XI

Frank

Al día siguiente era de dominio público el pequeño incidente de Bianca con la flecha, así que de hecho no fue una sorpresa que durante el desayuno hubiera estado recibiendo miradas divertidas de muchos de los semidioses

—Cómo que te volviste famosa— bromeó Zoé

—Genial— dijo Bianca —por cierto, ayer después de que te fuiste y que Apolo acabó con la práctica, Thalia me preguntó que si quería unirme a las cazadoras ¿Puedes creerlo?

—Sí— dijo Zoé —lo escuché. Zoé no tenía que preguntar cuál había sido la respuesta

—¿Lo escuchaste?— preguntó Bianca confundida

—Sí, bueno no escuché cuando te preguntó obviamente, escuché cuando uhhh... Cuando se los mencionó a Nico y Will— dijo Zoé encogiéndose de hombros —a nadie parecía preocuparle que estaba a su lado

—¿En serio? ¿Y qué dijeron?— preguntó Bianca con curiosidad

Zoé le dio una sonrisita —Le dijeron a Nico que ninguna opción le parecía adecuada ¿Sabes por qué?

Bianca se encogió de hombros sonrojada. Zoé le lanzó una mirada a su hermano que parecía decir ¿Tú tienes idea?. Charles se sonrojó

—¿Y ustedes que estaban haciendo?— preguntó Bianca cambiando de tema

Los hermanos Jackson intercambiaron una mirada y le empezaron a contar lo que había pasado en el Templo de Poseidón

En otra parte de la mesa también se hablaba sobre el palacio del dios del mar

—¿Te corrieron del palacio?— preguntó Annabeth con incredulidad

—Bueno, mi mamá me pidió amablemente que me fuera— señaló Percy

—Mientras hablaba con Zoé, después de qué probablemente habló con Charles— añadió Annabeth

—Sip— asintió Percy —y no sé de qué hablaron con ella, pero Zoé salió llorando y creo que mamá también lo hacía, pero por supuesto nadie me dijo nada— comentó Percy con el ceño fruncido

—¿Y luego?— preguntó Annabeth pensativa

—Y cuando pude entrar poco después llegó papá... Por cierto, lo de su palacio no fue nada, un monstruo sin importancia, pero como te decía papá llegó y mi mamá parecía que quería estar en cualquier otro lugar— dijo Percy —y cuando le pregunté puso aquella mirada suya, la misma que ponía cuando le preguntaba por mi padre antes de descubrir que era un mestizo

Annabeth frunció el ceño —Eso es muy extraño— miró pensativa la comida ante ella

—Lo sé— asintió Percy y al ver la expresión de Annabeth preguntó —¿Sospechas algo?

En vez de contestar Annabeth le preguntó —¿Y tú?

Percy se encogió de hombros. Ambos se miraron a los ojos por un momento, como si de cierta manera se pudieran dar las respuestas a todas sus preguntas

Alrededor de la mesa se escuchaban más conversaciones unas más serias que otras, el desayuno se terminó poco a poco, después todos volvieron a la Sala de Trono a continuar con la lectura

—Bueno ¿Quién quiere leer?— preguntó Hestia

—Yo— dijo Tyson alzando la mano, le entregaron el libro —capítulo IX, Frank

Frank hizo una mueca

Frank nunca había estado tan seguro de algo, y eso le ponía nervioso. Nada de lo que planeaba salía bien.

—Pero lo importante es intentarlo— señaló Perséfone

—Al menos algo bueno podría salir— dijo Katie

—El secreto es intentar hasta que las cosas te salgan— asintió Leo

Siempre acababa rompiendo, destrozando, quemando, sentándose encima o tirando algo importante.

—Eres de nuestro grupo— dijo Travis

—Este es un grupo único— asintió Connor

—Es un grupo muy increíble— mencionó Percy

—Bueno, gracias— murmuró Frank

Sin embargo, sabía que esa estrategia funcionaría. Hazel les encontró un túnel sin problemas. De hecho, Frank tenía la ligera sospecha de que no encontraba los túneles sin más.

—Puede ser muy buena buscadora— dijo Miranda

—Es buenas buscadora, pero a eso no se refería Frank— comentó Percy

—Y vaya que no— murmuró Frank

Hazel se sonrojó

Era como si los túneles se hicieran para ajustarse a sus necesidades. Pasajes que habían estado llenos hacía años de repente se vaciaban y cambiaban de dirección para llevar a Hazel adonde quería ir.

—Eso es muy útil— dijo Katie

—Yo quiero algo así— dijo Connor

—Todos queremos algo así— dijo Travis

—No todos— murmuró Grover

Avanzaron muy despacio a la luz de la brillante espada de Percy. Oían los sonidos de la batalla arriba: chicos gritando, Aníbal el elefante barritando, proyectiles de ballestas estallando y cañones de agua disparando.

—Se escuchaba como toda una aventura— dijo Leo

—Y eso que aún no empezaba la aventura— comentó Nico

—Fue una aventura divertida— dijo Hazel — al principio por lo menos

—Y que lo digas— asintió Percy

El túnel vibraba. La tierra caía sobre ellos. Frank introdujo la mano en su armadura. El palo seguía a salvo en el bolsillo de su chaqueta, pero un disparo certero de una ballesta prendería fuego a su cuerda de salvamento...

—Y no debes pensar en eso mientras están en la batalla— masculló Ares

—Es tu increíble plan, no pierdas la confianza pensando en eso— dijo Apolo

—Aunque de hecho sea difícil que lo deje de pensar— señaló Deméter

—Y difícil es una manera de decirlo— suspiró Frank

Mal hecho, se regañó Frank a sí mismo. « Fuego» es la palabra prohibida. No pienses en ella.

—Mejor— dijo Hazel

—Es irónico que esos dos mocosos vayan a estar juntos en la misión— señaló Dionisio mirando a Leo y luego Frank

—Irónico, pero según Hera necesario— dijo Hefesto

Los chicos del Argo II intercambiaron una mirada

Hay una abertura justo delante —anunció Hazel—. Saldremos a tres metros del muro este.

¿Cómo lo sabes? —preguntó Percy.

—No dudes de su sexto sentido— regañó Connor

—Solo era curiosidad— dijo Percy

—Recuerda que la curiosidad mató al gato— señaló Katie

—Pero murió sabiendo— dijo Thalia

No lo sé —contestó ella—. Pero estoy segura.

—Esa es una respuesta super genial— dijo Piper

—Esa también debería ser una respuesta estándar— comentó Leo

—Creo que la mayoría del tiempo lo es— señaló Jason

—Estoy de acuerdo— asintió Percy

¿Podríamos excavar un túnel por debajo del muro? —preguntó Frank.

No —dijo Hazel—. Los ingenieros fueron listos. Construyeron los muros sobre unos antiguos cimientos que llegan al lecho de roca.

—Sería demasiado bueno para que pudieran pasar por debajo— comentó Thalia

—Demasiada buena suerte— murmuró Bianca

—Pero habría estado genial— dijo Percy

—Eso es muy cierto— asintió Hazel

Y no me preguntes cómo lo sé. Simplemente lo sé.

—Qué quede claro— dijo Travis

—Que no vuelva a dudar de su sexto sentido— señaló Leo

—No lo volveremos a hacer— dijeron Percy y Frank al mismo tiempo

Hazel sonrió

Frank tropezó con algo y soltó un juramento. Percy movió su espada para ofrecer más luz. El objeto con el que Frank había tropezado era de plata reluciente. Se agachó.

—Yo no sabía que era— dijo Frank ante las miradas

—Bueno, él tiene excusa— dijo Rachel

—No como alguien que sí sabe lo que es y aún así lo iba a agarrar— comentó Will mirando a su novio

—Todos nos dimos cuenta que eso estuvo super mal— bromeó Rachel

Nico les dio una mirada indignada

¡No lo toques! —gritó Hazel.

La mano de Frank se detuvo a escasos centímetros del pedazo de metal. Parecía un gigantesco bombón del tamaño de su puño.

—Vaya, me sigue sorprendiendo muchísimo eso— dijo Connor

—Estoy completamente de acuerdo— dijo Chris

—Pero no tocar— dijo Travis

—Por favor— murmuró Hazel

Es enorme —dijo—. ¿Plata?

Platino —Hazel parecía muerta de miedo—. Desaparecerá dentro de un instante. Por favor, no lo toques. Es peligroso.

—Suena como a buena idea hacerle caso— comentó Miranda

—Sí, a mí también me sonaba como a buena idea— asintió Frank

—Incluso a mí— dijo Percy

—Que bueno que sean tan obedientes— dijo Miranda

Frank no entendía por qué un trozo de metal podía ser peligroso, pero hizo caso a Hazel. Mientras ellos miraban, el pedazo de platino se hundió en el suelo.

—Fue un poco extraño— murmuró Percy

—Y vaya que lo fue— dijo Frank

—Lo sé— suspiró Hazel

Frank se quedó mirando a Hazel.

¿Cómo lo has sabido?

A la luz de la espada de Percy, Hazel tenía un aspecto tan espectral como un lar.

—Gracias— dijo Hazel

Frank le sonrió un poco apenado

Te lo explicaré luego —prometió.

Otra explosión sacudió el túnel, y avanzaron a grandes pasos. Salieron por un agujero justo donde Hazel había predicho.

—Para que le crean cuando dice algo— señaló Rachel

—Eso Hazel, tú demuestra quien manda— dijo Thalia

—Ese sexto sentido está increíble— asintió Katie

—Gracias— dijo Hazel sonrojada

Delante de ellos se alzaba el muro este del fuerte. A su izquierda, Frank podía ver la línea principal de la Quinta Cohorte avanzando en formación de tortuga, con los escudos formando un caparazón sobre sus cabezas y sus costados.

—Eso suena bien— dijo Hermes

—Sí, habría estado mejor si hubieran tenido ayuda— dijo Frank con una mueca

—Pero por lo que han dicho nos podemos imaginar que sus supuestos compañeros se divertían a su costa— señaló Zoë

—Definitivamente— suspiró Hazel

Estaban intentando llegar a las puertas, pero los defensores situados en lo alto los apedreaban y les lanzaban proyectiles en llamas con las ballestas que abrían cráteres alrededor de sus pies.

—Y eso ya no es tan bueno— dijo Apolo

—Bueno, pues por algo se llama minar defensas ¿No?— preguntó Dionisio casi con indiferencia

Los chicos hicieron una mueca

Un cañón de agua disparó con un estruendoso ZAM, y un chorro de líquido excavó una trinchera en la tierra justo delante de la cohorte.

Percy silbó. —Desde luego tiene un montón de presión.

—Estaban increíbles— dijo Percy

—Era como su sueño hecho realidad— bromeó Leo

—Imaginen que hubiéramos tenido de esos cuando hizo explotar los baños— comentó Travis riendo

—Gracias a los dioses no teníamos de esos ¿Verdad Clarisse?— preguntó Connor

—Deberías empezar a cuidar tu espalda mientras duermes— gruñó Clarisse

La Tercera y la Cuarta Cohortes no habían avanzado. Permanecían atrás y se reían, observando como sus « aliados» eran maltratados.

—Vaya trabajo en equipo— masculló Jason

—Que bueno que se estén divirtiendo— dijo Leo con sarcasmo

—La pasaron en grande— asintió Percy

—Solo imaginen que no hubieran sido sus aliados— dijo Thalia

Los defensores se agruparon en el muro encima de las puertas, insultando a gritos a la formación de tortuga mientras avanzaba tambaleándose de un lado al otro. Los juegos de guerra habían degenerado en « machacar a la Quinta» .

—Enséñales que tienen que respetarlos— gruñó Ares

—Pues no sé si se los enseñamos— murmuró Hazel

—Es relativo— comentó Frank

A Frank se le tiñó la vista de rojo de la ira.

Vamos a agitar esto un poco.

—Y sí lo agitamos— murmuró Percy

—Un poco sí— dijo Frank

—¿Un poco?— preguntó Hazel con una sonrisa

—Y vaya que lo agitaron— comentó Reyna

Metió la mano en su carcaj y sacó una flecha más pesada que el resto. La punta de hierro tenía la forma de la ojiva de un cohete. Una cuerda de oro ultrafina colgaba de las plumasDispararla con precisión a lo alto del muro requería más fuerza y destreza de la que poseían la mayoría de los arqueros, pero Frank tenía unos brazos fuertes y buena puntería. Quizá Apolo esté mirando, pensó esperanzado.

—Muy bien, suena increíble— dijo Apolo —y lamento decepcionarte, pero aunque te viera no podría hacer nada

—Está bien— murmuró Frank

—Además no necesitas que ese idiota te vea— masculló Ares

Apolo rodó los ojos —Tal vez si alguien le hubiera reconocido antes, el chico no tendría dudas

—No empiecen a pelear ustedes también— bufó Hera —tenemos suficiente con los críos

Apolo y Ares se lanzaron miradas asesinas

—No estoy seguro si hay que felicitar a Frank o temer por él— susurró Leo a Calipso

—Tampoco estoy segura de que hacer— dijo Calipso

¿Para qué sirve eso? —preguntó Percy—. ¿Es un garfio?

Se llama flecha hidra —contestó Frank—. ¿Puedes cortar los cañones de agua?

—Yo quiero una de esas— murmuró Bianca a sus amigos

—Después de lo de ayer nadie te va a volver a dar una flecha— señaló Zoé

—En realidad... Apolo dijo que me podía quedar con el arco y me dio más flechas— comentó Bianca

—Vaya— murmuró Charles impresionado

—Lo sé ¿Quién soy yo para rechazar un arco gratis?— bromeó Bianca

Un defensor apareció en el muro encima de ellos.

¡Eh! —gritó a sus compañeros—. ¡Mirad! ¡Más víctimas!

Percy, ahora sería un buen momento —dijo Frank.

—Cuando quieras eh— dijo Connor

—Tienes todo el tiempo del mundo— dijo Travis

—Hay que tomárselo con calma— bromeó Percy

—Pero tampoco con tanta calma, Percy— dijo Rachel riendo

Más chicos atravesaron las almenas para reírse de ellos. Unos cuantos corrieron al cañón de agua más cercano y lo giraron hacia Frank. Percy cerró los ojos. Levantó la mano.

—E hizo explotar las cosas— comentó Leo

—Ya leímos que eso de explotar las cosas le sale increíble— dijo Jason

—Un poco— dijo Percy sonrojado

—Ni como olvidar cuando explotas las cosas— señaló Annabeth

Percy le dio una sonrisa inocente

En lo alto del muro, alguien gritó:

¡Abrid la boca, pringados!

¡BUM!

El cañón estalló en una explosión de color azul, verde y blanco.

—¡Eso hermano mayor!— gritó Tyson

—Así es como se explotan las cosas— dijo Leo

—¡Así se hace!— gritaron los Stoll

—Y tuvo efectos especiales con colores y todo— señaló Apolo

—Y apenas van empezando— dijo Poseidón con una sonrisa

Los defensores se pusieron a gritar cuando una onda expansiva de agua los empujó contra las almenas. Los chicos se cayeron de lo alto del muro, pero unas águilas gigantescas los atraparon y los pusieron a salvo.

—Fue un poco divertido— admitió Percy

—Nos podemos imaginar cuánto se divirtieron— dijo Piper

—Pero yo creo que las otras Cohortes no se divirtieron mucho— dijo Hazel

—Yo tuve la misma sensación de que no se divirtieron tanto como nosotros— dijo Percy

—Sigo diciendo que su idea de diversión es rara— comentó Apolo

Entonces todo el muro este se sacudió a medida que la explosión retrocedía por las tuberías. Uno detrás de otro, los cañones de agua de las almenas estallaron. Los fuegos de los proyectiles se apagaron.

—Y es por eso que no deben subestimar a las personas— señaló Perséfone

—Suena como una de esas películas de acción en donde todo explota y van caminando lentamente— bromeó Leo

—Me sentía en una película de acción— admitió Percy

Sammy y los hermanos Jackson se miraron con una sonrisa

Los defensores se dispersaron confundidos o salieron despedidos por los aires, dando mucho trabajo a las águilas de rescate. En las puertas, la Quinta Cohorte se olvidó de la formación.

—Eso no era parte del plan— dijo Travis

—¡Producción, producción! ¿Qué pasó ahí?— preguntó Leo

—Hubo un cambio en el guión— dijo Frank

—Y nadie les informó— señaló Connor

—Así son estos cambios de repentinos— comentó Leo

Desconcertados, los legionarios bajaron sus escudos y contemplaron el caos. Frank disparó su flecha. El proyectil subió como un rayo, arrastrando su cuerda reluciente.

—Y también necesito de esas flechas— dijo Bianca

—Sí, pero las usas cuando no haya nadie a tu alrededor— dijo Charles

—Muchas gracias— masculló Bianca

Cuando llegó a lo alto, la punta metálica se fracturó en una docena de cables que salieron disparados y se enrollaron a cualquier cosa que encontraron a su paso: partes del muro, una ballesta, un cañón de agua roto y un par de campistas defensores,

—Pobres de ellos— dijo Travis

—Así aprendieron a no meterse en su camino— dijo Miranda

—Esto se pone cada vez mejor— comentó Thalia

—Lo están haciendo genial— asintió Piper

Hazel, Frank y Percy se sonrieron

quienes chillaron y se vieron estampados contra las almenas a modo de anclas. De la cuerda principal se extendieron unos asideros a intervalos de sesenta centímetros, formando una escalera de mano.

—Esa flecha cada vez suena mejor— dijo Bianca

—Definitivamente— dijo Thalia — fue una increíble elección

—Gracias— dijo Frank sonrojado

¡Vamos! —dijo Frank.

Percy sonrió.

Tú primero, Frank. Es tu fiesta.

—Y de esas fiestas que se descontrolan— dijo Leo

—Esas son mis favoritas— suspiró Dionisio

—Las fiestas de Dionisio siempre son las mejores, en algún momento deberíamos enseñarles— dijo Apolo

—Ni se te ocurra— masculló Poseidón y muchos otros de los dioses

—Ay, yo sí quería ver una fiesta así— se quejó Leo

—De ninguna manera— dijo Hefesto

—Yo digo que así aprenden sobre las tradiciones— comentó Dionisio

—Ni siquiera sé por qué estamos hablando de esto, los semidioses no van a ir a tus fiestas— dijo Deméter

Frank vaciló. A continuación se echó el arco a la espalda y empezó a subir. Antes de que los defensores recobraran el conocimiento para dar la alarma, ya estaba a mitad de la ascensión.

—Ah pero se estaban riendo de ustedes— comentó Chris

—¡Muy bien Frank, tú demuestra quién manda!— gritaron algunos de los chicos, entusiasmados

—Ve por ellos— dijo Ares

Frank se sonrojó

Frank miró atrás al grupo principal de la Quinta Cohorte. Estaban mirándolo fijamente, mudos de asombro.

¡¿Y bien?! —gritó Frank—. ¡Atacad!

—El asombro provoca que olvides tus responsabilidades— dijo Miranda

—Sí, está científicamente comprobado que puede pasar— asintió Leo seriamente

—Pero no es momento de que se les olvide— comentó Calipso

Gwen fue la primera en reaccionar. Sonrió y repitió la orden. Un vítor sonó en el campo de batalla. Aníbal el elefante bramó alegremente,

—Qué excelente fiesta— dijo Connor

Algunos de sus amigos, también empezaron a vitorear en la sala y dándole sonrisas, haciendo Frank se sonrojara aún más de lo que ya estaba

pero Frank no podía permitirse mirar. Trepó a lo alto del muro, donde tres defensores estaban intentando derribar a hachazos su escalera de cuerda.

—Muy tarde— masculló Ares quién lucía impresionado

—Su tiempo de reacción fue muy lento, por supuesto no creían que pudieran atacarlos de verdad— señaló Artemisa

—Una gran lección para ellos— masculló Atenea, no es que realmente le gustara escuchar sobre las increíbles aventuras que tenían los romanos

Una de las ventajas de ser grande, torpe y estar cubierto de metal era que Frank era como una bola para jugar a los bolos acorazada a la perfección. Se abalanzó sobre los defensores, y estos cayeron como agujas.

—¡Así se hace!— gritaron los Stoll

—Lo hiciste genial— dijo Hazel

—Fue trabajo en equipo— dijo Frank con una sonrisa

—Pero tú diste las pautas para ese trabajo en equipo, y estuviste increíble— señaló Percy

—Gracias— murmuró Frank

Frank se levantó. Asumió el mando de las almenas, blandiendo su pilum de un lado al otro y derribando a los defensores. Algunos disparaban flechas. Otros intentaban pillarlo desprevenido con sus espadas, pero Frank se sentía imparable.

—¡Ve con todo Frank!— gritó Piper

Clarisse miró a Frank con una ceja alzada y una expresión satisfecha, no es que en este tiempo en realidad se hayan vuelto unidos o algo así, pues casi ni se conocías, pero debía admitir que la empezaba a sorprender

Acto seguido, Hazel apareció a su lado, blandiendo su gran espada de la caballería como si hubiera nacido para combatir en la batalla.

Hazel sonrió

—Así se hace— dijo Will

—Estuviste increíble— dijo Nico sonriéndole

—Gracias— sonrió Hazel

Percy saltó sobre el muro y levantó a Contracorriente.

Qué divertido —dijo.

—Suena muy divertido— asintió Thalia

—Y van a aprender por las malas a no meterse con Percy— dijo Travis

—Como nosotros— bromeó Katie

—Sí, pero ya que lo aprendimos lo podemos decir— señaló Connor

Juntos echaron a los defensores de los muros. Debajo de ellos, las puertas se rompieron. Aníbal entró a toda velocidad en el fuerte, mientras flechas y rocas rebotaban en su armadura de Kevlar sin hacerle el más mínimo daño.

Los chicos también empezaron a vitorear al elefante

—Anibal también se merece ese reconocimiento— dijo Hazel con una sonrisa

—Por supuesto que sí, también estuvo genial— asintió Frank

—Iba con toda la actitud— señaló Percy

La Quinta Cohorte entró detrás del elefante, y la batalla se libró cuerpo a cuerpo. Finalmente, un grito de guerra se elevó del límite del Campo de Marte. La Tercera y la Cuarta Cohorte corrieron a unirse a la batalla.

—Claro, ahora sí ya que ustedes hicieron todo el trabajo— dijo Rachel

—Más vale tarde que nunca— dijo Hermes

—Pero no pueden permitir que vayan por los estandartes— señaló Perséfone

—Además ni les están ayudando demasiado— comentó Bianca

Los chicos (en especial, Sammy, Zoé y Charles) y algunos de los dioses veían el libro un poco emocionados por los juegos de guerra

Un poco tarde —se quejó Hazel.

No podemos dejar que cojan los estandartes —dijo Frank.

No —convino Percy—. Son nuestros.

—Se llevarían todo el crédito— dijo Luke

—Y no podían permitirlo después de todo lo que ya hicieron ellos— comentó Chris

—Y menos porque los demás disfrutaron que esa Cohorte fuera maltratada— dijo Katie

—Definitivamente tienen que ser sus estandartes— dijo Piper

No hizo falta hablar más. Actuaron como un equipo, como si los tres hubieran estado colaborando durante años. Bajaron a toda prisa los escalones interiores y entraron en la base del enemigo.

—Qué dramático sonó eso, me encanta— dijo Apolo

—Y cada vez suena más como de película de acción— dijo Leo

—Cada vez nos sentíamos más parte de la película— asintió Percy

XII Frank

Después la batalla se convirtió en un caos. Frank, Percy y Hazel se abrieron paso a través de los enemigos, derribando a cualquiera que se interpusiera en su camino.

—Así se hace— gruñó Ares

Poseidón miró a su hijo con orgullo, al igual que Hades a su hija. Los tres chicos se sonrojaron

La Primera y la Segunda Cohorte —el orgullo del Campamento Júpiter, una máquina de guerra bien engrasada y sumamente disciplinada— se desmoronaron ante el asalto y la novedad de encontrarse en el bando perdedor.

—Uhhhh van a llorar— bromeó Travis

—¿Crees que podrían haber llorado?— preguntó Rachel en broma a Reyna

—Creo que es probable— dijo Reyna —hubieras visto sus caras, a nadie le gusta ser del equipo perdedor

Parte de su problema era Percy.

—Te creemos— dijeron sus amigos

—Nos nos tienes que convencer de eso— dijo Jason

El chico luchaba como un demonio, girando a través de las filas de defensores con un estilo completamente heterodoxo, rodando bajo sus pies, acuchillando con su espada en lugar de clavarla como haría un romano, golpeando a los campistas con la cara de la hoja y sembrando en general el pánico colectivo.

—No fue para tanto— dijo Percy sonrojado

—Lo estamos escuchando, por supuesto que lo fue, cállate— dijo Thalia

—Y te hemos visto pelear— señaló Chris

—Eso es cierto, sesos de alga— dijo Annabeth con una sonrisa — sabemos cuántos problemas puedes dar

—Y así es solamente como acepta nuestro punto— bromeó Thalia

Octavio gritó con voz chillona —tal vez ordenando a la Primera Cohorte que no cediera terreno, tal vez intentando cantar con voz de soprano—,

—Podría ser— dijo Hazel

—Si hubiera sido lo segundo, creo que le salió bien— comentó Percy

—Obviamente, era lo segundo— dijo Frank

—Todos sabemos que sí lo era— dijo Percy

pero Percy puso fin a sus chillidos. Dio una voltereta por encima de una hilera de escudos y estampó el pomo de su espada contra el yelmo de Octavio. El centurión se desplomó como un monigote.

—Un aplauso— dijo Leo

Muchos de los chicos aplaudieron entusiasmados

Frank disparó flechas hasta que su carcaj estuvo vacío; usaba proyectiles con la punta roma que no mataban pero dejaban feos cardenales.

—De que les duele, les duele— dijo Katie

—Es lo importante— dijo Miranda

—Por supuesto que sí— asintió Travis

Rompió su pilum sobre la cabeza de un defensor y acto seguido desenvainó a regañadientes su gladius. Mientras tanto, Hazel se subió a la grupa de Aníbal. Embistió hacia el centro del fuerte, sonriendo a sus amigos.

—Eso es Haz, ve con todo— dijo Piper

—Vaya Hazel, eso estuvo genial— dijo Rachel

—Suena realmente fabuloso— comentó Thalia

—Gracias— dijo Hazel con una sonrisa

¡Venga, tortugas!

Dioses del Olimpo, es preciosa, pensó Frank.

—Awwwww— chillaron sus amigos

Frank y Hazel se sonrojaron

—Obviamente era el momento idóneo para un pensamiento así— chilló Afrodita encantada

—Por supuesto que lo era— dijo Perséfone con una sonrisa

Sus amigos empezaron a hacer soniditos de burla

Corrieron al centro de la base. El torreón interior estaba prácticamente desprotegido. Evidentemente, los defensores no imaginaban que un asalto pudiera llegar tan lejos.

—Nunca se deben de confiar— masculló Atenea dándole una mirada asesina a Ares

Ares la ignoró

Aníbal derribó las enormes puertas. En el interior, los portaestandartes de la Primera y la Segunda Cohorte estaban sentados en torno a una mesa jugando una partida de Mythomagic con cartas y figuritas.

—Te hubieras podido unir a ellos— dijo Will con una sonrisa —claro, cuando dejes de cambiar las reglas

—¡Yo no cambio las reglas!— masculló Nico

Sammy no opina lo mismo— señaló Will ante la cara de incredulidad de Sammy

—Porque tú lo dijiste, no porque lo crea— argumentó Nico

—Todos vimos como cambiaste las reglas— dijo Will

Nico lo miró indignado

—Sí cambió algunas reglas— susurró Sammy a Bianca

—Lo sé— dijo Bianca con una pequeña sonrisa

Los emblemas de la cohorte estaban apoyados sin cuidado contra un muro. Hazel y Aníbal entraron directamente en la sala, y los portaestandartes se cayeron hacia atrás de sus sillas.

—Fue una gran impresión para ellos— dijo Thalia

—Imagina estar super concentrado jugando y que de repente entre una chica con un elefante— dijo Travis —eso trastorna a cualquiera

—Por otro lado, se suponía que debían estar preparados para todo— señaló Reyna

Aníbal pisó la mesa, y las fichas del juego se desperdigaron.

—Qué falta de respeto— dijo Willl

Nico negó con la cabeza

Cuando el resto de la cohorte dio con ellos, Percy y Frank habían desarmado a los enemigos, habían cogido los estandartes y habían subido al lomo de Aníbal con Hazel. Salieron triunfalmente del torreón con las banderas del enemigo.

Sus amigos empezaron a vitorear ruidosamente, pasaron algunos instantes antes de que se callaran. Poseidón y Hades miraron a sus respectivos hijos con una sonrisa, mientras Ares le dio una mirada complacida a Frank

—Y así chicos y chicas es como se ganan los juegos de guerra— dijo Connor con voz de presentador

—Esperamos que con esa lección se hayan dado cuenta de no darlo todo por hecho— dijo Artemisa

—Estuvieron increíbles— dijo Rachel

—Y eso que solo escuchamos la aventura y no la vimos— comentó Miranda

—Gracias— murmuraron Hazel, Frank y Percy

La Quinta Cohorte formó filas alrededor de ellos. Salieron desfilando del fuerte y pasaron por delante de los perplejos enemigos y las filas de aliados igual de desconcertados.

—Sus aliados estaban como ¿En serio ganamos?— bromeó Leo

—Y los enemigos como ¿A ver quién fue el idiota que nos hizo perder?— dijo Connor

—Sus expresiones estuvieron geniales— dijo Percy

Reyna daba vueltas a baja altura montada en su pegaso.

¡El juego tiene ganador! —Parecía que estuviera conteniendo la risa—.

—Estuvo divertido— Reyna se encogió de hombros —ninguno se esperaba algo así

—Quedaron muy impactados— asintió Percy

—Excelente entretenimiento, se llevan un 10—dijo Leo

—Gracias, eres muy amable— dijo Percy

¡Reuníos para los honores!

Los campistas se reagruparon poco a poco en el Campo de Marte. Frank vio muchas heridas leves —algunas quemaduras, huesos rotos, ojos morados, cortes y tajos,

—Detalles super chiquitos— dijo Connor

—Nada por lo que preocuparse— dijo Travis

—Es lo que pasa después de unos increíbles juegos— comentó Piper

—Es para que todos supieran que los juegos estuvieron increíbles— asintió Rachel

además de un montón de peinados interesantes producto del fuego y los cañones de agua que habían explotado—, pero nada que no se pudiera arreglar.

—Los peinados más increíbles del mundo— dijo Percy

—Juegos y peinado gratis, que cosa tan más genial— dijo Leo

—Percy para estilista— bromeó Piper

—Esa, puede ser la mejor idea del mundo o la más horrible— comentó Thalia

—Vamos a dejarlo en la mejor idea del mundo— dijo Percy

Se deslizó por un costado del elefante. Sus compañeros se arremolinaron alrededor de él, dándole palmadas en la espalda y elogiándolo. Frank no sabía si estaba soñando. Era la mejor noche de su vida... hasta que vio a Gwen.

—Por supuesto— masculló Hazel

—Y eso ya no suena para nada bueno— dijo Katie

—Y se pone por— dijo Frank con una mueca

¡Socorro! —gritó alguien.

Un par de campistas salieron a toda prisa de la fortaleza llevando a una chica en una camilla. La dejaron en el suelo, y otros chicos se acercaron corriendo.

—No puede ser— dijo Bianca

—Creo que al final de cuentas sí hubo más heridos— dijo Perséfone con una mueca

De repente toda la emoción que se había sentido por la victoria de los chicos en los juegos de guerra se desvaneció y miraron el libro con una mueca

Pese a la distancia, Frank supo que era Gwen. Se encontraba en estado grave. Yacía de lado en la camilla con un pilum que le sobresalía de la armadura, como si estuviera sujetándolo entre el pecho y el brazo, pero había demasiada sangre.

Tyson hizo una mueca mientras leía

—Que horrible— murmuró Rachel

—Y que lo digas— dijo Hazel

Frank movió la cabeza con gesto de incredulidad.

No, no, no... —murmuró mientras corría junto a ella.

Los médicos gritaron a todos que se retiraran y dejaran aire a la chica.

—¿Pero fue consecuencia de los juegos?— preguntó Apolo

—Se tendrían que haber dado cuenta en seguida de haber sido por ello— comentó Artemisa

—A lo mejor estaba en un lugar poco visible— dijo Hermes

—Espero que los médicos puedan hacer algo— dijo Hestia

Toda la legión permaneció callada mientras los curanderos trabajaban, tratando de colocar gasas y polvo de cuerno de unicornio debajo de la armadura de Gwen para detener la hemorragia e intentando hacerle beber néctar.

Los semidioses hicieron una mueca. Los que habían estado en se momento se acordaron de aquellos horribles instantes y los que no habían estado se preguntaban cómo es que podrían pasar de unos emocionantes juegos de guerra a algo tan horrible como eso

Gwen no se movía. Su rostro tenía un color gris ceniciento. Al final, uno de los médicos levantó la vista hacia Reyna y negó con la cabeza.

Se hizo un silencio estupefacto en la sala

Por un instante no se oyó otro sonido que el agua de los cañones destruidos goteando por los muros del fuerte. Aníbal acarició el pelo de Gwen con la trompa. Reyna inspeccionó a los campistas desde su pegaso. Su expresión era dura y sombría como el acero.

Habrá una investigación. El responsable ha privado a la legión de una buena oficial. La muerte con honor es una cosa, pero esto...

—Fue ruin— masculló Reyna

—Y despreciable— dijo Hazel

—Entonces, eso quiere decir que la herida no fue a causa de los juegos ¿Verdad?— preguntó Katie

Reyna negó con la cabeza

Frank no sabía a qué se refería. Entonces se fijó en las marcas grabadas en el mango de madera del pilum: CHT I LEGIO XII F. El arma era de la Primera Cohorte,

—Dioses— murmuró Miranda

y la punta asomaba por la parte delantera de la armadura. Gwen había sido alanceada por la espalda, posiblemente después de que el juego hubiera terminado.

—Eso es despreciable— dijo Jason

—¿Por qué alguien haría algo así?— preguntó Bianca —¿Cómo venganza por qué no ganaron?

—Pero el hecho de que no hayan ganado no les da ningún derecho a hacer algo así— comentó Artemisa —nadie se merece ser golpeado por la espalda

Frank escudriñó a la multitud en busca de Octavio. El centurión estaba observando con más interés

que preocupación, como si estuviera examinando a uno de sus ridículos osos de peluche destripados. No tenía pilum.

—¿Cómo demonios puede hacerle algo así a uno de los suyos?— masculló Zoë indignada —es miserable

Algunos de los dioses voltearon a ver a Apolo como si él hubiera tenido la culpa. Apolo miró el libro ¿Por qué uno de sus descendientes haría algo así? Hasta él sabía que estaba mal ¿Sí lo había hecho Octavio? ¿Qué esperaba conseguir? Apolo no sabía exactamente qué pensar de aquel chico

—Espero que ya no lo consideres como tu legado favorito— susurró Hermes a Apolo

—No dije que fuera mi favorito... Creo— murmuró Apolo

A Frank le empezó a retumbar la sangre en los oídos. Quería estrangular a Octavio con sus propias manos, pero en ese momento Gwen jadeó.

—Por supuesto que sí— suspiró Hades

—¿Escuchamos bien?— preguntó Miranda —¿Ella jadeó?

Tyson asintió mostrando el libro

—Por supuesto, las Puertas de la Muerte— dijo Annabeth

—¿O sea como más o menos lo que pasó cuando Jason vio a Hera?— preguntó Katie

—De alguna manera— asintió Annabeth

Thalia y Piper hicieron una mueca

Todo el mundo retrocedió. Gwen abrió los ojos. Su rostro recuperó el color.

¿Qué... qué pasa? —Parpadeó—. ¿Qué miran todos?

No parecía haber reparado en el arpón de dos metros y diez centímetros que le sobresalía del pecho.

—Eso, es un poco raro— murmuró Miranda

—Raro es un término muy delicado— dijo Travis

—Y que lo digan— murmuró Percy

Es imposible —susurró un médico detrás de Frank—. Estaba muerta. Tiene que estar muerta.

Gwen trató de incorporarse, pero no pudo.

—Eso yo creo que fue un shock— dijo Katie

—Fue realmente muy impactante— asintió Frank

—No nos esperábamos algo así— dijo Reyna

—De ninguna manera podrían haberlo hecho— comentó Rachel

Había un río, y un hombre me pidió... ¿una moneda? Me di la vuelta, y la puerta de la salida estaba abierta. Así que... que me marché.

Hades resopló

No lo entiendo. ¿Qué ha ocurrido?

Todo el mundo la miraba horrorizado. Nadie intentó ayudarla.

—Como con Thalia después de que recuperaran el vellocino— murmuró Travis

—Ni me lo recuerdes— dijo Thalia

—Ahora te das cuenta por qué tanta estupefacción de nuestra parte— comentó Annabeth

Thalia hizo una mueca

Gwen —Frank se arrodilló a su lado—. No intentes levantarte. Cierra los ojos un momento, ¿vale?

¿Por qué? ¿Qué...?

Confía en mí.

—Habría sido horrible que lo viera— dijo Jason

—Y después de todo lo que había pasado no lo merecía— dijo Frank

—Por supuesto que no, que horror— dijo Piper

Gwen hizo lo que le pidió.

Frank agarró el mango del pilum por debajo de la punta, pero le temblaban las manos. La madera resbalaba.

Percy, Hazel... ayudadme.

—Disculpa no habernos adelantado antes— dijeron Percy y Hazel

—No creo que nadie los culpe, ninguno sabía qué hacer— comentó Frank

Reyna asintió de acuerdo

Uno de los médicos se dio cuenta de lo que se proponía.

¡No lo hagas! —dijo—. ¡Podrías...!

¿Qué? —le espetó Hazel—. ¿Empeorarlo?

—Ya nada podría ser peor— dijo Will —y cuando antes se lo quiten es mejor

—Supongo que al final se dieron cuenta de eso— dijo Frank

Frank respiró hondo.

Agarradla bien. ¡Uno, dos, tres!

Extrajo el pilum por la parte delantera. Gwen ni se inmutó. La hemorragia se detuvo rápidamente.

—Eso es... Wow— murmuró Miranda

—Sí, creo que nosotros lo describiríamos igual— dijo Percy

—Creo que es la única manera de describirlo— asintió Reyna

Hazel se inclinó para examinar la herida.

Se está cerrando sola —dijo—. No sé cómo, pero...

Me encuentro bien —protestó Gwen—. ¿Por qué está preocupado todo el mundo?

—No hay ni como decirle sin que suene horrible— dijo Rachel

—Ninguna cantidad de tacto era suficientemente buena— dijo Frank

—Esperemos que eso no le afecte demasiado— comentó Deméter

Se levantó con la ayuda de Frank y Percy. Frank fulminó con la mirada a Octavio, pero la cara del centurión era una máscara de educada preocupación.

« Luego —pensó Frank—. Ocúpate de él luego.»

Apolo hizo una mueca

—No era el momento— dijo Frank con los puños apretados

—No valía la pena dejar a Gwen por él— señaló Percy

—Por supuesto que no— dijo Hazel

Gwen —dijo Hazel suavemente—, no sé cómo decir esto con delicadeza. Estabas muerta. De algún modo has vuelto.

Que yo... ¿qué? —Tropezó contra Frank.

—Si ustedes estaban sorprendidos, imaginense ella— dijo Katie

—Debió ser horrible saber algo así— asintió Miranda

—Así que al final de cuentas en esos juegos sí se enteraron quién era capaz de apuñalarlos por la espalda— señaló Clarisse

Se llevó la mano al agujero mellado de su armadura—. ¿Cómo... cómo?

Buena pregunta —Reyna se volvió hacia Nico, quien miraba con seriedad desde la primera fila del grupo de campistas—. ¿Es esto un poder de Plutón?

—Por supuesto que no— masculló Hades

Nico negó con la cabeza.

Plutón nunca permite a la gente volver de entre los muertos.

Lanzó una mirada a Hazel como si le estuviera advirtiendo que guardara silencio.

Hazel se sonrojó

—Cómo que no fuiste muy discreto, sombritas— señaló Will

—O tal vez Frank solo se dio cuenta porque estaba muy al pendiente de Hazel— comentó Afrodita

Hazel se sonrojó

—Lo siento— dijo Nico mirando a Hazel

—Está bien— dijo Hazel

Frank se preguntó a qué venía aquello, pero no tenía tiempo para pensar en ello.

Una voz atronadora recorrió el campo: « La Muerte pierde el control. Esto es solo el principio» .

—Y aquí vamos— murmuró Frank

—Pero no fue tan malo— dijo Hazel —bueno sí, fue horrible con la profecía y todo eso, pero pudo ser peor

—Supongo que tienes razón— asintió Frank

Los campistas desenvainaron sus armas. Aníbal bramó con nerviosismo. Scipio se encabritó y estuvo a punto de tirar a Reyna.

Conozco esa voz —dijo Percy.

Percy hizo una mueca

—Cada que Percy dice eso siento que debemos empezar a temer por su seguridad— comentó Leo

—Pues sí deberían— asintió Frank lanzándole una mirada a Percy

Percy se encogió de hombros

No parecía contento.

En medio de la legión, una columna de fuego salió disparada por los aires. El calor quemó las pestañas de Frank.

—Suena bastante mal— dijo Travis

—Y eso que apenas está empezando— dijo Will

—Y que lo digas— suspiró Frank

Los campistas que se habían empapado con los cañones vieron su ropa secada al vapor en el acto. Todo el mundo retrocedió cuando un soldado gigante salió de la explosión.

—La buena noticias es que tuvieron secado al instante y no tendrán gripe o algo así— dijo Leo

—Era muy preocupante eso— asintió Percy

Frank no tenía mucho pelo, pero el poco que tenía se le puso de punta. El soldado medía tres metros de altura e iba vestido con un uniforme de camuflaje para el desierto de las Fuerzas Armadas de Canadá.

Ares alzó una ceja

—Con razón conocías la voz— suspiró Poseidón

Percy asintió con una mueca

Tenía el pelo moreno cortado en forma de cuña, con la parte superior plana, como el de Frank. Su rostro era anguloso y brutal, lleno de viejas cicatrices de cuchillo. Sus ojos estaban tapados con unas gafas infrarrojas que brillaban por dentro.

—Vamos a adivinar de quién se trata— comentó Apolo

—Es tan difícil hacerlo— dijo Hermes

—Yo no he adivinado— murmuró Connor

—La verdad es que no es tan difícil deducirlo— señaló Miranda

—Menos con todo lo que ya dijeron— comentó Chris

Llevaba un cinturón con un arma, una funda de puñal y varias granadas. Sus manos sostenían un descomunal rifle M16.

—Para que no se pongan nerviosos— murmuró Travis

—Era difícil ponerse nervioso con algo así— dijo Frank

—Demasiado difícil— asintió Hazel

Lo peor era que Frank se sentía atraído hacia él. Mientras el resto de chicos retrocedían, Frank avanzaba. Notó que, silenciosamente, el soldado estaba logrando que se acercara a fuerza de voluntad.

—Ahora sabemos que eso tiene sentido— dijo Hazel

—Por supuesto que sí— suspiró Frank

Frank deseaba desesperadamente huir y esconderse, pero no podía. Dio tres pasos más. A continuación hincó una rodilla. Los otros campistas siguieron su ejemplo y se arrodillaron. Incluso Reyna desmontó.

—Eso está muy bien— dijo Ares

—¿Todos se arrodillaron?— preguntó Apolo mirando a Percy con una ceja alzada

—Es una sorpresa— dijo Percy

Eso está bien —dijo el soldado—. Arrodillarse está bien. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que visité el Campamento Júpiter.

Frank reparó en que una persona no estaba arrodillada. Percy Jackson,

—Sí, todos nos esperábamos que fueras tú— suspiró Poseidón

—La verdad es que no fue tanta la sorpresa— dijo Hermes

Percy se encogió de hombros. Sally le sonrió

con la espada todavía en la mano, miraba furiosamente al gigantesco soldado.

Sois Ares —dijo Percy—. ¿Qué queréis?

Doscientos campistas y un elefante lanzaron un grito ahogado colectivo.

—Los entendemos— bromeó Travis

—Hasta el elefante entiende tu irreverencia— comentó Leo

—Es un elefante inteligente— dijo Percy riendo

Frank quería decir algo para disculpar a Percy y apaciguar al dios, pero no sabía qué. Temía que el dios de la guerra disparase a su nuevo amigo con aquel enorme M16.

—No habría estado mal— dijo Ares

—Cállate Ares— masculló Poseidón

En cambio, el dios enseñó sus brillantes dientes blancos.

Tienes agallas, semidiós —dijo—. Ares es mi forma griega, pero para estos seguidores, para los hijos de Roma, soy Marte: patrón del Imperio, padre divino de Rómulo y Remo.

—Debo decir que suena impresionante— dijo Chris

—Eso no va a hacer que te ganes al suegro— bromeó Connor en un susurro

—Cállate— masculló Chris sonrojado

Ya nos conocemos —dijo Percy—. Tuvimos... tuvimos una pelea...

El dios se rascó el mentón, como si estuviera haciendo memoria.

Peleo con mucha gente, pero te aseguro que no has peleado conmigo como Marte.

Ares y Percy se lanzaron miradas asesinas

Si lo hubieras hecho, estarías muerto. Y ahora arrodíllate, como corresponde a un hijo de Roma, antes de poner a prueba mi paciencia.

Alrededor de los pies de Marte, el suelo empezó a bullir en un círculo de llamas.

—También eso suena cool— dijo Travis

—Sí lo era un poco— dijo Frank —pero imagina estar preocupado porque tu amigo no se arrodilla

—Sí, no pudiste disfrutarlo como era debido— dijo Connor —pero así es Percy

—Bueno, gracias— murmuró Percy

Percy —dijo Frank—, por favor.

Estaba claro que a Percy no le gustaba la idea, pero se arrodilló.

—Porque tú me lo pediste— dijo Percy

—Sí sí lo que tú digas chaval, pero aún así lo hiciste— señaló Ares

Percy rodó los ojos. Sally y Charles hicieron una mueca

Marte escudriñó a la multitud.

¡Romanos, prestad atención!

Se echó a reír, un rugido afable y efusivo, tan contagioso que casi hizo sonreír a Frank, aunque todavía estaba temblando de miedo.

—Casualmente— dijo Leo

—Lo que cualquiera sentiría en esa situación— asintió Apolo

—Por supuesto que sí— asintió Ares

Siempre he querido decir eso. Vengo del Olimpo con un mensaje. A Júpiter no le gusta que nos comuniquemos directamente con los mortales, y menos en la actualidad,

Algunos de los dioses resoplaron. Zeus los ignoró a todos

pero ha hecho una excepción conmigo ya que los romanos siempre habéis sido mi pueblo favorito. Solo se me permite hablar unos minutos, así que escuchad.

—Espero que lo hayan hecho— dijo Ares

—Por supuesto— dijo Frank

—Claro que sí— murmuró Hazel

—Me parece muy bien— asintió Ares

Señaló a Gwen.

Esa debería estar muerta, pero no lo está. Los monstruos contra los que lucháis ya no vuelven al Tártaro cuando son eliminados. Algunos mortales que fallecieron hace mucho han vuelto a vagar por la tierra.

Hazel se sonrojó

¿Eran imaginaciones de Frank o el dios estaba mirando furiosamente a Nico di Angelo?

—Imaginaciones, obviamente— dijo Apolo

—Por supuesto que imaginaciones— asintió Will

Nico se encogió de hombros

Tánatos ha sido encadenado —anunció Marte—. Las Puertas de la Muerte han sido forzadas, y nadie las vigila... al menos, de forma imparcial. Gaia permite a nuestros enemigos salir al mundo de los mortales.

—Super genial— murmuró Katie

—Muchas buenas noticias— dijo Miranda

—Y vaya que sí— suspiró Hazel

Sus hijos, los gigantes, están reuniendo ejércitos para enfrentarse a vosotros: unos ejércitos que no podréis matar. A menos que la Muerte se libere y retome sus funciones, seréis aplastados.

—Una increíble motivación— dijo Leo

—Nos motivó demasiado— asintió Percy

—Nos podemos imaginar— asintió Apolo

Debéis encontrar a Tánatos y liberarlo de los gigantes. Solo él puede invertir el curso de los acontecimientos.

Marte miró a su alrededor y se fijó en que todo el mundo seguía arrodillado en silencio.

—Muchas emociones para poco tiempo— dijo Rachel

—A penas lo estábamos procesando— asintió Frank

—Y uno tarda en procesar esas cosas— dijo Percy con una mueca

Oh, ya podéis levantaros. ¿Alguna pregunta?

Reyna se puso en pie con inquietud. Se acercó al dios, seguida de Octavio, que estaba haciendo reverencias y arrastrándose como un adulador servil.

Los chicos resoplaron

Señor Marte, nos sentimos honrados —dijo Reyna.

Más que honrados —dijo Octavio—. Mucho más que honrados...

—Quedó claro el punto— bufó Ares —parecía que también quería lamer mis botas

—Probablemente lo quisiera— dijo Clarisse

Ares rodó los ojos

¿Y bien? —soltó Marte.

Bien —dijo Reyna—. ¿Tánatos es el dios de la muerte, el teniente de Plutón?

Exacto —dijo el dios.

—Todos nos enteramos ese día— murmuró Percy

—Fue otra sorpresa al enterarnos— asintió Connor "seriamente"

—Estoy completamente de acuerdo— dijo Percy

¿Y decís que lo han capturado unos gigantes?

Exacto.

¿Y por lo tanto la gente dejará de morir?

No de forma súbita —dijo Marte—.

—Al menos— masculló Hades —sería muchísimo peor

Los dioses hicieron una mueca

Pero las barreras entre la vida y la muerte siguen debilitándose. Los que sepan cómo aprovecharse de ello lo explotarán. Los monstruos son ahora más difíciles de despachar. Pronto será totalmente imposible matarlos.

—Y eso suena realmente horrible— dijo Piper

—Claro que sí— dijo Jason

Algunos semidioses también podrán volver del inframundo, como vuestra amiga, la centuriona Kebab.

Ares se rió de su increíble ingenio

—Ares— dijo Hestia negando con la cabeza

—Fue un chiste muy bueno —dijo Ares

Gwen hizo una mueca.

¿Centuriona Kebab?

Si no se les controla, hasta a los mortales les resultará imposible morir — continuó Marte—. ¿Os imagináis un mundo en el que nadie muere... nunca?

—No puede pasar— dijo Hestia con una mueca —eso solo haría las cosas peores y más violentas para todos

Los chicos hicieron muecas

Octavio levantó la mano.

Pero, oh, todopoderoso señor Marte, si no podemos morir, ¿no es eso algo bueno? Si podemos seguir con vida indefinidamente...

—Por supuesto que no— gruñó Hades

¡No seas tonto, muchacho! —rugió Marte—. ¿Una matanza interminable sin conclusión de ningún tipo? ¿Una carnicería sin sentido? ¿Monstruos que se levantan una y otra vez y a los que no se puede matar? ¿Es eso lo que quieres?

—De acuerdo, poniéndolo así suena horrible— dijo Katie

—Por supuesto que es horrible niña, eso no tendría ningún sentido— señaló Ares

Vos sois el dios de la guerra —terció Percy—. ¿No deseáis una carnicería interminable?

Las gafas infrarrojas de Marte emitieron un brillo más intenso.

—Era una pregunta justa— dijo Percy encogiéndose de hombros

—Por supuesto que era una pregunta justa— dijo Poseidón

Ares rodó los ojos

Eres un insolente. Es posible que haya luchado contra ti antes. No me extraña que quisiera matarte.

—Hablaste y todo tuvo sentido— bromeó Thalia

—Hablas y se dan cuenta de que a lo mejor sí te querían matar— señaló Nico

—Eso describe mi vida, gracias— dijo Percy

Soy el dios de Roma, niño. Soy el dios de la fuerza militar usada para las causas justas. Protejo a la legión. Aplasto con mucho gusto a mis enemigos con el pie, pero no lucho sin un motivo. No deseo la guerra sin fin.

—Sería una idiotez— bufó Ares

Charles hizo una mueca ante eso, como cambiaban las cosas cuando el motivo era la "sobrevivencia" de los dioses, ahí la legión ya no importaba mucho.
Desde ayer luego de que despertó en el Palacio de Poseidón y recordara todo lo que le había dicho a Sally estaba con la incertidumbre de si había hecho lo correcto al decirle o no, aunque en realidad se había sentido un poco mejor al hacerlo, pero no creía que Sally mereciera esa carga.

Ya lo descubrirás. Tú también me servirás.

Lo dudo —dijo Percy.

Percy solo le sonrió de una manera muy inocente a su mamá

—Esto nos prueba una vez más lo que Percy había dicho "contra toda autoridad, excepto mi mamá"— señaló Leo

—Estoy de acuerdo— dijo Percy riendo

Sally le sonrió

—Bueno, yo tampoco me metería con su mamá — murmuró Rachel

Reyna asintió de acuerdo

—Yo también estoy de acuerdo con la frase que dijo Leo — susurró Zoé a su hermano. Él asintió de acuerdo

De nuevo Frank esperó a que el dios lo fulminara, pero Marte se limitó a sonreír como si fueran dos viejos amigos diciendo tonterías.

Ares y Percy miraron a Frank como si se hubiera vuelto loco y luego se volvieron a lanzar miradas asesinas

¡Ordeno una búsqueda! —anunció el dios—. Iréis al norte a buscar a Tánatos en la tierra que está más allá del alcance de los dioses.

—Perfecto— masculló Hades mirando a Hazel

—Eso no suena para nada bien— dijo Katie

—Y se pone peor— suspiró Hazel

—Y que lo digas— suspiró Frank

Lo liberaréis y desbarataréis los planes de los gigantes. ¡Cuidado con Gaia! ¡Cuidado con su hijo, el gigante mayor!

Al lado de Frank, Hazel emitió un sonido estridente.

Hazel hizo una mueca. Frank la tomó de la mano

¿La tierra que está más allá del alcance de los dioses?

Marte se la quedó mirando, apretando más fuerte su M16.

Eso es, Hazel Levesque. Ya sabes a lo que me refiero. ¡Todos recordáis la tierra donde la legión perdió su honor!

—Tienes muy claro cómo motivarlos— dijo Hermes

—Espero que sí se motiven— bufó Ares

—¿Cómo no iban a hacerlo?— preguntó Hermes con sarcasmo

Tal vez si la búsqueda tiene éxito y volvéis para la fiesta de Fortuna... tal vez entonces recuperaréis vuestro honor. Si no tenéis éxito, no quedará campamento al que volver.

Los Legados hicieron una mueca

Roma será aplastada, y su legado se perderá para siempre. Así que mi consejo es: « No fracaséis» .

—El mejor consejo del mundo— dijo Percy

Ares le lanzó una mirada asesina

Octavio consiguió inclinarse todavía más.

Esto..., señor Marte, una cosita de nada. ¡Una búsqueda requiere una profecía, un poema místico que nos guíe!

—Pero si el mensaje lo llevó un dios ¿No sería suficiente?— preguntó Bianca

—Por supuesto que debería ser suficiente— masculló Ares

Antes las obteníamos de los libros sibilinos, pero ahora es el augur el que tiene que averiguar la voluntad de los dioses. Así que si pudiera conseguir unos setenta animales de peluche y, si es posible, un cuchillo...

—Ridículo— bufó Clarisse

—Típico de la línea de Apolo— masculló Ares

—Cuida lo que dices— bufó Apolo rodando los ojos

Will y Bianca miraron a Ares con palpable indignación

¿Eres tú el augur? —lo interrumpió el dios.

S... sí, mi señor.

Marte sacó un pergamino de su cinturón.

¿Alguien tiene un bolígrafo?

Los legionarios se lo quedaron mirando.

—Se les olvidó que es un bolígrafo— comentó Hermes

—Era un pedido demasiado común para todo lo que había pasado— dijo Hazel

—Ni siquiera los mortales llevamos bolígrafos cuando se necesita— comentó Rachel

Marte suspiró.

¿Doscientos romanos y nadie tiene un bolígrafo? ¡Da igual!

—Deberíamos, por si se nos ofrece firmar algo mientras peleamos— comentó Leo

—O si queremos dar un autógrafo— dijo Connor

—Viéndolo de esa manera es necesario cargar con un bolígrafo— asintió Miranda

Se echó el M16 al hombro y extrajo una granada de mano. Muchos romanos gritaron. Entonces la granada se transformó en un bolígrafo, y Marte empezó a escribir.

—Eso es genial— dijo Travis

—Fue bastante impresionante— dijo Frank

—No nos imaginábamos que sí pudiera ser un bolígrafo— dijo Hazel

Frank miró con los ojos muy abiertos a Percy. El chico esbozó mudamente con la boca las palabras: « ¿Puede adoptar tu espada forma de granada?» .

Percy esbozó la respuesta: « No. Cállate» .

—Gracias por recordármelo— dijo Percy

—Lo siento— dijo Frank con una sonrisa

—La verdad es que agradecemos que no se pueda convertir en granada— señaló Connor

—Lo agradecemos muchísimo— asintió Travis

¡Toma! —Marte terminó de escribir y lanzó el pergamino a Octavio—. Una profecía. Puedes incluirla en tus libros, grabarla en el suelo, lo que te dé la gana.

—Ponerle un mural— dijo Frank

—Hacerte un tatuaje de ella— comentó Percy encogiéndose de hombros

—Claro, eso sonaría genial— dijo Leo

Octavio leyó el pergamino.

Dice: « Id a Alaska. Buscad a Tánatos y liberadlo. Volved para el anochecer del veinticuatro de junio o moriréis» .

—Wow, si sigues así me vas a quitar el puesto del dios de las profecías— señaló Apolo con sarcasmo

—Es la mejor profecía que he escuchado en mi vida— dijo Hermes

—Aunque en realidad, casi estaba mejor esa profecía que la otra que nos dieron— susurró Percy a su novia

—Te creo— susurró Annabeth

Sí —dijo Marte—. ¿No está claro?

Bueno, mi señor... normalmente las profecías no están claras. Están escritas en clave. La rima y...

Marte sacó despreocupadamente otra granada de su cinturón.

—Así ya quedó clara— dijo Travis riendo

—No es necesario hacer ningún cambio— dijo Connor

—Más les valía— masculló Ares

¿Sí?

¡La profecía está clara! —anunció Octavio—. ¡Una búsqueda!

Buena respuesta

—Excelente respuesta— dijo Apolo

—Era la única respuesta que les convenía— dijo Ares

Marte se dio unos golpecitos en el mentón con la granada—. A ver, ¿qué más? Había otra cosa... Ah, sí.

Se volvió hacia Frank.

—Ah sí, otro detallito— bromeó Leo —por eso era mi idea de las agendas

Frank suspiró

Ven aquí, chico.

No, pensó Frank. Notó que el palo quemado del bolsillo de su chaqueta aumentaba de peso. Las rodillas le flaquearon. Una sensación de temor se apoderó de él,

—Te comprendemos— dijo Connor —Clarisse da la misma sensación

—Y ni aún así puedes mantener la boca cerrada— masculló Clarisse

—Pero es que si me callo esto sería muy aburrido— señaló Connor

—Demuéstralo— dijo Clarisse

peor que el día que el oficial del ejército había acudido a la puerta de su casa.

Sabía lo que venía a continuación, pero no podía impedirlo. Avanzó en contra de su voluntad.

—Típico —murmuró Percy

Frank hizo una mueca

Marte sonrió.

Has hecho un buen trabajo conquistando el muro, chico. ¿Quién es el árbitro del juego?

Reyna levantó la mano.

—Y ahí Reyna deseó no haber sido el árbitro— dijo Rachel

—Sí, casi lo desee— dijo Reyna

—Nos podemos dar cuenta— asintió Rachel

¿Has visto el juego, árbitro? —preguntó Marte—. Mi chico ha sido el primero en trepar el muro y ha dado la victoria a su equipo. A menos que estés ciega, ha sido el jugador más destacado de la partida. No estás ciega, ¿verdad?

—Espero que no lo estés— dijo Ares

Reyna hizo una mueca

—Te van a poner en una posición incómoda— señaló Rachel

—Y que lo digas— masculló Reyna

Parecía que Reyna estuviera intentando tragarse un ratón.

No, señor Marte.

Entonces asegúrate de que recibe la corona mural —ordenó Marte—.

—Genial— dijo Travis

Ares le dio una sonrisa complacida

—Así se hace Frank— dijo Katie con una sonrisa

—Felicidades— dijo Chris

—Gracias— murmuró Frank

¡Este es mi chico! —gritó para que lo oyera toda la legión.

Frank deseó que la tierra se lo tragara.

—Comprensible— dijo Apolo —ya que yo no te estoy reconociendo

—Por favor, eso sería lo peor que le podría pasar— bufó Ares

—Llevan todo el capítulo peleando, ya callense— masculló Artemisa

—Todo es culpa de Ares— dijo Apolo

—Es culpa del idiota de Apolo— gruñó Ares

El hijo de Emily Zhang —continuó Marte—. Ella fue una buena soldado. Y una buena mujer. Frank ha demostrado su valor esta noche. Feliz cumpleaños con retraso, chico.

—Más vale tarde que nunca— señaló Connor

—Al menos se acordó, tarde pero se acordó— murmuró Leo

—Se están volviendo demasiado irreverentes— masculló Zeus

Ya es hora de que tengas un arma de un hombre de verdad.

Lanzó su M16 a Frank.

—Eso suena genial— dijo Connor

—¿Cómo que el arma de un hombre de verdad?— preguntó Apolo con indignación —¿Entonces que es el arco?

—No quieres que te responda eso— dijo Ares con una sonrisa cruel

—Eres un verdadero imbécil— bufó Apolo —no podrías usar el arco ni porque dependiera tu vida de él

—Y estos son peores que los críos— bufó Hera

Por un instante Frank pensó que acabaría aplastado bajo el peso del enorme rifle de asalto, pero el arma se transformó en el aire y se volvió más pequeña y más fina. Cuando Frank la cogió, era una lanza.

—Las lanzas están cool— dijo Travis

—Sí, cuando no te apuntan con ellas— murmuró Jason recordando todas las veces que le habían apuntado con una de esas, habían sido muchas

Tenía un astil de oro imperial y una extraña punta parecida a un hueso blanco que parpadeaba con luz espectral.

La punta es un diente de dragón —explicó Marte—.

—Suena bastante genial— dijo Thalia

—Por supuesto que es genial— dijo Ares

—Sí lo hace— asintió Clarisse

Aún no has aprendido a desarrollar las aptitudes de tu madre, ¿verdad? Bueno... esa lanza te dará un respiro hasta que aprendas. Solo puedes atacar tres veces con ella, así que úsala sabiamente.

Frank, Hazel y Percy se miraron, no podían negar que la lanza había sido de ayuda

Frank no lo entendía, pero Marte se comportaba como si el asunto estuviera zanjado.

Mi chico, Frank Zhang, va a dirigir la misión para liberar a Tánatos, a menos que haya alguna objeción.

—Sí claro, seguramente va a haber objeciones— señaló Hermes con sarcasmo

—Nos podemos imaginar cuantas objeciones va a haber— dijo Travis

Por supuesto, nadie pronunció palabra, pero muchos campistas miraron a Frank con envidia, celos, ira y amargura.

—Pero aún así nadie dijo nada— comentó Katie

—Mejor para mí, los romanos me caen bien— dijo Ares

—No quiero saber que hubiera pasado si se hubiera aparecido con nosotros— susurró Connor

Puedes llevar a dos compañeros —dijo Marte—. Esas son las normas. Uno de ellos tiene que ser ese chico.

Señaló a Percy.

—Por supuesto que sí— suspiró Poseidón

—No podías esperar que no lo fuera— dijo Hermes

—Sobretodo cuando el título se trata de él— señaló Artemisa

—Me sigue sin gustar el título— dijo Percy

En el viaje aprenderá a respetar a Marte o morirá en el intento. En cuanto al segundo, me da igual. Elige a quien quieras. Organizad uno de vuestros debates del senado. Eso se os da bien a todos.

—Eso suena bien— dijo Bianca

—Digamos que fue algo bien— dijo Percy encogiéndose de hombros

La imagen del dios parpadeó. Un rayo relampagueó en el cielo.

Esa es mi señal —dijo Marte—. Hasta la próxima, romanos. ¡No me decepcionéis!

El dios estalló en llamas y acto seguido desapareció.

—Fue una salida algo triunfal— dijo Hermes

—Por supuesto que debía serlo— dijo Ares

—Y dice que no le gusta ser dramático— masculló Apolo

Reyna se volvió hacia Frank. Su expresión era en parte de asombro y en parte de náuseas, como si por fin hubiera conseguido tragarse el ratón.

Reyna se sonrojó

—No creo que los ratones deban ir en tu dieta— bromeó Rachel

—Espero que esa sea la única vez— dijo Reyna

Levantó el brazo en un saludo romano.

Ave, Frank Zhang, hijo de Marte.

Toda la legión siguió su ejemplo, pero Frank ya no deseaba su atención.

—La vas a obtener cuando ya no la quieres— dijo Leo —así es la vida

—Ya lo noté— bufó Frank

Su noche perfecta se había echado a perder. Marte era su padre. El dios de la guerra lo enviaba a Alaska.

—Las vacaciones soñadas— comentó Percy con sarcasmo

—Obvio, fue increíble— dijo Hazel en el mismo tono

—Por supuesto que lo fue— dijo Frank

Frank había recibido algo más que una lanza por su cumpleaños. Había recibido una sentencia de muerte.

Ares rodó los ojos

—Que dramático, me encanta— dijo Apolo

—Fin del capítulo— anunció Tyson

—Ay, sigue un capítulo mío— se quejó Percy

—Ya nos habíamos dado cuenta— dijo Piper riendo

—Nadie debería leer mis capítulos— dijo Percy con tono quejumbroso

—Pero aún así lo vamos a hacer— comentó Apolo —¿A quién le toca?