PIPER XXVII, XXVIII
Piper
—Fin del capítulo— dijo Piper —¿Quién quiere leer?
—Yo— dijo Percy alzando la mano
—Creí que tú no querías leer— comentó Piper
—No desde mi punto de vista, aquí sí quiero— argumentó Percy
—De acuerdo— Piper le pasó el libro
—Capítulo veintisiete, Piper— leyó Percy
Piper quería echar a correr al ascensor. Su segunda opción era atacar a aquella princesa tan rara entonces, pues estaba segura de que se avecinaba un enfrentamiento.
—Pero sería muy mala decisión— señaló Apolo
—Aunque no creo que el enfrentamiento no vaya a ser una opción— comentó Artemisa
—Sí, pero más adelante— dijo Apolo —no puede haber un enfrentamiento tan pronto
La forma en que le había brillado la cara cuando había oído el nombre de Jason había sido bastante inquietante.
—Nos lo podemos imaginar— dijo Hermes
—Y también por eso nos podemos imaginar que no va a ser fácil que los deje ir— señaló Perséfone
—Nos gustan los retos— dijo Leo con una sonrisa
En ese momento Su Alteza estaba sonriendo como si no hubiera pasado nada, y no parecía que Jason y Leo creyeran que pasaba algo.
Jason y Leo sonrieron con un poco de vergüenza
La princesa señaló el mostrador de cosméticos.
—¿Empezamos por las pociones?
—Estupendo —dijo Jason.
—Sí, suena súper cool ir por pociones— dijo Connor
—Obviamente sí, todos quisiéramos ir por pociones— dijo Travis
—Claro que sí, es una experiencia inolvidable— comentó Leo —aunque tienes que encontrar la tienda adecuada
—Chicos —interrumpió Piper—, hemos venido a por los espíritus de la tormenta y el entrenador Hedge. Si esta… princesa… es realmente nuestra amiga…
—Nos dejará ir en paz— completó Percy —sí, eso casi no pasa
—¿Por qué no nos podemos encontrar con una villana buena?— preguntó Leo
—¿Por qué así no sería una villana?— preguntó Esperanza con confusión
—Obviamente Leo— dijo Percy negando con la cabeza —dioses
—Lo siento, pregunta tonta— comentó Leo riendo
—Oh, soy más que una amiga, querida —dijo Su Alteza—. Soy una dependienta —sus diamantes relucían, y los ojos le brillaban como los de una serpiente: fríos y oscuros—.
—Buena manera de describirla— dijo Apolo
—¿Pero qué culpa tienen las serpientes?— dijo Leo —esa no es una pregunta tonta
—Es una pregunta muy razonable… Que yo también iba a hacer— añadió Esperanza
—Lo siento, esta vez te he ganado— dijo Leo con una sonrisa
No te preocupes. Bajaremos a la primera planta, ¿vale?
Leo asintió, entusiasmado.
—¡Sí, claro! Nos parece bien, ¿verdad, Piper?
—Ups— murmuró Leo
—No, no nos parece bien— dijo Piper
—Sonaba como una aventura divertida— comentó Leo
—Claro que sí— suspiró Piper
Piper se esforzó por fulminarlo con la mirada: « ¡No, no está bien!» .
—Claro que sí —Su Alteza posó las manos en los hombros de Leo y Jason, y los llevó a la sección de cosméticos—.
—Cosméticos muy buenos y a buen precio— dijo Leo
—Qué excelente tienda— bromeó Miranda
—El lugar donde encontrarán de todo un poco— señaló Leo
—Y vaya que de TODO— dijo Jason
Venid, chicos.
A Piper no le quedó más remedio que seguirlos.
—Puedes abandonarlos— señaló Dionisio
—No, no puede— dijo Zeus
—Bueno, tecnicamente ella puede hacerlo— accedió Apolo —que o deba es otra cosa
Zeus le dio una mirada asesina
Detestaba los grandes almacenes, principalmente porque la habían pillado robando en varios.
—Necesitas muchas lecciones— dijo Travis negando con la cabeza
—Que con gusto te podemos dar— comentó Connor
—A cambio de un precio justo— añadió Travis
—Eso de los precios justos nunca sale bien— comentó Piper con una mueca
—Pero nosotros sí tenemos un precio justo— dijo Connor
—Sí como que robes un carro para ellos o algo así— señaló Miranda
Bueno, no la habían pillado exactamente, y tampoco robando. Había convencido a los dependientes para que le regalaran ordenadores, botas nuevas, un anillo de oro
—Tú no te andas por las ramas— comentó Connor riendo
—Si vas a robar, hay que hacerlo en grande— dijo Travis —ese siempre ha sido mi lema
—Ese lema me gusta— dijo Hermes
—Ese lema es horrible— añadió Deméter dándole una mala mirada a Travis
—Estás viendo que no le caes bien y dices que ese es tu lema— susurró Katie a su novio, tratando de no reírse
—Kat, es un muy buen lema— susurró Travis de vuelta
y en una ocasión incluso una cortadora de césped, aunque no tenía ni idea de para qué la quería.
—La podrías vender— sugirió Leo
—Obviamente, eso sería una buena decisión— dijo Connor
—Lo siento, no se me ocurrió esa opción— dijo Piper encogiéndose de hombros
Nunca se quedaba con ninguna de esas cosas. Solo lo hacía para llamar la atención de su padre.
—Y recuerden niños, así no es como se debe llamar la atención— dijo Travis
—Acabas de decir que hay que robar en grande— señaló Miranda
—Sí, pero para ser rico, no para llamar la atención— argumentó Travis
—Ese es un increíble argumento— dijo Katie con sarcasmo
—Lo sé— dijo Travis con una sonrisa
Normalmente, convencía al repartidor de UPS para que se llevara otra vez las cosas. Pero, claro, los dependientes a los que embaucaba siempre entraban en razón y llamaban a la policía, que acababa localizándola.
—¿Y si les dijeras que te olvidaran?— preguntó Connor
—Nunca había pensado en esa posibilidad— dijo Piper sorprendida
—Podrías decirles que luego de que te vayas olviden que te han visto— asintió Connor
—Pero sigue el gran problema de las cámaras de seguridad— señaló Piper
—Le dices a uno de los empleados que vaya y borre las grabaciones— dijo Connor con tono triunfal
—Siento que están planeando robar un banco o algo así— dijo Percy
—Tal vez lo estemos— dijo Connor encogiéndose de hombros
El caso es que no le entusiasmaba volver a estar en unos grandes almacenes, y menos aún en unos regentados por una princesa loca que brillaba en la oscuridad.
—Y menos si creen que es una "amiga"— señaló Piper
Jason y Leo sonrieron
—Y aquí está el mejor surtido de pócimas mágicas que se puede encontrar.
El mostrador estaba repleto de vasos de precipitación burbujeantes y ampollas humeantes apoyadas en trípodes
—No necesitaba ningún letrero de "No tocar"— dijo Leo
—Se entendía perfectamente que no se debía tocar— asintió Jason
—Bueno, porque no les dio la orden de tocarlo— señaló Apolo
—sí, creo que fue por eso— afirmó Leo
. Los expositores estaban llenos de frascos de cristal, algunos con forma de cisnes o dispensadores con silueta de oso.
—Para darle más elegancia— dijo Katie
—Claro, no puede ser una tienda de élite si no hay elegancia— dijo Miranda
—Tienda VIP— dijo Piper riendo
—Un toque único y sofisticado— comentó Leo
Dentro había líquidos de todos los colores, de un blanco reluciente a un tono moteado. Y los olores… ¡Uf! Algunos olían bien, a galletas recién horneadas o rosas,
—Aún así no creo que sean para cosas buenas— comentó Rachel
—Y aunque lo fueran, nada de esa tienda va a ser gratis— dijo Reyna
pero otros estaban mezclados con aromas de neumático quemado, orina de mofeta y taquilla de gimnasio.
—Aún peor— señaló Miranda
—Siempre hay cosas aún peores— asintió Piper
La princesa señaló un frasco de color rojo sangre: un sencillo tubo de ensayo con tapón de corcho.
—Este cura cualquier enfermedad
—Deme 1000— dijo Travis
—¿No estás escuchando que nada va a ser gratis?— preguntó Chris
—Es gratis si lo robas— señaló Travis
Chris hizo una mueca —No tengo argumento para eso
—¿Incluso el cáncer? —preguntó Leo—. ¿La lepra? ¿Los padrastros?
—Cualquier enfermedad, encanto.
—Cualquier enfermedad es cualquier enfermedad— dijo Connor
—Gracias por la aclaración— dijo Leo
—De nada, cuando quieras— comentó Connor riendo
Y este frasco —señaló un recipiente con forma de cisne que contenía un líquido azul— mata a una persona de forma muy dolorosa.
—Color rojo bueno, azul malo— bromeó Katie
—Nooo, eso no me gusta— se quejó Percy —el color azul es bueno, el rojo es el color de la maldad
—Bueno, en algunas culturas eso era cierto— dijo Apolo —una vez conocí a un tipo que…
—Apolo— dijo Artemisa en tono de advertencia
—Como iba diciendo, Percy tiene razón el rojo es el color de la maldad— dijo Apolo
—Tus vacas son rojas— señaló Hermes
—Hay excepciones en cuanto a la maldad del color rojo— comentó Apolo
—Lo importante de todo esto es que el color rojo es malo— dijo Percy —el color azul no
—Alucinante —dijo Jason.
Su voz tenía un tono aturdido y soñoliento.
—Jason —dijo Piper—, tenemos trabajo pendiente, ¿recuerdas?
—No, siguiente pregunta— dijo Leo
Piper rodó los ojos
Intentó infundir convicción a sus palabras, sacarlo del trance en el que estaba mediante la embrujahabla, pero su voz le sonaba temblorosa incluso a ella.
Piper bufó
—Bueno, es lógico con ella ahí— dijo Hermes
—Lo bueno es que eres hija de Afrodita y no te afecta tanto como a ellos— comentó Perséfone
—Sí, habría sido muy malo que ninguno de los tres supiera lo que estaba pasando— dijo Deméter
La princesa la asustaba demasiado, hacía que su seguridad se viniera abajo, como se había sentido en la cabaña de Afrodita con Drew.
—Drew hace sentir a todo el mundo así— señaló Miranda
—Incluso a los de la cabaña— asintió Piper
—Trabajo pendiente —murmuró Jason—. Claro. Pero vamos a comprar primero, ¿vale?
—Estas personas que no hacen caso cuando les advierten que algo está mal— dijo Percy negando con la cabeza
—A veces hay personas así— comentó Grover
Annabeth les dio una mirada irónica —Y que lo digan
Percy sonrió con inocencia
La princesa le sonrió.
—También tenemos pociones para resistir el fuego…
—Eso ya está resuelto —dijo Leo.
—Es secreto, recuérdalo— dijo Connor
—Ya no era tan secreto— señaló Leo
—Pero era secreto para ella— dijo Percy
—Ah, ¿sí? —La princesa examinó la cara de Leo más detenidamente—. No parece que lleves mi protector solar exclusivo, pero no importa.
—Es que debemos admitir que su protector solar sí funciona— dijo Hermes
—Aunque ninguno de nosotros sabe cómo le hizo exactamente para saber que sí funcionaba y venderlo al público— comentó Apolo —era un poco psicópata
—¿Un poco?— dijo Hermes
También tenemos pociones que provocan ceguera, locura, sueño o…
—Esperad —Piper seguía mirando el frasco rojo—. ¿Podría curar esa poción la pérdida de memoria?
—Aunque pudiera, no les conviene hacer ningún tipo de trato con ella— comentó Artemisa
Piper hizo una mueca
La princesa entornó los ojos.
—Es posible. Sí. Es muy posible. ¿Por qué, querida? ¿Has olvidado algo importante?
—¿Cómo vas a saber si has olvidado algo importante?— preguntó Frank
—Si lo olvidaste es que no era algo importante— señaló Leo
—Estoy en desacuerdo con eso— dijo Jason
—Con razón te olvidaron en la escuela, Esperanza— dijo Bianca riendo
Esperanza soltó un gritito indignado mientras sus amigos se reían
—Los odio— dijo Esperanza a sus amigos, lo que sólo provocó más risas
—Cuéntanos pequeña Esperanza ¿Quién te abandonó en la escuela?— preguntó Travis
—Fue un accidente— dijo Esperanza sonrojada, pero miró indiscretamente a Leo
—Leo, tienes que dar muchas explicaciones— dijo Piper tratando de no reír
—Retiro lo que dije antes de todo esto, es perfectamente normal que alguien olvide las cosas por más importantes que sean— comentó Leo
Calipso negó con la cabeza
—Dioses Leo— dijo Rachel
—Cuanto este capítulo acabe necesitamos saber esa historia— dijo Travis — por favor
Esperanza se sonrojó, pero asintió
Piper procuró mantener una expresión neutra, pero si ese frasco podía curar la memoria de Jason…
Se preguntaba si de veras lo quería.
—Uhhhh— corearon Leo, Percy y los Stoll
Piper se sonrojó, Jason frunció el ceño
Si Jason descubría quién era, quizá ni siquiera fuese amigo suyo. Hera le había arrebatado los recuerdos por algún motivo.
—Tiene un punto— asintió Apolo
—Un punto muy razonable— dijo Annabeth
—Gracias— dijo Piper
Le había dicho que era la única forma de que sobreviviera en el Campamento Mestizo. ¿Y si Jason descubría que era el enemigo de ellos o algo por el estilo?
—Bueno, no quiero dar spoilers, pero...— comenzó Travis
—Pues no los des— interrumpió Katie
—¿En serio vamos a considerar eso un spoiler?— preguntó Connor
—Sí— dijo Apolo
Podría salir de su amnesia y decidir que odiaba a Piper. Podría tener una novia en el lugar del que venía.
—Dioses Piper— dijo Percy
—Otra que tiene perfectamente ordenadas sus prioridades— dijo Leo negando con la cabeza
—Nos acaban de decir que abandonaste a Esperanza en la escuela— señaló Chris
—Eso hermano, únete a nosotros— gritaron los Stoll
Leo se sonrojó —Pero eso no ha pasado
—Para ella sí— dijo Chris riendo
—El punto aquí era que a Piper le preocupa que Jason tenga novia— dijo Leo
—No, no, no cambies de tema— dijo Piper riendo
Daba igual, decidió, lo cual le sorprendió bastante.
Jason siempre parecía muy angustiado cuando intentaba recordar algo. Piper no soportaba verlo así.
—Awwwww— chillaron los Stoll
Piper y Jason se sonrojaron furiosamente
Quería ayudarle porque él le importaba, aunque eso significara arriesgarse a perderlo.
—Es una frase muy inspiradora— dijo Apolo
—Sí, te inspira a hacerte bolita y llorar— bromeó Miranda
—Pero inspiradora al final de cuentas— dijo Katie con una sonrisa
Y tal vez eso hiciera que aquella visita a los grandes almacenes de Su Demencia mereciera la pena.
—¿Cuánto vale? —preguntó Piper
—Ese va a ser el problema— comentó Perséfone
—Nunca es fácil hacer buenos negocios— dijo Hermes
La princesa tenía una mirada ausente en los ojos.
—Vamos a ver… El precio siempre es complicado. Me encanta ayudar a la gente. De verdad.
—Sí, es muy bondadosa— comentó Hera con desdén
—Si le encantara ayudar a la gente, te daría el frasco gratis— dijo Hazel
—Creo que nada más lo decía por compromiso— dijo Piper
Y siempre intento mantener mis artículos de ocasión, pero a veces la gente quiere engañarme —su mirada se desvió a Jason—.
—Ya deberían correr— dijo Katie
—Pero Jason y Leo no lo harán— dijo Rachel
—Jason y Leo no quería correr todavía— comentó Leo con una sonrisa
Una vez, por ejemplo, conocí a un joven guapo que quería un tesoro del reino de mi padre. Hicimos un trato, y le prometí ayudarle a robarlo.
—¿A su propio padre?
—No, al otro padre— dijo Percy
—Ah bueno, muchas gracias por la información— dijo Leo
—De nada— dijo Percy riendo
Daba la impresión de que Jason seguía medio en trance, pero la idea parecía preocuparle.
—Es un poco preocupante— comentó Jason
—¿Un poco?— preguntó Piper
—Un poco— asintió Leo —ya que estábamos bajo su hechizo malvado
—Oh, no te preocupes —dijo la princesa—. Pedí un precio elevado. El joven tenía que llevarme con él. Era muy guapo, apuesto, fuerte…
—Lo era— asintió Apolo
—Por supuesto que lo era, no puedo decir que tuviera mal gusto— comentó Afrodita
—Miró a Piper—. Seguro que tú entiendes que una pueda sentirse atraída por un héroe así y quiera ayudarle, querida.
—Uy, te pillaron— dijo Travis
—Descubriendo los secretos más profundos de Piper— dijo Leo
—Perfecto— masculló Piper
Piper trató de controlar sus emociones, pero probablemente se ruborizó. Tenía la extraña sensación de que la princesa podía leerle el pensamiento.
—O solo es muy observadora— señaló Miranda
—O te lee la mente— dijo Connor —a mí ciertamente me gustaría leer la mente
—Técnicamente Percy está leyendo la mente de Piper— dijo Rachel
—¡Oh por los dioses!— gritó Connor
—Definitivamente no me gusta que me lean la mente— dijo Piper
—Te comprendo, pero de todos modos voy a seguir la lectura— bromeó Percy
Además, la historia de la princesa le resultaba inquietantemente familiar. Fragmentos de antiguos mitos que había leído con su padre empezaron a juntarse, pero aquella mujer no podía ser la misma en la que estaba pensando.
—Siempre son los mismos— dijo Percy con una mueca
—Pero al menos ya los conocen— señaló Hermes
—Pero no nos gusta conocerlos— dijo Leo con una mueca
—En todo caso —continuó Su Alteza—, mi héroe tenía que hacer muchas tareas imposibles, y no alardeo si digo que no las podría haber hecho sin mí.
—Eso es cierto— señaló Artemisa
Hera hizo una mueca desdeñosa
Traicioné a mi familia para conseguirle al héroe su premio. Y sin embargo, me estafó.
—¿Estafó?
—El estafador, resultó estafado— señaló Apolo
Jason frunció el entrecejo, como si estuviera intentando acordarse de algo importante.
—Qué mal rollo —dijo Leo.
—Que triste, pero eso solo lo hace peor— dijo Hermes
—Y esa no es la peor parte de la historia— comentó Deméter
—cierto, se pone más violento y sanguinario— dijo Apolo
Su Alteza le acarició la mejilla cariñosamente.
—Seguro que tú no tienes que preocuparte, Leo. Pareces honrado. Tú siempre pagarías un precio justo, ¿verdad?
—Claro— asintió Leo
—Entonces deberías empezar por pagarnos los 300 dracmas que aún nos debes— dijo Travis
—Pero ese no es un precio justo— se quejó Leo
—Está bien, puedes pagarnos con comida— dijo Connor
—Pero esta vez sí nos cocinas papas fritas— dijo Travis
—Si cocinas papas fritas para uno, cocinas papas fritas para todos— dijo Percy
—Mejor pago los 300 dracmas— comentó Leo
—Ya son 600, por los intereses— dijo Connor
—Estoy tan orgulloso de ellos— dijo Hermes riendo
Leo asintió con la cabeza.
—¿Qué estábamos comprando? Me quedaré dos.
—Bueno, Su Alteza, con respecto al frasco…, ¿cuánto vale? —lo interrumpió Piper.
—Ojalá también valiera unas papas fritas— dijo Percy
—No lo hacía— dijo Piper
La princesa evaluó la ropa de Piper, su cara y su postura, como si estuviera colocando la etiqueta del precio a un semidiós un poco usado.
—Creo que lo estaba haciendo— comentó Reyna
—Probablemente te podría en una jaula y te pondría un precio justo— comentó Miranda
—¿Ofrecerías algo por él, querida? —preguntó la princesa—. Intuyo que sí.
Las palabras de la princesa inundaron a Piper con la intensidad de una buena ola de surf.
—De esas que te tiran de la tabla— bromeó Piper
—Las mejores olas— dijo Rachel
La fuerza de la sugerencia casi la hizo levitar. Quería pagar cualquier precio. Quería decir que sí. Entonces se le revolvió el estómago. Se dio cuenta de que la estaba embrujahablando.
—Cruzate de brazos y dile "a mí no me vas a estar embrujahablando"— comentó Connor
—La verdad es que suena como una buena idea— añadió Miranda riendo
—Puedes agregar una o dos maldiciones por ahí y quedaría mucho mejor— dijo Leo
—Lo siento chicos, sus ideas grandiosas no se me ocurrieron— dijo Piper
Había percibido algo parecido no hacía mucho, cuando Drew había hablado en la fogata, pero aquello era mil veces más potente.
—Pues sí, ha tenido muchísimo tiempo para practicar— comentó Apolo
—Mientras que tú has tenido como dos días— dijo Frank
—Sí, porque antes que supieras del embrujahabla duraba muy poco el efecto— dijo Leo
No le extrañaba que sus amigos estuvieran aturdidos. ¿Era eso lo que la gente sentía cuando Piper embrujahablaba a alguien?
—Un poquito nada más— dijo Percy
—Solo se siente como una ola que te tira de la tabla y te estrella contra la orilla— dijo Leo
—Ah, entonces no se siente mucho— bromeó Piper
—Nah— dijeron Percy y Leo al mismo tiempo
Una sensación de culpabilidad se apoderó de ella.
Hizo acopio de toda su fuerza de voluntad.
—No, no pagaré cualquier precio.
—Bien hecho— dijo Reyna —quien sabe que cosas pueda poner como precio
—Definitivamente sí— dijo Piper
Pero un precio justo, tal vez. Y después tenemos que marcharnos, ¿verdad, chicos?
Por un instante, sus palabras parecieron surtir efecto.
—Instante que no duró mucho realmente— dijo Piper
—Por eso es "instante"— señaló Percy
—Obviamente Piper— dijo Leo rodando los ojos
Los chicos parecían confundidos.
—¿Marcharnos? —dijo Jason.
—¿Quieres decir… después de comprar? —preguntó Leo.
—Por supuesto, primero hay que comprar— dijo Connor
—Íbamos a esa tienda a comprar— asintió Leo
—Íbamos a esa tienda por los espíritus del viento— dijo Piper
—Pero también a comprar— dijo Leo encogiéndose de hombros
Piper tenía ganas de gritar, pero la princesa ladeó la cabeza, examinando a Piper con un nuevo respeto.
—Una oponente digna— comentó Hazel
—Los demás no somos dignos— dijo Leo llevando una mano a su corazón
—Nos dimos cuenta— bromeó Rachel
—Impresionante —dijo la princesa—. No hay muchas personas que puedan resistirse a mis sugerencias. ¿Eres hija de Afrodita, querida? Ah, sí…, debería haberme dado cuenta.
—Pues sí, desde que empezaste a hacer preguntas— señaló Rachel
—Creo que ese habría sido el momento idóneo para darse cuenta— asintió Piper
—Pero más vale tarde que nunca— dijo Zoé
—Eso es cierto, ahora ya sabrá que debe de tomar otro método contigo— añadió Reyna
Da igual. Tal vez debamos esperar un rato más antes de que decidáis lo que queréis comprar.
—Pero el frasco…
—Ay el frasco— se quejó Leo
—Pobre frasco— dijo Percy negando con la cabeza
—Bueno, chicos —la princesa se volvió hacia Jason y Leo. Su voz era mucho más convincente que la de Piper y estaba tan llena de seguridad que la chica no tuvo opción—.
—Es por eso que siempre lo digo, todo es cuestión de actitud— señaló Apolo
—Eso es cierto— dijo Afrodita —siempre debes demostrar confianza en lo que eres
¿Os gustaría ver más?
—Claro —dijo Jason.
—Vale —dijo Leo.
—Con todo el entusiasmo, chicos— dijo Miranda
—A nuestro pesar sí estábamos entusiasmados— dijo Jason
Leo asintió de acuerdo
—Excelente —comentó la princesa—. Necesitaréis toda la ayuda que podáis conseguir si queréis llegar al Área de la Bahía de San Francisco.
—Bueno, ya les dio otra pista— dijo Katie
—Aunque se las haya dado porque piensa que no van a salir de ahí— dijo Perséfone
—Al menos fue de ayuda— dijo Atenea
Piper se llevó la mano a la daga. Se acordó del sueño de la cima de la montaña: la escena que le había enseñado Encélado, un lugar que ella conocía, donde se suponía que iba a traicionar a sus amigos al cabo de dos días.
—Ay muchas gracias— comentó Leo
—Es súper divertido cuando te traicionan— dijo Travis con sarcasmo
—¿El Área de la Bahía? —dijo Piper—. ¿Por qué el Área de la Bahía?
La princesa sonrió.
—Bueno, es donde ellos van a morir, ¿no?
—Gracias, pero no gracias— dijo Leo
A continuación los llevó a las escaleras mecánicas, mientras Jason y Leo seguían entusiasmados por comprar.
—Es cuestión de prioridades— bromeó Percy
—Sí, ya nos dimos cuenta que las prioridades de Leo están muy bien ordenadas— dijo Miranda
—Por supuesto que sí, debe de estar muy bien ordenado— dijo Leo
Esperanza lo miró con incredulidad
—Creo que Esperanza no cree lo mismo— señaló Miranda
—Es que las personas se deben quedar más tiempo en la escuela para que aprendan más— dijo Leo
—¿Estuviste pensando esa respuesta todo el rato?— preguntó Piper riendo
—Sí— admitió Leo
—No si la escuela está cerrada— murmuró Esperanza
XXVIIIPiper
Piper arrinconó a la princesa mientras Jason y Leo iban a mirar los abrigos de piel vivos.
—Muy buenos abrigos— señaló Leo —para cuando gusten ir
—Gracias, prefiero robarlos de cualquier otro lado— dijo Connor
—Esto de acuerdo con mi hermano— dijo Travis
—¿Quiere que hagan compras antes de su muerte? —preguntó Piper.
—No lo podrían hacer después— comentó Connor —en el inframundo no hay tiendas ¿Cierto?
—Es un completo misterio— dijo Nico
—Hummm —la princesa quitó el polvo de una vitrina que contenía espadas —. Soy vidente, querida. Conozco tu secretillo. Pero no nos interesa detenernos en él, ¿verdad?
—No— masculló Piper
Los chicos se lo están pasando en grande.
Leo se echó a reír al probarse un gorro que parecía hecho de piel de mapache encantado.
—Era un bonito gorro—dijo Leo
—Pobre mapache— señaló Piper
—Pero combinaba con todo— dijo Leo
Su cola anillada se movía nerviosamente, y sus patitas se meneaban frenéticamente mientras Leo andaba.
—Sí suena como un gorro bonito— comentó Perséfone
—Suena algo tierno— admitió Katie —aunque no estoy segura de poder usar algo así
—Sería super extraño— dijo Miranda
Jason estaba mirando ávidamente la ropa deportiva masculina. ¿Los chicos interesados en comprar ropa? Una señal definitiva de que estaban bajo los efectos de un hechizo maligno.
—Oye, comprar ropa es muy divertido— comentó Travis —aunque no más que robarla, claro
—Por supuesto que sí— asintió Connor
Piper lanzó una mirada asesina a la princesa.
—¿Quién es usted?
—Ya te lo he dicho, querida. Soy la princesa de Colchis.
—Pues sí Piper, ya te había dicho— asintió Percy
—Sí, pero eso no ayudó en nada— dijo Piper
—¿Dónde está Colchis?
La expresión de la princesa se volvió un poco triste.
—Querrás decir dónde estaba.
—Alguien no es muy buena en geografía— dijo Thalia con una sonrisa
—No— admitió Piper —y menos con lugares que ya desaparecieron
Mi padre gobernaba las lejanas orillas del mar Negro, lo más lejos que un barco griego podía navegar al este en aquel entonces. Pero Colchis ya no existe… Se perdió hace eones.
—Fue una tragedia— asintió Apolo
—Y todo un escándalo— dijo Hermes
—Como siempre— dijo Apolo
—¿Eones? —preguntó Piper. La princesa no aparentaba más de cincuenta años, pero una terrible sensación empezó a invadir a Piper: algo relacionado con un comentario que había hecho el rey Bóreas en Quebec—.
—Al menos ya te acordaste— comentó Rachel
—Tarde o temprano tenía que hacerlo— dijo Piper encogiéndose de hombros
¿Cuántos años tiene?
La princesa se echó a reír.
—Una dama debería evitar hacer esa pregunta o contestarla.
—Al parecer no eres una dama— señaló Leo
—Dioses míos, verdades tan duras tan temprano en la mañana no pueden ser buenas para la digestión**— comentó Bianca
—¡Oye!— se quejó Piper
—Ya sabemos de quién no eres la tía favorita— bromeó Leo
La mayoría de los chicos se empezó a reír
—¿Sabes?— susurró Will a Nico —no me sorprende que diga cosas así, es una niña con la lengua afilada
—¿Por qué?— preguntó Nico en un susurró
—No creerás lo que pasó en el palacio de Apolo— dijo Will un poco divertido —pero te lo contaré después de que pase la comida
Nico le dio una mala mirada
Digamos que los trámites de inmigración para entrar en vuestro país me llevaron bastante tiempo. Mi patrona me trajo por fin. Ella hizo todo esto posible.
—Es hora de correr— dijo Percy —lo más rápido que puedan
—Sí, pero dos personas querían seguir comprando— señaló Piper
—Esas personas— dijo Percy negando con la cabeza
La princesa señaló los grandes almacenes con un gesto amplio del brazo. Piper notó un sabor metálico en la boca.
—Su patrona…
—Porque obviamente no podía ser una vendedora amable y normal— dijo Travis
—¿Hasta a penas te das cuenta?— preguntó Katie
—Era para añadirle un poco de drama al asunto, Kat— dijo Travis
—Oh, sí. Claro que ella no trae a cualquiera: solo a aquellos que tienen dotes especiales, como yo.
—Tiene mucho ego— señaló Apolo
—Vaya, el dios del ego ha hablado— dijo Hermes
—No existe algo así como el dios del ego— dijo Apolo
—Y si existiera le quitaría el puesto— señaló Hermes
Apolo bufó
Y me exige muy poco: que la entrada de la tienda sea subterránea para poder supervisar a mi clientela y algún favor de vez en cuando. ¿Solo eso a cambio de una nueva vida?
—Puede sonar a buen trato, pero no lo es— señaló Hermes —siempre deben buscar las lagunas en los contratos
La verdad es que es el mejor trato que he hecho desde hace siglos.
« Corre —pensó Piper—. Tenemos que salir de aquí» .
—Y mientras más pronto, mejor— dijo Artemisa
—Las cosas con nosotros siempre suceden más tarde que temprano— comentó Thalia
Pero antes siquiera de que pudiera expresar sus pensamientos con palabras, Jason gritó:
—¡Eh, mirad esto!
—Y bueno, no van a correr— dijo Percy
—Lamento retrasar el hecho de que corrieramos— dijo Jason
Levantó de una percha con la etiqueta ROPA DE SEGUNDA MANO una camiseta de manga corta morada como la que llevaba en la excursión escolar, solo que aquella parecía haber sido desgarrada por unos tigres.
—No creo que hayan sido tigres— comentó Dionisio
—Pero eso es casi mejor que las otras opciones— dijo Hermes
Los chicos hicieron una mueca
Jason arrugó la frente.
—¿Por qué me suena tanto?
—Jason, es como la tuya —dijo Piper—.
—Yo creo que por eso— señaló Percy
—Sí, es probable que fuera por ello— dijo Jason
—No encuentro una mejor explicación— dijo Percy
Tenemos que marcharnos ya.
Pero no estaba segura de si él podía oírla bajo el encantamiento de la princesa.
—La verdad es que no mucho— murmuró Jason
—Era muy raro— dijo Leo —como si te oyéramos por debajo del agua o algo así
—Como si realmente no pudiéramos procesar tus palabras— dijo Jason
—Tonterías —dijo la princesa—. Los chicos no han acabado, ¿verdad? Y sí, querida. Esas camisetas son muy populares: canjes de anteriores clientes. Te sienta bien.
—No quiero saber sobre esos intercambios— dijo Frank con una mueca
—Ninguno de nosotros quiere hacerlo— dijo Hazel
Leo cogió una camiseta naranja del Campamento Mestizo con un agujero en el centro, como si la hubiera atravesado una lanza.
Los chicos hicieron una mueca
Al lado había un peto de bronce abollado con manchas de corrosión —¿ácido, tal vez?—, y una toga romana hecha jirones y tiznada de algo con un inquietante parecido con la sangre seca.
—Espero que solo haya sido un horrible parecido— comentó Rachel
—Yo igual, aunque de hecho no estoy muy segura— dijo Piper
—Su Alteza —dijo Piper, tratando de controlar los nervios—, ¿por qué no le cuenta a los chicos que ha traicionado a su familia? Seguro que les gustaría oír esa historia.
—Aunque no creo que les importe mucho mientras estén bajo su hechizo— comentó Poseidón
—Pero es mejor que sepan de lo que es capaz— dijo Artemisa
Sus palabras no tuvieron el más mínimo efecto en la princesa, pero los chicos se volvieron al instante, arrebatados por un súbito interés.
—Es que contaba buenas historias— argumentó Leo
—Del tipo sanguinario y violento— dijo Piper
—Espero que haya censurado esa parte— dijo Apolo
—Esas siempre son las mejores partes— señaló Ares
—¿Otra historia? —preguntó Leo.
—¡Yo quiero oír otra historia! —convino Jason.
La princesa lanzó una mirada de irritación a Piper.
—Qué al parecer no le caes tan bien— dijo Connor
—No puedo entender por qué no— dijo Piper encogiéndose de hombros
—Oh, uno hace cosas extrañas por amor, Piper. Tú deberías saberlo. De hecho, me enamoré de aquel joven héroe porque tu madre, Afrodita, me hechizó.
—Tampoco es como que haya puesto mucha resistencia— señaló Afrodita con un gesto para quitarle importancia
—¿Cómo iba a poder poner resistencia al amor?— preguntó Apolo
—Yo qué sé, tal vez más fuerza de voluntad— dijo Afrodita quitándole importancia
Todos miraron a la diosa con incredulidad
De no haber sido por ella… Pero no puedo guardar rencor a una diosa, ¿verdad?
El tono de la princesa dejó clara su intención: « Puedo desquitarme contigo».
—Muchas gracias— murmuró Piper
—Al menos sabes que hagas lo que hagas no le caerás bien— dijo Miranda
—Un gran consuelo— dijo Piper
—Pero ese héroe la llevó con él cuando huyó de Colchis —recordó Piper—. ¿Verdad, Su Alteza? Se casó con usted tal como prometió.
—Por supuesto que sí, él cumplía su palabra— señaló Hera
La mirada de la princesa hizo que a Piper le entraran ganas de disculparse, pero no se retractó.
—Demuestra quien manda— dijo Travis
—Aunque realmente mande ella— bromeó Connor
—Muchas gracias chicos, son super motivantes— dijo Piper
—De nada, cuando quieras— contestó Connor
—Al principio —reconoció Su Alteza— parecía que mantendría su palabra. Pero incluso después de haberlo ayudado a robar el tesoro de mi padre, seguía necesitando mi ayuda.
—Y vaya ayuda— dijo Hermes
—Ahí es cuando empieza la parte psicópata de la historia— dijo Apolo
Cuando huimos, la flota de mi hermano vino a por nosotros. Sus buques de guerra nos capturaron. Él nos habría destruido, pero lo convencí para que subiera a bordo de nuestro barco y hablara bajo una bandera blanca. Al final se fió de mí.
—Por eso nunca deben subirse a un barco— comentó Apolo
—Eso ni siquiera es un buen consejo— dijo Poseidón
—No deben subirse a un barco con personas que acaban de conocer— dijo Apolo
—Papá, tampoco funciona ese consejo— dijo Will
Apolo resopló
—Y mató a su propio hermano —dijo Piper, recordando la terrible historia, junto con un nombre: un nombre infame que empezaba por la letra M.
—La letra "M" es la letra de la maldad— dijo Percy
—Sí, al igual que la a,l,d— señaló Leo —pero tienes razón la letra "m" es mala
—No nos pongamos en contra de la letra m— dijo Miranda
—¿Qué? —Jason se agitó. Por un momento casi pareció el de siempre—. ¿Mató a su propio…?
—No —soltó la princesa—. Esas historias son mentira.
—No lo sé, yo siempre he escuchado esa versión— comentó Katie
—Aunque muchas veces las historias cambian— dijo Miranda
Fueron mi nuevo marido y sus hombres los que mataron a mi hermano, pero no lo podrían haber hecho sin mi engaño.
—Bueno, podría ser, matar a tu hermano es bastante cruel— comentó Miranda
—Aunque una tentación a veces— masculló Zeus
—Mira quién habla— bufó Hades
Poseidó bufó
Lanzaron su cuerpo al mar, y la flota que nos perseguía tuvo que parar a buscarlo para poder dar a mi hermano un entierro en condiciones. Eso nos dio tiempo para escapar.
—Y aún así no fue lo peor que hizo— señaló Deméter
—Eso nos puede dar una señal de cómo será la siguiente parte de la historia— dijo Rachel
—No sé ve que vaya a tener flores y muchos colores— comentó Katie
Todo eso lo hice por mi marido. Y él se olvidó de nuestro trato. Al final me traicionó.
Jason seguía pareciendo incómodo.
—¿Qué hizo?
—La pregunta que jamás se debería hacer— dijo Apolo
—Pero era una pregunta un poco obligada— dijo Jason
—Sobretodo si te llamas como él— señaló Leo
Jason asintió de acuerdo
La princesa sujetó la toga cortada contra el pecho de Jason, como si estuviera midiéndolo para asesinarlo.
—A lo mejor y lo está haciendo— comentó Hermes
—Con ella todo es probable— asintió Apolo
—¿No conoces la historia, muchacho? Tú deberías conocerla más que nadie. Te pusieron su nombre.
—Aquí es el momento de hacer sonidos dramáticos— dijo Apolo
—No vamos a hacer sonidos dramáticos, Apolo— dijo Artemisa
—Jasón —dijo Piper—. El Jasón original. Pero, entonces…, ¡debería estar muerta!
La princesa sonrió.
—Pues ya ves que no— dijo Will
Hades bufó
—Alguien le debería haber avisado que no podía seguir viva— masculló Piper
—Como he dicho, llevo una nueva vida en un nuevo país. Sin duda, cometí errores. Volví la espalda a mi gente. Me llamaron traidora, ladrona, mentirosa, asesina. Pero lo hice por amor.
—Nunca es buena idea hacer tales cosas por amor— señaló Artemisa
—Bueno querida, hay sus excepciones— dijo Afrodita
—Nadie debería convertirse en asesina por amor— discutió Artemisa
Afrodita rodó los ojos
Se volvió hacia los chicos y les lanzó una mirada lastimera pestañeando. Piper notó que sus artes de hechicería se apoderaban de ellos, controlándolos con más firmeza que nunca.
—Genial— suspiró Thalia
—Supongo que era de esperarse— comentó Bianca
Piper suspiró
—¿Vosotros no haríais lo mismo por alguien a quien amáis?
—Claro —dijo Jason.
—Ya lo creo —contestó Leo.
—Obvio— dijo Connor
—¡Chicos! —Piper apretó los dientes de frustración—. ¿No veis quién es?
¿No…?
—No— contestó Leo
—No lo había notado— dijo Piper con sarcasmo
—Debes de poner más atención, reina de belleza— dijo Leo
—¿Seguimos? —dijo la princesa despreocupadamente—. Creo que queríais hablar del precio de los espíritus de la tormenta… y de vuestro sátiro.
—Creo que sería un precio elevado— dijo Hermes
—Bastante— dijo Piper con una mueca
Leo se distrajo en la segunda planta con los artefactos.
—No puede ser —dijo—. ¿Es eso una fragua reforzada?
—Lo hemos perdido— dijo Percy
—Sip— asintió Piper
—Chicos, es que era realmente increíble— dijo Leo con emoción —ojalá la hubiera podido comprar
—Claro, su precio era perfectamente razonable— bufó Piper
Antes de que Piper pudiera detenerlo, saltó de la escalera mecánica y corrió hacia un gran horno ovalado que parecía una barbacoa aumentada.
—¿O sea que nos puedes hacer barbacoa?— preguntó Travis
—No sé hacer barbacoa, pero yo creo que sí— dijo Leo
—Para el negocio con que seremos millonarios— añadió Esperanza
—Siempre pensando en grande, muy bien— dijo Leo
Esperanza sonrió
Leo miró a la niña con una sonrisa, creía que esto nunca iba a dejar de ser raro, pero a la vez era muy reconfortante, ella tenía sentido del humor, veía su gran ingenio y esa energía nerviosa que desprendía, ya no se veía tan desanimada como en un principio y bueno si Leo era sincero saber poco a poco algunas cosas de ella y por lo tanto de su vida futura era genial, al menos como el mismo nombre de la niña lo decía, daba esperanza.
Cuando lo alcanzaron, la princesa dijo:
—Tienes buen gusto. Es el H-2000, diseñado por el mismísimo Hefesto.
Desprende suficiente calor para derretir el bronce celestial y el oro imperial.
—No se deje al alcance de los niños— dijo Connor
—Ni de las personas que no sean inmunes al fuego— dijo Leo
—O usen protector solar— señaló Percy
Jason se estremeció como si hubiera reconocido el término.
—Pues sí— dijo Jason
—¿Oro imperial?
La princesa asintió.
—Sí, querido. Como esa arma que llevas tan bien escondida en el bolsillo.
—Uy, no hay efecto sorpresa— dijo Connor
—Solo si cuentas el efecto sorpresa que ella puso en nosotros— dijo Leo
Para ser forjado como es debido, el oro imperial tiene que ser consagrado en el templo de Júpiter, en el Capitolio de Roma. Es un metal muy fuerte y raro, pero, como los emperadores romanos, muy volátil.
—Es cierto— señaló Apolo
—Tiene un punto— asintió Hermes
Los romanos hicieron una mueca
—Conocí a cada emperador, que chicos, harían quedar a la hechicera como un osito de peluche— añadió Apolo
Asegúrate de no romper nunca esa espada… —Sonrió afablemente—. Roma es posterior a mi época, por supuesto, pero oigo historias. Y este trono dorado de aquí es uno de los mejores artículos de lujo que poseo.
Hefesto sonrió
Hefesto lo creó como castigo para su madre, Hera. Si os sentáis en él, quedaréis inmediatamente atrapados.
—Un increíble invento— dijo Hefesto
—Nunca olvidaremos ese invento en especial— dijo Poseidón
Hera les dio una mirada asesina a ambos
Leo pareció tomar sus palabras como una orden.
—¿Qué no eran una orden?— preguntó Leo con una sonrisa
—Qué alguien le avise que no era una orden— dijo Percy
—Todo resuelto— dijo Piper
Echó a andar hacia el trono en estado de trance.
—¡No, Leo! —le advirtió Piper.
Él parpadeó.
—Gracias, reina de belleza— dijo Leo
—De nada— dijo Piper con una sonrisa
—¿Cuánto pide por los dos?
—Oh, te podría dejar el trono por cinco grandes hazañas. La forja, por siete años de servidumbre. Y por un poco de tu fuerza…
—Muchas gracias, solo estoy viendo— dijo Leo
—Al rato regreso, espero que nadie lo compre antes que yo— dijo Travis
—Sería una lástima— suspiró Leo
La princesa condujo a Leo a la sección de artefactos, informándole de los precios de varios artículos.
—Ninguno que conviniera, la verdad— comentó Leo —creo que debimos ir a otro tipo de tienda
—Para la próxima vamos a una tienda más adecuada— prometió Piper
Piper no quería dejarlo solo con ella, pero tenía que intentar razonar con Jason. Lo llevó aparte y le dio una bofetada.
—Esa es una increíble manera de razonar con las personas— asintió Apolo
—Piper derrotando a las personas con la elocuencia de sus palabras— dijo Leo
—¿Cuales palabras? ¡Me dio una bofetada!— dijo Jason
—Es que no me habías dejado hablar— señaló Piper riendo
—¡Ay! —murmuró él con aire soñoliento—. ¿A qué ha venido eso?
—¡Espabílate! —susurró Piper.
—Tal vez con otra bofetada— comentó Nico
—Gracias, pero no— dijo Jason
—¿De qué estás hablando?
—Te está embrujahablando. ¿No lo notas?
Él arqueó las cejas.
—Parece legal.
—Sí, tal vez necesita más bofetadas— dijo Thalia
—No, no las necesita— dijo Jason —una fue suficiente
—Lo siento— dijo Piper sonrojada —fue lo único que se me ocurrió
—¡No es legal! ¡Ni siquiera debería estar viva! Se casó con Jasón, el otro Jasón, hace tres mil años. ¿Te acuerdas de lo que dijo Bóreas sobre las almas que ya no estaban encerradas en el Hades?
Hades bufó, pero miró discretamente a Hazel
No solo los monstruos no pueden seguir muertos. ¡Ella también ha vuelto del inframundo!
Jason movió la cabeza con inquietud.
—No es un fantasma.
—Lo que es peor— señaló Nico
—Y más si ni siquiera se pueden concentrar todavía en derrotarla— dijo Will
—¡No, es algo peor! Es…
—Chicos —la princesa volvió acompañada de Leo—. Si sois tan amables, ahora veremos lo que habéis venido a buscar. Es lo que queréis, ¿verdad?
—Pues sí, pero no— dijo Leo —estaba muy caro
—Íbamos a comprobar en otras tiendas primero— dijo Piper
—Habría estado muy bien— asintió Leo
Piper tuvo que contener un grito. Estaba tentada de sacar la daga y matar a aquella bruja ella misma, pero no le gustaban sus posibilidades:
—No, todavía no es momento, todo apunta en tu contra— señaló Rachel
—Y vaya que sí— dijo Piper
se hallaba en medio de los grandes almacenes de Su Alteza y sus amigos estaban hechizados. Piper ni siquiera estaba segura de que se pusieran de su parte si se producía una pelea.
—Es cierto— dijo Reyna
—Lo sentimos— dijeron Leo y Jason al mismo tiempo
—Está bien, no fue su culpa— dijo Piper —fue de esa… Bruja
Tenía que pensar un plan mejor. Bajaron al pie de la fuente en la escalera mecánica. Por primera vez Piper se fijó en los dos grandes relojes de sol de bronce —cada uno del tamaño aproximado de una cama elástica—
—No podemos decir que no sea buena decoración— dijo Apolo
—Sí, ojalá solo hubieran servido como decoración— mencionó Piper
—En ese lugar nada es lo que parece— dijo Leo en tono tétrico
—Y que lo digas— dijo Piper
que había incrustados en las baldosas de mármol del suelo hacia el norte y el sur de la fuente. Las enormes jaulas doradas se encontraban al este y el oeste, y en la más alejada estaban encerrados los espíritus de la tormenta.
—Sí encontramos lo que buscábamos— dijo Leo
—¿No que no?— preguntó Travis
—Pero lo encontramos hasta después— dijo Leo
—Claro, eso tiene sentido— asintió Connor
Estaban tan apretujados, dando vueltas como un tornado superconcentrado, que Piper no sabía cuántos había: docenas, quizá.
—Había muchos, fin— dijo Leo
—Una estimación bastante aproximada— dijo Percy riendo
—Eh —dijo Leo—. ¡Parece que el entrenador Hedge está bien!
Echaron a correr hacia la jaula que tenían más cerca.
—Y obviamente la jaula no era más bonita de cerca— dijo Leo —por si se lo estaban preguntando
—No lo hacíamos, pero gracias— dijo Katie
El viejo sátiro parecía haberse quedado petrificado en el momento en que había sido absorbido por el cielo sobre el Gran Cañón. Estaba paralizado en pleno grito,
—Como un cantante de ópera— comentó Leo —nunca vayan a decirle que dije eso, no quiero que me grite
—Se puede enterar de mil formas— dijo Clarisse
con la porra levantada por encima de la cabeza como si estuviera mandando a la clase de gimnasia que se tumbaran e hicieran cincuenta flexiones. Tenía el cabello rizado revuelto.
—Como cuando nos gritaba en la escuela— asintió Piper
—Sí, era genial el grado de motivación— dijo Leo
—Lo era— dijo Piper riendo
Si Piper se concentraba en determinados detalles —el polo de vivo color naranja, la perilla fina, el silbato alrededor del cuello—, podía imaginarse al entreandor Hedge de siempre, irritante como él solo.
—Cada uno siempre se debe superar a sí mismo— comentó Apolo
—No lo digas —masculló Dionisio —estos mocosos parece tomarlo como un reto personal
—Dionisio, todos sabemos que estos mocosos te caen bien— señaló Apolo
Dionisio bufó
Pero resultaba difícil pasar por alto los cuernos cortos y gruesos de su cabeza y el hecho de que tuviera unas patas de cabra peludas y unas pezuñas en lugar de los pantalones de chándal y las zapatillas de deporte.
—Sí, la primera impresión— dijo Percy
Grover se sonrojó y Percy sonrió
—Sí —dijo la princesa—. Me gusta mantener mis mercancías en buen estado. Desde luego que podemos hacer un trueque por los espíritus de la tormenta y el sátiro. Una oferta.
—No creo que ninguna oferta sea lo suficientemente buena— dijo Bianca
—De ninguna manera— dijo Zoë
Si llegamos a un acuerdo, incluiré también el frasco con la poción curativa y podréis iros en paz —lanzó una mirada perspicaz a Piper—. Es mejor que empezar de forma desagradable, ¿verdad, querida?
—Por supuesto que no se podrían ir en paz— comentó Perséfone
—Era un sueño muy bonito como para que fuera realidad— dijo Leo
—Nunca nos podemos ir en paz de ningún lugar— dijo Percy
—Qué mal que pasen esas cosas— murmuró Leo sonrojado
« No te fíes de ella» , le advirtió una voz en su cabeza. Si Piper estaba en lo cierto con respecto a la identidad de aquella mujer, nadie se iría en paz. Con ella, era imposible un trato justo.
—Bien pensado— dijo Afrodita con una mueca, todavía se sentía sumamente ofendida por los pensamientos de su hija, además de que intuía que habría más comentarios así, pero eso no quería decir que le alegrara el hecho de que estuviera en peligro y enfrentándose sola a esa bruja
Todo era una trampa. Pero sus amigos la estaban mirando, haciéndole gestos con la cabeza urgentemente y diciendo con los labios: « ¡Di que sí!» . Piper necesitaba más tiempo para pensar.
—Cómo niños chiquitos— dijo Percy negando con la cabeza
—Ni los mellizos se comportan así— comentó Zoé riendo
—Nosotros nos comportamos bien— asintió Thom
—Por supuesto que lo hacen— dijo Zoé
—Unos niños de seis años se comportan mejor que ustedes— dijo Percy —eso está muy mal
Jason y Leo fruncieron el ceño
—Podemos negociar —dijo.
—¡Claro! —convino Leo—. Diga un precio.
—¡Leo! —soltó Piper.
—Dijiste "vamos a negociar"— señaló Leo
—Pero cuando negocias es mejor que tú des una oferta— señaló Hermes
Leo se encogió de hombros
La princesa se echó a reír entre dientes.
—¿Que diga un precio? Tal vez no sea la mejor estrategia de regateo, muchacho, pero al menos sabes el valor de una cosa. La libertad es valiosísima.
—Eso es cierto— dijo Hades
—Y por ello no lo van a conseguir tan fácilmente— dijo Perséfone
Me pedís que libere a este sátiro, que atacó a mis espíritus del viento… —Que a su vez nos atacaron a nosotros —interpuso Piper.
Su Alteza se encogió de hombros.
—Detalles menores— dijo Travis
—Eso no tiene importancia en esa venta— dijo Connor
—Solo para agregarlo en los logros de los venti— señaló Travis
—Como he dicho antes, mi patrona me pide pequeños favores de vez en cuando. Mandar a los espíritus de la tormenta a raptaros fue uno de ellos. Os aseguro que no fue nada personal.
—No, pues ni como agradecerle— dijo Leo
—Qué bueno que no fue nada personal— masculló Piper
—Solo puedo imaginar si sí lo hubiera sido— comentó Annabeth
—No creo que resultara bien para nosotros— dijo Piper
¡Y nadie salió herido, pues al final habéis venido por voluntad propia! En todo caso, queréis que ponga en libertad al sátiro y también queréis a mis espíritus de la tormenta (que son unos criados muy valiosos, por cierto)
—Por si les interesaba el dato— señaló Connor
—Debemos admitir que es un gran dato— dijo Miranda no— es como que los podamos conseguir ni controlar, pero aún así
—Claro que sí— dijo Katie riendo
para podérselos entregar al tirano de Eolo. No parece muy justo, ¿verdad? El precio será elevado.
—No se podía esperar otra cosa— dijo Travis
Piper resopló
Piper veía que sus amigos estaban dispuestos a ofrecer y a prometer cualquier cosa. Antes de que tuvieran ocasión de hablar, jugó su última carta.
—No me gusta cuando jugamos las últimas cartas— comentó Percy
—Aunque a veces las últimas cartas funcionan— dijo Jason
—Eso es cierto— admitió Percy
—Usted es Medea —dijo—. Ayudó al Jasón original a robar el Vellocino de Oro. Es una de las villanas más malvadas de la mitología griega. Jason, Leo, no os fieis de ella.
—Suena tentadora tu oferta— dijo Leo —pero estoy fuera
—¡Leo!— se quejó Piper
Leo sonrió
Piper infundió a aquellas palabras toda la intensidad de la que fue capaz. Fue totalmente sincera, y pareció surtir cierto efecto.
—Eso de "cierto", no es muy bueno— comentó Apolo
—El caso es que dure lo suficiente para que entre todos puedan salir de ahí— dijo Afrodita
Jason se apartó de la hechicera.
Leo se rascó la cabeza y miró a su alrededor como si estuviera despertándose.
—¿Qué estamos haciendo?
—Están de compras— dijo Connor
—Claro— dijo Jason
—En la tienda más excéntrica a la que he ido— dijo Leo —y eso es mucho decir
—¡Chicos! —La princesa extendió las manos en un gesto de bienvenida. Sus joyas de diamantes relucían, y sus uñas pintadas se curvaron como unas garras manchadas de sangre en la punta—.
—Cool— dijo Travis
—Solo espero que no haya sido sangre fresca— dijo Katie con una mueca de asco
—No lo sé, realmente no estoy muy segura— dijo Piper
Es cierto, soy Medea. Pero soy una incomprendida. Oh, Piper, querida, no sabes cómo era la situación de las mujeres en la Antigüedad. No teníamos poder ni influencia.
—Eso es muy cierto— comentó Artemisa con una mueca
A menudo ni siquiera podíamos elegir marido. Pero yo era distinta. Elegí mi propio destino convirtiéndome en hechicera. ¿Tan malo es eso?
—Lo malo fue que se convirtiera en una asesina ¿No fue ella la que mató a sus propios hijos?— mencionó Miranda
—Sí, la misma— dijo Annabeth
Hice un pacto con Jasón: le ofrecí ayuda para vencer a la flota a cambio de su amor. Un trato justo. ¡Él se convirtió en un héroe famoso! Sin mí, se habría muerto en las costas de Colchis sin que nadie lo conociera.
—Eso también es cierto— dijo Apolo
—Jason era un gran héroe— argumentó Hera
—Pero no habría podido pasar el desafio del rey sin ayuda— señaló Artemisa —de cierto modo, ella tiene un punto
Jason —el Jason de Piper—
—Gracias por la aclaración— dijo Thalia riendo
—Por si se les había olvidado a pesar de los mellizos presentes— dijo Connor riendo
Jason y Piper se sonrojaron furiosamente, mientras sus amigos se reían
la miró con los ojos entrecerrados.
—Entonces…, ¿murió de verdad hace tres mil años? ¿Ha vuelto del inframundo?
—¿Qué estás viendo Jason?— preguntó Connor
—Ni siquiera sé que estaba viendo— dijo Jason
—La muerte ya no me retiene, joven héroe —dijo Medea—. Gracias a mi patrona, soy otra vez de carne y hueso.
—¿Ha podido… regenerarse? —Leo parpadeó—. ¿Como un monstruo?
—Yo digo que era así— dijo Travis
—No es regenerarse exactamente— murmuró Nico
Medea extendió los dedos y de sus uñas empezó a salir vapor, como agua salpicada sobre una plancha caliente.
—Suena a un superpoder que no quisiera conocer— dijo Katie
—Esa es una grandiosa idea— dijo Piper —yo tampoco quería conocer ese superpoder
—Nadie en su sano juicio— dijo Katie
—No tenéis ni idea de lo que está pasando, ¿verdad, queridos? Esto es mucho peor que una revuelta de monstruos del Tártaro.
—Qué amable por ponerlos al tanto— dijo Travis —deberían comprarle por agradecimiento
Mi patrona sabe que los gigantes y los monstruos no son sus mejores siervos. Yo soy mortal. Aprendo de mis errores. Y ahora que he vuelto al mundo de los vivos, no voy a volver a dejarme engañar.
—Gracias por el dato— dijo Leo —aunque creo que no le duró mucho
—Y que lo digas— comentó Piper
Este es el precio por lo que pedís.
—Chicos —dijo Piper—, el Jasón original dejó a Medea porque estaba loca y
era una sanguinaria.
—Perfectamente bien resumido— dijo Apolo
—Por eso Piper siempre debe hacer los resúmenes— dijo Leo
—Todos estamos de acuerdo en eso— asintió Percy
—¡Mentiras! —dijo Medea.
—Al volver de Colchis, Jasón desembarcó en otro país y accedió a plantar a Medea y a casarse con la hija del rey.
—Aunque eso tampoco estuvo bien— señaló Rachel
—¡Después de que yo le diera dos hijos! —exclamó Medea—. ¡Aun así rompió su promesa! ¿Os parece justo?
Jason y Leo negaron con la cabeza obedientemente,
—Somos muy obedientes— asintió Leo
—Claro,sobretodo tú— dijo Calipso
—Nena, por supuesto que lo soy— dijo Leo
pero Piper no había acabado.
—Puede que no fuera justo —dijo—, pero tampoco lo fue la venganza de Medea. Asesinó a sus propios hijos para desquitarse de Jasón.
—Mejor se hubiera desquitado con Jason— dijo Katie —con el Jason de ella obviamente, no con el de Piper
Piper se sonrojó
—Que bueno que hiciste esa distinción— dijo Miranda —pero sí es cierto se hubiera desquitado con él, los niños no tenían ninguna culpa
Los chicos hicieron una mueca
Envenenó a su nueva mujer y huyó del reino.
Medea gruñó.
—¡Eso es una invención para echar por tierra mi reputación!
—Reputación de loca sanguinaria— señaló Miranda
La gente de Corinto, aquella turba rebelde, mató a mis hijos y me expulsó. Jasón no hizo nada para protegerme. Me lo robó todo. Así que, sí, me colé en el palacio y asesiné a su preciosa nueva mujer.
—Parece cuento de terror— dijo Travis
—De hecho, mucha gente luego lo utilizó como cuento de terror— dijo Hermes
—Supongo que ningún niño se queda despierto en la madrugada— dijo Travis
Era lo mínimo que podía hacer: un precio adecuado.
—Está loca —dijo Piper.
—¡Yo soy la víctima! —repuso Medea gimiendo—.
—Entonces debería dejarlos ir para que no la tachen de mala— comentó Katie
—Claro que sí, esa es la mejor idea de la historia— dijo Percy
Morí con mis sueños hechos pedazos, pero eso se acabó. Ahora sé que no debo fiarme de los héroes. Cuando vengan a pedirme tesoros, pagarán un alto precio. ¡Sobre todo cuando el que pida se llame Jason!
—Todos te dijimos que no era buena idea dar tu nombre— señaló Leo negando con la cabeza
—Tú no dijiste nada sobre eso— dijo Jason
—Pero me di cuenta— dijo Leo
Jason frunció el ceño
La fuente se tiñó de un vivo color rojo. Piper desenfundó la daga, pero le temblaba tanto la mano que casi no podía sostenerla.
—Jason, Leo, es hora de marcharnos. Ahora.
—Un ratito más— se quejó Leo
—¿Antes de cerrar el trato? —preguntó Medea—. ¿Y vuestra misión? Mi precio es muy sencillo.
—Precio alto y luego precio sencillo como que no combinan— dijo Apolo
—De cualquier manera ustedes salen perdiendo— dijo Hefesto
Leo hizo una mueca
¿Sabíais que esta fuente es mágica? Si lanzáramos a un hombre muerto, aunque estuviera cortado en pedazos, aparecería entero: más fuerte y más poderoso que nunca.
—No es cierto— dijo Hefesto
—¿De verdad? —preguntó Leo.
—Está mintiendo, Leo —dijo Piper—. Ya utilizó ese truco antes con alguien:
un rey, creo. Convenció a sus hijas de que lo cortaran en pedazos para que saliera del agua joven y sano, pero no hicieron más que matarlo.
—Fue todo un escándalo en el Inframundo— dijo Perséfone
—Y en el mundo mortal— dijo Apolo —ese tipo de historias corren como pólvora
—Eso es ridículo —dijo Medea, y Piper percibió el poder de cada una de sus sílabas—. Leo, Jason, mi precio es muy sencillo. ¿Por qué no os peleáis los dos?
Jason y Leo se sonrojaron
—No puede ser— se quejaron algunos de los chicos
Si resultarais heridos, o incluso si murierais, no pasaría nada. Os echaríamos a la fuente y saldríais mejor que nunca. Queréis pelearos, ¿verdad? ¡Os tenéis envidia!
Ambos chicos se removieron con incomodidad
—¡No, chicos! —dijo Piper.
Pero los dos ya estaban lanzándose miradas asesinas, como si acabaran de darse cuenta de cómo se sentían en realidad.
—¿Por qué tienes amigos que se pelean entre sí?— preguntó Percy
Piper lo miró —No tengo ni la más mínima idea
—Porque eso es lo que hacen los amigos— dijo Leo
Piper nunca se había sentido tan impotente como entonces. En ese momento entendió lo que era la auténtica hechicería. Siempre había creído que la magia eran varitas y bolas de fuego, pero aquello era peor.
—Por eso nunca te metas con alguien que sabe hechicería— dijo Connor solemnemente
—Ahora ya lo saben— dijo Piper
—Gracias por el consejo— asintió Travis
Medea no solo confiaba en los venenos y las pociones. Su arma más potente era su voz.
Piper bufó
—Al igual que la tuya— señaló Afrodita
Leo frunció el entrecejo.
—Jason siempre es la estrella. Siempre acapara toda la atención y no me valora.
—Uhhh— corearon los Stoll
Leo se sonrojó, Esperanza igual que sus amigos miraban con incredulidad
—Eres un pesado, Leo —dijo Jason—. Nunca te tomas nada en serio. Ni siquiera eres capaz de arreglar un dragón.
Jason se sonrojó —No lo decía en serio
—Lo sé, chispitas— dijo Leo —no tienes de que preocuparte
—¡Basta! —suplicó Piper, pero los dos sacaron sus armas: Jason su espada de oro y Leo un martillo de su cinturón.
—Es cierto ¿Por qué siempre me tocan los amigos que se pelean?— preguntó Piper
—¿Qué significa eso de siempre?— preguntó Sally frunciendo el ceño
Percy se sonrojó
—Sally querida, no vamos a hacer spoiler en estos momentos, gracias— dijo Apolo
—Está bien— dijo Sally
Los dioses miraban incrédulos a Apolo, quien trataba de mantener una expresión neutral ante la mirada de Poseidón
—Déjalos, Piper —la apremió Medea—. Te estoy haciendo un favor. Si dejas que ocurra, tu decisión será mucho más fácil. Encélado estará encantado. ¡Podrías recuperar a tu padre hoy mismo!
—No podemos decir que la oferta no era tentadora— comentó Hermes
—Lo era, muchísimo— dijo Piper con un suspiro
La embrujahabla de Medea no surtía efecto en ella, pero aun así la hechicera tenía una voz persuasiva. ¿Recuperar a su padre ese mismo día? Pese a sus mejores intenciones, era lo que Piper deseaba.
—Por supuesto que sí— dijo Deméter
Deseaba tanto recuperar a su padre que le dolía.
—Trabaja para Encélado —dijo.
Medea se echó a reír.
—¿Servir a un gigante? No. Pero todos servimos a la misma causa mayor:
—Es por un bien mayor— dijo Connor con sarcasmo
—Odio muchísimo esa frase— dijo Zoé —como si cualquier cosa fuera pasable solo por eso
una patrona a la que no puedes desafiar. Lárgate, hija de Afrodita. Esto no tiene por qué costarte a ti también la vida. Sálvate, y tu padre será libre.
—Esto se pone muy tenso— dijo Apolo
—Y que lo digas— masculló Hefesto
Afrodita hizo una mueca
Leo y Jason estaban encarados, preparados para luchar, pero parecían inseguros y confundidos, esperando otra orden. Piper confiaba en que una parte de ellos estuviera resistiéndose.
—Algo así— murmuró Leo
—De alguna manera— dijo Jason —no lo sé, era raro
Aquello iba totalmente en contra de su naturaleza. —Escúchame, muchacha.
Medea arrancó un diamante de su pulsera y lo arrojó a un chorro de agua de la fuente.
—El diamante te da servicio VIP— dijo Leo
—Era nuestro secreto mejor guardado— dijo Apolo
—Me lo hubieran dicho antes— se quejó Travis
Cuando atravesó la luz multicolor, Medea dijo:
—Oh, Iris, diosa del arcoíris, enséñame el despacho de Tristan McLean.
La niebla relució, y Piper vio el estudio de su padre.
Piper apretó los puños
Sentada tras su mesa, hablando por teléfono, estaba la ayudante de su padre, Jane, con su traje de oficina oscuro y su pelo arremolinado en un moño prieto.
—Hola, Jane —dijo Medea.
—Pausa dramática— dijo Apolo —lastima que Zoé no esté leyendo, Percy no sabe hacer pausas dramáticas
Zoé se sonrojó —Esa pausa dramática no fue mi intención
—Perdón por no saber hacer pausas dramáticas— murmuró Percy
Jane colgó el teléfono tranquilamente.
—¿En qué puedo ayudarla, señora? Hola, Piper.
—Tú…
Piper soltó una maldición
—Dioses Piper ¿Quién te enseñó esa maldición en especial?— preguntó Leo
—Tú— dijo Piper
—Ah, eso tiene sentido— dijo Leo
Piper estaba tan furiosa que apenas podía hablar.
—Sí, niña —dijo Medea—. La ayudante de tu padre. Muy fácil de manipular.
Una mente organizada para ser mortal, pero increíblemente débil.
—Ya lo notamos— dijo Hermes
—Era obvio desde un principio— dijo Atenea
—No, no lo era— bufó Poseidón
Atenea rodó los ojos
—Gracias, señora —dijo Jane.
—De nada —contestó Medea—. Solo quería felicitarte, Jane. Conseguir que
el señor McLean saliera de la ciudad tan de repente, que cogiera su avión privado a Oakland sin alertar a la prensa ni a la policía… ¡Bien hecho!
—Ahora eso tiene mucho sentido— dijo Apolo
—De hecho lo tiene— suspiró Piper
Parece que nadie sabe que ha desaparecido. Y decirle que la vida de su hija estaba en peligro fue un bonito detalle para conseguir que colaborara.
—Y eso le da mas sentido aún— dijo Hermes
—Sí —convino Jane en tono anodino, como si estuviera sonámbula—. Se mostró muy dispuesto a colaborar al creer que Piper estaba en peligro.
Piper miró la daga. La hoja temblaba en su mano.
—No te podemos culpar— dijo Perséfone
—Fue realmente horrible— dijo Piper con una mueca
No podía usarla como arma mejor de lo que la había usado Helena de Troya, pero seguía siendo un espejo, y lo que vio en él era una chica asustada sin posibilidades de ganar.
—Pero sí tienes posibilidades de hacerlo— señaló Afrodita —tienes que confiar más en ti misma, eres capaz de grandes cosas
—Gracias— dijo Piper sonrojada
—Recuerda mi lema— dijo Apolo
Piper asintió
—Puede que tenga nuevas órdenes para ti, Jane —dijo Medea—. Si la chica colabora, puede que llegue el momento de que el señor McLean vuelva a casa. ¿Puedes preparar una tapadera apropiada para su ausencia por si acaso?
—Hay que cubrir todas las bases— dijo Apolo
—Sí y vaya que lo hizo— dijo Piper
Y me imagino que el pobre hombre necesitará pasar un tiempo en un hospital psiquiátrico.
Piper bufó
—Sí, señora. Estaré a la espera.
La imagen desapareció, y Medea se volvió hacia Piper.
—¿Lo ves?
—Tiene sus formas de negociar— dijo Hazel con una mueca
—Y por eso eran tan famosos sus tratos— dijo Perséfone
—Lo puedo imaginar— dijo Rachel
—Ha hecho que mi padre caiga en una trampa —dijo Piper—. Ha ayudado al gigante…
—Por favor, querida, te va a dar un ataque.
—Así me sentía— murmuró Piper
Los chicos hicieron una mueca
Llevo años preparándome para esta guerra, incluso desde antes de volver a la vida. Soy vidente, como ya he dicho. Puedo predecir el futuro igual que tu pequeño oráculo.
Rachel frunció el ceño
Hace años, cuando todavía estaba sufriendo en los Campos de Castigo, tuve una visión de los siete que aparecen en vuestra Gran Profecía. Vi a tu amigo Leo y vi que algún día sería un enemigo importante.
Todos los dioses voltearon a ver a Leo quien se sonrojó
Agité la conciencia de mi patrona, le di la información, y ella consiguió despertarse un poco… lo justo para hacerle una visita.
Leo soltó una maldición
—Ustedes se saben peores maldiciones que las que se sabe Hades— comentó Apolo
Pero el comentario se perdió cuando todos se dieron cuenta de lo que la hechicera quería decir, se hizo el silencio por un momento
—La madre de Leo —dijo Piper—. ¡Leo, escucha esto! ¡Ella ayudó a matar a tu madre!
—Ajá —masculló Leo, aturdido.
—No iba a servir de mucho mientras estuvieran bajo su hechizo— dijo Atenea
Miró su martillo con expresión de duda—. Entonces…, ¿ataco a Jason? ¿Es correcto?
—No hay ningún problema —prometió Medea—. Y tú, Jason, dale duro.
—Esto se está poniendo feo— dijo Travis
—Dejame adivinar, se pone peor— dijo Katie
—Definitivamente lo hace— asintió Piper
Demuéstrame que eres digno de tu tocayo.
—¡No! —ordenó Piper. Sabía que era su última oportunidad—. Jason, Leo, os está engañando. Bajad las armas.
—Eres como un imán para los amigos que pelean— dijo Percy
—Vaya gracias— dijo Piper
La hechicera puso los ojos en blanco.
—Por favor, muchacha. No estás a mi altura. Me entrené con mi tía, la inmortal Circe. Puedo volver locos a los hombres o curarlos con mi voz.
—Otro dato para hacerla más temible— dijo Connor
—Como si no fuera suficiente todo lo demás— dijo Miranda
¿Qué posibilidades tienen estos insignificantes héroes contra mí? ¡Venga, chicos, mataos!
—Jason, Leo, escuchadme.
—Escuchenla— dijo Percy
—Tal vez más al rato— dijo Leo
Piper impregnó su voz de toda su emoción. Durante años había intentado controlarse y no mostrar debilidad, pero en ese instante lo vertió todo en sus palabras: su miedo, su desesperación, su ira.
—Nunca debes esconder tus emociones, ellas son muy poderosas— dijo Afrodita
—Ahora lo entiendo— dijo Piper con una pequeña sonrisa
Afrodita asintió
Sabía que podía estar firmando la sentencia de muerte de su padre, pero sus amigos le importaban demasiado para permitir que se hicieran daño.
—Tú también nos importas, reina de belleza— dijo Leo
—Claro que sí y mucho— dijo Jason
Piper se sonrojó y lo besó
—Medea os está hechizando. Es parte de su magia. Sois muy buenos amigos. No os peleéis. ¡Pelead contra ella!
Los chicos vacilaron, y Piper percibió que el hechizo se hacía añicos.
—Gracias a los dioses— gritaron algunos de los chicos
Jason parpadeó.
—Leo, ¿estaba a punto de clavarte la espada?
—Sip— dijo Leo
—Lo usual en una pelea de amigos— dijo Percy
—Lo noté— dijo Jason
—¿Algo sobre mi madre…? —Leo se paralizó, y con la mirada ceñuda se volvió hacia Medea—. Usted… usted trabaja para la Mujer de Tierra. Usted la mandó al taller de máquinas —levantó el brazo—. Señora, tengo una maza de un kilo con su nombre escrito.
—Que sean dos kilos— masculló Leo
—Mejor tres— comentó Connor
—Qué sean unos veinte mejor— dijo Travis
—No estoy seguro de si eso funcionaría— dijo Leo
—¡Bah! —dijo Medea despectivamente—. Lo cobraré de otra forma.
Presionó una de las baldosas de mosaico del suelo y el edificio retumbó.
—Al menos ustedes tres ya están del mismo lado— dijo Hermes
—Lo que en todo esa caos es una buena noticia— dijo Rachel
Jason blandió la espada con intención de darle a Medea, pero la hechicera se esfumó y volvió a aparecer al pie de la escalera mecánica.
Jason bufó
—¡Eres lento, héroe! —Se echó a reír—. ¡Descarga tu frustración con mis mascotas!
—No me gustaron sus mascotas— dijo Leo
—A mí tampoco— dijo Jason
Antes de que Jason pudiera ir a por ella, los gigantescos relojes de sol de bronce situados a los lados de la fuente se abrieron.
—Ah, para eso eran los relojes de sol— dijo Esperanza
—Para eso eran los relojes de sol— asintió Leo
Dos bestias de oro que gruñían —dragones alados de carne y hueso— salieron arrastrándose de los fosos que había debajo.
—Sip, siempre se puede poner peor— dijo Percy —como que no existe un límite
—Me hubiera gustado saberlo antes de unirme a esta secta— dijo Leo
—No, conoces los secretos de la secta hasta que te unes a ella— dijo Percy
Cada uno era del tamaño de una caravana, tal vez no muy grandes comparados con Festo, pero sí bastante grandes.
—Así que eso es lo que hay en la perrera —dijo Leo con desánimo.
—Yo quería que hubiera perros— se quejó Leo
—Y yo que quiero tener un tiburón de mascota y no me dejan— comentó Zoé
—Oye, esa es la mejor idea del mundo— dijo Percy
—Percy— dijo Annabeth
—¿Entonces sí puedo tener un tiburón?— preguntó Zoé
—No puedes tener un tiburón en la bañera, Zoé— dijo Charles
—Hablaremos sobre el tiburón— dijo Percy riendo
Los dragones desplegaron las alas y comenzaron a sisear. Piper notó el calor que desprendía su piel reluciente. Uno clavó sus furiosos ojos anaranjados en ella.
—Será mejor que no los mires— dijo Apolo
—Por su bien— asintió Artemisa
—¡No los mires a los ojos! —le advirtió Jason—. Te paralizarán.
—¡Ya lo creo! —Medea estaba subiendo la escalera mecánica sin prisas, apoyada contra el pasamanos mientras observaba el espectáculo—.
—Me encanta ser el espectáculo— dijo Leo
—Sí te encanta— señaló Calipso
—Bueno sí, pero no ese tipo de espectáculo— dijo Leo
Esas dos preciosidades han estado conmigo mucho tiempo: son dragones del sol, regalos de mi abuelo Helios. Ellos tiraban de mi carro cuando me marché de Corinto y ahora serán vuestra destrucción. ¡Adiós!
—Esos regalos estaban muy geniales— dijo Apolo —tengo que admitirlo, aunque son los dragones más odiados del universo
—Son horribles— dijo Hermes —no sé porque alguien regalaría algo así y a una psicópata
Los dragones embistieron contra ellos. Leo y Jason arremetieron para interceptarlos.
—Así se hace— gritó Percy
—Con todo menos con miedo— gritó Connor
Piper se quedó asombrada de la valentía con la que atacaron los chicos: trabajando como un equipo que se hubiera estado entrenando unido durante años.
—A pesar de que hace dos segundos estaban a punto de matarse— dijo Connor
—Es la fase por la que pasan todas las amistades— dijo Leo encogiéndose de hombros
Medea estaba casi en la segunda planta, donde podría elegir entre una amplia gama de artefactos mortales.
—Oh, no —gruñó Piper, y salió corriendo detrás de ella.
—¡Vamos Piper!— dijo Rachel
Los chicos empezaron a vitorearla
Cuando Medea vio a Piper, empezó a subir con determinación. Era rápida para tratarse de una señora de tres mil años. Piper subió a toda velocidad, saltando los escalones de tres en tres, pero aun así no pudo alcanzarla.
—Quién diría que las señoras de tres mil años pueden correr tan rápido— dijo Miranda
—Para que no las subestimen— dijo Piper —los tres mil años no se notan
Medea no se paró en la segunda planta. Saltó a la siguiente escalera mecánica y siguió subiendo. Las pociones, pensó Piper. Naturalmente, eso es lo que debía de ir a buscar. Era famosa por sus pociones.
—Definitivamente— dijo Reyna —con ellas quien sabe que clase de cosas podría hacer para empeorar la situación
Piper asintió
Abajo, Piper oyó que la batalla proseguía con furia. Leo estaba soplando el silbato, y Jason gritaba para llamar la atención de los dragones. Piper no se atrevía a mirar, no mientras estuviera corriendo con una daga en la mano.
—No, eso nunca es buena opción— dijo Travis
—Ha habido muchos accidentes por acciones como esa— asintió Quirón
—Y vaya que sí— dijo Will
Se imaginaba tropezándose y clavándosela en la nariz. Eso sería superheroico.
—Una cirugía express— señaló Thalia
—No gracias, prefiero que no haya cirugía si puedo evitarlo— dijo Piper
—Una lástima— bromeó Miranda
Cogió un escudo de un maniquí acorazado de la tercera planta y siguió subiendo. Se imaginó al entrenador Hedge gritándole como en clase de gimnasia en la Escuela del Monte: « ¡Más deprisa, McLean! ¿Y llamas a eso subir una escalera?» .
—Qué forma de motivarte— comentó Thalia
—Tenía que hacerlo de alguna manera y eso fue lo único que se me ocurrió— dijo Piper encogiéndose de hombros
Llegó a la planta superior respirando con dificultad, pero ya era demasiado tarde. Medea había llegado al mostrador de las pociones.
—Nooooo— gritaron Percy, Leo y los Stoll
La hechicera cogió un frasco con forma de cisne —el azul que provocaba una muerte dolorosa—, y Piper hizo lo único que se le ocurrió. Le arrojó el escudo.
—Esa es una técnica muy utilizada— coincidió Percy riendo
—Es la técnica más reconocida de todo el mundo— asintió Connor
—Una técnica con clase y elegancia— dijo Katie
Medea se volvió triunfalmente justo a tiempo para recibir en el pecho el impacto de un disco volador de veinte kilos. Retrocedió tambaleándose, se cayó con gran estrépito por encima del mostrador, y rompió frascos y derribó expositores.
—Aunque eso no suena muy seguro— dijo Hazel
—Y no lo fue— dijo Piper
Cuando se incorporó entre los restos, tenía el vestido manchado de una docena de colores distintos. Muchas de las manchas humeaban y brillaban.
—Consejo, nunca mezclen pociones— dijo Piper
—Muchas gracias por ese genial consejo— dijo Percy
—¡Insensata! —dijo Medea gimiendo—. ¿Tienes idea de lo que van a hacer tantas pociones mezcladas?
—¿Matarla? —especuló Piper esperanzada.
—Ojalá— dijo Miranda
—Como si fuera tan fácil— dijo Thalia
—Nunca lo es— dijo Annabeth
La alfombra empezó a humear alrededor de los pies de Medea. La hechicera se puso a toser, y su cara se crispó de dolor… ¿o estaba fingiendo?
—Nunca lo sabremos— dijo Travis
—Seguirá siendo un misterio por siempre— dijo Leo
Debajo, Leo gritó:
—¡Socorro, Jason!
Piper se aventuró a echar un vistazo y estuvo a punto de romper a llorar de desesperación.
—Fue horrible— dijo Piper
—Para mí también fue horrible— dijo Leo —no lo recomiendo como idea de diversión
Uno de los dragones había inmovilizado a Leo contra el suelo. Estaba enseñando los colmillos, listo para morder. Jason se encontraba al otro lado de la sala luchando contra el otro dragón, demasiado lejos para ayudarle.
Hefesto tenía una muestra de preocupación en su rostro
—¡Nos has condenado a todos! —gritó Medea.
El humo atravesó la alfombra a medida que la mancha se esparcía, lanzando chispas y prendiendo fuego a las perchas de ropa.
—Eso es lo hacen muchas pociones combinadas— señaló Katie
—Ahora ya sabemos que eso es lo que sucede— dijo Piper
—No nos quedaremos más con esa duda— dijo Katie
—Solo tenéis unos segundos antes de que esta pócima lo consuma todo y destruya el edificio. No hay tiempo…
—Genial— dijo Rachel
¡CRAAAC! La vidriera del techo se hizo añicos y se desplomó en una lluvia de pedazos multicolores, y Festo, el dragón de bronce, cayó en los grandes almacenes.
—Y una vez más todo está bajo control gracias Festus— dijo Connor
—Festus salvando el día— dijo Travis
Irrumpió en el combate a toda velocidad agarrando a un dragón del sol con cada garra. Solo entonces Piper supo apreciar lo grande y fuerte que era su amigo metálico.
—Es el mejor— dijo Leo
—Lo es— dijeron Piper y Jason al mismo tiempo
—¡Buen chico! —gritó Leo.
Festo echó a volar hasta la mitad del atrio y arrojó a los dragones a los fosos de los que habían salido.
—Un aplauso por favor— pidió Leo
Los chicos aplaudieron
Leo fue corriendo a la fuente y apretó la baldosa de mármol para cerrar los relojes de sol. Los relojes empezaron a vibrar mientras los dragones golpeaban contra ellos intentando escapar, pero por el momento estaban encerrados.
—Al menos— dijo Zoë
—Una preocupación menos— asintió Reyna
—Lo que realmente fue un alivio— dijo Piper
Jason y Leo asintieron de acuerdo
Medea soltó un juramento en un idioma antiguo. En ese momento toda la cuarta planta estaba incendiada. El aire se llenó de gas nocivo.
—Algo que no recomiendo— dijo Piper
—No, no es una buena idea, ni aunque estén aburridos— dijo Leo
—Y yo que quería ir con los de Hécate y hacerlo— se quejó Connor
Incluso con el techo abierto, Piper notaba que el calor aumentaba. Retrocedió hasta el borde del pasamanos, sin dejar de apuntar a Medea con la daga.
—Está muy bien, no la descuides— dijo Artemisa —es demasiado astuta
—¡No pienso quedarme abandonada otra vez! —La hechicera se arrodilló y agarró la poción curativa, que de algún modo había sobrevivido a la colisión—.
—Que sospechoso— dijo Zoé
—Lo sé— asintió Piper —demasiado extraño para una coincidencia
—Tal vez recordaba el interés que mostraste por ella— dijo Annabeth
¿Quieres que tu novio recupere la memoria? ¡Llevadme con vosotros!
Piper echó un vistazo hacia atrás. Leo y Jason estaban montados en el lomo de Festo.
—Pasaje lleno— dijo Leo encogiéndose de hombros —o hay lugar para una hechicera
—Será para la próxima— dijo Miranda
—Realmente no quiero volver a verla— dijo Piper con una mueca
El dragón de bronce agitó sus fuertes alas, cogió las jaulas del sátiro y de los espíritus de la tormenta con las garras y comenzó a ascender.
—Qué excelente dragón— dijo Apolo —mejor que esos de la hechicera
—Definitivamente mucho mejor— dijo Leo con orgullo
El edificio retumbó. Por las paredes subía fuego y humo, derritiendo las barandillas y convirtiendo el aire en ácido.
—Conclusión, nunca mezclen pociones— dijo Piper
—Y eso niños, fue la lección de hoy, espero que hayan tomado apuntes porque el exámen es cada vez más pronto— dijo Travis
Leo y Percy se quejaron
—¡No sobreviviréis a vuestra misión sin mí! —gruñó Medea—. Tu héroe seguirá en la ignorancia para siempre y tu padre morirá. ¡Llevadme con vosotros!
—Solo los está engañando— dijo Perséfone
Por un instante, Piper estuvo tentada de hacerle caso. Entonces vio la sonrisa cruel de Medea.
Piper hizo una mueca
La hechicera confiaba en su poder de persuasión, confiaba en que siempre podría llegar a un acuerdo, en que siempre podría escapar y vencer al final.
—Y las cosas no van a ser como ella quiera— masculló Piper
—Un aplauso a Piper por favor —dijo Percy y aplaudieron
—Hoy no, bruja.
Piper saltó a un lado. Cayó en picado un instante antes de que Leo y Jason la atraparan y la subieran a bordo del dragón.
—Igual que un ejercicio de confianza— dijo Miranda
—Y gracias a los dioses porque ese ejercicio de confianza salió bastante bien— dijo Piper
Oyó a Medea gritar de ira mientras se elevaban a través del tejado roto por encima del centro de Chicago. A continuación, los grandes almacenes estallaron detrás de ellos.
—Que manera de acabar el capítulo— dijo Percy
—Como para una escena en cámara lenta— asintió Apolo de acuerdo
—¿Seguiremos leyendo?— preguntó Percy
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