PERCY XLV, XLVI
XLV
Percy
—Vamos a descubrirlo— dijo Hermes —¿Quién quiere leer?
—Yo voy a leer— dijo Bianca
—Que bueno que te decides— comentó Apolo —ya era justo que también leyeras
Bianca le hizo una mueca, le pasaron el libro —Capítulo XLV, Percy
Percy estaba harto de agua. Si lo dijera en voz alta, probablemente lo echarían de los Boy Scouts Marinos de Poseidón, pero le daba igual.
—Bueno, pero ahora todos lo sabemos— dijo Apolo
—¿Tienes Boy Scouts Marinos?— preguntó Hermes
—De ser así, Percy ya está fuera— dijo Connor
—Ni modo— comentó Percy encogiéndose de hombros
Después de haber sobrevivido por los pelos a la inundación del ninfeo, quería volver a la superficie. Quería estar seco y sentarse al sol un buen rato, preferiblemente con Annabeth.
—Preferiblemente— dijo Thalia
—Pero si no pasa, se conforma con estar seco y sentarse al sol— dijo Will
—Pequeños placeres de la vida— asintió Percy y le dio una pequeña sonrisa a Annabeth
Lamentablemente, no sabía dónde estaba Annabeth. Frank, Hazel y Leo estaban desaparecidos en combate. Todavía tenía que salvar a Nico di Angelo, suponiendo que no estuviera ya muerto.
Bianca titubeó en la última palabra, la verdad es que casi todos pensaron que simplemente había sido la palabra, pero Nico y Will sabían la verdad… Más o menos
—Tú eras el que se lo estaba diciendo a Jason— dijo Hazel
—Lo sé, es que soy bueno para darles ánimos a los demás, pero para mí mismo no— comentó Percy
—Y eso lo explica perfectamente— dijo Frank
Percy asintió de acuerdo
Y todavía quedaba el asuntillo pendiente de los gigantes que querían destruir Roma, despertar a Gaia y conquistar el mundo.
—Cosa de todos los días— dijo Rachel
—Pequeñeces— dijo Leo
—Claro, cositas de nada— coincidió Percy
—Obviamente— asintió Pïper
Aquellos monstruos y dioses tenían miles de años de antigüedad. ¿No podían tomarse unas cuantas décadas de descanso y dejar que Percy viviera su vida? Por lo visto no.
—Por supuesto que no— resopló Percy
—Es que eso era demasiado pedir— comentó Annabeth
—Tampoco puedes esperar milagros— dijo Connor
—Es mi culpa por esperarlos— dijo Percy
—Pues sí— asintió Travis
Percy tomó la delantera mientras avanzaban a gatas por la tubería que hacía de alcantarilla. A los diez metros, la tubería se juntó con un túnel más ancho. A su izquierda, en algún lugar a lo lejos, Percy oyó ruidos y chirridos, como si hubiera una enorme máquina que necesitara ser lubricada.
—Genial— dijo Leo
—No fue muy genial— dijo Percy con una mueca
—Nop, ni un poco— comentó Jason
No tenía el más mínimo deseo de averiguar qué emitía ese sonido, de modo que se figuró que ese era el camino que debían seguir.
—Obviamente— asintió Piper
—Era una pista bastante grande— coincidió Miranda
—Casi casi era como una señal de "usted debe ir por aquí"— dijo Percy
—Y vaya que sí— dijo Jason
Varios cientos de metros más adelante, llegaron a una curva del túnel. Percy levantó la mano e indicó a Jason y a Piper que esperasen. Se asomó a la esquina. El pasillo se comunicaba con una inmensa sala con techos de seis metros de altura e hileras de columnas de apoyo.
—Bueno, pudo ser un lugar peor— dijo Connor
—En realidad, sí era un mal lugar— dijo Percy
—Aunque sí pudo ser peor— comentó Jason
—Bueno, aunque sí se pone peor— señaló Piper
Recordaba la zona como un aparcamiento que Percy había visto en sueños, pero estaba mucho más llena de cosas. Los chirridos y los ruidos provenían de unos enormes engranajes y sistemas de poleas que subían y bajaban secciones de suelo sin motivo aparente.
—No tenían mucho sentido, la verdad— dijo Percy —Bueno, tal vez un poco de sentido sí tenían, pero era difícil saber
—Nos podemos imaginar— asintió Rachel
—Las cosas casi nunca tienen sentido— dijo Apolo
—Y menos con esos dementes— señaló Dionisio
El agua corría por unas zanjas abiertas (genial, más agua)
Varios le dieron a Percy una mirada de simpatía
—No es como que nunca más vayas a volver a ver agua— comentó Hermes
—Lo sé, pero pueden ser encuentros un poco espaciados— dijo Percy
—Por supuesto que sí— dijo Katie
—Si no es mucho pedir— añadió Percy
e impulsaba unas ruedas hidráulicas que hacían girar algunas máquinas. Otras máquinas estaban conectadas con enormes ruedas de hámster que tenían sabuesos infernales en el interior. Percy no pudo evitar pensar en la Señorita O'Leary y en lo mucho que detestaría estar atrapada en una de ellas.
—Definitivamente— asintió Annabeth
—Y probablemente intentaría destruirla— comentó Zoé
—Muy probablemente— coincidió Percy
—Y yo creo que ninguno de ellos tiene perros normales— murmuró Connor a su novia
Del techo colgaban jaulas con animales vivos: un león, varias cebras, una manada entera de hienas e incluso una hidra con ocho cabezas.
—Era como aquel camión, pero diez veces peor— comentó Percy
—Ya nos podemos imaginar — dijo Annabeth
—Pobres animales, suena terrible para ellos— dijo Grover
—Sip, y para cualquier ser vivo, en realidad— mencionó Piper
Cintas transportadoras de bronce y cuero con aspecto antiguo avanzaban con gran estruendo cargadas de montones de armas y armaduras, como en el almacén de las amazonas en Seattle, pero era evidente que ese sitio era mucho más antiguo y no estaba tan bien organizado.
—Creo que nadie podría ser tan bien organizado como las Amazonas— dijo Hazel
—Pues quién sabe, para secuestros a las cazadoras se les da muy bien— comentó Reyna
—Gracias, una habilidad muy útil— dijo Thalia con una media sonrisa
A Leo le encantaría, pensó Percy. Toda la sala era como una máquina enorme, temible y poco fiable.
—Gracias… Creo— murmuró Leo
—De nada— dijo Percy con una sonrisa
—Pero probablemente sí te gustaría— dijo Jason
—Todos estamos de acuerdo en eso— asintió Piper
—¿Qué pasa? —susurró Piper.
Percy no sabía qué contestar. No veía a los gigantes, de modo que indicó a sus amigos con la mano que avanzaran y echaran un vistazo.
—Me preocupa que no vean a los gigantes— comentó Poseidón con una mueca
—Bueno, tratándose de esos idiotas, es probable que estén pensando en hacer una entrada "triunfal"— dijo Dionisio con aburrimiento
—Todos deben de hacer una entrada triunfal de vez en cuando— señaló Apolo
—No les vayas a dar clases, ya están suficientemente desquiciados— añadió Hermes
A unos seis metros más allá de la entrada, la figura de madera de un gladiador a tamaño natural salió inesperadamente del suelo. Avanzó por la cinta transportadora emitiendo chasquidos y chirridos, se enganchó en una cuerda y ascendió a través de una ranura del techo.
—Que raro— dijo Miranda
—Aunque ahorita que siga la lectura ya no va a ser tan raro— dijo Percy
—Dentro de lo que cabe, más o menos tenía sentido— señaló Piper
—Pero ¿qué demonios…? —murmuró Jason.
—Es lo que nos preguntamos todos— dijo Katie —pero dicen que los vamos a entender
—Es que sí lo van a entender— dijo Percy
—No creo que el libro se quiera saltar esa información— argumentó Piper
—Se debería saltar otras— murmuró Percy
Entraron. Percy escudriñó la sala. Había varios miles de objetos que mirar, la mayoría de ellos en movimiento, pero una de las ventajas de ser un semidiós con déficit de atención e hiperactividad era que a Percy no le incomodaba el caos.
—Es algo bueno— dijo Zoé con una sonrisa inocente
—Atentamente, la causante del caos— bromeó Thalia
—A nadie nos sorprende esa información— dijo Piper riendo
—Zoé dándose a conocer— dijo Bianca negando con la cabeza
Apolo le dio una mirada llena de ironía
A unos cien metros de distancia, vio un estrado elevado con dos descomunales sillas de pretor vacías.
Reyna hizo una mueca
—Esos dos definitivamente están locos— comentó Bianca
—Oh sí, y espera a ver lo que planearon— señaló Piper
—Eso les da puntos extras en demencia— asintió Percy
Entre ellas había una vasija de bronce lo bastante grande para albergar a una persona.
—Mirad.
Señaló el recipiente a sus amigos.
Bianca hizo una mueca y agarró el libro con más fuerza
—Eso es muy fácil— dijo Apolo
—El dios de la obviedad— masculló Hades
—Bueno, pero desde que entró a la escena la vasija, sabíamos que era una trampa— señaló Deméter
Piper frunció el entrecejo.
—Demasiado fácil.
—Desde luego —dijo Percy.
—Pero no tenemos alternativa —dijo Jason—. Tenemos que salvar a Nico.
—Sí.
Los chicos intercambiaron una mirada de preocupación, Nico hizo una mueca. Bianca no estaba segura de por que había escogido precisamente este capítulo para leer. Mientras tanto, Rachel y Piper parecían estar discutiendo un tema de suma importancia, Rachel de vez en cuando miraba de reojo a Reyna (y Reyna también la veía discreta), Piper parecía estar dandole una lista de tareas por hacer o algo así. Además a nadie le pasó desapercibida la extraña tensión que había entre Reyna y Rachel ¿Por qué?
Percy empezó a atravesar la sala, abriéndose camino cuidadosamente entre cintas transportadoras y plataformas móviles. Los sabuesos del infierno encerrados en las ruedas no se fijaron en ellos.
—Al menos— dijo Piper interrumpiendo su conversación
—Pero no creo que los gigantes no sepan que están ahí— comentó Perséfone
—Esperamos que todo salga bien— dijo Hestia con preocupación
—Nosotros también lo esperabamos— asintió Jason
Estaban demasiado ocupados corriendo y jadeando, con sus ojos rojos brillantes como faros de coche. Los animales de las otras jaulas los miraron con aburrimiento, como diciendo: « Os mataría, pero necesitaría demasiada energía» .
—Bueno para nosotros, malo para ellos— dijo Percy
—Mientras sigan en las jaulas yo creo que no es tanto el peligro— comentó Dionisio encogiéndose de hombros
Poseidón le dio una mirada asesina
—Es la verdad— señaló Dionisio
Percy trató de estar al acecho por si había trampas, pero allí todo parecía una trampa.
—Un poco complicado entonces— comentó Thalia
—No había mucho de donde escoger— dijo Percy
—Al menos sabes que están en una gran trampa gigante— señaló Miranda
—Es un avance— dijo Piper
Se acordó de las numerosas ocasiones en las que había estado a punto de morir en el laberinto hacía unos años. Ojalá Hazel estuviera allí para ayudarle con sus dotes subterráneas (y, por supuesto, para reunirse con su hermano).
Bianca miró a Percy con el ceño fruncido
—Percy con sus prioridades— dijo Connor
— O sea, las dos cosas son muy importantes— comentó Percy
—Te entendemos, Percy— asintió Hazel
Saltaron por encima de una zanja con agua
—Más agua— bromeó Travis
—Más agua— se quejó Percy
y se agacharon por debajo de una hilera de lobos enjaulados. Habían recorrido aproximadamente la mitad de distancia que los separaba de la vasija cuando el techo se abrió encima de ellos.
—Por supuesto que sí— suspiró Poseidón
—Era algo que se veía venir— dijo Afrodita
—Pero de todas maneras no nos gustó— dijo Piper
—Para nada— comentó Jason
Una plataforma descendió. De pie sobre ella, como un actor, con una mano levantada y la cabeza erguida, estaba el gigante Efialtes con su cabello morado.
—Qué cliché— resopló Dionisio
—Voy a admitirlo, sí es demasiado cliché— comentó Apolo con una mueca de desagrado —eso lo puede hacer cualquiera
—Esperaba que le hubieran puesto más entusiasmo a su entrada— dijo Hermes
Como Percy había advertido en sueños, el Gran F era pequeño desde el punto de vista de un gigante —unos tres metros y medio de estatura—, pero intentaba compensarlo con su llamativo conjunto.
—Horrible conjunto— dijo Piper
—Dioses, no sé quién les habrá enseñado a vestirse— comentó Percy
—La verdad es que sí lucían horribles— dijo Jason
Se había quitado la armadura de gladiador y en ese momento lucía una camisa hawaiana que incluso a Dioniso le habría parecido de mal gusto.
—¿Incluso a Dionisio?— masculló el mencionado
—Pues sí— dijo Percy
—¿Estás sugiriendo que tengo mal gusto?— resopló el dios del vino
—Sus palabras no las mías— dijo Percy
Tenía un estampado chillón hecho de héroes moribundos, horribles torturas y leones comiendo esclavos en el Coliseo.
—Qué horror— dijo Afrodita —necesita muchas clases para saber cómo se maneja la moda
—Yo creo que eso ya es un caso perdido— comentó Apolo
—Probablemente— asintió Afrodita —no todos pueden nacer con buen gusto y sentido de la moda… Y a esos dos, ni los mejores maestros, o sea yo, podría hacer nada
El pelo del gigante estaba trenzado con monedas de oro y de plata. Tenía una lanza de tres metros sujeta a la espalda con una correa, que no combinaba muy bien con la camisa.
—Y el arma siempre debe combinar— dijo Piper con tono sarcástico
—Eso es muy cierto, querida— dijo Afrodita
—Claro, no quieres desentonar en medio del campo de batalla— mencionó Artemisa rodando los ojos
—Por supuesto que no— señaló Afrodita
Llevaba unos tejanos de intenso color blanco y unas sandalias de piel en sus… No eran pies, sino cabezas de serpiente curvadas. Las serpientes metían y sacaban la lengua y se retorcían como si no les hiciera gracia soportar el peso de un gigante.
—A mí tampoco me gustaría— dijo Leo
—Necesitas hacer algo muy malo para convertirte en los pies de un gigante— comentó Travis
—Probablemente porque es algo que nadie quisiera— asintió Percy
—Seria de lo más asqueroso y agotador— dijo Chris
Efialtes sonrió a los semidioses como si estuviera encantado de verlos.
—¡Por fin! —rugió—. ¡Me alegro mucho! Sinceramente, pensaba que no pasaríais de las ninfas, pero es mucho mejor que lo hayáis conseguido. Mucho más divertido. ¡Llegáis justo a tiempo para el número principal!
—Jisiti i tiimpi— masculló Percy
—La verdad es que de todas maneras no creo que les guste el número principal— dijo Miranda
—Definitivamente no— comentó Jason negando con la cabeza
Jason y Piper cerraron filas a cada lado de Percy. Tenerlos allí le hizo sentirse un poco mejor.
Jason, Piper y Percy intercambiaron una sonrisa
—Fuimos buen equipo— dijo Percy
—Un equipo genial— asintió Jason
—Bueno chicos, ustedes dos fueron los que hicieron todo el trabajo— comentó Piper
El gigante era más pequeño que muchos de los monstruos a los que Percy se había enfrentado, pero había algo en él que le ponía la carne de gallina. En los ojos de Efialtes brillaba una luz demencial.
—Eso podría ser un problema— dijo Apolo
—Oh, definitivamente es un problema— dijo Percy
—Pero,,, ¿De que sirve que peleen si de todas maneras no los pueden derrotar?— preguntó Katie y los dioses se removieron incómodos —¿No sería mejor simplemente tratar de escapar?
—Es que no había muchas vías de escape— comentó Jason
—Aquí estamos —dijo Percy, lo que le pareció bastante obvio una vez que lo hubo dicho—.
—El elocuente— dijo Thalia
—No me dieron tiempo de organizar mi discurso— dijo Percy —espero ir más preparado para la próxima vez
—Por favor, esas no son grandes palabras para empezar— señaló Thalia
Suelta a nuestro amigo.
—¡Desde luego! —dijo Efialtes—. Aunque me temo que ha sobrepasado ligeramente su fecha de expiración.
Bianca apretó los labios. Hades soltó una retahíla de palabras que no fueron muy amables para los gigantes
—Ok, se lo merecían, pero tenemos niños pequeños aquí— señaló Apolo
—Hay que ser responsables con ellos— asintió Hermes
Para sorpresa de todos, Hades se veía un poco avergonzado
Oto, ¿dónde estás?
A un tiro de piedra de allí, el suelo se abrió, y el otro gigante se elevó en una plataforma.
—¡Por fin, Oto! —gritó su hermano con regocijo—. ¡No vas vestido igual que yo! Llevas… —Efialtes adoptó una expresión de horror—. ¿Qué llevas puesto?
—Yo también me horroricé al verlo— dijo Percy
—Cualquiera en su sano juicio lo haría— comentó Piper
—Es que parecía que estaba viendo cual era el peor traje que podría encontrar— señaló Jason
Oto parecía el bailarín de ballet más grande y malhumorado del mundo. Llevaba unos leotardos azul celeste muy ajustados, y Percy deseó que dejaran más margen a la imaginación.
—Iuug— dijo Miranda
—Que asco— dijo Afrodita
—Siento que nunca voy a poder borrar eso de mi mente— dijo Piper
—Se quedó grabado como uno de los peores traumas— asintió Percy
—Y que lo digan— murmuró Jason
Las punteras de sus enormes zapatillas de baile estaban cortadas para que sus serpientes pudieran sobresalir. Una diadema de diamantes (Percy decidió ser generoso y pensar que era la corona de un rey )
—Soy muy generoso— dijo Percy
—Del reino de los estúpidos, tal vez— masculló Dionisio
—Pero un reino al fin y al cabo— señaló Apolo
—Buen punto— coincidió Hermes
reposaba sobre su cabello verde trenzado con petardos. Parecía hosco y muy incómodo, pero consiguió inclinarse como un bailarín, lo que no debió de resultarle fácil con los pies de serpientes y la lanza en la espalda.
—Le damos el crédito por ello— dijo Jason
—No creo que le hiciera nada de justicia al baile— comentó Apolo
—Entonces suponemos que ese espectáculo principal va a tener bailable y todo— dijo Katie
—Pues no se lograban poner de acuerdo— dijo Percy
—Eso es lo que pasa cuando tienes que hacer todo con tu hermano— señaló Travis
—¡Dioses y titanes! —gritó Efialtes—. ¡Es la hora del espectáculo! ¿En qué estás pensando?
—No quería llevar el traje de gladiador —se quejó Oto—. Sigo pensando que un ballet quedaría perfecto mientras se desata el fin del mundo
—Algo totalmente fuera de lo común, al menos— dijo Apolo
—Que demuestren su originalidad— asintió Hermes
—¿Se imaginan?— preguntó Percy — obviamente seria una novedad
—Y nadie se ha atrevido a tanto— dijo Leo
—miró esperanzado a los semidioses arqueando las cejas—. Tengo disfraces de sobra…
—¡No! —espetó Efialtes, y por una vez Percy estuvo de acuerdo con él.
—Definitivamente— asintió Percy
—Sí, creo que todos lo estábamos— dijo Jason
—Me puedo imaginar la clase de disfraces que tendría— dijo Piper con una mueca de asco
—Qué horror— dijo Percy
El gigante del cabello morado se situó de cara a Percy. Sonrió con tal expresión de dolor que pareció que lo estuvieran electrocutando.
—Por favor, disculpa a mi hermano —dijo—. Su presencia escénica es espantosa, y no tiene estilo.
—Miren quién lo dice— murmuró Piper
—Irónico que lo dijera— comentó Apolo
—Por supuesto que sí, los dos son igual de imbéciles y con cero estilo— señaló Dionisio
—El estilo se tienen o no, punto. Y al parecer ninguno de los dos lo obtuvo— dijo Afrodita
—Está bien —Percy decidió no hacer comentarios sobre la camisa hawaiana —. En cuanto a nuestro amigo…
—Ah, él —dijo Efialtes sonriendo burlonamente—. Íbamos a dejar que acabara de morir en público,
Bianca miró con total indignación el libro entre sus manos, por obvias razones sabía que todo había salido bien, pero aun así, con todo lo que había pasado desde el ataque, lo que afirmó cuando llegó Silena y que obviamente no había superado, se arrepintió de tomar el libro. Lena también parecía estar pensando en eso, ya que se removió incómoda en su asiento y le dio una especie de mirada arrepentida a Bianca.
pero no tiene ningún interés como espectáculo. Se ha pasado días durmiendo acurrucado. ¿Qué clase de espectáculo es ese? Oto, vuelca la vasija.
Hades hizo una mueca, Nico se removió incómodo.
—Dioses— murmuró Will tomando la mano de Nico como para asegurarse que estaba ahí
—Está bien— murmuró Nico, pero en realidad no estaba bien y cuando sintió la mano de Will sobre la de él, se sintió un poco más seguro y recordó, se dio cuenta que si esto estaba mal para él, debía ser peor para cierta persona que leía. Volteó la mirada a Bianca, ella estaba pálida, sus ojos recorriendo el libro , sus manos temblando y parecía querer llorar, pero no hacerlo ahí. Se sintió fatal por eso, era raro que ni siquiera la conocía (en realidad no) pero se sentía mal verla sufrir o más bien, que intentara ocultar que estaba sufriendo.
Oto se acercó penosamente al estrado, deteniéndose de vez en cuando a hacer un plié. Tiró la vasija, la tapa se levantó, y Nico di Angelo salió. A Percy se le paró el corazón al ver su rostro pálido y cadavérico, y su cuerpo extremadamente delgado. No sabía si estaba vivo o muerto.
Suficiente, esto era suficiente para Bianca
—Zoé— dijo Bianca en tono bajo y con la voz ronca
Zoé volteó inmediatamente hacia su amiga
—Toma el libro— pidió Bianca
Zoé la miró con confusión, pero el tono de Bianca también le dio cierta preocupación. Tomó el libro sin preguntarle nada.
Todos los demás también miraron con confusión cuando vieron la escena, y más aún cuando Bianca se levantó de su lugar y salió hecha una furia de la Sala, por supuesto fue bastante malo lo que había pasado con Nico en el libro o ¿Había algo más?
Nico y Will intercambiaron una mirada y antes de que lo pudiera reflexionar más… O reflexionar si quiera sobre lo que iba a hacer Nico se levantó de su lugar y fue tras ella.
Charles estaba dispuesto a ir también tras ella, pero Zoé le tomó la mano y negó suavemente con la cabeza.
Todos se miraron sin saber que hacer o decir, solo Will y Hazel parecieron compartir una mirada de entendimiento. Por supuesto, Will también quería ir, pero algo le decía que eso era solo un momento de ellos dos.
Después de un momento de silencio en el que solo algunos supieron que estaba pasando, Zoé retomó la lectura, su voz tembló un poco
Quería acercarse corriendo a comprobarlo, pero Efialtes se interponía en su camino.
—Ahora tenemos que darnos prisa —dijo el Gran F—. Debemos repasar vuestras acotaciones. ¡El hipogeo está listo!
—Vaya, que responsable— resopló Katie
—Para que veas, cuando los gigantes quieren algo, se vuelven muy responsables — comentó Percy
—Claro que sí — asintió Apolo
—Es algo que todos sabemos— dijo Travis
Percy estaba dispuesto a cortar a ese gigante por la mitad y a largarse de allí, pero Oto estaba al lado de Nico. Si estallaba un combate, Nico no estaba en condiciones de defenderse. Percy necesitaba hacer tiempo para que se recuperara.
—No quiero que suene mal, pero ¿Tienen suficiente tiempo?— preguntó Chris
—Buena pregunta — dijo Percy —no lo teníamos, pero íbamos a intentar que existiera
—Era todo lo que podíamos hacer en ese momento— comentó Jason
—Y que lo digas — murmuró Piper
Jason levantó su gladius de oro.
—No vamos a participar en ningún espectáculo —dijo—. ¿Y qué es el hipo… como se llame?
—Hasta para Jason era una palabra muy rara— comentó Percy
—Es una palabra rara para todos — dijo Jason encogiéndose de hombros
Mientras tanto Will y Charles veían hacia la puerta esperando que Nico y Bianca regresaran. Aunque algo les dijo que tal vez no sería pronto.
—¡Hipogeo! —exclamó Efialtes—. Eres un semidiós romano, ¿no? ¡Deberías saberlo! Aunque supongo que si hacemos nuestro trabajo aquí abajo, no sabrás que el hipogeo existe.
—Ah no, pues gracias— dijo Connor
—Pero supongo que no hicieron bien su trabajo — comentó Miranda
—Yo supongo lo mismo— asintió Percy
—Una buena noticia — suspiró Sally
—A mí también me lo parecía — coincidió Percy
—Yo conozco esa palabra —dijo Piper—. Es la zona de debajo del coliseo. Allí se guardaban todas las piezas de atrezo y la maquinaria que se usaba para crear efectos especiales.
Efialtes se puso a aplaudir entusiasmado.
—¡Exacto! ¿Eres estudiante de arte dramático, muchacha?
—Bueno, espero que no te empieces a llevar bien con esos gigantes— comentó Leo
—No, creo que no estamos en sintonía para ser amigos— dijo Piper
—Sus auras no coinciden— dijo Katie riendo
—Claro que no, esa amistad sería muy mala— asintió Piper
—Ejem… mi padre es actor.
—¡Maravilloso! —Efialtes se volvió hacia su hermano—. ¿Has oído eso, Oto?
—Actor —murmuró Oto—. Todo el mundo es actor. Nadie sabe bailar.
—Tiene un punto en eso— asintió Apolo
—Puede que muchas personas sepan bailar, nada más que no las ha conocido — comentó Leo encogiéndose de hombros
—A lo mejor las asustan y ya no se da cuenta si saben bailar — señaló Percy
—También es probable— coincidió Apolo
—¡Pórtate bien! —lo regañó Efialtes—. Tienes toda la razón, muchacha, pero este hipogeo es mucho más que la tramoya de un coliseo. ¿Sabes que en la Antigüedad algunos gigantes fueron encarcelados bajo tierra, y de vez en cuando provocaban terremotos cuando intentaban liberarse?
—¿Ven? No siempre es mi culpa— señaló Poseidón
—Pero sí la mayoría — resopló Atenea
—Además dijo que en la antigüedad— dijo Apolo
—Sí, pero luego todavía intentan liberarse— dijo Poseidón
¡Otro gallo nos habría cantado! Oto y yo hemos estado encerrados debajo de Roma una eternidad, pero hemos estado ocupados construyendo nuestro propio hipogeo. Y ahora estamos listos para ofrecer el mejor espectáculo que Roma ha presenciado jamás… ¡y el último!
—Bueno, al menos no los podrán superar— comentó Leo
—Marcan un nuevo récord— asintió Piper
—Ojalá a alguien más no se le ocurra llevarlo a cabo en algún otro lado— dijo Connor
—Por favor no— murmuró Percy
Nico se estremeció a los pies de Oto. Percy se sintió como si una rueda de hámster alojada en su pecho se hubiera puesto otra vez en movimiento. Por lo menos Nico estaba vivo.
—Es un gran avance— dijo Miranda
—Pero lo malo es que no está en condiciones ni siquiera de huir— señaló Chris
—Sí, eso sería un problema porque no creo que los gigantes los dejen ir así como así— comentó -Bianca con una mueca
—Ni les van a dar tiempo— asintió Thalia
Ahora solo tenían que vencer a los gigantes, preferiblemente sin destruir la ciudad de Roma, y largarse de allí para buscar a sus amigos.
—Súper fácil— dijo Katie
—Cosa que se puede hacer en cinco minutos— asintió Percy
—Claro, incluso nos podría sobrar tiempo— comentó Piper con sarcasmo
—Obviamente, muchísimo tiempo— dijo Jason
—¡Bueno! —dijo Percy, con la esperanza de mantener la atención de los gigantes centrada en él—. ¿Has dicho algo de unas acotaciones?
—¡Sí! —dijo Efialtes—. Ya sé que las condiciones de la recompensa estipulan que tú y la chica sigáis con vida si es posible,
Zoé resopló
Percy y Annabeth hicieron una mueca
—Creo que no va a cumplir las condiciones— dijo Travis
—¿Qué te dio esa impresión?— preguntó Katie
—No lo sé, simplemente la intuición— comentó Travis encogiéndose de hombros
pero, sinceramente, la chica ya está condenada, así que espero que no te importe que nos desviemos del plan.
Percy notó en la boca un sabor a agua de ninfa perversa.
—¿Condenada? ¿Quieres decir que está…?
Percy tomó la mano de Annabeth como para asegurarse que ella estaba ahí, Annabeth le dio un suave apretón
—¿Muerta? —preguntó el gigante—. No. Todavía no. ¡Pero no te preocupes! Tenemos a tus otros amigos encerrados, ¿sabes?
Piper emitió un sonido estrangulado.
—Así son de chismosos esos gigantes— dijo Leo
—Ya lo noté— asintió Piper
—Pero bueno ¿Qué le hacemos?— preguntó Leo
—No, ya no podemos hacer nada— suspiró Piper
—¿Leo? ¿Hazel y Frank?
—Esos mismos —convino Efialtes—. Así que podemos utilizarlos a ellos para el sacrificio. Podemos dejar que la hija de Atenea muera, cosa que agradará a su señoría.
Annabeth resopló
—Son tan idiotas— masculló Atenea
—Pero bueno, están subestimando a Annabeth, es una ventaja— dijo Artemisa
¡Y podemos utilizaros a vosotros tres para el espectáculo! Gaia se llevará una pequeña decepción, pero todos salimos ganando. Vuestras muertes serán mucho más divertidas.
Jason gruñó.
—¿Quieres diversión? Yo te daré diversión.
—A pesar del contexto, eso sonó muy sexy— dijo Afrodita
—¡Mamá!— dijo Piper —tenemos niños pequeños aquí
—Y me doy cuenta por qué están aquí— dijo Afrodita con una sonrisita
—Oh dioses— murmuró Piper sonrojada cuando entendió a lo que se refería la diosa
—¡Alguien cubra los oídos de los niños!— gritó Apolo "escandalizado"
—Y los míos— murmuró Zoé
Piper dio un paso adelante. Consiguió esbozar una sonrisa dulce.
—Tengo una idea mejor —les dijo a los gigantes—. ¿Por qué no nos dejáis libres? Sería un giro increíble. Le daría mucha emoción al espectáculo y demostraría al mundo lo fantásticos que sois.
—Sería un plot twist totalmente inesperado— coincidió Apolo
—Y nos gustaría mucho que pasara— asintió Percy
—Claro, de hecho nadie superaría ese giro de trama— comentó Hermes
—Sí, estaría super bien— dijo Piper
Nico se movió. Oto lo miró. Sus pies de serpientes sacaron la lengua hacia la cabeza de Nico.
—Mejor mantener alejadas esas serpientes— murmuró Will
—¿Serían venenosas?— preguntó Miranda
—No descartaría esa posibilidad— dijo Piper
—Mejor quedarse con la duda— asintió Poseidón
—¡Además…! —dijo Piper rápidamente—. Además, podríamos hacer unos pasos de baile mientras escapamos. ¡Por ejemplo, un número de ballet!
—Pagaría por verlos bailando ballet— comentó Travis
—Claro, sería realmente increíble— dijo Piper
—Pues la verdad no pensé que el ballet pudiera ser horrible, pero ellos lo lograron— señaló Percy
—Y se esforzaron mucho en lograrlo— dijo Jason
Oto se olvidó de Nico. Se acercó pesadamente y apuntó a Efialtes agitando el dedo.
—¿Lo ves? ¡Es lo que yo te decía! ¡Sería increíble!
—No lo aprecian lo suficiente— comentó Connor con sarcasmo
—Típico de hermanos— dijo Apolo negando con la cabeza
—En todas las especies se da eso, siempre— dijo Zoé, Charles le dio una mala mirada
—Completamente de acuerdo— dijo Miranda
Por un instante, Percy pensó que iba a lograrlo. Oto miró a su hermano de modo suplicante. Efialtes se tocó la barbilla como si estuviera considerando la idea. Finalmente, negó con la cabeza.
—¡Maldita sea!— masculló Thalia
—Era la idea del éxito, pero le tuvo miedo— dijo Travis
—De lo que se perdieron— dijo Piper negando con la cabeza
—A esos gigantes les hace falta cultura— comentó Apolo
—No… no, me temo que no. Verás, muchacha, yo soy la antítesis de Dioniso. Tengo una reputación que mantener. ¿Dioniso cree que entiende de fiestas? ¡Pues se equivoca! Sus juergas son de lo más sosas comparadas con lo que yo hago.
—Ay por favor, una simple imitación barata— dijo Dionisio
—Más desquiciadas— murmuró Percy
—Y por lo tanto no se comparan con la genialidad de las mías— comentó Dionisio
—La verdad es que las fiestas de Dionisio tienen estilo— dijo Hermes
—Por supuesto— dijo Dionisio
—La verdad que sí, a veces están medio dementes, pero no tanto— señaló Apolo
Por ejemplo, el número que hicimos cuando apilamos montañas para llegar al Olimpo…
—Te dije que no daría resultado —murmuró Oto.
—Fué bastante estúpido— dijo Dionisio
—Cuando sienta que mi idea es estúpida, me voy a acordar de lo que quisieron hacer ellos— dijo Leo
—Y sí funciona— comentó Percy —creo que esa idea fue el colmo de la estupidez
—Bueno, para la próxima me preguntaré "Del 1 al apilar montañas para llegar al olimpo ¿Qué tan estúpida es mí idea'"— señaló Piper
—Con esa clase de marca, mis ideas van a ser las mejores— comentó Zoé
—Ay no— dijo Piper riendo
—Tratame bonito porque como prima mayor son el ejemplo de los mellizos— señaló Zoé
—Doble "ay no"— dijo Thalia riendo
—No lo eres— dijo Helena negando con la cabeza y todos soltaron una risita
Zoé la miró con indignación
—Y la vez que mi hermano se cubrió de carne y corrió por una pista de obstáculos de drakones…
—Dijiste que lo emitirían por Hefesto TV en horario de máxima audiencia — dijo Oto—. Pero nadie me vio.
—Con razón no lo vieron— dijo Miranda con una mueca
—Sí me llegó la invitación— dijo Hefesto —pero justo por esas fechas Apolo hizo algo estúpido…
—Cuando no— comentó Artemisa
—... Es más divertido ver a Apolo cometer estupideces— terminó Hefesto
Apolo resopló
—Este espectáculo será todavía mejor —prometió Efialtes—. Los romanos siempre han querido pan y circo: ¡comida y entretenimiento! Con la destrucción de la ciudad, les ofreceré las dos cosas. ¡Contemplad una muestra!
—¿Y cómo lo van a ver si van a destruir la ciudad?— preguntó Travis
—Antes de que destruya por completo— dijo Leo
—Ese espacio en el que no van a saber ni qué está pasando— señaló Chris
—Eso no les va a ayudar con la audiencia— dijo Leo negando con la cabeza
Algo descendió del techo y cayó a los pies de Percy : un pan de sándwich envuelto en una bolsa de plástico con puntos rojos y amarillos.
Percy lo recogió.
—¿Pan de molde?
—¿Qué?— preguntaron varios, sumamente confundidos
—Claro ¿Por qué no?— preguntó Hermes
—La verdad sus ideas son muy raras— comentó Bianca
—Y que lo digas— murmuró Percy
—Magnífico, ¿verdad? —los ojos de Efialtes brillaban con un entusiasmo demencial—. Puedes quedártelo. Pienso distribuir millones a la gente de Roma cuando los destruya.
—Lo del pan no se supone que sea literal— dijo Connor rodando los ojos
—Es para el susto que se van a llevar con la destrucción de Roma— señaló Leo
—Claro que sí, eso tiene mucho sentido— asintió Piper
—Por supuesto, no sé cómo no nos lo imaginamos antes— dijo Percy
—El pan de molde está bien —reconoció Oto—. Pero los romanos deberían bailar para recibirlo.
—Está idiota— comentó Thalia
—Sí, ya nos habíamos dado cuenta— dijo Percy
—Los romanos no son sus títeres— resopló Reyna
—Ellos solían pensar que lo eran— dijo Jason con una mueca
Percy miró a Nico, que estaba empezando a moverse. Percy quería que estuviera lo bastante consciente para apartarse cuando empezara la pelea.
—Bueno, va más o menos— dijo Katie
—Pero mientras los gigantes sigan hablando— murmuró Will
—La buena noticia es que ya se está moviendo— comentó Reyna
—Y que lo digas— suspiró Hazel
Y necesitaba que los gigantes le dieran más información sobre Annabeth y sobre el lugar donde estaban retenidos sus otros amigos.
—Súper poquitas cosas— comentó Rachel
—Algo que se puede hacer en menos de cinco minutos— asintió Percy
—Obviamente— dijo Thalia
—Espero que los gigantes sean comunicativos, como se debe— comentó Hermes
—Tal vez deberíais traer a nuestros amigos —osó proponer Percy —. Ya sabéis, unas muertes espectaculares… cuantas más mejor, ¿no?
—Claro— asintió Frank
—Gracias— dijo Leo
—De nada— sonrió Percy —cuando quieras
—Espero no querer— dijo Leo
—Hum —Efialtes se puso a toquetear un botón de su camisa hawaiana—. No. Es demasiado tarde para cambiar la coreografía. Pero no temas. ¡El circo será maravilloso! Ah… no es el tipo de circo moderno, eso sí. Harían falta payasos, y yo odio los payasos.
—Bueno, pero todos estamos de acuerdo en eso ¿No?— preguntó Zoé
—Obviamente— asintió Percy
—Claro que sí, son tan horribles— dijo Travis estremeciéndose
Sammy y Esperanza también asintieron de acuerdo
—Y más cuando te usan para sus chistes— resopló Rachel
—Además algunos parecen que salieron del mismo Inframundo— comentó Chris
—A mí sí me gustan los payasos— murmuró Will
—Ya sé de dónde Bianca salió tan rara— dijo Apolo rodando los ojos
Will le dio una mala mirada
—Todo el mundo odia a los payasos —dijo Oto—. Hasta los payasos odian a los payasos.
—Exacto —convino su hermano—. ¡Pero tenemos preparado un entretenimiento mucho mejor! Los tres moriréis sufriendo unos dolores horrorosos, arriba, donde todos los dioses y mortales puedan mirar.
—Prefiero a los payasos— dijo Piper
—Sí, pero eso es extremo— comentó Percy
—Solo Will iría a ver a un payaso por su propia voluntad— asintió Leo
—Gracias— refunfuñó Will
¡Y eso solo será la ceremonia de apertura! Antiguamente, los juegos duraban días o semanas. Nuestro espectáculo (la destrucción de Roma) durará un mes entero hasta que Gaia despierte.
—¿Un mes?— masculló Zeus
—Bueno, eso es cierto. Los juegos duraban mucho— dijo Apolo
—Pero lo importante aquí es que es demasiado poco tiempo para que ella despierte— señaló Artemisa
—Demasiado poco— asintió Poseidón con una mueca
—Un momento —dijo Jason—. ¿Gaia despertará dentro de un mes?
Efialtes descartó la pregunta con un gesto de la mano.
—Sí, sí. Al parecer el 1 de agosto es la mejor fecha para destruir a la humanidad.
—¿Por?— preguntó Lena a nadie en particular
—Porque agosto en un mes bonito— bromeó Percy
—Obvio— dijo Connor
—No, la verdad es que no sabemos— dijo Chris mirando a la niña, con una pequeña sonrisa
¡Nada importante! En su infinita sabiduría, la Madre Tierra ha accedido a que Roma se destruya primero, de forma lenta y espectacular. ¡Es lo propio!
—Claro— asintió Leo
—Dicen que los platos cocinados lentamente se disfrutan mejor— comentó Hermes
—Estoy casi seguro que así no es. Bueno, seguro como un 80%, así que te lo pasaré— dijo Perséfone
—Entonces… —Percy no podía creer que estuviera hablando del fin del mundo con un pan de molde en la mano—. Sois los teloneros de Gaia.
—Básicamente— asintió Apolo
—Aunque los peores teloneros del mundo, por lo que veo— comentó Will
—Eso parece, no los quisiera ver en algún evento— dijo Leo
—No, definitivamente no te quedarían ganas de ver otro evento de ellos— dijo Piper
El rostro de Efialtes se ensombreció.
—¡Esto no es un número de telonero, semidiós! Soltaremos animales salvajes y monstruos en las calles.
—Bastante cliché— dijo Apolo
—Y decían que lo que iban a hacer era novedoso— comentó Percy
—Por supuesto que no, simplemente son farsantes— dijo Dionisio rodando los ojos
Nuestro departamento de efectos especiales creará incendios y terremotos. ¡Sumideros y volcanes aparecerán de repente! Los fantasmas correrán desbocados.
—Parece que lo sacó de una película de terror. No me convence— comentó Hermes
—Y falta que la banda sonora también parezca de película de terror de baja calidad— bufó Apolo
—No, definitivamente no creo que hagan un "fin del mundo" inolvidable— señaló Hermes
—Sí, yo tampoco lo creía— dijo Percy
—Lo de los fantasmas no funcionará —dijo Oto—. Los grupos de prueba dicen que no atraerá a la audiencia.
—¡Escépticos! —dijo Efialtes—. ¡Este hipogeo puede hacer que cualquier cosa funcione!
—Pues ni tanto— dijo Piper
—Ellos ni con los mejores lugares lo lograrían— se burló Dionisio
—Bueno, pero si ellos no tienen un dios de su lado, los gigantes por primera vez podrían lograrlo— comentó Deméter
Dionisio resopló
Efialtes se acercó echando pestes a una gran mesa cubierta con una sábana. Apartó la sábana y descubrió una serie de palancas y botones de aspecto tan complejo como el tablero de control de Leo en el Argo II.
—Sí se veía bastante difícil— comentó Percy —por eso lo sensato sería tocar todos los botones
—En realidad, lo sensato sería no tocar ningún botón— dijo Leo
—No, me parece mejor idea la de tocar todos los botones hasta que pase algo— señaló Percy
—¿Este botón? —dijo Efialtes—. Este expulsará una docena de lobos rabiosos en el foro. Y este hará que unos gladiadores autómatas luchen contra los turistas en la Fontana de Trevi.
—No sé como alguien puede ser tan imbécil— comentó Artemisa
—Probablemente se le cayeron a su mamá al nacer— dijo Apolo
—Tú también, y no lo eres tanto— señaló la diosa de la luna
—Eres horrible— masculló Apolo
¡Este hará que el Tíber se desborde para que podamos reconstruir una batalla naval en la Piazza Navona! ¡Percy Jackson, tú deberías saber apreciarlo, como hijo de Poseidón!
—Ejem… sigo pensando que la idea de liberarnos es mejor —dijo Percy.
—Bastante más lógico— asintió Rachel
—Y les daría más protagonismo— dijo Piper —les haría conseguir mejores papeles
—Y un regaño de su madre— señaló Perséfone
—Un castigo, diría yo— argumentó Hermes
—Tiene razón —dijo Piper de nuevo—. De lo contrario, nos veremos todos envueltos en un enfrentamiento. Nosotros luchamos contra vosotros. Vosotros lucháis contra nosotros. Nosotros echamos por tierra vuestros planes.
—Cierto— dijo Leo
—Lo mismo de todas las veces— asintió Annabeth
—Pero no tienen un dios— señaló Chris
—Creo que ese es el mayor problema— coincide Frank
Hemos vencido a muchos gigantes últimamente, ¿sabes? No soportaría que las cosas se descontrolaran.
Efialtes asintió con la cabeza, pensativamente.
—Tienes razón.
Piper parpadeó.
—Ah, ¿sí?
—Ah, vaya— dijo Thalia
—También me sorprendió— asintió Piper
—Pero no se debe de demostrar, reina de belleza— señaló Leo
—Bueno, es que fue muy repentino eso— dijo Piper
—Necesitas ensayar más tu cara de poker— dijo Leo
—No podemos permitir que las cosas se descontrolen —convino el gigante—. Todo ha sido sincronizado a la perfección.
—Y como molesta cuando lo que planeas no sale como esperabas— comentó Thalia
—Claro que sí, es una de las peores cosas— coincidió Annabeth
—Debo admitirlo, sí me molesta cuando eso pasa— asintió Katie
—Por supuesto que sí— dijo Jason
Pero no te preocupes. He coreografiado vuestras muertes. Os encantará.
Nico empezó a alejarse a rastras, gimiendo. A Percy le habría gustado que se hubiera movido más rápido y hubiera gemido menos.
Apolo alzó las cejas —Te das cuenta que eso sin contexto suena bastante mal ¿Cierto?
Will hizo una mueca horrorizada que reflejaba la expresión de los hermanos Jackson
—Yo no lo saqué de contexto— señaló Percy —dioses
—Este… Voy a seguir leyendo— murmuró Zoé sonrojada
Consideró lanzarle el pan de molde.
—Perdón— dijo Percy
Will miró a Percy, con el ceño fruncido
—Le vamos a decir cuando regrese— dijo Leo
—No, no, no, no tiene por que enterarse— comentó Percy
—Mejor aún, digamosle a Bianca— bromeó Apolo
—¡No se vale decirle!— exclamó Percy mirando a todos
Jason cambió de mano la espada.
—¿Y si nos negamos a colaborar en tu espectáculo?
—Bueno, no podéis matarnos —Efialtes se rió como si la idea fuera ridícula
Jason y Percy intercambiaron una mirada de irritación recordando lo que pasó
—Esa mirada no me pareció algo bueno— señaló Sally
—Definitivamente no— dijo Poseidón
—Porque no lo fue, mamá— murmuró Percy
—. No contáis con ningún dios, y esa es la única forma de que podáis aspirar al triunfo. Sería mucho más lógico morir de forma dolorosa. Lo siento, pero el espectáculo debe continuar.
—Más lógico morir de forma dolorosa— asintió Connor
—Sí claro, se puede entender la lógica que hay tras esto— coincidió Piper
—¿Quién no quiere morir de forma dolorosa para un espectáculo?— preguntó Thalia
—No sé cómo alguien podría perderse de tal honor— resopló Percy
Percy advirtió que ese gigante era todavía peor que el dios del mar Forcis. Efialtes no era tanto la antítesis de Dioniso. Era un Dioniso desquiciado a la enésima potencia.
Los chicos del Campamento Mestizo miraron el libro con renovado horror
—Sí, es un horror— asintió Apolo —si a veces Dionisio se pone de desquiciado, imagínense a ellos imitándolo
Sí, Dioniso era el dios de las juergas y las fiestas desmadradas, pero a Efialtes le gustaba el caos y la destrucción por puro placer.
—Por supuesto que soy mejor— dijo Dionisio
—No creo que haya querido decir precisamente eso— comentó Poseidón
—Claro que lo quiso decir— señaló el dios del vino
—No, no lo creo— dijo Percy
Percy miró a sus amigos.
—Me estoy cansando de la camisa de este tío.
—¿Hora de pelear?
Piper cogió el cuerno de la abundancia.
—Odio el pan de molde —dijo Jason. Y atacaron juntos.
—Unas frases increíbles para iniciar la pelea— comentó Leo
—¿Qué te ha hecho el pan de molde para que lo odies tanto?— preguntó Connor
—Existir— dijo Jason
—Dioses, un odio de los grandes— dijo Miranda
XLVI
Percy
Las cosas se torcieron enseguida.
—¿Tan rápido?— preguntó Miranda
—Sí, a nosotros también nos sorprendió— dijo Percy
—Era para que se tardara un poquito más— dijo Thalia
—Sí, pero no lo respetan— comentó Percy
Los gigantes desaparecieron en dos nubes de humo idénticas. Volvieron a aparecer en mitad de la sala, cada uno en un lugar distinto. Percy echó a correr hacia Efialtes, pero se abrieron unas ranuras bajo sus pies, y unas paredes metálicas subieron disparadas a cada lado y lo separaron de sus amigos.
—Eso fue trampa— se quejó Percy
—Definitivamente lo fue — asintió Piper con una mueca
—¿Por qué se molestan en separarlos?— bufó Ares —de cualquier manera no tienen un dios a su lado
Poseidón le dio una mirada asesina
Las paredes empezaron a acercarse a él como los lados de unos alicates. Percy saltó y se cogió a la parte inferior de la jaula de la hidra.
—Odio a las hidras— dijo Percy
—Te comprendo— dijo Annabeth
—Todos las odiamos— asintió Apolo
—Es lo peor que puede existir— resopló Clarisse
Atisbó fugazmente a Piper saltando a través de una rayuela de fosos en llamas en dirección a Nico, que seguía aturdido e indefenso y estaba siendo acechado por un par de leopardos.
—Y yo odio jugar rayuela— comentó Piper
—Bueno, es que esa era rayuela extrema— dijo Leo
—Espero que ese tipo de juegos no sea los que les enseñas a los mellizos— bromeó Travis
Mientras tanto, Jason embistió contra Oto, quien cogió su lanza y lanzó un gran suspiro, como si prefiriera bailar El baile de los cisnes a matar a otro semidiós.
—Lo que uno tiene que hacer— dijo Connor negando con la cabeza
—Uno podría estar mejorando su baile, pero no, tenía que matar a los semidioses— dijo Katie
—Pues no era de a fuerza— comentó Percy
—Tal vez lo era para él— dijo Rachel
Percy captó todo eso en una fracción de segundo, pero no podía hacer gran cosa. La hidra de la jaula intentó morderle las manos. Él se balanceó y se dejó caer en un bosquecillo de árboles de madera contrachapada pintados que salieron de la nada.
—Tampoco me gustaron esos árboles —dijo Percy
—Que criticón estás hoy— señaló Apolo
Varios de los chicos soltaron una risita
Los árboles cambiaban de posición cuando él intentaba correr entre ellos, de modo que taló todo el bosque con Contracorriente.
—Bueno, los árboles tuvieron la culpa— dijo Miranda
—¿Quién les manda estar cambiando de posición así de feo?— preguntó Percy
—Les mandaron los gigantes— dijo Grover
—Porque son muy malos— asintió Tyson
—¡Maravilloso! —gritó Efialtes, exultante. Estaba ante su tablero de control a unos veinte metros a la izquierda de Percy —. Lo consideraremos un ensayo de vestuario. ¿Suelto a la hidra en la plaza de España?
—¿Es en serio?— resopló Thalia
—En serio, por eso dije que estaban dementes— comentó Percy
—Ojalá que no suelten a ninguno de sus monstruos, sería trágico para esa pobre gente— suspiró Sally
—Sobretodo con la hidra— dijo Hermes
Movió una palanca, y Percy miró detrás de él. La jaula de la que había estado colgado se elevó hacia una compuerta en el techo. En tres segundos desaparecería. Si Percy atacaba al gigante, la hidra asolaría la ciudad.
—Una elección un poco difícil— dijo Travis
—Por lo cual no tenía mucha opción— dijo Percy
—Nos podemos dar cuenta que no— comentó Bianca
Soltando un juramento, lanzó a Contracorriente como si fuera un bumerán. La espada no estaba diseñada para ese uso, pero el bronce celestial cortó las cadenas que suspendían a la hidra.
—Bueno, aparte de todo sí es bumerán— dijo Katie
—Pero los bumerán regresan— señaló Percy
—Pero tu espada también regresa— dijo Annabeth
—Sí, pero no— dijo Percy
—Obviamente, la respuesta elocuente— comentó Thalia
La jaula se cayó de lado. La puerta se abrió rompiéndose, y el monstruo salió justo delante de Percy.
—Y lo vuelvo a repetir, odio a las hidras— dijo Percy
—No se nos había olvidado, pero gracias por recordarnoslo— dijo Connor
—De nada— comentó Percy con una sonrisa
—Pregunta 43 del exámen ¿Qué monstruo mitológico es al que Percy odia más?— bromeó Leo
—Al menos tengo la respuesta para esa— asintió Connor
—¡Eres un aguafiestas, Jackson! —gritó Efialtes—. Muy bien. Lucha aquí, si quieres, pero tu muerte no será ni de lejos tan espectacular sin las masas aclamando.
—Wow, gracias— dijo Percy rodando los ojos
—Tienen las ideas igual de raras— comentó Jason mirando a Percy
—Y que lo digas— murmuró Percy mirando de reojo a Dionisio
Casi todos los demás los vieron con confusión
Percy avanzó para enfrentarse al monstruo… y entonces se dio cuenta de que había tirado su arma. No había planificado muy bien las cosas.
—¿En serio? No nos habíamos dado cuenta— dijo Thalia
—Ustedes no vayan a planificar las cosas como Percy— comentó Travis mirando a los hermanos Jackson
—No prometo nada— dijo Zoé encogiéndose de hombros
—¿Charles? ¿Lo prometes?— preguntó Travis
—La mayoría del tiempo— murmuró el chico
—Me conformo con eso— asintió Travis
Rodó a un lado mientras las ocho cabezas de la hidra escupían ácido y convertían el suelo que él había pisado en un cráter humeante de piedra derretida. Percy odiaba con toda su alma a las hidras.
—Sí, ya nos lo dijo dos veces— comentó Connor
—Tres con esta— dijo Rachel
—Lo voy a seguir repitiendo las veces que sea necesario— dijo Percy riendo
Casi era preferible haber perdido la espada, porque su instinto le habría empujado a cortar las cabezas de la criatura, y a una hidra le salían dos cabezas nuevas por cada una de las que perdía.
—Pero tampoco es bueno que estés desarmado— comentó Zoë
—Es que con las hidras nada es bueno— dijo Percy
—Definitivamente no lo es— suspiró Annabeth
La última vez que se había enfrentado a una hidra se había salvado gracias a una batalla naval con cañones de bronce que habían volado en pedazos al monstruo. Esa estrategia no podía servirle de nuevo… ¿o sí?
—De nada— dijo Clarisse
—Supongo que no tendrás un cañón portátil ¿Verdad?— resopló Percy
La hidra empezó a repartir golpes a diestro y siniestro. Percy se escondió detrás de una gigantesca rueda de hámster y escudriñó la sala, buscando las cajas que había visto en su sueño. Se acordaba de algo relacionado con unos lanzacohetes.
—Ay no, lanzacohetes y Percy no suena muy bien— dijo Rachel
—Lo sé, pero no había de otra— dijo Percy encogiéndose de hombros
—No es un cañón portátil, pero es mejor que nada— señaló Clarisse
En el estrado, Piper montaba guardia al lado de Nico mientras los leopardos avanzaban. Apuntó con la cornucopia y disparó una carne asada a la cazuela por encima de las cabezas de los felinos. Debía de oler muy bien, porque los leopardos echaron a correr tras ella.
—Manera super inteligente de deshacerte de los leopardos— comentó Katie
—Si algún día se encuentran en algo así, les recomiendo esta manera de deshacerse de los leopardos— dijo Percy —manera segura y efectiva
—Lo tomaremos en cuenta— dijo Miranda
A unos cinco metros a la derecha de Piper, Jason luchaba contra Oto espada contra lanza. Oto había perdido la diadema de diamantes y parecía enfadado.
—Es que todos se enojan si pierden la diadema— asintió Leo
—Obviamente, las diademas te dan estilo— dijo Apolo seriamente
—Y aparte eran diamantes— señaló Connor
—Peor aún— coincidió Hermes
Seguramente podría haber empalado a Jason varias veces, pero el gigante insistía en hacer una pirueta en cada ataque, lo que reducía su velocidad.
Jason hizo una mueca —Definitivamente, que bueno que tenía que hacer esas piruetas
—Sí, espada contra lanza no era una manera muy efectiva para ti— dijo Hera con algo que sorprendentemente sonaba como preocupación
Mientras tanto, Efialtes se reía pulsando botones en su tablero de control, acelerando las cintas transportadoras y abriendo al azar jaulas de animales.
—Como lo odié— dijo Percy
—Desde que llegaste lo odiaste todo— dijo Apolo
—Sí, pero en ese momento lo odié más— argumentó Percy
La hidra rodeó la rueda de hámster. Percy se ocultó detrás de una columna, cogió una bolsa de basura llena de pan de molde y se la lanzó al monstruo.
—Al menos no te quedaste con las ganas de lanzarle pan de molde a alguien— comentó Miranda
—Debo decir que fue bastante terapéutico— dijo Percy
—Nos podemos imaginar, suteba bastante bien lanzarle a alguien pan de molde— añadió Leo
—Pero se quejaron cuando dije que se lo iba a lanzar a Nico— dijo Percy
—No nos quejamos, solo dijimos que le íbamos a informar de esa situación en particular— señaló Connor
La hidra cometió el error de escupir ácido. La bolsa y los envoltorios se disolvieron en el aire. El pan de molde absorbió el ácido como la espuma de un extintor, salpicó a la hidra y la cubrió de una capa pegajosa y humeante de sustancia venenosa rica en calorías.
—¡Eso es super genial!— exclamó Zoé
—Gracias— dijo Percy con una sonrisa
—Eso no me lo esperaba— comentó Chris
—Y recuerden, el pan de molde con ácido es malo— dijo Percy
—El tipo de información que cuando despiertas no esperas recibir— dijo Thalia
—Pero es un buen dato— señaló Bianca
Mientras el monstruo se tambaleaba, sacudiendo la cabeza y parpadeando para evitar que el ácido del pan le entrara en los ojos,
—Debe ser horrible— dijo Leo
—Me imagino que sí— asintió Percy —pero ni modo
—Para que es una hidra mala— coincidió Tyson
Percy miró a su alrededor desesperadamente. No veía las cajas de lanzacohetes, pero contra la pared del fondo había un extraño artilugio, como un caballete de pintor, equipado con filas de lanzamisiles.
—Genial— dijo Connor
—Cada vez se pone más demente ese lugar— comentó Perséfone
—Y vaya que sí— dijo Piper con una mueca
Percy vio una bazuca, un lanzagranadas, una gigantesca bengala y otra docena de armas de aspecto temible. Todas parecían estar acopladas entre sí, apuntando en la misma dirección y conectadas a una palanca de bronce que había al lado.
—Eran muchas armas— asintió Percy
Dionisio resopló —Nunca es buena idea que tus armas estén conectadas a una sola palanca
—En eso estoy de acuerdo— dijo Hefesto —es la forma más fácil de echar a perder las cosas
Encima del caballete, escritas con tinta encarnada, figuraban las palabras: ¡FELIZ DESTRUCCIÓN, ROMA!
—Ay gracias— dijo Leo
—Que lindos que se hayan preocupado por una felicitación— dijo Rachel
—No todos los monstruos hacen eso— comentó Piper
—Es difícil encontrar alguien que lo haga — coincidió Rachel
Percy echó a correr hacia el aparato. La hidra siseó y fue tras él.
—¡Ya lo sé! —gritó Efialtes alegremente—. ¡Podemos empezar por las explosiones a lo largo de la Via Labicana! No podemos hacer esperar eternamente a nuestro público.
—Claro, el público es importante— asintió Travis con sarcasmo
—Aunque de todas maneras, tengo la ligera sospecha de que al público no le va a gustar— dijo Percy
—Quien sabe por qué, pero yo creo lo mismo— coincidió Miranda
—Creo que todos estamos de acuerdo en eso— dijo Chris
Percy se situó con dificultad detrás del caballete y lo giró hacia Efialtes. Él no tenía la destreza de Leo con las máquinas, pero sabía apuntar con un arma.
—Bueno, no todos pueden ser yo— dijo Leo
—El humilde— bromeó Thalia
—La humildad está sobrevalorada— dijo Leo
—Estoy completamente de acuerdo en eso— dijeron Apolo y Afrodita al mismo tiempo
—Por supuesto que lo están— resopló Perséfone
La hidra se dirigía hacia él a toda velocidad y le tapaba al gigante. Percy esperaba que ese artilugio tuviera suficiente potencia para derribar a dos objetivos al mismo tiempo. Tiró de la palanca. No se movió.
—Palanca tonta —dijo Percy
—Que feo que la palanca no quiera ayudarte— dijo Grover negando con la cabeza
—Lo sé, era lo mínimo que debía hacer y no lo hizo, al menos no de principio— comentó Percy
Las ocho cabezas de la hidra se cernieron sobre él, dispuestas a derretirlo en un charco de residuos. Tiró otra vez de la palanca. Esa vez el caballete se sacudió y las armas empezaron a zumbar.
—No lo intenten en casa— dijo Percy
—No creo que en su casa nadie vaya a tener algo así— comentó Katie
—De Lena lo creo— asintió Travis
Lena abrió la boca como para defenderse y luego pareció darse cuenta de algo porque la volvió a cerrar, lo que hizo que hubiera varias risitas
—Genial— murmuró Chris
—¡Poneos a cubierto! —gritó Percy, con la esperanza de que sus amigos captaran el mensaje.
—Pues algo— dijo Piper
—Aunque espero que eso no sea contraproducente— dijo Artemisa con una mueca
—Todo en ese lugar es contraproducente— señaló Poseidón
—Y vaya que sí— dijo Jason
Percy saltó a un lado cuando el caballete disparó. El sonido fue como el de una fiesta en medio de una fábrica de pólvora haciendo explosión.
—Fue como en las películas de acción— comentó Percy —siempre había querido estar en una película de acción
—Bueno, has estado en mucha acción— señaló Annabeth
—Sí, pero me gusta más la acción con efectos especiales— dijo Percy
—A todos— asintió Piper
La hidra se volatilizó en el acto. Lamentablemente, el retroceso lanzó el caballete de lado y envió más proyectiles por toda la sala.
—Un pequeño error de cálculo— dijo Percy avergonzado
—Pero no hubieras podido preveer algo así— dijo Poseidón
—Debía haberlo hecho— bufó Zeus
—¿Disculpa?— masculló Poseidón —esos también son nuestros enemigos y sabes que solo se pueden matar con nuestra ayuda, no eres nadie para juzgarlo
—¿Que no soy na…?
Zoé eligió seguir con la lectura y para su sorpresa Zeus se guardó lo que sea que iba a decir
Un pedazo de techo se desplomó y aplastó una rueda hidráulica. Más jaulas se desprendieron de sus cadenas y dejaron en libertad a dos cebras y una manada de hienas.
—Pobres cebras— dijo Grover con una mueca
—Lo sé, esas hienas no les iban a dar tregua— dijo Percy
Los chicos hicieron una mueca
Una granada explotó por encima de la cabeza de Efialtes, pero solo lo derribó. El tablero de control ni siquiera parecía dañado.
—Genial, todo se dañó menos el tablero— dijo Thalia
—El tipo de cosa que obviamente tendría que pasara— dijo Percy
—Al tipo de cosa que te acostumbras— coincidió Jason
Al otro lado de la sala, cayeron sacos de arena alrededor de Piper y Nico. Piper intentó poner a Nico a cubierto, pero uno de los sacos le dio en el hombro y la abatió.
—¡Piper! —gritó Jason.
—Estúpido saco— dijo Piper
—Lo siento— dijo Percy
—Está bien, no fue tu culpa— comentó Piper
Echó a correr hacia ella, olvidándose por completo de Oto, quien apuntó con su lanza a Jason por la espalda.
—¡Cuidado! —gritó Percy.
—¿Qué demonios con sus lanzas?— masculló Jason
—Pero es de cobardes matar por la espalda— bufó Ares
Algunos le dieron miradas irónicas
Jason era rápido de reflejos. Cuando Oto arrojó la lanza, Jason rodó por el suelo. La punta pasó por encima de él, y Jason agitó la mano e invocó una ráfaga de viento que cambió la dirección de la lanza.
—Gracias a los dioses por tus buenos reflejos— suspiró Thalia
—Y por la rafaga de viento— dijo Jason
—Sí, también por eso— asintió Piper
El proyectil voló a través de la sala y perforó el costado de Efialtes cuando se estaba poniendo en pie.
—¡Oto! —Efialtes se desplomó del tablero de control, aferrando la lanza al tiempo que empezaba a convertirse en polvo de monstruo—. ¿Quieres hacer el favor de no matarme?
—De todas maneras no sirve de nada— comentó Calipso
—El pequeño problema de esa lucha— dijo Percy
—Básicamente— dijo Piper
—¡No ha sido culpa mía!
Oto apenas había terminado de hablar cuando el artilugio lanzamisiles de Percy expulsó el último disparo con la bengala. La abrasadora bola mortal de color rosa (naturalmente, tenía que ser rosa) impactó en el techo encima de Oto y estalló en una bonita lluvia de luz.
—Ay que mono— dijo Katie
—Lamentablemente no se quedó así— dijo Jason
—Una verdadera tristeza— asintió Percy
Chispas de colores saltaron grácilmente alrededor del gigante. A continuación, una sección del techo de unos tres metros se hundió y lo aplastó.
—Bueno, ojalá se quedara ahí— dijo Luke —por lo menos
—No, tampoco el techo lo detuvo— dijo Percy
—Pero al menos fue una bonita lluvia de luz— comentó Miranda
—Al menos— dijo Percy
Jason corrió al lado de Piper. Ella lanzó un grito cuando le tocó el brazo. Tenía el hombro torcido en una extraña posición, pero murmuró:
—Estoy bien.
—Se podría estar muriendo y diría que está bien— señaló Jason
—Pero estaba bien— dijo Piper
—Tenías el hombro en la dirección equivocada— comentó Percy
—Sí, pero pudo ser peor— dijo Piper
Nico se incorporó junto a ella, mirando a su alrededor desconcertado, como si acabara de darse cuenta de que se había perdido una batalla.
—Lastima que no está aquí para hacerle burla— dijo Connor
Will le dio una mala mirada
—O no— murmuró Connor
Desgraciadamente, los gigantes no habían muerto. Efialtes estaba recobrando la forma; su cabeza y sus hombros se elevaban del montón de polvo. Liberó sus brazos de un tirón y lanzó una mirada asesina a Percy.
—No le caí bien— dijo Percy
—Quién sabe por qué— dijo Leo
—No lo sé, suelo caerles mal así de la nada— comentó Percy encogiéndose de hombros
—Que mal que sean así— dijo Travis
Al otro lado de la sala, el montón de escombros se movió, y Oto apareció. Tenía la cabeza ligeramente hundida. Todos los petardos de su pelo habían explotado, y las mechas echaban humo. Sus leotardos estaban hechos jirones, la única forma posible de que le favorecieran todavía menos.
—Imagínense— dijo Percy
—No, pues no creí que fuera posible— dijo Piper
—Pero cuando los vimos quedó bastante claro— comentó Jason
—Nosotros nos lo podemos imaginar y no es bueno— dijo Miranda
—¡Percy ! —gritó Jason—. ¡Los mandos!
Percy se puso en movimiento. Encontró de nuevo a Contracorriente en su bolsillo, destapó la espada y se abalanzó sobre el tablero de control. Dio un fuerte espadazo en la parte superior de la mesa y decapitó los mandos en medio de una lluvia de chispas de bronce.
—Y los mandos murieron— dijo Leo
—Al menos eso ya es una ganancia— comentó Rachel
—Era mejor que nada —coincidió Percy
—¡No! —dijo Efialtes gimiendo—. ¡Habéis arruinado el espectáculo!
Percy se volvió demasiado despacio. Efialtes blandió su lanza como si fuera un bate y le golpeó en el pecho. El chico cayó de rodillas, con el estómago convertido en lava del dolor.
Percy hizo una mueca —No lo recomiendo
—Por supuesto que no— murmuró Jason
Jason corrió a su lado, pero Oto fue a por él moviéndose con pesadez. Percy consiguió levantarse y se encontró junto a Jason. En el estrado, Piper seguía en el suelo, incapaz de ponerse en pie. Nico apenas estaba consciente.
—Eso está bastante mal— dijo Bianca
—Al menos armaron un buen desastre— dijo Reyna
—Por lo menos me alegro por eso— asintió Percy
—Una de muchas— dijo Piper
Los gigantes estaban curándose, fortaleciéndose por momentos, a diferencia de Percy.
Efialtes sonrió como pidiendo disculpas.
—Que linda su preocupación— dijo Percy con sarcasmo
—Claro que sí, es muy amable de su parte— dijo Katie
—Lo sé, que lindo— comentó Percy
—¿Cansado, Percy Jackson? Te he dicho que no podéis matarnos, así que supongo que estamos en un punto muerto. Un momento… ¡no es verdad! ¡Porque nosotros sí que podemos mataros a vosotros!
—Obviamente— dijo Chris
—No fue un punto muerto después de todo— comentó Bianca
Percy sonrió —No, no lo fue
—Es la primera cosa sensata que dices en todo el día, hermano —gruñó Oto, recogiendo su lanza caída.
Los gigantes apuntaron con sus lanzas, dispuestos a convertir a Percy y Jason en kebab de semidiós.
—No me agradó eso— dijo Jason
—No me gusta el kebab de semidiós— se quejó Percy
—A ti no, pero a ellos sí— señaló Leo
—No nos rendiremos —gruñó Jason—. Os cortaremos en pedazos como Júpiter hizo con Saturno.
—Ewww— dijo Afrodita
—Pero, fue una buena analogía— dijo Apolo
—Eso es —dijo Percy —. Estáis muertos. Me da igual si tenemos a un dios de nuestra parte o no.
—Pues es una lástima —dijo una voz nueva.
—Ya era hora de que alguno de nosotros llegara— comentó Deméter
Aunque la verdad todos sabían quién debía ser el que había llegado, obviamente para pelear con sus antítesis
A su derecha, otra plataforma descendió del techo. Apoyado despreocupadamente en un bastón con una piña en el extremo, había un hombre con una camiseta de campamento morada, unos pantalones cortos color caqui y unas sandalias con calcetines blancos.
—¿Sandalias y calcetines? ¡Que horror!— se escandalizó Afrodita
—Combinan perfectamente— resopló Dionisio
—En tus sueños— dijo Afrodita
Levantó su sombrero de ala ancha, y sus ojos emitieron un brillo morado.
—No me gustaría pensar que he hecho un viaje especial para nada.
Jason y Percy resoplaron. Dionisio les dio una mirada asesina
—Bueno, acabó el capítulo— dijo Zoé
—Estamos en la recta final— dijo Apolo —que nervios
—Yo propongo que esperemos a Nico y Bianca antes de seguir leyendo— señaló Perséfone
—Sí, creo que sería buena idea— coincidió Artemisa
—Entonces mientras ellos terminan de… — ¿Hablar? ¿Gritarse? Nadie sabía en realidad que podía estar pasando con ellos —sugiero que nos veamos aquí en un par de horas— dijo Perséfone
Todos asintieron y empezaron a salir poco a poco. Will y Charles sin saber muy bien que debían hacer, si quedarse ahí o buscarlos para apoyo moral o que.
Mientras salían Piper le susurró a Rachel "hazlo"
Y bueno, poco sabían que era el último momento de tranquilidad antes de que todo explotara.
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