—Leamos uno más y descansamos— dijo Atenea —¿Quién quiere leer?

—Yo voy a leer— dijo Calipso, Afrodita le pasó el libro —capítulo XVII, Leo

Leo solo esperaba que ese capítulo no fuera tan… Intenso, como el anterior que hablaba de él.

Leo estaba flipando.

La expresión de las caras de todos cuando el dragón aterrizó en el campamento fue para morirse de risa.

—Gracias— dijo Katie

—Cobramos 150 dracmas por reírse de nuestras expresiones— dijo Travis

—Así que nos debes 300 por reírte de Travis y de mí— dijo Connor —¿Te parece justo el precio?

—En realidad me parece bastante caro— comentó Leo

—Una lástima, porque no te preguntaba a ti, le preguntaba a Zoé— respondió Connor riendo

—Eso me ofende— dijo Leo

—Me parece un precio razonable— asintió Zoé

—Y eso me ofende muchísimo más— dijo Leo de brazos cruzados

—Cómo sea— dijo Travis —aceptamos efectivo y cheques

Creía que a sus compañeros de cabaña les iba a dar un síncope.

Festo también había estado increíble.

—Sí, hizo una entrada fabulosa— asintió Piper

—Por supuesto, la estuvimos ensayando durante toda la noche— bromeó Leo

—Les quedó increíble, lo sé y no estuve ahí— dijo Percy

No había chamuscado ninguna cabaña ni se había comido a ningún sátiro, aunque perdió un poco de aceite por la oreja. Vale, mucho aceite.

—Pero eran detalles mínimos— dijo Leo con un encogimiento de hombros

—Qué importa un poquito de aceite— asintió Piper

—Un chorrito menos o más, no hay problema— dijo Percy

—Ninguno— dijo Leo con un gesto para quitarle importancia

Leo ya lo arreglaría más adelante.

Leo no había aprovechado la oportunidad de explicar lo del búnker 9 ni lo del diseño del barco volador.

—Nos dimos cuenta— comentó Travis

—Aunque no lo creas, somos muy observadores— dijo Connor

—Por supuesto que lo son— dijo Chris

—Si no lo fueran no cometerían tantos robos— señaló Katie

—Gracias Kat— dijo Travis con una sonrisa

Necesitaba tiempo para pensarlo. Podía contárselo a todos cuando volvieran.

Si volvían, pensaba una parte de él. No, volvería.

—Esa es la actitud— dijo Apolo guiñando un ojo

—Yo siempre estoy con toda la actitud— dijo Leo —excepto cuando me traicionan y hacen que me cobren 300 dracmas

—Eso fue grosero— asintió Esperanza

Leo asintió de acuerdo, Zoé se sonrojó

—A mí me parece algo muy razonable— dijo Connor

—Además no están cobrando por todos los campistas— señaló Zoé

—Su punto es perfectamente razonable— dijo Percy

—Eso es alta traición— dijo Leo cruzado de brazos

Había conseguido un cinturón portaherramientas chulísimo en el búnker, junto con un montón de provisiones estupendas que en ese momento llevaba bien guardadas en su mochila.

—Qué previsor— bromeó Connor

—Por supuesto— dijo Leo —nunca sabes que puedas necesitar

—Sobretodo porque en ese bosque encontró de todo— señaló Miranda

—Es un increíble bosque— asintió Katie

Además, contaba con un dragón que escupía fuego y que solo perdía un poco de aceite. ¿Qué podía salir mal?

—Esa es la pregunta que jamás se debe hacer— dijo Percy

—Lo siento, no sabía que no debía hacerse— dijo Leo encogiéndose de hombros

—Pues ahora lo sabes— dijo Percy

« Bueno, el disco de control podría averiarse —propuso su lado negativo—. Y Festo podría comerte» .

—Y eso sería malo—- dijo Piper

—Muy malo, porque no soy nutritivo para él— dijo Leo

—Obviamente por eso— rió Piper

Vale, el dragón no estaba tan bien reparado como Leo había informado.

—Otro pequeño detalle— dijo Leo para quitarle importancia

—Genial, eso suena a un viaje súper divertido— dijo Miranda

—Fue súper divertido— asintió Leo —bueno, casi

—Muy divertido— comentó Piper con sarcasmo

Jason asintió de acuerdo

Había trabajado toda la noche colocándole las alas, pero no había encontrado un cerebro de dragón de sobra en el búnker por ninguna parte. ¡Eh, tenían el tiempo contado! Tres días hasta el solsticio.

—Está bien, ese es un excelente punto— dijo Percy

—Por supuesto— dijo Leo —no se podía hacer mucho

—Está bien quedas perdonado— comentó Percy

—Gracias, usted es muy amable— dijo Leo

Percy y Leo chocaron los cinco

Debían ponerse en marcha. Además, Leo había limpiado muy bien el disco. La mayoría de los circuitos seguían en buen estado. Tendría que aguantar.

—Tenía que hacerlo— murmuró Leo

—Lo hizo muy bien— dijo Piper con una sonrisa

—Estuvo increíble— asintió Leo

Su lado negativo empezó a pensar: « Sí, pero ¿y si…?» .

Cállate —dijo en voz alta.

¿Qué? —preguntó Piper.

—Lo siento reina de belleza, era un conversación privada— dijo Leo

—Tú fuiste el que habló en voz alta— dijo Piper

—Aún así— dijo Leo

Nada —contestó—. Ha sido una noche muy larga. Creo que estoy teniendo alucinaciones. No pasa nada.

—Eso suena extremadamente seguro— dijo Connor

—Suena como el viaje aéreo que todos quisiéramos tener— dijo Travis

—Yo no lo quiero tener— comentó Percy

—Estoy de acuerdo con el sesos de alga— dijo Thalia

—Ves que no es tan difícil, cara de pino— señaló Percy

Thalia rodó los ojos

Al ir sentado delante, Leo no podía ver las caras de sus amigos, pero por su silencio se figuraba que no les entusiasmaba tener a un piloto que no había dormido y tenía alucinaciones.

—Pero con un increíble dragón— señaló Percy

—No me sorprende que Zoé tenga tan ordenadas sus prioridades, si tú las tienes igual— señaló Travis

—Gracias— dijeron Percy y Zoé al mismo tiempo, luego se sonrieron

Solo bromeaba —decidió que sería buena idea cambiar de tema—.Entonces, ¿cuál es el plan, colega? ¿Has dicho algo de beber los vientos, o tomar viento fresco, o algo parecido?

—Claro, exactamente eso es lo que dijo— asintió Travis

—Sí, lo suponía— comentó Leo —solo era para reafirmar

—Me parece muy bien— dijo Travis

Mientras sobrevolaban Nueva Inglaterra, Jason expuso el plan de acción: primero, encontrar a un tío llamado Bóreas e interrogarlo para sacarle información…

—Eso suena tan fácil de hacer— comentó Miranda con sarcasmo

—Creo que de hecho sí fue lo más fácil— murmuró Piper

—Si lo comparas con todo lo demás, sí fue lo más fácil— asintió Jason

¿Se llama Bóreas? —no pudo evitar preguntar Leo—. ¿De dónde es, de Bora Bora?

—Eso tendría sentido— dijo Percy

—¿Verdad que lo tendría?— preguntó Leo —es lo que yo siempre he dicho

—Es que por supuesto que tienes toda la razón— argumentó Percy

—Me alegra saber que alguien lo entiende— dijo Leo

Segundo, continuó Jason, tenían que encontrar a los venti que les habían atacado en el Gran Cañón…

—Eso no me entusiasmaba mucho— dijo Piper

—A mí tampoco, fueron de lo más horribles— señaló Leo

¿No podemos llamarlos espíritus de la tormenta a secas? —preguntó Leo—. Venti suena a ventosidades pequeñitas.

—¡Es cierto!— dijo Percy —¿Cómo no me había dado cuenta antes?

—No lo sé— dijo Leo —supongo que tienes que prestar más atención

—Lo haré— asintió Percy

Y tercero, concluyó Jason, tenían que averiguar para quién trabajaban los espíritus de la tormenta con el fin de encontrar a Hera y liberarla.

—Todo súper fácil— dijo Leo

—Por supuesto— dijo Piper

—Eran pan comido— murmuró Jason

¿Así que quieres buscar a Dylan, el tío chungo de la tormenta? —dijo Leo —. ¿El tío que me tiró de la plataforma y absorbió al entrenador Hedge en las nubes?

—Exactamente bien contestado— dijo Connor

—¿Me vas a hacer un descuento de las 300 dracmas, por contestar bien?— preguntó Leo

—No, te voy a dar un aplauso— dijo Connor aplaudiendo

—La verdad es que estos niños están peor que nosotros— comentó Apolo —solo quería que lo recordaran

Eso es —dijo Jason—. Bueno…, puede que también haya una loba de por medio, pero creo que es amistosa. No nos comerá…, a menos que mostremos debilidad.

—Muy tranquilizador— dijo Leo

—Lo siento— dijo Jason

Jason les contó el sueño que había tenido, en el que aparecía una gran loba desagradable y una casa incendiada con espirales de piedra que salían de un estanque.

—Lo que obviamente daba más ánimo— dijo Travis

—Obviamente— asintió Piper

Ajá —dijo Leo—. Pero no sabes dónde está ese sitio.

No —reconoció Jason.

También hay gigantes —añadió Piper—. La profecía hablaba de la « venganza de los gigantes» .

—Mi parte favorita— bufó Piper

—-Y la de Jason es lo de "y la muerte se desatará con la ira de Hera"— dijo Leo

—¡Leo!— se quejó Jason —¿Es que jamás lo vas a superar?

—¡Por supuesto que no, chispitas!— dijo Leo —es algo que siempre recordaremos

—Estoy de acuerdo con Leo— asintió Piper

—¿Alguien nos quiere decir de qué hablan?— preguntó Connor

—Nop— respondió Leo

Espera —dijo Leo—. Gigantes… ¿como si hubiera más de uno? ¿Por qué no puede ser un solo gigante que quiere vengarse?

—Porque así no sería divertido— señaló Percy

—Señora Jackson, creo que tendría que ver la definición de "divertido" con Percy— dijo Thalia

—Su definición de "divertido" siempre ha sido un poco rara— dijo Sally con una sonrisa

—¡Mamá!— se quejó Percy

No lo creo —dijo Piper—. Recuerdo que en algunos antiguos mitos griegos aparecía un ejército de gigantes.

—Y sí eran muchos gigantes— dijo Leo —por si tenían la duda

—No la teníamos, pero muchas gracias— bromeó Miranda

Genial —murmuró Leo—. Con la suerte que tenemos, será un ejército. ¿Sabes algo más sobre esos gigantes? ¿No estudiaste un montón de mitos con tu padre para esa película?

—Pero no te dicen mucho— murmuró Piper

—Nada como la experiencia— suspiró Percy

—Claro que sí bro, es lo mejor— dijo Jason

¿Tu padre es actor? —preguntó Jason.

Leo se echó a reír.

Siempre me olvido de tu amnesia. Je, je. Me olvido de tu amnesia. Tiene gracia.

—Sí la tiene— dijo Percy

—Me alegra encontrar a alguien que entienda de buenos chistes— dijo Leo

Percy y Leo chocaron los cinco

Pues sí, su padre es Tristan McLean.

Ah… Perdona, ¿dónde ha salido?

—Ah que bien, pero no conozco ninguna de sus películas— dijo Travis intentando imitar a Jason

—Puedes hacer un maratón de películas con Jason— señaló Miranda —y le enseñas esa del Rey de Esparta

—Y nos invitas a verla, si quieres— comentó Katie

—Por los dioses— murmuró Piper

Da igual —dijo Piper rápidamente—. Los gigantes… bueno, había muchos gigantes en la mitología griega, pero, si son los que yo digo, no es buena noticia.

—Nada bueno— dijo Apolo negando con la cabeza

—Y así a alguien se le ocurrió cerrar el Olimpo— masculló Poseidón

—Vamos de nuevo con eso— gruñó Zeus —siempre tengo buenas razones para hacer las cosas

—Sí claro— bufó Hades

—Como no— dijo Zoé para sí misma

Eran enormes, casi imposibles de matar. Podían derribar montañas y cosas así. Creo que estaban emparentados con los titanes.

—Aunque eso no es raro— dijo Connor —todos estamos emparentados con todos

—Nooo— gritaron los chicos y le lanzaron cojines

—No sé por qué utilizamos los cojines como armas— dijo Connor negando con la cabeza

—Porque son muy efectivas— dijo Percy

Salieron de la tierra después de que Cronos perdiera la guerra (me refiero a la primera guerra de los titanes, hace miles de años) e intentaron destruir el Olimpo. Si estamos hablando de los mismos gigantes…

—Es muy muy muy malo— dijo Travis

—Terrible— dijo Katie

Quirón dijo que estaba pasando otra vez —recordó Jason—. El último capítulo. Se refería a eso. No me extraña que no quisiera que supiéramos todos los detalles.

Quirón asintió con una mueca

—Tiene todo el sentido del mundo— asintió Leo

Leo silbó.

Así que… gigantes que pueden derribar montañas. Lobas amistosas que nos comerán si mostramos debilidad. Ventosidades pequeñitas.

—Suena casi tierno eso— dijo Percy

—Es que las ventosidades pequeñitas son algo geniales, bueno, el nombre es genial— dijo Leo

—Son un poco geniales— comentó Jason

Ya lo pillo. A lo mejor no es el momento para sacar a relucir a mi niñera psicópata…

¿Es otro chiste? —preguntó Piper.

—Ojalá— dijo Leo

Hera bufó

Leo les habló de la tía Callida, que era en realidad Hera, y les contó que se le había aparecido en el campamento. Pero no les reveló sus aptitudes con el fuego.

Leo les sonrió a sus amigos inocentemente

Seguía siendo un tema delicado, y más después de que Nyssa le dijera que los semidioses del fuego solían destruir ciudades y cosas así.

—Y cómo dije, no fue todo su culpa— masculló Hefesto

—Y cómo yo dije, él llevó al límite "ser ardiente"— dijo Apolo —y a menos que seas el dios del sol, no puedes llevarlo al límite

Hefestó bufó

Además, Leo tendría que confesar que había provocado la muerte de su madre y… No. No estaba preparado para tratar el tema. Pero sí consiguió hablarles de la noche que ella murió, sin mencionar el fuego,

Leo se removió incómodo, Calipso no se detuvo para que tuvieran la oportunidad de decir algo

diciéndoles simplemente que el taller de máquinas se vino abajo. Fue más fácil sin tener que mirar a sus amigos, manteniendo la vista al frente mientras volaban. Y les habló de la extraña mujer con ropa de tierra

—O cuerpo de tierra, es cuestión de perspectiva— dijo Percy

—Es que cuerpo de tierra me parece un poco raro— dijo Leo —suena mejor la ropa de tierra

—Creo que suena mejor lo de la ropa de tierra— asintió Frank

que parecía estar dormida y que también parecía saber el futuro.

Leo calculó que todo el estado de Massachusetts pasó por debajo de ellos antes de que sus amigos dijeran algo.

—No había mucho que decir— dijo Jason

—No, no había nada que nos pudiera ayudar— dijo Piper

Qué poco… tranquilizador —dijo Piper.

Tú lo has dicho —convino Leo—. El caso es que todo el mundo dice: « No te fíes de Hera» .

—Quién sabe por qué lo dirán— bufó Hefesto

—Es un completo misterio— masculló Poseidón

—Van de nuevo— gruñó Hera

Ella odia a los semidioses. Y la profecía decía que, si desatáramos su ira, provocaríamos la muerte. Así que me pregunto… ¿por qué estamos haciendo esto?

—Él tiene un punto perfectamente razonable— señaló Apolo

—Cállate, Apolo— dijo Hera

Ella nos eligió —dijo Jason—. A los tres. Somos los primeros de los siete que tienen que reunirse para la Gran Profecía. Esta misión es el principio de algo mucho más importante.

—Genial, me encanta ser el principio de algo más importante— dijo Leo

—Uy sí, es increíble— dijo Percy con sarcasmo

—Por supuesto que lo es— asintió Leo

—Lo mejor de lo mejor— comentó Percy

Eso no hizo sentir mejor a Leo, pero no podía discutirle a Jason lo que había dicho. Efectivamente, daba la impresión de que aquello era el principio de algo enorme.

Los siete hicieron una mueca, algunos dioses los miraron con cierta preocupación

Solo deseaba que si había cuatro semidioses más destinados a ayudarles, aparecieran rápido. Leo no quería acaparar todas las aventuras peligrosas.

—Dicen los otros cuatro que no es cuando tú quieras— dijo Travis

—Tardaremos lo que tengamos que tardar— dijo Percy

—Sobretodo tú— señaló Leo

—Sobretodo yo— asintió Percy

Annabeth bufó, Sally hizo una mueca

—No me gusta como suena eso— dijo Poseidón

Además —continuó Jason—, ayudar a Hera es la única forma que tengo de recuperar la memoria.

—Obviamente— dijo Apolo

—Por si necesitabas un incentivo — dijo Thalia

Hera le dio una mirada asesina

Y la espiral oscura de mi sueño parecía alimentarse de la energía de Hera. Si esa cosa desata al rey de los gigantes al destruir a Hera…

No nos compensa —convino Piper—. Por lo menos Hera está de nuestra parte… en general.

—"En general", es una buena forma de decirlo— bufó Poseidón

—Basta— gruñó Hera —ustedes solo fomenta que estos críos me falten al respeto

Poseidón resopló

Perderla a ella sumiría a los dioses en el caos. Es la diosa principal que mantiene la paz en la familia.

Hera miró a los dioses un poco altiva

Y una guerra con los gigantes podría ser todavía más destructiva que la guerra de los titanes.

—Genial— dijo Hermes

—Me encanta cuando las guerra son destructivas— dijo Apolo con sarcasmo

—Esas guerras son las mejores —gruñó Ares

—Por supuesto que dirías eso— dijo Apolo rodando los ojos

Jason asintió.

Quirón dijo que en el solsticio se agitan fuerzas perversas y también que es un buen momento para la magia maligna: algo que podría despertarse si Hera fuera sacrificada ese día.

—Y ustedes con sus idioteces— masculló Hera mirando a los dioses

Y la señora que controla a los espíritus de la tormenta, la que quiere matar a todos los semidioses…

Podría ser esa extraña dama durmiente —concluyó Leo—.

—Qué buena deducción— dijo Percy

—Te mereces otro aplauso— dijo Connor

—Gracias, gracias. Tengo mis momentos— comentó Leo

—Excelentes momentos— dijo Percy

La Mujer de Tierra… ¿despierta? No ardo en deseos de verla.

Pero ¿quién es esa mujer? —preguntó Jason—. ¿Y qué tiene que ver con los gigantes?

—Un completo misterio— dijo Leo encogiéndose de hombros

—Sip, el misterio más grande de toda la vida— dijo Piper

Buenas preguntas, pero ninguno de ellos tenía respuestas. Siguieron volando en silencio mientras Leo se preguntaba si había hecho lo correcto compartiendo tanta información.

—Pues tal vez no, pero ya no podías regresar el tiempo— dijo Connor

—Lo que sería realmente genial— dijo Percy —así no habría errores

—Pero sin errores no habría diversión— señaló Leo

—Otro que tiene que revisar su idea de diversión— dijo Apolo

Nunca había hablado con nadie de aquella noche en el almacén. Aunque no les había contado toda la historia, resultaba extraño, como si se hubiera abierto el pecho y se hubiera sacado todos los engranajes que le hacían funcionar.

—Eso suena muy extraño— dijo Percy

—Por supuesto que no— se defendió Leo —suena perfectamente razonable

—Suena razonable— asintió Hefesto

Leo le dio una mirada a Percy que parecía decir "te lo dije"

Le temblaba el cuerpo, y no de frío. Esperaba que Piper, sentada detrás de él, no lo notara.

—Supongamos que no lo hice— dijo Piper

—Me parece perfecto que supongamos eso— dijo Leo

—De acuerdo— afirmó Piper

« La fragua y la paloma romperán la celda» . ¿No era ese el verso de la profecía? Eso significaba que Piper y él tendrían que averiguar cómo entrar en aquella cárcel de roca mágica,

—Suena extremadamente divertido— comentó Connor

—Fue divertido— asintió Leo

—Lo más divertido que he hecho en toda mi vida— dijo Piper

suponiendo que la encontraran. Luego desatarían la ira de Hera y provocarían muchas muertes. ¡Vaya, sonaba divertido!

—Sí, suena increíble— dijo Travis

—Realmente fabuloso— asintió Katie

Leo había visto a la tía Callida en acción; le gustaban los cuchillos, las serpientes y calentar bebés al fuego. Sí, claro, desatar su ira. Una gran idea.

—Mejor que las ideas que tenemos nosotros— dijo Travis

—Gracias— dijo Leo —me encantan las buenas ideas

—A nosotros igual— comentó Connor

Festo siguió volando. El viento se volvió más frío, y debajo de ellos los bosques nevados parecían extenderse indefinidamente. Leo no sabía exactamente dónde estaba Quebec.

—Al norte—dijo Percy

—Obviamente— dijo Leo —¿Por qué no me di cuenta antes?

—No lo sé— respondió Percy —deberías tener más cuidado

—Lo tendré— dijo Leo

Le había dicho a Festo que los llevara al palacio de Bóreas, y el dragón no paraba de avanzar hacia el norte. Con suerte, conocería el camino y no acabarían en el Polo Norte.

—Probablemente, es mejor que nada— dijo Percy

—Definitivamente lo es— dijo Piper

¿Por qué no duermes un poco? —le dijo Piper al oído—. Has estado levantado toda la noche.

Leo quería protestar, pero la palabra « dormir» sonaba muy bien.

—Sonaba increíble— comentó Leo

—Es la palabra que más me gusta oír— dijo Connor

—Casi tanto como comer— señaló Percy

—Casi tanto como el "se acabó el capítulo"— dijo Piper

—Oh sí, eso es mejor— asintió Percy

¿No me dejarás caer?

Piper le dio una palmadita en el hombro.

Confía en mí, Valdez. La gente guapa nunca miente.

—Conozco muchas personas que no estarían de acuerdo con eso— señaló Apolo

—Estoy completamente de acuerdo con Apolo— comentó Hermes —la personas guapas mienten más, según estudios hechos por mí, mis estudios son 100% fiables

Hefesto asintió —Solo miren a Afrodita

Afrodita le dio una mirada asesina

De acuerdo —murmuró.

Se inclinó hacia delante contra el bronce caliente del pescuezo del dragón y cerró los ojos.

—Mejor que duermas a que los estrelles por tener alucinaciones— dijo Connor

—Sí, no sería bueno que nos estrellaramos— dijo Piper

XVIII

Leo

Parecía que hubiera dormido solo unos segundos, pero cuando Piper lo despertó sacudiéndolo, estaba oscureciendo.

Ya hemos llegado —dijo.

—Oh demonios— masculló Leo

—Empieza a rezarle al dios que quieras— dijo Piper en un susurro

—Por los dioses, reina de belleza— dijo Leo de la misma manera

Leo se frotó los ojos para despejarse. Debajo de ellos había una ciudad sobre un acantilado que dominaba un río.

—Suena genial— dijo Katie

—Era realmente genial— asintió Jason

—Con que ahora no los ataquen a muchos metros de altura— señaló Miranda

—Aún no— dijo Jason

—Eso de "aún" suena muy bien— dijo Percy con sarcasmo

Las llanuras que la rodeaban estaban cubiertas de nieve, pero la ciudad emitía un brillo cálido con la puesta de sol invernal.

Piper y Jason le dieron una mirada divertida a Leo, Leo se sonrojó furiosamente

Rodeados de unos altos muros se amontonaban los edificios como en una ciudad medieval, mucho más antigua que todos los lugares que Leo había visto antes. En el centro había un castillo de verdad —al menos, Leo supuso que era un castillo—

—Lucía como un castillo— asintió Jason

—Creo que sí era un castillo— comentó Piper

—Era un castillotel— dijo Leo

—Eso ni siquiera existe— dijo Jason

—Por supuesto que existe— comentó Leo —estuvimos ahí

con enormes muros de ladrillo rojo y una torre cuadrada con un puntiagudo tejado verde a dos aguas.

Dime que es Quebec y no el taller de Santa Claus —dijo.

—Hola dioses, este es Leo de nuevo— bromeó Piper

—Reina de belleza— se quejó Leo

—Yo quiero saber por qué se están burlando de Leo— dijo Connor —porque yo quiero participar

—Yo también— asintió Percy

—No se preocupen, tengo la sensación de que lo sabrán— rió Piper

—Ni si priicipin, tingi li sinsiciin di qii li sibrin— imitó Leo cruzado de brazos

Calipso le dio a su novio una mirada que decía "¿De qué están hablando?". Leo sonrió inocentemente.

Sí, la ciudad de Quebec —confirmó Piper—. Una de las ciudades más antiguas de Norteamérica. Fundada en torno a mil seiscientos más o menos.

Los chicos miraron impresionados a Piper

—Un aplauso para Piper— dijo Percy y sus amigos aplaudieron

Leo arqueó una ceja.

¿Tu padre también ha hecho una peli sobre eso?

—Era una pregunta justa— dijo Leo

—No lo era— dijo Piper

—Claro que lo era— asintió Leo

—Que no— masculló Piper

—Qué sí— dijo Leo

—Ya ni me sorprende que se peleen todo el tiempo— comentó Apolo

Ella le hizo una mueca, algo a lo que Leo estaba acostumbrado, pero el gesto no acababa de funcionar con su nuevo maquillaje glamuroso.

—Gracias— masculló Piper

—De nada, reina de belleza. Cuando quieras— comentó Leo

A veces leo, ¿vale? Solo porque Afrodita me haya reconocido no quiere decir que sea una cabeza hueca.

—¿Quién lo diría?— bufó Hera

Afrodita le dio una mirada asesina

Qué genio —comentó Leo—. Ya que sabes tanto, ¿qué es ese castillo?

Un hotel, creo.

Leo se echó a reír.

Imposible.

—¿Decías?— preguntó Piper

—Qué tienes toda la razón, obviamente— dijo Leo

—Me alegra que lo reconozcas— rió Piper

—Solo porque si Cali se enoja, tú me vas a ayudar— susurró Leo

—Le pides ayuda a Esperanza— dijo Piper en un susurro

—Oye, no seas grosera— masculló Leo

—Oigan ustedes dos ¿Pueden parar de susurrarse y dejar que Calipso siga la lectura?— dijo Travis

—Además es muy feo el hecho de que no nos digan cual es el chisme— señaló Connor

Muchos de los chicos asintieron de acuerdo

Pero a medida que se acercaban, Leo vio que ella tenía razón. La majestuosa entrada estaba llena de conserjes, aparcacoches y porteros recogiendo equipajes.

—Está bien, tenías razón reina de belleza— dijo Leo

Lustrosos coches de lujo negros avanzaban lentamente en la entrada. Gente con trajes elegantes y capas de invierno se apresuraba para escapar del frío.

—Sí, es lo que suele hacer la gente— bromeó Piper

—Percy no— señaló Thalia

—Porque la señorita O´Leary no me dio tiempo— se defendió Percy

—Claro— murmuró Thalia

¿El dios del viento del norte se aloja en un hotel? —preguntó Leo—. No puede ser…

Cuidado, chicos —lo interrumpió Jason—. ¡Tenemos compañía!

—Esa es la mejor frase del mundo— comentó Percy

—Ese podría ser otro slogan— señaló Connor

—Esa frase se podría poner atrás de las camisetas— dijo Rachel

—Eso, es pensar en grande RED— dijo Percy

—Gracias— dijo Rachel

Leo miró abajo y vio a lo que se refería Jason. En lo alto de la torre se elevaban dos figuras aladas: ángeles furiosos con espadas de horrible aspecto.

A Festo no le gustaron los ángeles.

—Ni a ninguno de nosotros— murmuró Leo

—Definitivamente no— coincidió Jason

Se detuvo en el aire, batiendo las alas y enseñando las garras, y emitió un sonido estruendoso con la garganta que Leo reconoció de inmediato. Se estaba preparando para escupir fuego.

—Eso no sería algo bueno de hacer— señaló Hefesto

—Habría sido la forma más rápida de acabar la misión— dijo Piper

—Y que lo digas, reina de belleza— comentó Leo

Tranquilo, chico —murmuró Leo.

Algo le decía que a los ángeles no les haría ninguna gracia que los quemaran.

Esto no me gusta —dijo Jason—. Parecen espíritus de la tormenta.

—Ventosidades pequeñitas, recuerdalo— comentó Percy

—Perdón, ventosidades pequeñitas— dijo Jason

—Eso me parece mucho mejor, bro— dijo Percy

Al principio Leo pensó que tenía razón, pero a medida que se acercaban a los ángeles, cayó en la cuenta de que eran mucho más sólidos que los venti.

—Y también más feos— dijo Leo

—Y no muy buenos anfitriones— dijo Piper

—Técnicamente se portaron mejor que todos los demás— señaló Jason

—Chispitas, tiene un punto— asintió Leo

—Tienes razón— dijo Piper

Parecían adolescentes normales y corrientes, salvo por su pelo de color blanco hielo y sus plumosas alas moradas. Sus espadas de bronce tenían las hojas dentadas como témpanos.

—Me encantan las espadas así— dijo Travis con sarcasmo

—Son un poco geniales— dijo Piper

—Parecen de esas que usan los mortales en Halloween— señaló Connor

—Aunque más mortales— dijo Percy

Sus caras se parecían tanto que podrían haber sido hermanos, pero, desde luego, no eran gemelos. Uno era del tamaño de un buey, con una camiseta de hockey de vivo color rojo,

—Que no le quedaba muy bien— señaló Leo

—Su sentido de la moda siempre ha sido horrible— dijo Apolo

—No tienen nada de estilo— dijo Afrodita con una mueca desdeñosa

unos pantalones de chándal holgados y unas botas con tacos de piel negra. Saltaba a la vista que el chico había estado en muchas peleas, pues tenía los dos ojos negros y, cuando enseñó los dientes, tenía varios mellados.

—Encantador— bufó Miranda

—La verdad es que no sé quien se veía peor— dijo Leo

—Era un competencia muy reñida— admitió Piper

—Pusieron todo de sí mismos en eso— asintió Leo

El otro chico parecía salido de una de las portadas de los discos de rock de los ochenta que la madre de Leo todavía conservaba: de Journey, por ejemplo, o de Hall & Oates, o de algo todavía peor.

—No lo había visto de esa manera, pero creo que tienes razón— dijo Piper

—Gracias reina de belleza, yo siempre tengo razón— dijo Leo encogiéndose de hombros

—Y a parte de todo es muy modesto— dijo Katie riendo

—Por supuesto que lo soy— dijo Leo con una sonrisa brillante

Llevaba el pelo corto por arriba y largo por detrás. Calzaba unos puntiagudos zapatos de piel, y vestía unos pantalones de diseño demasiado ceñidos y una espantosa camisa de seda con los tres botones superiores desabrochados.

—No tienen ningún sentido de la moda— bufó Afrodita

—Hasta Piper con su tejón muerto se dio cuenta de eso— comentó Leo

—¡Leo!— chilló Piper

—Lo siento reina de belleza, no me pude contener— dijo Leo de manera inocente

Tal vez pensaba que parecía un dios del amor molón, pero no debía de pesar más de cuarenta kilos y padecía un severo acné. Los ángeles se pararon delante del dragón y permanecieron flotando con las espadas en ristre.

—Una increíble bienvenida— dijo Piper

—No tanto como tu bienvenida al campamento mestizo— señaló Percy

—Es cierto, Rachel se lució con esa bienvenida— dijo Annabeth

—Gracias— dijo Rachel —cuando quieran

—Gracias, pero no gracias— dijo Piper

El buey del hockey gruñó.

No pasar.

¿Cómo? —dijo Leo.

No tenéis carta de vuelo registrada —explicó el dios del amor molón.

—No me gusta ese apodo— dijo Afrodita

—Pero le queda— dijo Apolo

—Por supuesto que no— resopló Afrodita

Además de sus otros problemas, tenía un acento francés tan pésimo que Leo estaba seguro de que era falso—.

—Estoy segura que lo era— dijo Piper

—Lo sabía, es imposible que alguien tenga ese tipo de acento— coincidió Leo

—Y el acento tampoco le hacía ver mejor— dijo Jason

—Tendría que buscar otra manera de hacerlo— comentó Piper

Esto es un espacio aéreo restringido.

¿Matar?

El buey lució su sonrisa mellada. El dragón empezó a expulsar humo, preparándose para defenderse de ellos.

—Oye, eso de matar no es tan buena bienvenida— señaló Percy

—Te dije que no fueron tan buenos anfitriones— dijo Piper

—¿Por qué siempre tenemos las bienvenidas más raras?— preguntó Leo

—Porque son raros— dijo Percy

—¡Oye!— se quejaron Piper y Leo al unísono

Jason invocó su espada dorada, pero en ese instante Leo gritó:

¡Esperad! Comportémonos, chicos. ¿Puedo al menos saber quién va a tener el honor de matarme?

—Claro, antes que nada los modales— asintió Katie

—Por supuesto, los modales son sumamente importantes— dijo Travis

—Los modales hacen al monstruo— dijo Zoé

Leo asintió de manera seria —Es la mejor frase que he escuchado

—Tendremos que cambiar el slogan del campamento— bromeó Connor

—Pero nosotros no somos monstruos— señaló Percy

¡Yo soy Cal! —gruñó el buey.

Parecía muy orgulloso de sí mismo, como si le hubiera costado mucho tiempo memorizar la frase.

—Le costó lo suyo— dijo Hermes

—Tiene que presumirlo— asintió Apolo

—Creo que debíamos darle un aplauso o elogio o algo— señaló Leo

—Tendríamos que recompensar su esfuerzo— dijo Piper

—Será para la otra— comentó Leo

Es la forma breve de Calais —dijo el dios del amor—. Por desgracia, mi hermano no puede pronunciar palabras de más de dos sílabas…

¡Pizza! ¡Hockey! ¡Matar! —propuso Cal.

—Y matar obviamente tiene que estar entre las opciones— comentó Rachel

—Obviamente, creo que fue lo primero que aprendió— dijo Piper

—Tendría sentido— admitió Annabeth

—… lo que incluye su nombre —concluyó el dios del amor.

Yo soy Cal —repitió Cal—. ¡Y este es Zetes! ¡Mi tato!

Caramba —dijo Leo—. ¡Eso han sido casi tres frases, tío! Así se hace.

—Un aplauso— pidió Percy

Leo y los Stoll apaludiero

Carl gruñó, visiblemente satisfecho consigo mismo.

Estúpido bufón —refunfuñó su hermano—. Se están burlando de ti. Da igual. Yo soy Zetes, que es la forma breve de Zetes.

—Claramente, no se me había ocurrido— dijo Connor

—Tienes que poner más atención para la próxima— señaló Miranda

—Miranda tiene razón, no puedes estar todo el tiempo distraído en ella— dijo Clarisse

Connor y Miranda se sonrojaron furiosamente

—Por eso eres mi chica— dijo Chris pasando un brazo por los hombros de Clarisse

Ares gruñó

Pero la señorita… —Guiñó el ojo a Piper, pero el guiño era más bien un espasmo facial—. Puede llamarme como quiera.

Leo abrió la boca para decir algo

—No te conviene decirme nada— advirtió Piper

—Demonios— masculló Leo

—No soporto la duda de saber que hizo Leo— se quejó Travis

—Leo no hizo nada— dijo Leo cruzado de brazos

Tal vez le apetezca cenar con un famoso semidiós antes de que os matemos.

Piper hizo un sonido como si se hubiera atragantado con una pastilla para la tos.

Es… una oferta realmente espantosa.

—Esos modales— dijo Percy negando con la cabeza

—Lo siento, fui una maleducada— dijo Piper

No importa —Zetes meneó las cejas—. Los Boréadas somos gente muy romántica.

¿Boréadas? —lo interrumpió Jason—. ¿Quieres decir que sois los hijos de Bóreas?

—Muy bien deducido, chispitas— dijo Leo

—Mi bro también tiene sus momentos— dijo Percy sonriendo

—Claro que no tan buenos como tus momentos— señaló Jason

—Tus momentos son mejores, bro— dijo Percy

—Bro...— dijo Jason

Piper y Annabeth intercambiaron miradas

—¿Están seguras de que no se quieren unir a las cazadoras?- preguntó Thalia

—¡Hey!— se quejaron Percy y Jason al unísono

—¡NO!— gritó Zoé

—Thalia por los dioses— masculló Annabeth

—Thalia, no seas grosera— dijo Rachel divertida ante la expresión de Zoé

—Lo siento— dijo Thalia tratando de mantener la seriedad —olvida lo que dije, solo porque me caes bastante bien

—Gracias— murmuró Zoé

—Esto está muy divertido— dijo Connor

¡Ah, así que has oído hablar de nosotros! —Zetes parecía complacido—. Somos los guardianes de nuestro padre.

—Y tan inestables como él— masculló Zeus

—Inestable es una manera suave de decirlo—bufó Hera

Como comprenderás, no podemos dejar que personas no autorizadas vuelen en este espacio montados en dragones inestables, asustando a los necios mortales.

—Claro, es comprensible—dijo Travis

—Eso no se hace— dijo Connor negando con la cabeza

—Es grosero— señaló Rachel

—A menos que los necios mortales se atraviesen— bromeó Percy

—No me atravesé— se defendió Rachel

Señaló abajo, y Leo vio que los mortales estaban empezando a fijarse. Varios señalaban hacia arriba:

—Éramos su atracción— bromeó Leo

—También deberían cobrar por ello— dijo Connor

—Tienes toda la razón— admitió Leo

todavía no estaban alarmados; más bien confundidos y molestos, como si el dragón fuera un helicóptero de tráfico que estuviera volando demasiado bajo.

—Y qué molesto es eso— dijo Katie

—Lo es cuando estás tratando de dormir— dijo Miranda

—O tratando de mandar un mensaje Iris— señaló Travis

Y, lamentablemente, por ese motivo —dijo Zetes, apartándose el pelo de su cara cubierta de acné—, vamos a tener que daros una muerte dolorosa.

—No me agrada esa idea— dijo Leo

—Siguiente idea por favor— pidió Percy

—Que nos dejen en paz y hablemos tranquilamente— dijo Piper

—Tampoco pidas imposibles, reina de belleza— dijo Leo

¡Muerte! —convino Cal, con un poco más de entusiasmo del que Leo consideraba necesario.

¡Espera! —dijo Piper—. Es un aterrizaje de emergencia.

—Eso podría funcionar— dijo Apolo

—Y más si le pone encanto— señaló Hermes

Apolo asintió

¡Oh!

Cal se quedó tan decepcionado que Leo casi sintió lástima por él.

—Casi— señaló Leo

Zetes observó a Piper, aunque ya llevaba rato haciéndolo.

¿Cómo ha decidido la chica guapa que es un aterrizaje de emergencia?

Tenemos que ver a Bóreas. ¡Es muy urgente! Por favor.

—Por favor, es la contraseña— dijo Travis

—Creí que la contraseña era "contraseña"— dijo Connor

—No en este caso, hermano— comentó Travis

Piper forzó una sonrisa, que Leo se imaginó que debía de estar costándole horrores, pero seguía teniendo la bendición de Afrodita y estaba muy guapa.

—Gracias— murmuró Piper

También había algo en su voz: Leo se sorprendió creyendo cada palabra que salía de sus labios. Jason estaba asintiendo, con cara de absoluta convicción.

—Lo siento chicos— dijo Piper

—Está bien Pipes, nos ayudaste a entrar— dijo Jason

—Exacto, no como cuando lo embrujahablaste solo para que nosotros ganaramos— comentó Percy

Jason resopló, Annabeth rodó los ojos

—Como olvidar ese juego— dijo Poseidón con una sonrisa de suficiencia

Atenea le dio una mirada asesina

—Creí que habíamos quedado de no hablar de algo que Leo no vivió— dijo Leo enfurruñado

—Tenía que recordarlo— dijo Percy

—No podía perder la oportunidad— dijo Travis

—No podía hacerlo— admitió Percy

Zetes tiró de su camisa de seda, probablemente para asegurarse de que seguía bien abierta.

—Y lo hacía— masculló Leo

Bueno… siento decepcionar a una dama tan bonita, pero a mi hermana le daría una avalancha si os dejáramos…

—Obviamente, a su hermana— dijo Piper

—Su hermana, claro— asintió Jason

—Síiiii, qué raro— murmuró Leo

¡Y nuestro dragón funciona mal! —añadió Piper—. ¡Podría estrellarse en cualquier momento! Festo se puso a vibrar solícitamente y a continuación giró la cabeza y derramó una sustancia viscosa por la oreja

—Qué excelente dragón— dijo Hefesto con una carcajada

—Actúa en los mejores momentos— dijo Apolo —eso es fabuloso

—Y de mucha ayuda— señaló Artemisa

que salpicó un Mercedes negro aparcado abajo.

¿No matar? —dijo Cal gimoteando.

Zetes consideró el problema. Acto seguido volvió a guiñar el ojo espasmódicamente a Piper.

—Fue horrible— dijo Piper

—Lo sabemos, también lo vimos— dijo Leo —no recomiendo que lo vean alguna vez

Bueno, estás preciosa. Quiero decir, estás en lo cierto. Un dragón que funciona mal… podría ser una emergencia.

—Exactamente— dijo Percy

—Imaginen que asusten a todos los necios mortales— comentó Hermes

—No les convendría ese tipo de publicidad— coincidió Apolo

¿Matar luego? —propuso Cal, que probablemente era lo más amistoso que se había mostrado jamás.

—Es probable— asintió Jason

—Genial— dijo Percy

Habrá que dar explicaciones —decidió Zetes—. Últimamente nuestro padre no ha tratado muy bien a las visitas. Pero sí, venid, gente del dragón averiado. Seguidnos.

—Eso suena muy bien— dijo Rachel con sarcasmo

—Fue una reunión interesante— dijo Piper

—Sí claro, muy interesante— murmuró Jason

Los Boréadas envainaron sus espadas y sacaron unas armas más pequeñas de sus cinturones… o al menos a Leo le parecieron armas.

—Lucían como unas— dijo Leo ante las miradas de sus amigos

—No sería raro— comentó Reyna

—-Pero no lo eran— dijo Piper

A continuación las encendieron, y Leo se dio cuenta de que eran linternas con conos naranja, como las que usan los encargados de la señalización aérea en las pistas de aterrizaje.

—No se vayan a ir por otro lado— asintió Percy

—Exacto, podría terminar mal— afirmó Travis

—Mejor sigan la luz— bromeó Percy

Cal y Zetes se volvieron y se lanzaron en picado a la torre del hotel. Leo se volvió hacia sus amigos.

Me encantan estos tíos. ¿Los seguimos?

—Pues no nos quedaba de otra— comentó Jason

—Pues ya que— suspiró Piper

—No podíamos hacer nada más— dijo Leo con una mueca

Jason y Piper no parecían entusiasmados.

Supongo —decidió Jason—. Estamos aquí. Pero me pregunto por qué Bóreas no ha tratado muy bien a las visitas.

—Y obtuve mi respuesta— suspiró Jason

—Oye, nunca preguntes si no quieres esa respuesta— dijo Leo —las respuestas aparecen de la peor forma

—Y que lo digas— coincidió Percy

Bah, todavía no nos ha conocido —Leo lanzó un silbido—. Festo, sigue esas linternas.

—Es algo que siempre había querido decir— dijo Leo

—Notamos el entusiasmo— dijo Piper

—Genial— sonrió Leo

A medida que se aproximaban, Leo empezó a temer que se estrellaran contra la torre. Los Boréadas fueron directos a la punta del tejado a dos aguas y no redujeron la velocidad.

—Pero tienen entradas secretas— dijo Apolo

—Cómo los hijos de Hefesto— masculló Miranda

—Creo que deberían olvidar eso— dijo Leo

—¡Nunca!— dijo Will

—No lo haremos— dijo Chris

Leo suspiró

Entonces una parte del tejado inclinado se abrió deslizándose y dejó a la vista una entrada lo bastante grande para Festo. La parte superior y la inferior estaban bordeadas de carámbanos que parecían dientes puntiagudos.

—Gran manera de verlo— dijo Piper

—Era como la boca de un monstruo— dijo Leo —no es que haya estado en la boca de un monstruo, pero así

—Gran aclaración— dijo Percy

Esto no puede ser bueno —murmuró Jason, pero Leo azuzó al dragón para

que bajara, y entraron descendiendo detrás de los Boréadas.

—No teníamos nada mejor que hacer— dijo Leo

—Tenemos que ocupar mejor nuestro tiempo— bromeó Piper

—Tenemos que hacerlo— asintió Jason

Aterrizaron en lo que debía de haber sido el ático, pero el lugar se había congelado. El vestíbulo tenía unos techos abovedados de más de diez metros de altura, enormes ventanas con cortinas y exuberantes alfombras orientales.

—Muy lujoso— dijo Leo

—Excelente servicio— dijo Percy

—Se ganó cinco estrellas— dijo Leo

Al fondo de la estancia, una escalera subía a otro salón igual de grande, y más pasillos se desviaban a la izquierda y a la derecha. Pero el hielo daba un toque inquietante a la belleza de la sala.

—Eso no puedo negarlo— dijo Piper

—Ninguno de nosotros puede, Pipes— dijo Jason

Cuando Leo se deslizó por el dragón, la alfombra crujió bajo sus pies. Una fina capa de escarcha cubría los muebles.

—Lo que no suena nada bien— dijo Percy

—Sobretodo para Leo— comentó Piper riendo

Leo le dio una mala mirada

—Por supuesto— dijo Calipso poniendo una mano sobre su frente —dijeron sobre esto en el juego ¿No?

—Sí— murmuró Leo

—Oh ¿Se trata de eso?— preguntó Travis —te dije que el juego era buena idea, así evitas la sorpresa

Calipso resopló

—Fue una buena idea, tal vez no para Luke— dijo Connor encogiéndose de hombros

Luke se sonrojó furiosamente

—¿Por qué siempre se desvían del tema?— murmuró Luke

—No lo sé— dijo Connor —es nuestro don

Las cortinas no se movían porque estaban congeladas, y las ventanas, revestidas de hielo, dejaban entrar la extraña luz acuosa de la puesta de sol. Incluso el techo estaba cubierto de témpanos.

—Un cueva increíble— dijo Travis

—Excelente decoración— bromeó Leo

—Temperatura un poco baja, pero lucía muy bien— dijo Piper

Jason estaba seguro de que si intentaba subir la escalera resbalaría y se partiría el cuello.

Chicos, arreglad el termostato y entonces entraré encantado —dijo Leo.

—Habría estado mejor— dijo Leo

—Lastima que no se podía hacer— dijo Jason

—Tendrían más visitantes si lo hicieran— comentó Leo

—Y si recibieran mejor a sus visitas— dijo Jason

Piper y Leo asintieron de acuerdo

Yo no —Jason miró con inquietud la escalera—. Algo no va bien. Algo allí arriba…

—Esa es la mejor explicación que he escuchado— dijo Connor

—Mejor que mis explicaciones— asintió Percy

—Bro— se quejó Jason

Festo se puso a vibrar y arrojó unas llamas. Empezó a formarse escarcha en sus escamas.

No, no, no —Zetes se acercó resueltamente,

—No aprecian un poco de calor— resopló Apolo

—Les voy a quitar las cinco estrellas que les había dado— dijo Leo

—Te dije que les teníamos que dar como 2 estrellas— señaló Piper

—Ahora comprendo que tienes toda la razón, reina de belleza— asintió Leo

aunque Leo no tenía ni idea de cómo podía andar con aquellos puntiagudos zapatos de piel—.

—Años y años de práctica ¿Tal vez?— preguntó Piper

—Unos cuantos golpes y moretones— dijo Hermes

—Puedo imaginarlo— dijo Leo

El dragón debe ser desactivado. No puede haber fuego aquí dentro. El calor me destroza el pelo.

—Eso es muy cierto— asintió Afrodita

—A mí no— dijo Apolo con aire orgulloso

Afrodita rodó los ojos —A todo aquel que no es dios del sol

—Perfecto, así me gusta más— dijo Apolo

Festo gruñó e hizo girar las brocas que tenía por dientes.

Tranquilo, chico —Leo se volvió hacia Zetes—. El dragón se pone un poco susceptible con la idea de que lo desactiven, pero tengo una solución mejor.

—Cualquiera se pondría susceptible— señaló Rachel

¿Matar? —propuso Cal.

No, colega. Tienes que dejar esa cantinela de matar. Espera.

—Tiene que ir a terapia o algo— dijo Leo

—Tratar de encontrar una palabra que le guste aún más— dijo Percy

—Si no es mucha molestia que lo haga— comentó Leo

—Por su propio bien— coincidió Percy

Leo —dijo Piper con nerviosismo—, ¿qué vas a…?

Observa y aprende, reina de la belleza. Anoche, cuando estaba reparando a Festo, encontré todo tipo de botones. Algunos es mejor que no sepáis lo que hacen.

—Pero ahora queremos saber lo que hacen— dijeron los Stoll al unísono

—Por favor, no se te vaya a ocurrir decirles— pidió Chris

—Mala idea— asintió Katie

—¿Por qué siempre son tan desconfiados con nosotros?— preguntaron los Stoll

—Por la vez que le robaron la pizza a ese repartidor— dijo Chris

—Las arañas en la cabaña de Atenea— masculló Annabeth

—La espuma de afeitar en la cabaña de Ares— gruñó Clarisse

—Los robos en la enfermería— señaló Will

—La muerte de nuestras plantas— dijeron Katie y Miranda

—Hacer comentarios impertinentes durante la lectura— dijo Rachel

—Molestarme— agregó Zoé

—El juego de "nunca, nunca"— comentó Thalia

—Podríamos seguir— dijo Chris —pero nos llevaría todo el día

—Y yo ya tengo hambre— dijo Percy

—Me parece que sus razones son insuficientes— añadió Travis

—Muy poco válidas, hermano— dijo Connor

—Me hacen sentir tan orgulloso— comentó Hermes

Los demás dioses le dieron una mirada incrédula

Pero otros… Ah, vamos allá.

Leo enganchó los dedos detrás de la pata delantera izquierda del dragón. Encendió un interruptor, y el dragón empezó a vibrar de la cabeza a las pezuñas.

—Fue un poco raro— comentó Jason

—Se podría pensar que iba a explotar o algo así— dijo Piper

—Todavía no hemos mejorado eso— dijo Leo, y no supieron si estaba bromeando o no

Todo el mundo se apartó mientras Festo se plegaba como una figura de papiroflexia. Sus planchas metálicas se amontonaron. Su pescuezo y su cola se contrajeron contra el cuerpo.

—Eso suena muy genial— dijo Hermes

—Fue increíble— dijo Jason

Piper asintió de acuerdo

Sus alas se doblaron y su tronco se comprimió hasta convertirse en una cuña metálica rectangular del tamaño de un maletín.

Leo intentó levantarlo, pero pesaba varias toneladas.

—Eso fue mala idea— dijo Leo

—Pero las malas ideas son las mejores— dijo Zoé

—Siempre siendo una mala influencia, Percy— dijo Thalia negando con la cabeza

—En realidad, eso me lo enseñaste tú— comentó Zoé con una sonrisa angelical

—Uhhhh— corearon los Stoll

—¿Quieres ser nuestra pequeña aprendiz?— preguntó Travis

—No, ella ya es mi pequeña aprendiz— dijo Apolo

—Apolo no— dijo Poseidón

—Apolo sí— dijo Apolo

Zoé le dio a sus amigos una mirada de "¿Pueden creerlo?", los demás chicos veían la escena con cierta sorpresa

Ejem…, sí. Espera. Creo que…, ajá.

Pulsó otro botón. En la parte superior se levantó un asa, y de la parte inferior salieron unas ruedas.

—Para matar a tus enemigos o irte de viaje, lo que ocurra primero— dijo Zoé

—Exactamente— dijo Leo —entiendes las grandes ideas, por eso debo ser tu tío favorito

—Vas de nuevo— dijo Piper —ella ya dijo que no lo eres, lo soy yo

—En realidad, no respondió la pregunta— señaló Leo

—¿Por qué todos están peleando por mí?— preguntó Zoé

—Porque a todos nos has dejado con la duda— señaló Leo

—No respondas, cualquier cosa que digas lo usaran en tu contra— dijo Percy

—No lo escuches— dijo Leo —y dinos quien es tu tío favorito

—-No lo sé— dijo Zoé fingiendo pensar —voy a tener que analizarlo, les responderé cuando tenga un resultado 100% comprobado

Percy no pudo evitar reírse, obviamente seguía siendo raro que ella-ellos estuvieran ahí, pero también era de cierta manera algo agradable, ella a diferencia de todos los demás ya se veía un poco más cómoda para convivir con ellos, Percy suponía que ella siempre era la primera en hacer las cosas imprudentes, aunque también por la forma en que a veces contestaba se podía imaginar que era una pequeña listilla tratando de analizar a las personas. Por supuesto, le gustaría conocer más a ambos, y espera que en el transcurso de los otros libros pudiera hacerlo.

¡Tachán! —anunció—. ¡El bolso de mano más pesado del mundo!

¡Basta! —ordenó Zetes.

Él y Cal desenvainaron las espadas y lanzaron una mirada asesina a Leo.

—Por supuesto— murmuró Hefesto

—No contaba con eso— murmuró Leo

—Ninguno de nosotros, de hecho— dijo Piper

Leo levantó las manos.

Vale…, ¿qué he hecho? Tranquilos, chicos. Si tanto os molesta, no hace falta que me lleve al dragón…

—Público difícil— masculló Leo

—Entiendo lo que es eso— dijo Apolo negando con la cabeza —pero nunca puedes complacerlos a todos

¿Quién eres? —Zetes empujó la punta de su espada contra el pecho de Leo —. ¿Un hijo del dios del viento del sur que ha venido a espiarnos?

—Ellos siempre creen que alguien los está espiando— comentó Hermes

—Y la mayoría de las veces no es verdad— dijo Apolo

—Me alegra saberlo— murmuró Leo

¿Qué? ¡No! —dijo Leo—. Soy hijo de Hefesto. ¡Un herrero amistoso incapaz de hacer daño a nadie!

—Buuuuueno...-— murmuró Hermes

—Pregúntale a Ares, hirió su dignidad— dijo Apolo

—Eres un imbécil— masculló Ares

Hefesto se veía un poco satisfecho

Cal gruñó. Pegó la cara a la de Leo, y este comprobó que de cerca no era más guapo que de lejos, con sus ojos hinchados y su boca mellada.

—Nada recomendable— dijo Leo —no lo intenten en casa

—Y yo que quería intentarlo— suspiró Percy

—Pues no Aquaman, no lo hagas— dijo Leo

Huele fuego —dijo—. Fuego es malo.

Oh —a Leo se le aceleró el corazón—. Sí, bueno… tengo la ropa un poco chamuscada y he estado trabajando con aceite…

—Claro— dijo Percy

—Por supuesto que es por eso— dijo Piper

—Claramente— asintió Leo

—¿Qué más podría haber sido?— preguntó Mirada

—No hay otra explicación lógica— dijo Katie

¡No! —Zetes empujó a Leo hacia atrás a punta de espada—. Olemos el fuego, semidiós. Creíamos que era del dragón, pero el dragón se ha convertido en un maletín. Y sigo oliendo a fuego… en ti.

—Era una nueva loción— dijo Travis

—Era una loción de las más finas— dijo Leo —le fuegué

—Obviamente ¿Quién no la va a conocer?— preguntó Percy

—Solo las personas sin cultura— dijo Leo negando con la cabeza

—No puede ser que no la conozcan— dijo Connor

Si el ático no hubiera estado a casi veinte grados bajo cero, Leo habría empezado a sudar.

Oye…, mira…, no sé… —Lanzó una mirada desesperada a sus amigos—. Chicos, un poco de ayuda.

—Para hoy— bromeó Leo

—Pongan atención a lo que está pasando— dijo Percy

—Lo sentimos— dijeron Piper y Jason al mismo tiempo

Jason ya tenía su moneda de oro en la mano. Dio un paso adelante, con los ojos clavados en Zetes.

Oye, ha habido un error. A Leo no le va el fuego. Díselo, Leo. Diles que no te va el fuego.

Leo le dio una sonrisa inocente

Esto…

¿Zetes? —Piper trató de esbozar su sonrisa deslumbrante otra vez, pero parecía tener demasiados nervios y frío para conseguirlo—.

—Lo cual es comprensible— dijo Thalia

—Lo cual fue horrible— dijo Piper

—Nos podemos imaginar asintió Rachel

Todos somos amigos. Bajad las espadas y hablemos.

La chica es guapa —reconoció Zetes—, y naturalmente no puede evitar sentirse atraída por mi grandeza,

—Claro que sí— dijo Piper con sarcasmo

—Claro, sobretodo por su manera de vestir —dijo Leo

—La última moda— asintió Piper

pero lamentablemente no puedo cortejarla en este momento.

Clavó un poco más la punta de la espada en el pecho de Leo, y este notó como la escarcha se esparcía por su camisa y le entumecía la piel.

—No es algo que recomiende tampoco— dijo Leo

—Y nosotros no tenemos ganas de intentarlo, gracias— dijo Rachel

—Esa es una increíble decisión— comentó Leo

Deseó poder reactivar a Festo. Necesitaba apoyo. Pero le habría llevado varios minutos, incluso si hubiera podido llegar al botón, con aquellos dos tipos alados en medio.

—No serviría de nada tratar de intentarlo— dijo Annabeth —atacarían antes de que pudieras llegar al botón

—Plan B, echarse a llorar— bromeó Percy

—Me encanta ese plan— dijo Leo

—Es el mejor plan del mundo— coincidió Piper

—Lo sé— dijo Percy riendo

¿Matar ya? —preguntó Cal a su hermano.

Zetes asintió.

Lamentablemente, creo que…

No —insistió Jason.

—Gracias—dijo Leo

Jason asintió

Parecía bastante tranquilo, pero Leo se imaginaba que le faltaban dos segundos para lanzar aquella moneda en modalidad de gladiador.

—Me encanta esa moneda—dijo Connor

—A mí igual— asintió Travis

—Y a Jason más— bromeó Rachel

Leo es hijo de Hefesto. No supone una amenaza. Piper es hija de Afrodita. Yo soy hijo de Zeus. Venimos en son de…

—Paz— completó Percy

—Gracias bro, no me dejaron completar la frase— dijo Jason

—Que falta de respeto, bro— dijo Percy negando con la cabeza

A Jason se le entrecortó la voz, pues de repente los dos Boréadas se habían vuelto contra él.

—Bueno, conseguiste llamar su atención— dijo Reyna

—Formas suicidas de llamar la atención —dijo Miranda

—No lo fue tanto— murmuró Jason

¿Qué has dicho? —preguntó Zetes—. ¿Eres hijo de Zeus?

Ejem…, sí —contestó Jason—. Eso es bueno, ¿no? Me llamo Jason.

Cal se quedó tan sorprendido que estuvo a punto de soltar la espada.

—Habría sido algo muy increíble— comentó Apolo —y muy dramático

—La verdad, yo sí quería ver eso— dijo Leo

—Habría sido algo genial— asintió Piper

No puede ser Jasón —dijo—. No es igual.

Zetes avanzó y miró la cara de Jason con los ojos entornados.

No, no es nuestro Jasón. Nuestro Jasón era más elegante.

—Genial, gracias— dijo Jason

—Tú eres muy elegante, chispitas— dijo Piper con una sonrisa

Afrodita pegó un chillido

No tanto como yo… pero elegante. Además, nuestro Jasón murió hace milenios.

Espera —dijo Jason—. Vuestro Jasón… ¿Te refieres al Jasón original? ¿El del Vellocino de Oro?

Algunos chicos miraron sorprendidos el libro

Por supuesto —contestó Zetes—. Fuimos tripulantes de su barco, el Argo, en los viejos tiempos, cuando éramos semidioses mortales.

—Y nosotros fuimos tripulantes en el Argo II— dijo Leo con un tono egocéntrico

—Somos geniales— dijo Percy

—Ya nos hiciste spoiler —señaló Apolo

Luego aceptamos la inmortalidad con el fin de servir a nuestro padre, para que yo pudiera tener tan buen aspecto todo el tiempo

—Como que no le funcionó mucho— señaló Leo

—Fue estafado— dijo Connor

—Debería pedir una indemnización— asintió Leo

y el tonto de mi hermano pudiera disfrutar de las pizzas y el hockey.

¡Hockey! —repitió Cal.

Pero Jasón…, nuestro Jasón…, murió como un mortal —dijo Zetes—. Tú no puedes ser él.

—Nunca dijo que lo era— argumentó Percy

—Ellos entendieron lo que quisieron entender— asintió Jason

No lo soy —convino Jason.

¿Matar, pues? —preguntó Cal.

Era evidente que la conversación estaba exigiendo un gran esfuerzo a sus dos neuronas.

—Pobre tipo— dijo Connor negando con la cabeza

—Y nosotros no hicimos reconocimiento de ese gran esfuerzo— dijo Leo con fingida tristeza

—Somos unas malas visitas— comentó Piper negando con la cabeza

No —dijo Zetes con pesar—. Si es hijo de Zeus, podría ser el que hemos estado esperando.

—Cool, era una visita deseada— dijo Travis

—Algo así— murmuró Jason

¿Esperando? —preguntó Leo—. ¿En el buen sentido, para colmarlo de premios fabulosos? ¿O en el mal sentido, porque se ha metido en un lío?

Eso depende de la voluntad de mi padre —dijo una voz de chica.

Piper y Jason trataron de mantener una expresión seria ante la lectura del libro, pero fue demasiado difícil ante la expresión horrorizada de Leo.

—Fin del capítulo, yo creo que ya podemos ir a comer —dijo Leo

—Yo creo que no— dijo Calipso dándole una mirada a su novio

Leo levantó la mirada hacia la escalera y casi se le paró el corazón. En lo alto había una chica con un vestido blanco.

—No sé por que, pero tengo la sensación de que alguien va a estar en problemas— dijo Travis

—Y por primera vez no soy yo— suspiró Percy

—Eso es un verdadero milagro— bromeó Miranda

Annabeth rodó los ojos

Tenía la piel extrañamente pálida, del color de la nieve, pero su cabello era una exuberante melena morena, y sus ojos eran marrón café. Se centró en Leo sin expresión, ni sonrisa, ni cordialidad.

—Bueno, no podíamos esperar otra cosa— dijo Piper

Calipso miró a su novio y alzó una ceja antes de leer lo siguiente, Leo se removió incómodo

Pero daba igual. Leo estaba enamorado. Era la chica más espectacular que había visto en su vida.

—Uhhhh— corearon los Stoll

Leo y Calipso se sonrojaron, pero por sentimientos diferentes

—En este instante pueden ver como el karma sí existe— comentó Travis

—Por los dioses— murmuró Leo

—Irónico que lo digas tú— dijo Chris mirando a su hermano

Entonces ella miró a Jason y a Piper, y pareció entender la situación de inmediato.

Padre querrá ver al llamado Jason —dijo la chica.

—Bueno, al menos tendrá una audiencia contigo— señaló Apolo

—Eso ya es una especie de ganancia— asintió Perséfone

—Y vaya que sí— dijo Hermes

Entonces, ¿es él? —preguntó Zetes con entusiasmo.

Ya veremos —contestó la chica—. Zetes, trae a nuestros invitados.

Leo agarró el asa de su maletín de bronce.

—El maletín de bronce no puede faltar— dijo Katie

—Por supuesto que no— dijo Leo con incomodidad

No estaba seguro de cómo lo subiría por la escalera, pero tenía que acercarse a aquella chica y hacerle unas preguntas vitales, como su dirección de correo electrónico y su número de teléfono.

Leo se sonrojó aún más. Calipso miraba el libro como si le hubiera hecho algo extremadamente malo, por supuesto que Leo también tuvo que leer algunos momentos incómodos, pero bueno, solo esperaba que fuera la última chica que le había gustado y que no hubiera coqueteado con nadie más.

Antes de que diera un paso, ella lo congeló con una mirada. No lo congeló en sentido literal, pero podría haberlo hecho perfectamente.

—Qué bueno que no fue literal— dijo Percy

Tú no, Leo Valdez —dijo.

En lo más recóndito de su mente, Leo se preguntó cómo sabía su nombre, pero se concentró en lo colado que se sentía.

—Eso está muy mal— dijo Connor negando con la cabeza

—Pero no tanto como que tu novia lo escuche— dijo Travis

—Peor aún, que lo lea— señaló Connor

—¿Les han dicho que son unas horribles personas?— murmuró Leo

—Sip— respondieron los Stoll con una sonrisa

¿Por qué no?

Probablemente pareció un llorica de parvulitos, pero no pudo evitarlo.

—Un poco— admitió Piper

Jason asintió

Tú no puedes estar en presencia de mi padre —dijo la chica—. Fuego y hielo: no sería prudente.

—¿Escuchaste eso? No. Sería. Prudente— señaló Travis

—Creo que te deberías quedar callado— dijo Katie

—Katie, él nos gritó "echenles agua"— recordó Travis

—Tienes razón, continúa— dijo Katie

—Dioses, Katie— murmuró Leo negando con la cabeza

—Les dije que las hijas de Deméter no son para nada dulces— comentó Apolo

O vamos juntos —insistió Jason, posando la mano en el hombro de Leo—, o no vamos.

—Lo que no les sería de ayuda— comentó Atenea

—Pero están demostrando la lealtad con su amigo— señaló Perséfone

La chica ladeó la cabeza, como si no estuviera acostumbrada a que la gente se negara a obedecer sus órdenes.

No sufrirá ningún daño, Jason Grace, a menos que tú causes problemas.

—Así que no vayas a causar problemas, Jason— dijo Rachel

—Sin presiones, Jason— comentó Miranda

—Sin presiones— asintió Jason

Calais, mantén a Leo Valdez aquí. Vigílalo, pero no lo mates.

Cal se puso a hacer pucheros.

¿Solo un poco?

—¿Cómo te podría matar solo un poco?— preguntó Frank

—¿Solo un ratito estar muerto?— preguntó Leo

—Claro— asintió Jason

No —insistió la chica—. Y ocúpate de su interesante maletín hasta que padre emita un juicio.

—Eso suena mal— dijo Bianca

—Y fue bastante malo— dijo Piper

Jason y Piper miraron a Leo, formulándole una pregunta silenciosa con sus expresiones: « ¿Cómo quieres que lo hagamos?» . Leo sintió una oleada de gratitud. Estaban dispuestos a pelear por él.

—Por supuesto— dijeron Piper y Jason al mismo tiempo

—Pero cuando acabe el capítulo, tú te quedaras a solas con Calipso— dijo Travis

—Eres muy malo— comentó Leo

—El karma es una...— comenzó Katie riendo

—Sin groserías Kat, hay niños— dijo Travis con una carcajada

No pensaban dejarlo a solas con el buey del hockey. Una parte de él quería intentarlo, sacar su nuevo cinturón portaherramientas y ver lo que podía hacer, tal vez incluso lanzar una bola de fuego o dos y calentar aquel sitio.

—Y eso no serviría de nada— señaló Hefesto

—No cuando ese es su territorio— comentó Artemisa

Pero los Boréadas le daban miedo. Y aquella chica espectacular, todavía más, aunque seguía queriendo su número de teléfono.

—Qué bueno que vamos a tener descanso después de este capítulo— señaló Connor con una sonrisita burlona

Calipso resopló

No pasa nada, chicos —dijo—. No tiene sentido causar problemas si no es necesario. Id vosotros.

—Jamás creí que llegaría a escuchar esa frase de ti— dijo Percy en tono dramático

—Para que veas que tengo frases muy buenas— argumentó Leo

—Ahora veo que es verdad— dijo Percy

Escucha a tu amigo —dijo la chica—. Leo Valdez estará totalmente a salvo. Ojalá pudiera decir lo mismo de ti, hijo de Zeus. Y ahora, vamos; el rey Bóreas está esperando.

—Fin del capítulo— dijo Calipso entre dientes

—Gracias a los dioses— suspiró Leo —nena…

—¿Podemos comer antes de que te maten?— preguntó Connor —por favor

—Regresamos para seguir la lectura— dijo Atenea

Los chicos se fueron a comer, Leo y Calipso charlaban en voz baja. El plan era solo comer y regresar a la sala de trono para seguir leyendo, pues aún les faltaba demasiado, sin embargo la mayoría de los chicos estaban algo distraídos, al igual que algunos dioses, así que por tal motivo se les dio la tarde libre, todos fueron a hacer diferentes cosas y al calma reinaba en el Olimpo, al menos hasta que llegó la noche y unos gritos resonaron por todo el lugar.