REYNEL

Rachel encontró a Reyna por casualidad, y eso era cierto en muchos sentidos. En realidad, la había encontrado sentada en uno de los jardines cercanos al templo de Artemisa, no sabía por qué, Reyna se estaba quedando con Hestia. El caso es que cuando la vio, por un momento pensó en darse la vuelta, hacer como que no la había visto y regresar por dónde venía, pero la otra parte, era como si hubiera un imán y la atrajera hacia la morena. Además se acordó de lo que le aconsejó Piper, tal vez se complicaría todo por hacerle caso a la hija de la diosa del amor, pero a lo mejor no. Era un 50/50.

—Hola— dijo Rachel intentando no sorprender demasiado a Reyna, nunca sabías cuándo podía sacar su arma

Reyna levantó la vista y sus rasgos se suavizaron —Hola

—¿Por qué estás aquí, sola?— preguntó Rachel

—Podría preguntarte lo mismo— señaló Reyna, obviamente no le iba a contestar que estaba tratando de aclarar sus ideas en torno a ella.

—Buen punto ¿Puedo sentarme?

—Claro, mi jardín del Olimpo es tu jardín también

Rachel le dedicó una sonrisa brillante —Me alegra, cuando algún dios venga a reclamar diré que me diste luz verde para estar aquí

—Por supuesto y si ese dios quiere quitarte de aquí dime y saco mi arma

—No te preocupes, tengo mi cepillo azul a la mano, nunca salgo sin él — comentó Rachel

Ambas se quedaron calladas después de eso, el silenció era incómodo porque ambas estaban muy conscientes de la cercanía de la otra

—¿Puedo preguntarte algo?— pidió Rachel

Reyna la miró con las cejas levantadas —Claro

Rachel se removió incómoda —Bueno… Uhhh ¿Qué fue lo que te dijo Afrodita en Charleston?

Reyna la miró con algo de incredulidad, la verdad es que de todas las personas no esperaba que Rachel fuera quien le preguntara, aunque de todas las personas obviamente tenía que ser Rachel.

La pelirroja malinterpretó la mirada de Reyna —Claro que si no me lo quieres decir no tienes por qué hacerlo, yo no tengo derecho a preguntar tampoco, pero… Lo siento

Reyna negó con la cabeza —No, está bien… Es solo que me sorprendiste

—Pero en serio, si no quieres decirme no tienes por qué hacerlo

Reyna lo consideró, era cierto que no tenía por qué decirle a nadie lo que le había dicho la diosa, pero últimamente había estado pensando mucho en eso, sobre todo pensando que al parecer y por mucho que eso la fastidiara, Afrodita tenía razón. Reyna miró a Rachel, no sabía si esto era unilateral, pero esto de los sentimientos era complicado y era más complicado por qué se trataba de Rachel.

—Bueno, Afrodita… Afrodita dijo que ningún semidiós iba a curar mi corazón

Rachel la miró con incredulidad, ok, no eran grandes palabras, pero en realidad lo eran

—Y creo que tenía razón — dijo Reyna, con la boca repentinamente seca y dándole a Rachel una mirada que necesitaba muy poca interpretación

Rachel no sabía qué decir, siempre había sido irónico que el oráculo no tuviera palabras para sí misma, en este momento lo era más. Luego, hizo la pregunta más estúpida del mundo —¿Entonces a qué crees que se refería?

Reyna la miró —No estoy muy segura, y realmente espero estar en lo correcto porque creo que las dos sabemos cómo se pueden interpretar esas palabras

Rachel se sonrojó, en realidad lo había entendido y la verdad es que se alegraba de que Reyna se sintiera de la misma forma, pero también la asustó porque ella no era cualquier persona, era el Oráculo que se suponía que había hecho un voto.

—Estás en lo correcto — murmuró Rachel

Reyna suspiró —Ojalá hubieras dicho que no

Rachel la miró con una ceja alzada —No te estoy pidiendo nada …

Reyna la interrumpió —En realidad me gustaría que lo hicieras… pero no soy tan egoísta, sé que has hecho votos que son importantes para ti

—Estamos en un lugar donde todo puede cambiar— señaló Rachel, no sabía por qué estaba diciendo algo así, las palabras de Reyna eran sensatas y obviamente tenía razón

—¿Rachel, sabes en el peligro que te pondría por esto?— preguntó Reyna —Apolo puede ser agradable a veces, pero sigue siendo un dios y si lo ofendes no es muy bondadoso

—¿Estás de broma?— dijo Rachel —¿Estás preocupada por lo que pueda pasarme en vez de lo que te pueda pasar a ti? Para bien o para mal soy el Oráculo

—Precisamente— asintió Reyna —no te pondría en peligro por nada del mundo

—Sabes que también es mi decisión ¿Verdad?— señaló Rachel un poco fastidiada, aunque su parte racional sabía que Reyna tenía razón.

—Bueno, no te voy a ayudar a ponerte en peligro — resopló Reyna

Y no supo por qué lo hizo, bueno obviamente quería hacerlo, pero fueron más sus emociones que la razón las que dominó en ese momento.

Rachel besó a Reyna, y no fue un intento de beso, ni un beso suave, era uno de esos besos que parecían decir que se podía acabar el mundo y no importaba. El espíritu del Oráculo se removió dentro de ella, no se sentía mal, pero era extraño, aunque su presencia se fue empequeñeciendo mientras más duraba el beso.

Reyna se apartó primero, mirando a Rachel con incredulidad… Rachel, quien la había besado y había sido increíble.

—No podemos hacer esto— dijo Reyna —no quiero que estés en riesgo por mi culpa

Y Rachel lo entendió porque aunque lo había dicho antes, al fin se dió cuenta que Reyna era la que más podía salir mal parada de las dos porque nunca sabías cómo iban a reaccionar los dioses, incluso aunque habían hecho una promesa a Las Moiras.

—Lo sé — suspiró Rachel —lo siento, no volverá a pasar

Reyna asintió —Podemos. Ser. Amigas

Una hada moría cada que alguien decía eso.

—Por supuesto— asintió Rachel —nada tiene que cambiar

—Claro— dijo Reyna

Rachel asintió, se levantó y se fue.

Claro, nada tenía que cambiar.

Rápidamente se corrió la voz sobre la nueva sala de juegos que habían hecho Afrodita y Hermes. Así que la verdad no fue una gran sorpresa cuando casi todos los chicos se reunieron ahí

—¡Esto es completamente genial!— gritaron los Stoll

Había toboganes que por su tamaño parecían exclusivamente para los mellizos, pero también había tinas de pelotas, máquinas de juegos (por supuesto, eran de los 80, pero tenían increíbles juegos), había rompecabezas y también juegos de mesa, todo en alfombra donde podías andar sin zapatos y había un montón de bocadillos.

Los mellizos ya estaban en los tiburones, jugando con Jason a ser piratas (Jason definitivamente no cabía en los toboganes).

En otro lado Sammy les estaba explicando a Lena y Esperanza las reglas de la mitomagia por tercera vez.

—La verdad es que esto es complicado — dijo Esperanza

—Solo pon la carta más poderosa que tengas y ya— señaló Lena

—No— dijo Sammy con irritación —eso no te va a servir de nada, solo vas a enseñar tu carta más poderosa

—Tiene razón— asintió Nico mirando a Will —puedes ganar la primera ronda, pero ¿Y luego?

—Pues enséñales cómo se hace— dijo Will

Nico lo miró

—¿Qué? Le debías un torneo — y antes de que Nico pudiera contestara algo, Will gritó —¿Sammy quieres jugar mitomagia con Nico?

—¿En serio?— preguntó Sammy

Nico miró a Will y luego a Sammy —Sí, supongo que sí

Así que acercaron una mesa y Nico llevó las cartas que tenía. Esperanza fue por Bianca para que iniciaran las apuestas.

Nico se sorprendió un poco al ver a Bianca ahí y escuchar que apostaba por él. Hazel miró a su hermano como pidiéndole una disculpa cuando apostó por Sammy, no la culpaba.

—¿Dos de tres?— preguntó Nico

Sammy asintió y el juego comenzó.

En otra parte de la nueva sala Zoé también estaba organizando un juego

—Vamos, juega conmigo— pidió a su hermano, era el que quedaba ya que Bianca había ido a hacer apuestas

—No voy a jugar contigo Monopoly, eras malvada para ese juego— dijo Charles —y siendo yo el único jugador, vas a ser peor

Para su buena suerte, Piper aceptó unirse al juego

—Ahora podemos usar la estrategia contra ella, en vez de contra nosotros— susurró Zoé a su hermano

Percy y Annabeth se acercaron a ver qué estaban haciendo

—¿Quieren jugar Monopoly con nosotros?— preguntó Zoé

—Vale— dijo Percy

Zoé intercambió una mirada con su hermano

—No me dió confianza esa mirada— señaló Percy

—Vamos a jugar— dijo Annabeth y en voz baja agregó —tenemos que sacarlos primero del juego

Percy se empezó a reír —Lo sé

Jason y los mellizos habían parado el juego para ver qué estaban haciendo

—También queremos jugar — dijo Thom

—Pueden ser el banco— dijo Zoé

—Yo les ayudo — asintió Jason

Rachel también había entrado a la sala de juegos

—¿Está todo bien?— preguntó Percy al ver la expresión de Rachel

—Todo genial — asintió Rachel —¿Puedo jugar?

Zoé asintió y empezaron el juego

Los gritos emocionados se escuchaban en toda la sala, los pocos que no estaban en alguno de los dos grupos principales estaban probando todos los demás juegos.

En la parte de mitomagia estaba por terminar el primer duelo, la verdad no era mucha sorpresa, Nico iba ganando

—... Aunque si Sam pone una carta especial él podría ganar— murmuró Bianca con preocupación, a pesar de todo y aunque lo negara le emocionaba ver esto

—¿Le entiendes a esto?— preguntó Esperanza

—Mas o menos, aunque nunca fui muy buena

Sammy no puso una carta especial. Nico se llevó el primer round y chocó los cinco con Will, Hazel y Frank le dieron a Sammy una mirada de simpatía

En el lado del Monopoly, Percy había caído en la cárcel

—No es justo— se quejó Percy —¿Cuánto me piden por sacarme de la cárcel?— preguntó mirando a los mellizos y Jason

—Son el banco, no la policía — dijo Piper

—El banco no acepta sobornos— dijeron Jason y Helena al mismo tiempo

—El banco sí acepta sobornos— contradijo Thom y Percy pagó para salir de la cárcel.

En el segundo round de mitomagia Sammy ganó, fue un juego bastante reñido, pero al final logró derrotar a Nico.

Nico le dió una pequeña sonrisa al niño a pesar de su derrota, se dió cuenta que Reyna estaba ahí y también había apostado a su favor, aunque no se veía muy feliz que digamos.

Percy y Annabeth se dieron cuenta que estaban en problemas cuando Charles y Zoé habían empezado a dejarlos en la ruina.

—Dioses— murmuró Piper —espero que mi papá jamás me deje manejar sus empresas

Percy se había quedado sin dinero y sin propiedades, estaba negociando con Zoé para que le fiara el cobro de la casilla, mientras tanto Piper le preguntó a Rachel

—¿En realidad todo está bien?

Rachel hizo una mueca —Le pregunté a Reyna— ella no necesitaba aclarar más —salió bien, pero no salió bien

Piper asintió, pero antes de que contestara se dió cuenta que Charles la había dejado en la ruina

—Bancarrota— dijo Piper

Los juegos y risas siguieron durante mucho tiempo, semidioses y legados conviviendo como si fuera de lo más normal.

Al final, Nico ganó el tercer duelo de mitomagia, Sammy y él chocaron los cinco, luego fue el turno de Frank contra Sammy

En el otro lado Charles y Zoé habían dejado en bancarrota a todo el mundo, así que se enfrentaban los dos, fue salvaje y después de mucho ganó Zoé.

Las cosas habían parecido mucho más normales, tal vez era tiempo de que todo mejorara entre los semidioses y legados.