XXIII

Frank

Jason se quedó inmóvil por la sorpresa y volteó a ver a Piper con una expresión aterrorizada, Piper estaba igual de impresionada que él, así que Jason hizo lo único que podía haber hecho en ese momento, abrazó de vuelta a Helena.

—Está bien— murmuró Jason torpemente sin saber muy bien que hacer o qué decir o qué estaba pasando

—Bueno— interrumpió Afrodita mirando a la niña con curiosidad —creo que entonces todos deberíamos regresar a los palacios, puedes quedarte esta noche con nosotros si quieres— dijo la diosa mirando a Thom, el niño asintió

Los chicos asintieron. Como Helena aún no se apartaba de Jason, decidió que la llevaría de nuevo al palacio de Afrodita así que la tomó de la mano y ya que Thom se iba a quedar en el palacio de Afrodita Piper fue la que decidió llevarlo, aunque no sin cierta incomodidad.

Mientras iban caminando Jason dijo —Puedo ser Rapunzel si aún lo quieres

Helena alzó la mirada mientras se secaba el rastro de lágrimas con su manga —No me gusta Rapuzel

—Pero

—Es que Rapunzel es rubia y no me acordé de otra princesa rubia— argumentó Helena haciendo un puchero

Piper soltó una carcajada, Jason la volteó a ver con una ceja enarcada

—Lo siento— dijo Piper riendo aún —pero también está Cenicienta

—Tampoco me gusta— dijo la niña

—¿La Bella durmiente?— ofreció Thom

—Síii, ella sí— dijo Helena

—Claro, la que pasa dormida la mitad de su cuento— murmuró Piper riendo más

Jason negó con la cabeza y pronto llegaron al palacio de la diosa del amor.

Bianca estaba sola en el palacio esperando a Apolo, ¿Su papá? ¿Will? Ni siquiera sabía como era correcto llamarlo, aún no llegaba probablemente estaba cerca del palacio de Hades.

Como sea, Bianca le preguntaría a Apolo acerca de lo que Zoé le había pedido, solo lo iba a ser porque Zoé era su amiga y obviamente tenía curiosidad por la información no había ninguna otra razón para hacerlo NINGUNA. Apolo llegó como dos minutos después

—¿Puedo hacerte una pregunta?— dijo Bianca

—Acabas de hacerla— señaló Apolo

—Otra— murmuró Bianca

—Hazla— dijo Apolo

—Cuando estábamos leyendo el capítulo sobre… Ya sabes, Reyna haciéndoles una ¿Propuesta? a Percy, Connnor mencionó algo…

—Ya sé hacia donde vas y no te lo voy a decir

—¿Por qué?— se quejó Bianca

—Porque no— dijo Apolo, no iba a decir nada sobre su oráculo

—Por favor— pidió Bianca

—No

—Pero-

—No— volvió a repetir Apolo

—Es solo una pequeña información

—Está bien, hagamos un trato— comentó Apolo —yo te digo lo que pasó si tú me dices por qué se pudo a llorar Helena o mejor aún ¿Qué fue lo que les pasó?

La expresión de Bianca se cerró, pero antes de que pudiera contestar algo Will entró al palacio.

Al día siguiente, cuando todos estuvieron listos para leer, regresaron a la Sala de Trono

—Yo quiero leer— pidió Percy —hace mucho que no leo

—Porque tú no querías leer— señaló Thalia

—Pero ahora sí quiero— dijo Percy tomando el libro —Capítulo XXIII, Frank

Frank echaba de menos su arco.

—Es comprensible— asintió Apolo

—Fue una fea forma de perderlo— asintió Leo

—Y vaya que lo fue— dijo Frank

Quería quedarse en el porche y disparar a las serpientes desde lejos. Unas cuantas flechas explosivas bien colocadas, unos cuantos cráteres en la ladera, y problema resuelto.

—Sonaba a buena idea— dijo Connor

—Lastima que ya no se pudo hacer— dijo Frank con una mueca

—Las lanzas son mucho mejores— bufó Ares

—Por supuesto que no— dijo Apolo —y las flechas explosivas son de mucha utilidad

—No sirven de nada si no tiene arco— señaló Ares

—Eso no…

—Ya paren de pelearse como dos críos— masculló Hera

Por desgracia, un carcaj lleno de flechas no serviría de nada a Frank si no podía dispararlas.

—Pequeño detalle— dijo Leo

—Lanza como si fueran jabalinas— bromeó Travis

—Oye, que buena idea— dijo Katie riendo

—No creo que funcione realmente— dijo Frank

Además, no tenía ni idea de dónde estaban los basiliscos. Habían dejado de escupir fuego en cuanto él había salido.

—Pues tan tontos no son— dijo Chris

—Tan— señaló Rachel

—Nos gustan más cuando son tontos— señaló Katie

—Sí, ya lo notamos— dijo Clarisse dándole una mirada de burla a Travis

Travis la miró ofendido

—Yo no me refería a eso— dijo Katie

—Pero sin duda se podría interpretar como tal— dijo Chris riendo

Bajó del porche y apuntó con su lanza dorada. No le gustaba luchar de cerca. Era demasiado lento y robusto.

Frank hizo una mueca. Ares resopló, el chico había actuado muy bien en los juegos de guerra y ahora… Esperaba que se esforzara más, lo estaba haciendo quedar en vergüenza.

Lo había hecho bien en los juegos de guerra, pero aquello era de verdad. No había águilas gigantes listas para recogerlo y llevarlo al médico si cometía un error.

—Lamentablemente— dijo Percy con una mueca

—Esos pequeños detalles hacen que la experiencia sea mejor— comentó Leo

—Y que toda tu atención esté en no cometer errores— dijo Jason

—Es muy bueno poner atención— comentó Leo

« Puedes ser cualquier cosa.» La voz de su madre resonaba en su mente.

« Genial» , pensó. Quiero ser bueno con la lanza. E inmune al veneno… y al fuego.

—Tampoco seas abusivo— bromeó Travis

—Qué avaricioso— dijo Leo negando con la cabeza

—Lo dice el que sí es inmune al fuego— comentó Percy riendo

—Técnicamente Frank podría serlo si se convierte en algo que lo sea— dijo Piper

—Solo necesitamos encontrar que es inmune al fuego y veneno— dijo Leo

—Una tarea súper sencilla— dijo Percy

Algo le dijo que su deseo no había sido concedido. Se sentía igual de incómodo con la lanza en las manos.

—Era demasiado pedir— murmuró Frank

—Mejor no compruebes ese deseo— dijo Rachel

—Es mejor no comprobarlo— asintió Hermes

Parcelas de llamas seguían ardiendo en la ladera. El humo acre le quemaba en la nariz. La hierba marchita crujía bajo sus pies.

—Para darle más ambiente— dijo Leo

—Creo que no lo necesitaba— dijo Frank

—Pero siempre es bueno tener más ambiente— señaló Leo

—El ambiente es muy importante— asintió Piper

—Es algo que nunca puede faltar— dijo Percy

Recordó las historias que su madre solía contarle: generaciones de héroes que habían luchado contra Hércules y contra dragones, y que habían navegado por mares plagados de monstruos.

—La historia de tu familia suena realmente genial— señaló Connor

—Si sigues así, tú también vas a irte a dormir al comedor— advirtió Travis

—Pero es la verdad— argumentó Connor

—Pero todos escuchamos como le dijiste que te adoptara— comentó Hermes

—Todos lo escuchamos— asintieron Chris y Luke

—pero sigue siendo verdad— murmuró Connor

—Gracias— dijo Frank

Frank no entendía cómo él podía venir de un linaje así, ni cómo su familia había emigrado de Grecia a través del Imperio romano hasta China, pero unas inquietantes ideas estaban empezando a cobrar forma en su mente.

—Cuéntanos tus ideas— dijo Leo

—No nos las va a contar— comentó Percy recorriendo el libro con la mirada

—No eran muy buenas esas ideas— dijo Frank

—Pero aún así debes contarlas— dijo Leo

—Además las mejores ideas son las que no son muy buenas— señaló Percy

—Claro que sí, eso tiene mucho sentido— asintió Leo

Por primera vez, empezó a preguntarse por el príncipe de Pilos y la deshonra de su bisabuelo Shen Lun en el Campamento Júpiter, y cuáles podían ser los poderes de su familia. « El don nunca ha mantenido a salvo a nuestra familia» , le había avisado su abuela.

Sammy hizo una mueca

—Sonaba muy motivante— suspiró Frank

—Y vaya que sí— dijo Katie

—La verdad cada vez sonaba mejor lo de quedarse con Iris— comentó Miranda

—Aunque el nombre del "empleo" esté impronunciable— asintió Connor

—Casi sonaba a mejor idea— dijo Frank

Una idea muy tranquilizadora, considerando que Frank estaba persiguiendo a unas serpientes venenosas que escupían fuego.

—Casualmente— dijo Piper

—Es el mejor momento para dar ideas tranquilizadoras— dijo Thalia

—Claramente— asintió Percy

—Supuse eso— dijo Frank

No se oía nada en la noche, exceptuando el crepitar de los fuegos de los arbustos. Cada vez que una brisa hacía susurrar la hierba, Frank pensaba en los espíritus de los cereales que habían capturado a Hazel.

—Sí, es un poco difícil de superar el hecho de que los cereales sean malos— dijo Travis solemnemente

—Los cereales no son malos— bufó Deméter

—A mí me parecieron bastante malos— comentó Apolo

—Es un poco difícil de superar ese engaño— dijo Zoé

—Es algo que jamás vamos a superar— dijo Leo

—Nadie nos había preparado para ello— comentó Percy

—Es algo que no puedes esperar que pase— dijo Connor

—Los niños sí lo esperaban— dijo Chris señalando a los mellizos —¿No escuchaste el grito de felicidad cuando lo descubrieron?

Los mellizos sonrieron

—Solo las personas inteligentes esperan algo así— dijo Travis

—Muchas gracias— murmuraron todos los demás

—Dejen de decir que los cereales son malos— masculló Deméter dándoles a todos una mirada asesina

Con un poco de suerte, se habían ido hacia el sur con el gigante Polibotes. En ese momento Frank no necesitaba más problemas.

—Ya eran suficientes— asintió Rachel

—Por una vez— dijo Leo

—Es lo mejor que íbamos a obtener— dijo Percy

Avanzó sigilosamente colina abajo mientras los ojos le picaban del humo. Entonces, a unos seis metros más adelante, vio un estallido de llamas.

—Uy, ya los encontraste— dijo Connor

—O ellos lo encontraron— señaló Leo

—Eso sonó bastante tétrico— dijo Katie

—Pero todo es posible— dijo Leo encogiéndose de hombros

Consideró lanzar la lanza. Una idea ridícula. Entonces se quedaría sin arma. En lugar de ello, avanzó hacia el fuego. Ojalá hubiera tenido los frascos de sangre de gorgona, pero se habían quedado en el bote.

—Todo pasa por algo— comentó Apolo —...y no, no por idiota

Bianca abrió y cerró la boca —¿Cómo sabías que iba a decir eso?

—Porque soy el dios de la profecía— dijo Apolo

—Porque Nico nos dijo lo mismo en uno de los libros— señaló Thalia

—Eso no se tenía que decir— masculló Apolo

—Qué mal ejemplo eres renacuajo— bromeó Thalia

Bianca y Nico se sonrojaron, Will le dio a su novio una mirada divertida

Se preguntaba si la sangre de gorgona podría curar el veneno de basilisco…

—Técnicamente— asintió Apolo

—Aunque el veneno de basilisco actúa demasiado rápido— dijo Artemisa

Pero aunque hubiera tenido los frascos y hubiera conseguido elegir el adecuado, dudaba que le hubiera dado tiempo a tomárselo antes de convertirse en polvo como su arco.

—Eso podría ser un problema— dijo Leo

—Sí y un problema de los graves— asintió Percy

—Claro, y como nos gustan esos problemas— señaló Leo

—Son los mejores— coincidió Percy

Apareció en un claro de hierba quemada y se encontró cara a cara con un basilisco. La serpiente levantó la cola. Siseó y extendió el collar de púas blancas que le rodeaba el pescuezo. « Pequeña corona» , recordó Frank. Era lo que significaba basilisco.

—Lo que era genial de recordar justo en ese momento— comentó Will

—Sí, porque extiende su collar de púas— dijo Miranda

—Obviamente— asintió Rachel

Él pensaba que los basiliscos eran enormes monstruos parecidos a dragones que podían petrificarte con la mirada.

—Has visto muchas películas— dijo Apolo

—Me gustaban más los basiliscos de las películas— comentó Frank

—No sé, eso de que te petrifiquen no suena tan genial— comentó Percy

Grover y Annabeth lo miraron

Sin embargo, de algún modo, el basilisco real era todavía más terrible. A pesar de su pequeño tamaño, aquella diminuta combinación de fuego, veneno y maldad sería mucho más difícil de matar que un lagarto grande y voluminoso.

—Las cosas chiquitas son las más peligrosas— asintió Miranda

—Como Nico— dijeron Thalia

—Como Leo— bromeó Piper al mismo tiempo

—Eres una grosera reina de belleza— dijo Leo

—Ya callate, cara de pino— bufó Nico

—Yo no me refería a eso— dijo Miranda

Frank había visto la rapidez con la que podían moverse. El monstruo clavó sus ojos de color amarillo claro en Frank.

¿Por qué no le atacaba?

—¿Quieres que te ataque?— preguntó Leo

—No, pero era raro que no atacara— comentó Frank

La lanza dorada de Frank tenía un tacto frío y pesado. La punta de diente de dragón se inclinó hacia el suelo por sí sola, como una varilla de zahorí buscando agua.

Basta.

—Tal vez es porque tiene que estar en el suelo— señaló Clarisse con tono obvio

Frank hizo una mueca.

Sammy la expresión que tenía Clarisse en ese momento le recordaba muchísimo a Silena a veces se preguntaba cómo habían terminado siendo amigos si su padres no se llevaban muy bien que digamos, además la personalidad de Silena era muuy distinta a la de Sammy.

Frank se esforzó por levantar la lanza. Ya tendría bastantes problemas para clavarle la lanza al monstruo sin que el arma se rebelara contra él.

—El arma tiene vida propia— dijo Travis

—O no le caías bien al arma— dijo Connor

—También lo pensé— admitió Frank

—Existen armas muy sentidas— asintió Apolo

Entonces oyó que la hierba susurraba a cada lado. Los otros dos basiliscos entraron reptando en el claro.

Frank había caído de lleno en una emboscada.

—Las cosas chiquitas y peligrosas son horribles— dijo Percy

—Pues depende de a quién se lo preguntas, porque si se lo preguntas a Will...— comenzó Thalia

Percy y Thalia chocaron los cinco

—Y dice que el mal ejemplo eres tú— señaló Will

Nico bufó —Están peor que antes

XXIV

Frank

Frank blandió la lanza a un lado y al otro.

¡Atrás! —Su voz sonaba chillona—. Tengo unos… hum… poderes increíbles… y tal.

—Ojalá así se fueran— dijo Piper

—Eso no pasó— dijo Frank suspirando

—También era demasiado pedir— comentó Piper

Los basiliscos siseaban en una armonía a tres voces. Tal vez estaban riéndose.

—Genial, como si no fueran lo suficientemente raros— dijo Leo

—Que falta de respeto— dijo Connor negando con la cabeza

—Nadie les ha enseñado modales a esas cosas— señaló Percy

—Nadie se atrevería a acercarse tanto para hacerlo— comentó Leo

La punta de la lanza pesaba ya tanto que era casi imposible de levantar, como si el triángulo de hueso blanco dentado tratara de tocar la tierra. Entonces a Frank se le encendió una bombilla: Marte había dicho que la punta era un diente de dragón.

—Entonces mejor sí metelo a la tierra— señaló Apolo

—Una idea lógica— bufó Ares

—Tú nunca tienes ideas lógicas, no sé de qué te quejas— dijo Apolo

—Van de nuevo— masculló Dionisio

¿No había una historia sobre unos dientes de dragón sembrados en la tierra, algo que había leído en clase de monstruos en el campamento…?

—¿Ven? Por eso deben poner atención en clases— señaló Travis

—Es muy importante— asintió Leo

Los basiliscos lo iban rodeando pausadamente. Tal vez vacilaban a causa de la lanza. Tal vez simplemente les costaba creer lo tonto que era Frank.

—No eres un tonto— dijo Hazel firmemente

—Gracias— murmuró Frank sonrojado

Parecía una locura, pero Frank dejó que la punta de la lanza cayera. La clavó en el suelo. « Crac.»

Cuando la levantó, la punta había desaparecido: se había partido en la tierra. Estupendo. Ahora tenía un palo dorado.

—Bueno, puede servir como arma— dijo Chris

—Mueve el palo dorado como si fuera un bate de béisbol— comentó Hermes

—La lanza va a funcionar— masculló Ares

—Por si no lo hace— señaló Hermes

La parte más temeraria de su persona quería sacar su trozo de leña. Si iba a morir de todas formas, tal vez pudiera provocar una enorme llamarada e incinerar a los basiliscos para que al menos sus amigos pudieran escapar.

—De acuerdo, todavía no usemos las ideas extremas— dijo Rachel

—Las ideas extremas se utilizan hasta después— comentó Leo

Piper le aventó un cojín

—Las ideas extremas son geniales— asintió Percy

Antes de que pudiera armarse de valor, el suelo retumbó a sus pies. Salió tierra por todas partes, y una mano esquelética arañó el aire. Los basiliscos sisearon y retrocedieron.

—Yo también habría hecho lo mismo— asintió Katie

—También yo— asintió Travis

—Todos— dijo Miranda

—Nico no— dijo Thalia

—¿Qué demonios sucede contigo hoy?— gruñó Nico

—Solo estoy señalando un hecho— dijo Thalia

Frank los comprendía perfectamente. Observó horrorizado como un esqueleto humano salía arrastrándose del suelo. Se cubrió de carne como si alguien le estuviera echando gelatina sobre los huesos y tapándolos con una piel brillante y transparente.

Muchos de los chicos miraron del libro a Frank con incredulidad

—¿Eso es por la lanza?— preguntó Bianca

—Sí— suspiró Frank

Ares se mostró satisfecho

Luego una ropa fantasmal lo envolvió: una camiseta de tirantes, unos pantalones de camuflaje y unas botas militares. Todo era gris en la criatura: ropa gris sobre carne gris cubriendo huesos grises.

—Si yo fuera un basilisco también temeria— dijo Connor

—Aunque no fuera un basilisco, si estuviera ahí también temeria— señaló Katie

—Definitivamente— asintió Rachel

—Casi siento pena por los basiliscos— dijo Piper

Se volvió hacia Frank. Su cráneo sonrió bajo un inexpresivo rostro gris. Frank gimoteó como un cachorrillo. Las piernas le temblaban tanto que tuvo que apoyarse con el astil de la lanza.

Ares rodó los ojos ¿Qué demonios pasaba con ese chico?

Frank advirtió que el guerrero esqueleto estaba esperando… esperando órdenes.

¡Mata a los basiliscos! —gritó—. ¡No a mí!

—No debes tardar tanto en darle órdenes— bufó Ares

—Es la primera vez que la usa— señaló Poseidón

—Eso no quiere decir que el guerrero se vaya a quedar esperando como si nada— dijo Ares

El guerrero esquelético entró en acción. Agarró a la serpiente más cercana, y aunque su piel gris empezó a echar humo al entrar en contacto con el monstruo, estranguló al basilisco con una mano y lanzó su cuerpo sin vida.

—Sí, definitivamente temería por mi vida— dijo Connor

—Y por mi salud mental— dijo Travis

—Bueno, es un poco tarde para ello— dijo Chris

Travis le dio una mirada indignada

Los otros dos basiliscos sisearon airadamente. Uno se abalanzó sobre Frank, pero lo apartó de un golpe con el extremo de la lanza.

—Esperemos que la lanza no se deshaga— dijo Piper

—No es tan débil como un arco— señaló Ares

—Apolo, ya no contestes— bufó Artemisa

—¿Por qué no?— preguntó Apolo

—¿Hasta cuándo van a seguir con esto?— preguntó Atenea con irritación

—Hasta que Ares deje de ser un imbécil— señaló Apolo

La otra serpiente escupió fuego directamente a la cara del esqueleto. El guerrero avanzó resueltamente y pisó la cabeza del basilisco con la bota.

—Qué asco— chilló Katie

—Definitivamente no fue algo que quieras ver todos los días— dijo Frank

Frank se volvió hacia el último basilisco, que estaba enroscado en el linde del claro observándolos. El astil de la lanza de oro imperial estaba echando humo, pero a diferencia de su arco, no pareció deshacerse al contacto con el basilisco.

—Por eso son mejores las lanzas que los arcos— señaló Ares con suficiencia

—Repítelo hasta que te lo creas— dijo Apolo rodando los ojos

—¿Y si los amordazamos a los dos?— preguntó Hermes

El pie y la mano derechos del guerrero esqueleto estaban disolviéndose lentamente a causa del veneno. Tenía la cabeza en llamas, pero por lo demás parecía en perfecto estado.

—Sobretodo si tenemos en cuenta que es un guerrero esqueleto— murmuró Leo

—Un perfecto estado para un guerrero esqueleto— señaló Percy

—Deben ser un estándar muy bajo— dijo Leo

—Pero resistente— asintió Percy

El basilisco hizo algo inteligente. Se giró para huir. En un abrir y cerrar de ojos, el esqueleto sacó algo de su camiseta, lo lanzó a través del claro y empaló al basilisco en la tierra. Frank pensó que se trataba de un cuchillo, pero se dio cuenta de que era una de las costillas del esqueleto.

—Suena encantador— dijo Miranda

—Realmente un amigo que todos quisiéramos tener— dijo Rachel

—Por supuesto que sí— dijo Piper

—Nos encantó— asintió Percy

Frank se alegró de tener el estómago vacío.

Qué… qué asco.

—Creo que no debimos comer tanto en el desayuno— señaló Percy

—No nos advirtieron sobre esto— dijo Leo

Muchos de los semidioses tenían plasmada una mueca de asco

El esqueleto se acercó al basilisco dando traspiés. Extrajo su costilla y la usó para cortar la cabeza de la criatura. El basilisco se deshizo en cenizas. A continuación, el esqueleto decapitó los cuerpos de los otros dos monstruos y dio una patada a las cenizas para esparcirlas.

—Al menos ya no hay basiliscos— dijo Rachel

—La buena noticia— dijo Frank

—La mejor noticia de todo el mundo— dijo Percy

—Por supuesto que lo fue— comentó Hazel

Frank recordó la forma en que el río Tíber había separado los restos de las dos gorgonas para impedir que volvieran a formarse.

Te estás asegurando de que no vuelvan —advirtió Frank—. O retrasándolos, como mínimo.

—Eso es muy bueno— asintió Leo

—Algo bueno tenía que salir de todo eso— dijo Frank

—Exacto, siempre hay que ver el lado positivo— dijo Percy recibiendo miradas irónicas

El guerrero esqueleto se puso firme delante de Frank. Su pie y su mano envenenados habían desaparecido casi del todo. Su cabeza seguía ardiendo.

—Una gran imagen mental— dijo Travis

—Fue bastante raro— dijo Frank

—Suena bastante raro— coincidió Katie

¿Qué… qué eres? —preguntó Frank.

Tenía ganas de añadir: « Por favor, no me hagas daño» .

Ares suspiró con irritación

El esqueleto le saludó con el muñón de la mano. A continuación, empezó a desmoronarse hundiéndose en el suelo.

¡Espera! —dijo Frank—. ¡Ni siquiera sé cómo llamarte! ¿Hombre de diente? ¿Huesitos?

—Ese nombre es genial— dijo Connor

—Y volvemos a que las peores cosas tienen los nombres más adorables— comentó Leo

—Cada día comprobamos más eso— asintió Piper

¿Gris?

Mientras su rostro desaparecía bajo la tierra, el guerrero pareció sonreír al oír el último nombre… o tal vez solo estaba enseñando los dientes.

—Gris le queda mejor que huesitos— dijo Katie

—A mí me gustaba más "huesitos"— dijo Percy

—Huesitos sonaba increíble— comentó Leo

Acto seguido desapareció, dejando a Frank solo con su lanza sin punta.

Gris —murmuró—. Vale… pero…

Examinó la punta de su lanza. Un nuevo diente de dragón estaba empezando a salir del astil dorado.

—Bueno, eso es genial— dijo Chris

—Sí, dijo que la lanza se podía utilizar tres veces— señaló Travis —¿Qué no estás poniendo atención?

—Está demasiado ocupado mirando a Clarisse— dijo Connor

—Obviamente— señaló Chris y les dio una mirada de "¿Qué otra cosa iba a hacer?"

Ares gruñó

« Solo puedes atacar tres veces con ella —había dicho Marte—, así que úsala sabiamente.»

Frank oyó pasos detrás de él. Percy y Hazel entraron en el claro corriendo.

—Ya si quieren lleguen mañana— bromeó Leo

—Más vale tarde que nunca— dijo Rachel

—Es que teníamos que equilibrar nuestros chakras antes de salir— señaló Percy

—Obviamente, no podía salir sin los chakras equilibrados— dijo Rachel

—De ninguna manera— dijo Percy

Percy tenía mejor aspecto, pero llevaba una cartera desteñida de la A.V.S.A.I. que desde luego no pegaba nada con su estilo.

—No puede ser— se quejó Percy

Frank y Hazel le dieron miradas divertidas

—Bueno querido, tengo muchas carteras que obviamente te podrían quedar— comentó Afrodita

—Yo creo que no me quedarían— dijo Percy —pero gracias— y se apresuró a seguir leyendo

Tenía en la mano a Contracorriente. Hazel había desenvainado su spatha.

¿Estás bien? —preguntó ella.

Percy se giró en busca de enemigos.

—Un poco tarde— admitió Percy

—Por quedarte a equilibrar los chakras te perdiste de la diversión— dijo Leo negando con la cabeza

Iris nos ha dicho que estabas aquí luchando solo contra los basiliscos y no nos lo podíamos creer.

—No podíamos creer lo suicida que sonó eso— dijo Travis

—También— admitió Percy riendo

—Gracias— dijo Frank

Hemos venido lo más rápido que hemos podido. ¿Qué ha pasado?

No estoy seguro —reconoció Frank.

Hazel se agachó junto a la tierra donde había desaparecido Gris.

Percibo muerte. O mi hermano ha estado aquí o… ¿los basiliscos están muertos?

—Eso no se dice Hazel— dijo Connor negando con la cabeza

Hazel se sonrojó

Frank tragó saliva. Ya se sentía bastante inadaptado sin tener que explicar que tenía un muerto viviente por secuaz.

Nico recordó a su chófer zombie, era raro tener que explicar un secuaz como ese, aunque bueno no era tan raro para él como lo era para Frank

« Solo puedes atacar tres veces.» Frank podía invocar a Gris dos veces más. Sin embargo, percibía cierta malevolencia en el esqueleto. No era ninguna mascota.

—Por supuesto que no— masculló Ares

—Por más que lo quieras llamar "huesitos"— dijo Apolo

Era una despiadada fuerza mortal apenas controlada por el poder de Marte. A Frank le daba la sensación de que haría lo que él dijera, pero si sus amigos estaban por casualidad en la línea de fuego… en fin.

—Una lástima— dijo Leo

—Problema de ellos— comentó Connor

—Para que se atraviesan— dijo Percy encogiéndose de hombros

Y si Frank era un poco lento dando indicaciones, podría empezar a matar a todo lo que se interpusiera en su camino, incluido a su amo.

—Cosa que mejor no comprueben— dijo Rachel

—No nos haría gracia comprobarlo— dijo Percy —tampoco estamos tan locos

—Nooo, para nada— murmuró Leo

Marte le había dicho que la lanza le brindaría un respiro hasta que aprendiera a usar las facultades de su madre, lo que significaba que tenía que aprender esas facultades… rápido.

Muchas gracias, papá —masculló.

—Es mejor que un arco— dijo Ares satisfecho

—Al menos les ayudó —dijo Poseidón —es mejor que nada

¿Qué? —preguntó Hazel—. Frank, ¿estás bien?

Ya te lo explicaré luego —dijo—. Ahora hay un ciego en Portland al que tenemos que ver.

—Un ciego al que tenemos que ver— repitió Leo riéndose

—Fin del capítulo— anunció Percy

—Genial, que bueno que fue tan corto— dijo Frank

—Yo digo que hay que saltarnos los próximos dos capítulos— comentó Percy

—Tú dices eso siempre que te toca a ti— señaló Thalia

—Y nunca los saltamos— masculló Percy

—¿Ahora por qué los quieres saltar?— preguntó Thalia

—Porque suena a buena idea— murmuró Percy, pensó que si iban a ver a Fineas y los próximos capítulos se trataban sobre él… Bueno, esperaba estar equivocado —no nos los vamos a saltar ¿Verdad?

—Eres adivino— dijo Thalia con burla

—Está bien— suspiró Percy —¿A quien le paso el libro?