V

Hazel

Después todo fue confuso, fue un caos, hubo estruendo y de repente Helena y su hermano estaban con Zoé yCharles huyendo de un telekhine, más días confusos y habían aparecido aquí…

—¿A quién le paso el libro?— preguntó Bianca

—Yo voy a leer— dijo Will. Bianca le dio una mirada y le pasó el libro, mientras todas las demás conversaciones se calmaban, Rachel susurró

—¿Es por eso que Nico no está sentado aquí?

—¿Eh?— susurró Will de vuelta y luego miró a Bianca —no, no realmente, de hecho la historia de por qué te quitó de tu lugar es bastante divertida

—Okaaay— murmuró Rachel

—Bueno, te la contaré— susurró Will divertido —pero cuando acabe el capítulo

Y como si Nico supiera de lo que estaba hablando le dio una mirada a Will

—Puedes empezar a leer, eh— bromeó Leo

Will abrió el libro —Creo que no todos van a querer que empiece a leer— dirigió su mirada a Hazel —lo siento. Capítulo 5, Hazel

—Que sí van a compartir la suerte de Percy, dice el libro— comentó Leo

—No puede ser— murmuró Hazel palideciendo un poco

—Lo siento Haz— dijo Percy

—Estará bien— dijo Frank

—Bueno, ya sabes la costumbre— señaló Leo —¿Cuál es tu frase?

—Si le dices algo a mi hermana, te mato— añadió Nico

—Muy buena tu frase, pero Hazel la tiene que decir— comentó Leo

Nico le dio una mirada asesina

—Te puedo prestar mi frase— dijo Piper

—Reina de belleza, tu frase es "lo siento"— señaló Leo

—Y por eso es la mejor frase— dijo Piper

—Está bien— dijo Hazel todavía sin poder creer que el libro ahora fuera a hablar sobre ella

—De acuerdo— murmuró Will antes de empezar a leer

Hazel se sentía como si acabara de presentar a dos bombas nucleares. Estaba esperando a ver cuál explotaba antes.

—Pues básicamente— asintió Thalia

—¿Y cual explotó antes?— preguntó Travis

—Ninguna, gracias a los dioses— dijo Hazel

—De nada— dijo Apolo

Hasta esa mañana, su hermano Nico había sido el semidiós más poderoso que conocía. En el Campamento Júpiter, los demás lo veían como a un bicho raro que siempre estaba viajando, prácticamente tan inofensivo como los faunos.

—Sí claro— dijo Will con una sonrisa

—Obviamente, todos nos damos cuenta de eso— comentó Thalia con sarcasmo

—Se nota a kilómetros— asintió Percy

Sin embargo, Hazel sabía la verdad. Ella no había crecido con Nico y ni siquiera lo había conocido durante mucho tiempo, pero sabía que Nico era más peligroso que Reyna o que Octavio o incluso que Jason.

—Cierto— dijeron Reyna y Jason al mismo tiempo

Nico se sonrojó. Hades le dio a su hijo una mirada satisfecha

Entonces había conocido a Percy. Al principio, cuando lo vio dando traspiés por la autopista con la vieja en brazos, Hazel pensó que podía tratarse de un dios disfrazado.

Hazel se sonrojó

—No te puedo culpar por ello, querida— dijo Afrodita

—Noo— murmuró Percy sonrojado —¿Por qué pensarías eso?

—Ay cariño, es demasiado obvio por qué— señaló Afrodita

—Estoy completamente de acuerdo— dijo Perséfone —es obvio que pensara algo así

—Pero no es obvio— murmuró Percy aún más sonrojado

Pese a estar castigado, sucio y encorvado del agotamiento, tenía un aura de poder. Poseía la belleza de un dios romano, con unos ojos verde mar y un cabello moreno despeinado por el viento.

—Wow, no vayas a poner celosa a Annabeth— comentó Thalia —o podrías estar en problemas

Annabeth rodó los ojos. Charles intercambió una mirada con su hermana

—O a Frank en todo caso— dijo Connor —y Percy sería el de los problemas

Frank negó con la cabeza

Había ordenado a Frank que no le disparara. Había pensado que los dioses podían estar poniéndolos a prueba. Había oído mitos parecidos: un chico con una vieja implora refugio, y cuando los groseros mortales se niegan a dárselo, zas, se convierten en babosas.

—Una vez que conviertes a alguien en babosa y todos creen eso— dijo Apolo negando con la cabeza

—Podemos convertirlos en cualquier cosa— señaló Dionisio

—Ah, es bueno saberlo— murmuró Travis

—Como en un pavo real por ejemplo— comentó Leo

Will se sonrojó —Muchas gracias

Hera resopló

—O en un delfín loco— dijo Percy —puede pasar

—Claro que podría pasar— asintió Frank

Luego Percy había controlado el río y había destruido a las gorgonas. Había convertido un bolígrafo en una espada de bronce. Había revolucionado todo el campamento con los rumores sobre el graecus.

—Percy haciendo su entrada triunfal— dijo Connor

—Es experto en entradas triunfales— señaló Thalia

—Miren quien habla, también hiciste una de esas entradas— dijo Percy

—Y es por eso que son tan parecidos— comentó Jason

—¡Que no nos parecemos!— dijeron Percy y Thalia al unísono

—No, no se parecen para nada— dijo Annabeth

Un hijo del dios del mar…

Hacía mucho, a Hazel le habían dicho que un descendiente de Neptuno la salvaría.

Muchos de los chicos la miraron con confusión

—¿Sí eres tú?— preguntó Chris

—Es cero spoilers— dijo Percy riendo

—Ya no me está gustando eso de cero spoilers— dijo Connor

—Pero lo dijiste en el capítulo pasado— señaló Katie

—Pero a veces es necesario cambiar de opinión— dijo Connor

Pero ¿podía realmente Percy anular la maldición que pesaba sobre ella? Parecía una esperanza vana. Percy y Nico se estrecharon las manos.

—Encantado de conocerte— bromeó Percy

Nico se sonrojó

—Él no estuvo tan encantado de conocerte— comentó Thalia

—Nos dimos cuenta que no lo estuvo— asintió Leo

—Es casi como cuando pasas a lado de alguien que no quieres ver y te haces el desentendido— comentó Travis riendo

Se observaron con recelo, y Hazel contuvo el deseo de escapar. Si los dos sacaban sus espadas mágicas, las cosas podían ponerse feas.

—No es muy divertido— comentó Piper

—Te creo— dijo Hazel

—Pero sí es super divertido— bromeó Percy

—Es lo más divertido que he hecho— dijo Jason

Annabeth y Piper intercambiaron miradas

—Sí, estaban suuper divertidos— comentó Piper

—Y que lo digas, se nota muchísimo su diversión— resopló Annabeth

Nico no parecía asustado. Era delgado y tenía un aspecto desaliñado con su arrugada ropa negra. Estaba tan despeinado que parecía que acabara de salir de la cama.

—Realmente lo parece— asintió Will

Nico le dio una mirada indignada

—Uno no puede ir por ahí tratando de verse como si no acabara de salir de la cama, que fastidio— bromeó Connor

—Eso es muy cierto— asintió Hermes

Hazel recordaba el día en que lo conoció. La primera vez que lo había visto desenfundar su espada negra había estado a punto de reírse.

—¿Nos van a contar cómo se conocieron?— preguntó Travis

—No— dijeron Nico y Hazel al unísono

—Ah, no pues muchas gracias— murmuró Travis

—Al menos fueron honestos en la respuesta— señaló Hermes

Su forma de llamarla « hierro estigio» , todo serio, le hacía parecer ridículo. Aquel flaco chico blanco no era ningún luchador. Desde luego ella no había creído que fueran parientes. No había tardado en cambiar de opinión.

—Todos nos damos cuenta— asintió Apolo

—Es también de las cosas que se notan a kilómetros— dijo Will

—Gracias— dijeron Nico y Hazel al mismo tiempo

Percy frunció el entrecejo.

Te… te conozco.

Nico arqueó las cejas.

Ah, ¿sí?

—O al menos se parecía a alguien que conocías— señaló Travis

—Sí, era de esas caras súper familiares— dijo Percy

—Un misterio el por qué— dijo Leo

—Nunca lo descubriremos— comentó Percy encogiéndose de hombros

—¿Cómo podremos vivir con esa falta de información?— preguntó Leo

Miró a Hazel en busca de una explicación.

Hazel vaciló. Había algo extraño en la reacción de su hermano.

—Te descubrieron, renacuajo— dijo Thalia

—Deja de decirme así— masculló Nico

—Ya era para que te hubieras acostumbrado— dijo Thalia

—A tu hermana no le vas a estar ocultando las cosas jovencito— bromeó Connor, y luego soltó un grito cuando un esqueleto apareció frente a él —bueno está bien ocultale las cosas si quieres, por favor ¿Puedes hacer que el esqueleto se vaya?

Nico lo dejó un poco más y luego lo desapareció

Estaba intentando hacerse el despreocupado, pero la primera vez que había visto a Percy, Hazel se había fijado en su momentánea expresión de pánico. Nico ya conocía a Percy. Estaba segura. ¿Por qué fingía lo contrario?

—Cuéntanos— dijo Thalia

—¿Por qué a ella no le apareces un esqueleto?— se quejó Connor

—Porque soy su prima favorita— señaló Thalia

—En tus sueños— bufó Nico

—Me parece que aquí hay preferencias— dijo Connor negando con la cabeza

Hazel hizo un esfuerzo por hablar.

Esto… Percy ha perdido la memoria.

—Eso resumía todo— dijo Percy

—Un excelente resumen— dijo Leo —reina de belleza, te van a quitar el puesto de resumidora profesional

—Tendré que esforzarme— comentó Piper negando con la cabeza

—No te preocupes, el puesto es tuyo— dijo Hazel

—Ya no tendré que esforzarme— señaló Piper

Le contó a su hermano lo que había ocurrido desde que Percy había llegado a la puerta del campamento.

—Esa historia se contó muchas veces— dijo Percy

—Y que lo digas— murmuró Hazel

Así que, Nico… —continuó con cautela—, he pensado… que como tú viajas por todas partes, a lo mejor has conocido a semidioses como Percy o…

—¿Has conocido más semidioses como Percy?— preguntó Thalia

—Sí, cuéntanos sombritas— dijo Will con una sonrisa

Nico bufó

—Todos queremos oír la respuesta— asintió Apolo

—No hubo tal respuesta— dijo Hazel

La expresión de Nico se volvió tan sombría como el Tártaro. Hazel no entendió por qué, pero captó el mensaje: « Suéltalo» .

—Así hasta yo hubiera dejado el tema— murmuró Travis

—No veo que lo estés haciendo— dijo Nico

—Porque el tema ya pasó — dijo Travis

—Eso es cierto— dijo Chris

Esa historia sobre el ejército de Gaia —dijo Nico—. ¿Has avisado a Reyna?

Percy asintió con la cabeza.

¿Quién es Gaia, por cierto?

—La pregunta que más nos gusta contestar— comentó Leo con sarcasmo

—Es la mejor pregunta del mundo— asintió Percy en el mismo tono

—También a nosotros nos encanta esa pregunta— dijo Hermes

A Hazel se le secó la boca. Solo con oír aquel nombre tenía que hacer esfuerzos para que no le flaquearan las rodillas. Recordaba una voz suave y soñolienta de mujer, una cueva brillante y la sensación de que los pulmones se le llenaban de petróleo.

Hazel hizo una mueca y Frank la tomó de la mano con una pequeña sonrisa de apoyo. Hades miró a su hija con preocupación

Es la diosa de la tierra —Nico miró al suelo como si pudiera estar escuchando—.

—Tal vez lo estaba— masculló Nico

—Eso es cierto— asintió Apolo —nunca sabes

—Y con la suerte de estos niños...— comentó Hermes

—Gracias— murmuraron algunos de los chicos

La diosa más antigua de todas. La mayoría del tiempo está sumida en un profundo sueño, pero odia a los dioses y a sus hijos.

La Madre Tierra… ¿es mala? —preguntó Percy.

—Fue un shock— asintió Leo

—Definitivamente algo que nadie esperaba— dijo Miranda

—¿Cómo podríamos haber esperado una cosa así?— preguntó Travis

—Tal vez por la historia donde hace que maten a su esposo— dijo Hermes con una sonrisa

—Tal vez por eso— asintió Connor

—Me parece un poco lógico— dijo Leo

—Ahora sí parece lógico— dijo Percy —lo siento por creerle a las películas

Mucho —contestó Nico con voz seria—. Convenció a su hijo, el titán Cronos, esto, quiero decir, Saturno,

—Un pequeño errorcito de mitología— dijo Katie

—Todos tienen ese tipo de deslices— asintió Will

—Claramente, a cualquiera le puede pasar— dijo Katie solemnemente

—Son las consecuencias de cambiar de mitología— comentó Rachel

para que matara a su padre, Urano, y conquistara el mundo. Los titanes gobernaron durante mucho tiempo. Entonces los hijos de los titanes, los dioses del Olimpo, los derrocaron.

Los dioses hicieron una mueca, por supuesto, recordando esa batalla

Esa historia me suena —Percy parecía sorprendido, como si un viejo recuerdo hubiera aflorado parcialmente—.

—Y vaya historia— dijo Thalia

—Y quién sabe por qué te sonaba— dijo Leo

—Era un completo misterio— comentó Percy encogiéndose de hombros

—Misterio del tipo misterioso— asintió Leo

—Los mejores tipos— dijo Percy

Pero creo que no había oído la parte de Gaia.

Nico se encogió de hombros.

Se enfadó cuando los dioses se hicieron con el control.

—Enfadarse es un término suave— comentó Poseidón

Los dioses resoplaron

Se buscó un nuevo marido (Tártaro, el espíritu del abismo) y dio a luz una raza de gigantes. Trataron de destruir el monte Olimpo, pero al final los dioses los vencieron. Al menos… la primera vez.

—La primera vez— bufó Zeus

—Ya los habían vencido una vez y todavía lo intentaban— dijo Leo negando con la cabeza

—Se hubieran quedado así, no era necesario que lo siguieran intentando— comentó Percy

—Deben saber cuando es necesario darse por vencidos— asintió Leo

—Parece que nadie se los enseñó— dijo Percy encogiéndose de hombros

¿La primera vez? —repitió Percy.

Nico lanzó una mirada furtiva a Hazel. Probablemente él no pretendía hacerla sentir culpable, pero ella no pudo evitarlo.

—Lo siento— dijo Nico —no pretendía…

—Está bien— dijo Hazel con una pequeña sonrisa

Si Percy supiera la verdad acerca de ella y las cosas horribles que había hecho…

Hazel se removió incómoda

—No hiciste nada malo— dijo Percy —y no tengo nada que decir, eres mi amiga

Hazel sonrió

El verano pasado Saturno intentó volver —prosiguió Nico—. Hubo una segunda guerra de los titanes.

—Esa historia también como que me suena— dijo Percy

—También es de tus historias preferidas— dijo Thalia

—Yo creo que por eso me sonaba tan familiar— asintió Percy

—Es probable— dijo Thalia

Los romanos del Campamento Júpiter asaltaron su cuartel general en el monte Otris, al otro lado de la bahía, y destruyeron su trono. Saturno desapareció…

—Para nosotros desapareció su cuartel general y para ellos desapareció Cro… Saturno— dijo Travis —que raro

—Creo que es bastante obvio a quienes les fue mejor— susurró Katie

—No me gustó la parte del trato que nos tocó— susurró Travis de vuelta —¿Donde puedo meter la queja?

—No sé, vamos a hacer un sindicato o algo así— dijo Katie

Vaciló observando el rostro de Percy. Hazel tenía la impresión de que a su hermano le ponía nervioso la idea de que Percy recordara más cosas.

Nico hizo una mueca

—Yo creo que sí le preocupaba— comentó Thalia

—Sí bueno, es que por otro lado si Percy recordaba algo, Nico iba a interferir y se arriesgaba a terminar convertido en un pavo real— comentó Rachel

—Y no lo recomiendo— dijo Will

Hera resopló

De todas formas —continuó Nico—, probablemente Saturno volvió al abismo. Todos creíamos que la guerra había terminado. Ahora parece que la derrota de los titanes ha provocado a Gaia.

—Genial— dijo Percy

—No se puede vencer a uno sin provocar a todos los demás— señaló Thalia

—Eso suena realmente perfecto— comentó Piper

—Suena super optimista— dijo Percy —y se supone que ese es mi trabajo

Está empezando a despertar. He oído rumores sobre titanes que están renaciendo. Si pretenden volver a desafiar a los dioses, probablemente empezarán destruyendo a los semidioses…

—Nos dimos cuenta— dijo Leo —digo, por si alguien no lo había notado

—No, creo que todos lo notamos— dijo Percy

—Era un poco difícil no hacerlo— señaló Jason

—Casi era como si tuviéramos un letrero con luces de neón— dijo Leo —apunte aquí y una gran flecha

—Odio las luces de neón— se quejó Percy

Bianca miró a Charles, los dos demasiado conscientes de que de alguna manera siempre iban por los semidioses

¿Se lo has contado a Reyna? —preguntó Percy.

Por supuesto —la mandíbula de Nico se puso tensa—. Los romanos no se fían de mí.

Reyna le dio una mirada de disculpa

—No importa— dijo Nico

Por eso esperaba que Reyna te escuchara a ti. Para ellos, los hijos de Plutón somos todavía peores que los hijos de Neptuno, sin ánimo de ofender. Traemos mala suerte.

—Llegando el mismo día, eso les va a encantar más— dijo Hermes

—Sonaba como a una perfecta ocasión para fiesta— comentó Apolo

—Teníamos que llevar el pastel— dijo Percy —obviamente azul

Pero dejan a Hazel quedarse aquí —comentó Percy.

Es distinto —dijo Nico.

¿Por qué?

—Ay que chismoso eres— bromeó Leo

—Era simple curiosidad— dijo Percy sonrojado

—Es que no se podía quedar con esa duda— señaló Connor —ni nosotros

—Pues creo que sí se van a quedar con la duda— dijo Will y siguió la lectura

Mira, Percy, los gigantes no son nuestro mayor problema —intervino Hazel —. Ni… ni siquiera Gaia. Lo que observaste sobre las gorgonas, que no se morían, es nuestra mayor preocupación.

Los chicos del Argo II intercambiaron miradas, pues claramente esa había sido una de las mayores dificultades de la misión, o mejor dicho, la mayor dificultad

Miró a Nico. Se estaba acercando peligrosamente a su secreto, pero por algún motivo Hazel confiaba en Percy.

—Gracias— dijo Percy con una sonrisa

Hazel le sonrió de vuelta

Tal vez se debía a que era un forastero, o tal vez a que había salvado a Frank en el río. Se merecía saber a qué se enfrentaban.

—Tenías razón— asintió Nico

Hazel asintió con una mueca

Nico y yo —dijo con cuidado— creemos que lo que está pasando es… La Muerte no está…

Hades maldijo, aunque realmente a estas altura no le sorprendía la noticia pues ¿De qué otra forma podría estar su hija ahí y conociendo a otro hijo suyo?

Antes de que pudiera terminar, un grito sonó en la colina.

Como cada vez que veía a Frank, a Hazel le dio un vuelco el corazón,

Y obviamente, como era costumbre sus amigos empezaron a hacer ruiditos molestos. Hazel y Frank se sonrojaron furiosamente

—Nosotros no molestamos a nadie— murmuró Frank

—Es hora de que lo hagan. A las personas no les importa si lo han hecho o no— bromeó Piper

—Es bueno saberlo— dijo Hazel sonrojada

cosa que le fastidiaba mucho. Vale, era un buen amigo, una de las pocas personas en el campamento que no la trataba como si tuviera una enfermedad contagiosa. Pero no le gustaba de esa forma.

—Sí claro— dijo Piper —se nota

—Se puede ver a kilómetros— asintió Percy —debieron ver en la misión

—¡Percy!— chillaron Frank y Hazel al unísono

—Un poco irónico que tú lo digas, sesos de alga— señaló Thalia

Grover asintió de acuerdo

—No estamos hablando de mí— dijo Percy sonrojado

—Pero podríamos hablar de ti— dijo Frank

—No, no me parece justo, es su momento chicos— bromeó Percy

Él era tres años mayor que ella, y no era precisamente un príncipe azul, con su extraña combinación de cara de niño y cuerpo de luchador corpulento. Parecía un koala adorable con músculos.

Frank se sonrojó, al igual que Hazel

—Awwwww— chillaron algunos de los chicos

—Él sí está koalificado— dijo Leo

—Me parece una falta de respeto que los demás no estemos koalificados— dijo Connor

El hecho de que todo el mundo los emparejara siempre —« ¡Los dos pringados del campamento! Sois perfectos el uno para el otro»

—Pues sí, mira nada más a Katie y Travis— señaló Chris

Los mencionados le dieron una mirada indignada

Ares resopló, su hijo era tachado como "un pringado", esperaba que dejara de ponerse en vergüenza

—Ay querida, pero no importa lo que digan los demás— señaló Afrodita —además lucen absolutamente adorables

Frank y Hazel se sonrojaron

— no hacía más que reforzar la determinación de Hazel a no tomarle cariño.

Sin embargo, su corazón no atendía a razones y se volvía loco cada vez que Frank andaba cerca.

—Uy sí, pero no le gusta— bromeó Katie —lo siento, es que me utilizaron como ejemplo de "los pringados" y tenía que decir algo

—Es entendible— asintió Piper

—Todos nos dábamos cuenta que no se gustaban— dijo Percy con una pequeña sonrisa

Incluso Nico asintió levemente

Will miró a Hazel con una ceja alzada

Hazel no se había sentido así desde… desde lo de Sammy.

—¿Qué?— murmuraron casi todos los chicos con confusión, sobretodo porque algunos de ellos voltearon a ver al Sammy de la sala. Él se sonrojó

—No puede ser— masculló Hazel contrariada

« Basta» , pensó. Estás aquí por un motivo… y no es para echarte un nuevo novio.

Además, Frank no conocía su secreto. Si lo conociera, no se portaría tan bien con ella.

—Lo conozco y eso no cambia nada— susurró Frank a Hazel —eres increíble Haz

—Gracias— murmuró Hazel sonrojada y lo tomó de la mano

Frank llegó al templo.

Hola, Nico… —Frank.

Nico sonrió.

—Que lo aprueba, dice— señaló Connor

—Hay que hacerle un altar a Frank por lograr que al renacuajo le caiga bien— dijo Thalia

—Más de lo que se puede decir de ti— masculló Nico

Parecía que Frank le resultara divertido, tal vez porque era el único campista que no se inquietaba en presencia de los hijos de Plutón.

—Creeme, ya nos dimos cuenta— bromeó Katie

—¿Ves? A las personas no les importa que no las hayas molestado— dijo Piper riendo

—Debes aprovechar la próxima oportunidad para molestar a alguien— asintió Katie

Reyna me ha mandado a buscar a Percy —dijo Frank—. ¿Octavio te ha aceptado?

Sí —contestó Percy—. Ha sacrificado a mi oso panda.

—Y no, no se me va a olvidar— dijo Percy

—Nadie dijo nada— señaló Piper

—Pero lo estaban pensando— argumentó Percy

—Lo admito— dijo Leo —yo lo pensé

¿Que él ha…? Ah. ¿El augurio? Sí, los osos de peluche deben de tener pesadillas con él.

—Pobres osos— dijo Travis negando con la cabeza

—Deben tener pesadillas— asintió Connor

—Bajo esas condiciones, nadie quisiera ser un osito de peluche— dijo Leo

¡Pero has entrado! Hay que lavarte antes de la revista de esta noche.

Hazel se dio cuenta de que el sol se estaba poniendo sobre las colinas. ¿Cómo había pasado tan rápido el día?

—El tiempo pasa rápido cuando te diviertes— comentó Percy

—El tiempo pasa muy rápido cuando conoces gente— dijo Rachel

—Eso es cierto— asintió Miranda

—Es genial conocer a la gente— dijo Percy

—A veces ni tanto— dijo Thalia

Tienes razón —dijo—. Será mejor que…

Frank —la interrumpió Nico—, ¿por qué no te llevas a Percy? Hazel y yo iremos dentro de un momento.

—Uhhhh— corearon los Stoll

Nico les dio una mirada asesina

« Oh, no» , pensó Hazel. Trató de no parecer inquieta.

Es… es una buena idea —logró decir—. Adelante, chicos. Ya os alcanzaremos.

Percy miró a Nico una vez más, como si todavía estuviera intentando hacer memoria.

—Tal vez lo intentaba— murmuró Percy

—Sí, suele suceder— asintió Jason —aunque sin mucho éxito

—Y que lo digas— suspiró Percy

Nico se sonrojó un poco

Me gustaría hablar contigo un poco más. No me quito de encima la sensación…

Claro —convino Nico—. Me quedaré a pasar la noche.

¿De verdad? —dejó escapar Hazel.

—Tienen mucho tiempo para hablar— dijo Thalia

—Si estuvieran en el campamento mestizo podrían hacer pijamada porque tienen una cabaña para ustedes solos— comentó Leo

Hazel y Nico intercambiaron miradas

A los campistas les iba a encantar: el hijo de Neptuno y el hijo de Plutón habían llegado el mismo día. Ahora solo necesitaban unos gatos negros y unos espejos rotos.

—Y pasar bajo una escalera— señaló Will

—Y derramar sal— dijo Rachel

—Y también hacías falta tú, cara de pino— dijo Percy

—No creo, doy menos mala suerte que ustedes— comentó Thalia

—Sí claro— resopló Nico

Vete, Percy —dijo Nico—. Instálate —se volvió hacia Hazel, y a ella le dio la impresión de que lo peor todavía estaba por llegar—. Mi hermana y yo tenemos que hablar.

—Sabes, eso de "tenemos que hablar" siempre suena malo— dijo Miranda

—No le había sonado tan malo cuando la llevamos al palacio de papá— murmuró Travis a su novia. Katie rió y le dio un golpe juguetón

Lo conoces, ¿verdad? —dijo Hazel.

—Hora de la confesión— dijo Thalia

—¿Ves? No puedes ocultarle cosas a tu hermana— señaló Connor

—Te descubrieron, renacuajo— comentó Thalia —no puedes hacer nada contra eso

Nico resopló —Eres odiosa

Estaban sentados en el tejado del templo de Plutón, cubierto de huesos y diamantes. Que Hazel supiera, los huesos siempre habían estado allí. Los diamantes eran responsabilidad suya.

Connor alzó la mano —¿Alguien nos puede explicar por qué?

—No— dijo Nico

—No te preocupes— dijo Will —al parecer lo dice más adelante

Hazel hizo una mueca

Si se quedaba sentada demasiado rato en cualquier lugar, o si se ponía nerviosa, empezaban a salir por todas partes, como hongos después de la lluvia.

—Cosa que pasaba demasiado seguido— murmuró Hazel

—Te delatabas a ti misma— comentó Katie

—Sí— suspiró Hazel

Piedras por valor de varios millones de dólares relucían sobre el tejado, pero afortunadamente los demás campistas no los tocarían. Sabían que no debían robar en los templos —sobre todo en el de Plutón —, y los faunos nunca subían allí.

—No les convendría hacerlo— dijo Hades

—Nadie en su sano juicio lo haría— murmuró Will

—Ni siquiera nosotros nos arriesgaríamos a tanto— comentó Travis —no quisiera ser una babosa… Mucho menos un pavo real

—Los pavo reales no son de mi estilo— comentó Hades

—¿Podemos dejar a los pavos reales en paz?— murmuró Will, recibiendo algunas miradas un poco divertidas

Hazel se estremeció al recordar lo cerca que había estado Don esa tarde. Si ella no hubiera reaccionado rápido y no hubiera cogido el diamante del camino… No quería pensarlo. No necesitaba otra muerte sobre su conciencia.

Hazel se movió incómoda. Algunos de los chicos miraron a Hazel, pero Will no dejó que nadie dijera nada y siguió leyendo

Nico balanceaba los pies como un niño. Su espada de hierro estigio estaba colocada a un lado, junto a la spatha de Hazel. Miraba al otro lado del valle, donde cuadrillas de obreros trabajaban en la edificación del Campo de Marte, construyendo fortalezas para los juegos de esa noche.

—Alto— dijo Miranda —¿Construyen fortalezas para sus juegos ese mismo día?

Los romanos asintieron

—¿Con qué clase de pacto obtenemos algo así?— preguntó Miranda

—Con la clase de pacto que nos dé dinero— señaló Katie

—Si quieren nosotros lo podemos conseguir— comentó Travis —solo necesitamos el embrujahabla de Piper, que Leo desactive las cámaras y alguien que sepa conducir

—Percy sabe conducir— dijo Piper

—Y nos haría falta un carro— comentó Percy

—Tenemos todo el bosque para nuestros juegos— señaló Annabeth

Percy Jackson —pronunció el nombre como si fuera un encantamiento—. Hazel, tengo que tener cuidado con lo que digo. Hay cosas importantes en juego.

—Alguien que sabe de lo que habla— masculló Hera

Nico hizo una mueca

Algunos secretos deben seguir siéndolo. Tú más que nadie… deberías entenderlo.

Hazel notó que se le encendían las mejillas.

Pero ¿él no es como… como yo?

—¿Cómo? ¿Semidiosa?— preguntó Miranda

—No, no me refería a eso— murmuró Hazel, pero no dio más explicaciones

No —respondió Nico—. Siento no poder decirte más. No puedo interferir.

Percy tiene que encontrar su camino en el campamento.

¿Es peligroso? —preguntó ella.

—Depende quien lo pregunte— dijo Leo

—Y a quién le preguntes— señaló Jason

—Chicos...— murmuró Percy sonrojado

Nico forzó una sonrisa irónica.

Mucho. Para sus enemigos. Pero no supone una amenaza en el Campamento Júpiter. Puedes confiar en él.

—Gracias— dijo Percy

Nico le dio un asentimiento de cabeza

Como confío en ti —dijo Hazel amargamente.

Nico giró su anillo de calavera. A su alrededor, los huesos empezaron a temblar como si estuvieran intentando formar un nuevo esqueleto.

—Cosa que probablemente estaban haciendo— señaló Apolo

—Cosa que es demasiado posible— asintió Will

Cada vez que se ponía de mal humor, Nico ejercía ese efecto sobre los muertos, algo parecido a la maldición de Hazel. Ambos representaban las dos esferas de control de Plutón: la muerte y la riqueza.

—Vaya— murmuraron algunos de los chicos

—Ah, eso responde mi pregunta, gracias— dijo Connor

—De nada, para eso están los libros— dijo Will

Piper, Leo, Jason, Percy y Hazel hicieron una mueca

A veces Hazel pensaba que Nico se había llevado la mejor parte.

Nico la miró con incredulidad

—Lo siento— murmuró Hazel

Mira, ya sé que es duro —dijo Nico—. Pero tienes una segunda oportunidad. Puedes arreglarlo.

—Y lo hiciste— dijo Frank con una pequeña sonrisa

Hazel le sonrió de vuelta

No tiene arreglo —repuso Hazel—. Si descubren la verdad sobre mí…

No la descubrirán —le prometió Nico—. Dentro de poco convocarán una misión. Tienen que hacerlo. Me harás sentir orgulloso. Confía en mi, Bi…

Se hizo un silencio un poco tenso en la sala. Nico se sonrojó, Bianca miró a su hermana con un poco de asombro, Hazel se incomodó, y esto lo hacía aún peor por el hecho de que entre ellos tres había ciertos "desacuerdos". Nico le dio una mirada a Will para que siguiera leyendo y el momento no se alargara más

—Hasta yo me sentí incómoda— susurró Bianca a Charles —y eso que ni siquiera conozco a Bianca di… Oh, ella es mi ¿tía?

Charles le dio una sonrisa un poco irónica —¿En serio? No lo hubiera pensando a

—En mi defensa, ni siquiera la conocí— murmuró Bianca sonrojada

Se contuvo, pero Hazel sabía lo que había estado a punto de decir. Bianca, el nombre de la hermana real de Nico, con la que había crecido.

—Lo siento— dijo Nico

—No te preocupes— murmuró Hazel

Bianca hizo una mueca

Nico podía preocuparse por Hazel, pero ella nunca sería Bianca. Hazel simplemente era una segundona para Nico: un premio de consolación del inframundo.

—No eres un premio de consolación— dijo Nico

—Está bien— dijo Hazel

—No, no lo está porque nunca fuiste un premio de consolación— señaló Nico

Lo siento —dijo él.

Hazel notó un sabor metálico en la boca, como si estuvieran empezando a salirle pepitas de oro debajo de la lengua.

Hazel se sonrojó

Will miró a Nico por un momento y parecía decirle "puede que tus hermanas estén celosas una de la otra, estás en problemas". Nico frunció el ceño

Entonces ¿es cierto lo de la Muerte? ¿Es culpa de Alcioneo?

Creo que sí —respondió Nico—. En el inframundo las cosas se están poniendo feas. Papá se está volviendo loco intentando mantenerlo todo bajo control.

—Por supuesto que sí— masculló Hades

Por lo que ha dicho Percy de las gorgonas, las cosas también están empeorando aquí arriba. Pero por eso mismo estás aquí. Puedes sacar algo bueno de todo lo malo de tu pasado. Tu sitio está en el Campamento Júpiter.

—Ahora lo sé— dijo Hazel —gracias

Nico le dio una pequeña sonrisa

Sonaba tan ridículo que Hazel estuvo a punto de echarse a reír. Su sitio no estaba en aquel lugar. Ni siquiera estaba en el siglo en el que le había tocado vivir.

Y eran pocos los que no sabían su historia y miraron con confusión

Debería haber evitado centrarse en el pasado, pero se acordó del día que su antigua vida se había hecho añicos. Se desmayó tan repentinamente que ni siquiera le dio tiempo a decir: « Oh, no» . Retrocedió en el tiempo.

Hazel le dio a Nico una mirada horrorizada. Nico trató de darle una mirada tranquilizadora (que no resultó taan tranquilizadora después de todo)

No era un sueño ni una visión. El recuerdo la invadió con una claridad tan absoluta que sintió que realmente estaba allí. Su cumpleaños más reciente. Acababa de cumplir trece años.

Hazel maldijo

—Me agrada el vocabulario de esta niña— comentó Apolo

—Es muy variado— asintió Hermes

Pero no había sido en diciembre del año anterior, sino el 17 de diciembre de 1941, el último día que había vivido en Nueva Orleans.

Hades hizo una mueca

VI

Hazel

Hazel volvía andando a casa de las cuadras. Pese a la fría tarde, estaba muy acalorada. Sammy acababa de darle un beso en la mejilla.

—A ver, espera, no estoy entendiendo— dijo Travis

—Ninguno de nosotros, en realidad— dijo Miranda

—Espero que esto ya acabe— suspiró Hazel

El día había estado lleno de luces y sombras. En el colegio, los niños se habían burlado de su madre, llamándola bruja, arpía y otras cosas. Por supuesto, no era ninguna novedad, pero últimamente la situación estaba empeorando.

—No sé qué es lo que ganan haciendo ese tipo de cosas— dijo Piper

—No tengo ni idea— suspiró Hazel

Hazel y Piper hicieron una mueca

Estaban haciendo correr rumores sobre la maldición de Hazel. El colegio se llamaba Academia St. Agnes para Niños de Color e Indios, un nombre que se había mantenido desde hacía cien años.

Hazel suspiró, no podía creer que en serio viniera ese día en los libros ¿Por qué?

Al igual que su nombre, el centro ocultaba una enorme crueldad bajo un fino barniz de bondad. Hazel no entendía que otros niños negros pudieran ser tan malos.

—Querida, cuando alguien hace algo así dice más de sí mismo que de ustedes— comentó Afrodita

—Eso es muy cierto— asintió Deméter

Deberían haberse comportado de otra forma, ya que ellos también tenían que aguantar insultos a todas horas. Sin embargo, le gritaban y le robaban el almuerzo, preguntándole continuamente por sus famosas joyas:

—De las que decías que estaban en el palacio de Hades— dijo Rachel

—De esas— asintió Hazel

« ¿Dónde están los diamantes malditos, pequeña?» , « ¡Dame uno o te haré daño!» . La apartaban a empujones de la fuente o le tiraban piedras si intentaba acercarse a ellos en el patio de recreo.

—Que horribles personas— dijo Katie

Hazel hizo una mueca, era cierto que esas personas se habían comportado terrible con ella, pero aun así, ella aquí estaba, teniendo una segunda oportunidad para rectificar lo malo que hizo

A pesar de lo malos que eran, Hazel nunca les daba diamantes ni oro. No odiaba a nadie hasta ese extremo. Además, tenía un amigo —Sammy—, y con eso le bastaba.

—Ah, era tu amigo— comentó Miranda

Hazel hizo una especie de asentimiento, mirando sonrojada a Frank y luego a Leo quien fingía no poner tanta atención. Sammy por otra parte también veía el libro con curiosidad, sabía parte de la historia de Hazel y que su nombre venía de un amigo de ella que de alguna manera también estaba relacionado con el tío Leo, pero no sabía mucho más.

A Sammy le gustaba bromear diciendo que era el perfecto alumno de St. Agnes. Era mexicano-americano, de modo que se consideraba de color e indio.

Deberían darme una beca doble —decía.

—Vaya, es bueno el sentido del humor— dijo Apolo

—Siempre es una buena opción— asintió Hermes

Algunos de los chicos asintieron

No era grande ni fuerte, pero tenía una simpática sonrisa de chiflado y hacía reír a Hazel. Esa tarde la había llevado a las cuadras donde trabajaba de mozo. Por supuesto, era un club de equitación « exclusivo para blancos» ,

Leo levantó la mirada y vio a Hazel , sus ojos se encontraron y parecieron tener una conversación silenciosa

"No puede ser" que en serio esté pasando esto" parecía decir Hazel

"Y todos se van a enterar, creo que esto va a ser incómodo"

"Pero no se tienen que enterar de todo" Hazel hizo una mueca

"Creo… Que tal vez debería decirle algo de esto a Calipso" Leo le dio una mirada horrorizada

"Por los dioses"

pero los fines de semana estaba cerrado, y con la guerra en curso, se rumoreaba que el club podría tener que cerrar hasta que los japoneses fueran derrotados y los soldados volvieran a casa.

—¿Hablas de la Guerra Mundial?— preguntó Miranda

Hazel asintió

—Vaya— murmuró Miranda

Los dioses hicieron una mueca

Normalmente Sammy podía colar a Hazel para que le ayudara a cuidar de los caballos. De vez en cuando iban a montar. A Hazel le encantaban los caballos. Parecían los únicos seres vivos a los que no les daba miedo.

—¿Y nosotros qué somos? ¿Plantas?— bromeó Travis

—La plantas también son seres vivos— señaló Katie

—Arruinaste mi increíble frase, Kat— se quejó Travis

—Es que debiste haber utilizado otra palabra— dijo Katie

La gente la odiaba. Los gatos siseaban. Los perros gruñían. Hasta el ridículo hámster de la clase de la señorita Finley chillaba aterrorizado cuando ella le daba una zanahoria. Pero a los caballos les daba igual.

—Los caballos son geniales— asintió Percy

—Por supuesto que lo son— dijo Hazel con una pequeña sonrisa

—Claro que sí— dijo Poseidón

Cuando Hazel estaba en la silla de montar, podía ir tan rápido que era imposible que dejara piedras preciosas a su paso. Casi se sentía libre de la maldición.

—Y deberían verla cabalgando— dijo Piper impresionada

—Es impresionante— dijo Annabeth

—Gracias— murmuró Hazel sonrojada

Esa tarde había sacado a un caballo ruano con una preciosa crin negra. Galopó hasta los campos tan rápido que dejó atrás a Sammy. Cuando él la alcanzó, el muchacho y su caballo estaban sin aliento.

—¿Cómo es que no ganaste la carrera que hicimos?— preguntó Will con incredulidad

—Porque la distrajiste— señaló Nico

—¿Disculpa? ¿Por qué yo iba a… Ah— dijo Will sonrojándose

—Todos entendimos por qué se distrajo— asintió Piper riendo

—Incluso nosotras entendemos, esos detalles sí nos los dieron— comentó Miranda

Will volteó a ver a su padre, Apolo se encogió de hombros

—De cualquier manera tal vez y no íbamos a ganar— dijo Hazel

—Pues no, estaban compitiendo contra nosotras— bromeó Rachel

—Estoy de acuerdo— dijo Reyna sonriéndole a Rachel

—Me parece una falta de respeto, porque hiciste trampa— señaló Percy

—No hice trampa— dijo Rachel

—Exijo la revancha— dijo Connor

—Oh cállate— murmuró Travis —esta vez ya no vamos a tener a Deméter de nuestro lado

—Este libro no tiene nada que ver con eso y de repente ya están peleando por algo que pasó tres libros atrás— dijo Apolo

¿De qué huyes? —Sammy se rió—. No soy tan feo, ¿no?

Hacía demasiado frío para comer en el campo, pero de todas formas hicieron un picnic.

—Qué el frío no los detenga— dijo Miranda

—Un picnic siempre es bueno no importa las condiciones— comentó Katie

—No si está lloviendo— dijo Chris

—Lo puedes hacer dentro de una casa— señaló Travis y chocó los cinco con Katie

Se sentaron debajo de una magnolia y ataron a los caballos a una valla de madera. Sammy le había llevado un pastelito con una vela de cumpleaños, que pese a haberse estropeado en el trayecto era lo más bonito que Hazel había visto en su vida.

—Es la intención lo que cuenta— asintió Katie

Y aquí muchos empezaron a dudar que el chico solo fuera un amigo normal, como había dicho Hazel, bueno, no lo había dicho exactamente, pero creyeron entenderlo

Lo partieron por la mitad y se lo comieron. Sammy habló de la guerra. Deseaba ser mayor para poder alistarse. Preguntó a Hazel si le escribiría cartas cuando lo destinaran al extranjero.

Pues claro, tonto —dijo ella.

—Eso de las cartas me parece muy romántico— dijo Katie y luego vio las miradas de los demás —¿Qué? Sí es romántico

—Katie, no ayudes— dijo Miranda

Katie la miró con confusión

Él sonrió. Entonces, como empujado por un impulso repentino, se inclinó y le dio un beso en la mejilla.

Feliz cumpleaños, Hazel.

Leo se sonrojó

—Lo siento— murmuró Hazel a Frank

—Está bien— dijo Frank —teníamos que esperar que algo así viniera, no te preocupes— dijo con una tímida sonrisa

—Dioses— susurró Connor a Miranda —o sea que el niño— miró al Sammy de la sala —¿Tiene su nombre por ese "amigo"?

—Ni Percy se atrevió a tanto— bromeó Miranda en un susurro

—Si Nico no me estuviera dando esa mirada de "dices algo y te mato", probablemente lo diría en voz alta— comentó Connor

No era nada del otro mundo —solo un beso, y ni siquiera en los labios—, pero Hazel se sintió como si estuviera flotando. Apenas recordaba el trayecto de vuelta a las cuadras o cómo se había despedido de Sammy.

—Ah, no era solo su amigo— susurró Katie a Travis

—Eras la única que no te habías dado cuenta— comentó Travis —todos ya lo notaron, toodos

Katie volteó a ver algunas expresiones sonrojadas, sobretodo la de cierto niño que tenía el mismo nombre y se dio cuenta de lo que significaba, intercambió una mirada incomoda con Esperanza

—Deberías seguir leyendo— le dijo Rachel a Will

—sí, lo siento— murmuró Will

Hasta mañana —dijo él, como siempre hacía.

Pero no volvería a verlo nunca.

Hazel y Leo hicieron una mueca. Hazel instintivamente se acercó más a Frank

Cuando Hazel regresó al barrio francés se estaba haciendo de noche. A medida que se acercaba a casa, la sensación de calidez desaparecía, sustituida por el miedo.

No eran para nada las mismas situaciones, pero algunos de los chicos pudieron comprender lo que se sentía tener miedo de llegar a tu casa

Hazel y su madre —la Reina Marie, como le gustaba que la llamaran— vivían en un viejo piso encima de un club de jazz. A pesar del comienzo de la guerra, se respiraba un ambiente festivo.

—Los mortales a veces son raros— dijo Apolo, recibió algunas miradas irónicas de muchos de los semidioses

—O precisamente como no sabían lo que les deparaba la guerra, optaron por el ambiente festivo— señaló Perséfone

Los nuevos reclutas vagaban por las calles, riéndose y hablando de luchar contra los japoneses. Se hacían tatuajes en los salones o proponían a sus novias matrimonio en la misma acera.

—Qué romántico— suspiró Afrodito

—Se van a ir a la guerra— señaló Atenea

—Eso no lo hace menos romántico— dijo la diosa del amor

Algunos subían a casa de la madre de Hazel para que les leyera la buenaventura o para comprar amuletos a Marie Levesque, la famosa reina de los grisgrís.

Hazel se removió en su lugar

—Uhhhh lo siento, pero ¿Alguien me podría decir que es un grisgris?— pidió Leo

—Era un amuleto protector— murmuró Hazel

¿Te has enterado? —decía uno—. Veinticinco centavos por este amuleto de la suerte. Se lo he llevado a un tipo que conozco, y me ha dicho que es una pepita de oro de verdad. ¡Vale veinte dólares! ¡Esa mujer está chiflada!

—De cualquier manera si hubiera dicho que era oro de verdad posiblemente ni le hubieran creído— señaló Hefesto —los mortales suelen ser muy raros

—Bueno gracias— murmuró Leo

Durante una temporada, esa clase de rumores proporcionaron muchos clientes a la Reina Marie. La maldición de Hazel había empezado poco a poco. Al principio parecía una bendición. Las piedras preciosas y el oro solo aparecían de vez en cuando, y nunca en grandes cantidades. La Reina Marie pagaba las facturas. Cenaban bistec una vez a la semana. Hazel incluso se compró un vestido nuevo.

Hazel suspiró, al principio había sido tan bueno, como si de repente la suerte les hubiera cambiando, pero lamentablemente eso no duró mucho, y no sabía si la buena racha había valido la pena por todo lo que pasó después

Pero entonces los chismes empezaron a circular. La gente de la zona empezó a darse cuenta de las cosas terribles que les ocurrían a las personas que compraban los amuletos de la suerte o a las que la Reina Marie pagaba con sus tesoros.

—Entonces lo que Percy vio sí era un diamante— señaló Thalia

Hazel asintió

—Es por eso que se parecía tanto a uno— murmuró Percy

Charlie Gasceaux perdió un brazo con una cosechadora llevando una pulsera de oro. El señor Henry, de la tienda, sufrió un infarto después de que la Reina Marie pagara su cuenta con un rubí.

Hazel hizo una mueca

—O tal vez era simple casualidad— comentó Hermes

—Las casualidades no suelen existir— murmuró Apolo

Hades bufó

La gente empezó a rumorear sobre Hazel, preguntándose cómo podía encontrar joyas malditas andando por la calle. A esas alturas, solo los forasteros iban a visitar a su madre, y tampoco eran muchos.

—Los rumores siempre corren rápido— murmuró Thalia

—Y más ese tipo de rumores— suspiró Hazel

Thalia asintió de acuerdo

La madre de Hazel se había vuelto irritable. Lanzaba a Hazel miradas de resentimiento. Hazel subió la escalera lo más silenciosamente que pudo por si su madre estaba con un cliente.

—Pero eso de ninguna manera fue tu culpa— señaló Hades

Hazel asintió aunque no estaba del todo segura

Abajo, en el club, la banda estaba afinando sus instrumentos. En la panadería de al lado habían empezado a preparar los buñuelos para la mañana, y en la escalera olía a mantequilla fundida.

—El olor favorito de todo el mundo— dijo Connor

—No de los que son alérgicos a la mantequilla— señaló Leo

—Eso es cierto— asintió Hazel

—Aunque es realmente delicioso— dijo Rachel

Cuando llegó arriba, a Hazel le pareció oír dos voces dentro del piso, pero al asomarse al salón, vio que su madre estaba sentada sola a la mesa de espiritismo, con los ojos cerrados, como si estuviera en trance.

—Entonces tal vez sí estaba con un cliente— comentó Leo

—No, no lo estaba— murmuró Hazel

Hazel la había visto así muchas veces, fingiendo que hablaba con espíritus para sus clientes, pero nunca estando sola. La Reina Marie siempre le había dicho a Hazel que sus grisgrís eran bobadas.

Hazel se acordó de lo que le había dicho Hécate sobre las personas no creyentes y como había terminado convirtiendo en hurón a Gale

En realidad, ella no creía en los amuletos ni en la adivinación ni en los fantasmas. Solo era una intérprete, como una cantante o una actriz, que hacía un espectáculo a

cambio de dinero.

Hades hizo una mueca,

Sin embargo, Hazel sabía que su madre creía en alguna magia. La maldición de Hazel no era ninguna bobada. La Reina Marie simplemente no quería pensar que era culpa suya, que de algún modo había hecho a Hazel tal como era.

—Es más difícil de esa forma — asintió Hades

A Hazel todo esto también le hacía recordar sus encuentros con la diosa Hécate, por ejemplo diciéndole que su madre había elegido no creer, pero que en realidad ella no tenía verdadera magia. Hazel hizo una mueca

Fue tu puñetero padre —se quejaba la Reina Marie cuando estaba de un humor muy sombrío—. Viniendo aquí con su elegante traje negro y plateado.

Para Hades todo esto ya había pasado hace no tanto años (igual que para Hazel), pero aun así, recordar todo lo que vivió su hija y todo lo que conllevó su "maldición" le dejaba un sabor amargo en la boca

La única vez que de verdad invoqué un espíritu, ¿y qué saqué? Cumplió mi deseo y me arruinó la vida. Debería haber sido una reina de verdad. Él tiene la culpa de que hayas salido así.

Mientras Will leía, todos en la sala se quedaron en silencio, en realidad no había nada que alguien pudiera decir y aunque la molestaran con Frank y un poco con lo de Sammy, realmente nadie quería incomodar aún más a Hazel. Además algunos de ellos también habían tenido cierto tipo de problemas con sus padres

Ella nunca le explicaba a qué se refería, y Hazel había aprendido a no hacer preguntas sobre su padre, porque solo conseguían enfurecer todavía más a su madre.

Thalia hizo una mueca, se podía identificar con eso, pues uno un momento antes de que Jason naciera donde había sido así

Mientras Hazel observaba, la Reina Marie murmuró algo para sí. Tenía una expresión serena y relajada. A Hazel le sorprendió lo guapa que estaba, sin el entrecejo fruncido ni las arrugas en la frente.

Hazel se entristeció aún más de recordar a su madre, todo lo que había pasado no cambiaba ese hecho y ella la quería

Tenía una exuberante melena de cabello castaño dorado como la de Hazel, y la misma tez oscura, morena como un grano de café tostado. No llevaba el elegante traje color azafrán ni los brazaletes de oro que se ponía para impresionar a los clientes; tan solo un sencillo vestido blanco.

Hades se removió incómodo ante la mirada de Perséfone

Aun así, poseía un aire regio, sentada en una postura erguida y solemne en su silla dorada, como si realmente fuera una reina.

Estarás a salvo allí —murmuró—. Lejos de los dioses.

—¿Cómo puedes estar lejos de los dioses?— preguntó Travis con genuina curiosidad

—Existen ciertos lugares donde no tenemos influencia— dijo Hermes —y por lo tanto no podemos hacer nada

Algunos chicos intercambiaron miradas

—Y aunque pueda sonar atractivo para algunos no sería buena idea— comentó Artemisa

—De ninguna manera— dijo Hazel con una mueca

Hazel contuvo un grito. La voz que salía de la boca de su madre no era la de ella. Sonaba como la de una mujer mayor. Tenía un tono suave y tranquilizador, pero también autoritario, como el de una hipnotizadora dando órdenes.

Los chicos del Argo II se miraron entre sí, cada uno recordando las veces que se habían "encontrado" con ella

La Reina Marie se puso tensa. Hizo una mueca en pleno trance y a continuación habló con su voz normal:

Está demasiado lejos. Hace demasiado frío. Es demasiado peligroso. Él me dijo que no fuera.

Hades suspiró, él (parte romana) de hecho le había dicho que no fuera y ojalá hubiera podido convencerla

La otra voz respondió:

¿Qué ha hecho él por ti? ¡Te dio una niña envenenada!

—Nunca fuiste una niña envenenada— dijo Hades

Hazel se movió incómoda —Gracias

Pero todavía podemos usar su don para hacer el bien. Podemos contraatacar a los dioses. En el norte estarás bajo mi protección, lejos del dominio de los dioses. Convertiré a mi hijo en tu protector. Vivirás por fin como una reina.

—Suena como una buena oferta, pero no suena como una buena oferta— murmuró Miranda

—Pero esas ofertas no son gratis— comentó Deméter

—De ninguna manera— suspiró Hazel

La Reina Marie hizo una mueca.

Pero ¿y Hazel…?

Entonces la cara se crispó en una sonrisa burlona.

—Me alegra que vuelva a estar dormida— masculló Leo —esa señora nos hizo la vida imposible

—Lastima que no podamos hacer nada más que dejarla dormida— comentó Frank

Las dos voces hablaron al unísono, como si hubieran encontrado algo en lo que estuvieran de acuerdo:

Una niña envenenada.

Frank pasó un brazo por los hombros de Hazel y le dió una sonrisa de apoyo. Hazel sonrió levemente

Hazel bajó la escalera a toda prisa, con el pulso palpitante.

Al pie de la escalera, se tropezó con un hombre con un traje oscuro que le agarró los hombros con unos dedos fuertes y fríos.

Hades se removió incómodo

Tranquila, niña —dijo el hombre.

Hazel se fijó en el anillo de plata con una calavera que llevaba en el dedo y, a continuación, en la extraña tela de su traje.

—Si es como la capa que usa en el Inframundo, entiendo por qué le dice extraña— murmuró Percy a Annabeth

—Tendría sentido que lo fuera— susurró Annabeth

En las sombras, la compacta lana negra parecía moverse y bullir, formando imágenes de caras sufrientes, como si las almas perdidas intentaran escapar de los pliegues de su ropa.

—Creo que sí era— señaló Percy

—Ya lo noté— dijo Annabeth con una sonrisa

—¿Es Hades?— preguntó Connor a su hermano

—Creo— murmuró Travis

—No— murmuró Katie —en todo caso sería uhhhh... ¿Plutón? Hazel es romana

Su corbata era negra con rayas de color platino. Su camisa era del gris de una lápida. Su cara… A Hazel por poco se le salió el corazón por la boca. Su piel era tan pálida que parecía casi azul.

Viendo a Hades ahí y escuchando esa descripción se podían dar cuenta aun más de como los dioses cambiaban cuando era romanos

Tenía una melena morena grasosa. Su sonrisa era bastante afable, pero poseía unos ojos encendidos y coléricos, llenos de una fuerza demencial. Hazel había visto esa mirada en los noticiarios del cine.

Hazel se sonrojó

—Esa mirada me dice que no te va a gustar con quién te compara— señaló Poseidón

—Callate marisco— masculló Hades

Aquel hombre se parecía al terrible Adolf Hitler. No tenía bigote, pero por lo demás podría haber sido el gemelo de Hitler… o su padre.

Hades hizo una mueca

—Lo siento— murmuró Hazel aún más sonrojada

—Al parecer no soy el único que tiene ese tipo de pensamientos— susurró Percy

—Al parecer no, sesos de alga— dijo Annabeth

Hazel trató de apartarse bruscamente, pero ni siquiera cuando el hombre la soltó pudo moverse. Sus ojos la paralizaron.

Hazel Levesque —dijo con un tono melancólico—. Has crecido.

Hades masculló una maldición, sus hijos siempre le preocupaban, pero era sumamente difícil verlos como él quisiera y todo porque existían esas estúpidas reglas.

Hazel se puso a temblar. Al pie de la escalera, el pórtico de cemento se agrietó bajo los pies del hombre. Una piedra brillante salió repentinamente del hormigón como si la tierra hubiera escupido una semilla de meló hombre la miró sin inmutarse. Se agachó.

¡No! —gritó Hazel—. ¡Está maldita!

—Pero supongo que eso no le afecta— murmuró Frank a Hazel

—No— dijo Hazel —al menos me dijo que no lo hacía

—Pero aun así, no tendría sentido que le afectara— comentó Frank

—Tienes razón— dijo Hazel

El hombre recogió la piedra: una esmeralda perfecta.

Sí, es verdad. Pero no para mí. Es preciosa… Vale más que este edificio, me imagino —se metió la esmeralda en el bolsillo—. Lamento tu destino, niña. Me imagino que me odias.

Hazel miró un instante a Hades, era cierto que al principio había estado muy enojada con su padre por su maldición, pero ya no podía sentirse de esa forma y menos con todo el tiempo que pasaba en el palacio provincial

Hazel no lo entendía. El hombre parecía triste, como si fuera responsable personalmente de su vida. Entonces comprendió la verdad: un espíritu vestido de negro y plateado que había cumplido los deseos de su madre y le había arruinado la vida.

Es por ellos que muchas veces los dioses no se presentan como lo que verdaderamente son, podía acabar muy mal para los mortales que no siempre se conformaban

Sus ojos se abrieron desorbitadamente.

¿Usted? Usted es mi…

Él le acarició la barbilla con la mano.

Soy Plutón.

—Sí tuviste razón, Kat— señaló Travis

—Soy fantástica acoplandome a la nueva mitología— dijo Katie

—Ya lo veo— asintió Travis

La vida nunca es sencilla para mis hijos, pero tú soportas una carga especial. Ahora que tienes trece años, debemos hacer previsiones… Ella le apartó la mano de un empujón.

—Lo siento— murmuró Hazel sonrojada mirando a Hades

—No pasa nada— dijo Hades

¿Usted me hizo esto? —preguntó—. ¿Usted nos maldijo a mí y a mi madre? ¿Usted nos dejó solas? Le escocían los ojos de las lágrimas. ¿Aquel hombre blanco, rico, vestido con un elegante traje, era su padre? ¿Y ahora que tenía trece años, aparecía por primera vez y decía que lo sentía?

Hazel se removió incómoda en su lugar. Hades también se removió en su trono ¿Qué más podía decir en ese entonces? ¿Lo siento no era suficientemente bueno?

¡Es usted malvado! —gritó—. ¡Nos ha arruinado la vida!

Los ojos de Plutón se entornaron.

¿Qué te ha contado tu madre, Hazel? ¿Te ha explicado en qué consistió su deseo? ¿O te ha dicho por qué naciste bajo una maldición?

—No lo había hecho— murmuró Hazel a Frank

—Pero al menos ahora ya sabes que fue lo que pasó— dijo Frank

—Supongo que de alguna manera era lo mejor— dijo Hazel

Frank hizo una especie de asentimiento

Hazel estaba demasiado furiosa para hablar, pero Plutón pareció interpretar las respuestas en su cara.

No… —Suspiró—. Supongo que no. Era mucho más fácil culparme a mí.

—Por supuesto que lo era— dijo Hades para sí mismo

Hazel hizo una mueca triste

¿A qué se refiere?

Plutón suspiró.

Pobre niña. Naciste demasiado pronto. No puedo ver tu futuro con claridad, pero algún día encontrarás tu sitio.

—Bueno querido, puedes estar tranquilo, ella lo hizo— comentó Perséfone —y demasiado bien

Un descendiente de Neptuno te quitará la maldición y te dará paz. Pero me temo que faltan muchos años para eso…

Hades puedo ver que tenía mucho sentido el hecho de que no pudiera ver el futuro de su hija con claridad, pero como había dicho Perséfone, al menos la chica había encontrado su lugar. Aunque claro, eso no le quitaba las ganas de matar al mocoso de Marte

Hazel no entendió una palabra. Antes de que pudiera contestar, Plutón levantó la mano. Un bloc de dibujo y una caja de lápices de colores aparecieron en ella.

—Gracias— murmuró Hazel, había pasado muchísimo tiempo, pero realmente nunca pudo agradecer

Hades asintió

Tengo entendido que te gusta el arte y montar a caballo —dijo—. Esto es para el arte. En cuanto al caballo… —Los ojos le brillaron—. Tendrás que apañártelas tú. Ahora debo hablar con tu madre. Feliz cumpleaños, Hazel.

—Bueno, te las apañaste muy bien— dijo Percy con una pequeña sonrisa

—Eres increíble— dijo Frank

Poseidón y Deméter intercambiaron una mirada recordando que hace algunos libros los chicos les dijeron que habían conocido a Arión

Se volvió y subió por la escalera; así, sin más, como si hubiera tachado a Hazel de su lista de tareas pendientes y ya se hubiera olvidado de ella. « Feliz cumpleaños. Ve a dibujar. Hasta dentro de otros trece años.»

—Pero no pasaron otros trece años— murmuró Hazel a Frank

—Pero ahora podrían pasar— dijo Frank con una pequeña sonrisa

—Nos vemos cada trece años— dijo Hazel, la sonrisa de Frank era un poco contagiosa

—Bueno, el trece es el número de los niños del inframundo ¿No?— preguntó Frank

—Nico me dijo que tenía la cabaña trece, así que supongo que sí— asintió Hazel

Hazel estaba tan pasmada, tan furiosa, tan confundida, que se quedó paralizada al pie de la escalera. Quería tirar los lápices de colores y pisotearlos. Quería correr detrás de Plutón y darle una patada.

Algunos de los chicos se sintieron identificados con eso último, por supuesto cada uno con su propio padre divino. La verdad es que a veces sonaba muy tentador, pero nadie quería acabar convertido en cenizas

Quería escapar, buscar a Sammy, robar un caballo, salir de la ciudad y no volver jamás. Pero no hizo ninguna de esas cosas. Por encima de ella, la puerta del piso se abrió, y Plutón entró.

—Como una princesa guerrera— señaló Katie

—Técnicamente lo es— comentó Will

Hazel se sonrojó

Hazel seguía temblando debido al frío tacto del hombre, pero subió sigilosamente la escalera para ver qué hacía. ¿Qué le diría a la Reina Marie?

¿Quién contestaría: la madre de Hazel o aquella horrible voz?

—No le convendría a la "horrible voz" aparecer en ese momento— comentó Apolo

—Después de todo sabe escoger muy bien esas apariciones— señaló Artemisa

Los chicos hicieron una mueca

Cuando llegó a la puerta, oyó una discusión. Se asomó. Su madre parecía haber recobrado su estado normal: gritaba furiosa y lanzaba cosas por el salón mientras Plutón trataba de razonar con ella.

Hades suspiró, había intentado que Marie entrara en razón y no logró nada, solo de alguna forma que se aferrara aun más a su decisión de irse y era terrible como había acabado todo

Marie, es una locura —dijo—. Protegerte estaría fuera de mi alcance.

¡¿Protegerme!? —gritó la Reina Marie—. ¿Cuándo me has protegido tú?

El traje oscuro de Plutón relució, como si las almas atrapadas en la tela se estuvieran agitando.

No tienes ni idea —dijo él—. Os he mantenido con vida a ti y a la niña.

Luke hizo una leve mueca. Todos los dioses decían eso pero ¿Realmente lo hacían? Ellos eran los que los ponían en peligro en primer lugar y mirando las expresiones de los legados tenía la sensación de que ellos compartían su punto de vista

Tengo enemigos en todas partes entre los dioses y los hombres. Ahora que hay una guerra, la situación no hará más que empeorar. Debes permanecer donde yo pueda…

Hades bufó, esa época había sido particularmente mala

¡La policía cree que soy una asesina! —gritó la Reina Marie—. ¡Mis clientes quieren ahorcarme por bruja! Y Hazel… su maldición está empeorando. Tu protección nos está matando.

Plutón abrió las manos en un gesto suplicante.

Perséfone miró a su marido con una mueca, eso ya había pasado, pero no podía evitar sentirse celosa, después de todo por algo habían tenido una hija. Peor aún era que se había dado cuenta de que los hijos de su marido le caían… Bien. Bueno, en el futuro convertiría a Nico en un diente de león pero, que son unos cuantos problemas familiares después de todo.

Por favor, Marie…

¡No! —La Reina Marie se volvió hacia el armario, sacó una maleta de piel y la lanzó sobre la mesa—. Nos marchamos —anunció—. Puedes quedarte con tu protección. Nos vamos al norte.

Marie, es una trampa —le advirtió Plutón—.

—Es por eso que mamá dijo que ese tipo de oferta tenía un precio— comentó Miranda a su hermana

—Y por lo que parece, Hazel fue el precio— susurró Katie

Quien te está intentando convencer, quien te está poniendo contra mí…

¡Tú me pusiste contra ti!

Cogió un jarrón de porcelana y se lo lanzó. La vasija se hizo añicos en el suelo, y por todas partes se desparramaron piedras preciosas: esmeraldas, rubíes y diamantes. La colección entera de Hazel.

—No sé por qué tiene que decir todo esto— murmuró Hazel con la voz entrecortada

—Nadie lo sabe— dijo Percy con una mueca

—No nos lo han dicho— comentó Leo

No sobreviviréis —dijo Plutón—. Si vais al norte, moriréis las dos. Puedo predecir eso con claridad.

¡Largo! —le espetó ella.

Hazel deseó que Plutón se quedara a discutir.

—No podía hacer nada más— comentó Hades

Hazel asintió, pero ¿Era cierto?. De cualquier manera ahora estaba en su lugar

No sabía de lo que estaba hablando su madre, pero no le gustaba. Sin embargo, su padre hendió el aire con la mano y se deshizo en sombras… como si en realidad fuera un espíritu.

—Algo así como los viajes sombra— señaló Will

—Creo que de hecho es viaje sombra— comentó Nico

—Una variación— asintió Hades

Bianca hizo una mueca

La Reina Marie cerró los ojos. Respiró hondo. Hazel tenía miedo de que la extraña voz la poseyera de nuevo, pero cuando habló era la de siempre.

Hazel —soltó—, sal de detrás de esa puerta.

—Una puerta no es tan buen escondite— murmuró Hazel, tratando de que la tensión en la sala fuera menos, no le gustaba ser el centro de atención

—Depende, si solo quieres asustar a alguien es un buen escondite— dijo Leo

—Y funciona bastante bien— comentó Esperanza ganándose una mala mirada de Sammy

Leo les dio una mirada de "se los dije"

Hazel obedeció temblando. Aferró el bloc y los lápices contra el pecho.

Su madre la observó como si la hubiera decepcionado amargamente. « Una niña envenenada» , habían dicho las voces.

—Ya quiero que acabe esto— murmuró Hazel

—No te preocupes, ya casi lo hace— dijo Will

Prepara la mochila —ordenó—. Nos vamos.

¿A… adónde? —preguntó Hazel.

A Alaska —respondió la Reina Marie—. Vas a hacer algo de utilidad. Vamos a empezar una nueva vida.

—¿Entonces Alaska está más allá de los dioses?— preguntó Chris

—Vaya— murmuró Rachel

—No vayan— dijo Apolo

Por la forma en que su madre lo dijo, parecía que fueran a crear una « nueva vida» para otra persona… o para otra cosa.

—Pero eso no es posible ¿O sí?— preguntó Miranda

Hazel se removió en su lugar —Nos hemos dado cuenta que todo es posible

¿A qué se refería Plutón? —preguntó Hazel—. ¿De verdad es mi padre? Ha dicho que pediste un deseo…

¡Vete a tu cuarto! —gritó su madre—. ¡Recoge tus cosas!

Hazel se marchó volando, y de repente se vio arrancada del pasado.

—Por fin— murmuró Hazel un poco aliviada

—También ya casi acaba el capítulo— señaló Will

Nico le estaba sacudiendo los hombros.

Has vuelto a hacerlo.

Hazel parpadeó. Seguían sentados en el tejado del templo de Plutón. El cielo estaba más bajo en el cielo. A su alrededor habían brotado más diamantes, y los ojos le picaban de llorar.

En la sala Hazel no estaba llorando, pero se aferraba a Frank con fuerza

—Al menos ya acabó ese recuerdo— murmuró Hazel

—Espero que sea el único— comentó Frank, pues no le gustaba ver triste a Hazel

—No estoy tan segura de eso— dijo Hazel

Lo… lo siento —murmuró.

No lo sientas —dijo Nico—. ¿Dónde estabas?

En la casa de mi madre. El día que nos mudamos.

Hades al menos se alegraba de que Hazel y Nico estuvieran juntos en eso, amos se podían entender y lo harían más llevadero para el otro

Nico asintió con la cabeza. Entendía su historia mejor que la mayoría de la gente. Él también era un niño de la década de 1940. Había nacido solo un par de años después de Hazel, y lo habían encerrado en un hotel mágico durante décadas.

Nico y Bianca hicieron una mueca

—¿O sea que básicamente eres su hermana mayor?— preguntó Leo

—Eso creo— dijo Hazel

—Pobre de ti Will— dijo Connor negando con la cabeza —tiene muchos hermanos mayores

—Creeme, me he dado cuenta— asintió Will

Bianca hizo una mueca

Nico miró a Will con una ceja alzada

—Hey— susurró Reyna a Nico —Bianca no tiene hermanos mayores, ya sabes, de esos que puedan amenazar a alguien

—Reyna— masculló Nico —en serio, olvídalo

—No, escucha. Si alguna vez ocupas, yo estoy dispuesta a amenazar a las personas— dijo Reyna en voz baja

—¿Cómo a Will?— preguntó Nico con una ceja alzada

—A él no lo amenacé, solo le advertí— señaló Reyna —pero ese no es el punto

—Vale, entendí el punto— dijo Nico

Pero el pasado de Hazel era mucho peor que el de Nico. Ella había causado mucho daño y sufrimiento…

—No fue tu culpa —dijo Hades

Tienes que esforzarte para controlar esos recuerdos —le advirtió Nico—. Si tienes una regresión como esa en pleno combate…

Ya lo sé —dijo ella—. Lo intento.

—No sería nada bueno— dijo Katie

—No, no lo sería— murmuró Hazel dándole una discreta mirada a Leo

—Para nada— murmuró Leo

Nico le apretó la mano.

No pasa nada. Creo que es un efecto secundario de… ya sabes, el tiempo que pasaste en el inframundo. Con suerte, se volverá más llevadero.

A esas alturas ya a nadie le sorprendía la información, pues los que aún no lo sabían habían conectado todos los puntos. Y bueno si los monstruos regresaban una y otra vez ¿Por qué uno de ellos no?

Hazel no estaba tan segura. Después de ocho meses, los desmayos parecían estar empeorando, como si su alma intentara vivir en dos períodos de tiempo distintos a la vez.

—Por supuesto— asintió Hades

Nadie había regresado jamás de entre los muertos; al menos, no como ella lo había hecho. Nico estaba intentando tranquilizarla, pero ninguno de los dos sabía lo que pasaría.

—Bueno querida, para tu tranquilidad creo que todo salió bastante bien— comentó Afrodita con una sonrisita bastante sugestiva

Hazel se sonrojó

No puedo ir al norte otra vez —dijo Hazel—. Nico, si tengo que volver adonde todo pasó…

No te pasará nada —le prometió él—. Esta vez contarás con amigos.

—Por supuesto que sí— dijo Frank

—Para eso estamos— asintió Percy de manera solemne

—Gracias chicos— dijo Hazel sonriendoles

Percy Jackson juega un papel en esto. Puedes intuirlo, ¿verdad? Es una persona que te conviene tener a tu lado.

—Todos estamos de acuerdo en eso— asintió Leo

Sus amigos asintieron de acuerdo

—Bueno… Gracias— murmuró Percy

Hazel recordó lo que Plutón le había dicho hacía mucho: « Un descendiente de Neptuno te quitará la maldición y te dará paz» .

¿Era Percy el elegido?

—Nosotros también necesitamos saber si sí es él— señaló Apolo

Poseidón recordó cuando llevó a los chicos al mar y a Frank cambiando de forma, don que había dado a uno de sus legados hace mucho tiempo, así que él estaba seguro que Percy no era el elegido, los demás podían esperar para saberlo.

Tal vez, pero Hazel intuía que no sería tan sencillo. Ni siquiera estaba segura de que Percy sobreviviera a lo que les aguardaba en el norte.

¿De dónde ha venido? —preguntó—. ¿Por qué los fantasmas lo llaman « el griego» ?

—Esa es una excelente pregunta— dijo Percy

—Son dos excelentes preguntas— señaló Rachel

—Las cuales no se podían responder en ese momento— comentó Zoë

Antes de que Nico pudiera contestar, sonaron unos cuernos a través del río. Los legionarios se reunían para la revista nocturna.

—Eso estuvo interesante— dijo Percy

—Y que lo digas— murmuró Hazel

—Te salvaste de contestar, renacuajo— dijo Thalia

—Salvado por el sonido de los cuernos— dijo Will

Será mejor que bajemos —dijo Nico—. Tengo la sensación de que esta noche los juegos de guerra van a ser interesantes.

—No sé, sospecho que sí fueron interesantes— dijo Thalia

—Lo fueron— asintió Frank

—Y vaya que lo fueron— dijo Reyna —al menos al principio

Hazel, Frank y Percy hicieron una mueca

—De acuerdo, el capítulo acabó— dijo Will

—Gracias a los dioses— dijo Hazel

—En realidad— comenzó Apolo —de Percy fueron dos capítulos

Hazel suspiró

—Bueno ¿Y quién quiere leer?— preguntó Will

Charles estaba tratando de ponerle toda su atención al libro, pero su mente o dejaba de dar vueltas en algunas cosas, por ejemplo, le parecía irónico que desde el inicio los dioses hayan dicho que "necesitaban a los semidioses", que eran sus herramientas (lógico porque parecía que no podían hacer otra cosa aparte de arruinar vidas), que debían trabajar
"juntos" para su sobrevivencia y aún así…

El chico resopló, una de las manos en el bolsillo donde guardaba su espada convertida en bolígrafo, tan inofensiva de esa manera, pero su peso añadiendo un nuevo dolor a esa herida que no se podía cicatrizar y aún así ahí estaba, como si tuviera una segunda oportunidad ¿Realmente la tenía?... Él lo dudaba, los dioses iban a seguir haciendo y deshaciendo a su conveniencia la vida de los semidioses, si es que algún semidiós lo permitía después de lo que hicieron. Como sea, su hermana le había dicho una y otra vez que lo intentara, que por algo estaba ahí, y no es que él no quisiera hacerlo, pero como le había dicho a Bianca ¿Que sentido tenía si después de cualquier forma iban a regresar a su infierno personal? No había nada más que pudiera hacer, y no sabría que hacer de cualquier manera y en ese momento lo único que importaba era que su hermana no la pasara peor de lo que ya había hecho.