PERCY () XIII, XIV
XIII
Percy
—De acuerdo, pásame el libro, cariño. Yo voy a leer— dijo Sally
—¿Estás segura de eso?— murmuró Percy
—Señora Jackson, podría venir algo vergonzoso— dijo Leo
—Cállate— masculló Annabeth
—De cualquier manera lo oiría— señaló Sally
—Es cierto— dijo Piper
Percy le pasó el libro
—Bueno— comentó Sally —esto no es sobre Annabeth
—¿No?— preguntaron varios con asombro
—No— dijo Sally
—¿De quién es?— preguntó Jason
—Lo siento, cariño— dijo Sally mirando a su hijo
—¡Ay no!— se quejó Percy —¿Por qué otra vez yo?
—Ni idea— dijo Leo
—Entonces estoy seguro que no quieres leer eso— comentó Percy a su mamá
—Ya tengo el libro, tranquilo cariño. Capítulo XIII, Percy.
Que Leo se olvidara de la cortina de humo con olor a delicia de pollo. Percy quería que Leo inventara un gorro antisueños.
—También lo quiero— admitió Leo
—Invéntalo— dijo Connor
—Confíamos en que puedes lograrlo— asintió Piper
—Tienes todo nuestro apoyo— asintió Katie
—También necesito todo su dinero porque la investigación no se hace sola— bromeó Leo
—Ok, podemos asaltar otro banco— dijo Connor
—Claro, eso es lo de menos— comentó Travis
Esa noche tuvo pesadillas. Primero soñó que estaba otra vez en Alaska, buscando el águila de la legión. Iba a pie por una carretera de montaña, pero en cuanto salió del arcén fue engullido por una ciénaga. Se vio ahogándose en lodo, incapaz de moverse ni de respirar.
—Por si se lo preguntaban, no me gustó el sueño— comentó Percy
—Raro sería que te hubiera gustado— dijo Thalia
—Definitivamente— dijo Hazel
Por primera vez en su vida, comprendió lo que era ahogarse.
« Solo es un sueño —se dijo—. Me despertaré» . Pero eso no lo hacía menos aterrador.
—Por supuesto que no— murmuró Poseidón con preocupación
—¡Exacto! Que sean sueños no los vuelve menos aterradores— coincidió Jason
—De ninguna manera, creo que hasta sería peor— dijo Percy
Hazel hizo una mueca, pensando en lo que había descubierto de morir en los sueños, era mejor no mencionarlo
Percy nunca le había tenido miedo al agua. Era el elemento de su padre. Sin embargo, con esa experiencia en la ciénaga, le había cogido pánico a asfixiarse. Era algo que no reconocería delante de nadie,
Zoé y Charles intercambiaron una mirada discreta. Zoé se removió un poco incómoda porque pues en el viaje del día anterior Percy se había metido al mar con ella y ella no tenía ni idea que le daba miedo ahogarse
—Y estos libros ya lo dijeron— masculló Percy
—Ya sabes que no hay privacidad en estos libros— suspiró Annabeth tomando su mano
—Pero no vamos a hablar de esto ¿Vale?— dijo Percy sonrojado, no miró a sus padres, se sentía un poco avergonzado por temerle al elemento de su padre
pero incluso le ponía nervioso meterse en el agua. Sabía que era ridículo. No podía ahogarse. Pero sospechaba que si no dominaba el miedo, el miedo podía empezar a dominarlo a él.
—Exacto, el miedo es tu peor enemigo— dijo Poseidón
—Y vaya que lo es— murmuró Piper e intercambió una mirada con Annabeth
—Es cierto, es normal tener miedo, pero lo puedes dominar— asintió Hestia
Pensó en su amiga Thalia, que tenía miedo a las alturas a pesar de ser hija del dios del cielo.
—Gracias por recordarlo— masculló Thalia
—Lo siento— dijo Percy
Su hermano, Jason, podía volar invocando los vientos. Thalia no podía, tal vez porque le daba demasiado miedo intentarlo.
Thalia se sonrojó —Ya deja de hablar de mí, sesos de alga
—¡No lo hablé, lo pensé!— argumentó Percy
—Bueno, pues no lo hagas— dijo Thalia
—No es como que supiera que iba a venir esto— señaló Percy
Los demás solo los miraron, sabían que empezaban a "pelear" nada más porque ninguno de los dos quería hablar de sus miedos
Si Percy empezaba a pensar que podía ahogarse…
—Te vas a ahogar— murmuró Poseidón
Percy hizo una mueca, y eso que apenas era el comienzo del capítulo ¿Qué más iba a venir?
El terreno pantanoso le oprimía contra el pecho. Sus pulmones querían estallar.
« No te dejes llevar por el pánico —se dijo—. Esto no es real» .
—Pero los sueños no te pueden hacer daño ¿No?— preguntó Travis
—Pues no, digo, son solo sueños… Creo— comentó Leo
Los dioses no respondieron
—Y aquí es cuando dicen "por supuesto que los sueños, son terroríficos pero, son solo sueños y no pueden hacerles daño"— murmuró Connor mirando a su padre
—Vamos a hablar de eso después— dijo Hermes
Casi todos los chicos se voltearon a ver con cierta aprehensión
Justo cuando ya no podía contener más la respiración, el sueño cambió. Estaba en un enorme espacio sombrío, como un aparcamiento subterráneo.
Percy hizo una mueca —Genial, todavía no va a terminar el sueño —se acordó de lo que había visto en ese lugar y volteó a ver a Nico discretamente
—Habría sido raro que acabara tan rápido el sueño— comentó Thalia
—Ya sé— murmuró Percy con una mueca
Hileras de columnas de piedra se extendían por todas direcciones, sosteniendo el techo a unos seis metros por encima. Unos braseros independientes arrojaban un tenue fulgor rojo sobre el suelo.
—Suena horrible— dijo Katie
—Fue horrible— asintió Percy
—Bueno, pero el sueño puede ser de ayuda— comentó Apolo
—Eso es cierto— suspiró Poseidón
Percy no podía ver a lo lejos entre las sombras, pero en el techo había colgadas poleas, sacos de arena e hileras de focos. Repartidas por la estancia había montones de cajas con etiquetas en las que ponía ACCESORIOS, ARMAS y VESTUARIO. Una tenía escrito LANZACOHETES VARIADOS.
—La variedad es importante— comentó Apolo
—No creo que ahí les ayude la variedad— señaló Hermes
—Tampoco nosotros lo creemos— dijo Leo
Percy oía máquinas chirriando en la oscuridad, grandes engranajes girando y agua corriendo por tuberías. Entonces vio al gigante… o por lo menos supuso que era un gigante.
—Era lo más lógico de suponer— comentó Percy
—Claro, si parece gigante debe ser un gigante— asintió Leo
—Exacto, esa lógica casi nunca se equivoca— dijo Percy
—Es súper obvio— dijo Piper
Medía unos tres metros y medio de altura: una estatura respetable para un cíclope, pero la mitad de lo que medían los otros gigantes a los que Percy se había enfrentado.
—Un gigante pequeño, entonces— dijo Connor
—Chiquito— asintió Percy
—Menos mal, creímos que sería uno de los gigantes grandes— dijo Travis
—Esos son los peores— señaló Leo
—Aunque los gigantes chiquitos tampoco se quedan atrás— dijo Percy
—Y que lo digas— murmuró Annabeth
También tenía un aspecto más humano que un típico gigante, sin las patas de dragón de sus parientes más grandes. Aunque su largo pelo morado estaba recogido en una coleta de rastas, entrelazadas con monedas de oro y de plata, un peinado digno de un gigante a los ojos de Percy.
—Debe cumplir con los estándares de gigantes— señaló Percy
—Yo creo que ese peinado se los enseñan en la escuela para gigantes— asintió Leo
—Suena como que eso es posible— dijo Percy
—Les quedan mejor los peinados que a mí— dijo Miranda
—Típico— asintió Piper
—Concuerdo— asintió Katie
Llevaba sujeta a la espalda una lanza de casi tres metros: un arma de gigante. El monstruo llevaba el jersey de cuello alto negro más grande que Percy había visto en su vida, unos pantalones negros y unos zapatos de piel, negros, con las punteras tan largas y curvadas que podrían haber sido las zapatillas de un bufón.
—Probablemente lo eran— bufó Dionisio
—Bueno, que mal gusto tienen— dijo Apolo
—Por supuesto que sí— masculló Dionisio
Caminaba de un lado al otro delante de una plataforma elevada, examinando una vasija de bronce aproximadamente del tamaño de Percy.
Nico hizo una mueca. Hades sospechaba de esa vasija que ya había sido nombrada antes, por la expresión de su hijo, no estaba seguro de querer saber qué era lo que contenía
—No, no, no —murmuró para sí—. ¿Y el chapoteo? ¿Y el espectáculo? — gritó a la oscuridad—: ¡Oto!
—Esos idiotas— masculló Dionisio
—Tienen ideas peores que las de Apolo— comentó Hermes
—Mis ideas son increíbles, gracias— dijo Apolo
—Sí claro— bufó Artemisa
Percy oyó algo arrastrándose a lo lejos. Otro gigante salió de la oscuridad. Vestía un conjunto negro idéntico, incluidos los zapatos curvados. La única diferencia entre los dos gigantes era que el pelo del segundo era verde en lugar de morado.
—Hay que diferenciarlos de alguna manera— dijo Hermes
—Eso pasa cuando tienes un gemelo— comentó Apolo
Artemisa rodó los ojos
—Al menos pensaron en eso de que debían diferenciarse— dijo Percy
—Claro, imagina que te confundan con tu hermano gemelo— señaló Connor —que horror
Varios de los chicos lo voltearon a ver
—A veces los confundimos y ustedes no son gemelos— comentó Chris
—Y por eso lo digo— señaló Connor
Travis miró mal a su hermano
El primer gigante soltó un juramento.
—Oto, ¿por qué me haces esto todos los días? Te dije que hoy me pondría el jersey de cuello alto negro. ¡Podías ponerte cualquier cosa menos el jersey de cuello alto negro!
—Eso es una verdadera tragedia— asintió Apolo
—Un verdadero apocalipsis— murmuró Will
—Oh, puede llegar a ser muy malo— asintió Afrodita
—Claro— murmuró Piper
Oto parpadeó como si se acabara de despertar.
—Creía que hoy te pondrías la toga amarilla.
—¡Eso fue ayer, y tú también te presentaste con la toga amarilla!
—Hermanos— dijo Apolo rodando los ojos
—Ay, cállate Apolo— resopló Artemisa
—Ah, cierto. Perdona, Efi.
Su hermano gruñó. Tenían que ser gemelos porque sus caras eran igual de feas.
—Por primera vez estoy de acuerdo contigo, mocoso— señaló Dionisio
—Vaya, eso debe quedar enmarcado o algo— dijo Hermes
—No empieces— masculló Dionisio
—Solo digo— comentó Hermes encogiéndose de hombros
—Y no me llames Efi —ordenó Efi—. Llámame Efialtes. Ese es mi nombre.
O puedes usar mi nombre artístico: ¡El GRAN F!
—¿Ven cómo sí era una F?— señaló Percy
—Uy, nuestro error— dijo Leo encogiéndose de hombros
—Te vamos a creer para la próxima— dijo Travis
Oto hizo una mueca.
—Sigue sin convencerme tu nombre artístico.
—¡Tonterías! Es perfecto.
—Está muy mal para un nombre artístico— asintió Apolo
—Pésima elección de nombres— dijo Dionisio —pero claro, no se podía esperar mucho de ellos
—No nacieron con talento artístico— señaló Apolo
—Con ningún talento, en realidad— comentó Dionisio
A ver, ¿cómo van los preparativos?
—Bien —Oto no parecía muy entusiasmado—. Los tigres come humanos, las cuchillas giratorias… Pero sigo pensando que unas cuantas bailarinas quedarían bien.
—Claro, con los tigres come humanos— dijo Leo rodando los ojos
—Había muchas cosas mal en esa idea— asintió Percy
—Que deben tomar en cuenta para su acto— dijo Leo
—¡Nada de bailarinas! —soltó Efialtes—. Y esta cosa —agitó la vasija de bronce, indignado—. ¿De qué sirve? No es emocionante.
—Depende del baile— dijo Percy
—Claro, el baile lo podría hacer emocionante, pero dudo que algo así les pudiera salir— comentó Apolo
—Nosotros tampoco creemos que les pueda salir— murmuró Katie
—De ninguna manera— dijo Miranda
—Pero de eso trata el número. Él morirá a menos que los otros lo rescaten. Y si llegan a tiempo…
—No puede ser— masculló Hades
Todos entendieron a quien él se referían, pero muchos aún no entendían dónde se suponía que se encontraba.
Will tomó la mano de Nico.
—¡Oh, más les vale! —dijo Efialtes—. El 1 de julio, las calendas de julio, una fecha consagrada a Juno.
Hera hizo una mueca
—De cierta manera, es un buen plan— comentó Perséfone
—Claro que iban a hacer algo así— masculló Hera
—Sería lo lógico— dijo Atenea
Es cuando madre quiere destruir a esos estúpidos semidioses y así poder restregárselo en la cara a Juno.
—Lo peor es que tiene sentido— murmuró Apolo
—Genial— dijo Percy con una mueca
—Me encanta cuando nos quieren destruir— asintió Leo
—Claro— dijo Piper —es lo más divertido del mundo
—Todos estamos de acuerdo— asintió Percy
¡Además, no pienso pagar horas extra por esos fantasmas de gladiadores!
—¿Los fantasmas gladiadores cobran un sueldo?— preguntó Travis
—Eso parece— asintió Percy
—Vaya, trabajar después de la muerte— murmuró Connor
—Espero que al menos sean buenos sueldos— comentó Travis
—Entonces todos morirán —dijo Oto—, y nosotros iniciaremos la destrucción de Roma. Como madre quiere. Será perfecto. A todos les encantará. Los fantasmas romanos adoran ese tipo de cosas.
—Vaya, con los fantasmas romanos— dijo Miranda
—Porque cuando ya eres un fantasma te puedes dar ciertos lujos— comentó Leo
—Es cierto, no todos sabemos esas ventajas— dijo Travis
—Bueno, ese tipo de cosas no solo les gustaba a los romanos fantasmas— señaló Apolo
Los romanos se sonrojaron
Efialtes no parecía convencido.
—Pero la vasija está ahí parada. ¿No podríamos colgarla sobre el fuego o disolverla en un estanque de ácido o algo por el estilo?
—Lo necesitamos vivo unos días más
Y ahí los que no habían entendido la importancia de la vasija miraron a Nico con incredulidad, Nico se sonrojó.
Hades masculló una fuerte maldición que seguramente ninguno de los chicos había escuchado antes.
Se hizo un momento de silencio, en el que nadie sabía qué hacer o decir, Nico le dió una mirada un poco suplicante a Sally y ella siguió leyendo.
—recordó Oto a su hermano—. De lo contrario, los siete no morderán el anzuelo y no correrán a salvarlo.
Leo y Jason se sonrojaron
—Ay chicos, van a estar en serios problemas— susurró Piper
—Espero que no— murmuró Jason
—También lo espero— dijo Leo —hay que ser positivos
—Hummm. Supongo que tienes razón. Aun así, me gustaría que hubiera un poco más de gritos. Una muerte lenta es aburrida. Ah, ¿y nuestra dotada amiga? ¿Está lista para recibir a su visita?
—Eso de su "dotada amiga" suena horrible— dijo Apolo
—Y estoy seguro que no queremos saber quién es— dijo Hermes
—Nunca queremos saberlo— señaló Poseidón
—Tienes un punto— masculló Hades
Oto arrugó la cara.
—No me gusta un pelo hablar con ella. Me pone de los nervios.
—Pero ¿está lista?
—Sí —dijo Oto a regañadientes—. Lleva siglos lista. Nadie recuperará esa estatua.
Annabeth hizo una mueca cuando entendió a quien se referían —No puede ser
—Creo que sí va a venir todo— susurró Percy a Annabeth
—Me parece que sí— suspiró Annabeth
—Pero espero que tarde mucho en salir— murmuró Percy
—Aunque sería mejor que no saliera— señaló Annabeth—
—Excelente —Efialtes se frotó las manos con expectación—. Esta es nuestra gran oportunidad, hermano mío.
—Eso mismo dijiste de nuestro último número —masculló Oto—.
—Por favor— dijo Dionisio rodando los ojos —son solo un par de bufones
—Por supuesto que lo son— bufó Zeus
Estuve colgado en ese bloque de hielo, suspendido sobre el río Lete, seis meses, y ni siquiera llamamos la atención de los medios de comunicación.
—Hay que dar todo por el show— dijo Apolo
—Que tristeza quedarte colgando seis meses en el río lete y que no recibas atención— dijo Connor negando con la cabeza
—Hay mejores maneras de conseguir atención— comentó Katie
—Bueno, cada quién con sus maneras de conseguir atención— dijo Travis
—¡Esto es distinto! —insistió Efialtes—. ¡Estableceremos un nuevo nivel de calidad en materia de espectáculo! ¡Si madre queda satisfecha, será nuestro billete a la fama y la fortuna!
—Claaaro— dijo Apolo
—Qué materialistas son— dijo Connor negando con la cabeza
—Pero no creo que vayan a tener fama y fortuna— señaló Katie
—Haces puras tonterías, por supuesto que no la van a tener— resopló Dionisio
—Si tú lo dices —dijo Oto, suspirando—. Aunque sigo pensando que el vestuario de bailarina de El lago de los cisnes quedaría precioso…
—¡Nada de ballet!
—Bueno, el lago de los cisnes es precioso— dijo Apolo
—No creo que quede precisamente para su espectáculo— resopló Perséfone
—Pero lo intentaron— murmuró Percy
Jason y Percy intercambiaron una mirada
—Perdona.
—Venga —dijo Efialtes—. Vamos a inspeccionar a los tigres. ¡Quiero asegurarme de que tienen hambre!
—Ay qué amables— masculló Thalia
—Nunca nadie se había preocupado tanto por esos tigres— bufó Grover
—Todos estamos de acuerdo en eso— dijo Katie
Los gigantes se internaron pesadamente en la penumbra, y Percy se volvió hacia la vasija.
Tengo que ver el interior, pensó.
—Lo siento— murmuró Percy
Nico hizo una mueca, obviamente tenía que venir precisamente en el capítulo contado por Percy ¿Por qué Percy no podía soñar con otra cosa?
Hizo avanzar el sueño justo hasta la superficie de la vasija. Entonces la atravesó.
Dentro de la vasija olía a rancio y a metal deslustrado. La única luz procedía del tenue fulgor morado de una espada oscura, cuya hoja de hierro estigio estaba colocada contra un lado del recipiente.
Se hizo un silencio sepulcral en la sala
Hades sabía que no le iba a gustar lo que había en la vasija, más bien, quién estaba en la vasija y por lo tanto tenía una idea muy buena de cómo se había mantenido con vida. Bianca miró a su hermano con preocupación, no tenía ni idea de lo que Nico había tenido que pasar ¿Qué más faltaba de saber? Y eso no hace mucho tiempo que había pasado, y por la mirada oscura de Bianca también algo había pasado algo en el futuro.
Hazel miró a su hermano con una mueca, seguí sin poder creer que cuando Percy dijo su sueño en el Argo, Leo y Jason se negaran a rescatarlo
Acurrucado al lado había un chico de aspecto abatido con unos tejanos andrajosos, una camiseta negra y una vieja cazadora de aviador. En su mano derecha relucía un anillo de plata con una calavera.
—Nico —lo llamó Percy, pero el hijo de Hades no podía oírle.
—Es una sorpresa, a veces te pueden oír— comentó Apolo
—Y normalmente son los monstruos los que te pueden oír— murmuró Percy
—Eso también es cierto— dijo Apolo
El recipiente estaba totalmente cerrado. El aire se estaba envenenando. Nico tenía los ojos cerrados y respiraba de forma superficial. Parecía que estuviera meditando. Estaba pálido y más delgado de lo que Percy recordaba.
Nico hizo una mueca
—Está bien— susurró Will apretando más fuerte la mano de Nico —estoy aquí
—Lo sé— susurró Nico de vuelta —gracias
Bianca también tomó discretamente la mano de Charles sobretodo porque no quería ponerse a llorar en medio de la Sala de Trono, suponía que esto era lo que le iban a contar sus padres antes de la llegada de Silena.
En la cara interna de la vasija, parecía que Nico hubiera hecho tres ásperas marcas con su espada: ¿tal vez llevaba tres días encarcelado?
—Pero… Uhhh… lo siento, pero ¿No necesitaría oxígeno?— preguntó Katie
—A menos que todo lo que nos hayan enseñado en la escuela esté mal— murmuró Connor
—No está mal, pero hay una manera— comentó Hades
Parecía imposible que hubiera podido sobrevivir tanto tiempo sin ahogarse. Incluso estando en un sueño, Percy ya había empezado a ponerse nervioso, luchando por conseguir el oxígeno suficiente para estar allí.
Varios de los chicos intercambiaron miradas confundidas, pero si Hades decía que había una manera, entonces la había, pero de cualquier manera era bastante extraño
Entonces reparó en algo situado entre los pies de Nico: una colección de objetos brillantes cuyo tamaño no superaba el de unos dientes de leche. Semillas, advirtió Percy. Semillas de granada.
Perséfone se vio un tanto sorprendida y Hades comprobó sus sospechas.
—¿Las semillas de granada no son malas?— murmuró Connor
—Por supuesto que lo son— bufó Deméter
—Por supuesto que no— dijo Hades rodando los ojos —fue una buena táctica tomarlas
—Gracias— murmuró Nico
Había tres granos que habían sido comidos y escupidos. Otros cinco seguían revestidos de una pulpa de color rojo oscuro.
—Nico —dijo Percy —, ¿dónde está este sitio? Te salvaremos… La imagen se fundió, y una voz de chica susurró:
—Por supuesto— dijo Hazel con una mirada un poco ofendida hacia Leo y Jason
Jason y Leo se sonrojaron
—Claro, lo malo es que no te pudo contestar dónde estaba ese sitio— comentó Apolo
—Pues ojalá lo descubran a tiempo— señaló Perséfone
Nico hizo una mueca, la verdad es que se estaba sintiendo muy incómodo con todas las miradas que estaba recibiendo, lo bueno es que al parecer había acabado el sueño de Percy.
—Percy.
Al principio, Percy pensó que seguía dormido. Cuando había perdido la memoria, había pasado semanas soñando con Annabeth,
—Awwww— suspiró Perséfone
Percy se sonrojó, Annabeth le sonrió
— Los adoro— chilló Afrodita
la única persona que recordaba de su pasado. Cuando sus ojos se abrieron y su vista se aclaró, se dio cuenta de que ella se encontraba realmente allí. Estaba de pie junto al catre de Percy, sonriéndole.
—Te colaste a la mitad de la noche a la habitación de Percy— comentó Thalia riendo
—Vaya— dijo Sally y Annabeth se sonrojó
—¿No se supone que los estaba cuidando el entrenador?— preguntó Miranda
—Se supone— dijo Leo riendo
—Si nada más da una ronda a cierta hora, es bastante fácil que se escabullan— señaló Apolo encogiéndose de hombros
—Además es Annabeth intentando ver a Percy ¿Tú creerías que el entrenador la va a detener?— preguntó Thalia
—Buen punto— dijo Miranda
Annabeth se sonrojó
—Además ¿No tiene también su gorra de invisibilidad?— preguntó Travis
—No precisamente— murmuró Annabeth
—Porque eso de que se escabullan por la noche podría pasar más de lo que nos enteramos— siguió Travis
—Claro, Percy tiene su propia cabaña y Annabeth su gorra…— comenzó Thalia
—Ni siquiera sigas por esa línea— interrumpió Annabeth
Quirón volteó a ver a los chicos con una ceja enarcada, Sally y Poseidón pusieron su mejor cara de "no queremos ser abuelos tan pronto" 8lo que era un poco gracioso estando Charles y Zoé ahí) y Atenea sí parecía querer matar a Percy
—Se están desviando del tema— murmuró Percy sumamente sonrojado
El cabello rubio le caía sobre los hombros. Sus ojos color gris turbio brillaban de diversión.
—Y entonces ¿Quién es la mala influencia?— preguntó Connor
—Ambos— dijo Piper
—No sé, recuerda que también lo espió en su casa— señaló Thalia
—¡Thalia!— masculló Annabeth
—Pues es la verdad— dijo Thalia
—Todos lo escuchamos— asintió Piper
—Nosotros no— comentó Zoé
—Pues mira…— comenzó Thalia
—De acuerdo, voy a continuar leyendo— dijo Sally
—Gracias— murmuró Percy
Percy recordó su primer día en el Campamento Mestizo, hacía cinco años, cuando se había despertado aturdido y se había encontrado a Annabeth de pie por encima de él. « Babeas cuando duermes» , le había dicho. Era así de sentimental.
—Súper romántico— asintió Katie
Annabeth le dio un golpe juguetón
—Oye— se quejó Percy, pero estaba riendo —pero sí pasó
—Así empieza el amor— suspiró Afrodita
—¿Qué… qué pasa? —preguntó Percy —. ¿Hemos llegado ya?
—No —dijo ella con voz queda—. Es medianoche.
—Mira, que interesante— dijo Travis con una risita
—Vaya— dijo Apolo —que cotilleo tan bueno
—De lo que uno se viene enterando que pasó en el Argo— comentó Miranda
—Y eso que tenían cuidador— señaló Travis
Annabeth y Percy volvieron a sonrojarse por las miradas que casi todos les estaban dando
—Imaginen si no hubieran tenido cuidador— dijo Thalia negando con la cabeza
—Habría sido más divertido— argumentó Afrodita con una risita
—¿Quieres decir…?
A Percy se le aceleró el corazón. Se dio cuenta de que estaba en pijama en la cama.
—Pues sí, es medianoche— dijo Leo riendo
—Claro, normalmente se hacen visitas a horas más tempranas— comentó Connor
—Me parece una hora adecuada— comentó Afrodita
Probablemente había estado babeando, o como mínimo haciendo sonidos raros mientras soñaba. Seguro que tenía el pelo revuelto y que el aliento no le olía a rosas.
—¿Te has colado en mi camarote?
—¡Qué escándalo!— bromeó Percy mirando a Annabeth con una sonrisa
—Sesos de alga— masculló Annabeth sonrojada
—Yo apruebo esa decisión— dijo Afrodita encantada
—Al parecer al cuidador le falló un poquito— comentó Hermes
—Un poquito— asintió Apolo
—Eso parece— comentó Sally
Atenea resopló, no podía creer que su hija hiciera todo eso nada más para ver al crío
Annabeth puso los ojos en blanco.
—Percy, dentro de dos meses cumplirás diecisiete años.
—Dioses, Annie— dijo Thalia burlona
—Oye, yo no me mando solo— bromeó Percy
—¿De qué lado estás, sesos de alga?— preguntó Annabeth
—Del tuyo, pero eso se me había ocurrido y no lo pude decir— comentó Percy
—¿Es momento de que nos salgamos de la sala?— susurró Zoé a su hermano mitad en broma
—Creo que sí— murmuró Charles
No puedes agobiarte por si te buscas problemas con el entrenador Hedge.
—¿Has visto su bate de béisbol?
—Como mal influencias a Percy— dijo Travis negando con la cabeza
—Percy quiere respetar las reglas y tú no lo dejas— comentó Thalia
—Nunca pensamos que fueras tan mala influencia— dijo Travis
—Así es el amor— dijo Afrodita
—Nunca pensamos que Percy fuera el que siguiera las reglas— dijo Rachel
—¡Oye! Yo sigo las reglas— señaló Percy
—Además, Sesos de Alga, solo he pensado que podríamos ir a dar un paseo. No hemos pasado tiempo juntos. Quiero enseñarte una cosa: mi sitio favorito en el barco.
Leo y Piper se empezaron a reír
—Creo que esto se va a seguir poniendo interesante— dijo Connor
—Eso parece— asintió Miranda
—Bueno, ya acabamos el capítulo, a dormir— anunció Percy
—Por supuesto que no vamos a ir a ningún lado— señaló Thalia
—Lo intenté— murmuró Percy a Annabeth
A Percy todavía le latía el pulso a toda velocidad, pero no era por miedo a buscarse problemas.
—Suponemos que no— dijo Leo riendo
—Todos entendemos que no fue por eso— dijo Miranda
—Por supuesto, hay cosas más importantes— asintió Afrodita
—Un problemita o dos por escaparse durante la noche no es importante— comentó Apolo
—Que mal ejemplo están siendo— señaló Hermes a Afrodita y Apolo
—¿Puedo, ya sabes, cepillarme los dientes antes?
—Más te vale —dijo Annabeth—. Porque no pienso besarte hasta que te los cepilles. Y de paso, cepíllate también el pelo.
—Que amable, al menos le dio tiempo— dijo Miranda
—Pues sí, ella se metió a su camarote, la regla dice que le tiene que dar tiempo— dijo Katie
—Obviamente— asintió Piper
—Por supuesto que sí— coincidió Apolo
—Que bueno que no rompimos la regla— comentó Percy
—Al menos una regla que no rompieron— bromeó Thalia
—Un regla más, una regla menos— dijo Leo encogiéndose de hombros
Para tratarse de un trirreme, el barco era enorme, pero a Percy le resultaba acogedor, como el edificio de su residencia en la Academia Yancy, o cualquiera de los otros internados de los que lo habían expulsado.
—Claro, además la compañía ¿No?— dijo Apolo
—Eso ni siquiera se pregunta— señaló Perséfone
—Es más que obvio— asintió Afrodita
—Pues sí— dijo Percy
Annabeth y él bajaron sigilosamente a la segunda cubierta, que Percy no había visitado aún, salvo para ir a la enfermería.
—Algo es algo— dijo Leo
—De cualquier manera es una visita— asintió Travis
—Claro, no justo lo que esperaba, pero visita al fin de cuentas— dijo Percy
—Claramente— dijo Rachel
La chica lo llevó más allá de la sala de máquinas, que parecía un laberinto de barras mecanizado muy peligroso, con tuberías y pistones y tubos que sobresalían de una esfera de bronce central.
—Un lugar un poco raro para una cita de medianoche— comentó Apolo —no estoy juzgando, he estado en lugares bastante raros, solo digo
—Ok, esa también es información que no necesitaba saber— murmuró Will
—Claro, que lo debes saber, puedes buscar lugares menor raros— dijo Apolo
—¡Apolo!— masculló Hades
—Dioses— murmuró Will sonrojado
Unos cables, parecidos a gigantescos fideos metálicos, serpenteaban a través del suelo y subían por las paredes.
—¿Cómo funciona este trasto? —preguntó Percy.
—Ni idea —contestó Annabeth—. Y yo soy la única aparte de Leo que puede manejarlo.
—Nos sentíamos muy seguros— asintió Piper
—Es importante la seguridad— dijo Apolo
—Además Annabeth piloteó un helicóptero, así que creo que no habrá mucho problema— comentó Artemisa
—Eso es cierto— dijo Rachel
—Es muy tranquilizador.
—Debería serlo. Solo ha amenazado con explotar una vez.
—Espero que estés bromeando.
—No estaba bromeando— dijo Leo
—Una no es ninguna— dijo Connor
—Estoy de acuerdo con eso— asintió Dionisio
—Un verdadero invento tiene al menos que intentar explotar una vez— dijo Leo
—Estoy de acuerdo con eso— mencionó Hefesto
Ella sonrió.
—Vamos.
Se abrieron camino más allá de las salas de suministros y el arsenal.
—Dioses— murmuró Annabeth
—Así que aquí viene el escándalo más fuerte— bromeó Piper
—Creí que lo olvidarían, estarían más aliviados porque no nos secuestraron— comentó Percy
—Oh, lo estábamos, pero estas son otras circunstancias y nos podemos reír mejor de eso— dijo Piper
—Es cierto— asintió Leo
—Claro— murmuró Percy
En la popa del barco, se detuvieron frente a unas puertas de dos hojas hechas de madera que daban a un gran establo.
—Señora Jackson…— interrumpió Leo
—Leo— mascullaron Percy y Annabeth al mismo tiempo
—Oigan— dijo Leo levantándose con decisión —se dijo en el capítulo anterior que había que advertir para que se taparan los oídos
—Lo recuerdo— asintió Piper
Leo se acercó hasta Esperanza y le tapó los oídos, Esperanza se vió sorprendida, pero no opuso resistencia
—Es cierto, deberían taparse los oídos— dijo Piper
Los mellizos obedecieron
—Por mí ¿Pues qué más pasó en ese lugar para que actúen así?— preguntó Apolo
—¡Nada!— chillaron Percy y Annabeth al mismo tiempo
Charles y Zoé intercambiaron una mirada ligeramente horrorizada
—Creí que estos libros eran aptos para todo público— comentó Miranda
—¿En serio sí debemos taparnos los oídos porque…?— comenzó Zoé
—Sí— dijeron Piper y Leo
—¡No!— gritaron Percy y Annabeth
—No sé chicos, si no es apto para todo público, yo sí los sacaría de la sala— comentó Apolo
—Por si las dudas— susurró Silena a Sammy y se tapó los oídos
—Dioses, yaaaa— se quejó Percy avergonzado
Siguieron bromeando por un largo tiempo, mientras según todos "se tapaban los oídos", pasó algo de tiempo hasta que todos se calmaron, Leo regresó a su lugar con la promesa de Esperanza de mantener sus oídos tapados
La estancia olía a heno fresco y mantas de lana. La pared izquierda estaba llena de compartimentos para caballos vacías, como las que usaban para los pegasos en el campamento.
—Claro— dijo Connor
—Un lugar un poco raro para escaparse a medianoche— comentó Travis
—Ah, pero los establos eran un lugar genial— dijo Leo
—Sí lo eran— admitió Percy
La pared derecha tenía dos jaulas vacías con capacidad para albergar animales grandes de zooló el centro del suelo había un panel transparente de casi dos metros cuadrados.
—De acuerdo, eso suena muy romántico— dijo Apolo
—Y es por eso que está muy bien para una salida de medianoche— asintió Afrodita
Muy por debajo, el paisaje nocturno pasaba volando: kilómetros de campiña oscura entrecruzados con carreteras iluminadas como los hilos de una red.
—¿Un barco con el fondo de cristal? —preguntó Percy.
—Claro— asintió Leo —todo debía ser genial
—Pues sí era genial— dijo Percy
—No te conformas con cosas pequeñas— señaló Hermes a Leo
—Nop, el barco claramente necesitaba un fondo de cristal— asintió Leo
—Para las escapadas nocturnas de Annabeth y Percy— dijo Katie
—Obviamente— dijo Leo
Annabeth cogió una manta de la portezuela del establo más cercana y la extendió sobre parte del suelo de cristal.
—Siéntate conmigo.
—En serio, sí deberían empezar a taparse los oídos— dijo Piper
—¡Piper!— se quejó Annabeth
—Les estoy advirtiendo— dijo Piper encogiéndose de hombros
—Agradecemos la advertencia— murmuró Zoé
—Ay dioses— dijo Percy sonrojado
Se relajaron sobre la manta como si estuvieran de picnic y contemplaron el mundo desfilar por debajo.
—Leo construyó los establos para que los pegasos puedan ir y venir fácilmente
—O para citas románticas— dijo Leo encogiéndose de hombros
—Lo que pase primero— dijo Miranda
—dijo Annabeth—. Solo que no se dio cuenta de que los pegasos prefieren ir por libre, así que los establos están siempre vacíos.
—Lo bueno es que ustedes al parecer le encontraron otro uso— señaló Apolo
Percy y Annabeth se volvieron a sonrojar
—Siempre hay que encontrar otro uso— asintió Travis
—Obviamente— dijo Katie
Percy se preguntó dónde estaría Blackjack. Seguro que andaba vagando por los cielos en alguna parte; con suerte, siguiendo su progreso. A Percy todavía le dolía mucho la cabeza del golpe que Blackjack le había propinado con el casco, pero no se lo echaba en cara al caballo.
—Hizo lo que tenía que hacer— asintió Percy
—Es un muy buen pegaso— dijo Piper
—Y hay que comprarle donuts— dijo Percy
—Toda la tienda— comentó Piper
—¿A qué te refieres con « ir y venir fácilmente» ? —preguntó—. ¿No tendrían que bajar los pegasos dos tramos de escaleras?
—Obviamente no— dijo Percy —no sé cómo se me ocurrió eso
—¿Y entonces?— preguntó Bianca
—No voy a dejar que los pegasos bajen escaleras—señaló Leo —eso sería muy simple y no se vería tan cool
Annabeth dio un golpecito con los nudillos en el cristal.
—Esto de aquí son compuertas, como en un bombardero.
—Ya sabes, como la canción "una aventura es más divertida si huele a peligro"— bromeó Rachel
—Y vaya aventurita— comentó Thalia
—Ay, las aventuras de medianoche son las que más me gustan— suspiró Afrodita
Percy tragó saliva.
—¿Quieres decir que estamos sentados encima de unas compuertas? ¿Y si se abrieran?
—Supongo que moriríamos en la caída.
—Detallito insignificante— dijo Katie
—Eso no importa mientras estás en una velada romántica— comentó Miranda
—Pues no, no creo que les haya importado— dijo Piper riendo
—Tampoco yo— dijo Leo
Pero no se abrirán. Casi con toda seguridad.
—Genial.
—Ese "casi" fue convincente— dijo Thalia
—Con eso me convenció— asintió Percy
—Nos podemos dar cuenta— dijo Rachel
—Es bastante obvio— dijo Apolo
Annabeth se rió.
—¿Sabes por qué me gusta estar aquí? No es solo por la vista. ¿A qué te recuerda este sitio?
—Exámen sorpresa— dijo Connor
—A medianoche— señaló Katie —si no responde bien es porque es medianoche
—Si uno no está preparado para un exámen a las siete de la mañana, mucho menos a medianoche— bromeó Piper
Percy miró a su alrededor: las jaulas y los establos, la lámpara de bronce celestial colgada de una viga, el olor a heno y, por supuesto, Annabeth sentada a su lado, su rostro espectral y hermoso a la tenue luz ambarina.
—El camión del zoo —concluyó Percy —. El que cogimos para ir a Las Vegas.
—Aww a los doce, cuando supuestamente se odiaban— dijo Thalia
—Parece que sí estaba preparado para el exámen sorpresa— comentó Miranda
—Se trata de Annabeth, obviamente estaba preparado para eso— dijo Perséfone
—Obviamente— asintió Afrodita
La sonrisa de ella le indicó que había respondido correctamente.
—Eso fue hace mucho —dijo Percy —. Estábamos hechos polvo, empeñados en cruzar el país para encontrar ese estúpido rayo,
Zeus le lanzó una mirada irritada
—Sí, como olvidar eso— comentó Grover
—No se puede— dijo Percy
—Por supuesto que no— dijo Annabeth
atrapados en un camión con una panda de animales maltratados. ¿Cómo puedes tener nostalgia de eso?
—Porque es la primera vez que tú y yo hablamos, Sesos de Alga.
—Awwwww— volvieron a chillar la mayoría de los chicos
—Chicos— se quejó Percy
—Oye, estamos demostrando nuestro apoyo— dijo Travis
—Por supuesto que lo hacemos— dijo Piper
—Claramente— dijo Thalia
Yo te hablé de mi familia y …
Se quitó el collar del campamento, en el que llevaba ensartados el anillo de la universidad de su padre y una cuenta de barro de color por cada año que había pasado en el Campamento Mestizo.
Annabeth se sonrojó
Había algo más en el cordón de cuero: un pendiente de coral rojo que Percy le había regalado cuando habían empezado a salir. Se lo había llevado del palacio de su padre en el fondo del mar.
—Qué romántico— suspiró Afrodita
—Esperamos que tuvieras el permiso— comentó Hermes
—Sí— dijo Percy, pero sonó más como una pregunta
—No te preocupes, no necesitas ningún permiso— dijo Poseidón con una sonrisa
—Gracias— comentó Percy
—Y me recuerda el tiempo que hace que nos conocemos —siguió Annabeth
—. Teníamos doce años, Percy. ¿Te lo puedes creer?
—Aún no— murmuró Percy
—Es un poco complicado creerlo— dijo Annabeth con una sonrisa
—No —reconoció él—. Así que… ¿supiste que yo te gustaba desde ese momento?
Ella sonrió burlonamente.
—Al principio te odiaba.
—Ay, que romántico— dijo Connor
—Obviamente una plática súper romántica, como debe ser— dijo Katie
—Eso era privado— resopló Annabeth
—Nos damos cuenta que se odiaban— asintió Travis
—Se notaba a kilómetros— comentó Grover
Me crispabas. Luego te soporté unos años. Luego…
—Vale.
—Y luego terminaron con ellos dos— señaló Apolo a Charles y Zoé
—Gracias, nuestro placer— murmuró Zoé con ina sonrisa de lado
Percy parecía pez fuera del agua, abrió la boca para decir algo y luego la cerró prefiriendo mantenerla cerrada, Annabeth se puso todavía más roja
—Muy bien dicho, Apolo— suspiró Afrodita encantada
Atenea rodó los ojos
Ella se inclinó y le dio un beso: un beso de verdad, sin nadie delante que mirara, ni romanos por ninguna parte, ni sátiros gritones.
—Vaya— dijo Miranda
—¿Ya todos tiene lo oídos tapados?— preguntó Leo
—¿Cómo te van a escuchar si los tienen tapados?— preguntó Piper
—Era la prueba, si escucharon la pregunta es momento de taparselos— asintió Leo
Annabeth se apartó.
—Te he echado de menos, Percy.
Percy quería decirle lo mismo, pero no le parecía que el comentario hiciera justicia.
—Por supuesto que no, querido— dijo Afrodita emocionada
—Me parece una falta de respeto que todos escuchen nuestra conversación privada— murmuró Percy
—Por algo tiene que venir en los libros— dijo Connor
—Obviamente que tenía que venir, esto es suuuuper romántico— dijo Afrodita
—Pero privado de todos modos— murmuró Annabeth
Mientras había estado en el lado romano, lo único que lo había mantenido con vida había sido pensar en Annabeth. « Te he echado de menos» no expresaba eso.
Annabeth le sonrió
—Por supuesto que no, cariño, es extremadamente difícil poder expresar como te sientes— dijo Sally —pero es un comienzo
Percy asintió de acuerdo
Recordó lo que había pasado poco antes, esa misma noche, cuando Piper había expulsado al eidolon de su mente. Percy no había sido consciente de su presencia hasta que ella había empleado su embrujahabla. Después de que el espíritu abandonara su cuerpo, se había sentido como si le hubieran sacado un clavo ardiendo de la frente.
—Concuerdo— dijo Leo
—Definitivamente— asintió Jason
—Y nunca he tenido un clavo ardiendo en la frente, pero yo creo que así se sentiría— señaló Percy
—Nosotros tampoco, pero te entendemos— dijo Leo
No se había percatado del dolor que había sufrido hasta que el eidolon se había marchado. Entonces sus pensamientos se habían aclarado. Su alma había vuelto a instalarse cómodamente en su allí sentado con Annabeth le hizo sentirse de la misma forma.
—Percy— murmuró Annabeth, lo abrazó y lo besó
Percy le dio una sonrisa un ñoco boba
Afrodita chilló de emoción, probablemente se escuchó hasta la otra parte del mundo
—Esto es taaan romántico— dijo Perséfone
Sus amigos también les dieron una mirada emocionada, después de todo lo que habían pasado era genial que volvieran a estar juntos.
Zoé y Charles por su parte, todavía estaban un poco sonrojados por lo anterior, de cierta manera era muy lindo saber todos estos detalles, pero también era un poco doloroso
Los últimos meses podrían haber sido uno de sus extraños sueños. Los sucesos que se habían producido en el Campamento Júpiter parecían confusos e irreales, como la pelea contra Jason, cuando los dos habían sido poseídos por los eidolon.
—Claro, que ambos se podrían haber matado— dijo Thalia
—Claro, su vínculo recién descubierto— señaló Piper
—Vamos a olvidar eso ¿Vale?— pidió Jason
—Concuerdo en olvidarlo— asintió Percy
Sin embargo, no se arrepentía del tiempo que había pasado en el Campamento Júpiter. Su estancia le había abierto los ojos en muchos aspectos.
Percy y Annabeth se sonrojaron.
—Aquí vamos otra vez— se quejó Percy
—No creo que tener tanto tiempo ese color en sus caras sea bueno para su salud— comentó Will
—Tampoco creo que sea bueno— dijo Rachel
—Definitivamente no lo es— dijo Apolo
—Annabeth —dijo con vacilación—, en la Nueva Roma, los semidioses pueden vivir toda la vida en paz.
La expresión de ella se volvió recelosa.
—Ay dioses— murmuró Annabeth
—Yo creo que ya podemos acabar el capítulo— dijo Percy
—De ninguna manera— masculló Afrodita
—Pero es que eso era privado— se quejó Percy
—Era— señaló Thalia
—Reyna me lo ha explicado. Pero tu sitio está en el Campamento Mestizo, Percy. Esa otra vida…
—Lo sé —dijo Percy —. Pero mientras estuve allí, vi a muchos semidioses viviendo sin miedo:
—Ya no hay privacidad en estos libros— dijo Percy sonrojado
—Dioses, eso fue muy dulce, pero ¿En serio necesitan enterarse los demás?— murmuró Annabeth
—No, no lo necesitaban— dijo Percy
chicos que iban a la universidad, parejas que se casaban y formaban familias…
—Awwww que ternura— dijo Afrodita
Sally miró a su hijo con una pequeña sonrisa, desde el libro anterior sabía que su hijo tenía la idea de formar una familia junto a Annabeth y las pruebas vivientes decían que lo había logrado, así que su hijo sería feliz después de todo. Poseidón también miró a su hijo con una sonrisa, Atenea seguía sin estar de acuerdo aunque las pruebas vivientes estuvieran ahí
Mientras tanto, Percy y Annabeth se mantuvieron agarrados de la mano
En el Campamento Mestizo no hay nada parecido. No paraba de pensar en ti y en mí… Tal vez algún día, cuando la guerra contra los gigantes termine…
—Vaya— dijo Apolo —esa propuesta debería terminar con una manzana arrojada
—¡Por supuesto que sí!— chilló Afrodita
—¿Una manzana arrojada?— preguntó Frank
—En la antigua Grecia arrojar una manzana era símbolo de una propuesta de matrimonio, como símbolo para mí, por supuesto— dijo Afrodita
Solo unos pocos que no sabían se voltearon a ver a Percy y Annabeth con sorpresa
—¡Pido ser la niña de las flores!— gritó Leo
—Yo quería ser la niña de las flores— dijeron Helena y Zoé al mismo tiempo
—Nosotras podemos hacer las flores— mencionó Katie
—Quiero ser dama de honor— dijo Piper
—Pido ser padrino— comentó Grover
—Chicos— dijo Percy avergonzado
—Ya que no me dejaron ser la niña de las flores, entonces pido ser el que se lleva los centros de mesa— bromeó Leo
—Yo decoro el pastel— añadió Rachel
—Y yo lo pruebo— comentó Esperanza
—Yo escojo lo música— dijo Will
Percy y Annabeth se voltearon a ver con una expresión que decía "¿Te lo puedes creer?"
—Las bodas griegas ni siquiera eran así— comentó Hermes
—Dejalos— señaló Apolo —de cualquier manera si lo hicieran no creo que fuera como en la antigua Grecia
—Entonces ¿Tampoco les digo que Hera…?
—Nop— dijo Apolo
Cuando dejaron de añadir cosas, Sally pudo continuar la lectura
Era difícil verlo a la luz dorada, pero le pareció que Annabeth se estaba ruborizando.
—Oh —dijo.
—¡Vivan los novios!— gritó Connor
—¡Vivan!— gritaron la mayoría de sus amigos
Percy temía haber hablado demasiado. Tal vez la había asustado con sus grandes sueños de futuro. Normalmente era ella la que hacía planes. Percy se maldijo en silencio.
Annabeth se sonrojó —No fue eso
—Ay cariño— suspiró Afrodita melodramática —eres tan adorable
—¿Gracias?— murmuró Percy
—Me encantan los chicos como tú— asintió la diosa del amor
Pese a lo mucho que hacía que conocía a Annabeth, todavía tenía la sensación de que no la entendía. Incluso después de haber salido durante varios meses con ella, su relación siempre le había parecido nueva y frágil, como una escultura de cristal. Le aterraba hacer algo mal y romperla.
Annabeth lo volteó a ver con una ceja alzada
—Y también eso era privado— dijo Percy con una sonrisa ladeada
—Pero que se sienta como una escultura de cristal no quiere decir que lo sea— comentó Sally
—No— dijeron Percy y Annabeth al mismo tiempo y se sonrieron
—Lo siento —dijo—. Yo… tenía que pensar eso para seguir adelante. Para hacerme ilusiones. Olvida lo que he dicho…
—¡No! —repuso ella—. No, Percy. Dioses, es muy bonito por tu parte. Es solo que… puede que hayamos agotado esa posibilidad.
—En eso tiene un punto— señaló Miranda
—Y un muy buen punto— asintió Apolo
—Pequeño detalle— dijo Katie
—Claro, lo olvidé— murmuró Percy
Si no podemos arreglar la situación con los romanos… bueno, los dos grupos de semidioses nunca se han llevado bien. Por eso los dioses nos mantienen separados. No sé si allí podríamos encontrar un hueco.
—Bueno, al parecer lo solucionaron— comentó Hermes
—Es lo importante— dijo Apolo
—Y también el saber como lo hicieron— señaló Poseidón
Percy no quería discutir, pero se negaba a abandonar la esperanza. Le parecía importante, no solo para Annabeth y para él, sino también para los demás semidioses.
Los chicos se sonrojaron
Tenía que ser posible encontrar su sitio en dos mundos distintos al mismo tiempo.
—Eso parece— comentó Reyna —a veces es posible encontrarlo
—A veces— murmuró Rachel
Después de todo, en eso consistía ser semidiós; no en encontrar tu sitio en el mundo de los mortales o en el monte Olimpo, sino en intentar conciliar esas dos facetas de tu naturaleza. Por desgracia, eso le hizo pensar en los dioses, la guerra a la que se enfrentaban y su sueño acerca de los gemelos Efialtes y Oto.
—Y hasta ahí llegó el momento romántico— suspiró Afrodita con irritación
—Pero fue un buen momento romántico— señaló Perséfone
—A medianoche— mencionó Apolo
—Cuando me despertaste estaba teniendo una pesadilla —reconoció.
Le contó a Annabeth lo que había visto.
—Claro que le tenías que contar— dijo Thalia
—Por supuesto que sí— asintió Percy
Ni las partes más inquietantes parecieron sorprenderla. Movió la cabeza con tristeza cuando él describió la reclusión de Nico en la vasija de bronce.
Nico hizo una mueca
—Lo bueno es que ahora pueden encontrar ese lugar y salvarlo— dijo Apolo
—Por supuesto que sí— dijo Hazel
Sus ojos emitieron un brillo airado cuando le contó que los gigantes planeaban una espectacular destrucción de Roma que incluía la muerte dolorosa de ellos como número de apertura.
—No se deberían de molestar tanto— dijo Travis
—Pero siempre se las toman— comentó Percy
—Eso es cierto— dijo Leo —no sé en qué clase de escuela les enseñan eso
—Pues en la que ellos van— señaló Percy
—Nico es el cebo —murmuró ella—. Las fuerzas de Gaia deben de haberlo capturado de algún modo, pero no sabemos exactamente dónde lo retienen.
—En algún lugar de Roma —contestó Percy —. En algún lugar bajo tierra.
—Eso lo reduce a unos cientos de lugares— dijo Thalia
—Pero es un comienzo— dijo Bianca
—Eso es cierto— dijo Perséfone —al menos ya saben que fue lo que pasó
Por lo que decían, parecía que a Nico todavía le quedaran unos días de vida, pero no veo cómo podría aguantar tanto tiempo sin oxígeno.
—Cinco días más, según Némesis —dijo Annabeth—. Las calendas de julio.
—Claro— dijo Apolo
—¿Por lo que decían del primero de julio?— preguntó Katie
—Por supuesto— dijo Hera
Thalia le dio una mirada intencionada a su hermano. Jason hizo una mueca
Por lo menos, ahora el plazo tiene sentido.
—¿Qué es una calenda?
Annabeth sonrió de satisfacción, como si se alegrara de que volvieran a asumir sus viejos roles: Percy, el de ignorante, y ella, el de la persona que explicaba las cosas.
—Le gusta ser la persona que explica las cosas— dijo Thalia
—Me di cuenta— asintió Percy
—No esperaríamos otra cosa de una hija de Atenea— señaló Hermes
—Es la palabra romana para referirse al primer día de cada mes. De ahí viene la palabra « calendario» . Pero ¿cómo puede sobrevivir Nico tanto tiempo? Deberíamos hablar con Hazel.
—¿Ahora?
—No sería recomendable, no pueden hacer nada en ese momento y solo la van a preocupar— señaló Apolo
—Tiene razón— masculló Hades a regañadientes
—Siempre la tengo— dijo Apolo
Hades resopló
Ella vaciló.
—No. Puede esperar hasta mañana. No quiero darle la noticia en plena noche.
Hazel hizo una mueca, pero sabía que tenían razón
—Los gigantes dijeron algo sobre una estatua —recordó Percy —. Y sobre una dotada amiga que la vigilaba. Quienquiera que fuera, daba miedo a Oto. Alguien capaz de dar miedo a un gigante…
—Es un gran problema— dijo Hermes
—Y lo fue—susurró Annabeth
Annabeth contempló una carretera que serpenteaba entre oscuras colinas.
—Percy, ¿has visto a Poseidón últimamente? ¿O has recibido alguna señal de él?
Poseidón hizo una mueca
—Bueno, el Olimpo está cerrado— señaló Afrodita
Zeus le dio una mirada asesina —Como si a cualquiera de ustedes le importara
Él negó con la cabeza.
—No desde… Vaya, no lo había pensado. Desde que la guerra de los titanes terminó. Lo vi en el Campamento Mestizo, pero fue el mes de agosto pasado — una sensación de temor lo invadió—. ¿Por qué? ¿Has visto a Atenea?
Y la verdad casi todos los presentes estaban muy curiosos por esa respuesta, era obvio que en algún momento Atenea le había dado la misión a Annabeth, pero no sabían exactamente qué había pasado
Ella no lo miró a los ojos.
—Hace unas semanas —admitió—. No… no fue agradable. No parecía ella. Tal vez fuese la esquizofrenia entre el lado griego y el romano de la que habló Némesis. No estoy segura. Dijo cosas que me hicieron daño. Dijo que le había fallado.
—No puede ser— murmuró Annabeth
—¿Fallarle?— preguntó Thalia con incredulidad y como si la diosa ni siquiera estuviera allí continuó —¿Cómo podrías fallarle? Eres todo lo que se esperaría
—Por otro lado— dijo Artemisa mirando a Atenea —a ella le afecta más que a ninguno de nosotros las cosas que pasan entre griegos y romanos
Atenea miró a su hija con una mueca
—¿Que le habías fallado? —Percy no estaba seguro de haber oído bien. Annabeth era la semidiosa perfecta. Era todo a lo que una hija de Atenea debía aspirar—.
Y aunque sabía que no era del todo su culpa, Percy miró furiosamente a Atenea, igual que Charles que parecía querer enviar a la diosa al Tártaro ¿Cómo podía decir que le había fallado? Por supuesto que los dioses siempre iban a decir algo así hicieras lo que hicieras.
Annabeth todavía se sentía un poco molesta con su madre por haberla mandado a aquella estúpida misión, lo entendía un poco más, pero aún así.
¿Cómo podrías…?
—No lo sé —dijo ella tristemente—. Y para colmo, y o también he estado teniendo pesadillas, aunque las mías no tienen tanto sentido como las tuyas.
—O ya lo tienen— murmuró Annabeth
—Recuerda, estamos juntos
—Lo sé— dijo Annabeth
Percy aguardó, pero Annabeth no le dio más detalles. Quería hacerla sentir mejor y decirle que todo iría bien, pero sabía que no podía. Quería resolver todos sus problemas para que tuvieran un final feliz.
—Ay querido, eres una lindura— dijo Afrodita
—Por supuesto, sabemos de donde lo sacaste— dijo Apolo mirando con una sonrisa a Sally e ignorando la mirada de irritación de Poseidón
—Gracias— dijo Sally
Después de todos aquellos años, hasta los dioses más crueles tendrían que reconocer que se lo merecían. Sin embargo, algo le decía que esta vez no podía hacer nada para ayudar a Annabeth aparte de estar a su lado. « La hija de la sabiduría anda sola» .
Percy hizo una mueca
Se sentía tan atrapado y desvalido como cuando se había hundido en la ciénaga.
Annabeth consiguió esbozar una débil sonrisa.
—Vamos a tener una noche romántica, ¿vale?
—Okaaay, ya no necesitamos saber más detalles— dijo Leo
—Hasta ahí con los detalles, gracias— dijo Piper
—No necesitamos saber nada más— dijo Thalia —nos podemos hacer una idea
—¡No!— mascullaron Annabeth y Percy
Nada de cosas malas hasta mañana por la mañana —volvió a besarlo—. Ya lo solucionaremos. Te he recuperado. De momento, eso es lo único que importa.
—Ay, me encanta el amor— dijo Afrodita
—Sería raro que no te encantara— señaló Hermes
—Vale —dijo Percy —. Se acabó hablar de Gaia, del secuestro de Nico, del fin del mundo, de los gigantes…
—Cállate, Sesos de Alga —le ordenó ella—. Abrázame un rato.
—Y apostamos que no se resistió a eso— dijo Thalia
—Pues no— dijo Percy encogiéndose de hombros
—La honestidad ante todo— dijo Connor
Se quedaron sentados, abrazándose, cada uno disfrutando del calor del otro. Antes de que Percy se diera cuenta, el zumbido del motor del barco, la luz tenue y la agradable sensación de estar con Annabeth hicieron que le empezaran a pesar los párpados, y se durmió.
—Ajá, "se quedaron dormidos" — dijo Travis
—Ahora así se le llama— bromeó Miranda
—Bueeeeno— murmuró Zoé
—Vamos a suponer que les creemos— comentó Connor
—Yo no les creo— dijo Leo
—Tampoco yo— señaló Thalia
—Yaaaa— se quejó Percy sonrojado furiosamente
Cuando se despertó, la luz del sol entraba por el suelo de cristal, y una voz de chico dijo:
—Oh… Os habéis metido en un buen lío.
—Era obvio— dijo Thalia riéndose
—Pillados— dijo Apolo
—La primera vez que se escapan y los atrapan— dijo Connor negando con la cabeza
—Deben de tener más cuidado— señaló Travis
—O no escaparse— comentó Quirón mirando a ambos con una ceja alzada
XIV
Percy
Percy había visto a Frank rodeado de ogros caníbales, enfrentándose a un gigante imposible de matar e incluso liberando a Tánatos, el dios de la muerte. Pero nunca había visto a Frank tan aterrado como en ese momento, al descubrir que los dos se habían amodorrado en los establos.
—Pues claro, no es algo que se deba ver tan temprano en la mañana— dijo Thalia riendo
—No creo que haya esperado encontrar algo así— dijo Piper riendo
—Definitivamente no— murmuró Frank
—¿Qué…? —Percy se frotó los ojos—. Oh, nos hemos dormido.
Frank tragó saliva. Iba vestido con unas zapatillas de correr, unas bermudas oscuras y una camiseta de manga corta de los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver
—No estaba vestido para encontrarlos así— dijo Connor
—Solo estábamos durmiendo— señaló Percy
—Si ustedes lo dicen— comentó Afrodita con una risita
—sí lo decimos— murmuró Annabeth
con su insignia de centurión romano prendida al cuello (un detalle que a Percy se le antojó o triste o esperanzado, ahora que eran unos renegados). Frank apartó la vista, como si la imagen de ellos juntos pudiera hacerle arder.
Frank se sonrojó
—Pues claro, pobre Frank— dijo Miranda negando con la cabeza
—Comprensible— asintió Thalia
—Todos estamos con Frank— dijo Travis
—Son unas horribles personas— señaló Percy
—Todo el mundo cree que os han secuestrado —dijo—. Hemos estado registrando el barco. Cuando el entrenador Hedge se entere… Dioses, ¿habéis estado aquí toda la noche?
Casi todos los chicos (excepto por los hermanos Jackson, Percy y Annabeth que estaban ocupados sonrojándose) soltaron una carcajada
—Con razón decían que necesitaban al adulto responsable— dijo Katie
—Pues tampoco los detuvo— dijo Apolo
—¡Pero nada más nos quedamos dormidos!— se defendió Percy
—¡Frank! —Annabeth tenía las orejas rojas como tomates—. Solo bajamos a hablar. Nos quedamos dormidos sin querer. Nada más.
—Nos besamos un par de veces —dijo Percy.
—Eso no creo que sea precisamente de ayuda— señaló Katie riendo
—¿En serio vamos a tener que hablar de esto?— preguntó Sally
—¡Mamá!— dijo Percy
—Dioses— murmuró Annabeth
Annabeth le lanzó una mirada asesina.
—¡No estás ayudando!
—Más vale que… —Frank señaló las puertas del establo—. Tenemos que reunirnos para desayunar. ¿Estáis dispuestos a explicar lo que habéis hecho… quiero decir, lo que no habéis hecho?
—Dioses Frank, que preguntas— dijo Leo negando con la cabeza
—Lo siento— dijo Frank avergonzado
—Es de mala educación preguntarles— dijo Afrodita con una risita
—Y si lo van a explicar ahora sí tapenle los oídos a los niños— comentó Apolo
—Iuu, debimos hacer caso de un principio— dijo Zoé con la cara completamente roja
—Definitivamente debimos hacerlo— dijo Charles
No quiero que ese fauno… digo, sátiro… me mate.
Frank echó a correr.
—Les da unos minutos para que ensayen eso de que solo se besaron— dijo Connor
—Que la coartada quede perfecta— dijo Miranda
—Lo dirán por experiencia— replicó Percy
—Uhhhh— corearon los demás
Cuando por fin todos estuvieron reunidos en el comedor, no fue tan terrible como Frank había temido. Jason y Piper se sintieron sobre todo aliviados.
—Para la próxima dejan una nota o algo como "no estamos secuestrados, fuimos a los establos"— dijo Piper
—O no nos expliquen dónde están, solamente digan que no están secuestrados— señaló Leo
—Me parece que vamos a tener que poner unas cuantas barreras más aquí en el Olimpo— coincidió Apolo
Leo no podía parar de sonreír y murmurar:
—Memorable. Memorable.
—Se llevaron el premio al escándalo del año— dijo Leo
—Gracias, siempre quise un premio de esos— dijo Percy
—¡Percy!— se quejó Annabeth
Solo Hazel parecía escandalizada, tal vez porque venía de la década de 1940.
La chica no paraba de abanicarse la cara y evitaba mirar a Percy a los ojos.
Hazel se movió incómoda, Zoë también lucía bastante escandalizada
—Todos estamos escandalizados— dijo Connor negando con la cabeza
—¿Cómo es posible que se escandalicen por esto y no cuando llegaron ellos?— comentó Apolo señalando a los legados
—Oh, también nos escandalizamos, pero no tuvimos ni tiempo de reaccionar— señaló Travis
—Ni nosotros lo hemos tenido— susurró Piper para sí misma
—Pero si quieren nos podemos escandalizar ahorita— dijo Travis encogiéndose de hombros
—No— corearon todos los involucrados
Naturalmente, el entrenador Hedge se subió por las paredes, pero a Percy le costaba tomarse en serio al sátiro porque apenas medía más de un metro y medio de estatura.
—Sí necesitaban un adulto responsable— dijo Apolo
—Pero te podía pegar con el bate— señaló Leo
—Y vaya que lo hace— dijo Clarisse
—¡En mi vida! —rugió el entrenador, blandiendo su bate y derribando un plato de manzanas—. ¡Contra las normas! ¡Irresponsables!
—Ay por favor ¿Quién no se ha escapado por la noche con su pareja?— comentó Afrodita rodando los ojos
—Tienes un punto bastante claro ahí— asintió Apolo
—Que terrible mal ejemplo— señaló Hermes
—Tenemos niños aquí— dijo Connor
—También para que sepan escaparse algún día— dijo Afrodita
—¡Afrodita!— mascullaron algunos de los dioses "más responsables"
Y los chicos que tenían legados ahí hicieron una mueca
—Entrenador, fue sin querer
—Vemos como mientes, tú lo fuiste a buscar— comentó Thalia
—Pero nadie de nosotros lo sabía en ese momento— dijo Piper
—Claro, llegaron por accidente a los establos— dijo Leo
—dijo Annabeth—. Estábamos hablando y nos quedamos dormidos.
—Además, está empezando a parecerse a Término… —añadió Percy.
—Pues sí— murmuró Percy
—Un poco— admitió Frank
Hedge entornó los ojos.
—¿Es eso un insulto, Jackson? Porque si es así… ¡terminaré contigo, amigo!
Percy contuvo la risa.
—No volverá a pasar, entrenador.
—Ay ajá— dijo Travis
—Vamos a fingir que les creemos— dijo Piper
—En realidad no, esperamos que sí tengan barrera los palacios— comentó Thalia
—Ya callense— masculló Annabeth
Se lo prometo. A ver, ¿no tenemos otras cosas de las que hablar?
Hedge echaba humo.
—¡Muy bien! Pero te estaré vigilando, Jackson.
—Sí bueno ¿Qué pensaría si viera a estos dos?— preguntó Apolo mirando a los hermanos Jackson
—Que somos increíbles— dijo Zoé
—Buen punto— dijo Percy
—Tema resuelto— señaló Leo
Y tú, Annabeth Chase, creía que tenías más sentido común…
Annabeth rodó los ojos. Atenea estaba de acuerdo con ese sátiro ¿Escaparse en medio de la noche? Pero en ese momento estaba más preocupada por lo que había dicho, eso de que su hija "le había fallado", ciertamente con los libros no estaba de acuerdo en algunas de sus decisiones, para hasta ahorita no veía que le hubiera fallado
Jason se aclaró la garganta.
—Bueno, a comer todo el mundo. Empecemos.
La reunión fue como un consejo de guerra con dónuts.
—Fue un buen consejo de guerra— dijo Leo
—Sí, tal vez no acabe bien para ustedes— comentó Piper
—¿Puedes dejar de ser tan negativa?— masculló Leo
Sin embargo, en el Campamento Mestizo solían mantener las discusiones más serias en la sala de juegos alrededor de una mesa de ping-pong, provistos de galletas saladas y salsa de queso, de modo que Percy se sintió como en casa.
—Es la manera de llevar un consejo de guerra— asintió Travis
—Todos lo sabemos— asintió Connor
—Por supuesto que sí—dijo Miranda
Les habló de su sueño: los gigantes gemelos que planeaban recibirlos en un aparcamiento subterráneo con lanzacohetes; Nico di Angelo atrapado en una vasija de bronce, muriéndose poco a poco de asfixia con semillas de granada a sus pies.
—Aquí vamos otra vez— masculló Nico
—Lo siento— dijo Percy
—Pero el sueño los ayuda—señaló Perséfone
—Y obviamente ya tenían que decirle a tu hermana— dijo Rachel
—Obviamente— dijo Reyna
Hazel contuvo un sollozo.
—Nico… Oh, dioses. Las semillas.
—¿Sabes lo que son? —preguntó Annabeth. Hazel asintió.
—Me las enseñó una vez. Son del jardín de nuestra madrastra
—Se supone que no se debe comer la comida del Inframundo ¿No? ¿O he vivido engañada?— preguntó Miranda
—Ustedes no la pueden comer— dijo Hades —mis hijos sí
—Cada vez me siento más especial— murmuró Travis
—Pero es algo de último recurso— dijo Hades
—Tu madra… Ah —dijo Percy —. Te refieres a Perséfone.
Percy había coincidido con la esposa de Hades en una ocasión. Ella no se había mostrado precisamente encantadora.
—¿Disculpa? Yo soy encantadora— masculló Perséfone
—Claaaro— murmuró Apolo
Nico, Thalia y Percy intercambiaron una mirada
—sí lo eres, querida— dijo Hades
También había estado en su jardín en el inframundo: un sitio horripilante lleno de árboles de cristal y de flores de color rojo sangre y blanco fantasmal.
—Y se enoja si tocas sus esculturas— murmuró Bianca a Zoé
—¿A quién le darían ganas de tocar las esculturas?— preguntó Zoé
—Algunas no eran tan horribles
—Esas semillas son un alimento reservado como último recurso —dijo Hazel. Percy notó que estaba nerviosa porque todos los cubiertos de la mesa empezaron a moverse hacia ella—.
—Era lógico que estuviera nerviosa— asintió Miranda
—Como un gran imán— murmuró Hazel con una mueca
Solo los hijos de Hades pueden comerlas. Nico siempre las guardaba por si alguna vez se quedaba atrapado.
Hades lo miró con aprobación
Pero si de verdad está encerrado…
—Los gigantes están intentando atraernos —dijo Annabeth—. Dan por supuesto que intentaremos rescatarlo.
—¡Pues tienen razón!
—Sí, lamento que sonara de esa manera— dijo Annabeth
—Está bien— murmuró Hazel
Nico se encogió de hombros
—Hazel miró alrededor de la mesa, y su seguridad se desmoronó visiblemente—. ¿Verdad?
—¡Sí! —chilló el entrenador Hedge con la boca llena de servilletas—. Habrá que luchar, ¿no?
—Es probable— dijo Apolo
—Es un hecho— señaló Artemisa
Apolo le hizo un gesto para restarle importancia
—Por supuesto que le ayudaremos, Hazel —dijo Frank—. Pero ¿cuánto tiempo tenemos hasta que…? O sea, ¿cuánto tiempo puede resistir Nico?
—Un grano de granada por día —dijo Hazel tristemente—. Eso si entra en un trance mortal.
Todos los demás se veían confundidos, pero nadie quería preguntar a que era lo que se refería Hazel, gracias a los dioses que venía en el libro
—¿Un trance mortal? —Annabeth frunció el entrecejo—. No suena muy divertido.
—Eso evita que consuma todo el aire —dijo Hazel—. Como la hibernación o el coma. Un grano puede mantenerlo durante un día, a duras penas.
—Y quedan cinco— murmuró Hades
—Entonces se tienen que apurar— señaló Apolo
Muchos de los chicos voltearon a ver a Nico con un poco de incredulidad y aprehensión
—Y le quedan cinco granos —dijo Percy —. Eso son cinco días, incluido hoy. Los gigantes deben de haberlo planeado de esa forma para que lleguemos el 1 de julio. Suponiendo que Nico esté escondido en alguna parte de Roma…
—Lo que sería lógico— comentó Thalia
—Nada más que Roma es más grande de lo que esperábamos— murmuró Percy
—Y que lo digas— comentó Hazel
—Al menos tienen la fecha en la que deben de llegar— dijo Rachel
—Y vaya fecha— señaló Thalia
—No es mucho tiempo —recapituló Piper. Posó la mano en el hombro de Hazel—. Lo encontraremos. Por lo menos ahora sabemos lo que significan los versos de la profecía. « Los gemelos apagarán el aliento del ángel, que posee la llave de la muerte interminable» . El apellido de tu hermano: Di Angelo. Angelo es « ángel» en italiano.
—Bueno, ahora que lo dices, tiene sentido— dijo Travis
—Estás aquí ahora y es lo importante— susurró Will a Nico
—Lo sé— dijo Nico, pero tomó más fuerte la mano de Will
Bianca miró a su hermano con una mueca de preocupación.
—Oh, dioses —murmuró Hazel—. Nico…
Percy se quedó mirando su dónut relleno. Había tenido una relación difícil con Nico di Angelo.
Nico se sonrojó
—Es una manera de decirlo— comentó Thalia
—Así son todas las relaciones entre familia— señaló Apolo
—Es cierto— admitió Hermes
En una ocasión, el chico lo había engañado para que visitara el palacio de Hades, y Percy había acabado en una celda.
—Nos acordamos de esa vez— asintió Thalia
—Pero por otro lado, él te llevó nada más para que hablaran— señaló Reyna — lo demás fueron efectos colaterales
Hades rodó los ojos
Pero la mayoría de las veces, Nico se ponía de parte de los buenos. Desde luego no se merecía ahogarse lentamente en una vasija de bronce, y Percy no soportaba ver que Hazel sufría.
—Que a veces uno quiera golpear un poco a su primo no quiere decir que lo quieras ver morir— señaló Thalia
—Lo hubiera dicho de otra manera, pero sí— comentó Percy
—Vaya, con ustedes dos— murmuró Nico
—Lo rescataremos —le prometió—. Tenemos que rescatarlo. La profecía dice que él posee la llave de la muerte interminable.
—Así es —dijo Piper de forma alentadora—. Hazel, tu hermano fue a buscar las Puertas de la Muerte al inframundo, ¿verdad? Debió de encontrarlas.
—Al menos esa es una buena noticia ¿No?— preguntó Miranda
Los chicos del Argo y Nico se intercambiaron miradas
—O por sus miradas tal vez no sea tan buena noticia— comentó Chris
Hades miró a su hijo con una mueca, no podía creer a que se hubiera ido solo a buscar las puertas ¿Que otros horrores habría tenido que pasar para poder encontrarlas y aún después de eso?
—Él puede decirnos dónde están —dijo Percy — y cómo cerrarlas. Hazel respiró hondo.
—Sí. Bien.
—Eh… —Leo se removió en su asiento—.
—Ay no— murmuró Leo y se hundió mas en su asiento como si quisiera desaparecer
—¿Ahora qué hiciste?— preguntó Calipso en un susurro
—Una pregunta que tal vez no se debió hacer en ese momento
Una cosa. Los gigantes esperan que hagamos eso, ¿verdad? ¿Y vamos a caer en la trampa?
—Bueno, tiene un punto— dijo Hefesto en defensa de su hijo que recibió unas cuantas miradas de incredulidad
Hazel miró a Leo como si hubiera hecho un gesto grosero.
—¡No tenemos alternativa!
—No me malinterpretes, Hazel. Es solo que tu hermano, Nico… sabía lo de los campamentos, ¿verdad?
—Por otro lado, todos sabían de los dos campamentos y nadie nos dijo— señaló Connor
—Y de nada hubiera servido que nos dijera— comentó Reyna —solo habría más problemas, no podíamos confiar entre los campamentos
—Y no era a él al que le tocaba decirlo— dijo Hades
—Bueno, sí —dijo Hazel.
—Ha estado pasando de un campamento a otro —dijo Leo—, y no se lo decía a ninguno de los dos bandos.
—Ya ví por qué quieres desaparecer en tu asiento— susurró Calipso
—Sí— murmuró Leo
Sally miró a los chicos, pero continuó la lectura
Jason se inclinó hacia delante con expresión seria.
—Te estás preguntando si podemos fiarnos de él. Yo también.
Hazel se levantó de golpe.
Varios de los chicos incluyendo a Bianca, Esperanza y los mellizos voltearon a ver con incredulidad a Jason, ciertamente no sabían que en algún momento sus oadres no we hubieran llevado bien. Hades parecía querer enviarlo de la manera rápida al Inframundo
—Lo siento— murmuró Jason
—Está bien— dijo Nico
—No me lo puedo creer. Es mi hermano. Él me trajo del inframundo, ¿y no queréis ayudarle?
Frank posó la mano en su hombro.
—Nadie está diciendo eso —lanzó una mirada fulminante a Leo—. Más vale que nadie esté diciendo eso.
—Yo sé que esto es grave y si quieren ahorita golpeamos a Jason y Leo...— comenzó Miranda
—¡Oye!— se quejaron los mencionados
—Pero, Jason dijo lo mismo y Frank al único que mira mal es a Leo— siguió Miranda
—Porque eso se llaman celos, querida— dijo Afrodita
Frank se sonrojó, Calipso resopló
—Solo quería hacer esa observación— dijo Miranda
—Gracias— murmuró Frank
—Podemos pasar a golpear a Jason y Leo— concluyó Miranda
Leo parpadeó.
—Mirad, chicos, lo único que digo es…
—Hazel —dijo Jason—. Leo ha hecho una observación razonable. Recuerdo a Nico del Campamento Júpiter. Y ahora me entero de que también visitó el Campamento Mestizo. Me parece… bueno, un poco turbio. ¿Sabemos a quién es leal? Tenemos que tener cuidado.
Y definitivamente Hades quería enviar a Jason y Leo al Inframundo de la manera (tal vez no) tan rápida
—En su defensa— dijo Thalia como buena hermana —debemos verlo desde su punto de vista, ellos casi no conocían a Nico y no sabían su manera de actuar, era un poco raro que alguien supiera de los dos campamentos
—Gracias—dijo Jason —pero no estuvo bien y lo siento mucho Nico
—Sí— dijo Leo —también lo siento
Nico asintió —Está bien, lo entiendo
Y Nico realmente lo hacía, cómo dijo Thalia, era algo que definitivamente estaba sobre la mesa, tuvo que guardar el secreto para el bien de los campamentos y podría ser un poco difícil de entender, además había que no siempre había sido una persona que influyera confianza a los demás, tal vez eso habría cambiado tal vez no, pero entendía sus razones para ser precavido.
A Hazel le empezaron a temblar los brazos. Un plato de plata pasó zumbando hacia su cabeza, chocó contra la pared a su izquierda y desparramó los huevos revueltos que contenía.
—Den gracias que no chocó contra sus cabezas— señaló Calipso mirando a su novio y negando con la cabeza
Jason y Leo se miraron avergonzados
—Tú… el gran Jason Grace… el pretor que y o tanto respetaba. Se suponía que eras muy justo, un líder fabuloso. Y ahora…
Hazel pateó el suelo y salió del comedor como un huracán.
Hazel todavía se veía un poco ofendida igual que algunos de los demás
—Pues con esas miradas que las están lanzando algunas personas yo digo, que deberían de ir eligiendo quién quiere que los mate— señaló Connor
—Lo sentimos— dijeron al unísono Jason y Leo
Bianca resopló
—Y está bien eso ya pasó—masculló Nico dándole una mirada intencionada a su padre, a Reyna y Will
—Bueno pues elijan, puede ser Will, Reyna, Hazel, Bianca…— Connor hizo una pausa —la otra Bianca y no me vean así porque yo no tengo la culpa de que se llamen igual
—Si tuviera que elegir quién me va a matar definitivamente no sería Will— susurró Leo a Piper —es doctor y probablemente sabe cómo hacerle para que sufra más
—Buen punto— dijo Piper
—Elegiría a la niñita porque me da menos miedo— susurró Leo
—Ya no digas nada, antes de que te hagan algo— señaló Piper
—No los mates— susurró Rachel a Reyna —piensa en qué los legados nos caen bien
—Supongo que tienes razón— dijo Reyna
—¡Hazel! —gritó Leo detrás de ella—. Vaya por Dios. Iré…
—Ya has hecho bastante —gruñó Frank.
Se levantó para seguirla, pero Piper le indicó con un gesto que esperara.
—Por supuesto que sí, necesita tiempo y con razón — dijo Perséfone mirando con una ceja enarcada a Jason y Leo
—Sigo sin saber qué hacer con esta nueva Perséfone— susurró Nico a Will
—Pero tengo unas cuántas ideas de qué hacer con Jason y Leo— masculló Will
Nico rodó los ojos —Está bien, eso ya pasó
—Dale tiempo —recomendó Piper. A continuación, miró a Leo y a Jason con el ceño fruncido—. Eso ha sido muy cruel por vuestra parte.
—Y sigo pensando lo mismo— dijo Piper
Jason hizo una mueca
Jason se quedó asombrado.
—¿Cruel? ¡Solo estoy siendo prudente!
—Su hermano se está muriendo —dijo Piper.
—Iré a hablar con ella —insistió Frank.
—No, es mejor que la dejes— asintió Afrodita
—Supongo— murmuró Frank
—No —dijo Piper—. Antes deja que se calme. Confía en mí. Iré a ver qué tal está dentro de unos minutos.
—Pero… —Frank resopló como un oso irritado—. Está bien.
—Necesita una charla de chicas— asintió Afrodita
Piper y Hazel se sonrieron
Esperaré. Un ruido estridente como el de un gran taladro sonó arriba.
—Es Festo —dijo Leo—. He puesto el piloto automático, pero debemos de estar acercándonos a Atlanta. Tendré que subir… ejem, suponiendo que sepamos dónde aterrizar.
—Pues no teníamos ni idea— dijo Percy
—Pero generalmente nunca la tenemos— comentó Leo
—Eso es cierto— dijo Piper
Todo el mundo se volvió hacia Percy. Jason arqueó una ceja.
—Tú eres el capitán Agua Salada. ¿El experto tiene alguna idea?
—Uy, eso no se oyó precisamente como un vínculo recién descubierto— señaló Katie
—Definitivamente no— dijo Rachel
—Problemas en el paraíso— comentó Thalia
¿Era resentimiento lo que se percibía en su voz? Percy se preguntó si en el fondo Jason estaba ofendido por el duelo de Kansas.
Jason se sonrojó
—Lo que sabíamos que era un poco lógico que pasaría— comentó Apolo
—Eso es cierto, la verdad— asintió Hermes
Jason había bromeado acerca del tema, pero Percy suponía que los dos abrigaban cierto rencor. No se podía poner a pelear a dos semidioses y esperar que no se preguntaran quién era más fuerte.
Jason y Percy hicieron una mueca
—En eso también tienes un punto— asintió Travis
—Nos dimos cuenta desde lo de la mesa— bromeó Leo
—Ya vamos a olvidar todo esto— dijo Percy
—Concuerdo— asintió Jason sonrojado
—No estoy seguro —reconoció—. En algún lugar del centro, que sea elevado para que podamos tener una buena vista de la ciudad. ¿Un parque con un bosque, por ejemplo? No nos interesa hacer aterrizar un buque de guerra en pleno centro. Dudo que la Niebla pudiera ocultar algo tan grande.
—Sería una paloma muy muy grande— murmuró Zoé
—O un avión también muy grande— señaló Leo
—Pero de cualquier manera van a poder encontrar el lugar que buscan— dijo Poseidón
—Pues sí— murmuró Percy
Leo hizo un gesto afirmativo.
—Hecho.
Corrió hacia la escalera. Frank se arrellanó otra vez en su silla con inquietud. Percy lo sentía por él. En el viaje a Alaska, había visto como Hazel y Frank se volvían íntimos.
—Una terrible elección de palabras, a mí parecer— señaló Apolo
—¡Apolo!— masculló Hades con irritación
Frank y Hazel se sonrojaron
Sabía lo protector que era él con la chica. También reparó en la mirada torva que Frank estaba lanzando a Leo. Le pareció buena idea sacar un rato a Frank del barco.
—Una idea excelente— asintió Perséfone
—Por el bien de todos— dijo Miranda
—De Leo en especial— señaló Will
Leo resopló —Muchas gracias
—Cuando aterricemos, iremos de reconocimiento por Atlanta —dijo Percy
—. Frank, me vendría bien tu ayuda.
—¿Quieres decir que me vuelva a transformar en dragón?
—O en panda— añadió Zoé
—Un panda no sería de mucha ayuda— comentó Thalia
—Nop, pero se vería bonito— dijo Zoé
—Es un buen punto— asintió Percy
Sinceramente, Percy, no quiero pasarme toda la misión haciendo de taxi volador para todos.
—No —dijo Percy —. Quiero que vengas conmigo porque tienes sangre de Poseidón. Tal vez tú puedas averiguar dónde hay agua salada. Además, se te da bien luchar.
—No eras solamente un taxi volador— señaló Percy
—Y quien sabe con lo que se vayan a encontrar— dijo Poseidón
Eso pareció hacer sentir un poco mejor a Frank.
—Claro. Supongo.
—Genial —dijo Percy —. Deberíamos llevar a alguien más. Annabeth…
—Por lo menos ahora sí van a llevar chaperón— señaló Thalia
—Que incómodo para Frank que fue el que los encontró— dijo Miranda
—¡Oh, no! —gritó el entrenador Hedge—. Jovencita, estás castigada.
Annabeth rodó los ojos
—¿Te castigaron?— preguntó Thalia con una carcajada —quién diría que un sátiro de metro y medio te castigaría
—Eso es lo que pasa cuando se rompen las reglas— dijo Travis
—Disfrutenlo mientras puedan— dijo Thalia burlona a los hermanos Jackson
Annabeth resopló
Y Zoé y Charles en realidad parecían disfrutarlo
Annabeth lo miró fijamente, como si estuviera hablando en un idioma extranjero.
—¿Perdón?
—La verdad, tu expresión fue épica— comentó Piper
—Ese sátiro no tiene ningún derecho a castigarte— bufó Atenea
—Bueno, en realidad lo tiene— señaló Apolo —es el adulto a cargo
—¡Tú y Jackson no iréis juntos a ninguna parte! —insistió Hedge. Lanzó una mirada fulminante a Percy, desafiándolo a que le llevara la contraria—. Yo iré con Frank y el señor Pervertido Jackson.
Sally miró a su hijo negando con la cabeza
—Dioses, ahora entendernos que ese es el mejor apodo— dijo Connor
—No me gustó— dijo Percy
—Es lo que pasa cuando te quedas una noche en los establos a "hacer nada"— comentó Leo
¡El resto de vosotros, vigilad el barco y aseguraos de que Annabeth no infringe más normas!
—Lo intentamos— dijo Piper
—No puedo creerlo— masculló Annabeth
—Fue un trabajo de tiempo completo— comentó Piper
Maravilloso, pensó Percy. Una salida de chicos con Frank y un sátiro sanguinario para buscar agua salada en una ciudad sin acceso al mar.
—Va a ser la monda —dijo.
—Suena super divertido— dijo Rachel
—Sobre todo porque es probable que te siga regañando— dijo Chris
—La buena noticia es que el capítulo acabó— señaló Sally
—Por fin— dijo Percy
—¿A quién le toca leer?— preguntó Sally
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