PERCY XV, XVI
Percy
—Como la jefa ha hablado— señaló Apolo con sarcasmo —¿Quién va a querer leer?
—Yo— dijo Connor, pero en vez de esperar a que alguien le pasara el libro se levantó hasta Annabeth y lo tomó, recibió miradas raras, pero nadie le dijo nada. Sin embargo, la sospecha llegó cuando casualmente se acercó a un chico rubio y de ojos grises que no estaba sentado cerca del lugar de Connor
—Hey— dijo Connor casualmente —¿Me detienes el libro en lo que le entrego algo a Leo?
Charles lo miró con confusión, pero asintió. Cuando los demás entendieron y se acordaron de "la regla de lectura" fue demasiado tarde
—No— susurró Percy
Y así obviamente los Stoll le explicaron que quien tenía el libro tenía que leer, era una regla que inventaron al principio de los libros. Charles los miró con incredulidad porque nada de eso tenía lógica
—No es necesario que leas— dijo Percy
—Percy, si él quiere leer, va a leer— señaló Travis —¿Quieres hacerlo?
—Yo...— comenzó Charles
—Eso es un sí para mí— dijo Travis
Connor y algunos de los otros chicos también asintieron, Percy los miró con los ojos entrecerrados
—Qué treta tan infantil— dijo Miranda
—Pero funcionó— dijo Connor —además todos lo querían y no me lo van a negar
—No creo que sea tan malo ¿No?— preguntó Charles en voz baja a Bianca
—Lee— dijo Bianca encogiéndose de hombros —no te preocupes, yo le tapo la boca a tu hermana
—¡Oye!— se quejó Zoé
—De acuerdo, pero ten cuidado porque muerde— dijo Charles, recibiendo una mala mirada de su hermana. El chico suspiró —capítulo XV, Percy
Percy se alegró de que Contracorriente hubiera vuelto a su bolsillo.
Charles hizo una mueca pensando en la espada
A juzgar por la expresión de Reyna, podía ser que tuviera que defenderse.
—Fue un gusto haberte conocido— dijo Connor
Reyna rodó los ojos
—Esto empieza interesante— comentó Perséfone
Ella entró en el principia como un huracán, con su capa morada ondeando y sus galgos trotando a sus pies. Percy estaba sentado en una de las sillas de los pretores, que había acercado a la parte destinada a las visitas, un acto que tal vez no fuera lo correcto.
—Tal vez— dijo Travis encogiéndose de hombros
—Pero ya te habías sentado— señaló Leo
—Sí— murmuró Percy —lo pensé hasta después de sentarme
—De cualquier manera nos alegra haberte conocido— dijo Travis
—Muchas gracias— dijo Percy
Empezó a levantarse.
—Quédate sentado —gruñó Reyna—.
—Bueno, al menos vas a sobrevivir unos segundos más— dijo Katie
—Eso me alegraba— murmuró Percy, todavía tenía la esperanza de que en esa charla no viniera todo lo que había hablado con Reyna, no es que fuera tan terrible, pero iba a ser incómodo
Partiréis después de comer. Tenemos mucho de que hablar.
—Todos tenemos curiosidad por esa charla— asintió Connor
—Nuestras expectativas son altas— bromeó Travis
Percy negó con la cabeza
Dejó caer su daga tan fuerte que el cuenco con golosinas se sacudió.
—Un sútil advertencia— comentó Apolo
—Esperamos que la hayas entendido— dijo Thalia
—Sí lo hice— asintió Percy
Aurum y Argentum ocuparon sus puestos a la izquiera y a la derecha y clavaron sus ojos de rubíes en Percy.
—¿Qué he hecho mal? —preguntó Percy—.
—Bueno, era una pregunta lógica— señaló Leo
—Sobretodo con la daga ahí— comentó Will y en voz más baja le dijo a Nico —me alegra que no haya usado conmigo la técnica de la daga
—Hablando de eso— dijo Nico en el mismo tono bajo —no me has dicho que te dijo Jason
—Cierto— dijo Will —está bien...
Si es por la silla…
—No eres tú —Reyna frunció el entrecejo—. Odio las sesiones del senado. Cuando Octavio se pone a hablar…
—Todos estamos completamente de acuerdo en eso— dijo Miranda
Los chicos que lo conocieron asintieron de acuerdo
—Nosotros decimos lo mismo cuando Apolo se pone a hablar— señaló Dionisio con indiferencia
Apolo le dio una mirada asesina
Percy asintió con la cabeza.
—Tú eres una guerrera. Octavio es un orador. Si lo colocas al frente del senado, se hace rápidamente con el poder.
—Por eso es que no deben subestimarlo— dijo Hermes
—Por eso que lo lleguen a elegir pretor es un gran peligro— comentó Artemisa
Reyna hizo una mueca, recordando que de hecho no fue pretor y aún así hubo peligro
Ella entornó los ojos.
—Eres más listo de lo que pareces.
—No hacía falta sonar tan sorprendida— bromeó Thalia
—Muchas gracias— masculló Percy
Reyna se sonrojó
—Vaya, gracias. He oído que Octavio podría salir elegido pretor, suponiendo que el campamento sobreviva.
—El optimista— dijo Piper
—Ese es mi segundo nombre— asintió Percy
—Creí que tu segundo nombre era "problemas"— señaló Thalia
—Ese es el tuyo— dijo Percy
—Eso nos lleva a la hecatombe del juicio final y a las medidas con las que podrías ayudar a evitarlo —dijo Reyna—. Pero antes de que deposite el destino del Campamento Júpiter en tus manos, tenemos que aclarar unas cuantas cosas.
—Uhhhhh— corearon los Stoll
—Esto suena bastante prometedor— dijo Thalia
—Suena como que alguien sí tendrá que defenderse— comentó Apolo
Se sentó y colocó un anillo sobre la mesa: una sortija de plata con un grabado de una espada y una antorcha, como el tatuaje de Reyna.
—¿Sabes qué es esto?
—Un anillo— dijo Leo
Reyna le lanzó una mirada asesina
—Oye, pero es cierto— señaló Leo
—Pero no hablaba de eso— masculló Reyna
—El símbolo de tu madre —contestó Percy—. La… esto… diosa de la guerra —intentó recordar el nombre, pero no quería equivocarse: sonaba como Bolonia. ¿O salami?
—Qué bueno que no dijiste nada— señaló Thalia
—A veces tomo buenas decisiones— dijo Percy
—Muy a veces— dijo Nico interrumpiendo su conversación con Will
—Oye, que grosero— se quejó Percy
—Belona, sí —Reyna lo escrutó atentamente—. ¿No recuerdas dónde has visto este anillo antes? ¿De verdad no te acuerdas de mí ni de mi hermana Hylla?
—No lo hacía— murmuró Percy
—Todos te creemos— dijo Katie
—Eso me alegra mucho— asintió Percy
Percy negó con la cabeza.
—Lo siento.
—Debió de ser hace cuatro años.
Percy y Annabeth se voltearon a ver con una expresión un poco culpable
—Poco antes de que vinieras al campamento.
Reyna frunció el entrecejo.
—¿Cómo lo…?
—Tienes cuatro rayas tatuadas. Cuatro años.
—Nada más tiene la cara— dijo Thalia
—¡Oye!— se quejó Percy aventandole un cojín —es por eso que no eres mi prima favorita
Thalia le regresó el cojín
Reyna se miró el antebrazo.
—Claro. Parece mucho tiempo. Supongo que no te acordarías de mí aunque no hubieras perdido la memoria. Yo era solo una cría: una ayudante entre muchas otras en el balneario.
Reyna hizo una mueca, no podía creer que en serio tuviera que venir esa conversación, aunque realmente eso no había sido lo peor, pero no había necesidad de que viniera lo otro ¿Cierto?
Pero hablaste con mi hermana poco antes de que tú y la otra, Annabeth, destruyerais nuestro hogar.
—Eso de "la otra" sonó muy feo— murmuró Travis
Reyna se sonrojó
—Una mala elección de palabras— dijo Apolo
Percy intentó recordar. Lo intentó de veras. Por algún motivo, Annabeth y él habían visitado un balneario y habían decidido destruirlo.
—No lo decidimos exactamente— dijo Annabeth
—Fue una destrucción improvisada— asintió Connor
—No fue algo que realmente quisiéramos hacer, pero no teníamos otra opción— dijo Annabeth un poco sonrojada
—Lo entiendo— dijo Reyna
No se imaginaba por qué. ¿Tal vez no les había gustado el masaje de tejido profundo? ¿O quizá les habían hecho mal la manicura?
—Obviamente, esas cosas pueden pasar— dijo Leo con sarcasmo
—Por supuesto que sí— asintió Afrodita mirando sus uñas
—Claramente— murmuró Leo
—Tengo una laguna —dijo—. Como tus perros no me han atacado, espero que me creas. Digo la verdad.
—Una laguna es un eufemismo— masculló Annabeth
—Era como todo un océano— señaló Miranda
—Los océanos me gustan— dijo Percy
Aurum y Argentum gruñeron. A Percy le daba la impresión de que estaban pensando: « Por favor, miente. Por favor, miente» .
—Si no es mucha molestia— dijo Leo
—Sí lo era, lo siento— dijo Percy encogiéndose de hombros
—Una lástima para ellos— comentó Leo
Reyna dio un golpecito al anillo de plata.
—Creo en tu sinceridad —dijo—. Pero en el campamento no todo el mundo opina lo mismo. Octavio piensa que eres un espía.
Los chicos resoplaron
—Nos dimos cuenta, no fue nada sútil en demostrarlo— dijo Katie
Percy hizo una mueca
Piensa que Gaia te ha enviado para averiguar nuestros puntos débiles y distraernos.
—Claro— dijo Percy rodando los ojos
—Suena tan lógico, sobretodo porque han ido dos dioses que mostraron interés en él— bufó Poseidón
—Ese es un punto muy bueno— asintió Hermes
Cree en las antiguas leyendas sobre los griegos.
—¿Antiguas leyendas?
La mano de Reyna estaba posada a mitad de camino entre la daga y las golosinas.
—Para lo que se ofrezca primero— comentó Travis
—Espero que lo que se ofrezca primero sean las golosinas— dijo Miranda
—Tengo la sensación de que no sería así— dijo Thalia
Percy tenía la sensación de que si hacía un movimiento repentino, ella no cogería los dulces.
—Una lastima, los dulces son geniales— dijo Connor
—Es es muy cierto— dijo Leo
—Pero es más genial una daga— comentó Piper
—Dioses, cuanta violencia, reina de belleza— dijo Leo negando con la cabeza
—Hay quien cree que los semidioses griegos todavía existen —explicó Reyna —, héroes que siguen las formas antiguas de los dioses.
—Me gusta ser una leyenda antigua— dijo Travis
—A mí también, suena cool— asintió Connor
—Pues técnicamente lo somos— señaló Chris
—Aún mejor— dijo Percy
Existen leyendas de batallas entre héroes romanos y griegos en épocas relativamente modernas: la guerra de Secesión, por ejemplo. Yo no tengo ninguna prueba que lo demuestre, y si nuestros lares saben algo, se niegan a decirlo.
—Por supuesto que sí— dijo Artemisa
—Aquí todos vivimos engañados— dijo Miranda
—Sí, pero fue por su propio bien— comentó Deméter
Pero Octavio cree que los griegos siguen entre nosotros, tramando nuestra perdición,
—Como no tenemos mejores cosas que hacer— masculló Clarisse
Reyna la miró con el ceño fruncido
colaborando con las fuerzas de Gaia. Cree que tú eres uno de ellos.
—¿Es eso lo que tú crees?
—Yo creo que has venido de alguna parte —dijo ella—. Eres importante, y peligroso.
—Muy bien resumido— dijo Leo
—Así es como se hacen los buenos resúmenes— asintió Piper
—Al menos ese resumen no sonó tan deprimente como el que hizo Percy de la explicación de Nico— señaló Thalia
Dos dioses se han interesado especialmente por ti desde que has llegado, así que me cuesta creer que trabajes contra el Olimpo… o contra Roma
—Exacto— dijo Rachel
—Es bastante difícil de creer— asintió Thalia
—Además no tiene ningún argumento a parte de lo que cree ese… Niño— dijo Poseidón
—se encogió de hombros—. Claro que podría equivocarme. Tal vez los dioses te han mandado para poner a prueba mi juicio. Pero creo… creo que has sido enviado para compensar la pérdida de Jason.
—Algo así— dijo Travis
—Es una manera de verlo— asintió Miranda
—Te lo prestamos un ratito— dijo Connor
—Vaya, gracias— dijo Percy
Jason… Allí donde Percy fuera en aquel campamento oía ese nombre.
—Jason dijo lo mismo de ti— señaló Katie
—Se compensa— bromeó Jason
—Estamos a mano— asintió Percy
Charles leyó lo siguiente y se sonrojó un poco
—Por la forma en que hablas de él… —dijo Percy—. ¿Erais pareja?
Reyna y Jason se sonrojaron. Reyna volteó a ver a Percy con una mirada asesina y Jason lo miró como si no pudiera creer que en serio lo preguntara. Afrodita los miró con una ceja alzada. Piper hizo una mueca
—Ups— murmuró Percy —lo siento
Los mellizos también lo voltearon a ver con una mueca
—Aquí todos salen perdiendo— comentó Apolo
—No hay salvación para nadie— dijo Hermes
Los ojos de Reyna lo atravesaron como los ojos de un lobo hambriento. Percy había visto suficientes lobos hambrientos en su vida para reconocer aquella mirada.
—Pues es que tú también Percy, cómo se te ocurre preguntar eso— dijo Miranda negando con la cabeza
—Lo siento— dijo Percy sonrojado
—Cuanta indiscreción de tu parte— dijo Thalia dándole una mirada un poco burlona a Jason y Piper
—No puede ser— masculló Reyna
Charles volteó a ver a los mellizos antes de leer
—Podríamos haberlo sido —dijo Reyna—, con el tiempo. Los pretores trabajan codo con codo. A menudo se involucran románticamente.
—Oh mis dioses— gritaron los Stoll dramáticamente
—Fuertes declaraciones— dijo Leo
Piper, Jason y Reyna les dieron una mirada asesina
—Pero le debiste pasar el libro a Helena o Thom— señaló Zoé
Los mellizos la miraron ofendidos
—Ella tiene razón— asintió Apolo —para darle más dramatismo al asunto
—Me gusta el dramatismo— asintió Afrodita
Los tres involucrados se sonrojaron aún más, sobretodo con las expresiones de los mellizos
—Hey— dijo Bianca señalando a Thom —sin rayos para Zoé, la menos no cuando yo estoy a su lado
—Wow, cuanta ayuda— dijo Zoé, pero se estaba riendo de las expresiones de los niños menores
—Y sin rayos hasta que te enseñe como lanzarlo bien— dijo Thalia
—Ustedes dos deberían ahorrarse los consejos— dijo Apolo
Pero Jason solo fue pretor durante unos meses antes de desaparecer. Desde entonces, Octavio ha estado dándome la lata, haciendo campaña a favor de unas nuevas elecciones
—Debió ser una tortura— dijo Katie
—Vaya que lo fue— asintió Reyna con una mueca
Los involucrados seguían algo sonrojados e incómodos, pero al menos ya habái pasado
Yo me he resistido. Necesito un compañero en el poder… pero prefiero a alguien como Jason. Un guerrero, no un intrigante.
—Por supuesto que sí— dijo Rachel
—Es mejor que tengas a alguien que te respalde en las decisiones no que haga dudar a tu gente— señaló Thalia
—Definitivamente— asintió Reyna
Reyna permaneció a la espera. Percy se dio cuenta de que le estaba haciendo una invitación silenciosa.
—Debes darle puntos porque lo notó— señaló Nico
—Eso es demasiado cierto— asintió Thalia
—Ustedes dos son muy groseros— dijo Percy
Se le secó la garganta.
—Ah… ¿Te refieres a…? Ah.
—Eso lo define muy bien— asintió Leo
—Y le tomó como ¿Qué? ¿Un día?— dijo Apolo
—Dos— señaló Hermes
—Eso solo lo hace mejor— dijo Poseidón con orgullo. Zeus resopló
Percy se sonrojó
—Creo que los dioses te han enviado para que me ayudes —dijo Reyna—. No sé de dónde vienes, como tampoco lo sabía hace cuatro años.
—Ese es un excelente punto— dijo Hermes
—Tengo que estar de acuerdo con esa lógica— asintió Connor
—A veces hay que tomar riesgos— asintió Artemisa
Pero creo que tu llegada es una especie de resarcimiento. Una vez destruiste mi hogar. Ahora te han enviado para que lo salves.
—Así de raro funciona el destino— dijo Apolo
—Sí es bastante raro— asintió Rachel
—Y que lo digas— murmuró Percy
—Y vaya que sí— dijo Leo
No te guardo rencor por el pasado, Percy. Mi hermana todavía te odia,
—Un poquito— dijo Percy
—Poquito— murmuró Frank
—Era menos de lo que esperaba— asintió Percy
es cierto, pero el destino me trajo al Campamento Júpiter. Las cosas me han ido bien. Lo único que te pido es que trabajes conmigo por el futuro. Pienso salvar este campamento.
—Así se habla, cariño— dijo Apolo guiñandole un ojo
—Así es como habla una líder— dijo Artemisa con una sonrisa
Los perros metálicos lo miraban furiosamente, con sus bocas petrificadas en un gruñido. A Percy le empezó a costar mucho más sostener la mirada de Reyna.
Percy se sonrojó
—Esto se está poniendo muy interesante— dijo Travis
—Mira, te ayudaré —le prometió—. Pero soy nuevo aquí. Tienes a muchas personas válidas que conocen el campamento mejor que yo. Si tenemos éxito en la misión, Hazel y Frank se convertirán en héroes.
—Creo que justo en ese momento, eso no funcionaría— dijo Artemisa
—No con todo lo que está pasando— dijo Hermes
—Solo sería una oportunidad para que Octavian siga haciendo de las suyas— señaló Thalia
Podrías pedírselo a uno de ellos…
—Por favor —dijo Reyna—. Nadie obedecerá a una hija de Plutón. Hay algo en esa chica… Circulan rumores sobre el sitio del que viene… No, no servirá.
Hazel se sonrojó —Es cierto
En cuanto a Frank Zhang, tiene buen corazón, pero es totalmente ingenuo e inexperto. Además, si los otros se enteraran de la historia de su familia…
Frank hizo una mueca. Ares le dio una mirada asesina a Reyna
—¿La historia de su familia?
—El caso es que tú eres el que tiene auténtico poder en esta misión, Percy. Eres un veterano curtido. He visto de lo que eres capaz.
—Y hablamos de hace 4 años— señaló Leo
Percy se sonrojó
Un hijo de Neptuno no sería mi primera elección, pero si consigues regresar de la misión, la legión se podría salvar. La pretoría será tuya si te interesa. Juntos, tú y yo podríamos ampliar el poder de Roma.
—¿Por qué tienes esa expresión?— preguntó Rachel en un susurró a Reyna
—¿Cuál expresión?— murmuró Reyna incómoda
—Como si estuvieras buscando la manera de irte de la sala— contestó Rachel
Reyna se sonrojó y se removió incómoda
—Le propusiste algo a Percy ¿No es cierto?— adivinó
—No fue la gran cosa— dijo Reyna rápidamente —pero aún así…
—Te entiendo— asintió Rachel —si te hace sentir mejor no creo que sea tan malo como cuando, ya sabes…
Reyna se sonrojó más
Podríamos reunir un ejército, buscar las Puertas de la Muerte y derrotar a las fuerzas de Gaia de una vez por todas. Tendrías en mí a una compañera muy atenta. Tendrías en mí a una… amiga.
Charles se quedó tan estupefacto que la palabra amiga salió como si fuera una ofensa personal
—Sí claro, yo también he tenido amigas así— dijo Apolo
—Y yo— asintió Afrodita
Piper y Will los miraron con una mueca
—No se podían quedar callados— dijo Artemisa rodando los ojos
Reyna y Percy se sonrojaron
Pronunció la palabra como si se pudiera interpretar de varias formas, y él pudiera elegir una de ellas
—Antes de que nos culpes, nosotros no teníamos idea de que eso vendría ahí— dijeron los Stoll al unísono, Percy les dio una mala mirada
Reyna parecía querer que la tierra se la tragara… De acuerdo, no, con los eventos que de hecho habían vivido esa no era una buena metáfora pero ¿En serio era necesario que viniera eso? ¿Después de lo que dijo de Jason?
Annabeth miró a su novio con una ceja enarcada, Percy se sonrojó más. Annabeth no podía estar realmente molesta por esto, ella de hecho lo había descubierto cuando llegó al Campamento Júpiter y recordaba haber pensado que disculpaba a su ridículo novio por todas las cosas que había hecho mal, aún así era un poco irritante escuchar otra vez algo así. Sin embargo, otra persona no lo tomó tan diplomáticamente
La sonrisa de Zoé se borró
—¿Disculpa?— Zoé le arrebató el libro a su hermano para cerciorarse que había escuchado bien, cuando su hermano había mencionado la palabra amiga, creyó que simplemente había elegido la peor entonación del mundo aún incluso con lo que habían dicho, miró de Reyna a Percy y de vuelta al libro, por ese momento se le olvidaron las formalidades del "está es una situación extraña y apenas nos estamos conociendo" y se enfurruñó, realmente no dijo más, pero no hacía falta su mirada era bastante clara
—Uhhh alguien va a estar en problemas— dijeron los Stoll
—No te preocupes querida, nadie te culpa es bastante lógico que actuaras así— dijo Afrodita mirando a Reyna con una sonrisita
Zoé miró a la diosa del amor con el ceño fruncido
—Eso fue como una especie de karma— dijo Bianca mirando a Zoé
Incluso Helena le dio una mirada de suficiencia (que dejaba muy en claro de quién era legado) y le dijo —Eso te pasa por grosera
—Isi ti pisi pir grisiri— masculló Zoé de brazos cruzados
—No puedo culparla— susurró Katie a su novio —si alguien le dijera eso a mi padre, también tendría esa expresión
Miranda asintió de acuerdo
—Dioses, bueno gracias por el aviso— murmuró Travis
—Y di que no llegó cuando leímos lo de...— comenzó Connor
Rachel le lanzó una mirada asesina que decía que más valía que se callara
—¿Lo de quién?— preguntó Zoé
—Amo a estos niños— dijo Apolo
—Creo que alguien se enojó— susurró Thalia divertida a Percy señalando a Zoé
—Cállate— masculló Percy —y no te rías de esto, listilla
—Oye, no la quisieras tener a ella celosa también ¿Verdad? No sobrevives al próximo capítulo— bromeó Thalia
—Lo siento— dijo Annabeth —¿Falta alguien más?
—¿No?— murmuró Percy
—Esa seguridad fue genial— dijo Thalia
Luego se hizo un incómodo silencio, donde Reyna y Percy parecían querer estar en algún otro lugar
—Te quedaste donde dice "amiga"— añadió Bianca con un tono amable que no coincidía con su mirada burlona cuando Charles iba a retomar la lectura, él se veía mortificado, pero menos que su hermana
—No puede ser— dijo Reyna en un tono bajo —¿Qué demonios le enseña Nico a esa niña?
—¿Nico?— susurró Rachel a su lado —yo apostaría por Will
A pesar de la mortificación de Charles, él siguió leyendo cuando le quitó el libro a su hermana
Percy empezó a dar golpecitos en el suelo con los pies, deseoso de escapar.
—Reyna… me siento honrado y todo eso. En serio. Pero tengo novia.
Percy y Reyna se sonrojaron de nuevo
—Como te metes en tantos problemas— susurró Thalia a Percy
—Listilla, no puedo creer que en serio te estés riendo de esto— dijo Percy en tono quejumbroso y volteó a ver a su mamá quién también se estaba riendo —¿Por qué todos lucen tan divertidos con esto?
—Porque es divertido— dijo Thalia
—Espero que sea el último sobre algo así— comentó Annabeth
Y no deseo poder, ni una pretoría.
Percy temía hacerla enfadar. En cambio, ella se limitó a arquear las cejas.
—¿Un hombre que rechaza poder? —dijo—.
—Es raro— dijo Artemisa
—Volvieron a terreno seguro— dijo Apolo
No es un comportamiento muy romano por tu parte. Piénsalo. Dentro de cuatro días tengo que tomar una decisión. Si vamos a rechazar una invasión, debemos tener dos pretores fuertes.
Los chicos del Argo II voltearon a ver a Frank con una sonrisa y a los dioses no les pasó desapercibida esa reacción
Yo te preferiría a ti, pero si fracasas en tu misión, o no vuelves, o rechazas mi oferta… En fin, trabajaré con Octavio. Pienso salvar este campamento, Percy Jackson. Las cosas están peor de lo que crees.
—Por supuesto que sí— dijo Poseidón
—Debíamos esperar algo así si tenemos en cuenta quién está despertando— suspiró Hestia
Percy recordó lo que Frank había dicho acerca de los ataques de monstruos cada vez más frecuentes.
—¿Cómo de mal?
—¿Tan mal como la suerte de Percy?— preguntó Travis
—Peor— dijo Leo
—Entonces sí es muy malo— dijo Travis
Las uñas de Reyna se clavaron en la mesa.
—Ni siquiera el senado sabe toda la verdad. Le he pedido a Octavio que no haga públicos sus augurios, o cundiría el pánico.
—Así de mal— dijo Katie
—Ma es un término suave para describirlo— murmuró Reyna
—Y vaya que sí— asintió Hazel
Él ha visto un gran ejército marchando hacia el sur, con más soldados de los que podamos derrotar.
Charles se trabó un poco en esa parte
Están a las órdenes de un gigante…
—¿Alcioneo?
—No lo creo. Si de verdad es invulnerable en Alaska, sería una imprudencia por su parte venir aquí en persona.
—No creo que sea tan idiota— dijo Hades
—Tan, es la palabra clave— dijo Hermes
—Pero de ninguna manera le convendría hacerlo— señaló Artemisa —es más fácil esperar a los chicos de la misión
Percy, Hazel y Frank hicieron una mueca
Debe de ser uno de sus hermanos.
—Estupendo —dijo Percy—. Así que tenemos dos gigantes por los que preocuparnos.
—Perfecto— masculló Poseidón
—Por si no estaba bastante mal la situación— comentó Chris
—Y se pone peor— asintió Percy
La pretora asintió.
—Lupa y sus lobos intentan retrasarlos, pero el ejército es demasiado fuerte incluso para ellos. El enemigo llegará aquí pronto… para la fiesta de Fortuna, como muy tarde.
—Esa fiesta de la tuna no iba a salir muy bien— murmuró Leo
—Podría salir bien si cumplieran con su misión— señaló Hera rodando los ojos
Percy se estremeció. Había visto a Lupa en acción. Lo sabía todo de la diosa de los lobos y su manada. Si el enemigo era demasiado poderoso para Lupa, el Campamento Júpiter no tenía ninguna posibilidad de ganar.
—Don optimista— dijo Thalia
—Gracias— dijo Percy
Reyna reparó en su expresión.
—Sí, la situación es grave, pero no desesperada.
—¿Ah no?— murmuró Katie
—No todavía— dijo Reyna
—Ya ves, eso sí es ser optimista— señaló Rachel a Percy
—Ya me di cuenta— asintió Percy
Si consigues devolvernos el águila, si liberas a la Muerte para que podamos matar a nuestros enemigos, tendremos una posibilidad de vencer.
—Creo que eso de "sin presiones" no va a ser posible— señaló Connor
—Sí, también nosotros creíamos eso— dijo Frank
—Definitivamente lo creímos— asintió Percy
Y hay otra más… Reyna deslizó el anillo de plata a través de la mesa.
—No puedo ofrecerte mucha ayuda, pero tu viaje te llevará cerca de Seattle. Te pido un favor, que también te puede ser de ayuda. Busca a mi hermana Hylla.
Hazel, Frank y Percy intercambiaron miradas
—Espero que esas miradas hayan sido porque les fue muy bien con ella y no por otra cosa— señaló Apolo
—Algo así— murmuró Percy
—Tu hermana… ¿la que me odia?
—Sí —asintió Reyna—. Le encantaría matarte,
—Genial— dijo Leo
—-No es algo con lo que no tenga experiencia— dijo Percy encogiéndose de hombros
pero si le enseñas este anillo como prenda de mi parte, puede que te ayude.
—¿Puede?
—Suena prometedor— dijo Apolo
—Pues suena casi bien— dijo Thalia
—Mejor que lo que esperaba— asintió Percy
—Yo no puedo hablar por ella. De hecho… —Reyna frunció la frente—. De hecho, hace semanas que no hablo con ella. Guarda silencio.
—Y vaya que tenía un gran motivo para eso— murmuró Hazel
—Y que lo digas— comentó Percy
Reyna hizo una mueca
Y con esos ejércitos pasando por la zona…
—Quieres que compruebe cómo está —aventuró Percy—. Que me asegure de que está bien.
—En parte, sí. No creo que la hayan vencido. Mi hermana tiene un ejército muy poderoso.
—Eso es muy cierto— dijo Percy
—¿Qué clase de ejército?— preguntó Hermes
—Qué esto es cero spoilers— señaló Apolo
Hermes resopló
Su territorio está bien defendido. Pero si la encontraras, podría ofrecerte una valiosa ayuda. Podría suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso de tu misión.
—Genial, cada vez suena mejor— asintió Apolo
—Sonaba muy increíble esa misión— asintió Percy
—Super increíble— dijo Frank
Y si le contaras lo que está pasando aquí…
—¿Podría enviar ayuda? —preguntó Percy.
Reyna no respondió, pero Percy vio la desesperación en sus ojos.
Reyna hizo una mueca
—Lo siento— dijo Percy
—Así es hablar con Percy— señaló Thalia
Estaba aterrada, aferrándose a cualquier posibilidad que pudiera salvar su campamento. A Percy no le extrañaba que deseara su ayuda. Ella era la única pretora. La defensa del campamento reposaba sobre sus hombros.
—Sin duda eres una líder excepcional— dijo Artemisa con una pequeña sonrisa
—Gracias— dijo Reyna sonrojándose
Percy cogió el anillo.
—La encontraré. ¿Dónde busco? ¿Qué tipo de ejército tiene?
—No te preocupes. Ve a Seattle. Ella te encontrará.
—Vaya que saben encontrar a las personas— masculló Reyna
Thalia se sonrojó
—Sí las saben encontrar— asintió Percy
No sonaba muy alentador, pero Percy ensartó el anillo en su collar de cuero con las cuentas y la placa de probatio.
—Deséame suerte.
—Lucha bien, Percy Jackson —dijo Reyna—. Y gracias.
—Bueno, la reunión salió bien— dijo Apolo
—Depende de a quíen se lo preguntes— señaló Hermes
—A Reyna, Percy o Zoé— dijo Connor con una carcajada
Los tres mencionados le dieron una mirada asesina
Comprendió que la audiencia había terminado. A Reyna le estaba costando no perder la compostura y mantener la imagen de comandante segura. Necesitaba estar a solas.
Reyna lo miró con una ceja arqueada
—Ay Percy, eso no se dice— dijo Leo negando con la cabeza
—No lo dije, lo pensé— señaló Percy —y eso debería ser privado
—Aquí esa palabra no existe— dijo Connor
—¿Entonces ya nos van a contar por qué andan tan sospechosos con Katie y Miranda?— preguntó Leo
—La privacidad no existe para ustedes— dijo Connor sonrojado
Sin embargo, en la puerta del principia, Percy no pudo resistirse y se volvió.
—¿Cómo destruimos tu hogar, ese balneario en el que trabajabas?
Annabeth y Percy se sonrojaron
—Bueno, ahora ya todos sabemos como lo hicieron— dijo Leo
—Nos acordamos muy bien de ese libro— asintió Apolo
Los galgos metálicos gruñeron. Reyna chasqueó los dedos para hacerlos callar.
—Destruiste el poder de nuestra señora —dijo—. Liberaste a unos prisioneros que se vengaron de todos los que vivíamos en la isla. Mi hermana y yo… sobrevivimos. No fue fácil.
—Lo siento— dijo Annabeth
Reyna le dio un asentimiento
Pero a la larga, creo que estamos mejor lejos de ese sitio.
—Aun así, lo siento —dijo Percy—. Si os hice daño, lo siento.
Sally le sonrió a su hijo
—Awwww este niño es una monada— dijo Afrodita
—Tan encantador como su madre— dijo Apolo guiñandole un ojo a Sally, lo que lo llevó a ganarse un golpe de parte de Artemisa y una mirada asesina de Poseidón
Reyna lo miró largamente, como si estuviera intentando traducir sus palabras.
—¿Una disculpa? Un gesto nada romano, Percy Jackson. Serías un pretor interesante. Espero que consideres mi oferta.
—Suena a una buena oferta— dijo Poseidón
—Y vaya que sí— asintió Hermes
XVIPercy
La comida parecía la celebración de un funeral. Todo el mundo comía. La gente hablaba en susurros. Nadie parecía especialmente contento. Los demás campistas no paraban de mirar a Percy como si fuera el cadáver que hubiera que honrar.
Charles se mordió el labio y sintió como su corazón empezaba a acelerarse por ese sentimiento
—Fue raro— dijo Percy
Reyna pronunció un breve discurso deseándoles suerte. Octavio rasgó un muñeco de peluche y lo abrió por la mitad, y anunció graves presagios y tiempos difíciles, pero predijo que un héroe inesperado (cuyas iniciales probablemente eran OCTAVIO) salvaría el campamento.
—Probablemente— dijo Reyna
—Sí claro— dijo Hazel
—Obviamente, si no era él ¿Entonces quién?— resopló Frank
—Por supuesto, era obvio que sería él— añadió Katie
Luego los demás campistas se fueron para asistir a sus clases vespertinas: lucha de gladiadores, lecciones de latín, emboscada de fantasmas con bolas de pintura,
—Eso suena cool— dijo Connor
—¿Puedes emboscar a un fantasma con bolas de pintura?— preguntó Leo
—¿O los fantasmas te emboscan a ti?— dijo Travis
—Creo que un poco de ambos— comentó Percy
adiestramiento de águilas y un montón de actividades más tentadoras que una misión suicida.
—Cualquier cosa suena mejor que eso— dijo Miranda
Percy siguió a Hazel y a Frank a los barracones para hacer el equipaje.
Percy no tenía muchas cosas. Había limpiado su mochila del viaje al sur y había guardado la mayoría de las provisiones del supermercado de las arpías.
—Increíble supermercado— dijo Leo
—No podías creer las cosas que encontrabas ahí— dijo Percy
—Y a parte de todo, los productos eran super resistentes— señaló Leo
—Mejor aún— asintió Percy
Tenía unos tejanos limpios y una camiseta morada de repuesto que le había dado el intendente del campamento, además de néctar, ambrosía, aperitivos y un poco de dinero de los mortales, así como material de camping.
—Todo eso suena bastante importante— dijo Bianca
—Definitivamente lo fue— asintió Percy
—Y vaya que sí— dijo Frank
Durante la comida, Reyna le había dado un pergamino de presentación de parte de la pretora y el senado. Supuestamente, cuando enseñaran la carta, los legionarios retirados con los que coincidieran en el viaje les ayudarían.
—Supuestamente, me agrada tu confianza— dijo Rachel
—Gracias— dijo Percy
—Da clase de confianza— señaló Thalia
—Pero no de optimismo— dijo Travis
—Para esas clases, tenemos a Nico— asintió Percy
También tenía su collar de cuero con las cuentas, el anillo de plata y la placa de probatio, y naturalmente llevaba a Contracorriente en el bolsillo. Dobló su camiseta naranja manchada y la dejó en su litera. —Volveré —dijo. Se sentía ridículo hablando con una camiseta, pero en realidad estaba pensando en Annabeth
—Awwwww— chilló Afrodita —que lindura
Percy y Annabeth se sonrojaron
—Son tan bellísimos— suspiró Afrodita —¡Me encantan!
y en su antigua vida—. No me marcho para siempre, pero tengo que ayudar a estos chicos. Ellos me han acogido. Se merecen sobrevivir.
—Eso es tan mono— dijo Perséfone encantada
Sus amigos hicieron soniditos de arrullo
Afortunadamente, la camiseta no contestó.
—Gracias a los dioses— dijo Percy
—Habría sido raro— asintió Leo
—Algo así como cuando a Jason no le contestó la estatua— señaló Miranda
—Eso también habría sido extraño— dijo Jason
Uno de sus compañeros de cuarto, Bobby, los llevó al límite del valle a lomos de Aníbal el elefante. Desde las cumbres, Percy pudo ver cuanto se extendía abajo.
—Era mucho, por si tenían la duda— dijo Percy
—Y eso nos lo aclara bastante bien— dijo Travis
—Lo sé— asintió Percy riendo
El Pequeño Tíber serpenteaba a través de prados dorados donde los unicornios pastaban. Los templos y foros de la Nueva Roma brillaban a la luz del sol.
—Qué lindo— dijo Katie
—Se veía muy bien— dijo Percy
En el Campo de Marte, los ingenieros trabajaban arduamente, derribando los restos del fuerte de la noche anterior y levantando barricadas para jugar a matar con un balón.
—Cada vez me siento más pobre— bromeó Connor
—No eres el único— dijo Chris
—Creo que tenemos que adelantar nuestro plan del banco— dijo Leo
—Y el plan de que abras tu puesto de tacos— señaló Piper
Un día normal en el Campamento Júpiter, pero al norte, en el horizonte, se estaban acumulando nubes de tormenta. A través de las colinas se deslizaban sombras, y Percy se imaginó la cara de Gaia acercándose más y más.
Los semidioses hicieron una mueca
—Eso ya no suena lindo— dijo Katie
—De ninguna manera— dijo Chris
« Trabaja conmigo por el futuro —había dicho Reyna—. Pienso salvar este campamento.»
Al contemplar el valle, Percy entendió por qué a ella le importaba tanto. A pesar de ser nuevo en el Campamento Júpiter, sentía un intenso deseo de proteger aquel lugar.
Percy se sonrojó
—Claro que sí— dijo Sally mirando a su hijo con una sonrisa
Charles sonrió un poco al leer lo siguiente
Quería formar parte del futuro de un refugio seguro en el que los semidioses pudieran desarrollar sus vidas. Tal vez no como Reyna imaginaba, pero si pudiera compartir aquel sitio con Annabeth…
Percy le dio una mirada de disculpa a Reyna, no quería que se sintiera aún más incomoda
—Awwww— chillaron sus amigos
Sally les sonrió a ambos chicos y luego a Zoé y Charles. Los cuatro se sonrojaron
Se bajó del elefante. Bobby les deseó buen viaje. Aníbal rodeó a los tres aventureros con su trompa.
—Un elefante muy lindo— dijo Percy
—Al menos alguien les mostró cariño— bromeó Thalia
—Fue una gran despedida— dijo Frank
A continuación, el taxi elefante regresó al valle.
Percy suspiró. Se volvió hacia Hazel y se devanó los sesos tratando de hacer un comentario optimista.
—Creo que no había cosas optimistas para decir— murmuró Hazel
—No definitivamente no— dijo Percy con una mueca
—Identificación, por favor —dijo una voz familiar.
Una estatua de Término apareció en la cumbre de la colina. La cara de mármol del dios frunció el entrecejo malhumoradamente.
—Creo que no le caes muy bien— dijo Connor
—Eso creo, aunque no sé por qué— dijo Percy
—Quién sabe, es un gran misterio— señaló Thalia
—Por supuesto que lo es— asintió Percy
—¿Y bien? ¡Venid!
—¿Usted otra vez? —preguntó Percy—. Creía que solo vigilaba la ciudad.
Término resopló.
—Yo también me alegro de verte, don Transgresor.
—Causaste una buena impresión— dijo Travis
—Es lo que hace con los adultos responsables— asintió Leo
—Muchísimas gracias— dijo Percy
Normalmente vigilo la ciudad, pero cuando se trata de salidas internacionales, me gusta ofrecer seguridad extra en los límites del campamento. Deberíais haber dejado dos horas de margen antes de la hora de salida planeada, pero tendremos que conformarnos.
—Ah, vaya— murmuró Rachel
—Sí bueno, ¿Quién diría que tendríamos que hacer ese tipo de trámites?— preguntó Percy
—Nadie jamás lo hubiera adivinado— dijo Miranda
Venid aquí para que pueda cachearos.
—Pero si no tiene… —Percy se interrumpió—. Ah, claro.
—Ibas de nuevo— dijo Leo negando con la cabeza
—Al menos te detuviste— dijo Hazel
—No quería que me pusiera a cortar el pasto o algo así— dijo Percy
Se situó junto a la estatua manca. Término llevó a cabo un riguroso cacheo mental.
—Parece que no llevas nada —concluyó Término—. ¿Tienes algo que declarar?
—Sí —contestó Percy—. Declaro que esto es ridículo.
—Esa fue una buena declaración— dijo Frank
—Nunca había escuchado una declaración tan buena— dijo Leo
—Eso explica muchas cosas— susurró Zoé a su hermano
—Lo sé— asintió Charles
—¡Bah! Placa de probatio: Percy Jackson, Quinta Cohorte, hijo de Neptuno. Bien, pasa. Hazel Levesque, hija de Plutón. Bien. ¿Alguna moneda extranjera o, ejem, piedra preciosa que declarar?
—Ahí tiene un punto, en cualquier lado te pararían si llevaras una piedra preciosa— comentó Rachel
—Sobretodo si son tan grandes como las han descrito— asintió Miranda
—Puedo imaginarlo— dijo Hazel
—No —murmuró ella.
—¿Estás segura? —preguntó Término—. Porque la última vez…
—¡No!
—Vaya, menuda panda de malhumorados —dijo el dios—.
—Tampoco es que pudieran estar de un humor particularmente feliz— señaló Deméter
—Definitivamente no— dijo Poseidón
¡Aventureros! Siempre con prisas. A ver, Frank Zhang. ¡Ah! ¿Centurión? Bien hecho, Frank. Y ese corte de pelo es perfectamente reglamentario. ¡Lo apruebo! Adelante, centurión Zhang.
—Él sí sigue las normas— señaló Leo
Recibió miradas irónicas de sus compañeros de misión
¿Necesitáis indicaciones?
—No, supongo que no.
—Id a la estación de metro de la bahía de San Francisco —dijo Término de todas formas—.
—Que no le importa si no las necesitan— dijo Travis
—Ahí se hace lo que él dice— señaló Connor
—Me di cuenta— dijo Percy
Cambiad de tren en Oakland en Twelfth Street. Bajaos en la estación de Fruitvale. Desde allí, podéis ir andando o coger el autobús a Alameda.
—¿No tienen un tren mágico o algo por el estilo? —preguntó Percy.
—¿En qué clase de mundo crees que vivimos?— preguntó Apolo
Percy se encogió de hombros —No sé, pero definitivamente nos hace falta un tren mágico
—Nos ahorraría muchos problemas— asintió Leo —y podría llevar bocadillos
—¡Trenes mágicos! —dijo Término en tono de burla—. Y también querrás tu propio control de seguridad y un pase para el salón ejecutivo.
—Si no es mucha molestia— asintió Percy
—Sí lo es— dijo Apolo
—Bueno, lo intentamos— dijo Leo
Viajad con prudencia, y tened cuidado con Polibotes.
—No puede ser— masculló Poseidón
Percy hizo una mueca
Ese sí que infringe la ley. Ojalá pudiera estrangularlo con mis propias manos.
—Espere… ¿quién ha dicho? —preguntó Percy.
Término adoptó una expresión de esfuerzo, como si estuviera flexionando su inexistente bíceps.
—Vamos a fingir que lo vimos— dijo Percy
—Obviamente lo vimos— dijo Frank
—Voy a pensar en un chiste sobre eso para la próxima vez que lo vea— comentó Apolo
—¿Necesitas caerle peor?— preguntó Artemisa
—Somos amigos— señaló Apolo —así se llevan los amigos
—En fin. Tened cuidado con él. Me imagino que puede oler a un hijo de Neptuno a un kilómetro y medio de distancia. Marchaos. ¡Buena suerte!
—¿Alguien nos dice por qué?— preguntó Connor
—Con todo lo que nos han dicho, supongo que sería quien se debía enfrentar a Poseidón ¿No?— argumentó Miranda
Poseidón asintió con una mueca. Sally suspiró
Una fuerza invisible los empujó a través del límite. Cuando Percy miró atrás, Término había desaparecido. De hecho, todo el valle había desaparecido. En las colinas de Berkeley no parecía haber ningún campamento romano.
—Por eso es que el Campamento está protegido— señaló Piper
—Eso explica muchas cosas— dijo Percy
Percy miró a sus amigos.
—¿Tenéis idea de lo que ha dicho Término? Tened cuidado con… ¿Político
—De acuerdo, algunas veces hay que tener cuidado también con ellos— comentó Apolo —pero en ese momento no eran ellos
o no sé qué?
—¿Po-li-bo-tes? —Hazel pronunció el nombre con cuidado—. Es la primera vez que lo oigo.
Percy hizo una mueca —Y yo espero no volverlo a oír nunca más
—Espero lo mismo— asintió Poseidón
—Suena a griego —dijo Frank.
—Eso reduce las posibilidades —Percy suspiró—.
—Pocas posibilidades— asintió Leo
—Unas cuantas nada más— asintió Percy
Bueno, probablemente acabamos de aparecer en el radar olfativo de todos los monstruos en un radio de ocho kilómetros a la redonda. Más vale que nos pongamos en marcha.
—Mejor— dijo Perséfone
—Esa suena a buena idea— dijo Thalia —a veces las tienes
—Vaya gracias— dijo Percy
—De nada— dijo Thalia
Les llevó dos horas llegar al puerto de Alameda. Comparado con los últimos meses que Percy había vivido, el viaje transcurrió sin contratiempos. No les atacó ningún monstruo. Nadie miró a Percy como si fuera un adolescente rebelde sin hogar.
—Lo que era bueno— dijo Percy
—Al menos su viaje empezó bien— dijo Katie
—Hasta ese momento sí— asintió Percy
—Luego como que la suerte no nos duró— comentó Frank
—No me sorprende— dijo Thalia
Frank había guardado su lanza, su arco y su carcaj en un largo bolso para esquís. La espada de la caballería de Hazel estaba envuelta en un petate que llevaba colgado a la espalda. Juntos, los tres parecían estudiantes de secundaria normales en plena excursión nocturna.
—O lo más normales que nos podíamos ver— dijo Hazel
—Luciamos lo suficientemente normales— dijo Percy
—¿En serio?— preguntó Thalia
—Por supuesto que sí— dijo Percy
Fueron andando a la estación de Rockridge, compraron billetes con dinero de los mortales y subieron al metro. Se apearon en Oakland. Tuvieron que atravesar algunos barrios peligrosos, pero nadie les molestó.
—¿Qué son unas cuantas pandillas a comparación de los monstruos?— preguntó Leo
—Exactamente— dijo Percy encogiéndose de hombros
Cada vez que los miembros de una banda de la zona se acercaban lo bastante para mirar a Percy a los ojos, se desviaban rápidamente. Había perfeccionado su mirada de lobo durante los últimos meses, una mirada que decía: « Por muy malo que creas que eres, yo soy peor» .
Sally hizo una mueca
—¿Necesitabas perfeccionarla?— preguntó Connor
—Ya daba bastante miedo— dijo Travis
—-No creo que lo hubiera necesitado de cualquier manera— murmuró Leo recordando la mirada que le había dado Percy después del bombardeo al Campamento Júpiter
Percy se sonrojó
Después de estrangular a monstruos marinos y de atropellar gorgonas con un coche patrulla, a Percy no le daban miedo las bandas. Ya no le daba miedo casi nada del mundo de los mortales.
—Es más grande la tolerancia— asintió Leo
—Definitivamente— asintió Percy
Los semidioses asintieron y los dioses tuvieron la decencia de lucir algo avergonzados
A media tarde llegaron al puerto de Alameda. Percy contempló la bahía de San Francisco y aspiró el salado aire del mar. Enseguida se sintió mejor. Ese era el dominio de su padre. Se enfrentaran a lo que se enfrentasen, él contaría con ventaja mientras estuvieran en el mar.
Poseidón sonrió
En los muelles había atracados docenas de barcos: desde yates de quince metros hasta botes de pesca de tres metros.
—Un bote de pesca habría estado bien— murmuró Percy
—Ojalá que la flota sea un yate de quince metros— dijo Connor
—Con piscina incluida— asintió Travis
—Sí, no fue así— dijo Percy
Escudriñó los amarres en busca de algún tipo de embarcación mágica: un trirreme, tal vez, o un buque de guerra con una cabeza de dragón como el que había visto en sus sueños.
—Por supuesto que eso habría estado bien— dijo Frank
—Todavía no era hora de ver ese fabuloso barco— dijo Leo
—Una lástima— dijo Percy
—Esto… ¿sabéis lo que estamos buscando?
Hazel y Frank negaron con la cabeza.
—Yo ni siquiera sabía que hubiera una flota.
—Porque no es exactamente una flota— murmuró Reyna
—Yo creo que es por eso que no lo sabían— comentó Percy
—Eso lo explica— asintió Frank
Parecía que Hazel deseara que no hubiera ninguna.
—Ah… —Frank señaló con el dedo—. ¿No os parece…?
Al final del muelle había una pequeña barca, similar a un bote, cubierta con una lona morada.
—Oye, al menos tiene una lonita— dijo Travis
—Era algo bueno, lo cubría— murmuró Percy
—Bueno, después de como estaba el palacio de Neptuno, creo que era bastante obvio eso— dijo Chris
—Sí lo era— asintió Percy con una mueca
La tela tenía bordadas las iniciales S.P.Q.R. con letras doradas descoloridas.
La seguridad de Percy flaqueó.
—No me fastidies.
Percy hizo una mueca
Empezó a quitar la lona, deshaciendo los nudos con las manos como si lo hubiera hecho toda la vida. Debajo de la lona había una vieja barca de remos sin remos. La barca había sido pintada de azul oscuro,
—Al menos era azul— señaló Percy
—Hay que buscarle el lado bueno— asintió Apolo
—No es que les quedara opción— dijo Poseidón
pero el casco tenía tanta brea y salitre incrustados que parecía un enorme moretón náutico.
En la proa todavía se podía leer el nombre « Pax» estampado con letras doradas. Unos ojos pintados se hundían tristemente al nivel del agua, como si el bote estuviera a punto de dormirse.
—Tenía sueño— dijo Leo
—Yo creo que sí— asintió Percy —y a lo fuimos a molestar
—Eso no se hace— dijo Leo negando con la cabeza
A bordo había dos bancos, un estropajo de aluminio, una vieja nevera portátil y un montón de cuerda deshilachada con una punta atada al amarradero.
—Vaya— dijo Rachel
—Suena como todo un sueño— dijo Travis
En el fondo de la barca, una bolsa de plástico y dos latas de Coca-Cola vacías flotaban en varios centímetros de agua llena de espuma.
—He aquí —dijo Frank—. La poderosa flota romana.
—Al menos era un medio de transporte— dijo Perséfone
—Eso es cierto— asintió Hazel
—Tiene que haber un error —dijo Hazel—. Esto es una porquería.
Percy se imaginó a Octavio riéndose de ellos, pero no dejó que eso le desanimara.
—No en ese momento— dijo Percy
—Eso se deja para más adelante— asintió Leo
—Obviamente— dijo Percy
El Pax seguía siendo una barca. Subió a bordo de un salto, y el casco emitió un murmullo bajo sus pies en respuesta a su presencia. Achicó el agua con espuma por los costados a fuerza de voluntad.
—Genial— dijo Rachel
—Fue genial verlo— dijo Hazel
—Vaya que sí— asintió Frank
A continuación señaló el estropajo de aluminio, que se deslizó a toda velocidad a través del suelo, frotándolo y puliéndolo tan rápido que el acero empezó a echar humo. Cuando hubo acabado, el bote estaba limpio.
—Eso de hecho es muy útil— dijo Leo
—Y aún así no limpias tu habitación— dijo Sally
Zoé y Charles intercambiaron una mirada
—¿Quisieras ir a limpiar mi habitación?— preguntó Connor
—Nuestra cabaña— señaló Chris
—Cobra 30 dracmas por limpieza— dijo Leo
—Como dijo mi mamá, no limpio mi habitación ¿Qué les hace creer que voy a limpiar las de ustedes?— preguntó Percy riendo
—Los dracmas— dijo Travis
Percy señaló la cuerda, y la amarra se desató del muelle.
No había remos, pero no importaba. Percy notaba que el bote estaba listo para navegar, esperando su orden.
—Servirá —dijo—. Subid.
—Mi barco quedó genial— dijo Percy
—Te estabas quejando de tu barco— señaló Thalia
—Sí, pero fue antes de que lo limpiara— argumentó Percy
Hazel y Frank se quedaron un tanto estupefactos, pero subieron a bordo. Hazel parecía especialmente nerviosa.
—Hemos notado su reacción con los barcos— dijo Connor
—Aunque por lo que vimos, fue peor la reacción de Nico— dijo Travis
Nico les dio una mirada asesina
—Pero lo solucionaron muy bien— dijo Thalia riendo
Cuando se hubieron sentado en los asientos, Percy se concentró, y la barca se alejó del muelle. « Juno tenía razón —la voz soñolienta de Gaia susurró en la mente de Percy, y el hijo de Neptuno se sobresaltó tanto que el bote se balanceó—.
—Así que eso fue lo que pasó— comentó Hazel
—Eso fue lo que pasó— dijo Percy
—Eso lo explica— asintió Frank
Podrías haber elegido una nueva vida en el mar. Allí habrías estado a salvo de mí. Pero ya es demasiado tarde. Elegiste el dolor y el sufrimiento. Ahora eres parte de mi plan, mi pequeño e importante peón.»
Percy hizo una mueca
—Fuera de mi barco —gruñó Percy.
—¿Qué? —preguntó Frank.
Percy aguardó, pero la voz de Gaia permaneció callada.
—Nada —dijo—.
—Era mi barco y no se lo prestaba— masculló Percy
Veamos de lo que es capaz este bote.
Giró el bote hacia el norte, y en un abrir y cerrar de ojos avanzaban a quince nudos, rumbo al Golden Gate.
—Excelente— dijo Apolo
—Fin del capítulo— dijo Charles
—Fue más de lo que esperaba cuando le dimos el libro— comentó Travis
Percy les dio una mala mirada, los Stoll le sonrieron inocentemente
—Leamos uno más y descansamos— sugirió Hestia
—Si yo fuera tú, le pasaría el libro a Sammy— susurró Bianca
—Qué bueno que no eres yo— dijo Charles
—Aburrido— murmuró Bianca
—¿Y a quién le paso el libro?— preguntó Charles
Bianca no podía creer lo que había pasado en los últimos dos capítulos, en especial "discusión" que habían tenido entre todos, fue tan extraño y al mismo tiempo tan normal, ni siquiera sabía cuál era la correcta forma de reaccionar, vaya… Tal vez las cosas no hubieran cambiado taanto después de todo. Para algunas personas tal vez no fuera la gran cosa y ciertamente no sabía qué había pasado exactamente, pero hubo algo, algo genial ahí.
Y ese algo era precisamente el que le daba cierto alivio, desde que había llegado a la Sala de Trono y se dio cuenta de lo que estaba pasando había tenido miedo al rechazo. Sí, sabía que de hecho no lo había intentado mucho, pero ¿Qué pasaba si aquí en realidad creían que no era su hija? En su casa, en su tiempo, se había hecho más de una vez esa pregunta, claro que siempre la terminaba desechando ya que más de una vez le habían demostrado que sus miedos eran infundados ¿Aquí? Bueno, eso era diferente, aquí esos miedos de hecho podrían ser reales y eran como una gran pared que la detenían de acercarse más y realmente lo odiaba, pero no sabía qué hacer, pensó una vez más en la historia que tantas veces le habían contado
Cuando Charles llegó Nico y Will ayudaron a cuidarlo durante mucho tiempo, de hecho Percy y Annabeth tenían metidos en su casa a sus amigos obviamente para ver al bebé,. Percy solía decir comentarios como "es muy lindo, pero deberían verlo llorando a las 3 am" o "¿Ya me puedes regresar a mi bebé?" o su favorito personal "Si se acuerdan que el bebé es nuestro ¿Cierto?"
De hecho la primera vez que Nico lo cuidó estaba aterrorizado, pero también sorprendido de que el niño no se pusiera a llorar con él, tal vez era tan raro como Percy, nunca sabías que podía pasar. El caso es que a Nico le gustaba estar con el bebé al igual que a Will que siempre que no tenía turno en el hospital estaba ahí, sí, casi se habían olvidado que tenían una casa.
Ellos habían tocado el tema de los bebés algunas veces, aunque realmente nunca habían llegado a nada concreto por obvias razones. A ellos les gustaba cuidar a Charles pero tener un bebé en su propia casa, bueno eso era más difícil. A pesar de que nunca habían decidido realmente nada, había alguien observando esas charlas y sin que de ninguna manera se lo esperaran, les dio el empujón que necesitaban.
(Afrodita había visto todas y cada una de las charlas de Nico y Will, sobretodo desde que cuidaban a su (de alguna forma) sobrino, se le había ocurrido una grandiosa idea, una idea que no llevaba a cabo desde hace mucho tiempo, siglos en realidad. Lo hizo dos veces, en el primer caso con los resultados esperados, en el otro, no tanto ¿Debía hacerlo? Entre más lo pensaba más se decidía, si era lo que ellos querían ¿Por qué no dárselo? Además esa pareja le encantaba y quería ver sus reacciones ¡Completamente decidido! Tendría que hablar con Apolo y Hades para que dieran su bendición
Apolo como era de esperarse asintió inmediatamente encantado con la idea, Hades… No tanto, básicamente le dijo que no iba a obligar a su hijo a nada ¡Cómo si la diosa del amor fuera a hacerlo! Ok, había obligado a algunas personas a hacer cosas que no querían, pero jamás en este asunto, no siempre era tan mala. (No siempre) Le costó cierto tiempo convencer a Hades, pero lo hizo, luego obtuvo el ADN que necesitaba de los chicos, eso fue realmente muy fácil y luego utilizó sus poderes, tardó algunos meses en hacerlo y jamás le daría los detalles a nadie, ella debía ser la única capaz de hacerlo. Así que cuando tuvo listo su regalo, lo envió a la pareja en cuestión)
Ese día Nico y Will llegaron al mismo tiempo a su casa en una rara coordinación, llevaban 3 años viviendo juntos en Nueva Roma, antes lo habían intentado en el mundo mortal, pero simplemente no funcionó, así que dejaron de intentarlo por mucho que lo quisieran. Como sea, ese día Will regresaba de un turno particularmente largo en el hospital donde trabajaba y Nico regresaba de hacer un pequeño favor para Quirón en el Campamento Mestizo
—Parece que fuiste arrastrado por un perro del infierno— señaló Will mirando la ropa hecha jirones de Nico
—En realidad fueron empusas— masculló Nico —no hubiera sido tal problema si su líder no se me hubiera escapado— Nico masculló una maldición en italiano —creo que será mejor que suba a cambiarme
—Suena como una buena idea— asintió Will
Su casa era de dos pisos, en el piso de arriba tenían las habitaciones, una para ellos y dos para los invitados (nunca sabías quién podría llegar), en la parte de abajo tenían una cocina y comedor que rara vez ocupaban en esos días, además de una sala. También tenían un pequeño jardín que a Perséfone no le parecía "tan bonito como el suyo"
De cualquier manera, mientras arreglaban algunas cosas, se oyó un suave golpe en la puerta, era raro, así que Will fue a inspeccionar y encontró una pequeña cesta de mimbre con varias mantas color pastel que enrollaban nada más y nada menos que un bebé. Will no sabía qué pensar sobre esto, tal vez un error o algo así, como fuera se estaba haciendo tarde y hacía algo de viento
Will tomó la canasta y la metió a la casa —¿Nico?— gritó hacía la parte de arriba de su casa
—Espera estoy buscando una camiseta— se oyó la voz amortiguada de Nico
—Nico, en serio— volvió a gritar Will, algo en su voz le dijo a Nico que tenía que ir rápido, se asomó acomodándose una camiseta
—¿Qué…
—Alguien olvidó a su bebé en nuestra puerta —dijo Will, alzando una canastita de bebé
—Alguien olvidó a su bebé en nuestra puerta— repitió Nico porque no estaba seguro de haberlo escuchado bien
Will asintió —Supongo que tenemos que devolverlo
—Entonces...— murmuró Nico —¿La dejamos donde la encontraste hasta que alguien se acuerde?— preguntó Nico mitad en broma mitad en serio
—Por supuesto que no— dijo Will —de hecho… Espero que no sea lo que estoy pensando, déjame comprobar algo, toma a la bebé
Nico hizo una mueca, pero accedió, no podía ser más difícil que cargar a Charles ¿Cierto?
—Esto siempre lo hacen en las películas— dijo Will buscando entre las mantas
—¿Y para que se supone que funciona eso?— preguntó Nico mirando al bebé
—Para encontrar esto— dijo Will con tono triunfal cuando sacó un sobre con un brillo rosado, empezó a abrirlo
Nico dejó al bebé en la canasta y se acercó a Will para leer, cuando terminaron ambos se voltearon a ver en pánico, la carta decía más o menos así:
Queridos, ella es una pequeña semidiosa que tiene la bendición tanto de Apolo como de Hades, y por supuesto también la mía. Es un pequeño regalo que me podrán agradecer después, claro si la quieren con ustedes, si no bueno, una lástima hice mi mejor esfuerzo, pero no tomaré represalias. El tres es un número sagrado, de ahí que en tres semanas apareceré por una respuesta de su parte. Amo el amor.
Atte: la diosa más hermosa de todas.
—¿Tres semanas?— murmuró Nico —¿Por qué dos semanas?
—Creo que es como nuestra prueba gratis— dijo Will —lo siento
Nico lo miró con una ceja enarcada —¿Qué hacemos?
—Tal vez Annabeth nos ayude— dijo Will
Con el paso de los años Will y Annabeth se habían vuelto buenos amigos, al parecer los dos eran unos pequeños geniecillos a los que les gustaba demostrar cuánto sabían de cierto tema, era un poco tortuoso para los demás, pero ¿Qué se le va a hacer?
Will y Nico se volvieron a mirar con expresiones incrédulas y un poco aterrorizadas. Will le mandó un mensaje Iris a Annabeth sin explicarle mucho y ella accedió a ir
—¿Qué pasó?— preguntó Annabeth cuando llegó a la casa de Will y Nico
En lo que la esperaban, la bebé se había despertado y habían visto con incredulidad sus ojos azules, de hecho, si lo pensaban un poco, como que se parecía a ambos ¿Era posible? La bebé estaba llorando
Annabeth los miró —¿Robaron un bebé?
—Sí, mira es lo que te iba a de… ¿Qué? ¡¿Por qué robaríamos un bebé?!— preguntó Will —de acuerdo, no me respondas, no la robamos … Creo que uhhh… nos la regalaron
—Qué terrible elección de palabras— masculló Nico y le tendió la carta a Annabeth. Annabeth la leyó con una ceja enarcada
—Esto es más de lo que me esperaba cuando recibí el mensaje Iris— comentó Annabeth —aunque no soy quién para juzgar cómo llega un bebé ¿Tiene nombre?
—¿Bebé?— ofreció Nico
—¿Qué hacemos?— le preguntó Will
—Si me estas preguntando que hacer sobre la decisión que tienen que tomar, no voy a responder, pero si me preguntas que hacer para que la bebé deje de llorar…
—Ya que dijiste que no vas a responder lo primero, entonces que sea lo segundo— dijo Nico
Ella les ayudó, de hecho dijo que les entregaría algunas de las cosas de Charles que les podría ayudar
—Annabeth, promete que no vas a decir nada a nadie— pidió Will —ya sabes por si no…
Annabeth asintió —No le diré nada a nadie
Y así fue, se las arregló para llevarles cosas sin que Percy se diera cuenta, un par de días después a Will le tocó hacerse cargo de la bebé completamente ya que Nico había recibido una llamada de su padre para que lo visitara en el Inframundo. Y cuando Nico regresó encontró a Will y a la bebé profundamente en la cama. Nico sonrió, había pasado tanto tiempo sintiéndose rechazado por el mundo, que no podía creer lo que ahora era su vida, aún así no estaba tan seguro de la bebé.
Al día siguiente Nico fue el que se quedó con ella, ya que Will tenía que volver al hospital, cuidarla no fue tan difícil como pensó que sería, de hecho en esos cuatro días se había acostumbrado a algunas de las cosas que hacía la bebé cuando quería algo. Era extraño.
Al final de esa semana tuvieron su primera plática sobre la decisión que debían tomar, aunque sin llegar a nada claro realmente. Y sus amigos empezaban a hacer preguntas porque esa semana no los habían visto.
Fue al principio de la siguiente semana cuando ambos tuvieron que salir por "asuntos de semidioses" y por obvias razones no se podían llevar a la bebé, así que le llamaron a la única persona que sabía.
—Llegaremos en la noche— dijo Will —y ahí está lo que necesitas
—Pero si sucede algo, puedes mandar mensaje Iris— comentó Nico
Annabeth les dió una sonrisa irónica y se fueron
Al final resultó que no llegaron en la noche, por mucho llegaron tres horas después
—Creí que llegarían más tarde— dijo Annabeth
—Si bueno, las cosas se adelantaron— comentó Will encogiéndose de hombros —¿Dónde está la bebé?
Annabeth señaló hacía la canastita en dónde había llegado la bebé —Está dormida
—Gracias— dijo Nico también yendo a ver a la bebé
—Supongo que me voy, terminaré mi plano más reciente— dijo Annabeth —¿Ya decidieron algo?
Ambos chicos negaron con la cabeza
—¿En serio?— preguntó Annabeth con una ceja alzada
La decisión se siguió posponiendo, hasta que de hecho ya no hubo más tiempo para hacerlo y solo tenían esa noche.
—Sería difícil hacerlo— comentó Nico —con los monstruos y todas esas cosas, aunque nos las hemos arreglado bastante bien
—Cierto, pero no la podríamos tener segura en el campamento todo el tiempo— señaló Will
Le dieron vueltas al asunto durante horas y horas hasta que por fin Nico dijo
—Creo que es la mejor opción
Will asintió de acuerdo. Esa noche ninguno de los dos durmió.
A la mañana siguiente se cumplían las tres semanas que había dicho Afrodita, así que sabían que la diosa no tardaría en aparecer, así que dejaron a la bebé en su canasta y dejaron todas sus cosas juntas. Afrodita apareció temprano en la mañana, lució levemente decepcionada cuando miró todas las cosas juntas
La diosa chasqueó la lengua —Lo entiendo, es una lástima
Nico y Will habían decidido que era lo mejor, la vida de semidiós no es fácil y algún día llegaría un monstruo con el que no podrían y arrastrar a una niña a eso...
Pero no habían esperado sentir el pánico que sintieron cuando la diosa empezó a desaparecer las cosas de la bebé
—¿Qué va a suceder con ella?— preguntó Nico con la voz entrecortada
—Oh no te preocupes por eso, será como si nada hubiera pasado— dijo la diosa encogiéndose de hombros
¿Cómo si nada hubiera pasado? Nico y Will se voltearon a ver. Dicen que nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, o en este caso hasta que la diosa del amor tomó a la bebé entre sus brazos dispuesta a llevarsela y ese, ese fue el momento en que ambos se dieron cuenta que de ninguna manera podrían permitir que la diosa se la llevara y menos si la excusa para entregarla era el miedo
—Lady Afrodita— dijo Nico tratando de sonar calmado —lamentamos mucho molestarla ¿Podría regresarme a mi bebé?
Afrodita lo miró con una ceja enarcada y volteó a ver a Will, quien tenía la misma expresión aterrorizada pero resuelta que su pareja
—¿Están seguros?— preguntó la diosa —no habrá más oportunidad
Will asintió —Ella es nuestra, por favor
Afrodita se encogió de hombros —Como deseen
Después de que Afrodita le entregó la bebé a Nico, ella les explicó todo el asunto del ADN y por que, lo que resultó más confuso, pero aún sin eso, ellos la hubieran querido, cuando la diosa del amor se fue Will y Nico se miraron
—No puedo creer lo que casi hacemos— dijo Will
—Tampoco yo— murmuró Nico que pensaba en su hermana ¿Ella había sentido lo mismo cuando lo había dejado hace tanto tiempo atrás? ¿Pensó que sería lo mejor?
—Bueno, supongo que ahora sí vamos a tener que arreglar la habitación de Bianca
Nico lo miró —¿Qué?
—Necesita un nombre ¿No?— señaló Will —no la podemos seguir llamando "la bebé". Gracias a los dioses que no la soltaste
—¿Estás seguro?— preguntó Nico
—Definitivamente ¿Te gusta?
Nico asintió —Gracias
—Me alegro, porque tú se la vas a presentar a mi mamá— sentenció Will
Ese día ellos tres se quedaron en la casa simplemente para asimilar todo (aunque con la breve visita de Apolo quien estaba encantado) pero al día siguiente les contaron a sus amigos Reyna fue la primera en llegar, luego todos los demás por supuesto todos queriendo apoderarse de Bianca, pero al final Percy fue el que estuvo el mayor tiempo con ella, argumentando que si ellos le habían quitado a su bebé, él les podía quitar a la suya. Era realmente un argumento irrefutable
Para la mayoría de la gente, eso no sería una historia linda de aceptación a la niña, para Bianca sí lo era, porque no la aceptaron solo por temor a la diosa o por obligación, fue porque en verdad querían tenerla con ellos, no importando como había llegado, solo esperaba que eso le ayudara ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario