- dijo Hazel

-Típico.- dijo Percy

Me rodeó con un brazo y me arrastró a la cocina.

Una vez solos, su sonrisa de desvaneció.

— ¿Estás bien, muchacho?

Sí. Perfectamente, supongo.

He oído muchas cosas —dijo Poseidón—. Pero quería oírlo de tus labios. Cuéntamelo todo.

-¿alguien más se imaginó a Poseidón con gafas y porte de psicólogo?- preguntó Apolo

-Mejor cállate- dijo Artemisa

Así lo hice. Fue un poco desconcertante, porque él me escuchaba atentamente. No me quitaba los ojos de encima. Su expresión no cambió mientras estuve hablando. Cuando concluí, asintió lentamente.

O sea, que Cronos realmente ha vuelto. No pasará mucho antes de que tengamos una guerra total.

-con lo mucho que nos gustan las guerras- dijo Hazel

-Sales con un hijo del dios de la guerra- mencionó Bianca

Hazel se sonrojó -No es lo mismo

-Por supuesto que no- dijo Chris -ellos son peores- bromeó y recibió un golpe de Clarisse

— ¿Y Luke? —le pregunté—. ¿Realmente ya no existe?

No lo sé, Percy. Es algo de verdad inquietante.

Pero su cuerpo es mortal. ¿No podrías destruirlo?

-Es una pregunta justa- dijo Poseidón -pero no creo que sea posible

Poseidón parecía agitado.

Mortal, tal vez. Pero hay algo distinto en Luke, muchacho. No sé cómo habrá sido preparado para albergar el alma del titán, pero matarlo no va a ser fácil.

-Que sorpresa que no sepan algo- murmuró Atenea

Y no obstante, me temo que debe morir si queremos mandar a Cronos otra vez al abismo. Debo pensar en todo ello. Por desgracia, yo también tengo mis propios problemas.

-no puede ser- masculló Poseidón

-Al parecer, el plan es divide y vencerás- dijo Atenea

-Aunque lo sea, no puedo dejar que destruyan mi palacio- dijo Poseidón

Recordé lo que me había dicho Tyson al empezar el verano.

— ¿Los antiguos dioses del mar?

En efecto. Los combates han empezado antes para mí. De hecho, no puedo quedarme mucho tiempo, Percy. El océano está en guerra consigo mismo. Es lo único que puedo hacer para impedir que los tifones y los huracanes destruyan el mundo en la superficie. La lucha es muy intensa.

-Por supuesto, querrán recuperar su poder- masculló Poseidón -como si todo lo demás no fuera suficiente

Deja que baje contigo —le pedí—. Déjame echar una mano.

Poseidón sonrió, entornando los ojos.

Todavía no, muchacho. Intuyo que van a necesitarte aquí. Lo cual me recuerda... —Sacó un dólar de arena (un caparazón plano y redondo de erizo) y me lo puso en la mano—. Tu regalo de cumpleaños. Gástalo con tino.

-¿Un dólar de arena?- preguntó Connor

-Es un buen regalo- dijo Hermes

-¿cómo te gastas un dólar de arena?- preguntó Frank

-Pues vas a una tienda de arena- dijo Leo

Frank lo miró con los ojos entrecerrados

Eh... ¿gastarme un dólar de arena?

Claro. En mis tiempos, podías comprar un montón de cosas con uno de éstos. Creo que descubrirás que aún tiene un gran valor si lo utilizas en la situación adecuada.

— ¿Qué situación?

Cuando llegue el momento lo sabrás.

-Fue algo muy útil- dijo Percy -gracias

Apreté el dólar de arena entre mis dedos. Pero aún había algo que me preocupaba.

Papá, cuando estaba en el laberinto me encontré a Anteo. Y me dijo... bueno, que era tu hijo preferido.

-directo al punto- dijo Piper

Había decorado su pista de combate con calaveras y...

Me las había dedicado a mí —intervino Poseidón, completando mi pensamiento —. Y te preguntas ahora cómo es posible que alguien pueda hacer algo horrible en mi nombre.

-La verdad es que sí fue algo bastante extraño- dijo Connor

-y aterrador- dijo Travis

Asentí, incómodo.

Poseidón me puso su mano curtida en el hombro.

Percy, los seres inferiores hacen muchas cosas horribles en nombre de los dioses. Lo cual no significa que los dioses estén de acuerdo. Lo que nuestros hijos e hijas hacen en nuestro nombre... suele decir más de ellos que de nosotros. Y tú, Percy, eres mi hijo favorito.

Percy se sonrojó, Hestia les sonrió

-Sorpresa, para los que aún no se habían dado cuenta- dijo Hermes

-Era bastante obvio, tanto en los libros como aquí- dijo Deméter

-todos nos dimos cuenta- asintió Apolo

-Son adorables- dijo Afrodita

-Ridículos- masculló Zeus

Artemisa le dedicó una pequeñísima sonrisa cuando leyó lo siguiente

Me sonrió y yo sentí en ese momento que estar allí con él, en la cocina, era el mejor regalo de cumpleaños que había recibido nunca.

-awwww, eres un chico tan mono- chilló Afrodita

-Una verdadera lindura- dijo Perséfone

Poseidón le sonrió con calidez a su hijo

Entonces mi madre me llamó desde el salón.

— ¿Percy? ¡Las velas se están derritiendo!

-Corre, antes de que tengas otra misión- murmuró Bianca

Será mejor que vayas —dijo Poseidón—. Pero hay una última cosa que debes saber, Percy. Ese incidente en el monte Saint Helens...

-Estuvo increíble- dijo Apolo

-Casi muere- comentó Artemisa

Por un instante creí que se refería al beso que Annabeth me había dado y me ruboricé,

Justo como en la sala

Poseidón rió -Admito que nunca pensé que uno de mis hijos saldría con una hija de Atenea...

-Menos yo- masculló Atenea

-...Pero esa no es mi área- concluyó Poseidón

pero enseguida comprendí que hablaba de algo mucho más importante.

-¿O sea que el beso no fue importante?- preguntó Connor inocentemente

-claro que lo fue- dijo Percy -y dije "más"

-Lo hiciste- dijo Annabeth con una sonrisa divertida

Las erupciones continúan —prosiguió—. Tifón está despertando. Es muy probable que pronto, en unos meses tal vez, en un año como máximo, logre liberarse de sus ataduras.

-Como si el mocoso no hubiera traído ya suficientes problemas- masculló Zeus

-Habría pasado de cualquier forma y está tratando de arreglar los problemas- dijo Poseidón

Luke se removió incómodo

Lo siento —dije—. No pretendía... Poseidón alzó la mano.

No es culpa tuya, Percy. Habría ocurrido igual tarde o temprano, ahora que Cronos está reanimando a los monstruos antiguos.

-No podíamos esperar que él no fuera reanimado- dijo Poseidón

-Utilizará todo en nuestra contra- asintió Artemisa

Pero mantente alerta. Si Tifón despierta... será algo muy distinto de lo que has afrontado hasta ahora. La primera vez que apareció, todas las fuerzas unidas del Olimpo apenas bastaron para combatirlo.

-Y ahora vuelve al juego- murmuró Hermes

Y cuando despierte de nuevo, vendrá aquí, a Nueva York. Irá directamente al Olimpo.

Ése era el tipo de noticia maravillosa que deseaba recibir el día de mi cumpleaños...

-Era tu segundo regalo- dijo Leo

-Me encantó- dijo Percy con sarcasmo

-supongo que tuve buenos motivos para decírtelo ese día- comentó Poseidón

Pero Poseidón me dio unas palmaditas en la espalda, como si no hubiera que preocuparse.

He de irme. Disfruta del pastel.

-yo sí lo disfruté- dijo Tyson

-También yo, grandullón- dijo Percy

Y sin más, se convirtió en niebla y una cálida brisa oceánica se lo llevó por la ventana.

-Salida triunfal- dijo Apolo

Resultó un poco difícil convencer a Paul de que Poseidón había bajado por la escalera de incendios, pero como es imposible que la gente se desvanezca en el aire, no le quedó más remedio que creérselo.

-Pobre hombre- murmuró Hestia

-Por eso lo hiciste ¿No?- bromeó Apolo

-Claro que no- dijo Poseidón

Comimos pastel azul y helado hasta hartarnos. Luego jugamos a un montón de juegos tontorrones, tipo Monopoly, acertijos y tal.

-A mí me gustan esos juegos- dijo Rachel

-A nosotros igual- comentaron los Stoll

Tyson no captaba los juegos de mímica. No paraba de gritar la palabra que debía representar con gestos.

-Lo siento- dijo Tyson -ese juego no me gustó

En cambio, el Monopoly se le daba muy bien. A mí me tumbó en las primeras cinco vueltas y luego empezó a dejar en bancarrota a mamá y a Paul.

-Así se hace- dijo Hermes

-Con un buen entrenamiento podríamos hacer eso con dinero real- dijo Connor

Los dejé jugando y me fui a mi habitación.

Puse sobre la cómoda un pedazo de pastel azul intacto.

-Eso es lo más raro que hemos leído- bromeó Rachel

Me saqué mi collar del Campamento Mestizo y lo coloqué en el alféizar de la ventana. Tenía tres cuentas que representaban mis tres veranos en el campamento: un tridente, el Vellocino de Oro y el último, un intrincado laberinto,

-Desde que llegaste los diseños han estado más geniales- dijo Connor

-Aunque también nos has dado muchos problemas- bromeó Travis

-Y lo dicen los chicos más problemáticos del campamento- dijo Percy

símbolo de la Batalla del Laberinto, como los campistas habían empezado a llamarla. Me pregunté cuál sería la cuenta del año siguiente, si es que todavía estaba en condiciones de conseguirla. Y si el campamento sobrevivía tanto tiempo.

-Y por supuesto, era el momento para pensamientos deprimentes- dijo Jason

-Siempre es un buen momento para esos pensamientos- bromeó Percy

-Y me regañan por eso- masculló Nico

Miré el teléfono que tenía junto a la cama. Pensé en llamar a Rachel Elizabeth Dare. Mi madre me había preguntado si quería invitar a alguien más aquella tarde y yo había pensado en ella, pero no la había llamado.

-Vaya, gracias- murmuró Rachel

Percy se sonrojó -Lo siento

No sé por qué. La mera idea casi me ponía tan nervioso como pensar en una puerta del laberinto.

-Sería una lástima que Annabeth se enterara de eso... Oh, espera... - dijo Travis con una sonrisa burlona

Annabeth rodó los ojos, mientras Percy se rascaba la cabeza con nerviosismo

Me palpé los bolsillos y los vacié: Contracorriente, un pañuelo de papel, la llave del apartamento. Luego me palpé el bolsillo de la camisa y noté un bulto. No me había dado cuenta, pero llevaba la camisa blanca de algodón que me había dado Calipso en Ogigia.

-diablos Percy, llevas cosas de todas las chicas a las que les gustas, vas a hacer como tu álbum- dijo Connor

-Por los dioses, cállense- dijo Percy al ver a las chicas sonrojadas y a Leo haciendo una mueca

Saqué un paquete de tela, lo desenvolví y hallé el ramito de lazo de luna. Era diminuto y se había marchitado después de dos meses, pero todavía percibí el leve aroma del jardín encantado. Aquello me entristeció.

-Por favor no digan nada- murmuró Percy

Los Stoll sonrieron con inocencia

Recordé la última petición que me había hecho Calipso: «Planta por mí un jardín en Manhattan, ¿de acuerdo?» Abrí la ventana y salí a la escalera de incendios.

Calipso estaba sonrojada y se le veía bastante incómoda

Mi madre tenía allí una maceta. En primavera sembraba flores, pero ahora sólo contenía tierra. La noche estaba despejada. La luna llena iluminaba la calle Ochenta y dos. Planté la ramita seca de lazo de luna en la tierra y la rocié con un poco de néctar de mi cantimplora.

-Gracias.- murmuró Calipso

-De nada- dijo Percy sonrojado

-Esto es tan divertido- dijeron los Stoll recibiendo miradas asesinas de Percy, Annabeth, Calipso y Leo

-Estoy de acuerdo- dijo Afrodita

Al principio, no pasó nada.

Luego, mientras seguía mirando, brotó una plantita plateada: un retoño de lazo de luna que fulguraba en la cálida noche de verano.

-el lazo de luna es una planta hermosa- dijo Perséfone

Bonita planta —comentó una voz.

Di un respingo. Nico di Angelo estaba a mi lado, en la escalera de incendios, como salido de la nada.

-Se suma a la diversión- gritó Connor

-ay no- masculló Hades

Perdona —se disculpó—. No pretendía asustarte.

No... Está bien. O sea... ¿qué haces aquí?

-Que acosador- dijo Thalia ¿Tomaste clases con Annabeth?

-No lo estaba acosando- dijeron Annabeth y Nico al mismo tiempo

-Creo recordar un capítulo donde lo observabas por la ventana- dijo Piper

Había crecido un par de centímetros en los dos últimos meses y llevaba el pelo oscuro completamente desgreñado. Iba con una camiseta negra, vaqueros negros y se había puesto un anillo de plata nuevo en forma de calavera. La espada de hierro estigio le colgaba del cinto.

-Te verías increíble con algo más de color- chilló Afrodita

Nico hizo una mueca de horror -No gracias

-Mamá...- murmuró Piper

-De acuerdo de acuerdo, nada de color- dijo Afrodita

He estado investigando un poco —dijo— y he pensado que te gustaría saberlo: Dédalo ha recibido su castigo.

— ¿Lo has visto?

Nico asintió.

Minos quería hervirlo durante toda la eternidad en una olla de queso fundido,

-Que horror- murmuró Hazel

-No se puede salir con la suya- dijo Perséfone

pero mi padre tenía una idea distinta. Dédalo se dedicará hasta el fin de los tiempos a construir pasos elevados y rampas de salida en los Campos de Asfódelos. Servirá para descongestionar un poco el tráfico.

-Esa es una idea bastante buena- dijo Hades -hay demasiadas almas y todo es un caos

-además de dedicará a hacer algo que le gustaba... Construir- dijo Hefesto

-Es justo- dijo Deméter

En realidad, me parece que el viejo se ha quedado bastante contento. Podrá seguir construyendo y creando. Y puede ver a su hijo y a Perdix durante los fines de semana.

Está muy bien.

-al final resultó bastante bien para él- murmuró Atenea

Nico dio unos golpecitos a su anillo de plata.

Pero no he venido por eso, a decir verdad. He descubierto algunas cosas. Quiero hacerte una oferta.

-Nico...- dijo Travis con una sonrisa burlonas -quien lo diría

Nico se sonrojó -¿Que está mal con ustedes?- masculló

— ¿Cuál?

El método para derrotar a Luke —me dijo—. Si no me equivoco, es la única manera de que tengas alguna posibilidad.

Percy suspiró

-¿Qué clase de método?- preguntó Poseidón con una mueca

-Uno no muy divertido- murmuró Percy

-Pero funcionó- dijo Nico

-Creo que pronto lo sabrán- dijo Percy

Inspiré hondo.

Vale. Te escucho.

Nico echó un vistazo al interior de mi habitación y frunció el ceño.

— ¿Eso no es... pastel azul de cumpleaños?

-El pastel de cumpleaños azul es raro- se defendió Nico ante las miradas

Parecía hambriento, tal vez algo triste. Me pregunté si el pobre chico habría celebrado alguna vez una fiesta de cumpleaños, o si lo habrían invitado a alguna.

-Pues no sé Percy, tal vez si los chicos del Casino Lotus tuvieran noción del tiempo...- murmuró Nico

-Vale, lo siento- dijo Percy

Nico suspiró

Entra. Hay pastel y helado —le invité—. Me parece que tenemos mucho de que hablar.

-Así que tú solo, él solo y la habitación sola...- dijo Connor

-Basta- dijo Will

-Se van a arrepentir Stoll- masculló Nico

-Fin del capítulo y libro- anunció Artemisa

-Yo quiero saber ese método- dijo Poseidón

-Estoy segura que lo sabremos- dijo Hestia

-Por fin acabamos- dijo Percy -es una buena noticia porque esto es muy incómodo y además me muero de hambre

-También yo- dijo Leo

-Y nosotros- dijeron lo Stoll

-De acuerdo, chicos vayan a comer- dijo Hestia - pronto seguiremos con el próximo libro...