PERCY XXVII, XXVIII
Lo peor, es que después de eso Zoé parecía encontrar arañas en cualquier lugar al que iba, en cierto modo, no se volvieron a acercar (bueno, solo si contabas a Sammy convertido en araña) no se acercaron durante los años siguientes. Pero, no podía dejar de pensar en aquel olor dulzón que percibió el día del ataque al campamento, el día 0, como un millar de patitas que la seguían justo cuando escapaba ¿Había sido verdad o esta vez había sido producto de su imaginación?
—Entonces— repitió Sally —¿Quién quiere leer?
—Yo digo que ninguno de nosotros debería leer— murmuró Percy
—Yo leo, Sally— dijo Annabeth
—No puede ser— se quejó Percy
Annabeth lo miró con una ceja alzada —Capítulo XXVII, Percy
—Necesitaremos parte de su comida.
Percy se abrió paso a empujones alrededor del anciano y cogió platos de la mesa de picnic: un cuenco tapado de fideos al estilo tailandés con salsa de macarrones y queso,
—Suena increíble esa comida— dijo Leo
—Y también olía genial, lástima que no pudimos probarla— dijo Percy
—Ya habrá otra oportunidad— bromeó Leo
—Espero que no— dijo Hazel
y una pasta en forma de tubo que parecía una mezcla de burrito y bollo de canela.
Antes de perder el control y estamparle el burrito en la cara a Fineas, Percy dijo:
—Vamos, chicos.
—Y eso no habría ayudado con la misión— dijo Percy
—Tal vez a la misión no, pero a tu equilibrio emocional sí— señaló Miranda
—Y la estabilidad emocional es muy importante— asintió Katie
—Por supuesto que sí— añadió Leo
Se llevó a sus amigos fuera del aparcamiento.
Se detuvieron al otro lado de la calle. Percy respiró hondo, tratando de calmarse.
—Se tuvo que necesitar mucha fuerza de voluntad para no golpearlo— dijo Thalia
—Demasiada— asintió Percy
—Un aplauso para ellos por esa gran hazaña— pidió Travis
Varios de los chicos les aplaudieron
La lluvia había disminuido hasta convertirse en una débil llovizna. La fría niebla resultaba agradable en contacto con su cara.
—Por lo menos eso ayuda— asintió Connor
—Y era mejor que golpear a Fineas, sobretodo porque aún no tienen la información— dijo Piper
—Y vaya que lo era— asintió Percy
—Si no fuera por ese pequeño detalle de que necesitan su información...— comenzó Thalia
—Ese hombre... —Hazel golpeó el lateral del banco de una parada de autobús—. Merece morir. Otra vez.
—Cierto— dijo Nico
—Concuerdo— murmuraron varios de los chicos
Era difícil de apreciar bajo la lluvia, pero parecía que estuviera parpadeando para contener las lágrimas.
—Sí tuvimos que haberlo golpeado con la porra— dijo Tyson
—Pero tampoco llevaban una porra— dijo Connor con tristeza
—Eso fue lo peor, que no llevábamos porras— asintió Percy con una mueca
—Lo más horrible de todo— convino Frank
Su largo cabello rizado estaba pegado a los lados de su cara. A la luz grisácea, sus ojos dorados parecían de hojalata. Percy recordó la seguridad con la que Hazel había actuado cuando se habían conocido, controlando la situación con las gorgonas y poniéndolo a salvo.
—Fue genial— dijo Piper
—Hazel demostrando quien manda— comentó Rachel con una sonrisa
—Es que esa forma de actuar estuvo increíble— asintió Katie
—Y que lo digas— murmuró Travis
—Gracias— dijo Hazle sonrojada
Ella lo había consolado en el templo de Neptuno y le había hecho sentirse bien recibido en el campamento. Ahora quería devolverle el favor, pero no sabía cómo.
—No te preocupes, no era necesario— dijo Hazel
—Lo siento— dijo Percy
—No te preocupes— comentó Hazel con una sonrisa
Ella parecía perdida, abandonada y verdaderamente deprimida.
Hazel hizo una mueca
—Y también lo siento por eso— murmuró Percy
—Está bien, esto de la poca privacidad en los libros ya no es tan sorprendente— dijo Hazel
—Yo creo que todavía nos puede sorprender— comentó Leo
—Genial— dijo Percy
A Percy no le sorprendió que hubiera vuelto del inframundo. Lo había sospechado en algún momento por la forma en que ella evitaba hablar de su pasado y por lo reservado y cauteloso que se había mostrado Nico di Angelo
—No fueron muy discretos— señaló Apolo
—La discreción no es una de sus virtudes— bromeó Thalia
—O es solo porque Percy es muy... Observador— señaló Nico
—Oye— se quejó Percy porque estaba seguro que Nico no había querido decir "observador"
Pero eso no cambiaba cómo Percy la veía. Ella parecía... viva, como una chica de buen corazón normal y corriente, que merecía crecer y tener un futuro. Ella no era un demonio como Fineas.
—Gracias— murmuró Hazel
—No tienes por qué agradecer, es la verdad— dijo Percy
Hazel le sonrió
—Lo venceremos —prometió Percy—. Él no es como tú, Hazel. Me da igual lo que diga.
Ella negó con la cabeza.
—No conoces toda la historia. Deberían haberme mandado a los Campos de Castigo.
—Por supuesto que no— masculló Hades
—Claro que no, de ninguna manera te los merecías— dijo Frank ferozmente
Hazle le sonrió
Yo... yo soy igual de mala...
—¡No, no lo eres!
Frank cerró los puños. Miró a su alrededor como si estuviera buscando a alguien que no estuviera de acuerdo con él: un enemigo al que pudiera pegar en defensa de Hazel.
—Awwww que monada— dijo Afrodita
Frank se sonrojó
—Esperemos que nadie desafortunado haya pasado por ahí en ese momento— dijo Miranda
—Habría sido un completo horror— dijo Connor
—Nadie pasó— murmuró Frank
—¡Ella es buena persona! —gritó a través de la calle.
Unas cuantas arpías chillaron en los árboles, pero nadie más les prestó atención.
—Son muy lindos— dijo Perséfone
—Perséfone— dijo Hades con tono de advertencia
—Querido, por supuesto que lo son— dijo Perséfone
—Estoy completamente de acuerdo con ella— asintió Afrodita
—Y de nuevo... ¿Quién las juntó? — preguntó Apolo ganándose una mirada asesina de ambas diosas
Hazel miró fijamente a Frank. Alargó la mano tímidamente, como si quisiera cogerle la mano pero temiera que se evaporara.
—Frank... —dijo tartamudeando—. Yo... yo no...
Hazel y Frank se sonrojaron más
—Awwww— chillaron muchos de sus amigos
—Ustedes son unas personas horribles— dijo Rachel riendo
—Somos— corrigió Katie
—Además es para motivarlos a que molesten a las personas— señaló Travis riendo
—Tienen que unirse al lado oscuro— comentó Piper con una carcajada
Lamentablemente, Frank parecía absorto en sus pensamientos.
Cogió su lanza de la mochila y la agarró de manera insegura.
—Podría intimidar a ese viejo —propuso—, asustarle...
—Eres adorable— dijo Afrodita
—Suena a un plan increíble, pero no creo que eso funcionara con él— comentó Apolo
—Supongo que no— suspiró Frank
Hazel rió
—Tranquilo, Frank —dijo Percy—. Reservémoslo como plan alternativo, pero no creo que podamos amedrentar a Fineas para que colabore. Además, solo puedes usar la lanza dos veces más, ¿no?
—Pequeño detalle— dijo Connor
—Y probablemente sea más importante en otra ocasión— dijo Hermes
—Y vaya que era importante— asintió Percy
—Debe haber otra manera de obtener el favor de Fineas— comentó Poseidón
Frank miró ceñudo la punta de diente de dragón, que había crecido por completo de la noche a la mañana.
—Sí. Supongo...
—Entonces mejor úsenla después— dijo Chris
—Suena a la mejor idea que ha tenido Chris— asintió Travis
Chris le dio una mirada ofendida
Percy no sabía lo que el viejo vidente había querido decir con respecto a la historia de la familia de Frank: la destrucción del campamento por parte de su abuelo, su antepasado argonauta y la parte del palo quemado que controlaba la vida del chico.
Frank hizo una mueca, no había querido que sus amigos (Hazel en especial) se enteraran de esa forma sobre su "indulto"
Pero estaba claro que había dejado conmocionado a Frank. Percy decidió no pedir explicaciones. No quería hacer llorar al grandullón, y menos delante de Hazel.
—Muchas gracias— dijo Frank
—Eso no estaría bien— dijo Afrodita
—Lo siento de nuevo— murmuró Percy con una sonrisa de disculpa
—Está bien, que bueno que no dijiste nada ahí— comentó Frank
—Tengo una idea —Percy señaló calle arriba—. La arpía de plumas rojas se ha ido en esa dirección. A ver si podemos conseguir que hable con nosotros.
—Eso suena razonable — dijo Apolo
—Lo más razonable que podíamos hacer en esos momentos— asintió Percy —y me gustan las cosas razonables
Sus amigos lo voltearon a ver con ironía, sobretodo Hazel y Frank que se acordaron de su razonable plan, Percy les sonrió
Hazel miró la comida que Percy tenía en las manos.
—¿Vas a usar eso como cebo?
—Más bien como prenda de paz —dijo Percy—.
—Es mucho mejor que un cebo — asintió Poseidón
—Y así no se iba a asustar... Bueno, al menos ese era el plan— dijo Percy
—Y por tu tono no salió tan bien el plan— señaló Thalia
—Tuvo sus bajos— admitió Percy encogiéndose de hombros
Vamos. No dejéis que las otras arpías roben la comida, ¿vale?
Percy destapó los fideos y desenvolvió el burrito de canela. Un oloroso vapor flotó en el aire. Recorrieron la calle; Hazel y Frank con las armas en ristre.
—Cuando la comida necesita una escolta — dijo Connor
—Es que era una muy buena comida— señaló Percy
—Y la buena comida no debe ir por ahí sola— asintió Leo
—Eso estaría muy mal— concordó Percy
—Claramente— dijo Piper
Las arpías revoloteaban detrás de ellos, posándose en árboles, buzones y astas de bandera, siguiendo el olor de la comida.
—Y olía bastante bien — comentó Percy —sobre todo porque seguía teniendo hambre
—Ese es un detalle a tener en cuenta— dijo Thalia
—Lástima que la comida era para la arpía— dijo Leo
—Y también era de la mesa de Fineas— señaló Percy con una mueca
Percy se preguntaba qué veían los mortales a través de la Niebla. Tal vez pensaban que las arpías eran palomas y las armas palos de hockey o algo por el estilo.
—Por eso es que las palomas no me agradan — dijo Travis —se parecen a las arpías
—Pero las arpías son lindas— dijo Tyson
—Ella es linda, las demás me dan miedo— comentó Travis
—Sobre todo cuando te quieren matar— murmuró Leo
Tal vez simplemente pensaban que la salsa de macarrones y queso estaba tan buena que necesitaba una escolta armada.
—Podría pasar — aseguró Connor
—Es que hay comidas increíbles— señaló Apolo
—Y vaya que las hay— asintió Hermes
—Nunca sabes que te podrías encontrar— dijo Leo
—Entonces que bueno que esa comida necesitaba una escolta armada— bromeó Percy
Percy tenía bien agarrada la comida. Había visto la rapidez con la que las arpías podían arrebatar cosas. No quería perder su prenda de paz antes de encontrar a la arpía de las plumas rojas.
—Eso no sería bueno — dijo Piper
—Tendríamos que improvisar otro plan— asintió Percy
—¿No habíamos quedado que los planes improvisados eran los mejores? — preguntó Leo
—Cierto— dijo Percy
—Mejores que los planes que en realidad planea Percy— dijo Grover
—Y vaya que sí— dijo Frank
—Muchas gracias— comentó Percy
Por fin la vio, dando vueltas sobre una parcela de parque que recorría varias manzanas entre hileras de viejos edificios de piedra. Unos senderos se extendían a través del parque bajo enormes arces y olmos, por delante de esculturas, zonas de recreo y bancos sombreados. El lugar recordaba a Percy... otro parque. ¿Tal vez de su ciudad natal? No se acordaba, pero le hacía sentir nostalgia.
Percy hizo una mueca —No me gustaba eso de recordar sin recordar
—Es horrible— asintió Jason
Cruzaron la calle y encontraron un banco en el que sentarse al lado de una gran escultura de bronce de un elefante.
—Se parece a Aníbal —dijo Hazel.
—Los elefantes suelen parecerse — asintió Apolo
—Cada uno tiene características que lo define—señaló Atenea
—Y aún así se siguen pareciendo— argumentó Apolo
—Solo que este es chino —dijo Frank—. Mi abuela tiene uno de esos —se estremeció—. O sea, el suyo no mide tres metros y medio de alto. Importa cosas... de China. Somos chinos.
Varios de los chicos se empezaron a reír y otros miraron a Frank con confusión
—Claro — dijo Travis
—Me contaron lo mismo— asintió Connor
—¿Ves cómo lo pones, Haz? — bromeó ¨Piper
Hazel se sonrojó, Frank puso la cara entre sus manos
—Sí son unas horribles personas— señaló Apolo
—Gracias— corearon varios de los chicos
—miró a Hazel y a Percy, que estaban haciendo esfuerzos por no reírse—. Creo que me voy a morir de la vergüenza.
—No puedes, primero tienen que encontrar a la arpía — señaló Leo
—Prioridades Frank— dijo Travis
—Cierto, olvidé nuestra increíble misión— comentó Frank
—No te preocupes, tío —dijo Percy—. A ver si podemos hacernos amigos de la arpía.
Levantó los fideos y ventiló el olor hacia arriba: pimienta picante y abundante queso. La arpía roja empezó a dar vueltas más bajo.
—Gracias a los dioses que bajó y no me seguí poniendo en vergüenza— murmuró Frank
Hazel le dio una sonrisa un poco divertida
—Creo que sí le gustó el olor de la comida — dijo Miranda
—Nos alegró mucho porque era todo lo que teníamos— dijo Percy
—No te haremos daño —la llamó Percy en un tono de voz normal—. Solo queremos hablar. Fideos a cambio de la oportunidad de hablar, ¿vale?
—Suena bien para mí — dijo Leo
—Suena como la oportunidad que todos quisiéramos— señaló Percy
—No todos pueden conseguir oportunidades como esa— dijo Piper
La arpía descendió a toda velocidad en un destello rojo y se posó sobre la estatua del elefante.
Estaba tan flaca que daba pena. Sus patas plumosas eran como palos. Su cara habría sido bonita de no haber sido por sus mejillas hundidas.
Tyson hizo una mueca
—Un cíclope y una arpía hacen una pareja interesante— dijo Afrodita encantada
Se meneaba con bruscos espasmos de pájaro; sus ojos marrón café se movían rápida e incansablemente, y sus dedos arañaban su plumaje, sus lóbulos y su greñudo pelo rojo.
—Queso —murmuró, mirando de reojo—. A Ella no le gusta el queso.
—Tenías que escoger lo que no le gustaba — dijo Connor negando con la cabeza
—Típico de su suerte— señaló Thalia
—Muchas gracias, cara de pino— dijo Percy
—Es la verdad— dijo Thalia
Percy vaciló.
—¿Te llamas Ella?
—Ella. Aella. « Arpía.» En vuestro idioma. En latín.
—Vaya — dijo Artemisa asombrada
Varios de los dioses miraron el libro con curiosidad como si pudieran ver a la arpía a través del libro
A Ella no le gusta el queso.
Dijo todo eso sin respirar una sola vez ni establecer contacto visual. Sus manos intentaban agarrar su pelo, su vestido de arpillera, las gotas de lluvia, cualquier cosa que se moviera.
—Suena adorable — dijo Katie
—Sobre todo porque no los quiere matar— dijo Travis
—Eso fue un punto bueno— admitió Percy —pero Ella sí es adorable
—Es fantástica— asintió Hazel
—Sí lo es— coincidió Tyson
De repente, la arpía se abalanzó con tal rapidez que a Percy no le dio tiempo a parpadear, agarró el burrito de canela y apareció de nuevo sobre el elefante.
—Como que no funcionó que la comida tuviera escolta — dijo Leo
—¿Se acuerdan que dije que el plan tuvo problemitas? — Preguntó Percy —bueno, fue uno
—Ya saben, como en todos los planes— comentó Frank
—Básicamente— asintió Jason
—¡Dioses, es muy rápida! —dijo Hazel.
—Y va a tope de cafeína —aventuró Frank.
—Imaginen si le dieran más café — dijo Leo
—Nadie le va a dar café— dijo Percy
—Ni siquiera creo que el café sea bueno para las arpías— señaló Hermes
—Mejor sin nada de café— dijo Miranda
Ella olfateó el burrito. Mordisqueó el borde y se estremeció de la cabeza a las patas, graznando como si se estuviera muriendo.
—La canela es buena —pronunció—. Buena para las arpías. Ñam, ñam.
—Ella es genial y linda— dijo Tyson sonrojándose
—Awwww— corearon varios de los chicos haciendo sonrojar aún más a Tyson
Empezó a comer, pero las arpías más grandes se lanzaron en picado. Antes de que Percy pudiera reaccionar, empezaron a golpear a Ella con sus alas, intentando arrebatarle el burrito.
—Fueron unas horribles arpías — dijo Frank
—Aunque por otro lado, ellas también tenían hambre— señaló Bianca
—Eso es cierto— comentó Percy —pero aun así se portaron muy mal con Ella, eran muchas contra una
—Definitivamente— asintió Frank
—Nnnnnnooo —Ella trató de esconderse bajo sus alas mientras sus hermanas se unían contra ella, arañándola con sus garras—. N-no —dijo tartamudeando—.¡N-n-no!
—¡Basta! —gritó Percy.
—Aunque fue tarde — murmuró Percy
—Pero de cualquier manera no creo que pudiéramos haber hecho algo más— comentó Hazel con una mueca
—Probablemente no— coincidió Percy —eran demasiado rápidas
Él y sus amigos corrieron a ayudarla, pero era demasiado tarde. Una gran arpía amarilla agarró el burrito, y toda la bandada se dispersó, dejando a Ella encogida y temblando sobre el elefante.
—En todas las especies hay bravucones — dijo Connor
—La ley del más fuerte— señaló Atenea
Los chicos hicieron una mueca
Hazel tocó la pata de la arpía.
—Lo siento mucho. ¿Estás bien?
Hazel suspiró —Fueron muy malas con ella
Ella sacó la cabeza de debajo de las alas. Todavía estaba temblando. Estaba encorvada, y Percy pudo apreciar el tajo sangrante que tenía en la espalda, en la zona donde Fineas le había dado con la desbrozadora. Se toqueteó las plumas, arrancándose penachos de plumaje.
—La muerte no le quitó lo imbécil — dijo Perséfone
—Probablemente lo volvió más imbécil— señaló Apolo
—¿Probablemente? — Preguntó Artemisa —creo que es un hecho
Poseidón hizo una mueca
—Ella pe-pequeña —dijo tartamudeando airadamente—. Ella dé-débil. No hay canela para Ella. Solo queso.
—Espero que sí encuentren canela para Ella — dijo Rachel
—Ella se merece la canela— asintió Connor
—No la pueden dejar sin canela— dijo Katie
—Eso intentábamos— dijo Percy —aunque no sabíamos cómo
Frank miró con el ceño fruncido al otro lado de la calle, donde las otras arpías estaban posadas en un arce, haciendo pedazos el burrito.
—Te traeremos otra cosa —le prometió.
—Con canela — dijo Leo
—Está claro que la canela no puede faltar— dijo Calipso
—Canela sí, queso no— señaló Travis
—El queso no se merece ser despreciado de esa manera— dijo Miranda
Percy dejó los fideos. Era consciente de que Ella era distinta, incluso para una arpía. Pero después de ver cómo se habían metido con ella, estaba seguro de una cosa: pasara lo que pasase, la ayudaría.
—Eso está muy bien — asintió Poseidón —aunque van a necesitar un nuevo trato para Fineas
—Nada más que puedan pensar en un trato— dijo Apolo
—Yo espero que no venga ese trato— murmuró Percy para sí mismo
—Ella, queremos ser tus amigos —dijo—. Podemos traerte más comida, pero...
—Amigos. Friends —dijo Ella—. Diez temporadas. De 1994 a 2004 —
—Vaya — murmuraron los chicos que no habían conocido a la arpía
—Oh sí, y esa fue una de las cosas menos impresionantes que dijo— comentó Percy
—Eso explica muchas cosas— dijo Reyna pensativa
miró de soslayo a Percy y acto seguido miró al aire y empezó a recitar a las nubes—. « Un mestizo de los dioses más antiguos, cumplirá dieciséis contra viento y marea.»
Y los chicos se impresionaron aún más
—Fue raro — dijo Percy
—Estoy entendiendo por qué la quiere Fineas — comentó Apolo
—Eso es simplemente impresionante— dijo Artemisa
—¿Y dónde lo habrá escuchado? — preguntó Poseidón
—Creo que probablemente lo leyó— dijo Percy encogiéndose de hombros
Los dioses miraron pensativos el libro
—No sabía que las arpías podían leer— dijo Connor
—Algunas son más inteligentes que otras— señaló Perséfone
Dieciséis. Tú tienes dieciséis años. Página dieciséis, Domine el arte de la cocina francesa. Ingredientes: beicon, mantequilla.
—Ella es genial — dijo Travis
—Esa arpía es increíble, de ninguna manera se la pueden dar a Fineas— señaló Apolo
—Por supuesto que no— dijo Percy
A Percy le resonaban los oídos. Estaba mareado, como si se hubiera sumergido treinta metros bajo el agua y hubiera vuelto a subir.
—Eso no siena como una buena sensación — dijo Leo
—No lo era — comentó Percy
—Es que de hecho fue bastante impresionante — asintió Miranda
—Ella... ¿qué es lo que has dicho?
—Beicon —la arpía atrapó una gota de lluvia del aire—. Mantequilla.
—Bueno, no fuiste muy específico — señaló Leo
—Cierto, mi culpa — dijo Percy
—Ahora sabes que tienes que ser más específico con lo que quieres — dijo Leo
—Aprendí la lección — añadió Percy
—No, antes. Esos versos... Yo conozco esos versos.
Al lado de Percy, Hazel se estremeció.
—A mí también me suenan, como... No sé, como una profecía.
—Básicamente — dijo Apolo
—Sonaba a una profecía porque era una — asintió Percy
—Esa podría ser una excelente explicación — comentó Rachel
—Una profecía increíble — bufó Poseidón
Tal vez se lo haya oído decir a Fineas.
Al oír el nombre de Fineas, Ella se puso a graznar presa del terror y se marchó volando.
—No fue buena idea decir su nombre — dijo Hazel
—Nop — dijo Percy sonriendo —pero aun así la pudimos encontrar
—Eso es cierto — suspiró Hazel
—¡Espera! —gritó Hazel—. No quería... Oh, dioses, qué tonta soy.
—No pasa nada —Frank señaló con el dedo—. Mira.
Ella ya no se movía tan rápido.
—Lo que fue de ayuda — dijo Frank
—Y también nos dejó ver el lugar donde vivía, lo que fue genial para entender mejor — señaló Percy
—Y que lo digas — murmuró Hazel
Ascendió aleteando hasta lo alto de un edificio de ladrillo rojo de tres pisos y desapareció correteando por encima del tejado. Una pluma roja cayó balanceándose a la calle.
—Bueno, una pista más para encontrarla — dijo Hermes —porque con ustedes nunca se sabe
—Muchas gracias — murmuraron los chicos
—¿Creéis que es su nido? —Frank miró el letrero del edificio entornando los ojos—. ¿Biblioteca del Condado de Multnomah?
—Con lo inteligente que es, una biblioteca definitivamente le gustaría — dijo Artemisa
—Y tendría mucho material para entretenerse— dijo Thalia
Percy asintió con la cabeza.
—Vamos a ver si está abierta.
Cruzaron la calle corriendo y entraron en el vestíbulo.
—Pues si no estaba abierta ya la abrieron ustedes — dijo Leo
—A nosotros ningún letrero de "cerrado" nos va a detener — bromeó Percy
—Créeme, lo hemos notado — dijo Travis riendo
—Tu reputación te precede — señaló Leo
—Bueno, gracias — dijo Percy
Una biblioteca no habría sido la primera opción de Percy a la hora de elegir lugares de visita. Con su dislexia, ya tenía suficientes problemas para leer los letreros. ¿Un edificio entero lleno de libros? Parecía tan divertido como la tortura de la gota china o que te sacaran los dientes.
—Estoy completamente de acuerdo — asintió Travis
—Bueno, la dislexia puede ser un incordio, pero no es para que sea una tortura— dijo Katie —sobretodo comparada con que te saquen los dientes
—Imagina como nos sentimos después de 6 libros y medio— bromeó Percy ganándose un golpe juguetón de Annabeth
—Esto se convirtió en una sala de torturas de alto nivel— dijo Leo riendo
Atenea rodó los ojos
Mientras atravesaban trotando el vestíbulo, Percy se imaginó que a Annabeth le gustaría ese sitio.
Annabeth volteó a ver a Percy con incredulidad
—Lo sé — dijo Percy con una sonrisa ladeada
—Vaya, sesos de alga — dijo Annabeth sonriendo
Era espacioso y estaba radiantemente iluminado, con grandes ventanas abovedadas. Libros y arquitectura, sin duda a ella... Se paró en seco.
—Bueno, pues sí le habría gustado — dijo Thalia
—Sí, pero supone que no recordaba nada — señaló Piper con cierta sorpresa
Los demás entendieron la anterior mirada de incredulidad de Annabeth, había sido tan lógico que a Annabeth le gustaría ese lugar que no se habían dado cuenta que de hecho Percy no debía recordarlo
—Una vez más se comprueba el hecho de que no todo fue por el recuerdo que dejó Hera— señaló Perséfone
Annabeth y Percy se sonrieron
—¿Percy? —dijo Frank—. ¿Qué pasa?
Percy intentó desesperadamente concentrarse. ¿De dónde habían salido esos pensamientos?
—Tu lógica en los sentimientos no cuenta — dijo Afrodita mirando con suficiencia a Atenea
Atenea le dio una mirada asesina a la diosa
Arquitectura, libros... Annabeth lo había llevado una vez a la biblioteca, en su hogar en... en... El recuerdo se desvaneció. Percy dio un puñetazo en el lateral de una estantería.
—Qué sexy — dijo Afrodita
—¡Mamá! — se quejó Piper
—Ay querida, es simplemente la verdad — dijo Afrodita
—¿Qué culpa tenía la estantería? — preguntó Connor
—Eso fue por ponerse en el camino de Percy — dijo Miranda
Sally y Annabeth miraron a Percy con una ceja enarcada haciendo que el chico se sonrojara. Los hermanos Jackson también lo miraron con incredulidad
—¿Percy? —dijo Hazel suavemente.
Estaba tan enfadado, tan defraudado con sus recuerdos perdidos, que le entraron ganas de dar otro puñetazo a una estantería,
—Pobre estantería — dijo Leo
—Aprendió a no meterse en el camino de otros — dijo Travis
—Pero es solo una estantería — señaló Katie
—Que se atravesó en el camino de Percy — dijo Leo
—Sí se atravesó — comentó Percy
pero las caras de preocupación de sus amigos lo llevaron de vuelta al presente.
—Estoy... estoy bien —mintió—. Solo me he mareado un momento.
—Fue consecuencia del mareo que golpearas tan feo la estantería — dijo Leo
—No le pegué tan feo — dijo Percy
—Pregúntale a la estantería — señaló Leo
Busquemos una forma de llegar al tejado.
Les llevó un rato, pero por fin encontraron una escalera con acceso al tejado. En lo alto había una puerta con una alarma de vibración, pero alguien había puesto un ejemplar de Guerra y paz para que no se cerrara.
—Excelente uso de los libros — dijo Katie con sarcasmo
—Debes actuar con lo que tengas. —dijo Miranda
—Pues les funcionó bastante bien — asintió Percy
En el exterior, Ella se encontraba acurrucada en un nido de libros bajo un refugio de cartón improvisado.
—Ella sabe cómo hacer un refugio improvisado — dijo Leo
—Y educativo — señaló Percy
—Lo que también era realmente importante — asintió Frank
—Por supuesto que lo era — dijo Hazel
Percy y sus amigos avanzaron despacio, procurando no asustarla. Ella no les prestó atención. Se toqueteaba las plumas y murmuraba, como si estuviera ensayando sus frases para una obra de teatro.
—Es importante aprenderse sus frases — dijo Apolo
—Claro, imagina llegar a la obra de tu vida sin saberte los diálogos — comentó Hermes con sarcasmo
Percy se situó a un metro y medio de distancia y se arrodilló.
—Hola. Sentimos haberte asustado. Oye, no tenemos mucha comida, pero...
Sacó un poco de cecina macrobiótica del bolsillo.
—Pero no es de su mesa — señaló Deméter
—Sí, me enteré hasta después — dijo Percy
—Más vale tarde que nunca — dijo Piper
—Es lo que yo digo— asintió Percy
Ella se abalanzó y se la arrebató en el acto. Se acurrucó de nuevo en su nido, olfateando la cecina, pero suspiró y la tiró.
—N-no es no de su mesa. Ella no puede comer. Lástima. La cecina sería buena para las arpías.
—Buena para las arpías, mala para las orcas — dijo Leo
—Las orcas no saben apreciar la cecina macrobiótica— dijo Chris
—Ellas se lo pierden, Percy se lo ahorra— bromeó Leo
—No es de... Ah, vale —dijo Percy—. Es parte de la maldición. Solo puedes tomar su comida.
—Tiene que haber una forma —dijo Hazel.
—Solo que se rompa la maldición o que él decida dejarlas libres... Cosa que no creo que suceda — dijo Hermes
—Pero entonces ¿Por qué Tyson conocería a Ella? — preguntó Poseidón
—Tal vez si dejaran que la mocosa siguiera leyendo…— mencionó Dionisio
—« Fotosíntesis» —murmuró Ella—. « Nombre. Biología. Síntesis de materiales orgánicos complejos.»
—No creo que le funcione la fotosíntesis — murmuró Zoé
—Era una increíble alternativa— admitió Connor
—Una verdadera lástima que no pueda hacer fotosíntesis— comentó Katie con sarcasmo
« Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura...»
—¿Qué está diciendo? —susurró Frank.
—Una frase— señaló Leo
—Obviamente— asintió Travis
—Sí por supuesto ¿Cómo no me di cuenta? — dijo Frank
—-Una verdadera incógnita— dijo Leo
Percy se quedó mirando el montón de libros que había alrededor de ella. Todos parecían viejos y mohosos. Algunos tenían el precio escrito con rotulador en la portada, como si la biblioteca se hubiera deshecho de ellos liquidándolos.
—Está citando libros —se figuró Percy.
—Vaya, eso es muy genial — dijo Katie
—Lo único que yo puedo citar es la frese que dijo Percy en el primer libro "mira, yo no quería ser un mestizo" — señaló Leo
—Y eso es porque a todos nos identifica esa frase— comentó Thalia
—Adiós al sueño de citar libros en el momento adecuado— suspiró Katie
—Bueno niños, necesitan entrenar más su memoria— señaló Apolo
—Almanaque del granjero de 1965. « Empiece a criar animales, veintiséis de enero.»
—Ella, ¿has leído todos estos libros? —dijo.
Ella parpadeó.
—Más.
—Dioses míos y yo no puedo terminar ni uno — dijo Miranda
—Dioses míos y yo no puedo leer ni los de la escuela— se quejó Travis
—Esto es bastante deprimente— admitió Chris
Más abajo. Palabras. Las palabras tranquilizan a Ella. Palabras, palabras, palabras.
—Y tan solo de pensar las cosas que ha leído y sabe, no es una sorpresa que Fineas la quiera — comentó Atenea
—Podemos darnos una buena idea con la profecía que recitó— asintió Artemisa
Percy escogió un libro al azar: un ejemplar destrozado de Historia de la hípica.
—Ella, ¿te acuerdas del tercer párrafo de la página sesenta y dos...?
—« Secretariat —dijo ella al instante—, el favorito por tres a dos en el Derby de Kentucky de 1973, batió el récord de pista con uno cincuenta y cinco y dos quintos.»
—Eso es tener una excelente memoria— dijo Travis
—Eso es más que excelente— mencionó Annabeth
—Creo que es como una genia— dijo Percy
—Definitivamente lo es— dijo Hazel
Percy cerró el libro. Le temblaban las manos.
—Palabra por palabra.
—Es increíble —dijo Hazel.
—Es una gallina genial —convino Frank.
—Y vaya que sí— asintió Leo
—Sí lo es— dijo Tyson y luego hizo una mueca —pero no es una gallina
—Frank, no seas irrespetuoso— dijo Leo negando con la cabeza
—Lo siento— dijo Frank alzando las manos
Percy se sentía inquieto. Estaba empezando a hacerse una idea de por qué Fineas quería capturar a Ella, y no era porque le hubiera arañado.
—Tampoco lo creo— coincidió Apolo
—De ninguna manera puede perder una ventaja así— dijo Poseidón
Percy recordó el verso que la arpía había recitado: « Un mestizo de los dioses más antiguos» . Estaba seguro de que hacía referencia a él.
—Pero solo era una corazonada— dijo Percy
—Nos alegra que solo haya sido una corazonada— dijo Connor
—Es mejor que solo sea una corazonada— dijo Leo
—Ella, vamos a encontrar una manera de romper la maldición —dijo—. ¿Te gustaría?
—Es imposible. « It's Impossible» —contestó la arpía—. Grabada en inglés por Perry Como en 1970.
—Creo que ya nada es imposible— dijo Artemisa
—Ya también nos dimos cuenta de eso— asintió Apolo
—No hay nada imposible —dijo Percy—. Mira, voy a decir su nombre. No tienes por qué huir. Vamos a salvarte de la maldición. Solo tenemos que descubrir una forma de vencer a... Fineas.
—Nada más que se les ocurra una manera— dijo Leo
—Es lo de menos— bromeó Percy
—Por supuesto que es lo de menos— murmuró Frank dándole a Percy una mirada intencionada
Esperó a que ella escapara, pero la arpía se limitó a negar vigorosamente con la cabeza.
—¡N-n-no! Fineas, no. Ella es rápida. Demasiado rápida para él. Pe-pero él quiere en-encadenar a Ella. Él hace daño a Ella.
—Sí debimos golpearlo con la porra— dijo Hazel
—Pero no llevábamos porras— dijo Frank
—Pero podríamos conseguirlas— comentó Percy
—Esa es la actitud— dijo Leo
Trató de llegar al corte de la espalda.
—Frank, ¿tienes el material de primeros auxilios? —preguntó Percy.
—Ahora mismo.
—Eso es ser precavido— asintió Connor
—Después de que los atacó el cereal cualquier precaución es mínima— señaló Hermes
—Y van de nuevo— masculló Deméter
Frank sacó un termo lleno de néctar y explicó sus propiedades curativas a Ella. Cuando se acercó a la arpía, esta retrocedió y empezó a chillar. Entonces Hazel lo intentó, y Ella dejó que le echara un poco de néctar en la espalda. La herida empezó a cerrarse.
—Qué bueno que al menos dejó que Hazel se acercara— dijo Katie
—Sí, no debía seguir herida por más tiempo— dijo Percy con una mueca
Hazel sonrió.
—¿Lo ves? Eso está mejor.
—Fineas es malo —insistió Ella—. Y las desbrozadoras. Y el queso.
—Por supuesto que sí— dijo Leo
—Pero el queso no merece estar en esa lista tan horrible— dijo
—Según Ella sí lo merece— comentó Percy encogiéndose de hombros
—Desde luego —convino Percy—. No le permitiremos que te vuelva a hacer daño. Pero tenemos que averiguar cómo engañarlo. Las arpías debéis de conocerlo mejor que nadie. ¿Hay algún truco que podamos usar para engañarlo?
—Golpearlo con la porra— dijo Piper
—Pero eso no serviría para engañarlo— señaló Jason
—Serviría si lo dejas muy confundido— mencionó Thalia
—Exactamente— asintió Piper
—N-no —dijo Ella—. Los trucos son para los niños. Cincuenta trucos para enseñarle a su perro, de Sophie Collins, llame al número seis, tres, seis...
—Ojalá eso les sirviera en esa situación— comentó Thalia
—Los perros son muy bonitos como para que los compares con él— dijo Miranda
—Está bien, Ella —Hazel habló en tono tranquilizador, como si estuviera intentando apaciguar a un caballo—. Pero ¿tiene Fineas alguna debilidad?
—Ciego. Está ciego.
—Una gran información—dijo Travis
—Bueno, pero en realidad les contestó lo que le pidieron— señaló Will
—Sí, debí ser más específica— comentó Hazel
Frank puso los ojos en blanco, pero Hazel continuó pacientemente.
—Vale. ¿Y además de eso?
—Azar —dijo ella—. Los juegos de azar. Doble contra sencillo. Pocas posibilidades. Apostar o retirarse.
Percy masculló una maldición —¿Falta mucho para acabar el capítulo? — preguntó en un susurro
—Sí— dijo Annabeth
Percy se quejó otra vez
—¿Por qué? — susurró Annabeth
—Tenía la esperanza de que algo no viniera— murmuró Percy
A Percy se le levantó el ánimo.
—¿Quieres decir que es aficionado al juego?
—Fineas ve las cosas importantes. Profecías. Destinos. Cosas divinas. No las cosas pequeñas. Aleatorias. Emocionantes. Y está ciego.
—Que quede claro que está ciego— dijo Leo
—Nos quedó clarísimo— asintió Frank
—No vayan a cometer el error de pensar que no lo está— dijo Piper
Frank se frotó la barbilla.
—¿Tenéis alguna idea de lo que quiere decir?
Percy observó como la arpía se toqueteaba su vestido de arpillera. Le daba una lástima tremenda, pero también estaba empezando a darse cuenta de lo lista que era.
—Y vaya que sí— dijo Rachel
—Imagina lo que lograría Fineas si la consiguiera— señaló Reyna
—Sería aún más imbécil— dijo Thalia
—Creo que ya lo pillo —dijo—. Fineas ve el futuro. Está al tanto de muchos acontecimientos importantes. Pero no puede ver las cosas pequeñas, como los sucesos que ocurren aleatoriamente o los juegos de azar espontáneos.
—Solo necesitan inventarse un juego al azar— dijo Bianca
—Estuvo increíble el juego al azar— comentó Frank
—Necesitamos saber como fue ese juego— dijo Piper
Eso hace que jugar le resulte emocionante. Si podemos tentarlo para que haga una apuesta...
Hazel asintió con la cabeza lentamente.
—De forma que si perdiera, tuviera que decirnos dónde está Tánatos.
—Por supuesto, pero ¿Qué le darían si él gana? No hay muchas cosas que lo puedan tentar— señaló Hermes
—Es una sorpresa— dijo Percy con una sonrisa nerviosa
—Vaya que se van a sorprender— dijo Frank
Pero ¿qué tenemos para apostar? ¿A qué jugamos?
—A algo sencillo con apuestas elevadas —djo Percy—. Por ejemplo, dos opciones. Vivir o morir.
—Sí, mejor que sea otra cosa— dijo Poseidón
—Eso no suena como la apuesta que alguien quisiera hacer— dijo Thalia
—Tal vez sí lo es— señaló Nico
Y el precio tiene que ser algo que Fineas quiera... O sea, aparte de Ella. Eso está descartado.
—La vista —murmuró Ella—. La vista es buena para los ciegos.
—Supongo que tiene razón— asintió Leo
—Eso he escuchado también— dijo Travis
—Sí, me parecía un poco lógico— comentó Percy
Curar... no, no. Gaia no piensa hacer eso por Fineas. Gaia mantiene a Fineas cie-ciego para que dependa de Gaia. Sí.
—Por supuesto— dijo Apolo
—De ninguna manera iba a cortar su ventaja sobre él— dijo Artemisa
—No es así como ella se maneja— bufó Hades
Frank y Percy se cruzaron una mirada elocuente.
—La sangre de gorgona —dijeron al unísono.
—Y ahí vamos a ver como usaron la sangre de gorgona— señaló Hermes
—Esto no me está gustando— dijo Poseidón
Annabeth miró el libro pensativa, una apuesta de vivir o morir, sangre de Gorgona, el capítulo sobre Percy…
—¿En serio lo hiciste? — masculló Annabeth en voz baja
—Un poquito— dijo Percy en el mismo tono —pero tenía un plan
—Percy… — Annabeth suspiró —tú mamá está aquí
— Lo sé, voy a estar castigado el resto de mi vida— murmuró Percy nervioso
—¿Qué? —preguntó Hazel.
FRANK sacó los dos frascos de cerámica que había cogido del Pequeño Tíber.
—Ella es un genio —dijo Frank—. Salvo si la palmamos.
—Sí, así no sería tan bueno— dijo Leo
—Eso podría costar demasiado caro— comentó Rachel
—Mejor que no lo estropeen— señaló Ares
—No te preocupes por eso —dijo Percy—. Tengo un plan.
—No me gustan tus planes— comentó Poseidón
—Espero que sea un plan en donde no tengas que apostar tu vida— señaló Sally
—Por el resto de mis días— susurró Percy a Annabeth y a su mamá le dio una sonrisa inocente
XXVIII
Percy
El anciano estaba en el mismo sitio lo habían dejado, en medio del aparcamiento lleno de camiones de venta de comida. Estaba sentado en su banco de picnic con sus zapatillas de conejitos apoyadas en alto, comiendo un plato de grasiento kebab.
—Se estaba dando la gran vida— dijo Connor
—Lo estaba disfrutando demasiado— dijo Frank
—Sobre todo después de haber herido a Ella— masculló Hazel
La desbrozadora estaba a su lado. Tenía la bata manchada de salsa de barbacoa.
—¡Bienvenidos! —gritó alegremente—. Oigo el aleteo de unas alitas nerviosas. ¿Me habéis traído a mi arpía?
—No es su arpía— dijo Piper
—Qué idiota— masculló Thalia
—Está aquí —dijo Percy—. Pero no es suya.
Fineas se chupó la grasa de los dedos. Sus ojos lechosos parecían fijos en un punto situado justo encima de la cabeza de Percy.
—Ya veo...
—Milagro— dijo Leo
—Jamás esperé que algo así pasara— dijo Travis riendo
Los demás chicos tampoco pudieron evitar reírse
—Fue muy sorpresivo— asintió Percy
Bueno, en realidad estoy ciego, así que no veo nada. Entonces ¿habéis venido a matarme? Si es así, buena suerte en vuestra misión.
—He venido a jugar.
—Ojalá no lo rechacé— dijo Travis
—¿Sí escuchaste la parte en que es adicto al juego? — preguntó Clarisse rodado los ojos
—Pero puede que diga que no— dijo Travis
—No si le ofrecen algo bueno— señaló Chris
La boca del anciano se movió nerviosamente. Dejó el kebab y se inclinó hacia Percy.
—Un juego..., qué interesante. ¿Información a cambio de la arpía? ¿El ganador se lo lleva todo?
—Por supuesto que no— masculló Percy
—Estaban haciendo todo eso para evitar que se la llevara — dijo Bianca
—Sí, pero no lo sabía— dijo Percy
—No —contestó Percy—. La arpía no entra en el trato.
Fineas se rió.
—¿En serio? Tal vez no comprendas su valor.
—Es una persona —dijo Percy—. No está en venta.
—Dioses, que tipo tan repulsivo— dijo Bianca
—De los peores que he conocido— asintió Percy
—Y estás emparentado con él— señaló Leo
—Bueno, gracias por recordarlo— se quejó Percy —Frank también está emparentado
—¡Percy!— dijo Frank con una mueca
—¡Venga ya! Eres del campamento romano, ¿verdad? Roma se construyó gracias a la esclavitud.
Los romanos se movieron incómodos
No me vengas con esos aires de superioridad. Además, ni siquiera es humana. Es un monstruo. Un espíritu del viento. Una secuaz de Júpiter.
—Él es peor que un monstruo— dijo Rachel
—Disfruta hiriendo es lo peor que puede ser— señaló Zoë
—Y aún así se cree mejor— bufó Thalia
Ella graznó. Meterla en el aparcamiento había sido todo un reto, pero ahora empezó a retroceder murmurando:
—« Júpiter. Hidrógeno y helio. Sesenta y tres satélites.» Sin secuaces. No.
—No suena bien eso de los secuaces— coincidió Leo
—No, tampoco me gustó como sonaba— murmuró Percy
Hazel rodeó las alas de Ella con el brazo. Parecía la única que podía tocar a la arpía sin hacer que gritara y se retorciera.
—Qué bueno que tenían a Hazel con ustedes — dijo Piper
—Y vaya que sí— asintió Frank
Hazel sonrió un poco
Frank se quedó al lado de Percy. Tenía la lanza preparada, como si el anciano pudiera atacarles.
Percy sacó los frascos de cerámica.
Percy se empezaba a remover incómodo en su lugar
—Le propongo otra apuesta. Tengo dos frascos de sangre de gorgona. Uno mata. El otro cura. Son idénticos. Ni siquiera nosotros sabemos cuál es cuál. Si elige el correcto, podría curarle la ceguera.
—Percy, dime por favor que No. Hiciste. Ninguna. Tontería — pidió Sally enfatizando cada palabra
—Depende de que se defina como tontería — dijo Percy con una sonrisa inocente
—Poner tu vida en peligro tomando algo que podría matarte— señaló Sally
—Tenía un plan— dijo Percy
—No puede ser— murmuró Poseidón
—Antes de que empiecen a regañar a Percy, escuchemos su plan tal vez no era tan malo— dijo Apolo
Lo que Annabeth tomó como señal para seguir leyendo
Fineas alargó las manos con impaciencia.
—Déjame tocarlos. Déjame olerlos.
—No tan deprisa —dijo Percy—. Primero tiene que aceptar las condiciones.
—Por supuesto, si no, no serviría de nada — asintió Jason
—No creo que sea aconsejable que no acepte las condiciones— dijo Leo
—De ninguna manera— dijo Frank
—Condiciones... —Fineas respiraba entrecortadamente. Percy notó que estaba ansioso por aceptar la oferta—. Profecía y vista... Sería imparable. Podría ser el dueño de esta ciudad. Me construiría mi palacio aquí, rodeado de camiones de comida. ¡Podría atrapar a esa arpía yo mismo!
—Eso si gana — dijo Leo
—Cosa que aún falta por ver— dijo Piper
—Lo malo es que de hecho él no lo va a poder ver— señaló Connor
—N-nooo —dijo Ella con nerviosismo—. No, no, no.
Cuando llevas puestas unas zapatillas de conejitos rosa es difícil soltar una risa malvada, pero Fineas lo hizo lo mejor que pudo.
—Lo importante es intentarlo — dijo Travis
—Las zapatillas de conejito rosa son su marca de villano— dijo Miranda
—Supo elegir muy bien su marca de villano— dijo Percy
—Muy bien, semidiós. ¿Cuáles son tus condiciones?
—Elegirá un frasco —dijo Percy—. No podrá destaparlo ni oler antes de decidirse.
—¡No es justo! Estoy ciego.
—Y yo no tengo su sentido del olfato —replicó Percy—.
—Perseo — masculló Sally
—Mamá— dijo Percy —todo está bien
Puede coger los frascos. Le juro por la laguna Estigia que son idénticos. Contienen exactamente lo que le he dicho: sangre de gorgona, un frasco del lado izquierdo del monstruo y otro del derecho. Y le juro que ninguno de nosotros sabe cuál es cuál.
—Desde que los frascos se mencionaron, les dije que no serían buenas noticias — señaló Apolo
—Acabas de decir que a lo mejor el plan de Percy no era tan malo— comentó Hermes
—Bueno, hay que tener esperanza— dijo Apolo
Percy se giró hacia atrás para mirar a Hazel.
—Tú eres nuestra experta en el inframundo. Con todo el follón que se ha armado con la Muerte, ¿jurar algo por la laguna Estigia todavía compromete?
—Por supuesto que lo hace — dijo Hades
—Al menos sabemos que va a respetar el trato— dijo Perséfone
—Lo que es mejor que nada— comentó Deméter
—Sí —respondió ella sin vacilar—. Romper un juramento como ese... Bueno, mejor no lo hagas. Hay cosas peores que la muerte.
—Y vaya que sí — asintió Apolo —nunca lo hagan
—No es algo que quisiera experimentar, gracias— dijo Leo
—Ninguno de nosotros— dijo Jason
—Me alegra escuchar eso— dijo Apolo
—A mí no tanto— dijo Poseidón —sobre todo si recordamos el "un juramento que mantener con un último aliento"
—Eso podría ser un problema— admitió Apolo
Fineas se acarició la barba.
—Así que tengo que elegir qué frasco bebo y tú te bebes el otro. Juraremos beber al mismo tiempo.
—De acuerdo —dijo Percy.
—Tenía un plan — dijo Percy ante la mirada que prometía sufrimiento de su madre. Aunque si Sally iba a hacer sufrir a Fineas, los dioses o Percy era algo que no se sabía
—Alguien va a estar castigado— señaló Thalia
—Muchas gracias, cara de pino— dijo Percy
—El que pierda muere, obviamente —dijo Fineas—. Esa clase de veneno probablemente me impediría resucitar... durante mucho tiempo, al menos. Mi esencia se dispersaría y se degradaría. Así que corro un gran riesgo.
—¿Que clase de plan vas a tener con algo así? — preguntó Apolo
Atenea miró a Percy con sospecha
—¿Un plan que creo que no fue tan malo? — mencionó Percy
—Eso en realidad no responde la pregunta— dijo Apolo
—Pero si gana, lo conseguirá todo —dijo Percy—. Si yo muero, mis amigos jurarán dejarlo en paz y no vengarse. Recuperaría la vista, algo que ni siquiera Gaia está dispuesta a concederle.
—Justo en la herida— dijo Hermes
—No creo que vaya a rechazar una oportunidad como esa— señaló Artemisa
La expresión del anciano se avinagró. Percy comprendió que había puesto el dedo en la llaga. Fineas quería recuperar la vista. Por mucho que Gaia le hubiera dado, a él le molestaba que lo mantuviera en la oscuridad.
—Y aún así cree que en realidad es su aliada— bufó Poseidón
—Todas las almas que han regresado lo creen— señaló Hades
—Si pierdo, me moriré y no podré darte la información que buscas —dijo el anciano—. ¿De qué te servirá eso?
—Ese es un punto muy lógico— dijo Leo
—Todo estaba muy bien calculado— dijo Percy
Hazle y Frank lo miraron con cierta ironía
Percy se alegró de haber discutido detenidamente ese punto con sus amigos.
Frank había propuesto la respuesta.
—Usted escribirá la ubicación de la guarida de Alcioneo por adelantado — dijo Percy—.
—Es una buena estrategia— dijo Ares a regañadientes
Poseidón no pudo disfrutar el hecho de que Ares dijera algo así porque estaba preocupado por lo que haría su hijo
Quédesela, pero jure por la laguna Estigia que es concreta y exacta. También tiene que jurar que si pierde y se muere, las arpías quedarán libres de su maldición.
—Bueno, creo que podemos darnos una idea de como va a ir la apuesta— dijo Apolo
—Esa clase de apuestas no se ven todos los días— dijo Hermes
—Qué bueno— bufó Poseidón
—Es una apuesta muy arriesgada —gruñó Fineas—. Te enfrentas a la muerte, Percy Jackson. ¿No sería más fácil entregarme a la arpía?
—Esa opción no se contempla.
Percy parecía querer echarse a correr ante la mirada de su madre, lo peor es que no le decía nada simplemente lo miraba y eso a Percy lo ponía muy nervioso
Fineas sonrió despacio.
—Así que estás empezando a comprender el valor que tiene. Cuando pueda ver, la atraparé yo mismo. Quien controle a esa arpía... Bueno, yo fui rey en el pasado. Esta apuesta podría convertirme otra vez en rey.
—Sí claro— dijo Miranda
—Se vale soñar— dijo Connor
—Todavía no era momento de deshacer sus ilusiones— señaló Chris
—Se está adelantando a los acontecimientos —advirtió Percy—. ¿Cerramos el trato?
Fineas se tocó la nariz pensativamente.
—No puedo predecir el resultado. Es un fastidio cómo funcionan estas cosas.
—Eso es cierto — comentó Apolo
Una apuesta totalmente inesperada... hace que el futuro sea confuso. Pero puedo asegurarte una cosa, Percy Jackson: un consejo gratis. Si sobrevives hoy, no te gustará tu futuro.
—Eso sonó tan motivante— dijo Leo con sarcasmo
—Lo estaban motivando demasiado— asintió Piper
—Aunque al final no fue tan malo— susurró Percy a Annabeth. Y ella entendió que Percy no se refería al futuro de esa misión, sino a un futuro un poco más alejado, ella también miró a Zoé y Charles. Se quedaron mirando por unos momentos antes de que Annabeth siguiera con la lectura
Te aguarda un gran sacrificio, y no tendrás valor para hacerlo. Eso te costará caro. Al mundo le costará caro. Sería más fácil que eligieras el veneno.
Percy resopló
Percy notó un sabor amargo en la boca, como el del té verde de Iris. Quería pensar que el anciano solo estaba poniéndolo nervioso, pero algo le decía que la predicción era cierta.
Los chicos del Argo II miraron con incomodidad a Percy y Annabeth, Annabeth no los miró y siguió con la lectura
Se acordó de la advertencia que le había hecho Juno cuando había decidido ir al Campamento Júpiter: « Sentirás más dolor, tristeza y pérdida de los que hayas experimentado jamás. Pero podrías tener una oportunidad de salvar a tus viejos amigos y a tu familia» .
—Sí fueron muy motivantes todos— dijo Percy encogiéndose de hombros
Sally hizo una mueca recordando la información de la que se había enterado
En los árboles que rodeaban el aparcamiento, las arpías se reunieron para mirar, como si intuyeran lo que estaba en juego. Frank y Hazel observaban el rostro de Percy con preocupación.
—No sabíamos mucho de tu plan— murmuró Hazel
—Era parte de la sorpresa— dijo Percy
—Tu sorpresas no nos gustan— dijo Apolo
Él les había asegurado que las probabilidades eran mejores que el cincuenta por ciento.
—¿Es en serio, Perseo? — masculló Sally
Todos los presentes voltearon a ver a Sally con asombro ante su tono
—Un poco— dijo Percy incómodo
Los hermanos Jackson miraron a Percy con sorpresa poco disimulada
Tenía un plan. Claro que podía salirle el tiro por la culata. Sus posibilidades de sobrevivir podrían ser de un ciento por ciento... o de cero. Él había omitido ese detalle.
—Seguía teniendo el plan— murmuró Percy ante la mirada incrédula de todos
—Sí, ya no creo que su plan sea tan bueno— señaló Apolo
Y por supuesto la expectativa se iba volviendo abrumadora en la Sala
—¿Cerramos el trato? —volvió a preguntar.
Fineas sonrió.
—Juro por la laguna Estigia que me atendré a las condiciones, tal como me las has explicado.
—Eso es algo— dijo Leo
—Ahora nada más veremos el famoso plan del sesos de alga— señaló Thalia
Frank Zhang, tú eres descendiente de un argonauta. Confío en tu palabra. Si gano, ¿juráis tú y tu amiga Hazel dejarme en paz y no vengaros?
Frank estaba cerrando los puños tan fuerte que Percy temió que partiera la lanza de oro,
—Todo podría suceder— asintió Connor
—Eso es muy cierto— asintió Leo
pero logró mascullar:
—Lo juro por la laguna Estigia.
—Yo también lo juro —dijo Hazel.
—Juro —murmuró Ella—. « No jures por la luna, esa inconstante.»
—Ah, sí creo que tiene razón— dijo Leo
—Suena bastante lógico para mí— asintió Piper
—Oigan, tenemos presente a la diosa de la luna— señaló Apolo
Fineas se rió.
—En ese caso, buscadme algo con lo que escribir. Empecemos de una vez.
Frank tomó prestada una servilleta y un bolígrafo a un vendedor de un camión. Fineas garabateó algo en la servilleta y se la metió en un bolsillo de la bata.
—Ok, ahora solo tenemos que ver tu grandioso plan— dijo Apolo
—No sé si quiero saberlo— dijo Poseidón
—Probablemente no— murmuró Percy
—Juro que esta es la ubicación de la guarida de Alcioneo, aunque no vivirás lo suficiente para leerla.
Percy desenvainó su espada y barrió toda la comida de la mesa de picnic.
Fineas se sentó a un lado. Percy se sentó al otro.
Annabeth apretó el libro con fuerza
—Está bien— susurró Percy —todo salió bien
En su lugar, Sally se veía sumamente tensa
Fineas alargó las manos.
—Déjame tocar los frascos.
Percy contempló las colinas a lo lejos. Se imaginó
La voz de Annabeth vaciló y volteó a ver a su novio con total incredulidad
—Tenía un plan— murmuró Percy sonrojado
—Percy…— murmuró Annabeth sin saber muy bien que decir
—Dioses, no nos puedes dejar en pausa de esa manera— dijo Thalia
—Eso es saber hacer pausas dramáticas, ahora entiendo todo— dijo Apolo mirando de Zoé a Annabeth y viceversa
Annabeth miró una vez a su novio, respiró y siguió leyendo
el rostro vago de una mujer durmiente. Dirigió sus pensamientos al suelo situado debajo de él y esperó que la diosa estuviera escuchando.
« Está bien, Gaia —dijo—. Os voy a poner en evidencia. Decís que soy un peón valioso. Decís que tenéis planes para mí y que me vais a proteger hasta que llegue al norte. ¿Quién es más valioso para vos: este viejo o yo? Porque uno de los dos está a punto de morir.»
El único sonido en la sala era el crepitar de la hoguera de Hestia, era como si todos estuvieran conteniendo la respiración mientras dioses y semidioses miraban a Percy con la boca abierta y una mirada de incredulidad... Luego empezaron los gritos
—¡Percy! ¿Cómo se te pudo ocurrir algo así? — gritó alguien
—No puedo creer que se haya atrevido a algo así— ese probablemente fue Apolo
—Eso es una completa locura— gritó otro de los semidioses, las voces revolviéndose entre el caos
Las voces se confundían hasta que una destacó entre la multitud
—¡LES DIJE QUE ESTE MOCOSO ERA UN COMPLETO PELIGRO! — bramó Zeus —¡SU LEALTAD NO ESTÁ CON NOSOTROS!
Percy miró al dios, estupefacto
—Lo está haciendo por ayudarnos— gritó Poseidón —están más allá de nuestra ayuda y aunque no lo estuvieran el Olimpo está cerrado ¿Qué esperabas que hiciera?
—Sin embargo, el chico ha demostrado que puede manipular a su antojo— señaló Atenea
—No puede llamar a mi hijo de esa manera— dijo Sally
—¡Mamá! ¿Cómo puedes decir algo así? — masculló Annabeth
—Es la verdad— dijo Atenea —ha manipulado muy bien sus movimientos ¿Sabes lo peligroso que puede llegar a ser eso?
—¿Cómo se atreven a decir algo así? No están haciendo nada para ayudar más que manejar la vida de los semidioses a su antojo como siempre lo hacen, aquí el único peligro son ustedes— saltó Charles con ferocidad
Percy y Annabeth lo voltearon a ver con incredulidad. Si a Percy le habrían preguntado esta mañana quien ellos dos (Zoé y Charles) saltaría de forma tan imprudente contra los dioses, habría votado que Zoé, al parecer se había equivocado
—¿Cómo te atreves a hablarnos de esa manera? — gruñó Zeus —no eres más que un mocoso insensato que…
—Es mejor que ser un dios que…— pero Charles no puedo terminar su frase, ya que Zoé lo sentó a la fuerza ya que Zeus había empezado a echar chispas (de manera literal)
Todos los demás semidioses se miraron con asombro
—Basta— gruñó Poseidón
—Todos estos mocosos nos has estado faltando al respeto una y otra vez— volteó a ver a los hermanos Jackson y a Percy y Annabeth con desagrado —tu mocoso es un peligro, sí él puede manipular a un enemigo, imagina lo que haría con un amigo
—¡Tú lo pusiste en esta situación! — dijo Poseidón
—Basta— dijo Hestia con voz calmada, pero que pareció llegar a todos callándolos instantáneamente —no puedo creer que después de seis libros singan actuando de esta manera ¿No han aprendido nada?. Percy solo está haciendo lo que lo orillamos a hacer, no pueden seguir de esta manera. Todos regresen a sus asientos y no vuelvan a ofender a Perseo
La obedecieron, aunque Zeus le dio una mirada asesina, pasaron algunos momentos en silencio antes de que la lectura continuara
Fineas curvó los dedos en un movimiento de asimiento.
—¿Te estás acobardando, Percy Jackson? Dámelos.
Percy le pasó los frascos.
—Percy no tenía mucha opción— dijo Percy
—Mejor quédate callado— dijo Thalia
—Mejor— murmuraron varios de los presentes
El anciano comparó su peso. Deslizó los dedos a lo largo de las superficies de cerámica. A continuación dejó los dos sobre la mesa y posó una mano suavemente en cada uno.
Después de la anterior "pequeña discusión", el ambiente en la sala estaba aún más tenso que antes
Un temblor recorrió el suelo: un ligero terremoto, lo bastante fuerte para que a Percy le castañetearan los dientes. Ella se puso a graznar con nerviosismo.
—Si nosotros fuéramos arpías también estaríamos graznando con nerviosismo— murmuró Leo
—Y lo único que podemos hacer en este momento es gritarte— dijo Thalia
Percy se movió en su lugar, lo peor es que su mamá no le estaba gritando. ¿Por qué? Necesitaba que al menos le dijera algo, la expectativa era peor
El frasco de la izquierda pareció temblar ligeramente más que el de la derecha. Fineas sonrió maliciosamente. Cerró los dedos en torno al frasco de la izquierda.
—Has sido tonto, Percy Jackson. Elijo este. Y ahora bebamos.
Los chicos y algunos de los dioses parecían contener el aliento, otros de los dioses miraron a Percy como si quisieran que hubiera elegido el veneno
Percy cogió el frasco de la derecha. Los dientes le castañeteaban.
El anciano alzó el frasco.
—Un brindis por los hijos de Neptuno.
La voz de Annabeth tembló
Los dos destaparon sus frascos y bebieron.
Sally miraba a su hijo con una mirada entre la furia y la preocupación muy bien equilibrada, Percy miró a su mamá con incomodidad, la verdad es que ni siquiera sabía que decirle
Inmediatamente Percy se inclinó. Le ardía la garganta y la boca le sabía a gasolina.
—Oh, dioses —dijo Hazel detrás de él.
—No puede ser— masculló Poseidón mirando con preocupación a su hijo. Estaba un poco consternado por lo que hizo Percy, pero ¿Realmente tenía derecho a reprender a su hijo? No lo creía exactamente
Sally ahogó un grito
—¡No! —exclamó Ella—. No, no, no.
A Percy se le nubló la vista. Veía a Fineas sonriendo triunfalmente, sentado más derecho, parpadeando con expectación.
—Pero...— Bianca le echó a Percy una mirada de disculpa —¿No se suponía que el veneno causaba una muerte indolora?
—Eso podría ser una buena noticia— dijo Calipso
—Algo así— murmuró Percy
—¡Sí! —gritó—. ¡En cualquier momento recuperaré la vista!
Percy había elegido mal. Había sido un tonto corriendo semejante riesgo. Se sentía como si unos cristales rotos estuvieran atravesando su estómago hasta sus intestinos.
La voz de Annabeth se cortó.
—Perseus Jackson— dijo Sally como si estuviera a punto de llorar o a punto de ponerse a gritarle
—Lo siento— dijo Percy, en realidad sí sentía preocupar a su mamá
—¡Percy! —Frank lo agarró por los hombros—. ¡Percy, no puedes morir!
Respiraba con dificultad... y de repente la vista se le aclaró.
Y todos parecieron volver a respirar
—¿Mamá? — preguntó Percy con timidez
Sally lo volteó a ver y levantó una mano para que no dijera nada más —Vamos a hablar en el palacio, Perseo
Percy puso cara de resignación, nadie se atrevió a decirle nada todos se veían demasiado conmocionados con la lectura, Zoé y Charles habían palidecido y se estaban agarrando de la mano
Al mismo tiempo, Fineas se encorvó como si le hubieran dado un puñetazo.
—¡Tú... tú no puedes! —dijo gimiendo el anciano—. Gaia, tú... tú...
—No puedo creer todo lo que te arriesgaste— suspiró Poseidón
—Tampoco yo— masculló Sally, pero miró a Poseidón como si él hubiera sido el responsable
Se levantó tambaleándose y se apartó de la mesa dando traspiés, al tiempo que se llevaba las manos a la barriga.
—¡Soy demasiado valioso!
—Pues creo que no tanto— dijo Katie
—Ahora que sabemos que Percy está bien ¡¿Podemos hablar del hecho de que él es más importante para nuestra enemiga?! — dijo Apolo — solo podemos imaginar que piensa que va a hacer por ella, el Olimpo no puede seguir cerrado padre….
—Eso solo nos demuestra que el mocoso es peligroso— bufó Zeus
Percy se dio cuenta que Zoé pellizcó a su hermano para que volviera a arremeter contra el rey de los dioses
—No padre— dijo Artemisa —lo que Apolo quiere decir es que hemos alentado a que el chico hiciera algo así, Gaia cree que lo puede utilizar y nosotros no tenemos la decencia de mostrarnos para apoyar a los semidioses
—No vamos a hablar en este momento de eso— masculló Zeus silenciando cualquier réplica
Le empezó a salir humo de la boca. Un vapor amarillo pálido brotó de sus orejas, su barba y sus ojos ciegos.
—Eso no me suena a muerte indolora— comentó Calipso
—Creo que ha habido un gran engaño en cuanto a eso— dijo Leo
—Eso me parece también— asintió Calipso
—¡No es justo! —gritó—. ¡Me has engañado!
Trató de sacar el trozo de papel del bolsillo de su bata, pero sus manos se desmenuzaron y sus dedos se convirtieron en arena.
—Fue su elección, debe cumplir con lo que prometió— dijo Rachel
—No puede ser para nada todo ese peligro— dijo Poseidón
—No fue para nada— mencionó Percy
Percy se levantó con paso vacilante. No se sentía curado de nada en especial. No había recobrado la memoria por arte de magia, pero el dolor había cesado.
—Al menos— murmuró Will
—Nadie le ha engañado —dijo Percy—. Ha tomado la decisión libremente, y le exijo que se atenga a su palabra.
El rey ciego gimoteó angustiado.
—No hay que confiarse— murmuró Travis
—No le convino demasiado confiarse— dijo Katie
Pero a pesar de que ya estaban haciendo ciertos comentarios, todavía se sentían un poco abrumados por la anterior discusión
Se giró echando humo y desintegrándose poco a poco hasta que no quedó más que una vieja y manchada bata y unas zapatillas de conejitos.
—Este es el botín de guerra más asqueroso de la historia —dijo Frank.
—Definitivamente— asintió Hazel
—Y que lo digan— murmuró Percy
Una voz de mujer habló en la mente de Percy.
« Una apuesta, Percy Jackson —era un susurro soñoliento, con un ligerísimo dejo de reticente admiración—.
—No puedo culparla— dijo Hermes también impresionado
—Nos tienes igual a todos— asintió Apolo
Aunque unos cuantos dioses no se veían contentos con eso
Me has obligado a elegir, y tú eres más importante para mis planes que el viejo vidente.
—Pero ten cuidado, no lo va a dejar pasar— dijo Poseidón
Percy hizo una mueca
Pero no fuerces tu suerte. Cuando te llegue la muerte, te prometo que será mucho más dolorosa que la causada por sangre de gorgona.»
—Genial— murmuró Percy
Sally suspiró
Hazel pinchó la bata con su espada. No había nada debajo: ninguna señal de que Fineas estuviera tratando de recomponerse. Miró a Percy asombrada.
—Ha sido o lo más valiente o lo más tonto que he visto en mi vida.
—Lo más tonto— asintió Thalia
—Sí— dijo Jason —pero a la vez fue realmente inteligente
—Y valiente de una manera estúpida— dijo Thalia
—Muchas gracias— dijo Percy
Frank movió la cabeza con gesto de incredulidad.
—¿Cómo lo has sabido, Percy? Estabas seguro de que elegiría el veneno.
—Gaia —dijo Percy—. Quiere que llegue a Alaska.
—Eso lo explicaba muy bien— dijo Frank
—A nosotros también nos sorprendiste mucho— señaló Hazel
Piensa... No estoy seguro. Piensa que puede utilizarme como parte de su plan. Ha influido en Fineas para que eligiera el frasco incorrecto.
—Eso es demasiado impresionante y horrible a la vez— dijo Apolo
—Gracias— volvió a decir Percy
Frank se quedó mirando horrorizado los restos del anciano.
—¿Gaia mataría a su propio sirviente antes que a ti? ¿Era esa tu apuesta?
—Básicamente— asintió Percy
—¿No quedamos en que te ibas a quedar callado? — preguntó Thalia
—Planes —murmuró Ella—. Planes y proyectos. La señora del suelo. Grandes planes para Percy.
—Eso de "grandes planes" no suena bien— dijo Poseidón
—A mí tampoco me gustaba— dijo Percy encogiéndose de hombros
Cecina macrobiótica para Ella.
—Pero la cecina macrobiótica para Ella sí suena bien— dijo Hermes
—Bueno, como dicen los mortales "después de la tempestad viene la calma" — señaló Apolo
—Y vaya tempestad— bufó Poseidón
Percy le dio toda la bolsa de cecina, y la arpía chilló de regocijo.
—No, no, no —murmuró, medio cantando—. Fineas, no. Comida y palabras para Ella, sí.
—Awww que linda— dijo Katie
—Es súper adorable— dijo Miranda
Percy se agachó por encima de la bata y sacó del bolsillo la nota que el anciano había escrito. Rezaba lo siguiente: GLACIAR DE HUBBARD. Tanto riesgo para dos palabras.
—Típico— dijo Leo
—Pero bueno, al menos ya saben cuál es el siguiente paso— dijo Piper
Le entregó la nota a Hazel.
—Sé dónde está —dijo ella—. Es muy famoso. Pero tenemos mucho camino por delante.
—Y poco tiempo— dijo Jason
—Nos encanta tener poco tiempo para las misiones— dijo Percy
En los árboles que rodeaban el aparcamiento, las otras arpías se recuperaron por fin de la conmoción. Se pusieron a chillar de excitación y volaron hacia los camiones más cercanos.
—Pobres de las personas en los camiones— dijo Leo
—Y de la comida que fue atacada sin piedad— dijo Frank
—Y vaya que lo fue— dijo Percy
Se lanzaron en picado a través de las ventanillas de servicio y asaltaron las cocinas. Los cocineros gritaban en múltiples idiomas. Los camiones se sacudían de un lado para el otro. Plumas y cajas de comida volaban por todas partes.
—Se dieron un súper festín— dijo Travis
—Era el festín de celebración— dijo Miranda
—El que no va a tener Percy porque va a estar castigado— señaló Thalia
Percy le sacó la lengua
—Será mejor que volvamos al bote —recomendó Percy—. Se nos acaba el tiempo.
—Fin del capítulo— anunció Annabeth mirando de Sally a Percy
—Perseo— dijo Sally sin esperar que alguien hiciera algún comentario, se levantó de su lugar y caminó hacia la salida
Annabeth le dio un apretón de apoyo y Percy salió de la sala con resignación, ante la mirada de todos
—¿No íbas a ir con él? — preguntó Thalia
—No me voy a meter en el camino de Sally— señaló Annabeth
—Creo que ni Poseidón se va a meter en el camino de Sally— comentó Thalia
—Bueno— dijo Apolo interrumpiendo las pequeñas pláticas alrededor de la Sala —creo que es obvio que no vamos a seguir leyendo, los que no estén castigados se pueden ir a hacer lo que quieran, los que viven en el palacio de Poseidón no se vayan a acercar. Circulen.
Los dioses salieron de la sala, aunque casi todos los chicos se quedaron charlando en pequeños grupos
*En el palacio de Poseidón*
A Percy no le estaba yendo tan mal como creía. Cuando entraron al palacio, su mamá lo volteó a ver consternada y acto seguido lo abrazó, verificando que estuviera bien, luego le empezó a gritar.
Bueno, tal vez "gritar" no era la palabra exacta porque no había levantado la voz, pero se sentía como si le estuvieran gritando
—¿Cómo se te ocurrió hacer algo así, Perseus? ¿Te das cuenta en el peligro en el que te pusiste? Fue la insensatez más grande que has cometido ¿Qué habría pasado si hubieras elegido mal?
Percy pensó que de hecho no fue lo peor que hizo, pero no era momento de corregir a su mamá
—¡Nunca en la vida me vuelvas a hacer esto! Percy, estuviste desaparecido por mucho tiempo y luego me enteró de que pusiste en peligro tu vida ¿Entiendes lo que es eso? Percy… No puedo perderte
—Lo siento muchísimo, mamá— dijo Percy abrazando a Sally —tenía que conseguir la información de alguna manera
—Lo sé, y en serio trato de entenderlo, pero Percy sentí pánico por ti— dijo Sally
—Pero estoy bien— dijo Percy —mamá… ¿Crees… Crees que lo que dijo Zeus es cierto?
—Zeus es un imbécil— masculló Sally, ella les había tenido cierto respeto a los dioses, pero ahora, con todo lo que sabía, ya no tanto —no dudes de ti por eso
Percy asintió con una mueca
—Me alegra mucho que estés bien, pero por favor no vuelvas a hacer algo así— dijo Sally limpiando una pequeña lágrima rebelde que escapó, sabía que eso era probablemente imposible
Percy la abrazó más fuerte —No lo haré
—Y Percy, estás castigado— anunció Sally
Percy aún estaba sentado en su cama después de lo que parecieron horas, su mamá se había ido poco después de su charla, cuando alguien entró al palacio. Al principio el chico no se había dado cuenta de su presencia, se vio muy sorprendido cuando lo notó
—Hola— murmuró Charles
—Hola— respondió Percy
Luego se hizo el incómodo silencio
—Ya no seguimos leyendo— anunció Charles en una afirmación vergonzosamente obvia
Percy sonrió de lado —No creo que alguien quisiera hacerlo
Hubo otro pequeño silencio
—Eso… Eso de la sangre de Gorgona fue genial, aterrorizante, pero genial— dijo Charles
—Al igual que lo fue tú gritándole a Zeus— señaló Percy mirando al chico
Charles se sonrojó —Bueno, Zeus es un imbécil
—Sí, pero sigue siendo el rey de los dioses— comentó Percy. Wow, algunas cosas solo estaban bien, cuando eras tú quien las hacía o más bien, cuando eras tú mismo el que te ponías en peligro
Charles se encogió de hombros, pero cambió de tema —No vas a salir con… Uhhh ¿Los demás?
—Estoy castigado— dijo Percy
—Y no puedes ir ¿Por qué es importante respetar los castigos? — preguntó el chico menor, poco a poco se veía más cómodo
—No— dijo Percy —bueno sí, pero en realidad estoy castigado. No puedo salir del palacio, lo intenté cinco veces antes de que tú llegaras
Habría sido muy irrespetuoso que Charles se hubiera reído, así que controló su expresión lo mejor que pudo —¿Cómo?
—Supongo que mi mamá hizo que papá pusiera una barrera o algo así— dijo Percy encogiéndose de hombros
Charles miró la puerta
—Sip, es probable que también te quedes castigado— dijo Percy
—Oh— murmuró Charles
Ambos guardaron un momento de silencio mientras miraban la puerta y aunque las cosas eran un poco incómodas aún, charlaron un rato más sobre cosas sin mucha importancia
Sally llegó con Tyson al palacio después de unas cuantas horas, se sorprendió cuando encontró a Percy y Charles hablando
—¿Por qué están los dos aquí? — preguntó Sally, por supuesto se alegraba de que por primera vez hubieran tenido una charla real, pero se le hacía raro
—Estamos castigados— dijo Percy
Sally frunció el ceño —No, tú estás castigado. Charles no
—Pero… La barrera— murmuró Charles
—Está para dejar a Percy adentro— explicó Sally —nadie más que Percy, ya que aquí vivimos varias personas
—Ah— murmuraron ambos chicos
—¿A ninguno de los dos se les ocurrió verificar la barrera? — preguntó Sally
Los chicos se voltearon a ver y negaron con la cabeza
—Ay hermano y sobrino mayor— dijo Tyson negando con la cabeza
Los dos mencionados se sonrojaron
—Bueno, espero que el castigo les haya servido— dijo Sally —porque te queda mucho tiempo en reclusión, Percy
Percy asintió, tal vez el castigo no fuera tan malo después de todo.
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